
Diari de les idees 26
29 junio 2020
Ideas de actualidad
En unos momentos en que se está completando la desescalada y se inicia el camino de la reanudación hacia una cierta normalidad, esta nueva edición del Diari de les idees vuelve a centrar su atención hacia sus temas de análisis y reflexión habituales sin por ello menospreciar el impacto que tiene y seguirá teniendo la pandemia de Covid-19 en nuestras sociedades.
Así pues, queremos empezar destacando un artículo del ex viceministro de Relaciones Exteriores de la República Popular de China He Yafei publicado en Le Grand Continent donde comparte sus opiniones sobre la pandemia de Covid-19 y la intensificación de la rivalidad con los Estados Unidos, lo que constituye una perspectiva esencial para entender la posición china en la lucha por la hegemonía global. Afirma que la Covid-19 ha hecho estragos en la gobernanza mundial y en la globalización, a la vez que denuncia que los Estados Unidos parecen decididos a arrastrar a China a una rivalidad geopolítica destructiva de la que nadie puede salir victorioso. A su juicio, la pandemia es una prueba de fuego y constituye un llamamiento a todos los países para que reflexionen sobre el estado del mundo y adopten decisiones que permitan avanzar hacia un sistema global mejor y más seguro desde todos los puntos de vista. El funcionamiento del sistema global en tiempos de crisis multidimensional también es objeto de análisis por parte de Francis Fukuyama en las páginas de Foreign Affairs. Quien hizo famoso el concepto de “final de la historia” considera que el éxito o el fracaso en la gestión de la pandemia no depende del tipo de régimen, sino que los factores determinantes han sido la capacidad gestora del Estado, la confianza de la sociedad en sus dirigentes y la calidad del liderazgo. Los países que han contado con los tres elementos, independientemente de su régimen político, han obtenido unos resultados positivos y han limitado los daños humanos, sociales y económicos. En cambio, los países con estados disfuncionales, sociedades polarizadas o un liderazgo débil o incompetente han dejado sus ciudadanos y sus economías en una situación de vulnerabilidad mucho mayor. En la misma revista, Stewart Patrick analiza el impacto de la pandemia de Covid-19 y los costes que está teniendo la disfunción del sistema de gobernanza global. En efecto, la caótica respuesta mundial a la crisis del coronavirus ha dañado la confianza de los ciudadanos en las instituciones supranacionales y la mayoría de los países, incluso los más poderosos, se han replegado sobre sí mismos, marginando las instituciones multilaterales y muy especialmente la Organización Mundial de la Salud. Habrá, pues, que aprender la lección y asumir que el sistema de gobernanza multilateral no es una máquina autorregulada y autónoma que entra automáticamente en acción cuando se necesita, ya que ni los conocimientos tecnocráticos ni las reformas institucionales no pueden compensar la actual falta de dirección política y liderazgo de este sistema. Un sistema que por otra parte también se ve afectado por la inestabilidad que golpea uno de sus pilares tradicionales como son los Estados Unidos donde continúa la onda de choque provocada por la pésima gestión de la Covid-19 y la respuesta divisiva de Donald Trump al clamor generalizado contra el racismo sistémico que está enquistado en el corazón del sistema norteamericano. En este ámbito destaca la interesantísima aportación de Mark Y. Rosenberg en Foreign Policy donde compara la situación actual en EEUU con la de los últimos años de apartheid en Sudáfrica, y apunta que tanto las revueltas sudafricanas de los años setenta y ochenta como las de estas últimas semanas en Estados Unidos comparten el objetivo moralmente inequívoco de acabar con el racismo sistémico, y han sido impulsadas por una concatenación de acontecimientos políticos y económicos que han hecho pasar este objetivo de la marginalidad social al centro del debate político . En este sentido es relevante que, así como las élites económicas y políticas de Sudáfrica se dividieron ante la represión ejercida contra el movimiento anti-apartheid, en los últimos días se han producido líneas de fractura en las élites republicanas americanas, como lo demuestran las declaraciones de numerosos altos mandos militares o representantes cualificados del establishment conservador estadounidense. Una visión complementaria del conflicto aportada desde el feminismo es la de Tamara Winfrey-Harris en The Atlantic donde denuncia la falta de visibilidad y de atención que reciben las mujeres y chicas afroamericanas en la cobertura de las protestas y señala que si se minimizan los retos a los que se enfrentan las mujeres negras, corremos el riesgo de perder el cuadro completo de devastación que el estado norteamericano impone a los afroamericanos sin tener en cuenta el género, la edad, la sexualidad o la clase. En último término, no puede haber justicia para los afroamericanos a menos que se incluya también a las mujeres.
La perspectiva de género y los debates del feminismo se sitúan en el centro de los debates democráticos y la reivindicación de los derechos de todas las mujeres. Con el título de “Todas las mujeres”, la editorial de la revista CTXT responde de manera muy crítica a la publicación del argumentario sobre feminismo y teorías de género por parte del PSOE, que a su juicio supone una escalada en la ofensiva de un sector del feminismo contra el reconocimiento de la existencia de las mujeres transexuales. La realidad es que un movimiento feminista inclusivo en el que caben todas las mujeres, racializadas, trans, de cualquier confesión o nivel social, será más fuerte y efectivo para cuestionar los conceptos y patrones de conducta de una sociedad patriarcal y para conseguir la inclusión social y la igualdad de todas las mujeres.
Desde una perspectiva europea, Gary Younge en su artículo publicado en The Guardian advierte que si bien muchos afirman que las cosas están mejor aquí que en Estados Unidos, esta afirmación ignora tanto el pasado colonial de Europa como su propio presente racista. Porque Europa también tiene un historial de exportación del racismo en todo el mundo y es ahora mismo uno de los epicentros donde el populismo de extrema derecha vuelve a ser cada más una ideología mainstream, con partidos abiertamente racistas como característica central del paisaje. Desde las páginas de La Vanguardia Enric Juliana analiza también la actualidad europea y subraya que lo más destacable es el plan de reconstrucción europeo en tanto que supone un cambio de perspectiva muy importante ya que estamos asistiendo a un momento hamiltoniano que de alguna manera supone un resurgimiento del federalismo europeo. Un posible cambio de paradigma en el que insiste Marta Cillero en Social Europe donde afirma que la pandemia representa una oportunidad para que los ciudadanos de Europa la aprovechen a su favor, si realmente quieren una democracia que se ocupe de todos y no sólo de unos pocos. Cillero aboga por una asamblea de ciudadanos europeos que abra de nuevo el espacio de discusión y deliberación entre los ciudadanos de todo el continente y ofrezca un lugar de reflexión sobre cómo seguir ampliando el proceso en los próximos años y cómo articular las principales demandas de los ciudadanos. Todo ello dentro del marco de una Europa donde, como argumenta Frank Schimmelfennig en un artículo publicado en Le Grand Continent, la pandemia del Covid-19 ha reforzado las crisis de integración de la última década, ha exacerbado las diferencias existentes en cuanto a los resultados económicos y la salud fiscal entre los estados miembros del norte y el sur de Europa y ha ejercido nuevas presiones sobre la cohesión de la zona euro. Por su parte, Lili Bayer revela en Politico la nueva red de alianzas que se está tejiendo ahora que los estados miembros de la UE se disputan los miles de millones de euros destinados a impulsar la recuperación de Europa. Así pues, la Covid-19 y la propuesta de recuperación de la Comisión han dado un vuelco a las alianzas tradicionales y los clivajes norte-sur, lo que ha supuesto la puesta en marcha de un proceso de negociación más fragmentado en el que los países se mueven en diferentes facciones dependiendo de la cuestión particular de que se trate en cada momento.
Sobre el momento político español, cabe destacar el análisis de Jordi Amat en La Vanguardia sobre la radicalización de la oposición del Partido Popular, donde subraya que además de la crítica a un gobierno errático, el PP tiene un objetivo inconfesable: la defensa de una tecnoestructura que reacciona con contundencia cuando ve su posición hegemónica amenazada. No obstante, Amat considera que se están creando las condiciones para construir una alternativa periférica de los territorios que no se conforman con tener sólo un papel residual y provincial. La clave será la excelencia a la hora de adaptarse a la globalización regionalizada que vendrá. Quien sepa establecer las alianzas adecuadas, entre territorios y con Europa, podrá plantar batalla. En la misma línea, desde las páginas de El País Cristina Monge subraya que el ejercicio de innovación que fueron en su día las comunidades autónomas se ha visto desbordado después de 40 años de práctica en la que el modelo no ha evolucionado de forma ordenada ni consensuada. Y ahora la pandemia ha revelado que los diferentes niveles de administración conforman un rompecabezas en el que deben encajar todas las piezas. En último término, la Covid-19 ha mostrado una naturaleza federal de España que no se ha llegado a desarrollar nunca. Es urgente, pues, crear mecanismos que ayuden a construir confianza y colaboración mutua para avanzar en la coherencia entre la naturaleza de esta sociedad y su modelo de organización territorial. Dentro de este marco, Josep Ramoneda argumenta que la reconstrucción debe suponer el regreso a las políticas públicas con especial atención a aquellos territorios en los que la lógica de los mercados es ineficiente, salvo para los que creen que es inevitable condenar una parte de la ciudadanía a la marginalidad. Es decir, hay que actualizar el derecho a la vida digna, a la asistencia sanitaria, pero también educativa, laboral y habitacional porque retomar la aceleración exponencial después de la gran parada sólo conllevaría que aumentasen las brechas sociales.
