Diari de les idees 21
20 abril 2020

Ideas de actualidad

En esta edición del Diari de las Idees la selección de artículos viene nuevamente determinada por las repercusiones de la pandemia, que desde el brote de Wuhan, está afectando al conjunto de la población de prácticamente todo el planeta. Son varios los países de la UE que parecen haber alcanzado el pico de la epidemia y están entrando en una fase de estabilización y progresiva desescalada de los contagios y el próximo reto ahora es encarar la fase del desconfinamiento progresivo de las poblaciones puestas en cuarentena. 

Un aspecto a destacar de los datos que vamos conociendo y que se deberá analizar con atención es el de la gran disparidad en cuanto a contagios, defunciones y tasas de mortalidad entre los diferentes países europeos, incluso con diferencias regionales importantes dentro de sus fronteras. Así, por ejemplo, en Francia la región más golpeada es la del Gran Este, fronteriza con Alemania que es uno de los países de Europa con menos contagios y defunciones y con una tasa de mortalidad del 2,7% mientras que las regiones del suroeste fronteras con España, uno de los países con más impactados, las cifras son mucho menores, según los datos del observatorio sobre el Covid-19 Le Grand Continent.

La situación en Alemania, según las opiniones de los expertos recogidas por ejemplo en el  Financial Times,  se explica por una aplicación masiva de tests de detección desde las primeras semanas, una extensa red sanitaria pública y privada que no ha sufrido los embates de las políticas de austeridad de los últimos 10 años que han golpeado otros países y por la poca transmisión intergeneracional del virus, entre otros factores por una mayor emancipación de la población joven que tiene menos contacto familiar con la población mayor. 

Atrae también la atención el caso de Portugal que ha sido valorado muy positivamente desde diferentes países e instituciones y que se sitúa en el extremo opuesto de la situación alemana. En Portugal el número de casos positivos es mucho menor, pero sobre todo llama la atención el número de defunciones que es particularmente bajo. Con una tasa de mortalidad del 3,3%, la media europea es del 8,6% (10,4% en España, 12,8% en Francia y 13% en Italia y el Reino Unido).

Aparte de los razonamientos científicos contenidos en un informe de la professora Inês Fronteira, epidemióloga de la Universidade Nova de Lisboa, diversos elementos permiten avanzar un primer análisis: 

a) en la fase inicial del contagio las autoridades activaron en seguida la red de asistencia primaria lo que ha permitido atender mucha gente de inicio y hacer el tratamiento domiciliario (en cambio en Catalunya hemos cerrado los CAP);

b) se decretó el estado de alarma el mismo día que España, el 13 de marzo, cuando sólo habían pasado 11 días del primer caso importado (en España habían pasado 28 días); cuando se decretó el estado de emergencia en Portugal había 112 casos positivos y ninguna muerte (en España ya había 6.000 contagios y 132 muertos); 

c) las noticias alarmantes que llegaban de Italia y España hicieron que ya antes del estado de emergencia muchos colegios y tiendas cerraran;

d) muy poca gente tiene segunda residencia en Portugal con lo cual no se produjo ningún efecto huida hacia otras regiones (al contrario de España, Italia y Francia);

e) los portugueses son muy disciplinados y siguen estrictamente las normas;

f) una razón indirecta pero que permite al gobierno trabajar con más serenidad, es que toda la oposición ha cerrado filas con el primer ministro, como lo demuestran las ya famosas declaraciones del jefe de la oposición Rui Rio dirigidas al primer ministro António Costa: “Le deseo coraje, nervios de acero y mucha suerte, porque su suerte será la de todos nosotros”.

Del mismo modo, también destaca el caso de otro país del sur de Europa, golpeado de forma salvaje por la crisis financiera de 2008. Grecia, de momento tiene muy controlada la pandemia. Sólo se cuentan 101 defunciones y 2.170 casos de contagio (con una tasa de mortalidad del 4,6%), a pesar de un sistema sanitario precario debilitado por los recortes presupuestarios y la salida al extranjero de cerca de 20.000 médicos desde 2010. Como lo reseña Alexandros Kott en la revista Slate, allí también la rápida reacción del gobierno explica en buena parte el impacto menor de la Covid-19. Así y pese a las protestas generalizadas, el Carnaval de Patras, el más importante del país, fue cancelado por las autoridades a finales de febrero y se cerraron las escuelas cuando aún no se había producido ningún fallecimiento y se habían declarado menos de 100 casos identificados. El 15 de marzo, se cortaron las comunicaciones aéreas con España e Italia y se decretó una cuarentena estricta en las zonas más afectadas por la epidemia en el norte del país.

Para concluir este apartado de cifras, hay que mencionar que como consecuencia del cambio de método en el recuento de contagios y defunciones por parte del departament de Salut de la Generalitat en el momento de cerrar esta edición del Diari de las idees, el total de casos y víctimas de coronavirus en Catalunya es mucho más elevado de lo que sabíamos hasta ahora. El número de muertes por Covid-19 en el país es de 7.097, el doble de lo que anunciaban los datos basados ​​en el sistema anterior de recuento. Del mismo modo, la cifra de positivos confirmados se eleva hasta los 94.832, casi el triple de los que se conocía hasta ahora. La gran disparidad entre las cifras se debe a que hasta ahora sólo se informaba de los muertos en los hospitales, o sea, aquellos pacientes diagnosticados con Covid-19 que habían muerto en los centros sanitarios de Catalunya. Pero no se tenían en cuenta otras defunciones (en residencias o en los domicilios particulares). Tampoco se incluían en el recuento aquellos casos que estaban bajo sospecha, en aislamiento domiciliario, pendientes de hacerse el test. El nuevo procedimiento se ajusta, pues, mejor a las necesidades que exige una situación de pandemia como la actual y permite dar una información más exhaustiva y fiable. Mientras tanto, en el conjunto del Estado se sigue con el recuento habitual, que sólo tiene en cuenta los casos confirmados y las personas que han muerto en el hospital, lo que seguramente oculta el alcance de la pandemia.

La crisis multidimensional desatada por coronavirus está haciendo trizas la estabilidad, la eficiencia y la capacidad de los sistemas actuales de atención sanitaria. Cada vez es más evidente que no es posible privatizar la salud sin pagar un precio muy elevado y que la salud pública es un bien común básico y estratégico y un factor crucial para la seguridad humana. En este sentido, vale la pena señalar la falta de liderazgo o los fallos de la Organización Mundial de la Salud, tal como analiza en profundidad un artículo de Stephen Buranyi en The Guardian, donde destaca que a diferencia de otros organismos internacionales como la Organización Mundial del Comercio, las directrices de la OMS no son vinculantes y la organización tampoco tiene potestad sancionadora sobre sus miembros. Más aún, su presupuesto anual de unos 2 billones de dólares en 2019 se distribuye entre una vastísima y heterogénea gama de proyectos de investigación y de salud pública. Para acabar de remachar el clavo, ahora la OMS aún se ve más fragilizada por el anuncio del presidente estadounidense Donald Trump de congelar la aportación de EEUU a su presupuesto y que muchas voces en todo el mundo ya han calificado de “crimen contra la Humanidad” como lo recoge la revista Time. Por otra parte, cuando haya pasado el punto álgido de la crisis también convendrá dedicar una mayor atención al sector farmacéutico, especialmente en cuanto al suministro de medicamentos y el desarrollo de vacunas. En efecto, a raíz del auténtico mercadeo que está teniendo lugar estas últimas semanas con la compra de mascarillas y de tests de detección (con cargamentos enteros que cambian de destino a pie de pista en los aeropuertos), muchos países ya no están dispuestos a depender de cadenas de suministro internacionales que se puedan interrumpir repentinamente debido a una emergencia. Una valoración que no sólo tiene que ver con material sanitario, sino con sectores estratégicos de las cadenas de producción y que puede acabar provocando una reindustrialización de muchos países, a medio y largo plazo.

Finalmente, habrá que estar atentos a las repercusiones sociológicas y psicológicas del confinamiento de casi una quinta parte de la población mundial. En efecto, tal como subrayan artículos publicados en The Economist y en el New York Times, las cuarentenas y el “distanciamiento social” y las medidas políticas necesarias para frenar la difusión del nuevo coronavirus, van en contra de la propia naturaleza humana en tanto que el contacto físico y las redes relacionales son esenciales para el desarrollo de nuestras vidas e identidades. Si bien la magnitud del confinamiento a escala mundial no tiene precedentes un breve repaso de los efectos psicológicos de las cuarentenas publicada el 14 de marzo en la revista médica británica The Lancet, sugiere que el impacto de las cuarentenas puede ser tan grave que puede derivar en un diagnóstico de trastorno de estrés post-traumático (PTSD). En esta misma línea, la referente internacional en pedagogía verde, Heike Freire, reflexiona en la revista Catorze, sobre los efectos en la infancia del confinamiento y la necesidad de que los más los más pequeños puedan salir un rato cada día y critica su invisibilización en las medidas que ha tomado el Gobierno español.

A medida que la crisis sanitaria se vaya controlando, la atención se centrará inevitablemente en las otras grandes crisis que se derivan. Son varias las proyecciones de escenarios sobre el impacto económico de la Covid-19 y coinciden en que la magnitud de la recesión podría ser superior a la de Gran Depresión de 1929. De momento, los  informes del FMI prevén, en el escenario más favorable, una caída del 6% del PIB mundial, con un descenso aún más marcado para el Estado español que podría llegar hasta el 8% con una tasa de paro que prácticamente llegaría el 21%. Una crisis económica que, por otra parte ya está aquí, como lo demuestra el hecho de que sólo en Catalunya ya hay 662.391 personas afectadas por expedientes de regulación temporal de empleo o y casi 90.000 empresas han registrado un ERTE según los datos de la de Conselleria de Treball. Todo esto se añade a un contexto previo muy precario inestable, como subraya Francesc Valls en El País ya que a pesar de la recuperación económica y las macrocifras, la pobreza severa -ingresos inferiores a 350 euros al mes- todavía afecta, según datos de la propia Generalitat, a 500.000 catalanes. 

En cuanto al debate sobre los planes excepcionales para hacer frente a la recesión económica y la polémica sobre la puesta en marcha de los llamados coronabonos en el marco de la UE, la presidenta de la Comisión Europea, ha repetido en las últimas semanas que Europa necesita un nuevo Plan Marshall para afrontar esta la crisis. Sin embargo, la mayoría de los expertos afirman que la comparación entre el Plan Marshall y el nuevo presupuesto de la UE es errónea ya que el dinero para la reconstrucción de la economía europea deberá venir de los propios gobiernos de los estados miembros de la UE, y no de un gobierno foráneo como sucedió después de la Segunda Guerra Mundial. Por otra parte, y como señala Lili Bayer en Politico, es bastante posible que en el horizonte de la enorme crisis que se acerca, muchos gobiernos prefieran dedicar sus recursos económicos y financieros a la reconstrucción de sus propios países, antes que cederlos para incrementar el presupuesto de la UE, tal como se puede deducir de cómo están yendo las negociaciones entre los miembros del Eurogrupo.

