En un contexto demográfico como el actual, caracterizado por una fecundidad muy baja y al mismo tiempo por un progresivo envejecimiento de la población ligado a una elevada supervivencia, las migraciones se han convertido en el principal componente de la evolución demográfica de los países de nuestro entorno. Catalunya no es ninguna excepción; durante las dos últimas décadas ha conocido intensos flujos migratorios internacionales, ligados al proceso de globalización, que han sido el principal componente del crecimiento poblacional y que han llevado al país a superar el umbral de los 8 millones de habitantes a finales de 2023. [1]1 — Centre d’Estudis Demogràfics (2024). La Catalunya dels 8 milions. Bellaterra: Centre d’Estudis Demogràfics. De hecho, nos encontraríamos actualmente inmersos en un segundo boom migratorio, que, como el primero, desde principios de siglo, comporta una aceleración de las migraciones internacionales. En consecuencia, de los 8 millones de residentes, en torno a una cuarta parte (el 24,3% exactamente) han nacido en el extranjero. El impacto demográfico que encontramos en ciertos segmentos de edad es incluso más importante, debido a la concentración de las migraciones en las edades adultas jóvenes, de emancipación y entrada al mercado laboral. Así, actualmente casi la mitad de los jóvenes de entre 30 y 34 años que viven en Catalunya han nacido en el extranjero (el 46,6%).
A diferencia de principios de siglo, la población inmigrante que hoy encontramos en Catalunya es una población mucho más diversa y consolidada, fruto de la madurez que ha ido adquiriendo el proceso migratorio. Así, las más de dos décadas pasadas desde el inicio del primer boom hacen que actualmente estemos asistiendo a la llegada a las edades adultas jóvenes de las primeras cohortes en que los descendientes de inmigrantes tienen un peso importante, situación que se verá multiplicada en los próximos años. Un primer análisis de su inserción al mercado laboral, del empleo o del nivel de estudios alcanzado nos muestra, hoy por hoy, la existencia de desigualdades según el origen si lo comparamos con la población autóctona, cosa que nos puede hacer intuir, siguiendo las tesis de Alejandro Portes, [2]2 — Portes, A.; Zhou, M. (1993). “The New Second Generation: Segmented Assimilation and Its Variants”. The Annals of the American Academy of Political and Social Science, núm. 530, pp. 74-96. la existencia de un proceso de integración segmentada [3]3 — Bayona, J.; Domingo, A. (2024). “Descendientes de inmigrantes nacidos en España: ¿hacia una integración segmentada?”. Revista Española de Investigaciones Sociológicas, núm. 187, pp. 25-44. en qué la población descendiente se esté integrando en las capas sociales más desfavorecidas.
Debido a la estructura por edades de la población inmigrada, y por la coexistencia con generaciones nacidas en el país con volúmenes reducidos (lo que se nombrarían generaciones vacías), una parte muy importante de los nacimientos presentes y pasados tienen relación con el hecho migratorio. Por lo tanto, buena parte de los niños residentes en Catalunya tienen progenitores nacidos en el extranjero o bien han llegado ellos mismos recientemente. Por ejemplo, este sería el caso de los menores de cinco años en 2021: cuatro de cada diez tienen relación directa con la migración (el 37,7% son descendientes de inmigrantes y un 4,3% complementario habría nacido en el extranjero). Como hemos adelantado, estudios, actividad y empleo serán tres pilares para observar el funcionamiento del proceso de integración. En este artículo nos centramos en la escuela: a partir de un cruce de datos estadísticos que nos permiten identificar a los descendientes, y por varios cursos escolares, analizaremos los resultados escolares obtenidos según el origen migratorio del alumnado.
