
Diari de les idees 24
03 junio 2020
Ideas de actualidad
Esta nueva edición del Diari de les idees continúa centrándose en el análisis del impacto y las consecuencias políticas, sociales y económicas de la pandemia de Covid-19. Sin embargo, la situación social y política de Estados Unidos también entra en la agenda global, como resultado de los acontecimientos relacionados con la muerte de George Floyd a manos de la policía de Minneapolis y de la indignación generalizada que ha provocado revueltas y disturbios en la mayoría de las ciudades norteamericanas. Una crisis política y social en una sociedad cada vez más polarizada y con una mayor fractura debido a su racismo estructural y sistémico.
La discriminación y los conflictos raciales han condicionado toda la vida política y social de los Estados Unidos desde el final de la Guerra Civil y la abolición de la esclavitud. Los episodios de tensión y rebelión han sido constantes en los últimos 150 años, debido a las situaciones estructurales de injusticias y abusos hacia la comunidad afroamericana. Los avances producidos durante los movimientos de derechos civiles de la década de 1960 que condujeron a la eliminación de las leyes discriminatorias y la garantía de ciudadanía basada en la igualdad y el respeto de los derechos y la dignidad, una cierta movilidad social conquistada por partes de las clases medias negras, la participación activa en la vida política y en el mundo económico y de los medios de comunicación, no han sido suficientes para poner fin a las desigualdades, la discriminación institucionalizada y la exclusión social que vive la comunidad afroamericana.
El enorme malestar social acumulado y el racismo institucional secular de la cultura estadounidense son ingredientes que conforman un cóctel explosivo que regularmente desencadena disturbios en todo el país. En este sentido, David Remnick reseña las raíces históricas de un conflicto que no cesa en un artículo publicado en The New Yorker. En las páginas de The New Republic Ryu Spaeth advierte de la ruptura del contrato social y el estado de indignación de una gran parte de la población, y no sólo de los afroamericanos. Elie Mystal en The Nation también relata la profunda desesperación de una población que ha sido dejada sistemáticamente al margen del llamado “sueño americano”. El papel desastroso del presidente estadounidense Donald Trump tampoco se puede obviar en un contexto donde algunos hablan de una incipente Guerra Civil (con la utilización de los disturbios por parte de los Boogaloo Bois –movimientos difusos de supremacistas blancos sin ninguna jerarquía clara u organización central) ya que no sólo no adopta la postura de un liderazgo que calme las tensiones y redirija el conflicto, sino que aumenta su peligrosidad con una actitud agresiva e irresponsable. Esto es lo que relatan Susan B. Glasser en The New Yorker y Robert Fleich en The Guardian donde no sólo consideran Trump como el peor presidente de la historia y el más mentiroso, sino que afirman en tanto que no aporta una respuesta constructiva a ninguna de las crisis monumentales que están convulsionando a Estados Unidos, de hecho Trump ha abdicado de su cargo: no está gobernando, está jugando a golf, viendo televisión por cable y twiteando. Por último, la persistencia de la brutalidad policial, a menudo apoyada por la connivencia de ciertos magistrados conservadores, es objeto de un artículo muy duro del consejo editorial del New York Times, que denuncia que la clase política estadounidense ha sido históricamente incapaz de garantizar los principios de justicia e igualdad social a la comunidad afroamericana. A este respecto, es necesario subrayar que la brutalidad policial se está convirtiendo cada vez más en un tema de preocupación mundial que lastra la democracia. Los múltiples casos de abusos contra los derechos humanos, especialmente de las minorías y de la población afroamericana en el caso de los Estados Unidos, deberían ser una de las cuestiones a considerar en las agendas políticas de las democracias liberales de todo el mundo. Los modelos y las prácticas policiales, los sistemas de garantía y protección ciudadana y la protección de los derechos son una de las piedras angulares de cualquier sociedad avanzada. Cuando eso falla y los sistemas judiciales no responden enjuiciando a los culpables, la credibilidad de la democracia se resiente. Cuando estos pilares fallan, el sistema pierde legitimidad, surge el peligro de una deriva autoritaria y la democracia se debilita.
En el continente europeo, uno de los acontecimientos que marca las dos últimas semanas es el fondo de ayuda para la reconstrucción de la economía europea anunciado por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, de 750.000 millones de euros, de los cuales 500.000 serán subvenciones a fondo perdido y 250.000 millones, préstamos. Es una decisión de suma importancia para la reconstrucción económica posterior a la Covid-19 y, al mismo tiempo, para la credibilidad del proyecto político de la propia UE. El acuerdo sobre estos fondos de reconstrucción, sin embargo, no ha sido nada fácil y ha activado las alarmas en algunos países del norte de la Unión Europea (Austria, Dinamarca, Países Bajos y Suecia) al mismo tiempo que se espera con alivio por parte de Italia y España, dos de los países más duramente golpeados por la crisis sanitaria. Juan Torres López señala en el periódico Público que el alcance de la propuesta muestra el efecto devastador que ha tenido el confinamiento en las diferentes economías europeas. Así, entre el 25% y el 35% de las empresas, o entre el 35% y el 50% en un escenario adverso, tendrán un déficit financiero al final del año, lo que representa unas pérdidas de entre 350.000 millones y 500.000 millones de euros, en el mejor escenario, o entre 650.000 millones y 900.000 millones en el peor. La caída estimada de la inversión privada será de 846.000 millones de euros en 2020 y 2021. Las pérdidas que sufrirán las empresas serán de 720.000 millones de euros en el mejor escenario o de 1.200 millones en el peor. Y se espera que se pierdan entre 25 y 35 millones de puestos de trabajo. Como consecuencia de las medidas que han tenido que adoptar, los gobiernos aumentarán sus compromisos de financiación de 2020 y 2021 en 1.700 millones de euros. A estos daños, la Comisión añade el coste de otros proyectos anteriores para la transición verde y digital que tenían un valor de 1.190 millones para los próximos dos años.
En concreto, según fuentes comunitarias citadas por El País, la propuesta de Ursula von der Leyen aportará a España 75.000 millones de euros en ayudas a fondo perdidos el 15% del total. Por primera vez en 60 años, se alienta a los Estados miembros de la Unión a endeudarse masivamente en los mercados financieros. Y, sobre todo, por primera vez en la historia de la UE, una parte de estos recursos se transferirá en forma de fondos perdidos a los países más afectados por una crisis tan inesperada como devastadora. Fuentes comunitarias indican que dos tercios del plan, medio billón de euros, se inyectarán en forma de subvenciones y se distribuirán según una cuota de asignación que favorecerá a los países más gravemente afectados. El resto, 250.000 millones de euros, se distribuirán como préstamos, sin cuotas por país, pero con salvaguardias para garantizar que ningún socio absorba demasiada ayuda en detrimento del resto. Ahora se iniciarán negociaciones muy duras para poder implementar el plan de reconstrucción. De hecho, para el Consejo Europeo y los 27 países miembros quedan muchas preguntas técnicas por responder, incluida la forma en que la Comisión ha calculado sus asignaciones y qué recortes se han hecho en varios programas europeos para dar cabida a algunos nuevos gastos. Un análisis rápido sugiere que algunos programas identificados por Von der Leyen como prioritarios terminarán teniendo asignaciones presupuestarias más bajas que las propuestas originalmente, y esto incluye, entre otros, el programa de intercambio de estudiantes Erasmus, así como muchas iniciativas en el campo de la seguridad y la defensa.
Más allá de las noticias sobre el plan de reconstrucción económica, en el espacio europeo también destacan -y preocupan- las repercusiones de la crisis del coronavirus en la salud democrática del continente. Así, en una tribuna publicada en el periódico británico The Guardian la pensadora y directora del European Democracy Lab, Ulrike Guérot denuncia que las élites europeas han fracasado, y cree que después de la pandemia, los ciudadanos de la UE tendrán que aprovechar el momento para construir una verdadera democracia entre iguales que comparten los mismos sistemas de protección, y apela a la creación de un congreso de ciudadanos europeos sobre el futuro de Europa, que sea la base de una nueva asamblea constituyente. Charles Grant comparte esta preocupación y en el mismo periódico destaca seis tendencias negativas que se están dibujando para el futuro de Europa que aunque ya habían surgido antes de que se produjera el brote de Covid-19, ahora se están acelerando: la desglobalización, el surgimiento de nuevas políticas nacionalistas, el fortalecimiento de las fronteras, el reflujo del apoyo a las políticas ecológicas, el aumento de las tensiones entre el este y el oeste del continente, y el divorcio permanente entre los países del norte y del sur. Para acabar con el tema de las preocupaciones europeas, la editorial del diario francés Le Monde señala que los Estados miembros deben cooperar con la Comisión para restablecer cuanto antes la libertad de circulación después del caótico cierre de las fronteras interiores de la UE como consecuencia de la pandemia, ya que, junto con el Mercado Único, el Espacio Schengen es el logro más visible de la integración europea. Por consiguiente, el restablecimiento de la libertad de circulación es crucial para el bienestar de los europeos, para la recuperación del turismo (un sector vital de la economía en muchos países) y para demostrar que Europa sigue existiendo.
Se trata de una preocupación que también comparte Josep Ramoneda que apela a la liberación de la ciudadanía porque ahora que se están dando los primeros casos de la desescalada de las medidas de confinamiento no puede convertirse en rutina lo que sólo se justifica por una situación excepcional. No se puede vivir indefinidamente en el miedo. Ya llegado la hora de liberar la ciudadanía de la cotilla legal en la que está atrapado, como bien han entendido Francia e Italia, y repartir responsabilidades. El riesgo cero no existe y queriendo buscarlo nos podemos asfixiar. Por el momento, de la crisis se puede deducir tres cosas: que los ganadores son las potencias globales que lideraron la globalización acelerada (grandes corporaciones multinacionales, fondos de inversión opacos, estrategas del neoliberalismo a ultranza); el confinamiento ha consolidado la hegemonía de la ideología digital; y los Estados han tenido la oportunidad de demostrar que siguen existiendo. La pregunta clave es si ahora podrán utilizar el poder que han demostrado tener para confinar a los ciudadanos ahora que ha llegado el momento de la reconstrucción económica, reforzando sectores públicos clave y poniendo límites a los mercados donde son ineficientes para el interés general. Por ahora sin embargo, como Jim Fitzgerald advierte en Open Democracy, las respuestas de los Estados ante la pandemia de Covid-19 están teniendo efectos discriminatorios. Si no se identifican, entienden y abordan los efectos discriminatorios de las respuestas a la pandemia, los Estados no cumplirán las obligaciones que les conciernen en virtud del derecho internacional. Y lo que es más importante, significa que, mientras el mundo trata de luchar contra el virus, las personas más vulnerables de nuestras sociedades serán heridas, excluidas y dejadas atrás. En este sentido, es conveniente tener en cuenta que las mujeres se han visto especialmente afectadas por la pandemia porque han tenido que hacerse (aún más) cargo de las tareas de cuidados, y el desconfinamiento no parece prometer una mejora. En un artículo publicado en The Guardian, Moira Donegan afirma que a largo plazo el resultado podría ser el regreso de las mujeres a la esfera doméstica, lo que llevaría a una reversión del progreso logrado por el movimiento feminista durante el siglo pasado. También advierte del aumento de la carga familiar y de los cuidados que ha supuesto para la mayoría de las mujeres el hecho de estar confinadas, una situación que se ha agravado por el retroceso en la oferta de servicios públicos y por la falta de voluntad de las empresas para adaptarse a las necesidades de las mujeres confinadas.