Un cúmulo de crisis que tendrá consecuencias políticas en muchos niveles y que ahora mismo plantea muchos interrogantes: ¿Qué gobiernos caerán fruto de la inestabilidad y cuáles resistirán? ¿Sobrevivirá la Unión Europea en el formato actual o esta vez sí, será necesaria una reforma profunda? ¿Se convertirá China rápidamente en la primera potencia mundial acabando con el interregno bipolar actual? ¿Se legitimarán los modelos autoritarios para la gestión de las crisis o prevalecerá el modelo democrático? ¿El retorno del Estado ante una globalización en retroceso será transitorio o se consolidará de nuevo un mundo mucho más fragmentado? ¿Emergerá una nueva gobernanza mundial para hacer frente a los nuevos retos? 

También, en el contexto de la batalla por la hegemonía mundial entre sistemas políticos, el think tank Crisis Group sugiere en un artículo publicado en  The Guardian que hoy por hoy se pueden distinguir dos relatos que compiten el uno contra el otro: uno que insiste en que los países deberían confluir y coordinarse para derrotar la Covid-19, y otro que propugna que los países deben luchar separadamente para protegerse mejor. Al mismo tiempo, la crisis también representa un fuerte test para las reivindicaciones de eficacia de los estados, tal y como venimos diciendo en análisis anteriores, tanto de los modelos liberales, como los autoritarios. Es evidente que estamos viviendo un punto de inflexión caracterizado por un claro desvío de las políticas y ortodoxias predominantes en las últimas décadas. Actores sociales y económicos y la ciudadanía miran hacia el Estado para que inyecte enormes cantidades de dinero en la economía y rescate (o nacionalice) compañías y sectores esenciales que están en peligro. Una vez haya pasado la crisis se espera que la intervención masiva del Estado se vaya reduciendo pero cómo hacerlo será entonces un nuevo tema de debate. En un artículo publicado en El País, Joschka Fischer, ex ministro de Relaciones Exteriores y vicecanciller de Alemania entre 1998 y 2005, considera que, idealmente, los gobiernos transferirán los ingresos generados por la reprivatización a un fondo de riqueza soberana, dándole al sector público una parte de la liquidación post-crisis.

Desde un punto de vista más sociológico, Nicholas Wright en un artículo en Foreign Affairs, se pregunta si la corriente de solidaridad que se está dando en muchos países continuará una vez haya pasado la alerta sanitaria o si en cambio la crisis económica acabará comportando el repliegue social, identitario y egoísta.

Voces venidas de la filosofía y la sociología destacan que, sea como sea, esta crisis planetaria deberá hacernos replantear nuestros comportamientos, las formas de vida y modelos de consumo, así como también cambios en los modos de pensar. Así, en eldiario.es, Ángel Luis Lara avisa que el principal peligro que tenemos es considerar el nuevo coronavirus como un fenómeno aislado, sin historia, sin contexto social, económico, o cultural. También denuncia los cambios en los ecosistemas provocados por los humanos y el desarrollo de una industria intensiva ganadera fruto de la urbanización como los principales causantes de la pandemia. También afirma que no hay normalidad a la que volver, ya que lo que habíamos normalizado, es precisamente lo que nos ha llevado a la situación que hoy tenemos, y urge a rescatar de nuestra desmemoria, el concepto de género humano y la noción de bien común. 

El filósofo esloveno Slavoj Zizek se muestra particularmente pesimista en un artículo publicado en la revista CTXT donde afirma que la peor amenaza que plantea el virus es la aparición de una barbarie con rostro humano definida por la aplicación de medidas despiadadas de supervivencia impuestas con compasión pero legitimadas por las opiniones de los expertos. Medidas relacionadas con la decisión de quien se deja vivir y quien se deja morir que muchos gobiernos ya están adoptando. En relación con este punto, el filósofo francés Edgar Morin reflexiona sobre los efectos de la epidemia de coronavirus y alerta contra los peligros del darwinismo social y la destrucción del tejido público en sanidad y educación. A su entender, la unificación técnico-económica del mundo impulsada por el capitalismo agresivo de los años noventa ha hecho nacer un mercado planetario que ha creado, a su vez, un miedo generalizado al futuro. Un miedo que arraiga en el desarrollo económico neoliberal que ha provocado o acelerado los grandes problemas que afectan a nuestro planeta: el deterioro de la biosfera, la crisis general de la democracia, el aumento de las desigualdades y de las injusticias, la proliferación de las armas, y los nuevos autoritarismos demagógicos. Un diagnóstico compartido por el artista chino Ai Weiwei que considera que el capitalismo ha llegado a su fin y que no puede continuarse desarrollando moral y éticamente, a la vez que advierte que las crisis globales en forma de pandemias o desastres climáticos no se detendrán si continuamos violando muchos de los principios morales que nos estructuran como seres humanos. 

Finalmente, el prestigioso filósofo político John Gray afirma en un artículo publicado en el New Statesman que la hiperglobalización de las últimas décadas ha terminado, que el capitalismo liberal está en quiebra y que estamos asistiendo a un punto de inflexión histórico que puede suponer un cambio de hegemonía. Considera que un sistema económico basado en la producción a escala mundial y en largas cadenas de abastecimiento se está transformando en otro menos interconectado, y que el modelo de vida impulsado por la movilidad incesante se detiene. Señala que nuestra vida será más limitada físicamente y será más virtual que antes. Está naciendo un mundo más fragmentado, que, de alguna manera, puede ser más resiliente si las sociedades saben preservar sus valores más esenciales como la legitimidad y la libertad individual, que, además de ser valiosa en sí misma, constituye la garantía que se pueda ejercer el control necesario sobre los gobiernos. En un momento como el actual, prevalecerá el valor de la seguridad. Demoledor. En la misma línea y reflexionando sobre qué libertades estamos dispuestos a sacrificar a cambio de salud y seguridad, Jacob Mchangama y Sarah McLaughlin en Foreign Policy, se preguntan si dejaremos que gobiernos y empresas privadas utilicen nuestros datos de geolocalización.

En definitiva, el Covid-19 que acaba de aparecer y no ha hecho más que empezar a circular, es mucho más que una crisis sanitaria. Será una crisis sistémica de dimensiones aún por desvelar y como bien apunta la premio Nobel de literatura Olga Tocarczuk en el  Corriere della Sera, la pandemia ha hecho que se disuelva el paradigma de la civilización que nos ha moldeado durante los últimos 250 años y que nos había hecho creer que lo podíamos todo y que el mundo nos pertenecía. 

more/less text

Diari de les IDEES

Dosier Coronavirus

The Economist The epidemic provides a chance to do good by the climate

Durant la crisi del coronavirus, el confinament de gran part de la població mundial i l’aturada de l’activitat econòmica han fet que millorés la qualitat de l’aire i de l’aigua. L’article comenta que concebre això com una oportunitat per frenar el canvi climàtic depèn totalment de si amb la tornada a la normalitat s’aconsegueix mantenir aquest nivell tan baix de contaminació. Però l’exemple del 2008 demostra que després de les crisis pot no haver-hi una reducció de la contaminació; de fet, el 2009 les emissions van augmentar de manera significativa respecte a anys anteriors a causa de l’activitat econòmica dels països emergents i de l’estímul dels sectors més contaminants. Un fenomen que ens permetria ser optimistes i pensar que en aquesta situació no passarà el que va passar el 2008 és l’aturada dels vols comercials. En última instància, el que passi després de la pandèmia dependrà de la seva durada i de com els governs rescatin les economies. Si això últim ho fan invertint en energies renovables podria haver-hi un bri d’esperança. 

Sandrine Dixson-Declève A green reboot after the pandemic

La crisi del coronavirus és només la primera de totes les crisis que arribaran si mantenim el sistema econòmic que ens ha dut fins aquí. El Club de Roma ja va advertir el 1972 que el futur de la humanitat seria definit, no per una única emergència, sinó per moltes crisis separades però relacionades que sorgirien de la nostra incapacitat per viure de manera sostenible. En un model com el nostre, en el que tot està connectat globalment, els problemes només poden ser abordats a través de l’acció col·lectiva que comença abans que els problemes es converteixin en crisis. És necessari crear una economia verda, circular i que posi la natura i el bé comú al centre. Aquest moment de desconcert, assenyalen les autores, podria ser una gran oportunitat per abandonar el model del creixement infinit i provar un model nou. 

Maria Mexi The future of work in the post-Covid-19 digital era

La instauració sobtada del teletreball durant el confinament té el potencial d’accelerar canvis en la manera com treballem i en com estructurem el treball. Segurament, la crisi del coronavirus marcarà un punt d’inflexió i canviarà per sempre l’ocupació: anirem cap a un model de gig economy que permetrà treballar de manera més flexible i lliure i ajudarà a desenvolupar noves maneres de col·laborar, crear i connectar productivament. No obstant, aquest model té ombres que no poden ser obviades si volem construir un mercat de treball on la precarietat no hi tingui cabuda. Els treballadors de la gig economy, com per exemple els repartidors a domicili, treballen en unes condicions precàries que posen en perill la seva salut. I no només els treballadors de plataformes de la gig economy són més vulnerables en època de coronavirus: l’atur ha augmentat considerablement a tot el món. L’autora avisa que és necessari protegir qualsevol tipus de treballador si volem aconseguir que la digitalització sigui efectiva i immunitzar-nos contra la precarietat. En el context post-crisi, serà essencial redefinir els mercats de treball per complet i reforçar els sistemes de protecció social.

Rebecca Collard Hezbollah Prepares for Its Next War: Against the Coronavirus

Al Líban el govern ha confirmat, de moment, 460 casos de coronavirus i 11 morts. S’hi ha declarat l’estat d’emergència mèdica, s’ha demanat a la gent que es quedi a casa i l’exèrcit patrulla els carrers. Però la preocupació més forta és que el sistema sanitari del país, molt privatitzat i influït per les relacions de clientelisme, no és capaç d’absorbir una crisi d’aquest tipus. En un moment com aquest, molts dels libanesos confien en els serveis sanitaris proveïts pels partits polítics, i no pels oferts pel govern. Així es com Hezbollah ha trobat una nova oportunitat per omplir un buit que l’Estat no aconsegueix omplir i està oferint assistència sanitària i desinfectant els carrers per lluitar contra el coronavirus 

Nick Cheeseman The Coronavirus Could Topple Governments Around the World

El coronavirus afecta tothom sense excepció: ni la classe social, ni el lloc d’origen ni el càrrec polític ens hi immunitzen. Fins i tot els dirigents i alts càrrecs polítics cauen malalts. L’article analitza l’impacte que el fet que els polítics es posin malalts pot tenir segons el sistema polític de què formin part. En els països on el lideratge és molt personalista, l’impacte del virus serà major ja que crearà crisis de lideratge. Altres riscs per a estats econòmicament dèbils tenen a veure amb el fet que el virus obligarà els governs a endeutar-se i això crearà malestar social. L’autor apunta que, arreu del món, els presidents dels països que estan més exposats a patir crisis semblen ser els que estan adoptant mesures més contradictòries per gestionar el problema, com és el cas de l’Índia, on Modi ha provocat un èxode massiu d’immigrants. 