Inmigración, extranjería y poblaciones vinculadas al hecho migratorio
La definición de una población a partir de su lugar de origen, de su nacionalidad, o bien del origen de sus progenitores, implica considerar bajo el prisma de observación poblaciones diferenciadas, tanto en su volumen como en sus características sociodemográficas. Aunque muchas veces se utilicen como sinónimos las expresiones inmigrando o extranjero, ambos términos responden en grupos de población con orígenes y características diversas. Entre los menores de edad que hay en Catalunya, por ejemplo, 214.000 personas (el 15,1% de los menores en 2021) tienen una nacionalidad extranjera, pero paradójicamente son menores que mayoritariamente han nacido en España (en un 58,4%) y, por lo tanto, a priori no han migrado. [4]4 — Se tiene que considerar que en algunos orígenes, a pesar de haber nacido en Catalunya o España, se produce un movimiento de los menores hacia el país de origen de los progenitores, especialmente durante épocas de crisis, aspecto que aquí no se ha considerado. En todo caso, son descendientes de migrantes y conservan la nacionalidad de sus progenitores. Si hablamos de nacidos en el extranjero, en cambio, entre los menores encontramos 121.000 migrantes, de los cuales el 26,4% ya han adquirido la nacionalidad española o bien la tenían de nacimiento. Como el acceso a la nacionalidad española depende del origen y en cierta manera de la clase social, eso hará que la utilización de un criterio u otro incluya población totalmente diferenciada y que los resultados obtenidos se vean afectados por las características del grupo que hayamos escogido. En cambio, si hablamos de descendientes, menores con un progenitor o dos nacidos en el extranjero, la cifra de menores considerados aumenta a 371.000 (el 26,8%). Si nuestra intención es analizar los resultados escolares en función de la relación con el hecho migratorio, nos interesa tener en cuenta tanto los que han migrado como los hijos de los migrantes, más allá de la nacionalidad que tengan. En algunos casos, además, pueden ser situaciones totalmente invisibilizadas, con menores que han nacido en España y tienen nacionalidad española, o bien que la han adquirido con el paso de los años.
El censo reciente de 2021 nos permite identificar a los menores nacidos a España, pero con algún progenitor nacido en el extranjero, siempre que residan bajo el mismo techo. [5]5 — El nuevo censo de población del 2021 proviene del cruce de registros administrativos y, por lo tanto, solamente se conoce esta variable en relación con los que conviven en un mismo hogar. Si en 2011 hablábamos de 259.000 menores, el 18,7% de la población de estas edades, según el último censo serían cerca de 371.000 niños y jóvenes, el 26,8% de los menores. A este cómputo podemos añadir a los 121.000 menores nacidos en el extranjero, con lo cual casi medio millón de menores, sobre 1,4 millones, tienen un origen directo o indirecto en la migración internacional. Eso representa más de un tercio de los menores (35,4%), con porcentajes que se suben por encima del 40% por debajo de los cinco años (figura 1).
De esta manera, entre las cohortes catalanas más jóvenes hay una elevadísima parte de la población vinculada a la migración internacional. Si cambiáramos de escala y observáramos municipios o barrios en particular, nos encontraríamos con un claro aumento de estas cifras. Así, en municipios como l’Hospitalet de Llobregat, Santa Coloma de Gramenet, Salt, Guissona, Manlleu, Calaf o Vic, por poner algunos ejemplos, o, a escala inframunicipal, en distritos de Barcelona como Ciutat Vella, la proporción de menores descendientes de migrantes supera lo que definiríamos como menores autóctonos, entendidos como los nacidos en España y con progenitores que también han nacido en España. Estas cifras, que exponen la elevada diversidad de orígenes entre los menores actuales, muy diferente de la conocida solamente unos años atrás, deben hacernos reflexionar sobre la validez de la permanencia del criterio de la nacionalidad a la hora de analizar la situación escolar, y abrirnos a explorar otras vías.
Inmigrantes, extranjeros y descendientes en la escuela
La escuela es uno de los primeros ámbitos donde se empieza a producir la integración en la sociedad con la recepción de los inmigrantes más jóvenes o de los descendientes de la inmigración. Entre otros posibles parámetros que recoge la estadística escolar, los resultados obtenidos en las diferentes materias nos tienen que ayudar a visibilizar como este proceso se está llevando a cabo en Catalunya. El análisis de las desigualdades en los resultados escolares no es nuevo y se remonta a los años sesenta, cuando en Estados Unidos se presenta el informe Coleman, [6]6 — Coleman, J. S. (1966). Equality of Educational Opportunity. Washington: US Department of Health Education and Welfare Office of Education. en que se identifican unas tasas más importantes de fracaso escolar entre las clases sociales más desfavorecidas. En el caso de la población inmigrada o descendiente de migrantes, habitualmente con peores resultados, el debate teórico existente es sobre si estas consecuciones más bajas se producen por una cuestión de clase, es decir, por el hecho de encontrarse sobre-representados entre las clases sociales más bajas, o si hay otros mecanismos que se añaden a la hora de explicar esta situación, como episodios de racismo o de discriminación. Estos malos resultados son evidentes entre los que acaban de llegar. El año de llegada al país es una de las variables más determinantes. [7]7 — Böhlmark, A. (2008). “Age at Immigration and School Performance: A Siblings Analysis Using Swedish Register Data”. Labour Economics, núm. 15, pp. 1366-1387.