En el ámbito del pensamiento destacamos la entrevista en la revista CTXT del filósofo Jacques Rancière, uno de los autores contemporáneos más influyentes en el ámbito del pensamiento político, la teoría de las artes y la filosofía de la educación. Afirma que los análisis que pretenden responder a la situación presente y preparar el futuro son análisis que, en realidad, estaban completamente preparados de antemano, desde la teoría del estado de excepción y la crítica de la sociedad de control y del totalitarismo del Big Data hasta la necesidad de repensar de arriba a abajo la relación entre lo humano y lo no-humano. Desde su punto de vista, en cambio, es absolutamente necesario mantener la distancia necesaria a la posición del intelectual obligado a responder a los requerimientos de la actualidad para no banalizar lo inesperado encerrándolo en una cadena causal que lo convierte en retrospectivamente previsible. Una actualidad que revela los peligros a los que se enfrenta la democracia a nivel global como nos recuerda Rachel Brown en Foreign Affairs donde insiste en que la paz no sólo significa la ausencia de guerra entre los países, sino también la ausencia de conflictos que amenacen las vidas, las comunidades y la estabilidad de las instituciones y los regímenes. Por lo tanto, si la paz consiste en que unos gobiernos estables resuelvan los conflictos sin violencia y proporcionen seguridad y otras funciones básicas a sus ciudadanos, entonces se puede afirmar que la Covid-19 ya ha comenzado a erosionar la paz en todo el mundo. Tal como alerta Larry Diamond en Foreign Affairs el impacto de la pandemia sobre los sistemas democráticos no sólo dependerá de la duración de la crisis sanitaria y de la gravedad de los estragos que cause a las economías ya las sociedades, sino también de la comparación de resultados entre las democracias con las autocracias en cuanto a la contención de los efectos sanitarios y económicos del virus, de quien gane la carrera por una vacuna y, más en general, de quien -de China, Estados Unidos o los países democráticos- se revele como el proveedor más generoso y eficaz de bienes públicos mundiales para luchar contra la pandemia.
Finalmente, en un artículo publicado en Open Democracy, Ilan Bizbergm señala que la actual crisis sanitaria ha revelado de manera muy clara lo que no funciona en nuestras sociedades y en la relación con la naturaleza y con nuestros semejantes. Convendrá, pues, que los movimientos sociales que ya trabajaban para un cambio de modelo antes de la pandemia resurjan con más fuerza porque tenemos que ser conscientes de que es precisamente en la normalidad vivida hasta ahora donde radica el problema.
En el ámbito económico, The Economist analiza el impacto de la Covid-19 sobre la cultura del trabajo y apunta que es difícil imaginar que la vida laboral volverá a las formas anteriores a la pandemia. Durante los últimos meses, muchos trabajadores han estado haciendo teletrabajo y no han tenido que desplazarse en transportes públicos saturados, mientras que los empresario se han dado cuenta de que la apuesta por la oficina centralizada, con los costes consiguientes de alquiler y mantenimiento , tal vez ya no sea la principal opción. Como resultado, en la era post-Covid, la frontera entre la vida privada y la vida laboral será aún más difícil de delimitar. Continuando con las consecuencias económicas del coronavirus, Adam Tooze se plantea en The Guardian si como resultado de la crisis galopante que se divisa, la proliferación de voces contrarias a la globalización tal como la hemos conocido hasta ahora puede provocar su final. De alguna manera, una determinada concepción de la globalización basada en la visión de un mundo homogéneo como resultado de la globalización ya está muerta como lo simboliza el hecho de que la OMC, la institución que encarnó más claramente esta visión, esté hecha añicos. En una línea similar, John Evans apunta en Social Europe que más allá de esta crisis, la reconstrucción de las cadenas de suministro y una globalización más sostenible desde el punto de vista social y medioambiental requerirá una cooperación internacional más fuerte y un G20 más eficaz. Sino, a menos que los gobiernos demuestren más interés en la esfera internacional y aumenten su apoyo al sistema multilateral, repetirán los errores del pasado. Dada la importancia del sector turístico y de viajes en la economía mundial, y muy especialmente de cara a la recuperación que debe seguir los estragos causados por la Covid-19, la revista Foreign Policy dedica un dossier especial donde recoge la opinión de varios especialistas de un sector donde el colapso ha comportado la quiebra en cadena de hoteles, restaurantes, agencias de alquiler de automóviles, etc. y ha dejado sin trabajo a unos 100 millones de personas.
A caballo entre la economía y la sostenibilidad, Corinna Burkhart considera en Open Democracy que después de décadas a la defensiva contra el neoliberalismo, la izquierda ha empezado a adoptar de nuevo visiones positivas de cara al futuro, como se puede ver por ejemplo en los movimientos sociales que van desde los huertos comunitarios y las cooperativas de trabajadores hasta las Unidades de Protección de la Mujer en el Kurdistán sirio. En definitiva, se trata de nuevos modelos económicos y prácticas en torno a los bienes comunes, la agroecología y las cooperativas destinadas a transformar el sistema económico existente que proporcionan un terreno fértil para el desarrollo de ideas, prácticas y acciones que conduzcan a una mejor vida para todos. Unos modelos y unas prácticas de sostenibilidad que deberán tener en cuenta el nuevo papel de las ciudades en el mundo post-Covid. The Economist dedica un artículo a las ciudades donde alerta que desde el brote de coronavirus los grandes centros urbanos tienen razones para preocuparse. La Covid-19 ha golpeado con más fuerza las ciudades globales: con el 3% de la población de Estados Unidos, Nueva York ha sufrido el 19% de las muertes atribuidas a la enfermedad y una de cada cuatro muertes francesas se produjo en París y su región. El virus ha atacado el núcleo de lo que hace que las ciudades sean un modelo de éxito y resulten atractivas. Algunas ya tienen planes audaces para ampliar las redes de carriles bici y se han erigido barreras para animar a los peatones a ocupar tramos de calzada. En último término, las grandes ciudades son vitales para la existencia de los estados modernos porque no sólo son grandes contribuyentes a los presupuestos nacionales sino también porque son el lugar donde la gente aprende a vivir en una sociedad moderna y abierta. Son máquinas de crear ciudadanos.
Finalmente, y en cuanto a las nuevas tecnologías, en la revista Social Europe Reinhard Messerschmidt y Stefan Ullrich argumentan que, en los debates actuales sobre Inteligencia Artificial, la atención se centra sobre todo en la parte de la “inteligencia”, lo que es engañoso porque las principales implicaciones morales y políticas se derivan de que la IA es “artificial”, es decir un artefacto sociotécnico. En este contexto, los autores reivindican un ecosistema público de las TIC que, basado en modelos de negocio verdaderamente sostenibles y respetuosos con la protección de datos y en una TI verde, esté de verdad al servicio de los ciudadanos, de las empresas, los gobiernos y del bien común, es decir, de las personas vulnerables que viven en un planeta cada vez más vulnerable. Y en cuanto a la IA, en el mismo medio Selin Sayek Böke reclama la creación de un marco reglamentario para la aplicación de la IA que proteja la salud pública sin poner en peligro los derechos humanos. Este marco debería garantizar que la IA en la atención de la salud capacite a los ciudadanos para tomar decisiones mejor informadas y proporcione información para que los gobiernos rindan cuentas de las decisiones que tomen. Para que la IA no se convierta en un instrumento que agrave las desigualdades, también debería garantizar que los datos y los algoritmos sean imparciales y que los procesos sean transparentes e inclusivos. Una situación que no es la actual como denuncia Stephen Kearse en The Nation donde subraya que hay que tener en cuenta las múltiples formas en que la ciencia y la tecnología pueden exponer a las personas a la discriminación. Por consiguiente, las relaciones entre las nuevas tecnologías, muy especialmente la IA, y la raza constituyen un campo minado lleno de obstáculos y de trampas invisibles.
Política internacional y globalización
La gouvernance mondiale est en état de siège, la position chinoise
L’ex viceministre de Relacions Exteriors de la República Popular de la Xina He Yafei ofereix en aquest text inèdit les seves impressions sobre la pandèmia de Covid-19 i la intensificació de la rivalitat amb els Estats Units, la qual cosa constitueix una perspectiva essencial per entendre la posició xinesa en la lluita per l’hegemonia global. Afirma que la Covid-19 ha fet estralls en la governança mundial i en la globalització, posant el món de cap per avall i deixant-lo a la deriva en un mar de canvis. En efecte, el món en el qual el moviment sense obstacles de mercaderies, persones, capitals i informació estava a l’ordre del dia ja no existeix. Paral·lelament, els Estats Units semblen decidits a arrossegar a la Xina a una rivalitat geopolítica destructiva de la qual subratlla que ningú no pot sortir victoriós. Assenyala que els responsables de la UE estan demanant autonomia estratègica mentre que l’administració Trump està forçant la màquina per relocalitzar les empreses nord-americanes als EUA. Adverteix que la desintegració gradual del multilateralisme a escala mundial i l’augment de la fragmentació de la governança mundial serien el presagi d’un món més anàrquic en què tornarien a prevaler les lleis de la selva i dins d’aquest marc considera que és probable que un ordre polític i econòmic basat en la sobirania prevalgui sobre el multilateralisme. Vist això, assenyala que la comunitat internacional hauria de redefinir les seves prioritats per superar aquestes amenaces i com més aviat comenci aquest procés, millors seran les possibilitats de supervivència en el món emergent. En definitiva, la pandèmia és una prova de foc i una crida a tots els països perquè tornin a examinar l’estat del món a fi d’adoptar decisions encertades per avançar cap a un sistema global millor i més segur.