Miguel Otero-Iglesias Europe’s coronavirus identity crisis

En aquest article l’autor, que té família espanyola però va créixer a Basilea, a Suïssa, crea un diàleg entre les seves dues identitats: el Miguel, ciutadà del sud d’Europa i el Michael, ciutadà del nord d’Europa. Amb aquest recurs, intenta fer més planera l’anàlisi de la crisi d’identitat que viu Europa i desplega el debat sobre el finançament que està tenint lloc aquests dies. Mentre que en Miguel apel·la a la necessitat de col·laborar i enfortir la solidaritat nord-sud amb urgència, en Michael fa una crida a la calma i es mostra mes crític amb la idea de redistribuir els recursos. En Miguel argumenta a favor dels coronabons, mentre que en Michael assenyala que és més important garantir que se solucionin problemes estructurals i assegurar que es retornarà el deute. 

María José Canel Comunicación en tiempos de coronavirus

Maria José Canel posa l’accent a la doble dimensió de la problemàtica de la covid19. És a dir, d’una banda l’opinió pública -explica- percep la informació per la via dels fets (la tangibilitat dels efectes de la pandèmia) i d’altra, per la via comunicacional (com és transmesa aquesta informació). Quan la situació és tant crítica el més probable es que els lideratges siguin posats en entre dubte. La capacitat de lideratge de les nostres autoridades públiques es jutjarà en funció de l’afiliació partidista i la percepció selectiva. Així per molt bona que sigui la comunicació si no va de la mà d’una bona gestió, l’oposició pot jugar un paper fonamental en la caiguda de l’executiu.  

Slavoj Žižek La barbarie con rostro humano

Žižek analitza en aquest article les conseqüències que podria tenir la situació actual a llarg termini. La pitjor amenaça que planteja el virus seria la barbàrie amb rostre humà: mesures despietades de supervivència imposades amb compassió però legitimades per les opinions dels experts —mesures relacionades amb la decisió de qui es deixa viure i qui es deixa morir que molts governs ja estan adoptant—. Žižek argumenta que la prioritat no hauria de ser economitzar, sinó ajudar incondicionalment aquells qui ho necessiten. Žižek observa també que l’èmfasi en la responsabilitat individual durant aquests dies, que exhorta a quedar-se a casa, a rentar-se les mans, serveix per sepultar la pregunta de com canviar completament el nostre sistema social i econòmic. Ens trobem en una crisi mèdica, econòmica i mental en la que haurem d’aprendre a pensar més enllà del mercat de valors i del benefici i trobar una altra manera de produir i distribuir els recursos necessaris. La visió que defensa Žižek, i per la qual ha estat críticat, no és un comunisme utòpic sinó un “comunisme de guerra”: en una crisi, tothom és socialista, fins i tot Donald Trump. El que queda per veure és si l’epidèmia serà merament un capitol més del “capitalisme del desastre” o si un món nou i més just n’emergirà. 

Hugo Mercier Fake news in the time of coronavirus: how big is the threat?

L’autor, recercador en ciència cognitiva al CNRS francès, es pregunta per què floreix la desinformació, molt especialment en èpoques convulses. Consiera que en la crisi actual desfermada per la Covid-19, com en qualsevol altra situació de crisi, el principal problema no és tant que les persones acceptin de manera acrítica tot el que es va dient sinó que la ciutadania acabi no fent cas de les recomanacions emeses per les veus més competents. Atribueix aquest fenomen a la desconfiança creixent cap als polítics, ja que molts governs no han estat, en el millor dels casos, del tot transparents en la seva comunicació. Superar aquesta reacció inicial requereix confiança, el reconeixement de que qui ens dirigeix ​​és competent i no ens està intentant manipular. Per això és tan important comprovar la informació. No tant perquè ens ajuda a evitar la desinformació sinó perquè és l’única manera d’estar exposats a només una petita quantitat de desinformació.

Nadia Colburn Coronavirus and climate activism: five common lessons

L’article repassa els quatre pilars d’Extinction Rebellion, la xarxa d’activistes contra la crisi climàtica que va començar a formar-se l’any passat arreu del món. Són pilars que ens podrien guiar cap a un futur més segur i sostenible. El primer, dir la veritat: la negació i l’ocultació d’informació no han fet més que posar-nos en risc i augmentar la gravetat de la situació. El segon, actuar ara. Les crisis s’estenen de manera ràpida, i si no estem preparats per actuar estem més exposats als riscos. Com més proactius han estat els governs, menys danys hi ha hagut i a la inversa. Per prevenir les crisis que podrien venir, cal fer una transició cap a un model més sostenible abans que sigui massa tard. El tercer és avançar cap a una política que vagi més enllà dels partits i de les fronteres nacionals i coordinar-se a nivell global. L’instrument que permetria aquesta coordinació serien les Assemblees Ciutadanes, que tindrien poder legislatiu i estarien integrades per ciutadans escollits aleatòriament. El quart, una transició cap a un model socialment més just que permeti mitigar els efectes psicològics i econòmics de la crisi posant els treballadors, la gent pobre i la gent racialitzada al centre. El cinquè, construir cultures regeneratives que prioritzin la humanitat i els ecosistemes per sobre del benefici, que afirmin la vida i siguin no jeràrquiques. 

Eliane Brum El virus somos nosotros

La manera com habitem el planeta ens ha convertit en víctimes de pandèmies, i l’enemic és el sistema capitalista que ens sotmet a una manera de viure mortífera. L’efecte de la pandèmia és l’efecte concentrat del que la crisi climàtica produeix a un ritme molt més lent, i si volem evitar arribar al punt on no hi hagi marxa enrere hem de canviar la manera d’organitzar-nos socialment. Però encara no està tot decidit: el futur i el present estan en disputa i la solidaritat que està teixint-se aquests dies sembla indicar que la balança podria inclinar-se cap a un món on la vida i la cura fossin prioritàries.

Mathias Tépot Le coronavirus annonce la fin du capitalisme néolibéral

Segons l’economista en cap del banc internacional de finançament Natixis, s’han acabat els dies del capitalisme neoliberal, que ha apostat per la globalització, la reducció del paper de l’estat, les privatitzacions i la debilitat de la protecció social. Això no obstant, Patrick Artus no preveu un trastorn radical en l’ordre social existent ja que al seu entendre el final del capitalisme neoliberal no significa la seva desaparició sinó un canvi en el funcionament actual del capitalisme. La crisi de coronavirus ha posat de manifest la fragilitat de les cadenes de valor globals: quan la producció s’atura en un país, la cadena sencera s’atura i, per tant, en els proper anys la desglobalització de les economies reals hauria d’accelerar-se notablement i es produirià un retorn a les cadenes de valor regionals, amb l’avantatge que comportem de presentar menys fragilitat i diversificació de riscos.

Jacob Mchangama i Sarah McLaughlin Coronavirus Has Started a Censorship Pandemic

La pandèmia de coronavirus ha provocat que governs de tot el món introduïssin mesures d’emergència dràstiques, suspenent moltes de les llibertats que els ciutadans solien donar per segures. Està clar que moltes d’aquestes mesures són necessàries per salvar vides i que per tal d’aplanar la corba mitjançant el distanciament social, hem d’estar disposats a sacrificar certes llibertats per a la seguretat dels nostres companys, amics i familiars. No obstant això, un nombre creixent de governs també estan utilitzant l’emergència sanitària actual per suprimir les crítiques i la informació que no els interessa mitjançant la proliferació de lleis contra la desinformació. Els autors de l’article alerta que molt defensors de la llibertat d’expressió ja han advertit des de fa temps contra les anomenades prohibicions de notícies falses, tement que es tracti, en el millor dels casos, d’un esforç ben intencionat però mal aplicat per solucionar un problema real i, en el pitjor dels casos, una altra arma posada a disposició de l’arsenal de l’autoritarisme. L’article posa com a exemple el cas paradigmàtic d’Hongria, on el brot de coronavirus ha estat aprofitat per Viktor Orbán per ampliar la seva autoritat mitjançant un projecte de llei d’emergència que li dona els poders necessaris per poder governar per decret sense limitació temporal i que contempla la introducció de penes de presó de fins a cinc anys per a qualsevol persona que publiqui informació suposadament falsa que alarmi el públic o impedeixi els esforços del govern per protegir la ciutadania.

Moisés Naim Les États doivent se préparer ensemble à affronter une crise sans précédent

En aquest article, Moisès Naim avisa de que la manca de cooperació entre els països per gestionar la pandèmia que colpeja avui tot el planeta representa un risc enorme. En efecte, apunta que fins que no es desenvolupi una vacuna contra la Covid-19 l’activitat econòmica seguirà sent feble i al mateix temps els destinataris d’assistència financera poden no rebre-ho fins que no sigui massa tard. Per això, alerta de que un gran nombre de pimes poden arribar a desaparéixer abans no puguin rebre els ajuts promesos. D’altra banda, la lluita contra el coonavirus és cara i comportarà que la despesa pública i el deute dels estats es dispari fins nivells mai vistos. Per consegüent, els països s’han d’ajudar mútuament i actuar de manera concertada per dissenyar i implementar polítiques econòmiques, millorar la seva coordinació financera i, per tant, monetària, la gestió del seu deute, així com l’eliminació de les barreres al comerç de medicaments, materials i equipaments sanitaris, entre d’altres. Afirma que això és possible i que, a més, això té un precedent: durant la greu crisi econòmica que va colpejar el món a partir de 2008, el el G20 va adquirir una importància decisiva. Tot i que les respostes a la gran recessió també han tingut la seva part d’errors, Naim considera que és innegable que la seva acció va contribuir a limitar els danys causats per l’enorme xoc financer.

Isabelle Marchandier L’IA assignée à résidence

L’autora planteja els dubtes en relació amb la utilització de les noves tecnologies en general i de la Intel·ligència Artificial en particular davant d’aquesta guerra contra la Covid-19. Considera que, malauradament, l’ús que es fa de la IA no hi és per ajudar-nos i per curar-nos sinó per vigilar-nos i controlar-nos gràcies a les dades dels operadors de telèfons intel·ligents, que permeten, entre d’altres coses, fer un seguiment dels desplaçaments de la població. Posa com a exemples del que anomena geolocalització punitiva la Xina, Corea del Sud i alguns països europeus més afectats pel virus, com ara Espanya i Itàlia. Acaba citant el llibre de Michel Foucault Surveiller et punir (Gallimard, 1975),  on aquest ja analitzava com una epidèmia oferia la possibilitat d’exercir el poder disciplinari sobre els cossos: “A la pesta, respon l’ordre (…) que prescriu a cadascú el seu lloc, a cadascú el seu cos, a cadascú la seva malaltia i la seva mort, a cadascú el seu bé, per obra i gràcia d’un poder omnipresent i omniscient”.