En nuestro caso, nos interesa conocer, en primer lugar, si en las diferencias existentes de los resultados escolares intervienen el lugar de nacimiento, tanto el propio como el de los progenitores, o factores relacionados con el proceso migratorio, como el año de llegada a Catalunya. En segundo lugar, y a falta de información sobre las rentas familiares, relacionaremos las diferencias observadas con la desigualdad en el territorio a partir de las características de los barrios donde se encuentran las escuelas.

Los datos sobre descendientes en la escuela
Las estadísticas que suelen estar disponibles sobre el alumnado escolar hacen referencia a la nacionalidad del alumno, con lo cual el hecho migratorio queda en un segundo plano y hablamos, por lo tanto, de extranjería. Debido al acceso diferente a la nacionalidad de unos u otros grupos de migrantes, la mayoría de descendientes de latinoamericanos desaparecen de la observación, mientras que jóvenes africanos o asiáticos, a pesar de haber nacido aquí, siguen apareciendo como extranjeros. De la misma manera, y dentro de un mismo origen, tienen más posibilidades de seguir bajo observación los que han llegado más recientemente o los que pertenecen a clases sociales más bajas, para quienes el acceso a la nacionalidad se ve dificultado por los diez años de residencia legal y continuada que se exigen a sus progenitores. El informe PISA, en cambio, sí que muestra datos por origen, aunque trabaja con una muestra que dificulta el análisis territorial y el detalle por grupos nacionales, e indica generalmente la existencia de rendimientos escolares más bajos entre el alumnado de origen migrante de Catalunya. [8]8 — Bonal, X.; Castejón, A.; Zancajo, A.; Castel, J. L. (2015). “Equitat i resultats educatius a Catalunya. Una mirada a partir de PISA 2012”. Informes Breus, núm. 60. Barcelona: Fundació Jaume Bofill.
En nuestro caso, se ha utilizado una explotación específica de datos del Departamento de Educación cruzados con el registro de población de Catalunya, explotación facilitada por el Instituto de Estadística de Cataluña y que nos permite hacer una primera aproximación a estos resultados escolares. Con datos de los cursos escolares de 2016-2017 a 2020-2021, se analizan los resultados académicos en función de su relación con el proceso migratorio. Por eso se utiliza una clasificación generacional basada en los trabajos de Rumbaut, [9]9 — Rumbaut, R. (2004). “Ages, Life Stages, and Generational Cohorts: Decomposing the Immigrant First and Second Generations in the United States”. International Migration Review, núm. 38 (2), pp. 1160-1205. en que se distingue el alumnado en función de su lugar de nacimiento y del de sus progenitores. Así, definiremos como autóctonos a los alumnos nacidos en España con progenitores también nacidos en España. Los inmigrados, nacidos en el extranjero, los dividimos en función del año de llegada a Catalunya y de si se incorporan al sistema educativo desde su inicio o bien con posterioridad. Así, hablamos de generación 1,75 si han llegado antes de los siete años, y de generación 1 si han llegado por encima de esta edad. [10]10 — Como la referencia de los datos es con fecha de 1 de enero, se han cogido los siete años como partición. Para más detalles ved: J. Bayona, A. Domingo i T. Menacho (2020), “Trayectorias migratorias y fracaso escolar de los alumnos inmigrados y descendientes de migrantes en Cataluña”, RIS, Revista Internacional de Sociología, vol. 78(1), e150. Entre los nacidos en España, distinguimos entre los que tienen a ambos progenitores nacidos fuera (segunda generación) y los que tienen a uno que ha nacido en España (generación 2,5), ya que el hecho de tener un progenitor autóctono iguala habitualmente los resultados con el alumnado autóctono. [11]11 — Se han eliminado de la comparación los nacidos al extranjero con padres de nacionalidad española. Se analizan los resultados de la evaluación de cuarto de la ESO, pruebas que se hacen de manera continuada desde el curso 2011-2012. Las últimas que tenemos disponibles son las del curso 2020-2021, hechas en febrero de 2021 y que, por lo tanto, podrían recoger los efectos de la pandemia. Las hicieron 76.000 alumnos, repartidos en 1.092 centros escolares, [12]12 — Departament d’Educació (2021). “L’avaluació de quart d’ESO 2021”, Quaderns d’Avaluació, núm. 49. de los cuales tenemos una muestra del 50%.
Las calificaciones por origen migratorio
Si consideramos, en primer lugar, la nacionalidad del alumnado, los resultados alcanzados por los alumnos extranjeros en cuatro de las materias analizadas (ciencias, castellano, catalán y matemáticas) son siempre inferiores a los de los alumnos con nacionalidad española, en torno a 10 puntos por debajo en todas las materias, y con una evolución temporal bastante similar que hace que se mantengan las distancias (figura 2). Como ejemplo, en matemáticas los alumnos con nacionalidad española presentan a un 67,6 en una escala de 0 a 100, por un 57,0 entre los alumnos extranjeros. Los valores alcanzados en lenguas son habitualmente superiores a los de matemáticas y ciencias, con independencia de la nacionalidad. Los resultados del curso 2020-2021 muestran algunos efectos de la pandemia, aunque solamente se ve un ligero retroceso en matemáticas y en ciencias en los alumnos extranjeros.