The Pandemic and Political Order
En aquest article Francis Fukuyama afirma que les grans crisis tenen conseqüències importants, generalment imprevistes. La Gran Depressió va estimular l’aïllacionisme, el nacionalisme, el feixisme i la Segona Guerra Mundial, però també va conduir al New Deal, a l’ascens dels Estats Units com a superpotència mundial i, finalment, a la descolonització. Els atemptats de l’11 de setembre van produir dues intervencions nord-americanes fallides, l’ascens de l’Iran i noves formes de radicalisme islàmic. La crisi financera de 2008 va generar una onada de populisme antiestablishment que va fer caure nombrosos líders de tot el món. D’igual manera, els historiadors del futur rastrejaran els efectes i les conseqüències de l’actual pandèmia de coronavirus. De moment, ja està clar per què alguns països fins ara ho han fet millor que altres per fer front a la crisi, i considera que hi ha raons de sobres per pensar que aquestes tendències continuaran. Al seu parer, no es tracta d’un assumpte de tipus de règim. Algunes democràcies han gestionat bé la crisi, però d’altres no, i el mateix passa amb les règims autoritaris. Fukuyama afirma que els factors responsables de l’èxit de les respostes a la pandèmia han estat la capacitat de l’Estat, la confiança social i el lideratge. Els països que han comptat amb tots tres -un aparell estatal competent, un govern en el qual els ciutadans confien i escolten, i líders eficaços- han actuat de manera impressionant, limitant el dany que han sofert. En canvi, els països amb estats disfuncionals, societats polaritzades o un lideratge feble ho han fet malament, deixant als seus ciutadans i economies molt més exposats i vulnerables. D’altra banda, com més s’aprèn sobre la COVID-19, més sembla que la crisi s’haurà de mesurar en anys i no en trimestres. El virus sembla menys mortal del que es temia, però és molt contagiós i sovint es transmet de forma asimptomàtica, el que significa que la gent tendeix a no prendre-s’ho tan seriosament com caldria, per la qual cosa s’ha estès, i continuarà fent-ho, per tot el món. Fukuyama considera que no hi haurà cap moment en què els països puguin declarar la victòria sobre la malaltia; més aviat és del parer que les economies s’obriran lenta i tímidament, i que el progressos es podran veure frenats frenat per futurs rebrots puntuals.
When the System Fails
L’autor analitza en aquest article l’impacte de la pandèmia de Covid–19 i els costos de la disfunció dels sistema de governança global. Al seu parer, la caòtica resposta mundial a la pandèmia del coronavirus ha posat a prova la fe dels més ardents defensors de les institucions suprenacionals. La majoria de les nacions, incloses les més poderoses del món, s’han replegat sobre si mateixes, i ha adoptat prohibicions de desplaçaments, aplicant controls d’exportació, acaparant o ocultant informació i marginant l’Organització Mundial de la Salut i altres institucions multilaterals. La pandèmia sembla haver exposat la debilitat de l’ordre liberal i de la comunitat internacional com a simples miratges, a la vegada que ha mostrat les terribles conseqüències de la vacil·lant cooperació mundial. Patrick considera que si hem retenir una lliçó de la pandèmia de Covid-19 és que la cooperació multilateral pot semblar terriblement abstracta, fins que realment es necessita, ja sigui que es confiï en ella per aplanar la corba d’una epidèmia, garantir la seguretat dels viatges aeris, protegir les persones desplaçades o evitar un altre col·lapse econòmic mundial. Una altra lliçó més difícil d’entendre és que el sistema multilateral no és una màquina autoregulada i autònoma que entra en acció quan es necessita. Cap massa crítica de coneixements tecnocràtics o cap reforma institucional no poden compensar l’actual falta de direcció política i lideratge d’aquest sistema. En definitiva, els principals estats membres han d’adonar-se que han de protegir i potenciar el sistema de governança multilateral si volen ser-ne els beneficiaris.
Revolutions Happen. This Might Be Ours
Stephen Walt adverteix que quan de vegades l’ordenament polític es trenca cal anar molt amb compte amb els perills del que venen després. Es planteja si la ira davant la injustícia continuada, el racisme i altres idees antiquades escombrarà les institucions tal com les coneixem i si seran substituïdes per alguna cosa millor. Walt es pregunta, doncs, si estem vivint un moment on, com deia Karl Marx “tot el que és sòlid es dissol en l’aire” o si l’alarma i l’agitació actuals no són més més fum que no pas foc. D’una banda, hi ha raons per ser escèptic quant a la gestació d’un canvi radical .Els canvis revolucionaris són intrínsecament difícils de predir, perquè és impossible saber quantes persones desitgen realment el canvi, quants riscos estan disposades a córrer per aconseguir-ho i com reaccionaran quan els oponents plantin cara. De l’altra, Però, de l’altra no es pot descartada completament la possibilitat d’un canvi radical. Estem enmig d’una pandèmia mundial la durada i danys acumulats de la qual són encara incerts. L’economia mundial s’està contraient bruscament, i la vida i les perspectives de carrera de centenars de milions de joves es veuran inevitablement afectades. L’equilibri del poder econòmic i militar ja s’està desplaçant gradualment de l’Oest cap a l’Est. Els governs de diversos països clau estan paralitzats per la divisió partidista, i l’ordre polític dels Estats Units ha demostrat ser millor per a enriquir uns pocs que per millorar la vida de la majoria. Ara les profundes arrels institucionals del racisme nord-americà han quedat exposades donant lloc a demandes de canvi estructural molt més generalitzades. I tot això passa en un moment en què és difícil trobar bons líders. En dues de les democràcies més antigues i influents, els votants han sucumbit als arguments de venedors d’elixirs de Donald Trump i Boris Johnson, dos falsos populistes que han resultar ser mandrosos, reflexivament deshonestos, moralment corruptes i completament inadequats per fer front als reptes actuals.
The power of protest
En aquest article de The Economist s’argumenta que el que va començar com una protesta contra la violència policial cap als afroamericans s’ha convertit en una denúncia generalitzada del racisme sota totes les seves formes. L’article també planteja que és difícil saber per què l’espurna s’ha encès avui i no abans, atesos els nombrosos precedents. Potser la simple ubiqüitat del les xarxes socials actuals comporta que aquesta vegada una massa crítica hagi estat confrontada a l’evidència amb els seus propis ulls. La pandèmia segurament també ha jugat un paper, ja que la gent ha estta tancada a casa i ha pogut crear una experiència compartida. L’escala de les protestes també té alguna cosa a veure amb Donald Trump, un president que es proposa sembrar la divisió. Però el més important és que la protesta reflecteix un rebuig creixent cap al racisme en si mateix. El canvi social a gran escala és difícil. No obstant això, qualsevol que pensi que el tema del racisme és massa difícil d’abordar ha de recordar que només sis anys abans que naixés George Floyd, el matrimoni interracial seguia sent il·legal a 16 estats americans. Avui en dia, prop del 90% dels nord-americans hi donen suport. Quan un nombre suficient de ciutadans marxen contra una injustícia, poden triomfar. Aquest és el poder de la protesta.
Trump Is Refighting the Civil War—on the Losing Side
L’autora repassa en aquest article la increïble cadena d’errors polítics i de comportaments autoritaris que ha tingut Donald Trump al llarg de les darreres setmanes. Des d’amenaçar amb treure l’exèrcit als carrers fins a agredir verbalment els mitjans de comunicació, convertint-se en una bona imitació d’un dictador. Des que l’assassinat de George Floyd va encendre una profunda controvèrsia nacional sobre el terrible llegat del racisme dels Estats Units, la contribució de President a aquest diàleg ha estat de tergiversar constantment el que està succeint com si fos un brot d’anarquia sense llei que ell està combatent com si fois un heroi, com a part de la seva rebatejada campanya de “llei i ordre”. Però sobretot, Trump no ha pogut deixar de ser Trump i ha intentat fer entendre la seva veu i la seva estratègia a còpia de tuits. I aquesta vegada no ha funcionat. En definitiva, sembla que des de l’inici de les protestes Donald Trump hagi decidit reviure la Guerra Civil. Al bàndol dels perdedors.
Is America’s Future South Africa’s Past?