Vivian Gerrand Resilience, radicalisation and democracy in the COVID-19 Pandemic

Durant el confinament vivim la vida a través d’internet, i això té implicacions per la democràcia, atès que és la situació perfecta perquè els algoritmes que seleccionen els continguts facin créixer la desinformació i es facin populars les teories de la conspiració sobre el coronavirus. Les organitzacions d’extrema dreta veuen aquesta situació com l’oportunitat perfecta per estendre el seu missatge i desprestigiar la democràcia i l’audiència, degut a l’augment de l’atur i del descontentament social, és més receptiva que mai. La proposta d’una renda bàsica seria el mecanisme ideal per mantenir la població resilient contra l’extremisme de dretes perquè permetria mitigar materialment els efectes de la crisi. Els governs haurien de garantir aquest tipus d’ingrés i d’obligar les empreses de xarxes socials a ajustar els algoritmes per evitar la desinformació. 

David Brooks Mental Heath in the Age of the Coronavirus

La situació actual ens fa viure situacions emocionals molt diverses i això, fa que psicològicament hi responguem també de maneres diferents. Per una banda, la solidaritat i la necessitat de mantenir-se connectat fa que ens sentim més units que mai amb les persones que ens envolten, però per altra banda, la situació de confinament i d’incertesa fa augmentar l’angoixa, l’estrès i la confusió. És més difícil mantenir-se concentrat, ha augmentat el consum de notícies i de substàncies alcohòliques i drogues i s’han multiplicat els casos de violència de gènere. La pandèmia estén una sensació d’inseguretat existencial, que altera el sistema nerviós i canvia el que es percep com una amenaça existencial. Per combatre aquests estats mentals, els professionals recomanen parlar dels sentiments i les sensacions, fer esport o ballar, tenir contacte visual, mantenir rituals diaris.

Derek Thompson The Four Rules of Pandemic Economics

L’autor es planteja quines són les regles econòmiques que caldrà seguir a partir d’ara en un món que s’ha capgirat, on obrir l’economia massa aviat produiria morts en massa, però on tancar-la durant massa temps produiria també patiments massius. Thompson ha anat plantejant aquesta pregunta a una desena d’economistes durant les darreres setmanes i l’article intenta destil·lar les seves aportacions i sintetitzar-les en quatre regles que han de regir la nostra reacció a curt termini davant la crisi del coronavirus a) triar entre salvar l’economia o salvar vides és un fals dilema; b) donar un salari a la gent perquè puigui deixar de treballar temporalment; c) donar temps a les empreses, especialment les pimes, per poder refer-se, i d) ara el gran negoci és la ciència. En darrer terme, assenyala que s’ha d’aconseguir generar diners sinó la gent es morirà i que les empreses disposin de liquidesa per no acabar fent fallida. Això no obstant, avisa de que no hi haurà una economia normal fins que derrotem el virus.

Melody Schreiber The Next Pandemic Could Be Hiding in the Arctic Permafrost

L’article planteja com l’escalfament global podria arribar a desenterrar antics microbis que subsisteixen de manera latent sota el permafrost. A mesura que l’Àrtic escalfa al doble de velocitat que la resta del món, el seu sòl comença a desgelar-se i amb aquest desgel, els bacteris i els virus podrien ressorgir després d’una llarga hibernació. Al mateix temps, l’Àrtic està experimentant més trànsit que mai, amb l’obertura de noves rutes marítimes i l’explotació de recursos naturals a la regió la qual cosa augmenta la possibilitat de contacte entre els microbis, els humans i els animals. I no es tracta només de bacteris com aral’antrax tornen a aparèixer: els cossos de centenars de milers de víctimes de la pandèmia de la grip de 1918, que ara molts comparen amb la del coronavirus actual, continuen enterrats al permafrost de l’Àrtic així com els de la poblacions siberianes delmades per la verola a la dècada de 1890, o encara dels presos dels camps soviètics de la Kolyma. Però el canvi climàtic no canvia només el que sabem sobre les malalties al nord. En un món que s’escalfa, moltes malalties del sud avancen cap al nord, a mesura que s’expandeixen els rangs de mosquits i paparres portadores de malalties. En pandèmies com el brot coronavirus actual, el diagnòstic i el tractament d’una malaltia emergent o reemergent, així com educar la ciutadania sobre com evitar la seva propagació, poden ser eines decisives. Si alguna cosa podem aprendre de la Covid-19, és que hi ha diversos passos que podem fer per preparar-nos millor per a la propera epidèmia: des de la lluita contra l’escalfament global que les fa més habituals fins a preparar i reforçar els nostres hospitals, laboratoris i comunitats abans que es produeixi el següent desastre sanitari.

Olga Tokarczuk Coronavirus, la verità è che per noi cambierà l’intera esistenza

La premi Nobel de literatura fa en aquest article un elogi de l’alentiment del ritme de vida amb què ens hem trobat durant el confinament i es pregunta si no és que hem tornat a un ritme normal de vida i que la situació anterior era l’anormalitat. El virus ens ha recordat que som éssers fràgils, que som mortals, que no existim independentment del món. Però també ens ha fet tornar a una reivindicació de les fronteres nacionals, ens ha demostrat que a vegades la família ens cansa i que els matrimonis estan desgastats, i que ha augmentat el nombre de suïcidis i malalties mentals. En resum, conclou l’autora, davant els nostres ulls es dissol el paradigma de la civilització que ens ha constituït durant els últims 200 anys que ens havia fet creure que ho podem tot i que el món ens pertany. 

Byung-Chul Han La pandemia y el regreso a la sociedad disciplinaria

Serà capaç el virus de transformar permanentment la societat liberal occidental en una societat disciplinaria en la que tots serem tractats com a potencials portadors de la malaltia? Durant aquestes setmanes de pandèmia, Europa ha perdut el seu carisma i ha començat a mirar Àsia amb admiració. Els estats asiàtics continuen sent disciplinaris, a diferència dels occidentals, que han evolucionat cap a un model liberal, i és més fàcil imposar-hi mesures dures que a occident serien rebutjades per la població. Si s’imposés el model asiàtic a escala global assistiríem a la fi del liberalisme. L’autor es pregunta si hem de témer que a causa de la pandèmia Occident acabi optant per un estat policial o si l’epidèmia i els seus incomptables morts son el preu que hem de pagar per la llibertat.

Siri Hustvedt Vivo con miedo, imagino el futuro

En aquest article, l’escriptora Siri Hustvedt recull les seves reflexions sobre el virus, reflexions amb les quals de ben segur tothom se sentirà identificat: la sensació d’estranyesa a l’hora de pensar en quan es podia fer vida normal; la buidor que se sent en transitar pels carrers; la perplexitat davant dels discursos virils i narcisistes de líders com Trump i Bolsonaro, negacionistes de la pandèmia… Hustvedt expressa la seva preocupació pel que aquest tipus de discursos comporten: la degradació de la sanitat pública, l’augment de l’emergència… I conclou afirmant que el virus ha demostrat que som interdependents i vulnerables i que les plagues juguen el rol d’igualar-nos encara més.

Josep Ramoneda Les mutacions del llenguatge

En aquest article Ramoneda fa una pertinent reflexió: la natura provoca crisis que desde el poder polític (encara nacional i estatal) no es poden solucionar amb facilitat. És possible que la dimensió d’una crisi es pugui mesurar pels efectes provoca sobre el llenguatge? Realment el to greu és el leitmotiv d’aquesta crisi a totes les latituds en tots els mitjans de comunicació (com no podía ser d’una altra manera). La disjuntiva és la següent: la crisi de la covid19 genera angoixa per la falta “d’hotizó temporal clar”, estem davant d’un fet que pot suposar “túnel o hecatombe”, trencar els “tabús en l’ortodoxia neoliberal” i esdevenir “ecos nostàlgics de la música socialdemòcrata”, quin model de governança sortirà reforçat?

Ken Klippenstein El Pentágono sabía desde hace años que llegaba un coronavirus

El diari nord-americà The Nation ha accedit a un document classificat del Departament de Defensa dels EUA escrit el 2017 on ja s’advertia de la possibilitat que hi hagués una pandèmia mundial i s’hi detallaven les conseqüències que podria tenir. Encara que Trump hagi afirmat que aquest virus “ha sortit del no-res”, el Pentàgon era conscient no només de l’amenaça d’una nova grip sinó que ja va preveure la fragilitat dels sistemes sanitaris, la manca de respiradors, mascaretes i llits d’hospital i va predir que hi hauria una competència mundial per trobar una vacuna. L’esborrany del Pla s’anomenava “Pla de la Secció de l’USNORTHCOM 3560: la grip pandèmica i la resposta a malalties infeccioses” i va ser filtrat al diari per un funcionari del Pentàgon. 

Anna Colin-Lebedev Le coronavirus aura-t-il raison du règne de Poutine?

L’autora analitza les dues notícies d’actualitat a Rússia: la reforma constitucional, que molts analistes interpreten com un nou sistema de control del sistema polític per part de Putin, i l’epidèmia de Covid-19 que posarà a prova la resistència de la societat russa. Si la política exterior de Moscou i la gestió autoritària de Putin solen ser el centre d’atenció, la situació social del país i la vida quotidiana dels seus habitants són relativament poc conegudes, així com els nombrosos defectes del sistema mèdic rus. Rússia va heretar del sistema soviètic molts punts d’accés a l’atenció primària, un sistema hospitalari desenvolupat i una bona xarxa de seguiment mèdic de la població, però també un retard considerable en les tècniques mèdiques. A la vegada, i en tant que la salut pública no ha estat la preocupació principal del règim, el govern rus ha dut a terme reformes que han reduït dràsticament el nombre d’estructures mèdiques, reduïdes a la meitat entre 2000 i 2015. Més enllà de l’estat del sistema sanitari, la situació social també jugarà un paper rellevant en la capacitat de resistència del país davant de l’epidèmia. Fa dècades que falta la protecció social que l’estat rus ofereix als seus ciutadans i davant l’atur, la discapacitat, la malaltia greu o crònica, les persones saben que només poden comptar amb si mateixes i els seus familiars i amics. En darrer terme, si la crisi sanitària s’agreuja i exposa els fracassos de l’estat de benestar rus, el seu impacte podria arribar a desestabilitzar un poder que ha confiat durant molts anys en una retòrica de poder i grandiositat, i que ara es trobaria confrontat a una crisi de legitimitat.

Edgar Morin Vivimos en un mercado planetario que no ha sabido suscitar fraternidad entre los pueblos

El filòsof francès Edgar Morin reflexiona sobre els efectes de l’epidèmia de coronavirus i alerta contra els perills del darwinisme social i la destrucció del teixit pública en sanitat i educació. Al seu entendre, la unificació tècnico-econòmica del món impulsada pel capitalisme agressiu dels anys noranta ha fet néixer un mercat planetari que ha creat, al seu torn, una por generalitzada al futur. I la pandèmia del coronavirus ha posat de manifest aquesta contradicció fent-la encara més evident. Morin afirma que la crisi actual li recorsa la gran crisi econòmica dels anys trenta, en què diversos països europeus, Alemanya i Itàlia sobretot, van abraçar l’ultranacionalisme. I, malgrat que ara falti la voluntat hegemònica dels nazis, avui li sembla indiscutible aquest tancament en si mateix. També assenyala que el desenvolupament econòmic capitalísta ha desencadenat els grans problemes que afecten el nostre planeta: el deteriorament de la biosfera, la crisi general de la democràcia, l’augment de les desigualtats i de les injustícies, la proliferació dels armaments, i els nous autoritarismes demagògics. Per això, considera que és necessari afavorir la construcció d’una consciència planetària sobre una base humanitària: incentivar la cooperació entre els països amb l’objectiu principal de fer créixer els sentiments de solidaritat i fraternitat entre els pobles.