En otro nivel y a medida que la pandemia de coronavirus se ha extendido por todo el mundo, varias voces cuestionan el papel del sistema internacional y de sus instituciones en la gestión que han tenido la pandemia. Los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas ni siquiera han podido celebrar una cumbre virtual sobre la coordinación de la respuesta al virus. El G-20 y el G-7 han sido incapaces ni siquiera de tomar decisiones básicas sobre la recuperación económica mundial. El caso más evidente es el de la Organización Mundial de la Salud, la institución encargada de coordinar la respuesta internacional contra el virus, que tuvo que tomar medidas sometidas a una intensa politización y presión de los Estados. Como reseñan Pickering y Trivedi en Foreign Affairs, el núcleo del problema radica en el fracaso de las principales potencias, empezando por los Estados Unidos y China, para fortalecer el sistema multilateral.
Dada la falta de respuesta eficiente por parte del sistema internacional, los Estados y sus gobiernos han capitalizado la respuesta movilizando recursos médicos, aplicando medidas de contención y desplegando un gasto antes inimaginable para apoyar a los ciudadanos y las empresas. Con el fin de entender cómo la pandemia expande el poder de los gobiernos -para bien o para mal- al asumir nuevos poderes para rastrear, seguir y controlar a sus ciudadanos, ForeignPolicy dedica un dossier con la contribución de 10 pensadores prominentes como Robert D. Kaplan o Stephen M. Walt. Este último, en otro artículo publicado en la misma revista, quiere lanzar sin embargo un mensaje de esperanza y señala cinco aspectos positivos que pueden surgir a raíz de la crisis de la Covid-19: la desaceleración, ni que sea momentánea, del cambio climático; el papel prominente de las mujeres líderes en la lucha contra el coronavirus; el papel indispensable de las instituciones públicas en la gestión de la crisis; la mayor eficacia de la democracia liberal respecto a los sistemas autoritarios para contener y aliviar los efectos de la pandemia; y un supuesto cambio en la estrategia mundial de América del Norte aún por demostrar. También en relación con la lucha entre los sistemas políticos, económicos e ideológicos, desde las páginas de The Economist, la ex secretaria de Estado norteamericana Madeleine Albright subraya que no es una coincidencia que muchos de los países que se han enfrentado con eficacia al virus sean fuertes democracias, como Alemania, Islandia, Nueva Zelanda, Noruega, Taiwán y Finlandia (todos encabezados por mujeres). Estos y otros ejemplos muestran que la libre circulación de información, el debate basado en hechos y pruebas sobre las diferentes opciones políticas, la auto organización voluntaria de la sociedad civil y el compromiso establecido entre el Gobierno y el pueblo son vitales para combatir la pandemia.
La pandemia de Covid-19 también supone una dura lección sobre el funcionamiento del mundo natural y demuestra la extrema importancia del conocimiento de la ecología. En un artículo publicado en The Guardian, George Monbiot advierte que estamos inmersos en un fracaso colectivo: una derrota estrepitosa de nuestros sistema de educación, que están diseñados para un mundo en el que ya no vivimos. De hecho, en un momento en que necesitamos cooperar urgentemente, nos educamos para el éxito individual en constante competencia con los demás. Pero resulta que esta es una carrera sin vencedores porque lo que se considera como un éxito económico significa, en última instancia, la ruina del planeta. Un planeta que para sobrevivir necesita que se lleve a cabo con urgencia la transición energética que en las páginas de Le Monde Diplomatique Frédéric Lordon considera que consiste en avanzar hacia el “capitalismo verde” ni abandonar el capitalismo “todavía no verde”. Se trata de dejar el capitalismo, así de claro. Una transición de esta naturaleza debe reflejarse en tres cuestiones principales, todas relacionadas con la división del trabajo: 1) Lo que conservamos y lo que vamos a tirar; 2) El hecho de que la división del trabajo, sobre todo bajo la consigna de “mantener” el trabajo, implica que es necesario contemplar la solución de las autonomías locales; y 3) Las nuevas relaciones sociales en las que encajar la nueva división del trabajo, de modo que ya no sea una división de tipo capitalista. Esta lucha podría tener unos aliados inesperados como subraya Rebecca Henderson en Foreign Affairs, ya que cada vez más el sector privado empieza a intervenir y muchos de los principales propietarios de activos mundiales han llegado a la conclusión de que el cambio climático es el riesgo a largo plazo más importante para la salud de sus carteras. Obviamente, esta tendencia no está impulsada por el altruismo o un profundo compromiso con el medio ambiente, sino por intereses económicos. Para los mayores propietarios de activos, el cambio climático no es una externalidad, sino una amenaza real y muy relevante para sus rendimientos a largo plazo. Al final, será mucho más difícil ganar dinero en un mundo donde la mayoría de los principales puertos estén bajo el agua, los cultivos sistemáticamente arruinados y cientos de millones de personas desplazadas o excluidas por los efectos de la desigualdad. Y para evitarlo, desde The Economist se advierte que es necesario tener muy claro que ni el virus ni los gases de efecto invernadero entienden de fronteras, lo que significa que ambos son fenómenos globales. Argumenta, sin embargo, que ninguna de las dos emergencias no está recibiendo la respuesta internacional coordinada que merecen, ya que las dos crisis no sólo se parecen entre sí, sino que interactúan. Por lo tanto, el cierre de sectores enteros de la economía ha llevado a una enorme disminución de las emisiones de gases de efecto invernadero. En este sentido, la Agencia Internacional de la Energía prevé que las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero serán de 2020 aproximadamente un 8% inferiores a las de 2019, la mayor disminución anual desde la Segunda Guerra Mundial. Queda claro que la pandemia de Covid-19 constituye una oportunidad única para implementar políticas gubernamentales que alejen la economía del carbono a un costo financiero, social y político más bajo de lo que podría haber sido de no existir la pandemia. En resumen, la Covid-19 ha demostrado que los fundamentos de nuestra prosperidad son precarios.
Ya en el ámbito económico, otro de los efectos de la pandemia ha sido el renovado interés por la renta básica, como pone de relieve Guy Standing en The Economist, donde destaca que en el mundo post-pandemia, la renta básica debe ser el pilar de un nuevo sistema de distribución de ingresos que fomente la resiliencia y consolide una sociedad basada en fundamentos éticos y sostenibles. La renta básica contribuiría a rescatar a los trabajadores precarios y excluidos de los sistemas de protección social; fortalecería la resiliencia, la autonomía personal y la salud mental de las personas, y en última instancia revisaría la economía alejándola de un modelo que vincula los ingresos y los beneficios a los oficios donde la precariedad es la norma. Una herramienta indispensable, pues, para aliviar los efectos de la crisis en los trabajadores precarios que, como advierte Pascale Joasart-Marcelli en Foreign Affairs, a diferencia de los trabajadores de la economía formal que se benefician de protecciones legales y sociales, constituyen un segmento de la población que debe ganarse la vida sin una red de seguridad. En su mayoría son mujeres y en su mayoría trabajan por su cuenta, en ocupaciones tan variadas como la venta ambulante, el trabajo doméstico, el transporte y la recogida de basura. En resumen, las medidas adoptadas por muchos países para combatir la pandemia han amenazado los medios de vida de los trabajadores informales y los han llevado aún más a la pobreza, al hambre y a la escasez de vivienda. En esta misma línea, insiste The Economist que advierte que la Covid-19 está echando a perder los resultados de años de progreso en la reducción de la pobreza en todo el mundo, ya que en los países del sur global, si todo el mundo está desempleado y nadie tiene ingresos no existe la posibilidad de pedir dinero o ayuda a los amigos o a la familia. Así, por primera vez desde 1998 el número de personas extremadamente pobres está aumentando y el Banco Mundial estima que 49 millones de personas caerán en la pobreza extrema. Parte del problema radica en el hecho de que las medidas de confinamiento y reducción de las infecciones no son sostenibles en muchos países porque confinar a la población significa relegarla a la pobreza: los trabajadores no pueden ir a trabajar y dejan de percibir ingresos, lo cual es fatal, especialmente si consideramos que el precio de los alimentos básicos sigue aumentando. En último término, los gobiernos y los ciudadanos deberían prevenir las infecciones sin congelar completamente la economía, permitiendo por ejemplo que los jóvenes trabajen y hagan funcionar las fábricas y los mercados con medidas de protección adecuadas y realizando un mejor seguimiento de los casos.
En cuanto a la política española, esta sigue estando dominado por el ruido y la furia de un debate cada vez más duro en el que las fuerzas de la derecha están tratando de capitalizar la actual crisis sanitaria y la crisis económica que se avecina. En un artículo publicado en El País, Josep Ramoneda advierte que se está llegando a una fase decisiva con una mayoría que muestra algunas grietas y una oposición, sin posibilidad de sumar para construir una alternativa, que ha optado por buscar su futuro en la calle, en un momento en que hay que afrontar una triple crisis: sanitaria, económica y educativa. Este clima enrarecido destaca el fenómeno ya conocido como la “Revolución de los Cayetanos”, objeto de análisis de Gerardo Tecé en la revista CTXT, una situación que recuerda al modelo de la revolución de las élites en América Latina. La movilización de los manifestantes en el barrio de Salamanca no es para apoyar la supervivencia del sistema de salud o los trabajadores esenciales, sino que representa el egoísmo de clase y el rechazo reaccionario de unos pocos que consideran que sus privilegios como propietarios y empresarios están en peligro. Esta revuelta se enmarca dentro de un panorama político en el que Guy Hedgecoe señala desde las páginas de Politico que los tres objetivos que Pedro Sánchez tenía cuando asumió el cargo en enero -encontrar una solución a la crisis territorial, mantener la estabilidad económica y gestionar su débil mayoría parlamentaria-, ahora se han complicado por una emergencia sanitaria que ha sumido al país en una crisis económica de gran alcance y polarizado aún más la batalla política. Hedgecoe destaca también que la tensión en las relaciones entre las diferentes regiones y el ejecutivo central se ha incrementado (como en el caso de Valencia y Madrid) y que la crisis del Covid-19 ha puesto de manifiesto los límites del sistema territorial existente en España. A medida que la emergencia sin precedentes ha ido avanzando, el instinto centralizador de Madrid ha aumentado en paralelo. Una crisis política que Albert Noguera en El Diario también critica en relación con la propuesta de acuerdos de reconstrucción formulada por el Gobierno español porque desde su punto de vista, e independientemente de su contenido, un pacto de este tipo es útil para el gobierno como medida anticonflicto, cuando en realidad una cierta dosis de conflicto es indispensable si se quiere que el acuerdo no acabe haciendo pagar los costes de la crisis a los de siempre. De hecho, cuando es el pacto el que condiciona el conflicto, en este caso desactivándolo, el resultado siempre es conservador y regresivo para los sectores populares. Si en cambio es el conflicto el que condiciona el pacto, este tiende a tener un carácter más popular y progresista.