Des de les pàgines de Foreign Policy l’autor destaca els incòmodes paral·lelismes entre els Estats Units actuals i la Sud-àfrica dels últims anys de domini blanc. Des del seu punt de vista, les protestes posteriors a l’assassinat de George Floyd, i la resposta policial excessivament militaritzada tenen un paral·lelisme amb les manifestacions dels anys 1970 i 1980 a Sud-àfrica. Com molts moviments socials abans i després, tenen en comú una complexa barreja d’una majoria de manifestants no violents amb una minoria de radicals violents, agitadors externs i saquejadors oportunistes. També comparteixen l’objectiu moralment inequívoc d’acabar amb el racisme sistèmic, i les dues situacions han estat impulsades per una cascada d’esdeveniments polítics i econòmics que han fet passar aquest objectiu de la marginalitat social al centre del debat. Als Estats Units, aquests esdeveniments inclouen la presidència polaritzadora de Trump i la crisi de la Covid-19, que ha afectar desproporcionadament les comunitats negres nord-americans. A Sud-àfrica, va ser l’aixecament de Soweto de 1976, la caiguda mundial dels productes bàsics que va colpejar l’economia sud-africana, i la fi de la Guerra Freda. Tot això també remet a una paral·lelisme històric més ampli entre els Estats Units i Sud-àfrica: el col·lapse del domini blanc. És cert que la fi de l’apartheid a Sud-àfrica va ser precedit per decennis (si no segles) de domini institucionalitzat de la minoria blanca, mentre que als Estats Units els cristians blancs només recentment s’han convertit en una minoria. Però l’amenaça de perdre el poder a favor de la gent de color és un element comú molt evident. Al seu entendre, tots aquests paral·lelismes són la raó per la qual els últims quatre anys de política trumpista als Estats Units s’han sentit com dues dècades de política sud-africana, i els esdeveniments de les últimes setmanes s’assemblen a la fase final de l’apartheid, només que accelerada a un ritme vertiginós. Finalment, així com les elits econòmiques i polítiques de Sud-àfrica es van dividir davant dels intents del govern de suprimir el moviment anti-apartheid, en els últims dies s’han produït línies de fractura en la classe dirigent nord-americana com ho demostren les declaracions de nombrosos alts comandaments militars o representants qualificats de l’establishment republicà. Conclou subratllant que la lluita per eradicar el racisme sistèmic serà dolorosa i difícil, però no requerirà una nova constitució com a Sud-àfrica, ni una revisió completa de l’economia, ni tan sols en el cas de les reparacions. Tot i que les institucions democràtiques han estat molt malmeses sota la presidència de Trump, el fet que la desaparició del domini blanc es produeixi en la democràcia més antiga del món, amb l’economia més gran i dinàmica, és un important estímul per al futur.
Israel's annexation of the West Bank will be yet another tragedy for Palestinians
Ian Black, professor del Middle East Centre de la London School of Economics, adverteix que els plans d’annexió de Benjamin Netanyahu acabaran amb les esperances del sistema de dos estats i probablement comportarà expulsions en massa i violència. Això no obstant, encara no se sap amb certesa el que passarà. Les perspectives de reelecció de Donald Trump són una variable important, donada la volàtil situació interna dels EUA, així com les probables reaccions de Jordània i Egipte, els únics estats àrabs que tenen tractats de pau amb Israel. Però si l’annexió de qualsevol territori segueix endavant, això constituirà una violació flagrant del dret internacional que no pot quedar sense resposta. Israel hauria d’enfrontar-se a sancions, com Rússia quan va annexar Crimea. I el que és pitjor, l’annexió seria la mort definitiva del que durant dècades s’ha considerat, amb raó, l’única solució possible al conflicte més enrevessat del món: dos Estats sobirans per als dos pobles que habiten la terra entre la Mediterrània i el riu Jordà, els agradi o no (i molts, per descomptat, no hi estan d’acord). S’ha posat de moda argumentar que el moviment de Netanyahu aclarirà, d’una vegada per totes, que el sistema de dos estats és una fantasia que només serveix per encobrir l’annexió progressiva que Israel ha estat duent a terme des de 1967 i que s’ha accelerat en els dos últims decennis.
Jair Bolsonaro’s presidency is a tragedy for Brazil
L’article denuncia que la crisi sanitària provocada per la Covid-19 (que ja ha fet més de 40.000 morts) s’està convertint en una crisi política i constitucional, ja que l’actuació histriònica de Bolsonaro està trencant totes les velles normes establertes. A l’abril, el popular ministre de Justícia Sérgio Moro va dimitir, acusant el president d’acomiadar un cap de policia per protegir el seu fill. Fa dues setmanes va aparèixer un vídeo d’un Bolsonaro aparentment paranoic que insultava de manera barroera els seus enemics polítics duranr una reunió de gabinet. Cliffe considera que es tracta d’una situació tràgica si tenim en compte que a penes fa una dècada Brasil va ser aclamat com el gran èxit del món en desenvolupament. Aquesta democràcia pluralista i multiètnica tenia un president popular i progressista amb Luiz Inácio Lula da Silva, una economia en auge i acabava de assegurar-se l’organització de la Copa del Món de futbol de 2014 i els Jocs Olímpics de 2016. Però la presidència de Lula, i la de la seva successora Dilma Rousseff, no van estar a l’altura de les expectatives i van acabar en escàndols de corrupció a mesura que l’economia es desaccelerava. El resultat, després d’un intermedi tecnocràtic, ha estat Bolsonaro, sota la presidència del qual Brasil -l’eterna “terra del futur” en paraules de Stefan Zweig – encara pot continuar caient.
Arundhati Roy: Indian Muslims facing ‘genocidal climate’ amid pandemic
La prestigiosa escriptora índia Arundhati Roy denuncia que els tribunals de drets humans haurien d’examinar la política desastrosa del govern de Narendra Modi en matèria de gestió de la diversitat ètnica i religiosa del país. També adverteix que els musulmans estan sent deshumanitzats, condemnats a l’ostracisme econòmic i social, i aquest és el primer pas cap al genocidi. Subratlla que les injustícies han estat ocultades pels mitjans de comunicació, per Bollywood, per una comunitat literària i cultural que ha considerat que eren un preu acceptable per convertir-se en una superpotència. En darrer terme, considera que el que s’ha fet és un crim contra la humanitat. Per conèixer tots els detalls, assenyala que es necessiten fets en els quals es pugui confiar. En l’àmbit de la salut, de l’economia, dels mitjans de comunicació, etc.
Catalunya, España, Europa
La batalla es por el poder
Jordi Amat analitza el moment polític espanyol actual argumentant que la radicalització de l’oposició popular, a més de la crítica a un govern erràtic, té un objectiu inconfessable: la defensa d’una tecnoestructura que reacciona amb contundència quan veu la seva posició hegemònica amenaçada. Com que aquesta hegemonia es va apuntalar fa ja gairebé un quart de segle, podem començar a analitzar-la amb una certa perspectiva. La seva clau de volta la privatització de les empreses públiques, intensificant una política iniciada pel felipisme d’última època. Si en primera instància l’objectiu socialista havia estat la racionalització del sector públic, l’aposta popular va ser la liberalització. Per ideologia i per complir amb la convergència que dictava el tractat de Maastricht. Mentrestant, els catalanismes, que havien actuat com la principal força centrífuga per modernitzar l’Espanya moderna, estan fora de combat o marejats des de fa una dècada dins del seu propi laberint. Però és ara quan l’hegemonia de l’aznarat, que ha aspirat totes les energies de el centre peninsular, està creant les condicions per construir una alternativa perifèrica dels territoris que no es conformen amb tenir només un paper provincial. La clau serà l’excel·lència a l’hora d’adaptar-se a la globalització regionalitzada que vindrà. Qui sàpiga establir les aliances adequades, entre territoris i amb Europa a l’horitzó, podrà plantar batalla. Perquè aquesta batalla pel poder, ocultada entre insults i cassolades, és la que de veritat s’està produint.
Un virus federalizante
L’autora considera que quan hagi passat el temps suficient per prendre distància, caldrà fer inventari de les lliçons que està deixant la Covid-19. Entre els assumptes polítics que a Espanya necessiten una actualització està, sens dubte, l’organització territorial de l’Estat. L’exercici d’innovació que van ser en el seu dia les comunitats autònomes s’ha vist desbordat després de 40 anys de pràctica en què el model no ha evolucionat de forma ordenada ni consensuada. El que el 1978 va poder ser concebut com una estació de sortida, s’ha acabat convertint en una d’arribada a la qual acudeixen trens de molt diferent velocitat, la qual cosa provoca greuges, desigualtats, i incoherències múltiples. La pandèmia ha revelat que els diferents nivells d’administració conformen un trencaclosques en el qual han d’encaixar totes les peces. En darrer terme, la Covid-19 ha mostrat la naturalesa federal d’Espanya. És urgent, doncs, crear mecanismes que ajudin a construir confiança i col·laboració mútua per avançar en la coherència entre la naturalesa d’aquesta societat i el seu model d’organització territorial.
El poder de la ciutadania
En aquest article Ramoneda argumenta que la reconstrucció no només és el rellançament dels sectors econòmics més afectats, sinó també el retorn a les polítiques públiques amb especial atenció a aquells territoris en els quals la lògica dels mercats és ineficient, tret per als qui creuen que és inevitable condemnar una part de la ciutadania a la marginalitat. És a dir, cal actualitzar el dret a la vida digna: a l’assistència sanitària, però també educativa, laboral i habitacional. I aquí els mercats no hi arriben, més aviat tot el contrari, com s’ha vist, per exemple, amb els efectes destructius dels fons voltor en habitatges o en residències per a la gent gran. Del fet que la ciutadania sigui capaç d’apostar per una opinió favorable a les polítiques que aquestes urgències reclamen i, per tant, que els partits entenguin que el que se’n desmarqui perd, és del que dependrà el to de la reconstrucció. Perquè reprendre l’acceleració exponencial després de la gran aturada només podria fer que les bretxes socials augmentin.