Anne Applebaum Creeping Authoritarianism Has Finally Prevailed

La pandèmia del coronavirus a arribat a Hongria i s’ha trobat amb un país on hi ha un sistema sanitari molt dèbil degut a la corrupció de Viktor Orbán, que s’ha dedicat, durant una dècada, a desviar diners de la UE cap a la construcció d’infraestructures innecessàries i cap als seus companys. El seu discurs ultranacionalista d’extrema dreta ha aconseguit culpar retòricament de la mala situació a la que ha conduit el país als activistes crítics amb el govern. El 30 de març el Parlament hongarès, que està controlat per Fidesz, el partit d’Orbán, va aprovar cancel·lar les eleccions, suspendre el seu poder legislatiu i donar plens poders al primer ministre per governar per decret amb l’excusa que aquesta concentració de poder serviria per lluitar contra el coronavirus. Els mitjans de comunicació del govern de seguida s’han dedicat a ridiculitzar públicament les persones crítiques amb la situació, i han arribat a culpar-los de la propagació del virus. A Hongria, explica l’autora, l’autoritarisme cada cop és més acceptat i s’està normalitzant més. És important, adverteix, no abaixar la guàrdia i seguir observant de molt a prop allò que fan els governs per, quan passi la tempesta, poder buscar responsabilitats i sortir-ne més preparats. 

Minxin Pei China’s Coming Upheaval

D’acord amb la tesi de l’autor, la crisi de la Covid-19 ha posat de manifest la fragilitat del govern del govern del president xinès Xi Jinping. Una de les possibles raons per què Beijing no va emprendre accions agressives per contenir el brot més aviat va ser que poques decisions crucials es poden prendre sense l’aprovació directa de Xi, el qual ha d’atendre moltíssimes demandes i tractat nombroses qüestions en un espai de temps molt limitat atenció. Un home fort que acapara la presa de decisions també pot ser políticament vulnerable durant una crisi d’aquest tipus. Una sèrie de decisions preses per Xi després de l’inici del confinament de Wuhan, com ara enviar el seu primer ministre Li a l’epicentre de l’epidèmia en lloc d’anar-hi ell mateix i no fer cap aparició pública durant gairebé dues setmanes, van minar la seva imatge com a líder, precisament en un moment en què el sistema semblava implacable. Així, Xi només va reafirmar el control unes setmanes després del començament de la crisi quan va acomiadar els caps del partit a càrrec de la ciutat i la província on va començar el brot i va imposar unes estrictes normes de censura a la premsa i a les xarxes socials. Però el breu període durant la qual els mitjans de comunicació xinesos i fins i tot la premsa oficial van poder mostrar la seva indignació respecte del tractament de la crisi ha posat de manifest el poder latent de la societat civil xinesa. Per raons desconegudes, el sistema de censura de la Xina va funcionar malament durant aproximadament dues setmanes després de la publicació del bloqueig a Wuhan. Durant aquell període, la gent va poder conèixer com el govern havia silenciat els professionals que havien intentat avisar la població de la gravetat del brot. En definitiva, l’autor considera que els esdeveniments dels darrers mesos han demostrat que el domini del PCC és molt més fràgil del que molts creien. Al seu entendre, això reforça l’estratègia de pressió sostinguda per part dels Estats Units per tal d’induir un canvi polític.

John O’Loughlin et al. To Russia With Love

Sis anys després de l’annexió de Crimea per part de Rússia, els autors miren d’esbrinar si els habitants de la península senten que viuen en un territori ocupat sota la bota dels invasors russos? Està clar que alguns sí. Les organitzacions internacionals de drets humans i activistes locals han documentat nombrosos casos de repressió de la dissidència i l’empresonament d’activistes pertanyents a la minoria tàrtara de religió musulmana sota l’acusació de terrorisme. Les autoritats locals també han destruït les cases de presumptes activistes, tancat mitjans de comunicació independents i prohibit el Mejlis, l’organització més important de la societat civil tàtara. Això no obstant, les percepcions de la majoria dels habitants de la península no atrauen tant l’atenció d’Occident com els informes sobre dissidents. Les enquestes dutes a terme pels autors l’any 2014 i de nou el 2019 demostren que els habitants de Crimea segueixen sent majoritàriament favorables a l’annexió russa. No hi ha dubte que es produeixen abusos als drets humans, que la vida és difícil per als activistes i per als contraris a l’annexió, i que la corrupció continua sent endèmica. Però quan els activistes ucraïnesos i els polítics occidentals afirmen que habitants de Crimea viuen sota l’ocupació russa, confonen l’experiència d’alguns amb la de tots. La majoria de la població no viu el domini rus com una opressió estranger indesitjada. Tot el contrari, en base a les enquestes fetes pels autors, estan raonablement feliços de viure a la Rússia de Putin

The Economist How will humans, by nature social animals, fare when isolated?

Els esdeveniments traumàtics, els desastres naturals les guerres, poden danyar la salut mental de les persones. La pandèmia de la Covid-19 no és diferent. Ha provocat la por al contagi i a que els éssers estimats puguin caure malalts. Ha creat una gran incertesa sobre tots els aspectes de la vida. I amb una cinquena part del món en situació de confinament, l’aïllament prolongat també està provocant solitud, ansietat i depressió. L’article de The Economist assenyala en aquest sentit que les quarantenes i el “distanciament social”, les mesures polítiques necessàries per frenar la difusió del nou coronavirus, estan en contra de la naturalesa humana. El contacte físic i les xarxes socials són essencials tant per a les persones com per als primats no humans. La magnitud del confinament a escala mundial no té precedent però les investigacions fetes arran d’altres esdeveniments traumàtics i altres tipus d’aïllament ofereixen algunes pistes sobre les possibles conseqüències sobre la salut mental de les poblacions confinades. Així, segons un breu repàs dels efectes psicològics de les quarantenes publicada el 14 de març a la revista mèdica britànica The Lancet, suggereix que l’impacte de les quarantenes pot ser tan greu que pot derivar en un diagnòstic de trastorn d’estrès post-traumàtic (PTSD).

Bret Stephens Covid-19: A Look Back From 2025

En aquest original article, l’autor escriu com si estigués al 2025 i mirés enrere per comentar el desencadenament que va tenir la pandèmia de la Covid-19. Comenta com el virus va servir per justificar l’autoritarisme a països com Hongria i les Filipines i com, als règims democràtics, va ser l’excusa perfecta per prohibir la reunió en espais públics, tancar fronteres, limitar el govern i censurar els mitjans de comunicació. Mesures que, tot i haver de ser excepcionals en un primer moment, van acabar allargant-se i es van normalitzar. L’autor escriu també que Trump va guanyar les eleccions del novembre del 2020, i que als EUA el govern es va engrandir per poder donar resposta a la catàstrofe sanitària i social que havia desencadenat la pandèmia. Des del futur, l’autor comenta també que després de la pandèmia la situació no va canviar gaire i la població va seguir vivint en un confinament perpetu degut a que la crisi econòmica no va permetre reactivar el consum. Els països més pobres van caure en la misèria, i la lluita contra el canvi climàtic va passar a ser un somni. Un escenari absolutament distòpic que podria deixar de ser ficció si no responem amb determinació en l’actualitat. 

Ai Weiwei El capitalismo ha llegado a su fin

En aquesta entrevista l’artista xinès Ai Weiwei exposa la seva crítica més punyent del govern xinès, a qui sempre ha criticat —de fet, viu exiliat a Anglaterra per això— però de qui en concret critica la gestió que ha fet del coronavirus. A més, assenyala que, amb una crisi com la que vivim, els problemes preexistents arreu del món degut a la manca de respecte cap als drets humans es tornen més greus. Segons ell, el capitalisme ha arribat a la seva fi: no pot continuar-se desenvolupant moralment i èticament i adverteix que els desastres no s’aturaran perquè hem violat molts principis morals. Sobre l’aïllament, que ell va viure a la força a la Xina per ser dissident, comenta que és una mesura que respon a la desconfiança de les persones cap a l’ordre social existent, atès que la llibertat individual només pot basar-se en la confiança pública. L’entrevista acaba amb una reflexió sobre la seva relació actual amb la Xina i sobre els seus referents artístics, molt marcats per l’experiència que va tenir com a fill d’un dissident del règim i que ha fet que la seva vida mateixa sigui una obra. 

Joseph E. Stiglitz​ Es un momento crítico para el futuro de Europa

El premi Nobel d’economia Joseph Stiglitz respon a una entrevista telefònica on dona claus d’anàlisi i llença algunes advertències sobre la situació actual. Avisa que la UE ha d’emetre eurobons per combatre la crisi econòmica, però que això serà difícil de dur a terme degut a la poca solidaritat que hi ha entre països europeus. Si no s’adopten aquest tipus de mesures i no es reacciona a temps la caiguda econòmica serà més profunda. A més, segons Stiglitz, estem assistint a la ruptura amb la doctrina del liberalisme econòmic, ja que s’està demostrant que els mercats per si sols no poden gestionar la crisi i que necessitem els governs. Però per acabar de trencar amb aquest sistema econòmic caldrà molta determinació política després de la crisi.

Francesc Valls El coronavirus desenterra la pobresa invisible

L’article posa de manifest que el coronavirus ha fet aflorar la precarietat en tota la seva esplendor. Les realitats invisibles han sortit a la llum. La situació de què veníem no era esperançadora. Malgrat la recuperació econòmica i les macroxifres, la pobresa severa –ingressos inferiors a 350 euros al mes– afecta, segons la Generalitat, 500.000 catalans. Malgrat el descarrilament que ha suposat la pandèmia, l’autor assenyala qu no podem permetre’ns continuar perdent vagons. Les mesures socials preses pel Govern central ni són suficients ni acontenten el 100%. Els autònoms demanen l’exoneració i no la moratòria de quotes, l’Aliança Contra la Pobresa Energètica vol que no sigui l’erari públic sinó les grans empreses les que es facin càrrec dels deutes impagats de subministraments bàsics i el Sindicat de Llogaters és partidari que se suspenguin els pagaments de mensualitats a tots els colpejats per la crisi que s’han quedat sense ingressos. En definitiva, quan tot això acabi assevera que caldrà passar comptes amb els qui cínicament reclamen més eficàcia o generositat, mentre ells, en passat o en present, s’han dedicat a retallar els serveis públics bàsics

Vijay Maheshwari Why are so many of the world’s top jobs still held by grumpy old men?