Por último, y con respecto a las nuevas tecnologías, las nuevas tendencias en la gobernanza de los datos están reconfigurando la economía digital mundial, que actualmente representa casi el 16% del PIB mundial. Sin embargo, las nuevas leyes nacionales sobre privacidad y localización de datos están alterando fundamentalmente la forma en que las empresas pueden realizar negocios a nivel internacional. Entre las medidas de gestión de datos, la localización de datos representa una poderosa herramienta para los gobiernos que buscan obtener el control de los mismas. La revista Foreign Policy dedica un informe en tres partes sobre el tema. En esta primera parte de la serie se desglosa el entorno regulatorio de rápida evolución que rodea el crecimiento de los datos mediante el establecimiento de las tendencias emergentes de gobernanza; la catalogación de la ubicación de datos específica y las leyes de privacidad de datos por país; el mapeo de la regulación en el mundo; y la explicación de los riesgos y posibles repercusiones para las empresas.
Diari de les IDEES
Política internacional y globalización
The International Order Didn’t Fail the Pandemic Alone
A mesura que la nova pandèmia de coronavirus s’ha anat estenent per tot el món, les organitzacions internacionals encarregades de limitar-ne l’impacte semblen haver perdut part de la rellevància i la utilitat que abans tenien. Els cinc membres permanents de Consell de Seguretat de les Nacions Unides no han estat capaces ni tan sols de celebrar una cimera virtual sobre la coordinació de la resposta al virus. El G-20 i el G-7 han estat incapaços de prendre ni tan sols decisions bàsiques sobre la recuperació econòmica mundial. El cas més evident és que l’Organització Mundial de la Salut, l’organització encarregada de dirigir la resposta internacional contra el virus, va trigar a actuar sotmesa a una intensa politització. Les vulnerabilitats institucionals i polítiques que la Covid-19 ha exposat en les organitzacions multilaterals són reals però a parer de l’autor culpar d’aquestes vulnerabilitats la manca d’esforç o d’experiència en les pròpies institucions suposaria confondre el símptoma amb la causa. El nucli del problema radica en el fracàs de les principals potències, començant pels Estats Units i la Xina, en potenciar el sistema multilateral. Els pecats d’omissió de Washington i els pecats de comissió de Beijing s’han ajuntat per marginar les institucions internacionals, ajudant així a frustrar el seu objectiu comú de posar fi a la pandèmia.
De Tchernobyl au Covid-19 : une pédagogie des catastrophes
Pot l’accident de Txernòbil i el pànic mundial que va causar ensenyar-nos alguna cosa sobre l’era de l’coronavirus? Segons Galia Ackerman i Frédérick Lemarchand, els punts en comú en les nostres actituds cap a aquests dos esdeveniments són preocupants. Destaquen una deficiència: ja sigui una epidèmia o un accident nuclear, no estem educats sobre els desastres.
How the Coronavirus Pandemic Will Permanently Expand Government Powers
Des que s’ha produït la pandèmia de coronavirus i que el seu impacta ha anat colpejant l’economia mundial, tothom ha recorregut als governs perquè mobilitzin recursos mèdics, apliquin mesures de contenció i gastin sumes abans inimaginables per donar suport als treballadors i les empreses. D’aquestes polítiques d’emergència podrien sorgir noves institucions i formes de resoldre els problemes que ens beneficiaran molt de temps després que hagi passat la pandèmia. Però també hi ha un costat fosc. Els governs han assumit nous poders per rastrejar, seguir i controlar els seus ciutadans. Alguns d’ells ja han abusat d’aquests poders, i és totalment concebible que mai els tornin. Per tal d’entendre com la pandèmia ampliarà de manera permanentment els poders dels governs -per bé o per mal-, Foreign Policy hi dedica un dossier amb l’aportació de 10 destacats pensadors com ara Robert D. Kaplan o Stephen M. Walt
The Twilight of the Iranian Revolution
L’Iran ha estat un dels focus més importants de l’epidèmia de la Covid-19 i el govern ha intentat mantenir un control molt estricte de la informació que s’emetia per tal de mantenir el seu prestigi de cara a les eleccions i de cara a l’exterior. No obstant, i tot i les declaracions del lider suprem Khamenei, que va atribuir la culpa del virus als EUA, la imatge de fermesa s’ha vist esquerdada per la filtració d’informació i degut a la debilitat econòmica del país. Dexter Filkins, periodista america, ha pogut viatjar a l’Iran després d’haver-ho intentat moltes vegades i ha pogut conversar clandestinament amb personatges amb els que el govern no voldria que parlés. L’article repassa detalladament la història política de l’Iran des del cop d’Estat que, amb el suport dels EUA va manllevar el poder a Mossadegh i va imposar el Xa d’Iran el 1953, fins a l’actualitat. Filkins escriu, a partir de les seves trobades amb iranians, que la relació amb el règim dels iranians és la confrontació directa però també explica que molts viuen una vida paral·lela secreta més “occidentalitzada”: una opció perillosa degut a la dura repressió i vigilància que exerceix el govern. La confiança pública en el sistema teocràtic instaurat després de la Revolució del 1979 s’ha acabat i l’autor conclou que la República Islàmica està aïllada i és disfuncional, ha perdut tot el suport popular però és incapaç de canviar. La mala gestió de la Covid-19 només ha servit per exemplificar l’estat moribund del règim.
Brésil: la dangereuse fuite en avant de Bolsonaro
Aquesta article és un càrrega de profunditat contra les polítiques cada vegada més erràtiques de Jair Bolsonaro i la seva nefasta gestió de la Covid-19 que ja ha convertit Brasil en el nou epicentre de la pandèmia. Per a molts, la situació recorda les hores fosques de la dictadura militar, quan el país estava subjecte a la por i l’arbitrarietat. Amb una gran diferència, però: mentre els generals afirmaven defensar una democràcia atacada, segons ells, pel comunisme, el Brasil de Bolsonaro habita un món paral·lel, un teatre de l’absurd on els fets i la realitat ja no existeixen. En aquest univers tens, alimentat per calúmnies, inconsistències i provocacions mortals, l’opinió es polaritza en un núvol d’idees simples però falses. En darrer terme, després de practicar el negacionisme històric lloant la dictadura, de negar l’existència dels incendis a l’Amazones i de menystenir la gravetat de la pandèmia de Covid-19, Bolsonaro i la seva temptació autoritària corren el risc d’arrossegar el país a una perillosa fugida cap endavant.
Rojava: statelessness in a time of pandemic
La manca de reconeixement internacional com a Estat té conseqüències desastroses en una zona que ja pateix l’impacte de la guerra i dels desplaçaments de població des de fa molts anys. Ara, en plena crisi per la pandèmia de coronavirus, l’ajuda de l’ONU enviada a Síria va directament a Damasc, tot i que el règim és conegut pel mal ús dels fons i el bloqueig de l’ajuda humanitària a Rojava. Això no obstant, destaca que les estructures polítiques i econòmiques bottom-up, construïdes segons el principi de la governança descentralitzada, estan exercint un paper important en la resposta de la regió a la crisi i pal·liant de manera important les deficiències de l’ajuda internacional.
On authoritarianism and the fight against the virus
L’exsecretària d’Estat nord-americana Madeleine Albright destaca que no és una coincidència que molts dels països que s’han enfrontat eficaçment al virus siguin democràcies fortes, com Alemanya, Islàndia, Nova Zelanda, Noruega, Taiwan i Finlàndia (totes encapçalades, per cert, per dones). Aquests i altres exemples demostren que la lliure circulació de la informació, el debat basat en fets sobre les diferents opcions polítiques, l’autoorganització voluntària de la societat civil i el compromís establert entre el govern i el poble són actius vitals per combatre la pandèmia. També afirma que no hi ha dubte que en una emergència de salut pública és necessari que els governs actuïn amb decisió per protegir el bé comú. No és antidemocràtic tancar escoles i restaurants, limitar la mida de les reunions, regular els viatges, ordenar la producció d’equips mèdics i similars. No obstant això, hi ha una clara distinció entre l’ús del poder i l’abús del mateix. El primer ministre d’Hongria, per exemple, ha aprofitat la crisi per ignorar el Parlament i restringir la llibertat de premsa. Albright adverteix que si no es combaten, aquest tipus de pràctiques poden suposar la paralització de la democràcia a tot el món i recorda qe als primers anys de la dècada de 1930, la Gran Depressió va soscavar la fe en els governs democràtics i el fervor nacionalista va portar a l’assassinat de milions de persones.
Why are Africa's coronavirus successes being overlooked?
Quan el virus de la Covid-19 tot just començava a estendre’s, semblava que la seva arribada a l’Àfrica sumiria el continent en un panorama devastador. No obstant, degut a la manca de mitjans per dur a terme testos massius alguns governs africans s’han vist forçats a ser creatius i han aconseguit conduir la situació. Al Senegal, per exemple, el govern va respondre d’hora a les necessitats de la situació i el nombre de morts al país ha estat de 30 persones. A més, actualment està desenvolupant un test que costaria un dòlar per pacient. Ghana té una mortalitat semblant al Senegal i ha dut a terme seguiments dels contactes que han mantingut baixa aquesta xifra. A tot el continent s’han multiplicat les cures casolanes i els remeis naturals a la malaltia: alguns son simplement disbarats però d’altres, com la planta Artemisia annua, han cridat l’atenció a científics occidentals, que estan fent assajos clínics per provar-ne l’efectivitat. Perquè no n’hem sentit a parlar, d’aquesta possible cura? Segons l’autora, això es deu a un eurocentrisme que fa que des d’occident es menyspreï qualsevol innovació provinent de l’Àfrica, i és precisament el mateix tipus d’actitud que es va tenir cap a l’Àsia a l’inici de la pandèmia i que va facilitar la seva extensió.
Lifting lockdowns: the when, why and how
Des que la Xina va tancar la ciutat de Wuhan el 23 de gener, més d’un terç de la població mundial ha estat confinada a casa en algun o altre moment. Aquestes mesures han frenat la pandèmia, però a un cost econòmic i social terrible. Ara que la fase d’emergència de la pandèmia està arribant al final en la majoria de països, The Economist considera que massa governs no van ser capaços de detectar el que s’acostava, tot i que després van fer el que van poder. En aquesta segona fase que ara comença, i que serà molt més llarga, ja no tindran cap excusa per a la improvisació. Cal identificar els grups de risc; dissenyar i aplicar polítiques per a als més vulnerables; explicar perquè les persones vulnerables han de canviar el seu comportament sense convertir-se en bocs expiatoris; proporcionar una infraestructura sanitària que garanteixi l’accés de tothom; i estar preparats per adaptar-se a mesura que arribin noves dades. En definitiva, la posada en marxa de totes aquestes iniciatives serà el que permetrà veure quins governs treballen en la direcció correcta i quins no.