Sobre cómo afrontar la crisis constituyente
En la seva anàlisi de com pot evolucionar la situació política a Espanya i al món en l’era post-Covid-19, Cebrián afirma que el repte al qual ens enfrontem té característiques inquietants: no es refereix a la nova normalitat sinó a la necessitat d’instaurar un nou model de convivència que garanteixi la solidesa de la democràcia. Considera que, contra els que pensen que la pandèmia marcarà la derrota de la globalització, aquesta acabarà imposant-tecnològica i humanament. Al marge dels reforços que a curt termini demanen Estats, necessitem construir una governança mundial més eficient i fiable que el sistema de Nacions Unides. Si el partit socialista i la dreta moderada no són capaços de tornar a ser forces dominants del canvi i garantia del funcionament de la democràcia, no hi haurà un altre camí per a l’estabilitat política. Espanya tornarà llavors a ser un país prescindible en el disseny de la governança global.
Momento Hamilton
Juliana analitza la situació política i subratlla que el fet més important és el pla de reconstrucció europeu. Aquest programa, que encara ha de superar la prova del pròxim Consell Europeu, en el qual holandesos, danesos, finlandesos i austríacs vendran car el seu suport, suposa un canvi de perspectiva molt important. Afirma que estem davant d’un moment hamiltonià que d’alguna manera suposa una revifalla del federalisme europeu. Des del punt de vista espanyol, considera que fora bo que el debat se centrés de manera diàfana sobre el doble repte dels propers temps: com evitar que el deute públic assoleixi unes dimensions impossibles de gestionar i com modernitzar el sistema productiu en favor de la indústria, la tecnologia, la sanitat i el medi ambient, en detriment del rendisme i l’abús de la rajola. És a dir, com intentar sortir d’aquesta desgràcia amb una nova modernització de país que eviti una depauperació general i una perillosa eclosió de l’economia opaca, amb activitats i zones geogràfiques fora de la llei. Conclou dient que l’important és que el projecte europeu torna a situar-se en l’horitzó de la societat espanyola en un moment que podria ser de pura desesperació i caos. No caurà manà del cel, però es perfila un horitzó possible. Les terribles pugnes d’aquests dies ens expliquen que s’està començant a batallar, amb duresa, per la composició de les coalicions polítiques, socials i territorials que gestionaran el programa d’ajuda europeu. El moment Hamilton exclou, per descomptat, la fragmentació dels estats nacionals europeus.
A citizens’ conference on the future of Europe
La pandèmia de Covid-19 que està sacsejant el món, amb Europa com a epicentre durant força setmanes, ha interromput la nostra vida quotidiana d’una manera mai no vista en les últimes dècades. Després d’anys de neoliberalisme desenfrenat, davant aquesta pandèmia ens hem adonat que la nostra seguretat, el nostre benestar i la nostra prosperitat depenen més d’uns serveis públics forts i ben finançats que de les empreses multinacionals. No obstant això, també ens hem adonat que la nostra democràcia europea no ha sabut organitzar-se de manera solidària i una vegada més ha deixat pas a la política dels estats. Ara bé, com en qualsevol moment de crisi, la pandèmia també ha creat una oportunitat per al canvi; de fet, la forma en que Europa hi respongui definirà el nostre futur. I aquesta oportunitat també hi és perquè els ciutadans d’Europa l’aprofitin a favor seu, si realment volem una democràcia que s’ocupi de tots i no només d’uns pocs. A falta d’acord sobre el futur d’Europa, l’autora considera que és hora de mirar cap a una Assemblea de Ciutadans Europeus amb la voluntat d’obrir de nou l’espai de discussió i deliberació amb els ciutadans de tot el continent i oferir un lloc de reflexió sobre com seguir ampliant el procés en els propers anys i com articular les principals demandes dels ciutadans que s’han de tenir en compte i conduir a un veritable canvi del tractat de la UE, l’únic camí cap a una democràcia europea més adequada per satisfer les necessitats dels seus ciutadans. Deixar la iniciativa a les institucions perquè treballin pel seu compte ja no és una opció.
What black America means to Europe
En aquest article, Gary Younge adverteix que molts afirmen que les coses estan millor aquí que als Estats Units per als negres però que aquesta afirmacióignora tant el passat colonial d’Europa com el seu propi present racista. La identificació d’Europa amb l’Amèrica negra, particularment en temps de crisi, resistència i trauma, té una llarga i complexa història. Està alimentada en gran part per les tradicions d’internacionalisme i antiracisme de l’esquerra europea. Però aquesta tradició d’identificació política amb Amèrica negra també deixa un espai significatiu per al complex d’inferioritat del continent europeu, ja que tracta de suplir la seva relativa feblesa militar i econòmica en relació amb Amèrica amb una superioritat moral que ignora convenientment tant el seu passat colonial com el seu propi present racista. Perquè Europa també té un historial d’exportació del racisme a tot el món. L’altre problema és la prevalença del racisme a Europa on el feixisme és una vegada més una ideologia mainstream al continent, amb partits obertament racistes com a característica central del paisatge. Els nivells d’empresonament, atur, marginalització i pobresa són més alts per als europeus negres. Les disparitats racials en la mortalitat causada per la Covid-19 a Gran Bretanya, per exemple, són comparables a les dels Estats Units. En darrer terme, si pocs neguen l’existència del racisme als seu propi país, la majoria considera que això no obstant la situació és millor “aquí que allà'”, com si haguéssim d’estar contents amb el racisme que tenim.
Crise et réforme de l’Union européenne. L’intégration différenciée est-elle la réponse?
En aquesta anàlisi del think tank Le Grand Continent, l’autor apunta que la pandèmia de la Covid-19 ha reforçat les crisis d’integració que la Unió Europea ha experimentat en l’última dècada. També que el xoc asimètric de la pandèmia ha exacerbat les diferències existents pel que fa als resultats econòmics i la salut fiscal entre els estats membres del nord i el sud d’Europa i ha exercit noves pressions sobre la cohesió de la zona euro. En una Unió cada vegada més heterogènia i discutida, la integració diferenciada ha facilitat enormement l’aprofundiment i l’ampliació de la integració europea. Ha estat particularment eficaç per posar en marxa la integració de noves polítiques i l’admissió de nous Estats membres. No obstant això, la diferenciació és menys adequada per fer front als principals desafiaments que enfronta la Unió Europea avui dia: l’examen i la reforma de les polítiques altament integrades que estan en crisi. Per il·lustrar les dificultats associades a la integració diferenciada, l’autor apel·la als principals coneixements teòrics i empírics adquirits en experiències passades d’integració diferenciada a les àrees de la política de la UE més afectades per la crisi i necessitades de reforma: l’Eurozona, Schengen i el Brexit.
Europe Must Stand Up to China Before It’s Too Late
Des de les pàgines de Foreign Policy l’autor afirma que la prosperitat d’Europa depèn d’un sistema ordenat que asseguri el flux global de béns, serveis, capitals i, per molt que els populistes s’hi oposin, de la mà d’obra. Però 2020 està sent un any molt dolent per al sistema de governança global i Europa es troba atrapada entre un lideratge xinès que creu en l’ordre però no en les regles i un president nord-americà que no creu en cap de les dues coses. Dins d’aquest context, la Unió Europea no pot assumir o esperar que Xi Jinping o Donald Trump abandonaran l’escena o canviaran els seus punts de vista en un futur pròxim. Ha de començar a planificar un món en què els Estats Units ja no sigui el principal baluard de l’ordre internacional i la seguretat europea, i en el qual la potència econòmica de la Xina estigui recolzada per un poder militar global. Per consegüent, la UE ha d’iniciar un procés per convertir-se en un actor internacional més independent, capaç de fer front als seus rivals i de defensar els seus valors i interessos. Fins ara, la resposta de la UE a l’autoritarisme assertiu de la Xina ha estat massa feble. En darrer terme, argumenta que la Unió Europea ha de defensar els seus valors en lloc de cedir a la pressió econòmica de Beijing.
New factions emerge in EU recovery fund fight
L’article revela la nova xarxa d’aliances que s’està teixint ara que els estats membres de la UE es disputen els milers de milions d’euros destinats a impulsar la recuperació d’Europa després de la pandèmia de coronavirus. Així, les amistats tradicionals s’estan posant a prova mentre els governs comencen a negociar sobre la proposta de la Comissió Europea de demanar diners prestats als mercats i crear un fons de recuperació de 750.000 milions d’euros a quatre anys, que s’afegirà al pressupost a llarg termini de la UE. Així doncs, la Covid-19 i la proposta de recuperació de la Comissió han donat un tomb a les aliances tradicionals i als clivatges nord-sud, la qual cosa ha comportant la posada en marxa d’un procés de negociació més fragmentat en el qual els països es mouen en diferents faccions depenent de la qüestió particular que es tracti.