Perquè la majoria de polítics i de directius d’alt nivell són homes grans? L’article intenta respondre a aquesta pregunta. La majoria de líders son boomers (tenen més de 60 anys) perquè l’economia també està controlada per boomers—als EUA, dos terços de la riquesa està en mans de boomers—. Aquesta generació té associada una manera de fer, que encarna a la perfecció Donald Trump. Rússia, la Xina, l’Índia, Brasil, Egipte, Hongria, Turquia i Polònia son altres exemples d’això. Un altre dels motius, a part del fet que aquesta generació controli l’economia, és que els boomers tendeixen a confiar més en la seva pròpia generació i no voten candidats més joves. La nostàlgia cap a un passat més simple i millor, cap a un món sense els problemes característics del món globalitzat és un altre factor que reforça el domini dels homes grans, que sovint tenen el perfil de strongmen. Els líders que sobrevisquin la pandèmia del coronavirus, comenta l’article, segurament en sortiran reforçats perquè la situació s’assemblarà a aquell passat amb què tant somiaven i l’autoritarisme serà vist amb més bons ulls. 

Elizabeth Kolbert Pandemics and the Shape of Human History

Històricament, els brots epidèmics sempre han provocat disturbis i impulsat innovacions en salut pública, revolucions i redisseny de mapes i fronteres en tant que les epidèmies són, per la seva naturalesa, divisives. En efecte, el veí al qual normalment hom es pot dirigir per demanar ajuda, de sobte es converteix en una possible font d’infecció. Els rituals de la vida diària també esdevenen oportunitats de transmissió i les autoritats que apliquen les mesures de quarantena esdevenen agents d’opressió. A la vegada i de manera recorrent al llarg de la història, la gent ha acusat els forasters dels brots epidèmics. El problema a l’hora d’intentar establir paral·lismes entre crisis històriques és que, per a tots els patrons comuns que sorgeixen, també apareixen almenys tantes variacions. Per exemple, durant els aldarulls provocats perls brots de còlera a Europa, la gent no culpava a forasters sinó a conciutadans com ara metges i funcionaris  del govern. En definitiva, tal com assenyala Adam Kucharski, professor de la London School of Higiene & Tropical Medicine i autor de The Rules of Contagion (Wellcome Collectiom 2020), les diferències depenen de factors com el mode de transmissió, el temps que un individu és contagiós i les xarxes socials que recorre cada malaltia. Entre les poques prediccions sobre Covid-19 que es poden fer en aquest moment és que es convertirà al seu torn en el tema de moltes històries.

Philippe Legrain The Coronavirus Is Killing Globalization as We Know It

Philippe Legrain no és el primer observador que alerta de la possibilitat que el brot de Sars-Cov-2 esdevingui un autèntic regal per a nacionalistes i proteccionistes de tota mena. En un clima d’incertesa i shock global on les conseqüències de la crisi es poden extendre en el temps, ¿quins populismes poden surgir? La covid19 ha fet emergir els desavantatges de la integració internacional alhora que ha donat legitimitat a les restriccions nacionals sobre el comerç i els fluxos de persones. Com diu el títol de l’article: el coronavirus està matant la globalització tal i com la coneixem.

Orville Schel The Ugly End of Chimerica

La revista Foreign Policy repassa les relacions entre els Estats Units i la Xina a la llum de la crisi del Covid-19 i apunta algunes de les perspectives de futur. Dues superpotències gegants que durant alguns anys semblava estar més pròximes ara s’estan distanciant a marxes forçades, sota l’impuls tant de la política com per l’impacte de la propagació global del coronavirus. Segons l’autor aquest distanciament ja estava en marxa per la rígidesa ideològica del president xinès Xi Jinping i pel nacionalisme ferreny del president dels Estats Units, Donald Trump.  L’autor també assenyala que el compromís al qual van arribar els EUA i la Xina a principis del segle XXI va neutralitzar els Estats Units com a adversari en un moment en què era més beneficiós per a Beijing. Ara, amb l’esclat del brot pandèmic, la incapacitat inicial de Xi per gestionar la crisi ha perjudicat tant el seu aire d’invincibilitat personal com la base més important de la legitimitat política del Partit Comunista Xinès: el creixement econòmic. No obstant això, la majoria dels nord-americans continuen desitjant algun tipus de globalització però potser on la Xina tingui un paper molt menys rellevant. Ara que les empreses nord-americanes es mostren cada vegada més escèptiques respecte de l’antic estil de compromís, aquesta política ha perdut els últims defensors. Fins i tot abans de la crisi del coronavirus, les empreses ja havien pres consciència del risc de tenir tots els ous a la mateixa cistella i durant la guerra comercial han començat a diversificar la fabricació lluny de la Xina, cap a altres economies en desenvolupament com aea Vietnam. En darrer terme, la pandèmia no pot fer més que accelerar aquest procés.

Guadalupe Bécares La lucha contra el coronavirus es también la climática

Com afectarà la pandèmia a la lluita contra el canvi climàtic? D’entre els reptes que planteja la situació actual, aquest és un dels més significatius. I la resposta va molt més enllà dels raonaments simples que determinen que amb la reducció de la producció i del transport les emissions de gasos d’efecte hivernacle es redueixen. En comptes de celebrar que l’aigua dels canals de Venècia i dels rius estigui més neta i que estiguin apareixent animals en llocs inhòspits, ens hauria de preocupar el fet que el sistema en el qual ens organitzem ha destruït la biodiversitat que podria fer-nos immunes als virus i ha pertorbat els ecosistemes. Protegir la biodiversitat serà fonamental en el moment post-pandèmia si volem evitar noves onades de malalties i per tant serà essencial repensar el model econòmic en clau de sostenibilitat. L’autora també adverteix que els missatges que elogien el fet que s’hagin reduït les emissions i que culpen els humans en abstracte de produir-les amaguen que és el model econòmic qui crea la contaminació, i no els humans en abstracte. De fet, la reducció d’emissions, que pot ser agraïda des d’una mirada superficial, és fruit d’una crisi en que moltes persones han perdut la feina i es troben desprotegides. Sembla que l’alarma detonada pel coronavirus està sacsejant més consciències del que han aconseguit sacsejar les advertències sobre el canvi climàtic. No obstant, cal no oblidar que la construcció d’un futur sostenible depèn de com reaccionem a la situació actual. 

Géraldine Schwarz La espiral de pánico es peligrosa

L’assagista i historiadora francoalemanya Géraldine Schwarz reflexiona sobre el que està passant a Europa com a institució i com a territori, en un moment delicat per a la democràcia i les llibertats i considera que amb la pandèmia i les mesures excepcionals aquests valors estan amenaçats. Davant d’això, l’autora es pregunta si serem capaços de combinar l’emergència sanitària amb la democràcia i al seu parer aquest és el gran examen d’Europa: la capacitat per demostrar que els problemes sanitaris es gestionen amb més eficàcia en una democràcia que en una dictadura com la Xina. En efecte, afirma que s’està produint i una guerra de propaganda sobre la gestió d’aquests temes on la Xina està intentant provar que un model autoritari ho fa millor. I això és molt perillós perquè la gent és sensible a aquest tipus de discurs. També considera que s’està posant a prova la llibertat, que no es un valor absolut. Això és el que ens demostra la pandèmia d’una manera brutal: que la gent és molt capaç de renunciar a la llibertat en nom de la seguretat. En definitiva, el joc de la democràcia és una cosa que la gent encara no comprèn del tot, de manera que no és capaç de jutjar quan es cometen abusos. En aquest sentit, també podria passar quan esclati la crisi del canvi climàtic s’imposi en nom de la salut, per exemple, una mena de dictadura verda perquè la por desferma el pitjor dels éssers humans.

Íñigo F. Lomana Palabrería e inmoralidad

Palabrería e inoralidad es tracta d’un dels articles més sagnants i crítics que s’han publicat en les darreres setmanes. Íñigo F. Lomana fa una doble crítica. D’una banda a aquelles teoríes conspiranoiques que se sostenen sobre la idea de que la crisi de la pandemia és un clar projecte d’inginiería social que pretèn imposar un terror totalitari (industria farmacèutica, contrarrevolució reaccionaria respecte el canvi climàtic, etc). De fet parla d’una “farsa grotesca” que ha de ser denunciada públicament tot aquell discurs que asumeixi idees com una retallada de drets planificada “la reclusión, la prohibición y la obediencia”. Aquest profetes del desastre semblen deixebles del pensador Étienne de la Boétie (pensador del segle XVI) i el seu “Discurso sobre sobre la servidumbre voluntaria”. Seguint aquest fil, el segon aspecte amb el que és vertaderament corrosiu és amb els pensadors i filòsofs que han fet tot tipus de “declaracions extravagants”. Només cal atendre a les paraules amb las que tanca l’article: “a nadie le conviene que los pensadores enmudezcan (…) no obstante, sería conveniente que dejara de ser cuanto antes el lamentable teatro de indigencia teórica en el que se ha convertido”.

Ariane Nicolas Peste, grippe espagnole... Les grandes pandémies ont-elles accouché d'un «monde nouveau»?

Des de l’inici de la crisi del coronavirus, són nombrosos els paral·lelismes que s’han fet amb la grip espanyola, el SARS, o fins i tot amb les epidèmies més antigues de pesta o còlera. L’autora planteja quines conseqüències van tenir aquestes grans pandèmies en les societats afectades i si, com esperen nombroses persones avui, el seu impacte va portar al sorgiment de societats més justes i més sàvies. Després de repassar algunes de les principals pandèmies que han afectat la Humanitat, Nicolas assenyala que a llarg termini o més llarg i de manera diferenciada segons cada país, les grans pandèmies sempre deixen la seva empremta, sobretot en l’imaginari col·lectiu, i que les reaccions a un brot són gairebé sempre iguals: hi ha aquells que tenen por, els que s’aprofiten de la situació, els que voldrien canviar algun o altre aspecte del poder, de la societat o de l’economia. D’alguna manera cada nova epidèmia és una lluita contra els dimonis propis a l’ésser humà. Només canvien les armes pe afrontar-los.

John Lichfield The next epidemic: Resurgent populism

En aquest article John Lichfield confirma les pitjors sospites. Estem davant d’una situació d’efervescència molt procliu a l’assalt populista. El continuat bombardeig de desinformació, les campanyes de desestabilització dels governs per part dels sectors més radicals, l’aparició de teoríes conspiranoiques, l’exposició a fake news en internet, el confinament i la sensació de vulnerabilitat són sinònim de ira i por, ambdues essencials en la construcció de discursives ultra. Potser el filòsof italià Antonio Gramsci tenia raó quan deia allò de: l vell món es mor. El nou triga a aparèixer. I en aquest clarobscur, sorgeixen els monstres”.

Albert Branchadell El procés després del SARS-CoV-2

Branchadell afirma que la situació crítica que vivim té el mèrit de posar en evidència que resulta ben poc recomanable aturar l’economia d’un país. Però ara no és el moment de retreure a aquest independentisme antipragmàtic la seva discutible estratègia per doblegar l’Estat (ni de recriminar a cert espanyolisme exacerbat que confongués l’innocu independentisme amb una cosa que calia “desinfectar”), sinó d’extreure algunes lliçons de la crisi del coronavirus que ens puguin orientar en l’endemà. Perquè trigarà més o trigarà menys, però el malson de la Covid-19 s’acabarà, i quan despertem el contenciós que enfronta l’independentisme català amb la inèrcia centralista espanyola encara hi serà. En primer lloc, considera que la crisi del coronavirus haurà servit per relativitzar la importància de tenir un Estat ja que ni Itàlia, ni França, ni el Regne Unit, amb les seves robustes sobiranies, han aconseguit estalviar-se el virus. En segon lloc, la crisi del coronavirus també haurà servit per posar en evidència l’escassa cultura federal que impregna la política espanyola. L’article conclou dient que sigui quin sigui el futur de la negociació entre els governs espanyol i català, el nunca máis hauria de ressuscitar tant a Catalunya com a Madrid. Ni aquí ni allà s’ha de retallar mai més el sistema de salut pública.