China has two paths to global domination
És difícil determinar des de fora les intencions reals de règims autocràtics com el xinès, però els seus moviments durant els últims mesos apunten a que podria esdevenir una potència econòmica i geopolítica que disputés el lloc en l’escenari mundial als EUA. Si aquesta fos la intenció del govern xinès, els autors expliquen que ho podria fer a través de dues vies: d’una banda, la construcció d’una primacia regional precursora a l’articulació d’un poder global i, per altra banda, el desenvolupament de la seva influència econòmica, diplomàtica i política a escala mundial —sense haver de passar pel domini de la regió del Pacífic Occidental—, cosa que desafiaria les lleis històriques de l’estratègia i la geopolítica. La creença més comuna és que se seguirà la primera via, però és una visió que posa massa èmfasi en la necessitat de construir la influencia física militar que ha caracteritzat tradicionalment les relacions internacionals i que no té en compte el potencial econòmic i tecnològic que té la Xina i que li permetria establir el seu domini directament en l’escenari internacional. Ara mateix sembla que la Xina estigui combinant les dues vies —Pequín està buscant la influència geopolítica per qüestionar el rol dels EUA a la regió del Pacífic Occidental mentre es posiciona per un repte global més ampli—, però també podria ser que no n’aconseguís complir cap.
Covid-19 has changed everything. Now we need a revolution for a born-again world
En aquest article Simon Tisdall agumenta que a mesura que les demandes mundials de justícia i igualtat cobren força, només un programa veritablement radical pot fer que això es converteixi en realitat. Davant la incapacitat de molts governs incompetents per protegir-los, Tisdall es pregunta per què els ciutadans no s’han aixecat i qüestionat amb força l’ordre polític establert. Atesos els antecedents del segle passat, considera que els polítics d’avui, tant els democràtics com els autoritaris, d’esquerra o dreta, poden considerar-se afortunats de no haver d’enfrontar una reacció més radical Amb tot, l’autor afirma que potser s’estigui gestant, una vegada que la gent recuperi el valor, ja que en molts països s’han produït protestes a petita escala relacionades amb la gestió de la Covid-19 per part dels governs. En definitiva, considera que per forjar el consens necessari per què neixi un nou món cal refundar les Nacions Unides, reviure l’idealisme de la conferència fundacional de San Francisco de 1945 i revifar aquesta visió transformadora de la humanitat treballant de concert per derrotar els mals comuns.
The Pandemic’s 5 Silver Linings
Tot i que les conseqüències negatives de la pandèmia persistiran molt temps després que acabi la fase aguda de la crisi sanitària, l’autor considera que es poden veure espurnes d’esperança tot en les circumstàncies ombrívoles d’avui dia i creu que el que estem passant podria tenir eventualment algunes conseqüències positives. Conscient del considerable patiment amb el qual milions de persones estan bregant, Walt ofereix els cinc principals aspectes positius de la Covid-19: l’alentiment, ni que sigui momentani, del canvi climàtic; el paper destacat i positiu de les dirigents femenines en la lluita contra el coronavirus; les insititucions públiques s’han revelat com un actor indispensable en la gestió de la crisi; la democràcia liberal ha demostrat ser més eficaç que els sistemes autoritaris per contenir i paliar els efectes de la pandèmia; i la pandèmia accelerarà l’inevitable canvi cap a una estratègia nord-americana global més assenyada.
Catalunya, España, Europa
La revolución de los Cayetanos
Durant les últimes setmanes, els carrers del barri de Salamanca de Madrid, un dels barris popularment conegut per ser la llar de les classes més altes de la capital, s’han omplert de veïns que demanen la fi del govern del PSOE i Podemos i la represa de l’activitat econòmica sense respectar les mesures de confinament. Els més privilegiats han llençat crits de “llibertat” i altres consignes que tradicionalment han estat patrimoni dels oprimits i dels més pobres perquè han vist perillar els seus privilegis com a propietaris i empresaris, una situació que recorda al model de la revolució de les elits a Llatinoamèrica. I és que el que mobilitza els popularment anomenats cayetanos no és la supervivència del sistema sanitari o dels treballadors essencials —si no, es quedarien a casa i respectarien les mesures de prevenció— sinó l’egoisme de classe i el rebuig reaccionari contra un govern segons ells comunista que podria qüestionar els seus privilegis.
Coronavirus makes everything worse for Pedro Sánchez
Des de les pàgines de Politico, Guy Hedgecoe analitza la situació política espanyola en temps de crisi. Assenyala que Pedro Sánchez tenia tres objectius clars quan va assumir el càrrec al gener: trobar una solució a la crisi territorial d’Espanya mantenint l’estabilitat econòmica i gestionar la seva fràgil majoria parlamentària. Ara la crisi del coronavirus li ha complicat la tasca en cadascun d’aquests reptes ja que l’emergència sanitària ha sumit el país en una crisi econòmica galopant, ha polaritzat encara més la ja prou descarnada política espanyola i ha incrementat la tensió en les relacions de diverses regions (com ara el País Valencià i Madrid= amb l’executiu central. Finalment, destaca que aquesta crisi també ha subratllat els límits del sistema territorial existent a Espanya, establert quan el país va fer la transició cap a la democràcia fa quatre dècades, ja que a mesura que l’emergència sense precedents s’ha anat desenvolupant, l’instint centralitzador de Madrid també s’ha desenvolupat i incrementat en paral·lel.
La trampa de los pactos de reconstrucción
L’autor es mostra molt crític cap a la proposta de pactes de reconstrucció formulada pel Govern espanyol ja que des del seu punt de vista, i independentment del seu contingut, un pacte li és útil al Govern com a mesura anticonflicte mentre que el conflicte és indispensable si es vol que l’acord no acabi per fer pagar els costos de la crisi als de sempre. Amb això no vol dir que no es necessiti cap gran acord, sinó que la relació entre conflicte i pacte que fa el Govern en el seu plantejament és perversa. Quan és el pacte el que condiciona el conflicte, en aquest cas desactivant-lo, el resultat és sempre conservador i regressiu per als sectors populars. Mentre que quan és el conflicte el que condiciona el pacte aquest sol tenir un major caràcter popular i progressista.
El ridícul com a esdeveniment
Josep Ramoneda analitza l’actualitat política espanyola a la llum de la polèmica provocada per la pròrroga de l’estat d’alarma i de l’embolic del pacte amb Bildu pel que fa a la derogació de la reforma laboral. Considera que el Govern exhibeix la seva fragilitat en un moment en què la dreta ha substituït directament la política per la brega. Les notícies de la sessió parlamentària de dimecres són tres: Ciutadans torna a tancar un acord amb el Govern que permet tirar endavant la pròrroga de l’estat d’alarma; Vox i el PP segueixen el guió d’una estratègia perfectament concertada de substitució de l’argumentació política per una allau de falsedats, injúries i desqualificacions, sense cap més objectiu que arribar al moment en què la crisi econòmica ocupi el primer pla per intentar sense contemplacions l’assalt al poder; i Esquerra Republicana fa un avís seriós a un Govern que probablement els necessitarà per mantenir-se. Conclou que s’arriba a una fase decisiva amb una majoria que mostra algunes esquerdes i una oposició, sense possibilitats de sumar per construir una alternativa, que ha optat per buscar el seu futur al carrer, en un moment on s’ha d’afrontar una triple crisi: sanitària, econòmica i educativa.
La venezualización de la ultraderecha española
Les protestes dels rics al barri de Salamanca a Madrid han estat notícia durant les últimes setmanes. Curiosament, en aquest barri s’hi han “exiliat” molts veneçolans benestants opositors al govern bolivarià de Maduro, que clamen ser “exiliats polítics”. Els vincles entre l’elit espanyola i veneçolana són extensos: hi ha una xarxa de relacions no gaire transparent que estén els seus tentacles per les altes esferes del poder econòmic i mediàtic que defineix el reflex que fan els mitjans espanyols de la situació a Veneçuela i condiciona la política exterior espanyola. L’article descriu que les protestes al barri de Salamanca podrien beure del cas veneçolà: hi ha qui està qualificant el govern del PSOE i Podemos de bolivarià, i les elits estan copiant el model antidemocràtic de l’oposició veneçolana que ha arribat a fer un cop d’Estat contra Nicolás Maduro amb el suport de governs com el dels EUA. S’ha demostrat que hi ha una triangulació entre les elits de Washington, Madrid i Caracas que treballa per deslegitimar els governs progressistes d’ambdós països. El que està en joc, segons els autors, és una pugna pel relat que acaba en un debat sobre la sobirania nacional i les possibilitats de poder exercir-la quan arriba al poder un govern d’esquerres que intenta reformar el marc polític i econòmic existent, i és urgent canviar l’orientació del debat mediàtic sobre Veneçuela, fins ara capitanejada per la dreta.
The EU is undermining its democracies while funding its autocracies
Mentre la Unió Europea s’esforça per acordar una resposta conjunta a la crisi del coronavirus, les crides a la solidaritat continuen topant amb la reticència dels estats més rics de nord a ajudar els estats en dificultat del sud. No obstant això, els anomenats “frugals de nord” – que inclouen a Alemanya i els Països Baixos – semblen no tenir cap mena de problema en continuar a finançar governs autocràtics i antidemocràtics com els d’Hongria i Polònia. Els autors alerten d’una hipocresia -que afirma que existeix un “risc moral” quan es tracta del sud d’Europa, però que segueix atorgant generosos subsidis als governs que fan escarni dels valors democràtics- que està enviant missatges que podrien soscavar la integració europea. Consideren que si la UE vol sortir d’aquesta pandèmia més forta i més unida, els seus líders han d’invertir urgentment el curs i mostrar més solidaritat amb els que més lluiten per fer front a les conseqüències de la Covid-19, al mateix temps que s’enfronten als autòcrates que ha estat finançant, ja que Llaugment de l’autoritarisme a Europa amenaça molt més la UE que no pas els dèficits dels països del sud.
BCE contre Karlsruhe : Les tenants de l’"Europe des nations" ont tout à gagner à soutenir Bruxelles
El director de la delegació europea de l’International Republican Institute considera que el que s’anomena el cas Karlsruhe contra el BCE tindrà enormes conseqüències per al futur d’Europa en dos aspectes. El primer és econòmic, i mostra que en el debat sobre la recuperació europea, el Tribunal Constitucional alemany s’ha posicionat a favor dels conservadors fiscals de el nord d’Europa, els mateixos que han forçat les polítiques d’austeritat a Europa des de 2010 i que, per tant, han tancat a la Unió en un punt mort econòmic i social. El segon aspecte és més polític. En efecte, la decisió de tribunal de Karlsruhe es proposa ni més ni menys que desentranyar tot l’entramat institucional de la UE, que es basa en la supremacia del dret europeu sobre el nacional (en la mesura que el primer es deriva de les decisions dels Estats de delegar les seves competències en una institució supranacional). En aquest marc, seria lògic que l’únic jutge de el Banc Central Europeu fos el Tribunal de Justícia Europeu de Luxemburg, i no el Tribunal Suprem alemany. Però el fet que el debat entre els dos tribunals hagi ressorgit mostra fins a quin punt ha progressat la ideologia sobiranista nacional en els últims anys i com pretén aprofitar l’oportunitat per seguir rosegant nous poders enfront de “Brussel·les”.