Democracia, diversidad y cultura
La solidaridad como valor
Les conseqüències alarmants que ens deixa la pandèmia en l’àmbit econòmic i social, els creixents índexs de desigualtat, la indigna xifra d’exclosos o el debilitament progressiu de la classe mitjana són factors que representen un risc sistèmic per a l’estabilitat de les democràcies liberals. L’autora considera, doncs, que amb aquest plantejament avui és un imperatiu urgent incorporar la solidaritat a l’escala de valors superiors del nostre ordenament. De fet, en l’àmbit de la Unió Europea, la solidaritat ja ha estat introduïda entre l’ampli llistat de valors que enuncia l’article 2 del Tractat. La lògica de la solidaritat constitueix, a més, un element estratègic per guiar amb encert l’acció política que han d’impulsar els Estats i les organitzacions internacionals davant d’un virus que constitueix una amenaça global a la seguretat humana. Des de la seva categorització com a valor superior, la solidaritat hauria de poder invocar com a mandat als poders públics especialment quan dissenyen els instruments d’intervenció per suturar les ferides que esquerden la nostra cohesió i que fragilitzen perillosament el nostre sistema de convivència. En definitiva, cal forjar un consens sobre valors que fonamentin un nou contracte social
Los gobernantes han reducido el tiempo de la política a la urgencia
El filòsof Jacques Rancière és un dels autors contemporanis més influents en l’àmbit del pensament polític, la teoria de les arts i la filosofia de l’educació. En aquesta entrevista, afirma que les anàlisis que pretenen respondre a la situació present i preparar el futur són anàlisis que, en realitat, estaven completament preparats per endavant, des de la teoria de l’estat d’excepció i la crítica de la societat de control i del totalitarisme del Big Data fins a la necessitat de repensar de dalt a baix la relació entre l’humà i el no-humà. I més important encara, obliden dir-nos qui s’encarregarà de “canviar-ho tot” i d’acord amb quina temporalitat es produirà aquest canvi. Des del seu punt de vista, la situació present remet a una noció que ha estat central en els seus estudis, la distància: la distància respecte a la posició de l’intel·lectual obligat a respondre als requeriments de l’actualitat. La condició per a dir coses raonables és parlar del que un ha vist, del que un ha estudiat, d’allò sobre el que un ha pensat, i fer-ho amb un to que s’alimenti d’aquest mateix treball. Per això argumenta que costa entendre per què molts intel·lectuals s’afanyen tant a respondre a la demanda periodística de “desxifrar” l’actualitat, a banalitzar l’inesperat tancant-ho en una cadena causal que el converteix en previsible retrospectivament, a proporcionar les fórmules que permeten elevar la gestió diària de la informació a l’altura d’una visió de la història del món.
Thirty articles on nonviolent protest
L’article reivindica que fins i tot davant d’una provocació agressiva, la no violència segueix sent la clau de l’èxit en la lluita contra les injustícies. La no-violència és un camp complex i ple de reptes d’estratègia, de metodologia i de tàctiques que sempre són específiques per a cada context, evitant generalitzacions simplistes sobre el que funciona en un temps i lloc donats. Per explorar aquestes complexitats l’autor presenta un recull de 30 articles sobre protestes no violentes des de 2013. Aquests articles contenen una gran quantitat de material sobre la protesta no violenta, i sens dubte la llista s’anirà ampliant a mesura que l’onada actual continuï. No revelen una sola conclusió o una veritat universal, però en un moment en què l’atenció d’alguns mitjans de comunicació s’està tornant a centrar en el saqueig i la violència, val la pena recordar una cosa que Kazu Haga va escriure sobre el que realment està en joc: “La no violència no és només l’absència de violència; és un posicionament contra la injustícia i un compromís per reparar el dany”.
How the Coronavirus Sows Civil Conflict
En aquest article publicat a Foreign Affairs l’autora assenyala que la pau, tant per als estats com per als pobles, no només significa l’absència de guerra entre els països, sinó també l’absència de conflictes que amenacin les vides, les comunitats i l’estabilitat de les institucions i els règims. Actualment, ja hi ha més morts -i més inestabilitat- atribuïbles als delictes violents, la repressió estatal, el terrorisme i els incidents individuals de violència per motius polítics que a les guerres en què participen els exèrcits convencionals. Si la pau consisteix en què els governs estables resolguin els conflictes sense violència i proporcionin seguretat i altres funcions bàsiques, llavors es pot afirmar que la Covid-19 ja ha començat a erosionar la pau a tot el món. En efecte, cada vegada són més nombroses les proves que les prediccions optimistes que argumentaven que la pandèmia podria promoure fins i tot la pau entre les països van ser exagerades. A finals de març, el secretari general de les nacions Unides, António Guterres, va demanar un alto el foc global perquè la comunitat internacional aturés els conflictes armats per concentrar-se en laveritable lluita de les nostres vides. Aquesta crida va conduir a una sèrie d’altos al foc temporals, però Oxfam ha qualificat aquests esforços de fracàs catastròfic i la guerra del Iemen n’és un bon exemple. A la vegada, si bé la pandèmia no ha aconseguit aturar la violència entre països, ha creat i exacerbat els riscos de violència i inestabilitat a curt i mitjà termini a dins dels estats, com és el cas a Colòmbia, Burundi, Myanmar o Moçambic. De manera general, les mesures implementades per fer front a la pandèmia també han proporcionat als estats noves oportunitats per exercir la repressió o incrementar el control sobre els ciutadans. En definitiva, la Covid-19 va agafar a molts dirigents i pensadors per sorpresa. Però els senyals d’alarma d’una nova onada de violència política són ara clarament evidents. El repte ara tant entre els estats com al si de les seves fronteres, és prestar atenció a la nova dinàmica dels conflictes per comprendre millor com la pau, la seguretat i els seus oposats es desenvolupen en les vides dels governs i dels ciutadans.
Nous avons compris notre existence comme un destin, puis comme une conquête, il va falloir trouver autre chose
Ex- professor de la Universitat d’Estrasburg, Jean-Luc Nancy és un dels grans filòsofs europeus més importants. Iniciada durant la tancada, l’entrevista està marcada per l’evolució de la pandèmia, fins a les recents manifestacions mundials contra el racisme i la violència policial. En aquest context argumenta que la democràcia no ve ni d’un decret diví, ni d’un triomf que forgi un destí, ni de la voluntat sublim d’un poble. Sorgeix del col·lapse de totes les figures i exigeix un invent sense figura. En aquests moments, és la pròpia democràcia la que s’està ensorrant, un procés qu va començar fa més d’un segle i que per aquesta raó va engendrar les ideologies més perillosesal segle XX. Al seu entendre, la gran pregunta de demà serà la d’una altra espiritualitat. Les religions han col·lapsat o s’han extraviat, s’han tornat insuportables per aclarir les ments, que també han acabat amb les projeccions futuristes. Aquestes mateixes ments han perdut el que havia substituït la religió en la literatura, la música i les arts. Una gran part de la humanitat viu de recursos religiosos, però això no impedeix l’omnipresència de punts de referència tecnocientífics i tot el que això estructura en la vida quotidiana. Això haurà de canviar: és una necessitat vital.
Todas las mujeres
L’editorial de la revista CTXT respon de manera molt crítica a la publicació de l’argumentari sobre feminisme i teories de gènere per part del PSOE, que al seu parer suposa una escalada en l’ofensiva d’un sector del feminisme contra el reconeixement de l’existència de les dones transsexuals. Argumenta que el problema que manifesta el document i les constants invectives contra les dones trans no és jurídic. És un debat social i majorment un debat d’entranyes. Seguint una dinàmica argumental molt propera a les campanyes dels grups integristes d’ultradreta, s’ha pretès indicar que reconèixer les dones transsexuals implica esborrar les altres dones, de manera similar a com antigament s’augurava la desaparició del matrimoni si es reconeixia aquest dret a les persones del mateix sexe. En realitat, el fet que les persones trans hagin hagut de patir discriminació, incomprensió, i un laberint legal per arribar a poder viure com a dones (o com a homes) més aviat demostra que el concepte dona gaudeix de bona salut i és desitjat i reforçat pels que fan tants sacrificis per afegir-se al gènere femení i al moviment feminista, encara que sigui com a les darreres de la fila. Afirmar que l’autodeterminació de gènere és un atac al feminisme i que pot suposar la seva dissolució és contrari als fets. La realitat provada és que un moviment feminista inclusiu en el qual caben totes les dones, racialitzades, trans, de qualsevol confessió o nivell social, és més fort i efectiu per qüestionar els conceptes i patrons de conducta d’una societat patriarcal i per aconseguir la inclusió social i la igualtat de totes les dones.
The Reckoning Will Be Incomplete Without Black Women and Girls
L’autora denuncia la manca de visibilitat i d’atenció que reben les dones i les noies afro-americanes en la cobertura de les protestes que estan tenint lloc als Estats Units després de la mort de George Floyd. Quan els homes negres són víctimes de la violència policial, sovint són les dones i les noies les que han de recullir els trossos, mantenir les famílies unides, gestionar el dolor col·lectiu de la comunitat i liderar la resistència amb poc reconeixement del seu propi benestar o seguretat mental i física. De vegades el pes és massa per suportar. Ara que de nou es produeixen protestaes d’abast nacional contra el racisme sistèmic i els seus derivats, la discussió i l’activisme gairebé sempre se centren en els homes. L’autora assenyala que si es minimitzen els reptes als quals són confrontades les dones i noies negres, el país es perdrà el quadre complet de devastació que l’estat policial nord-americà imposa als afroamericans. El sistema de justícia penal racista nord-americà és totalment destructiu per a les vides dels negres, sense tenir en compte el gènere, l’edat, la sexualitat o la classe. I no hi pot haver justícia per als afroamericans llevat que s’inclogui a les dones i les noies.