Olga Tokarczuk et al. Paciente Europa

Al més pur estil de la Carta Magna de 1215 otorgada pel monarca anglès, on s’exposà un “memorial de greuges” primer, i unes propostes després, El País publica un manifest dirigit a les institucions europees (Parlament, Consell, Comissió) per tal de defensar el futur de la democràcia, l’economia i la integració europea. En concret es fa una crida a posar en valor la dignitat humana i del treball, la solidaritat, i, sobre tot, a col·locar-les per sobre de les exigències de la rentabilitat i el benefici. Així, un conjunt de representants de diversos àmbits polítics al front dels quals hi ha la premi Nobel de literatura Olga Tokarczuk, reclamen principalment que els recursos destinats a salvar llocs de treball haurien de servir als empleats, no als consells assessors de les empreses i als diversos mercats.

Gesie Schwan et al. Sin un nuevo patriotismo europeo, el declive de la UE es inevitable

Si al 1971 Eduardo Galeano publicava l’obra “Las venas abiertas de América Latina” l’escenari d’excepcionalitat que planteja la pandèmia ben bé podria portar-nos a l’edició de “Las venas abiertas de la Unión Europea”. Del Consell Europeu reunit el passat 26 de Març, “salió una UE totalmente dividida”. Els mitjans de comunicació no ajuden, i el foc creuat d’acusacions entre el nord i el sud d’Europa és incessant. Podem sortir molt mal parats si l’extrema dreta, el nacionalisme i l’euroescepticisme sap catalitzar l’evident malestar. Sembla ésser que els plantejaments del sociòleg Max Weber al seu colossal ”La ética protestante y el espíritu capitalista” tenen plena vigència. Front aquesta divisió només hi ha dues possibilitats de sortida; o donem un salt en la integració europea o aquesta s’esmicola. Doncs “¿Es la Unión Europea una comunidad de destino (…) o tan solo una asociación instrumental de egoismos nacionales?”. Les properes setmanes obtindrem la resposta. 

Eduardo Febbro Europa fue el primer muerto del coronavirus

Aquest article recull les observacions de Bertrand Badie, politòleg expert en relacions internacionals i professor de la reconegudíssima Sciences Po de París. Badie en un exercici d’eloqüència i optimisme reflexiona entorn els possibles mons que s’auguren després de la crisi. Segons l’intelectual francès el sistema d’Estats-nació s’enfonsa i la covid19 dóna alè a “un canvi en la visió del món i dels comportaments socials”. Potser la geopolítica no té gaire sentit en la gestió d’una pandemia global onl’altre ha deixat de ser un rival, l’altre és algú de qui depenc”. Així, el que pot obrir un clima d’esperança és la distinció entre globalització i neoliberalisme, és a dir, prendre consciència de que la globalització neoliberal no és res més que una forma de globalització. Els humors socials durant tot el 2019 ja s’havien alineat en contra d’aquesta forma de globalització. Ara toca evitar que sigui l’extrema dreta qui s’encarregui de canalitzar la por en la solució a la crisi. 

Lili Bayer EU budget won’t be corona-era Marshall Plan

La presidenta de la Comissió Europea, Ursula von der Leyen, ha repetit en les últimes setmanes que Europa necessita un nou Pla Marshall per afrontar la crisi del coronavirus. No obstant, els experts remarquen que la comparació entre el Pla Marshall i el nou pressupost de la UE és erroni. Els diners per un Pla Marshall haurien de venir dels mateixos governs de la UE, i no d’un govern estranger com va passar després de la Segona Guerra Mundial, i el pressupost que s’hauria d’arribar a reunir seria molt més gran del que els líders europeus estarien disposats a acceptar. Després d’una crisi com la que s’acosta, de ben segur que els líders nacionals no voldran cedir diners a la UE i preferiran mantenir-los per la recuperació dels seus respectius països. Molts no ho voldran fer per por d’animar el populisme anti-europeu, i d’altres estaran en desacord amb que la UE deixi de dedicar diners a sectors com l’agricultura per passar a dedicar-los a la recuperació econòmica. Els experts asseguren que el que Europa necessita no és un Pla Marshall, sinó un pla que asseguri que un Pla Marshall no serà necessari en un futur. Per tant, el fet que els líders facin servir aquest nom és simbòlic: en realitat, el fan servir per fer designar una situació en què es necessitarà molta despesa pública. 

Ludovic Voet Combating Covid-19 and climate change—one fight

El brot de Covid-19 ha revelat algunes coses inesperades sobre la humanitat. Un d’elles és que la societat es pot adaptar ràpidament a una amenaça comuna. Al mateix temps, el virus ha destacat una part de les conseqüències perjudicials que podria tenir el canvi climàtic. Molts dels canvis de les darreres setmanes també apunten a com podríem avançar cap a una manera de viure més sostenible. Tot i això, alguns líders de la Unió Europea han utilitzat la crisi com a oportunitat per suggerir aigualir el Green Deal de la UE i abandonar els esforços per lluitar contra el canvi climàtic, per exemple a través del sistema de comerç dels drets d’emissions. Per lluitar contra el virus i salvar vides, les poblacions europees han acceptat restriccions sense precedents en les seves llibertats i formes de vida quotidianes. Això comporta riscos per a la democràcia i no pot durar indefinidament. A llarg termini, no s’acceptaran mesures basades en recomanacions científiques que tinguin el consentiment democràtic de la població. De la mateixa manera, l’autor considera que el repte del canvi climàtic requereix la participació a gran escala de la ciutadania. Els governs no poden permetre’s escapolir-se dels procediments democràtics i han d’assegurar la consulta pública i la implicació plena d’agents interessats com per exemple els sindicats. Una transició social i ambiental justa necessita garantir la confiança entre els treballadors i les comunitats. Sense el seu suport, les polítiques de protecció del clima fracassaran.

Maria João Rodrigues  ​i ​Paul Magnette Only a ‘New Deal’ can rescue the European project

A à les pàgines de Social Europe, els autors manifesten que la crisi sanitària i econòmica combinada que comporta el nou coronavirus pot semblar que afecti a curt termini més uns estats que d’altres al si de la Unió Europea. Però la situació aviat es convertirà en una crisi sistèmica per a la UE en general i no només per a la zona euro. Dins d’aquest context, només un pla molt atrevit i ambiciós, que combini mesures urgents i una visió a llarg termini, com va fer el New Deal del president dels Estats Units, Franklin Roosevelt, pot rescatar el projecte europeu, obrint una nova era de coordinació i de solidaritat en la història de la integració europea. A la vegada, més que divisions polítiques i discussions legals interminables, el que la UE necessita ara és una àmplia mobilització de la seva societat civil. La profunda reconstrucció de la comunitat política europea que exigeix aquesta crisi requereix un ampli debat públic. Això significa incloure els agents socials i les organitzacions de la societat civil, els acadèmics i els periodistes, i tots els ciutadans actius que pensen que tornar a la manera de fer de sempre seria el pitjor error històric que Europa pugui cometre.

Donna Thomson i Zachary White Finding meaning in the worst of times

El confinament ha fet que perdem la nostra llibertat de moviment, però ens ha fet guanyar el fet de posar la vida al centre i ens ha fet valorar les tasques de cures. L’article recull quatre lliçons que podem aprendre en un moment com aquest de les persones que es dediquen a cuidar. En primer lloc, que les tasques de cura en família son essencials. Que molts dels sistemes sanitaris s’hagin col·lapsat ha fet que les tasques de cura s’hagin hagut de dur a terme a casa. El rol d’acompanyament és fonamental i sempre hi ha hagut una necessitat de cures: és hora de valorar-lo i assegurar-se que qui ha de fer aquestes tasques ho pugui fer tranquil·lament i de manera informada. En segon lloc, que el distanciament social i la connectivitat social requereixen una imaginació i una intenció continuades. Paradoxalment, estant lluny de les persones properes ens hi hem apropat més. En tercer lloc, que allò comunitari és important perquè el benestar individual està interconnectat amb el benestar dels altres. I, per últim, que preocupar-se pels altres i cuidar-los és transformador. Cuidar és una manera d’existir respecte els altres i de pensar l’interconnectivitat, que haurà de perdurar un cop passada la crisi si volem construir un sistema mes sostenible i que posi la vida al centre. 

Ben Rhodes The 9/11 Era Is Over

L’autor sosté que des dels atemptats de les Torres Bessones de l’11 de setembre del 2001 els EUA han viscut com si cada dia fos el 12 de setembre. Ara, amb la crisi de la Covid-19, que amenaça amb arrabassar més vides que qualsevol acte terrorista, és moment de tancar el capítol que va començar amb els atemptats. Que els EUA hagin viscut com si cada dia fos el 12 de setembre vol dir que s’ha construït un discurs emparat en la necessitat d’acabar amb el terrorisme que ha legitimat una política exterior molt agressiva i ha fet d’element aglutinador de la societat americana. Però la naturalesa de la pandèmia fa que ja no sigui possible buscar un únic culpable que permeti articular un antagonisme a través del qual els EUA s’erigeixen com els defensors de la democràcia i les llibertats, com sí que es va fer durant els anys de la guerra contra el terrorisme. La situació actual mostra que les amenaces més potents no venen de grups terroristes, sinó del canvi climàtic, les pandèmies, les noves tecnologies i els autoritarismes, i per això és fonamental que el govern americà canviï les seves prioritats i refaci el seu pressupost per invertir més en sanitat i recerca i no tant en seguretat nacional i política internacional.  

The Economist The world’s refugee camps are a coronavirus disaster in waiting

Mentre l’epidèmia de la COVID-19 es va estenent pel món, els governs insten els ciutadans a quedar-se a casa. Però aquesta indicació és impossible de seguir per part dels més de 70 milions de refugiats que hi ha al món i que han hagut d’abandonar casa seva. Els camps de refugiats no estan equipats per contenir una situació de contagi d’una malaltia, ni per pal·liar-ne els efectes. De fet, les condicions als camps de refugiats son ideals perquè es propagui el virus: l’alta densitat de població fa que sigui impossible el distanciament social i l’accés a l’aigua i a la higiene és molt limitat. El subministrament de béns essencials també preocupa molt els refugiats, sobretot els de l’ètnia Rohinya i els residents de la República Democràtica del Congo i de Burundi que viuen al camp de Nyarusugu, al nord-oest de Tanzània. Però el que és més problemàtic és la impossibilitat dels refugiats d’accedir a una atenció sanitària decent, com és el cas dels refugiats que estan a la província d’Idlib, a Síria, on molts dels hospitals han estat bombardejats durant la guerra. Les condicions son molt precàries i el fet que els governs dels països on es troben aquests camps tinguin els recursos molt limitats només contribueix a empitjorar la situació. Sovint, la manera d’abordar aquest problema és demanant als refugiats que tornin als seus països —com ha passat a Tanzània, on el govern ha demanat als ciutadans de Burundi que se’n tornin— o evitant la protesta i la mobilització per part dels refugiats —com ha passat al camp de refugiats Cox Bazar, que acull Rohingyes a Bangladesh, on s’ha tallat l’internet i s’ha prohibit l’ús dels mòbils per evitar que la informació arribi a les ONGs—. En aquest moment, les organitzacions humanitàries troben més impediments que mai a l’hora de dur a terme la seva feina però intenten fomentar les mesures higièniques i impulsar infraestructures que permetin atendre els malalts i aïllar qui ho necessiti. Però si el virus arriba als camps, serà difícil evitar-ne l’impacte. I el més trist és que en un moment de pànic global serà molt fàcil per a la resta del món ignorar el que està passant. 