How coronavirus is reshaping Europe in a dangerous way
Tot i que l’autor considera que és encara massa aviat per calibrar l’impacte total de la pandèmia, afirma que es poden destacar sis tendències negatives que s’estan dibuixant per al futur d’Europa. Si bé totes elles ja havien sorgit abans que es produís el brot de Covid-19, ara s’estan accelerant i alerta que és probable que ajudin d’un o altra manera a enfortir la causa dels populistes antieuropeus. Les tendències assenyalades són la deglobalització, l’aparició de noves polítiques nacionalistes, el reforçament de les fronteres, el reflux del suport a les polítiques ecològiques, l’increment de les tensions entre l’est i l’oest del continent, i el divorci permanent entre els països del nord i del sud.
Elites have failed us. It is time to create a European republic
Els autors d’aquesta tribuna publicada al diari britànic The Guardian consideren que després de la pandèmia, els ciutadans de la UE hauran d’aprofitar el moment per construir una democràcia real entre iguals que comparteixin els mateixos sistemes de protecció. Apel·len els ciutadans europeus a prendre la iniciativa i a mantenir viva la flama en aquests temps de crisi. En lloc d’una altra insignificant conferència institucional, demanen la creació d’un Congrés de Ciutadans Europeus sobre el Futur d’Europa, que constitueixi la base d’una nova assemblea constituent. Aquest congrés tindria una estructura híbrida: se situaria entre un moviment social, un actor polític i una plataforma de deliberació, i constituiria un punt de trobada per a tots aquells que vulguin combatre el camí de la desintegració europea. En darrer terme, consideren que Europa necessita avui una segona revolució pacífica després de la de 1989, i el naixement de la seva pròpia república.
Vaccin: la leçon pour l’Europe
En aquesta editorial, el diari Le Monde adverteix que tant si es tracta de l’aplicació de rastreig digital, per a la qual s’enfronta al domini de Google i Apple, com de la vacuna contra la Covid-19, Europa depèn en gran mesura del món exterior. És cert que la UE va llançar -de manera molt tardana- una crida mundial per a l’obtenció de fons per a la investigació de vacunes, que va recaptar 7.400 milions d’euros. Els europeus tenen raó en seguir defensant el multilateralisme. Però això no hauria de impedir organitzar-se per defensar els seus interessos davant de la competència cada vegada més dura de la Xina i els Estats Units, on la carrera mundial per a les vacunes és l’últim repte.
Alemania y Francia salen de caza
Arran de la presentació del pla franco-alemany per a la reconstrucció de l’economia europea, l’autor considera que la dotació del fons és del tot insuficient si es pren en consideració la caiguda del PIB que s’està produint a tot Europa. Encara que ho matisa dient que si només fos un primer pas que vingués acompanyat d’altres fonts complementàries de finançament, la solució no seria del tot dolenta. Subratlla que el problema que poden tenir els països més tocats com Espanya i Itàlia és que arribin al fons de restructuració amb milers d’empreses en fallida, a diferència del que passarà amb les economies del nord d’Europa que estan aprofitant aquesta crisi per capitalitzar les seves empreses. Adverteix de que la clau de tot està en tres paraules del comunicat de la reunió: “sobirania econòmica i industrial”. Un objectiu que al seu entendre, ni les dues grans potències europees, ni les institucions que dirigeixen la Unió Europea, mai no han entès en el sentit d’una sobirania europea compartida efectivament per tots els estats membres, sinó com la sobirania exercida estríctament pels governs i per les seves grans empreses. En definitiva, afirma que el que, un cop més, busquen Alemanya i França no és altra cosa que aplanar-los el terreny en els mercats europeus aprofitant el pas de la Covid-19 per Europa.
Libérer Schengen, pour rétablir la liberté de circuler en Europe
El diari francès Le Monde afirma que les fronteres es van tancar caòticament dins de la UE quan Europa es va convertir en el centre de la pandèmia. Ara considera que els estats membres han de cooperar amb la Comissió per a restablir com abans millor la llibertat de circulació. Juntament amb el Mercat Únic, l’espai Schengen, que consagra la lliure circulació de béns i persones, és l’assoliment més visible de la integració europea. Tots dos han estat soscavats durant la fase més aguda de la pandèmia, però mentre que el Mercat Únic ha recuperat la seva integritat, l’espai Schengen encara es veu obstaculitzat per múltiples restriccions. L’editorial afirma que el restabliment de la llibertat de circulació és crucial per al benestar dels europeus, per a la recuperació del turisme (un sector vital de l’economia en molts països) i per demostrar que Europa segueix existint.
The covid-19 pandemic puts pressure on the EU
El món sencer està lluitant contra la Covid-19 però a la UE, la pandèmia ha desencadenat una concatenació de crisis. El que va començar com una crisi sanitària s’ha anat convertint en una crisi econòmica, després en una crisi política, i finalment en una crisi financera. Ara corre el risc de convertir-se en una crisi també constitucional, després que el Tribunal Constitucional alemany desafiés la supremacia legal del Tribunal de Justícia Europeu a principis d’aquest mes. En la seva forma actual, la UE amplifica les crisis en lloc de resoldre-les. Seguir amb el sistema actual és insostenible però canviar-lo serà difícil. La diversitat d’expectatives de la UE divideixen els estats membres. Al centre d’aquests desacords hi ha la incapacitat de trobar una resposta a una pregunta vigent de fa dècades: per a què serveix la UE? Segons The Economist, els que prediuen la desaparició de la UE poden quedar com a ximples atès que el bloc, la seva moneda i les seves institucions són tan centrals en la vida política europea que la seva desaparició requeriria un nivell de destrucció que ni tan sols defensen els crítics més durs de la UE. No obstant això, després d’una dècada de crisi, la mera política de supervivència afligeix als partidaris de la UE i es necessita urgentment un nou pensament atès que un viatge incòmode es justifica si la destinació val la pena. Però sense una resposta clara a la pregunta de què és el que Europa representa, hi ha el risc que la propera dècada s’assembli més o menys a un viatge bastant inútil.
Democracia, diversidad y cultura
Coronavirus shows us it’s time to rethink everything. Let's start with education
La pandèmia de Covid-19 representa una dura lliçó sobre el funcionament del món natural i demostra l’extrema importància del coneixement de l’ecologia. En el seu article Monbiot alerta de que estem immersos en un fracàs col·lectiu: una fallida estrepitosa en l’educació, que està dissenyada per a un món en el qual ja no vivim. La forma en què se’ns ensenya ens enganya sobre qui som i on som. En l’economia convencional, per exemple, la humanitat està en el centre de l’univers, i les limitacions del món natural són invisibles o marginals per als models. En una època en la que necessitem urgentment cooperar, se’ns educa per a l’èxit individual en competència constant amb els altres. Els governs ens diuen que el propòsit de l’educació és avançar-se a altres persones o, col·lectivament, a altres nacions. L’èxit de les universitats es mesura en part pels salaris inicials dels seus graduats. Però resulta que es tracta d’una carrera sense vencedors perquè el que se’ns anima a veure com a èxit econòmic significa, en darrer terme, la ruïna del planeta. Monbiot conclou que aquest és el moment per fer un gran reajustament que hem de fer servir per canviar la forma en què ens veiem a nosaltres mateixos i el nostre lloc a la Terra. El gran defensor del medi ambient Aldo Leopold va escriure una vegada que “Un dels càstigs d’una educació ecològica és que un viu sol en un món de ferides ja que gran part del dany infligit a la terra és invisible perals profans”. Però si tots tenen una educació ecològica, no viurem sols, i no serà en un món de ferides.
Paisajes para después de una pandemia
Filòsofs, economistes i politòlegs s’han dedicat a repensar quin podria ser el futur post-pandèmia, sobre el qual l’autor comenta que no hi ha res de nou que ens esperi en un futur incert i que allò racional i lògic és buscar fórmules per consolidar idees i iniciatives que havien estat ajornades i que ara semblen inevitables. La tornada a la normalitat passarà per adonar-nos de com de devastadora ha estat la pandèmia tant a nivell de mortalitat com a nivell de destrucció del benestar social. Sobre aquest últim aspecte, serà necessari recuperar la normalitat, modificar-la i evitar el perill de recaure en la vella anormalitat de les retallades i el retrocés en la protecció social. En altres mots, caldrà reforçar el sistema de salut pública i de benestar en general, bastir una xarxa de solidaritat i protecció social, reforçar l’educació pública, el sistema tributari (per fer-lo més progressiu i aconseguir una millor redistribució de la riquesa).
La pandemia: reacciones, exageraciones y confusiones
Gran coneixedor de la geopolitica internacional, Moisés Naím descriu els factors recurrents a les crisis internacionals que s’han viscut des de la dècada dels vuitanta i apunta que alguns els veiem també en aquesta pandèmia mentre que d’altres no: 1. L’exageració de l’impacte de la crisi. Els pronòstics sobre el canvi de món solen resultar exagerats; 2. La reacció dels governs té molt més impacte que l’esdeveniment que causa la crisi; 3. Les crisis no són globals. La gran recessió va ser tan greu i la reacció dels governs de les economies desenvolupades va ser tan massiva que era natural suposar que era una crisi econòmica mundial. Però no ho va ser. Xina, el Brasil i altres mercats emergents no es van veure tan afectats; 4. La rutinària exigència de reformes que mai ocorren i la crida a reformar les institucions internacionals, la democràcia i el capitalisme; i 5. El que crèiem permanent resultar ser transitori, i viceversa. Finalment, un factor comú en totes les grans crisis és la proliferació de teories conspiratives per explicar el que està passant.
'The way we get through this is together': the rise of mutual aid under coronavirus
L’autora considera que enmig del desastre col·lectiu que estem vivint, també s’han vist innombrables actes de bondat i de solidaritat, i que aquest esperit de generositat ens pot ajudar a sortir d’aquesta crisi i a construir un futur millor. Del que es desprèn de desastres anteriors és que moltes persones aspiren a “tornar a la normalitat”, però que d’altres troben en el moment de crisi un nou sentit de si mateixes que es trasllada a la forma en què viuen la resta de la seva vida. De vegades això és tan intangible com un canvi de prioritats i hàbits, i un nou sentit d’acció quotidiana. I fins i tot aquells que volen que les coses tornin a la normalitat sovint es troben que ells també han canviat. Al seu entendre, la pandèmia marca la fi d’una era i el començament d’una altra, la crisi ha de ser mitigada per un esperit de generositat que pot ser la base per al futur, si sabem reconèixer el valor d’aquests impulsos i accions, reconèixer que les coses poden i han de canviar profundament.
Les populistes au gouvernement en temps de pandémie
Nadia Urbinati, professora titular de teoria política de la Universitat de Columbia a Nova York, va publicar recentment Em the People: How Populism Transforms Democracy (Harvard University Press), publicat fa uns mesos per Il Mulino en la seva versió italiana i que actualment s’està traduint a altres idiomes. Nadia Urbinati, una de les principals veus en el debat sobre el populisme a nivell internacional, ens parla de les peculiaritats de l’populisme en el govern i dels riscos que suposa per a la democràcia, especialment en l’era de l’coronavirus, quan està sorgint un nou equilibri de drets. Contràriament al que defensa el discurs populista, no tots estem en el mateix vaixell.