Democracy Versus the Pandemic
A parer de l’autor el coronavirus està alentant els autòcrates de tot el món tot i que passarà algun temps, probablement anys, abans que es pugui jutjar l’impacte total de la pandèmia en la democràcia. La magnitud del dany dependrà de la durada de la crisi sanitària i de la gravetat dels estralls que causi a les economies i societats. També dependrà de com es comparin les democràcies amb les autocràcies pel que fa a la contenció dels efectes sanitaris i econòmics del virus, de qui guanyi la cursa per una vacuna i, més en general, de qui -de la Xina, els Estats Units o dels països democràtics- es reveli com el proveïdor més generós i eficaç de béns públics mundials per lluitar contra la pandèmia. En aquest sentit, el grau de cura amb què les democràcies vigilin i circumscriguin els enormes augments del poder estatal que es produeixen amb les emergències nacionals també serà un factor en l’equació, així com la capacitat de les democràcies per rearmar la defensa de la llibertat a nivell mundial.
Covid-19 crisis: normality was the problem
L’autor, en aquest article publicat a Open Democracy, assenyala que l’actual crisi sanitària ha revelat de manera molt clara el que no funciona, no només en els nostres sistemes de salut, sinó en les societats en què vivim, i en la relació amb la natura i amb els nostres semblants. Posa de manifest els errors dels nostres sistemes de salut, que han estat abandonats per les polítiques d’austeritat aplicades en gairebé tots els països del món a mesura que els governs donaven primacia a l’interès de les finances internacionals sobre el benestar dels seus ciutadans. Exposa els efectes socials d’un sistema econòmic que accentua les desigualtats i que implica més riscos sanitaris per als pobres i els migrants. Tot això ja ha estat àmpliament discutit i s’espera que, davant l’actual crisi sanitària, els governs rectifiquin. No obstant això, hi ha un aspecte encara més significatiu pel que fa a la nostra relació amb la naturalesa,i que es pot resumir com a arrogància. En les últimes dècades, els més optimistes han cregut que la tecnologia proporcionaria les solucions necessàries per paliar els danys que el nostrs estils de vida està causant en el medi ambient. L’autor considera que una vegada que s’hagi superat la crisi sanitària provocada per la Covid-19, assistirem al ressorgiment dels moviments socials que estaven produint-se a tot el món. I és possible que quan aquests moviments ressorgeixin, rebin un nou impuls gràcies a la creixent conscientització que molts individus han adquirit durant la pandèmia. D’aquesta manera, quan superem l’actual crisi sanitària, podrem ser conscients que la normalitat viscuda fins ara és el problema.
El racisme de cada dia
Branchadell apunta que arrel de la mort de George Floyd, el Parlament de Catalunya es va afanyar a aprovar una Declaració de solidaritat amb les protestes contra el racisme i la discriminació però denuncia que l’únic element que falta a la declaració és un reconeixement explícit que els problemes estructurals del racisme i la discriminació també afecten la societat catalana. En aquest sentit, el confinament per la pandèmia de la Covid-19 ha tingut l’efecte de silenciar notícies rellevants que no tenien relació directa amb el coronavirus. Un exemple és la publicació de l’informe de SOS Racisme sobre l’estat del racisme a Catalunya. Contra el que pugui semblar, no és als cossos policials on es concentra la majoria de les situacions de racisme. Per segon any consecutiu, l’àmbit que amb més casos són les relacions entre particulars. Finalment, denuncia que la declaració del Parlament del 4 de juny amaga la Catalunya real i que, emulant el primer ministre holandès Mark Rutte, aquí també s’hauria pogut dir: “El racisme és un problema a Catalunya”.
The need to contextualise monuments, avoiding indifference and ambiguity
Arrel de les destruccions d’estàtues que han tingut lloc en algunes manifestacions de protesta contra el racisme, l’autor defensa que les estàtues de personatges històrics controvertits s’han de tractar d’acord amb els seus contextos individuals. Considera que mentre es neutralitzi la indiferència, els monuments controvertits poden ser tractats de diverses maneres legítimes. Al mateix temps, cal fomentar la construcció de nous monuments en clau positiva, però no com a substitució directa dels monuments anteriors, com alguns experts sostenen. Aquests tenen un propòsit: recordar-nos com de terrible ha estat la vida per a molts i les injustícies sofertes. Però tot això ha de quedar clar per a tothom. i l’ambigüitat ha de ser relegada al passat.
How globalisation has transformed the fight for LGBTQ+ rights
L’autor apunta que al llarg dels darrers anys s’ha avançat molt en les actituds cap a la igualtat sexual i la identitat de gènere, tot i que en molts llocs s’ha produït una important reacció contrària per part de les forces conservadores. Al segle XXI, la línia rosa no és tant una línia com un territori. És una zona de frontera en la qual els homosexuals intenten reconciliar l’alliberament i la comunitat que podrien haver experimentat en línia, a la televisió o en espais segurs amb les limitacions del carrer, el lloc de treball i la família. És un lloc en el qual els homosexuals es desplacen entre mons diferents cada vegada que miren des dels seus telèfons la gent reunida al voltant de la taula familiar; mentre pugen els graons de la discoteca subterrània. En un món, el temps s’accelera; en l’altre es perd. A Europa occidental, la qüestió dels drets de les persones LGBTQ + s’està plantejant com una línia rosa contra l’afluència de nous migrants. Al mateix temps, a Europa oriental, s’està posant en joc com una línia rosa contra el liberalisme occidental decadent. En tots dos casos, els propis homosexuals han arribat a ser instrumentalitzats políticament com mai abans. Han adquirit un significat polític molt més enllà de les seves pròpies reivindicacions d’igualtat i dignitat. S’han convertit en l’encarnació del progrés i la mundanitat per a alguns, però en signes de decadència moral i social per a altres. En moltes parts del món, l’establiment d’una línia rosa al llarg dels drets dels LGBTQ + ha alterat les antigues formes de tractar la sexualitat i les diferències de gènere. Com havia succeït a Occident a la fi de el segle XX, l’homosexualitat ha passat a entendre’s cada vegada més a Amèrica Llatina, Àsia i Àfrica com una identitat mereixedora de drets i reconeixement, més que com un simple comportament sexual que s’ha de mantenir en silenci. I tenir una identitat de gènere diferent a la que ha estat assignada en néixer ha arribat a ser vist com un dret humà, i com una cosa que la medicina i la cirurgia poden facilitar. Això ofereix oportunitats d’empoderament per una banda, però tanca l’espai de l’altra, ja que les nocions occidentals de gènere binari es van assentar en societats en les que sovint es permetia que el gènere fos més fluid.
Economia, bienestar e igualdad
Working life has entered a new era
Analitzant els canvis que la pandèmia de coronavirus ja ha provocat en els sistemes i pràctiques laborals, l’article apunta que, tot i que les oficines no desapareixeran, és difícil imaginar que la vida laboral tornarà a les formes anteriors a la pandèmia. Durant més d’un segle, els treballadors han viatjat en trens i autobusos abarrotats, o han suportat embussos de trànsit, per anar i tornar de l’oficina, cinc dies per setmana. Durant els últims dos mesos no han hagut de desplaçar-se, i molts d’ells han treballat des de casa o han pogut descansar. Els empresaris, per la seva banda, havien de mantenir costos instl·lacions al centre de les ciutats perquè necessitaven reunir tot el personal en un sol lloc. ara, amb els canvis sobtats que ha produït el coronavirus, és molt possible que l’aposta per l’oficina centralitzada ja no torni a ser la principal opció. Un altre aspecte pot ser la desaparició de la setmana laboral de cinc dies. Fins i tot abans de la pandèmia, molts treballadors s’havien acostumar a rebre trucades o a respondre correus electrònics durant el cap de setmana. En l’era post-Covid, la frontera entre la vida privada i la vida laboral serà encara més difícil de delimitar. També cal contemplar la possibilitat que alguns puguin decidir viure en ciutats petites on els costos d’habitatge són més baixos, ja que no tindran la necessitat de desplaçar-se. Els homes tindran menys excuses per saltar-se les tasques domèstiques o la cura dels nens si no es veuen obligats a anar a l’oficina. L’article conclou que d’alguna manera, això és una tornada a la normalitat: fins al segle XIX la majoria de la gent treballava a casa seva o molt a prop.
Coronavirus is our chance to completely rethink what the economy is for
L’autor subratlla que la pandèmia ha revelat el perill de valorar l’eficiència per sobre de tot i que l’alentiment de les nostres vides del qual tot just estem sortint apunta a una altra manera de fer les coses. La Covid-19 ha estat un xoc, però el seu efecte ha estat l’oposat al de la galvanització. Durant setmanes i mesos la gent de tot arreu va haver de deixar de fer el que estava fent o el que estava planejant fer en el futur. Això proporciona un model totalment diferent de canvi polític. El filòsof Walter Benjamin una vegada va assenyalar que mentre que Karl Marx afirmava que les revolucions eren les locomotores de la història, les coses podrien ser bastant diferents. Tothom segueix dient que estem vivint temps estranys, però el que és estrany és com tot s’ha aturat, és com si estiguéssim vivint fora de el temps. El fre d’emergència ha estat activat i el temps s’ha aturat. I això vol dir que també hi ha una oportunitat única per al canvi i la renovació. Per a alguns, això podria significar una setmana laboral més curta, o menys viatges aeris. Per a altres, podria suggerir l’oportunitat d’una remodelació fonamental del nostre sistema polític. En definitiva, un espai de possibilitats s’ha obert inesperadament i ara convindrà saber aprofitar aquesta oportunitat.