Si nos fijamos en la categoría migratoria, obtenemos una nueva perspectiva. Así, el hecho de tener uno de los dos progenitores nacidos en España hace que los resultados escolares se igualen con los de los autóctonos en las cuatro materias analizadas, diferenciándose del resto de alumnado de origen migrante. Al mismo tiempo, los resultados entre la generación 1,75 y la segunda generación son también coincidentes y se asimilan a los de los llegados a corta edad con los descendientes nacidos en España, eso sí, con valores en torno a 10 puntos inferiores a los de los dos grupos comentados antes. Finalmente, los alumnos de primera generación se encuentran bastante por debajo, con diferencias negativas de más de 15 puntos en las cuatro materias analizadas. Siguiendo con el ejemplo anterior, los alumnos autóctonos obtendrían 69,1 puntos en matemáticas, una media prácticamente idéntica a los 68,7 de la generación 2,5. La generación 1,75 y la segunda generación, como se ha adelantado, se sitúan bastante por debajo, con 59,7 y 59,4 puntos, y ya fuerza lejos y con un 51,8 encontraríamos al alumnado de primera generación. Los 10,6 puntos desde la visión de la nacionalidad han pasado a 17,2 si consideramos la perspectiva migratoria. Unos resultados similares los encontramos en el resto de materias analizadas, tal como muestra la figura 2.
El origen de los progenitores es un segundo aspecto a considerar, ya que incorpora diferencias ostensibles dentro del mismo grupo, especialmente en los colectivos de migrantes económicos de países con unos niveles bajos de renta. A modo de ejemplo, consideramos los casos de marroquíes, pakistaníes, ecuatorianos y argentinos. Así, y para el curso 2020-2021, entre el alumnado de primera generación y el de la generación 2,5, los resultados fluctúan entre valores de 40,5 y 58,4 sobre 100: 41,1 y 61,9, 46,2 y 62,2, y 59,0 y 69,2, respectivamente, por cada uno de los orígenes. La brecha entre los unos y los otros oscila entre los 20 puntos de los pakistaníes y los 10 de los argentinos, en este último caso, con resultados en la generación 2,5 que se sitúan en los mismos niveles que los autóctonos. Asimismo, si nos fijamos en las segundas generaciones, el alumnado nacido aquí, los resultados son preocupantes entre los tres primeros grupos (54,9, 53,9 y 54,3 puntos, respectivamente) respecto de un notable 66,4 entre los argentinos.
Los resultados escolares según el nivel de renta
Desconociendo el nivel de renta de las familias, se presentan los resultados a partir del territorio donde se localiza la escuela, utilizando el índice socioeconómico territorial (IST) elaborado por el Idescat. Es un índice sintético construido por pequeñas áreas, que resume en un único valor las diversas características socioeconómicas de la población que reside allí. Se ha agrupado el territorio en quintiles, dividiéndolo en cinco partes iguales en función del IST, y se han representado los resultados obtenidos en las puntuaciones de matemáticas según el origen migratorio (figura 3). En primer lugar, podemos ver cómo las desigualdades por origen se mantienen en todos los territorios, con independencia del nivel de renta. Siempre encontraremos a los alumnos de primera generación en los peores resultados, y los autóctonos (o incluso en algún caso la generación 2,5), bastante por encima. Está en el tercer quintil donde las diferencias son más importantes y se suben a los 18 puntos, y, en cambio, bajan en los dos extremos de la distribución. La segunda generación normalmente muestra peores resultados que la generación 1,75, a excepción del quinto quintil, el de más valor del IST, cosa que se tendría que verificar para un mismo origen. Resumiendo, si entre los autóctonos el crecimiento de la renta del territorio donde estudian significa un crecimiento de 6,9 puntos en los resultados escolares, entre los alumnos de primera y segunda generación este diferencial aumenta hasta superar los 9 puntos, cosa que nos indica un efecto más importante del lugar de estudio o residencia sobre los resultados escolares.