It’s time to talk about a feminist green new deal
Arreu del món, la pandèmia de la Covid-19 i l’amenaça de depressió econòmica i d’emergència climàtica esta convencent molta gent sobre la necessitat de recalibrar les prioritats socials i econòmiques a través d’un pla de recuperació que no sigui un retorn a la normalitat i que posi le spersones, el planeta, les comunitats i les cures al centre. L’autora valora positivament les campanyes que s’estan fent per promoure el Green New Deal, acord ecològic que permeti reconfigurar l’economia, però critica que s’està formulant sense tenir en compte la crítica feminista del treball, que passa per la visibilització del treball de reproducció i de cures, un tipus de treball que es imprescindible reformular si s’aspira a construir una societat més justa.
D’Œdipe au coronavirus, les pandémies et leurs boucs émissaires
A partir de la premissa que en la història antiga les plagues requerien el sacrifici de víctimes, Nikolaïdis es planteja què podem aprendre, mentre el coronavirus fa estralls en les nostres societats,, de la història d’un rei mític que perd la seva corona i es converteix en el símbol per excel·lència del boc expiatori. Petits països desafortunats, com Grècia, han estat utilitzats com a bocs expiatoris per a justificar les deficiències de l’Eurozona. La història del Brexit s’ha narrat amb el Regne Unit en el rol del boc expiatori sacrificat a l’altar de la unitat europea per desviar l’animositat mútua que havia sorgit entre uns europeus en crisi perpètua. D’altra banda, també es va culpar la Unió Europea de tota una sèrie de mals que el Regne Unit no semblava necessitar importar. I al llarg d’aquests anys, els dits acusadors han continuar castigant tots aquells que han tingut el trist privilegi de fer el paper de “l’altre”. No és massa tard per provar-nos a nosaltres mateixos que podem escapar d’aquesta lògica amb la crisi de la Covid-19.
Liberar a la ciudadanía
Ara que s’estan donant els primers casos de la desescalada de les mesures de confinament, Ramoneda considera que no es pot convertir en rutina el que només es justifica per una situació excepcional. No es pot viure indefinidament en la por. És hora, doncs, d’alliberar a la ciutadania de l’encotillament legal en què està atrapada, com han entès França i Itàlia, i repartir responsabilitats. El risc zero no existeix i buscant-lo podem acabar asfixiats. De moment, de la crisi de virus sabem tres coses: que els guanyadors són els poders globals que van liderar la globalització accelerada; que el confinament ha consolidat l’hegemonia de la ideologia digital; i que els estats han tingut l’oportunitat de demostrar que encara existeixen. La pregunta clau és saber si ara seran capaços de confirmar el poder que han demostrat per confinar els ciutadans a l’hora de la reconstrucció econòmica, reforçant sectors públics clau i posant límits als mercats on són ineficients per a l’interès general.
Governments must ensure non-discrimination in pandemic responses
L’autor afirma que cada vegada hi ha més proves que les respostes dels Estats a la pandèmia de Covid-19 estan tenint efectes discriminatoris. Per respondre-hi, una coalició sense precedents d’organitzacions mundials de defensa de la igualtat ha demanat que totes les respostes polítiques se sotmetin a una avaluació de l’impacte d’aquestes polítiques sobre la igualtat. Considera que si no s’identifiquen, comprenen i aborden els efectes discriminatoris de les respostes a la pandèmia, els estats no compliran les obligacions que els incumbeixen en virtut de la llei internacional. I el que és més important, significarà que, mentre el món tracta de lluitar contra el virus, els més marginats de les nostres societats es veuran desfavorits, perjudicats, exclosos i deixats enrere.
Las democracias gestionan mejor las crisis
L’exministre d’Afers Estrangers israelià Shlomo Ben-Ami afirma que la crisi de la Covid-19 s’ha convertit en el front més recent el xoc d’ideologies que en els últims anys ha passat a ser una característica central de la geopolítica. En representació de l’autoritarisme està Xina, que ha promogut l’èxit de la seva agressiva estratègia de confinament per limitar la difusió del coronavirus. En representació de la democràcia hi ha una àmplia gamma de països, alguns amb respostes molt pitjors que les d’altres. Llavors, quin sistema polític és més adequat per gestionar una crisi? Des del seu punt de vista, la pandèmia ha tornat a demostrar com, encara que les dictadures tinguin més facilitat per imposar mesures urgents i estrictes, són els sistemes democràtics els que es revelen més eficaços pera gestionar les conseqüències socials i econòmiques de la malaltia.
This pandemic threatens to undo what generations of feminists have fought for
Les dones s’han vist especialment afectades per la pandèmia perquè han hagut de fer-se (encara més) càrrec de les tasques de cura, i el desconfinament no sembla prometre una millora. A llarg termini, el resultat podria ser el retorn de les dones a l’esfera domèstica, cosa que podria suposar un retrocés en el progrés que ha aconseguit fer el moviment feminista durant l’últim segle. L’article analitza les situacions diverses respecte a l’ocupació amb què s’han trobat les dones i destaca l’augment de la càrrega familiar i de cures que ha suposat per la majoria el fet d’estar confinades: alguns estudis ja han demostrat empíricament que la dedicació de les dones (en parella heterosexual) a les tasques de la llar i a la cura dels infants és significativament major que la dels seus companys. Aquesta situació queda reforçada pel retrocés en l’oferta de serveis públics i per la manca de voluntat de les empreses d’adaptar-se a les necessitats de les dones i a la llarga podria fer que la situació per la població femenina empitjorés de manera destacable.
Is Capitalism Racist?
En aquest article, Lemann fa un recorregut per la literatura acadèmica que ha analitzat el vincle entre el capitalisme i el racisme des de l’època de l’esclavitud als EUA. La idea que el racisme pot connectar-se amb el capitalisme existeix des de fa temps; la qüestió és com funciona la connexió i si son inextricables. L’autor conclou que és difícil que, en un país com els EUA, les reformes que apunten a reformar els aspectes més incòmodes del capitalisme qüestionin l’arrel de la supremacia blanca, i que la política democràtica només pot produir victòries parcials. No obstant, menysprear els avenços aconseguits en el passat i deixar de creure en un futur millor pot fer caure en el derrotisme i no veure que hi ha eines com les reformes econòmiques, educatives i de justícia penals que podrien ser molt útils per millorar la situació.
No One Knows What’s Going to Happen
El politòleg i historiador de les idees Mark Lilla es mostra molt crític cap al devesall de prediccions sobre el món post-Covid-19 que s’està generant. Afirma que el futur post-Covid no existeix en la mesura que només existirà després que l’haguem fet. La profecia religiosa és racional, suposant que el futur està en mans dels déus, no en les nostres. Els creients poden estar segurs que el que els déus diguin a través de la boca dels oracles o inscriguin en les visceres es farà realitat, independentment de les nostres accions. Però si no creiem en aquestes deïtats, no tenim raó per preguntar-nos què ens passarà. Només hem de preguntar què volem que passi, i com fer que passi, donades les limitacions de moment. A part de la biologia real del coronavirus, que només estem començant a entendre, res no està predestinat. En definitiva, ens vindria bé una dosi d’humilitat. També podria ajudar a reconciliar-nos amb la incertesa radical en la qual sempre estem vivint. Deixem d’escoltar els nostres profetes i auguris. I deixem de demanar als especialistes en salut i als funcionaris públics projeccions fiables que no estan en posició de fer . I deixem de sentir-nos decepcionats quan les que els forcem a fer resultin errònies.
¿Otro apocalipsis?
John Gray analitza la situació actual comparant-la amb el trasbals que va suposar la guerra civil russa a principi del segle passat, que va tenir algunes característiques semblants a les de l’apocalipsi, d’un pas sobtat a una situació fins llavors inimaginable. Durant aquell moment d’impasse hi va haver moltes morts —per assassinats polítics i per l’empitjorament de les condicions de vida—, però el govern rus estava convençut d’estar construint una societat que seria millor que l’anterior. Amb la caiguda del mur de Berlin hi va haver un retorn de l’optimisme apocalíptic semblant a la que hi havia hagut durant la fundació de l’URSS: es creia haver arribat a la fi de la història. En l’actualitat ens trobem en una situació semblant: després del confinament ens adonarem que recuperar la nostra forma de vida anterior serà impossible sobretot degut a les actituds de la gent —i no tant a les mesures imposades pels governs—. Augmentaran els controls de temperatura i de localització, s’imposarà el distanciament físic, l’economia quedarà molt afectada, es transformarà l’estructura de l’ocupació, hi haurà molt d’impacte sobre les “categories del coneixement”, s’estendrà l’automatització i la intel·ligència artificial. Les classes professionals viuran una experiència similar a la dels qui van passar a ser antigues persones en els canvis bruscs del segle passat. Gray conclou que la història és una successió d’apocalipsis d’aquest tipus i, de moment, el que vivim és més suau que la majoria.
Economía, bienestar e igualdad
Has Covid-19 killed globalisation?
La globalització ja funcionava amb alguns problemes abans de l’arribada de la Covid-19 i la pandèmia ha contribuït a baixar el ritme del comerç i de la mobilitat internacionals. Les seqüeles seran significatives: no podem esperar una recuperació immediata i una tornada al business as usual. La pandèmia condicionarà la mobilitat i les migracions, farà que els països mirin endins i tindrà com a conseqüència una inestabilitat geopolítica duradora. L’article analitza com el sistema de comerç internacional es ressentirà d’una situació política internacional caòtica: els governs començaran a fixar-se en l’origen dels productes i optaran per potenciar les economies pròpies i caminaran cap a l’autosuficiència. El flux de capital també es veurà afectat per la situació: decaurà la inversió internacional i els governs augmentaran la fiscalitat als inversors estrangers. Pensar que tot això donarà com a resultat un sistema de comerç més humà o segur és absurd. En realitat, serà més difícil per als països pobres arribar al nivell dels rics, i la vida en general serà més cara i menys lliure. L’article defensa que la manera de recuperar i de fer més resistents les cadenes de subministraments es diversificant-les, no domesticant-les, i acaba concloent que podem dir adeu a l’era de la globalització i preocupar-nos pel model que la substituirà.
Humans are not resources. Coronavirus shows why we must democratise work
En aquest manifest signat per nombroses personalitats acadèmiques de primer nivell, es reivindica que els treballadors són molt més que simples “recursos”. Aquesta és una de les lliçons centrals de la crisi actual. Tenir cura dels malalts; lliurar menjar, medicaments i altres articles de primera necessitat; netejar els nostres residus; proveir els prestatges i portar els registres de les nostres botigues de queviures – les persones que han mantingut la vida durant la pandèmia de Covid-19 són la prova vivent que el treball no pot ser reduït a una simple mercaderia. La salut humana i la cura dels més vulnerables no poden ser governats només per les forces de mercat. Si deixem aquestes coses exclusivament en mans del mercat, correm el risc d’exacerbar les desigualtats fins al punt de comprometre la vida mateixa dels menys afavorits. Com evitar aquesta situació inacceptable? Implicant als treballadors en les decisions relatives a la seva vida i el seu futur en el lloc de treball, democratitzant les empreses, desmaterialitzant la feina, garantint col·lectivament una feina útil per a tothom. A l’hora dl’enfrontar-nos al risc d’una pandèmia i al col·lapse del medi ambient, la realització d’aquests canvis estratègics ens permetria garantir la dignitat de tots els ciutadans i, a el mateix temps, de reunir la força i l’esforç col·lectius necessaris per a preservar la nostra vida en comú en aquest planeta.