Nicholas Wright Coronavirus and the Future of Surveillance

Un dels fenòmens més alarmants durant la crisi del coronavirus és la vigilància digital a través de la intel·ligència artificial. La Xina n’és l’exemple pioner i més significatiu, però altres països democràtics de l’Àsia també han incorporat tècniques de vigilància. A Occident, les democràcies liberals es pregunten si haurien d’adoptar alguns d’aquests mètodes autoritaris que han demostrat ser tan efectius a l’Est. Però, és possible no sacrificar els valors liberals fent servir aquestes tècniques? L’autor argumenta que si les democràcies no aconsegueixen fer-se seu el futur de la vigilància digital, els competidors autoritaris acabaran imposant el seu model a la resta del món. Les democràcies no han de tenir por a l’hora d’implementar aquest tipus de vigilància i han de garantir que hi ha un control i una transparència de com es fa servir i, un cop aconsegueixin definir el seu model, l’han d’exportar a la resta del món. 

Michael Albertus The Coronavirus Will Cause New Crises in Latin America

En un moment en que Amèrica Llatina s’enfronta a un augment de casos del coronavirus es fa palès que molts països de la regió no estan ben equipats per fer-hi front des del punt de vista de la salut pública. Però també hi ha més coses en joc: les crisis econòmiques estan a la volta de la cantonada a tota la regió ila qual cosa pot reformular de retruc els sistemes polítics. Els països llatinoamericans notaran especialment l’impacte negatiu de la crisi atès que les seves economies depenen de la inversió estrangera, de la demanda de matèries primàries com el petroli, el coure i el zinc, i del comerç amb els Estats Units, Europa i la Xina. Aquesta dependència ja s’ha convertit en un dels problemes econòmics subjacents als quals s’enfronta la regió, com ja s’ha vist en ocasions anteriors. És el que va ocórrer arran de la crisi financera del 2008-2009 i de la davallada dels preus de les matèries primeres. L’autor alerta que ara les repercussions podrien ser molt pitjors ja que els nivells d’endeutament són més elevats del que eren al principi de la crisi financera de 2008, les xarxes de seguretat social continuen sent molt febles, el turisme s’ha esvaït i diversos països com ara l’Argentina, Brasil i Mèxic ja es trobaven en una situació econòmica molt perillosa abans de la pandemia mentre que fa mesos que el caos regna a Veneçuela .

Pesha Magid Islamic State Aims for Comeback Amid Virus-Expedited U.S. Withdrawal

Des de la revista Foreign Policy s’analitza l’impacte de la pandèmia de coronavirus sobre el ressorgiment de l’Estat Islàmic a l’Iran. Amb la retirada parcial de les forces nord-americanes, la zona que controla l’èxercit dels EUA nord-americans s’ha reduït fins a una fracció molt petita de la seva mida anterior, deixant desprotegides grans extensions de desert. L’Estat Islàmic, que ja fa temps que s’està reagrupant a les regions més remotes, està disposat a omplir aquest buit, aprofitant també la retirada de les tropes aliades i de l’exèrcit iraquià. Així, per exemple, en el darrer número de la seva revista de propaganda, Al-Naba, l’Estat Islàmic insta els seus membres a intensificar els seus atacs contra les “nacions croades” mentre la seva atenció es focalitza en la lluita contra el coronavirus. Segons aquesta publicació la por del contagi ha afectat més els Occidentals que no pas el contagi per la qual cosa les nacions occidentals no esta diposades a desplegar les seves tropes a l’estranger enmig de la pandèmia. A l’Iraq, aquesta predicció ja comença a ser realitat, ja que diversos membres de la coalició, entre ells França i Gran Bretanya, han retirat les seves tropes i han aturat els seus programes d’entrenament per tal protegir els seus soldats de la propagació del Covid-19.

Tiago Moreira de Sá, O multilateralismo e a crise O multilateralismo e a crise

Aquests darrers anys han estat marcats per l’existència de crisis importants a cada dècada: als anys 1990 va ser la caiguda del Mur de Berlín i la fi del món comunista., després va venir  l’11-S i la guerra contra el terrorisme, i finalment, el col·lapse financer i la crisi de l’euro. Dins d’aquest context l’autor defensa que la gestió multilateral de les crisis sempre ha estat més exitosa que aquelles en què els estats van optar per fer-ho unilateralment o bilateralment. El primer cas és un autèntic tractat sobre multilateralisme ja que pràcticament de la nit al dia i sense que ningú ho veiés venir, els responsables polítics dels principals països es van veure obligats a afrontar el final del sistema internacional bipolar de la Guerra Freda, la desaparició de la Unió Soviètica i la reunificació d’Alemanya. En el segon cas, després de l’11-S la “Doctrina Bush” i la guerra de l’Iraq van inaugurar una nova orientació estratègica nord-americana, marcadament unilateral, revisionista, que va debilitar les organitzacions i el dret internacional, i va privilegiar les coalicions de voluntat, la guerra preventiva i el canvi de règim per la força per sobre de les aliances permanents i el consens. Finalment, la gestió de la crisi financera i de l’euro va acabar sent una barreja de multilateralisme i unilateralisme on al principi, cada estat va gestionar unilateralment la crisi, per donar pas posteriorment a una notable concertació de diversos països -entre tots els membres de la UE, els Estats Units i fins i tot, en part, la Xina-, que va permetre superar la crisi i evitar la tragèdia. L’autor assenyala que hi ha indicis que en la crisi actual cada vegada hi ha més concertació entre els països però que, tanmateix, això es produeix al nivell d’institucions o règims internacionals, sinó en forma d’acords ad hoc entre conjunts d’estats amb l’objectiu de resoldre problemes comuns en àrees concretes. En darrer terme, i tenint en compte la falta de definició en l’actual ordre internacional, aquesta podria ser la millor manera d’encarar amb èxit la lluita contra el coronavirus.

Patrick Wintour Coronavirus: who will be winners and losers in new world order?

Els líders mundials, els diplomàtics i els especialistes en anàlisis geopolítics són conscients que estem vivint uns temps que signifiquen un canvi d’època i tenen un ull posat en la lluita quotidiana contra la pandèmia un altre sobre els canvis que aquesta crisi provocarà. Les ideologies enfrontades entre si, els blocs de poder, els líders i els sistemes de cohesió social estan sent sotmesos a una dura prova sota la mirada escrutadora de l’opinió pública mundial. L’autor assenyala que és com si de sobte la pandèmia s’hagués convertit en una competició per al lideratge global i que els països que responguin amb més eficàcia n’obtindran el màxim benefici. També subratlla que el think tank Crisis Group Crisis suggereix que ara per ara es poden distingir dos relats que competeixen l’un contra l’altre: l’un que insisteix en que els països haurien de confluir per derrotar la Covid-19, i l’altra que propugna que els països han de lluitar separadament per protegir-se millor. Al mateix temps, la crisi també representa un fort test per a les reivindicacions d’eficacia dels estats liberals i autoritaris. Finalment, a mesura que la pandèmia es vagi estenent, posarà a prova no només les capacitats operatives d’organitzacions com l’OMS i l’ONU, sinó també els supòsits bàsics sobre els valors i les negociacions polítiques que els sustenten.

John Gray, Why this crisis is a turning point in history Why this crisis is a turning point in history

El prestigió filòsof polític John Gray afirma en aquest article que la hiperglobalització de les últimes dècades s’acaba, que el capitalisme liberal està en fallida i que estem assistint a un punt d’inflexió històric. Considera que un sistema econòmic basat en la producció a escala mundial i en llargues cadenes de proveïment s’està transformant en un altre de menys interconnectat, i que una manera de vida impulada per la mobilitat incessant tremola i s’atura. Assenyala que la nostra vida serà més limitada físicament i serà més virtual que abans. Està naixent un món més fragmentat, que, d’alguna manera, pot ser més resilient. Per acabar amb el virus és imprescindible un tancament econòmic que només pot ser temporal, però quan l’economia torni a arrencar, serà en un món en què els governs actuaran per posar fre a el mercat mundial. Pel que fa a Europa, argumenta que el principal defecte de la Unió Europea és que és incapaç de complir les funcions protectores d’un Estat. Manifesta que si la UE sobreviu, pot ser que s’assembli al Sacre Imperi Romà en els seus anys finals, un fantasma que subsisteix durant generacions mentre el poder s’exerceix en un altre lloc. Conclou afirmant que només si reconeixem les febleses de les societats liberals podrem preservar els seus valors més essencials. Entre ells figura, juntament amb la legitimitat, la llibertat individual, que, a més de ser valuosa en si mateixa, constitueix un control necessari sobre els governs. No obstant això, els que creuen que l’autonomia personal és la necessitat humana més profunda revelen la seva ignorància en psicologia, començant per la seva pròpia. Pràcticament per a qualsevol, la seguretat i la pertinença són igual d’importants, i de vegades més. El liberalisme, en efecte, ha estat una negació sistemàtica d’aquest fet.

Ángel Luis Lara Causalidad de la pandemia, cualidad de la catástrofe

En aquest article l’autor alerta que el principal perill que tenim és considerar el nou coronavirus com un fenomen aïllat, sense història, sense context social, econòmic, o cultural. Lara fa un repàs a alguns brots epidèmics anteriors que assenyalen l’increment de la demanda de proteïna animal i la intensificació de la seva producció industrial com a principals causes de l’aparició i propagació de noves patologies transmeses per animals als éssers humans, així com el procés d’urbanització massiu a escala planetària. Dit això, consideraque si el confinament ha congelat la normalitat de les nostres inèrcies i els nostres automatismes, cal que aprofitem el temps detingut per qüestionar-ho tot. No hi ha normalitat a la qual tornar quan allò que havíem normalitzat ahir ens ha portat a això que avui tenim. El problema que tenim no és només el capitalisme en si, és també el capitalisme en un mateix. Tant de bo el desig de viure ens faci capaços de la creativitat i la determinació per construir col·lectivament l’exorcisme que necessitem. També en això el virus es mostra paradoxal: ens situa en un pla de relativa igualtat. D’alguna manera, rescata de la nostra desmemòria el concepte de gènere humà i la noció de bé comú. Potser els fils ètics més valuosos amb els quals començar a teixir una manera de vida diferent i una altra sensibilitat.

back to top