Conclusiones
La lógica nos indica que el alumnado de incorporación tardía, por su llegada reciente, obtiene peores resultados escolares, ya sea por la adaptación a un nuevo currículum escolar o a un nuevo hábito, o por las dificultades lingüísticas asociadas. Este hecho es más importante si esta incorporación se produce a más edad, por la existencia de menos tiempo para equipararse con los autóctonos. De hecho, los que llegan de muy pequeños prácticamente se asimilan a los descendientes nacidos aquí, las segundas generaciones. Eso, que no deja de ser cierto, no puede esconder como los resultados escolares del alumnado nacido a Catalunya, pero de origen migrante, siguen mostrando diferencias respetables hacia los resultados del alumnado autóctono. Estas diferencias se sitúan entre los 7 y los 9 puntos, a excepción de los territorios mejor situados desde la perspectiva socioeconómica, donde el diferencial se reduce a 4,5 puntos. Si en la primera generación la equiparación es difícil y solamente se puede esperar una reducción de los diferenciales, en el caso de la segunda generación tiene que suceder un objetivo central de las políticas educativas si consideramos que el peso de este grupo sobre el conjunto del alumnado se duplicará en pocos años. En un contexto en que vuelven a llegar alumnos migrantes debido al segundo boom migratorio, la presencia de las segundas generaciones, a diferencia de lo que sucedía con el primer boom, añade un nuevo elemento de complejidad al hablar de inmigración que también hay que afrontar. En caso contrario, nos encontraremos con la consolidación de un modelo de sociedad en que una parte importante de la población descendiente de la inmigración ocupará una posición subordinada dentro de la escala social del país.
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Referencias
1 —Centre d’Estudis Demogràfics (2024). La Catalunya dels 8 milions. Bellaterra: Centre d’Estudis Demogràfics.
2 —Portes, A.; Zhou, M. (1993). “The New Second Generation: Segmented Assimilation and Its Variants”. The Annals of the American Academy of Political and Social Science, núm. 530, pp. 74-96.
3 —Bayona, J.; Domingo, A. (2024). “Descendientes de inmigrantes nacidos en España: ¿hacia una integración segmentada?”. Revista Española de Investigaciones Sociológicas, núm. 187, pp. 25-44.
4 —Se tiene que considerar que en algunos orígenes, a pesar de haber nacido en Catalunya o España, se produce un movimiento de los menores hacia el país de origen de los progenitores, especialmente durante épocas de crisis, aspecto que aquí no se ha considerado.
5 —El nuevo censo de población del 2021 proviene del cruce de registros administrativos y, por lo tanto, solamente se conoce esta variable en relación con los que conviven en un mismo hogar.
6 —Coleman, J. S. (1966). Equality of Educational Opportunity. Washington: US Department of Health Education and Welfare Office of Education.
7 —Böhlmark, A. (2008). “Age at Immigration and School Performance: A Siblings Analysis Using Swedish Register Data”. Labour Economics, núm. 15, pp. 1366-1387.
8 —Bonal, X.; Castejón, A.; Zancajo, A.; Castel, J. L. (2015). “Equitat i resultats educatius a Catalunya. Una mirada a partir de PISA 2012”. Informes Breus, núm. 60. Barcelona: Fundació Jaume Bofill.
9 —Rumbaut, R. (2004). “Ages, Life Stages, and Generational Cohorts: Decomposing the Immigrant First and Second Generations in the United States”. International Migration Review, núm. 38 (2), pp. 1160-1205.
10 —Como la referencia de los datos es con fecha de 1 de enero, se han cogido los siete años como partición. Para más detalles ved: J. Bayona, A. Domingo i T. Menacho (2020), “Trayectorias migratorias y fracaso escolar de los alumnos inmigrados y descendientes de migrantes en Cataluña”, RIS, Revista Internacional de Sociología, vol. 78(1), e150.
11 —Se han eliminado de la comparación los nacidos al extranjero con padres de nacionalidad española.
12 —Departament d’Educació (2021). “L’avaluació de quart d’ESO 2021”, Quaderns d’Avaluació, núm. 49.
Jordi Bayona i Carrasco
Jordi Bayona-i-Carrasco es geógrafo y doctor en Demografía. Actualmente es profesor agregado Serra Húnter en el Departamento de Geografía de la Universitat de Barcelona e investigador asociado al Centre d’Estudis Demogràfics (CED), donde forma parte del grupo de investigación consolidado Globalización, Migraciones y Espacio, dirigido por Andreu Domingo.
Su investigación se centra en el análisis de los flujos migratorios —tanto internos como internacionales— y en el estudio de las poblaciones inmigradas: sus características sociodemográficas, los procesos de asentamiento y las dinámicas de integración. Ha abordado cuestiones como los patrones de localización espacial de los migrantes, el acceso a la vivienda, la participación en el mercado laboral y la presencia en el sistema educativo.