The Pandemic Exposes Dangers of the Informal Economy
L’article crida l’atenció sobre la situació dels treballadors precaris que a diferència dels treballadors de l’economia formal, que beneficien de proteccions legals i socials, s’han de guanyar la vida sense una xarxa de seguretat. En la seva majoria són dones i majoritàriament treballen per compte propi, en ocupacions tan variades com la venda ambulant, el treball domèstic, el transport i la recollida d’escombraries. Alguns també treballen com a jornalers en fàbriques, granges i altres negocis formals que no atorguen plens drets o proteccions a tots els seus empleats. Les mesures adoptades per molts països per combatre la pandèmia -inclosos els tancaments aplicats sense una assistència significativa per aquells els llocs de treball es veuen afectats- han amenaçat els mitjans de vida dels treballadors informals i els han empès encara més a la pobresa, la fam i la manca d’habitatge. En tan sols unes poques setmanes s’han perdut milions de llocs de treball en el sector no estructurat i se n’han posat en perill milions més.
Get ready for a two-speed recovery
La crisi del coronavirus és el que els economistes anomenen un xoc simètric. Si bé alguns països han registrat un major nombre de morts que d’altres, cap no s’ha lliurat de les repercussions econòmiques del tancament d’empreses i altres mesures necessàries per controlar l’epidèmia. Ara bé, segons l’autora, és molt probable que les coses siguin diferents quan es tracti de la recuperació. Els països sortiran d’aquesta crisi a diferents velocitats, depenent de l’estructura de la seva economia i del suport financer que puguin oferir als treballadors i les empreses durant i després de la recessió. Això és particularment cert a la zona euro, on és probable que la divisió nord-sud s’agreugi, ja que alguns països es recuperaran més ràpidament que altres. La Comissió Europea espera que la producció a la zona euro caigui un 8% aquest any abans de repuntar un 6% el 2021. Això suposa una recuperació en forma de V, que sembla molt incerta a Europa, atès l’inevitable tancament de moltes petites empreses i la possibilitat de noves onades de l’epidèmia. També hi ha el fet que no tots els països estan igualment equipats per recuperar-se. I el preocupant és que, atesos els desequilibris preexistents a l’Eurozona, els més lents a recuperar-se probablement estiguin al sud d’Europa. En la mesura que la pandèmia exacerba la divisió nord-sud preexistent a la zona euro, hi ha un risc significatiu que la unió monetària caigui en una altra crisi de deute sobirà. Un cop més, els dirigents europeus podrien veure obligats a triar entre la mutualització del deute i l’assumpció de riscos per part dels països més rics per ajudar als més perjudicats o afrontar una altra ronda de rescats i d’austeritat dolorosa per als països del sud.
Covid-19 is undoing years of progress in curbing global poverty
La possibilitat de subsistir econòmicament als països del Sud global és fràgil i sovint les persones depenen dels familiars o veïns quan les coses van malament. En un moment de pandèmia, no obstant, això esdevé impossible: si tothom està aturat i ningú no té ingressos no hi ha la possibilitat de demanar diners o ajuda a les persones properes. Per primer cop des del 1998 el nombre de persones extremadament pobres al món està augmentant i l’article es pregunta quants milions es quedaran en aquesta situació i quants aconseguiran recuperar-se. El Banc Mundial estima que 49 milions de persones cauran en la pobresa extrema, i un investigador del King’s College de Londres diu que el nombre podria augmentar 420 milions. L’article explica que el problema és que les mesures de confinament i de reducció de contagis no son sostenibles en molts països perquè confinar la població significa relegar-la a la pobresa: els treballadors no poden treballar i deixen de rebre ingressos, la qual cosa resulta fatal sobretot si tenim en compte que el preu dels aliments bàsics està pujant. L’autor comenta que això se suma a la incapacitat dels governs per fer despesa pública, però que encara s’hi pot fer alguna cosa: els governs i els ciutadans poden prevenir les infeccions sense congelar l’economia del tot deixant que treballin els més joves, que tanquin els locals d’oci amb molta afluència —però que obrin les fàbriques i els mercats amb mesures de protecció— i fent un millor seguiment dels casos. No obstant, l’ajuda dels països rics serà indispensable.
Le spectre de l’État autoritaire
Amb l’estil molt personal que caracteritza els seus últims assajos, l’economista i intel·lectual liberal Deirdre Nansen McCloskey comparteix les seves reflexions sobre la crisi actual, les causes i les possibles conseqüències per a l’organització política de les democràcies liberals. Afirma que el Gran Enriquiment que s’ha produït des de 1800 fins a l’actualitat, aquest augment de trenta vegades en la producció de béns i serveis no ha estat causat per la coerció sinó per la llibertat. La seva magnitud encara es va multiplicar amb la liberalització del comerç, de la circulació (i per tant de la migració) i de la premsa. Assenyala que tota aquesta riquesa vol dir que fins i tot el confinament, aquesta solució d’emergència, està lluny de ser desastrós. Conclou dient que ens recuperarem d’aquesta crisi i que no hem de sacrificar les nostres llibertats per ssortir-nos-en. Cal defensar un veritable liberalisme que doni suport a la innovació i ens tracti com a adults.
How lockdowns make the case for a basic income
La pandèmia ha fet augmentar l’interès en la renda bàsica com una manera de compensar la població per la dura situació econòmica: es tracta d’un pagament modest, regular i igualitari per a tots els individus independentment de les seves condicions. No obstant, hi ha qui veu la renda bàsica com una mesura temporal, una visió que no té en compte que el sistema econòmic no es recuperarà i quedarà intacte. En el món post-pandèmia, la renda bàsica hauria de ser el pilar d’un nou sistema de distribució de la renda per fomentar la resiliència i consolidar una societat basada en fonaments ètics i sostenibles. La renda bàsica contribuiria a això en tres sentits: rescatant els treballadors precaris i exclosos dels sistemes de protecció social; enfortint la resiliència, l’autonomia personal i la salut mental dels individus i, per últim, revifant l’economia allunyant-la d’un model que vincula la renda i els beneficis als oficis on la precarietat és la norma. Segons Standing, en el futur la renda bàsica serà tan normal com qualsevol bé públic que tenim avui en dia, reduirà les desigualtats, farà augmentar el poder de negociació del precariat i permetrà revaloritzar les feines de cures.
Las máquinas no enferman. Temo que esta crisis lleve a una mayor automatización
En aquesta entrevista, la premi Nobel d’Economia Esther Duflo sosté que que per evitar una recessió cal mantenir els llocs de treball i els sous tant com sigui possible. En el seu últim llibre, Buena economía para tiempos difíciles (Taurus, 2020) desmunta un bon nombre de teories preconcebudes sobre l’economia i com aquesta pot ajudar a resoldre els nostres problemes. Es mostra especialment preocupada pel fet que en aquesta crisi els executius d’empreses es puguin acomodar en el seu desig d’anar cap a una màxima automatització. Abans de la crisi, les companyies ja apostaven moltes vegades per ella fins i tot quan les màquines no eren necessàriament superiors a l’ésser humà. Tem que, amb la possibilitat que les persones emmalalteixin -especialment si les apilotones en males condicions- els directius i accionistes apostin per l’automatització d’una manera negativa per als treballadors. Potser és una tendència que no puguem parar, però al menys cal ajudar els treballadors a ajustar-se al canvi i a trobar altres feines.
Sostenibilidad y cambio climático
Problèmes de la transition
Des de les pàgines de Le Monde Diplomatique l’autor reflexiona sobre el concepte de transició ecològica i afirma que la transició no és una qüestió “ecològica” (és a dir, per als “ecologistes”). Al seu entendre, no es tracta d’avançar cap al “capitalisme verd” ni de sortir del capitalisme “encara no verd”. Es tracta de sortir del capitalisme, ras i curt. Una transició d’aquesta naturalesa s’hauria de reflectir en tres qüestions principals, totes relacionades amb la divisió del treball: 1) què és el que conservem i què és el que llancem, i el que tirem, en la mesura del possible; 2) el fet que la divisió del treball, sobretot sota la consigna de “mantenir” el treball, comporta que sigui necessari contemplar la solució de les autonomies locals; i 3) les noves relacions socials al si de les quals amotllar la nova divisió del treball, perquè no sigui ja una divisió de tipus capitalista.
The Unlikely Environmentalists
Hi ha una raó per la qual el canvi climàtic es descriu sovint com un “problema molt complex”. La descarbonització total de l’economia requereix no només la transformació completa de la infraestructura energètica mundial, a un cost de molts bilions de dòlars, sinó també la modernització de tots els edificis del món, la reconstrucció de les pràctiques agrícoles del planeta i la revolució dels sistemes de transport. És difícil veure com es pot aconseguir això sense algun tipus d’impost mundial sobre el carboni o un règim regulador. L’autora destaca que ara el sector privat ha començat a intervenir i molts dels principals propietaris d’actius del món estan arribant a la conclusió que el canvi climàtic és el risc més important a llarg termini per a la salut de les seves carteres i estan començant a pressionar les empreses perquè s’ocupin del canvi climàtic. Aquesta tendència no està impulsada per l’altruisme o un profund compromís amb el medi ambient sinó en funció d’uns interessos econòmics. Per als més grans propietaris d’actius, el canvi climàtic no és una externalitat, sinó una profunda amenaça als seus rendiments a llarg termini. Al cap i a la fi, serà molt més difícil guanyar diners en un món en què la majoria dels principals ports estiguin sota l’aigua, les collites siguin sistemàticament desastroses i centenars de milions de persones estiguin desplaçades.
Countries should seize the moment to flatten the climate curve
Des de les pàgines de The Economist s’assenyala que ni el virus ni els gasos d’efecte hivernacle entenen de fronteres, la qual cosa fa que tots dos flagells siguin globals. Tots dos col·loquen els pobres i vulnerables en situació de major risc que les elits riques, i exigeixen una acció governamental a una escala gairebé mai vista en temps de pau. Amb el lideratge de la Xina centrat únicament en el seu propi benefici i el dels Estats Units tan desdenyós de l’Organització Mundial de la Salut com reaci a l’Acord climàtic de París, cap de les dues emergències no està rebent la resposta internacional coordinada que mereixen. En efecte, les dues crisis no només s’assemblen entre si sinó que interactuen. El tancament de sectors sencers de l’economia ha comportat una enorme disminució en les emissions de gasos d’efecte hivernacle. En aquest sentit, l”Agència Internacional de l’Energia preveu que les emissions de gasos d’efecte hivernacle de la indústria mundial seran al 2020 aproximadament un 8% inferiors a les de 2019, la major disminució anual des de la Segona Guerra Mundial. Aquesta disminució, però, també revela una veritat crucial sobre la crisi climàtica. És massa gran per ser resolta simplement amb l’abandonament dels desplaçaments en avions, trens i automòbils. La crisi de la Covid-19 ha demostrat que al món encara li quedaria per fer més de el 90% de la descarbonització necessària per encaminar-nos cap a l’objectiu més ambiciós de l’Acord de París, una pujada de les temperatures de només 1,5 ° C. Això no obstant, tla pandèmia també crea una oportunitat única de posar en marxa polítiques governamentals que allunyin l’economia del carboni a un cost financer, social i polític més baix del que podria haver estat el cas d’una altra manera. En darrer terme, la Covid-19 ha demostrat que els fonaments de la nostra prosperitat són precaris. Desastres dels que s’ha parlat des de fa molt de temps i que s’han ignorat durant molt de temps, poden sorgir sense previ avís, capgirant-ho tot i fent trontollar tot el que semblava estable. El dany causaut pel canvi climàtic serà més lent que les repercussions de la pandèmia, però serà més massiu i durador. Si hi ha un moment perquè els líders mostrin la seva valentia per evitar aquest desastre, és aquest.
Has the Coronavirus Disappeared Climate Politics?
Els experts en canvi climàtic temen que els objectius de transició energètica d’Europa es vegin marginats enmig de la pandèmia de coronavirus i dels esforços que caldrà esmerçar per revifar les indústries convencionals. Durant la presentació del pla de rescat franco-alemany, Emmanuel Macron va subratllar explícitament que el programa de rescat donaria suport al Green Deal europeu,. Macron i Merkel, però també altres líders europeus i fins i tot grans indústries, han reiterat recentment el compromís cap una transició verda en aquest moment tan complex. Però les batalles decisives encara estan per lliurar-se, i les forces econòmiques tradicionals d’Europa estan disposades a plantar cara. A tot Europa, a mesura que s’aixequen cautelosament les mesures de confinament, moltes empreses i indústries s’estan reobrint. Però les repercussions econòmiques a Europa són enormes ja que es poden perdre fins a 59 milions de llocs de treball i bilions de dòlars en ingressos i impostos. Hi ha un ampli consens al voltant del fet que es requerirà un estímul econòmic de proporcions històriques -per part del pressupost de la UE i del Banc Central Europeu, així com dels estats membres- per lluitar contra la recessió i tornar a posar en peu les economies devastades. Però no està ni molt menys tan clar fins a quin punt l’estímul per a la recuperació econòmica tindrà en compte la política de defensa del clima.
Humanity must take this chance to find a new 'normal' – and safeguard our planet
Els autors consideren que cal incorporar els riscos i oportunitats de la transició climàtica en el sistema financer, així com en la formulació de polítiques públiques i en les infraestructures. En efecte, qualsevol decisió que prenguem ara per ajudar a la recuperació de l’economia determinarà les futures vies de creixement econòmic i de desenvolupament. Reconstruir millor, més fort i de manera més intel·ligent significa embarcar-se en un viatge en el qual hem de crear les condicions perquè la natura ens cuidi; és a dir, cal establir un nou contracte social per a la natura. La lluita contra Covid-19 es compara sovint amb luna guerra. Després de les guerres, els líders victoriosos esmercen els seus esforços en construir millors futurs per als seus pobles. La primera oportunitat que tindrem de fer-ho junts és quan els caps d’estat i de govern es reuneixin al setembre per a la Cimera de la Biodiversitat de les Nacions Unides a Nova York. Serà el moment de posar el món de camí cap a un futur més ambiciós i segur: el moment d’actuar sobre un contracte social per a la natura que canviï el nostre destí per un de més saludable i pròsper per a la gent i el planeta per a les generacions futures.
Le coronavirus montre bien les limites de ce que l'action individuelle peut faire pour le climat
Les mesures de confinament adoptades a tot el món per tal d’aturar la propagació de la Covid-19 han donat lloc a una dràstica disminució de les emissions de gasos d’efecte hivernacle. Per a finals d’any, s’espera una disminució mitjana d’entre el 5 i el 8% del total de les emissions mundials. Si bé es tracta d’un esdeveniment positiu, l’autora assenyala que no s’han de sobreestimar els seus efectes a llarg termini. En efecte, per tenir un impacte significatiu en l’escalfament global, les emissions de gasos d’efecte hivernacle haurien de seguir disminuint un 7,6% cada any fins al 2030. Això és il·lusori, especialment quan les indústries estan començant a recuperar gradualment la seva activitat i tenint en compte que és el sector més contaminant del planeta qui ha tingut el menor descens. La producció d’electricitat, responsable del 39% del total de les emissions de CO2 al món (xifres de 2015), va reduir-se només un 7,4%, de 44,6 milions de tones per dia a 41.300.000. De la mateixa manera, és evident que la responsabilitat de reduir les emissions de gasos d’efecte hivernacle no és la mateixa en les diferents regions o països. Un país amb baixes emissions tindrà molt poc impacte en la millora de la situació mundial davant dels majors emissors, és a dir, la Xina, els Estats Units i els països de la Unió Europea.
Innovación, ciencia y tecnología
How big tech plans to profit from the pandemic
En aquest llarg article d’investigació Naomi Klein adverteix que mentre el coronavirus continua matant a milers de persones cada dia arreu del món, les grans empreses tecnològiques estan aprofitant l’oportunitat d’estendre la seva influència i el seu poder. Considera que ens enfrontem a decisions difícils entre la inversió en els éssers humans i la inversió en la tecnologia. Perquè la crua veritat és que, tal com està l’economia, és molt poc probable que es puguin fer ambdues coses. Les escoles públiques, les universitats, els hospitals i el transport s’enfronten a qüestions existencials sobre el seu futur. Si les empreses tecnològiques guanyen la seva ferotge campanya de lobbying per a fomentar l’aprenentatge a distància, la telesalut, els vehicles 5G i els vehicles autònoms -el que l’autora anomena “Screen New Deal”- no quedaran diners per a les prioritats públiques urgents, ni tampoc per al Green New Deal. El problema de subcontractar les decisions clau sobre com “reimaginar” els nostres estats i ciutats a empresaris com Bill Gates i Eric Schmidt (antic patró de Google) és que han passat les seves vides considerant que no hi ha cap problema que la tecnologia no pugui resoldre. Per ells, i per a molts altres a Silicon Valley, la pandèmia és una oportunitat d’or per rebre no només la gratitud, sinó també la deferència i el poder que consideren que els han estat negats injustament.
Biodiversità, una sfida per il método scientifico
L’any 2020 ha estat elegit per les Nacions Unides com a l'”Any Mundial de la Diversitat Biològica”. Però, què és la biodiversitat i per què és tan important? La revista MicroMega en parla amb Telmo Pievani, qui, entre les seves moltes activitats com a estudiós i comunicador, ocupa la primera càtedra italiana de Filosofia de les Ciències Biològiques a la Universitat de Pàdua. Pievani afirma que conèixer la biodiversitat ha de ser part de la nostra cultura tout court. Sempre imagina la futura conversa que podria tenir lloc entre una intel·ligència extraterrestre molt avançada i nosaltres. Els extraterrestres vénen i intenten comprendre quant hem progressat en la ciència. Què ens preguntarien? Al seu entendre, la pregunta seria sobre si hem completat la taula periòdica d’elements, si hem comprès els orígens de l’univers, si hem estat capaços de dividir i fusionar els àtoms, si tenim un model complet de la cèl·lula i les seves interaccions, i després si hem reconstruït l’evolució que va produir la biodiversitat del nostre planeta i a través de quins mecanismes. Aquests són els coneixements fonamentals, només després es passaria a debatre sobre les tecnologies.
Is 5G Going to Kill Us All?
Una nova generació d’Internet súper ràpida està arribant per mitjà de la 5G. però ningú so sap amb certesa si aquesta nova tecnologia és segura. En aquest sentit l’autor recorda que al 2017, nombrosos signants de la Crida dels científic de la EMF van demanar a les Nacions Unides protecció davant l’exposició als camps electromagnètics no ionitzants i va demanar una moratòria en el desplegament de la tecnologia 5G. Aquests científics estaven tan angoixats pels riscos de la tecnologia que van invocar els principis de el Codi de Nuremberg (codi d’ètica mèdica que recull una sèrie de principis que regeixen l’experimentació amb éssers humans) en relació amb l’experimentació en subjectes inconscients. Consideren que l’acceptació acrítica de les meravelles de la tecnologia inalàmbrica podria algun dia constituir un crim contra la humanitat, en què la indústria de les telecomunicacions tracti al públic com a rates de laboratori confinades a les nostres càmeres de reverberació tòxica personalitzades.
The Future of Data Governance
Les noves tendències de governança de les dades estan reconfigurant l’economia digital mundial, que actualmente representa gairebé el 16% del PIB mundial. No obstant això, les noves lleis nacionals actualitzades sobre privacitat i localització de dades estan alterant de manera fonamental la forma en què les empreses poden realitzar negocis a nivell internacional. Entre les mesures de gestió de dades, la localització de dades representa un poderós instrument per als governs que tracten d’obtenir-ne el control. La revista Foreign Policy dedica un reportatge en tres parts sobre la problemàtica. En aquesta primera part de la sèrie es desglossa l’entorn regulador de ràpida evolució que envolta el creixement de les dades mitjançant l’establiment de les tendències de governança emergents; la catalogació de la localització de dades específiques i les lleis de privacitat de les dades per país; el mapeig de la regulació i al món; i l’explicació dels riscos i de les possibles repercussions per a les empreses.
The chip wars, a dangerous escalation
Aquest article analitza el conflicte que oposa els Estats Units i la Xina en l’àmbit dels microxips i assenyala que la nova escalada en el conflicte tecnològic il·lustra els límits del poder americà. La guerra tecnològica garanteix que la indústria dels xips sigui menys eficient. La gran pregunta és si l’ús de la influència tecnològica acabarà per soscavar el domini americà que li dóna origen. Ningú no sap fins a quin punt és vital la tecnologia nord-americana de fabricació de xips, perquè fins ara no hi hagut raó per esbrinar-ho. Molts governs són cautelosos amb el poder de la Xina però poden irritar-se per les polítiques americanes que volen imposar a les seves empreses amb qui poden fer negocis. En darrer terme, la reticència dels EUA en complir amb les normes draconianes d’exportació ha demostrat ser un punt a favor per als productes que no depenen de la tecnologia americana.
COVID-19 Isn’t the Only Threat to Privacy
L’article relata com a mesura que la crisi de la Covid-19 s’ha anat estenent, les aplicacions de rastreig de contactes s’han anat utilitzant en paral·lel en almenys 28 països amb la intenció de rastrejar els individus infectats i alertar aquells que entren en contacte amb ells. A primera vista, les aplicacions semblen ser beneficioses. No obstant això, els autors consideren que tot i que la localització de contactes és una pràctica establerta, l’eficàcia i l’ètica de la utilització de les tecnologies digitals són objecte d’un intens debat. Els governs han ignorat aquests dilemes, ampliant les seves capacitats de vigilància de la ubicació d’acord amb la tendència mundial cap a l’autoritarisme. L’autora alerta que quan arribi el moment de treure’s les mascaretes i de reprendre les activitats quotidianes, ens podem trobar habitant un món dominat pels sistemes de vigilància. En darrer terme, l’ús invisible d’eines que capitalitzen les dades de geolocalització podria utilitzar-se per controlar les persones de maneres molt diferents i molt més difícils de revertir que l’ús de les mascaretes o les consignes de confinament.