The death of globalisation has been announced many times. But this is a perfect storm
Durant l’últim mig segle el món ha estat transformat per enormes fluxos de comerç i d’inversions. La font de la nostra alimentació i la fabricació de tot tipus de productes, des sabatilles d’esport fins a telèfons mòbils, han experimentat una autèntica revolució. Els llocs de treball en la indústria s’han evaporat a Europa i Amèrica de Nord i han reaparegut a l’altre punta del món. Les exportacions, que en la dècada de 1970 representaven menys del 10% de l’PIB mundial, ara pugen fins al 25%. La globalització ha comportat una transformació social i econòmica massiva. Ha estat, per la mateixa raó, molt polèmica, creant tant perdedors com a guanyadors. Per això Adam Tooze es planteja si com a conseqüències de la crisi galopant posterior a la pandèmia de Covid-19 la proliferació de veus contràries a la globalització tal com l’hem coneguda fins ara en pot provocar el final. Tooze considera que la visió d’un món sense homogeni com a resultat de la globalització està morta. La institució que va encarnar més clarament aquesta visió de la fi de la història, l’OMC, es va posar en marxa al gener de 1995. Avui en dia, l’OMC està feta miques. Els seus procediments de solució de conflictes s’han vist paralitzats per l’obstrucció deliberada dels Estats Units i el seu president, el brasiler Roberto Azevedo, ha anunciat la seva dimissió amb un any d’antelació, el que deixa a l’OMC sense líder en un moment on es produeix la major commoció del comerç mundial des de 1945. Les comparacions amb el decenni de 1930 no han d’anar massa lluny. En darrer terme, l’autor assenyala que hi ha bones raons per acollir amb satisfacció el final de la hiperglobalització desenfrenada que hem viscut a partir dels anys 90.
The Great Unequalizer
No hi ha dubte que la pandèmia de coronavirus està sent una gran generadora de desigualtats pel que fa a l’ocupació i està agreujant les disparitats en els ingressos, la riquesa i les oportunidades. Fins i tot en el millor dels casos, les pèrdues d’ingressos i de productivitat a consequûència de la Covid-19 no es recuperaran immediatament. Moltes persones i empreses es veuran obligades a assumir deutes que a la llarga inhibiran la despesa i la inversió. Però no tots es veuran afectats per igual i els danys recauran de manera desproporcionada sobre les llars més pobres, que al seu torn consumiran menys i frenaran la reactivació de la demanda i, per tant, el ritme de la recuperació. Per tant, les mesures de desonfinament s’han de combinar amb mesures d’estímul destinades a reincorporar econòmicament als més vulnerables, entre altres coses mitjançant programes de contractació de mà d’obra i de reequipament implementats pels governs i per associacions entre el sector públic i el sector privat. Sense aquestes mesures, l’alienació i la marginació aniran en augment, tensant el teixit social i augmentant el risc de disturbis.
A global economy in unchartered waters
Els comentaristes econòmics han advertit que no s’han d’establir paral·lels entre l’impacte econòmic de la pandèmia de Covid-19 i el de la crisi financera de 2008, amb la gran recessió subsegüent. No obstant això, a mesura que els països surten del confinament i l’atenció se centra en evitar una depressió duradora, l’autor considera que encara es poden extreure lliçons del trauma econòmic més recent. Quan es va produir la crisi financera, les empreses que operaven en mercats laborals flexibles, com els Estats Units, van acomiadare els seus treballadors i l’atur es va disparar. Els sindicats i les empreses dels mercats laborals corporativistes, sobretot a Alemanya, es van unir per negociar acords de cara a mantenir els llocs de treball en les empreses que afrontaven la caiguda de la demanda, a canvi de plans de treball subvencionats a curt termini . Així és que quan es va produir la recuperació, l’ocupació es va recuperar més ràpidament en aquest segon grup de països. Ara, més enllà d’aquesta crisi, la reconstrucció de les cadenes de subministrament i una globalització més sostenible des del punt de vista social i mediambiental requerirà, una cooperació internacional més forta i un G20 més eficaç.Sinó, llevat que els governs demostrin més interès en l’esfera internacional i augmentin el seu suport al sistema multilateral, repetiran els errors del passat.
Humanizar el trabajo y la economía
La diferència més palpable entre l’actual crisi del coronavirus i la crisi financera de 2008 ha estat la manera d’afrontar-la. En l’anterior desastre, els poders econòmics van prioritzar el salvament dels bancs a costa de dràstiques mesures d’austeritat per a la població. Aquest cop, l’autor considera que la primera línia de lluita contra la pandèmia ha estat formada per metgesses, infermeres, treballadors dels hospitals, residències de gent gran, repartidors, caixeres i empleats dels comerços. Ha estat una resposta humanitària. Després han vingut les mesures dels governs i de la Unió Europea. Aquesta experiència ha posat en relleu com una part essencial de l’economia no pot guiar-se pel mercat. Es multipliquen, doncs, les propostes que demanen un altre model econòmic per construir una societat més justa perquè d’aquesta crisi no en sortirem amb el vell sistema de sempre.
The Future of Travel After the Coronavirus Pandemic
Amb les seves flotes clavades a terra durant molts mesos, les aerolínies estan reforçantara els seus horaris d’estiu, tot i que el nombre de vols només representarà una petita part de la freqüència anterior a la pandèmia. A tot el món, el col·lapse de l’economia turística ha comportat la fallida d’hotels, restaurants, agències de lloguer d’automòbils, etc. i ha deixat sense feina a uns 100 milions de persones. Amb la incertesa i la por que segueix planant sobre els viatges, ningú no sap amb quina rapidesa es recuperaran el turisme i els viatges de negocis, si seguirem volant tant fins ara i com serà l’experiència una vegada s’apliquin les noves mesures de seguretat sanitària. Atesa la importància del sector turístic i de viatges en l’economia mundial, i molt especialment de cara a la recuperació que ha de seguir els estralls causats per la Covid-19, la revista Foreign Policy hi dedica un dossier especial on recull l’opinió de diversos especialistes.
España tiene que ir más lejos
Guy Standing, confundador amb Philippe Van Parijs de la Xarxa Global de Renda Bàsica, assenyala que el govern espanyol ha avançat en la bona direcció amb la introducció de l’ingrés mínim vital però podria aprofitar les conseqüències catastròfiques de la pandèmia de coronavirus per donar a cada espanyol una renda bàsica que proporcioni resiliència i estableixi un nou contracte social. En aquest sentit destaca que les proves experimentals han mostrat que la renda bàsica individual millora la posició social de les dones i la seva capacitat negociadora. Quan les dones disposen de la seva pròpia renda bàsica, tenen més possibilitats d’escapar de les relacions de maltractament, mentre que si depenen del “cap de família” se senten atrapades. Però al seu entendre hi ha una cosa que hauria de preocupar els dos partits del govern i és que en altres països, els sistemes d’ingés mínim vital basats en la comprovació de recursos han soscavat la solidaritat social i han fet el joc a la dreta política. Els conservadors despleguen una retòrica que afirma que la majoria paga a una minoria de “ganduls” o “tramposos”. La conseqüència és més vigilància, més errors d’exclusió, més sancions i més demonització dels pobres. En canvi, un sistema de renda bàsica reforça la solidaritat social i és molt menys costós d’administrat que el sistema de comprovació de recursos .
Sostenibilidad y cambio climático
Climate adaptation policies are needed more than ever
The Economist subratlla la necessitat d’adaptar les societats i les economies perquè siguin més resistents a un canvi climàtic cafa vegada més evident. La Comissió Mundial d’Adaptació, una ONG, estima que, si no es fa res per preparar-se pel canvi climàtic, es podrien reduir els rendiments agrícoles mundials entre un mínim de 5% i fins a un 30% al 2050, en funció de diferents supòsits. Així mateix, al voltant de 5.000 milions de persones podrien patir escassetat d’aigua durant almenys un mes a l’any. Centenars de milions de persones podrien haver d’abandonar les seves llars a les ciutats costaneres. I l’adaptació no és només un assumpte dels països pobres. Per exemple, els danys que l’huracà Sandy va causar a la ciutat de Nova York el 2012 van demostrar que els fenòmens naturals extrems podien posar de genolls un dels centres financers més importants del món. També les empreses han començat a estudiar quines són les seves vulnerabilitats respecte del canvi climàtic, en part a causa de la pressió dels seus propis inversors. Així Mylan, una empresa farmacèutica, ha adaptat els seus edificis a Puerto Rico, un país propens als huracans i Microsoft ha construït núvols alternatius en el cas que els servidors es vegin afectats per l’augment de les temperatures. Però tot això té un cost tot i que les estimacions varien molt perquè es basen en molts supòsits. Al 2016 el Programa de les Nacions Unides per al Medi Ambient va afirmar que l’adaptació al canvi climpatic costaria entre 140.000 i 300.000 milions de dòlars anuals l’any 2030. També revelava que aquestes despeses serien àmpliament superades pels beneficis que comporten. Segons la Comissió Mundial d’Adaptació, les inversions per un total de 1,8 bilions de dòlars a nivell mundial entre 2020 i 2030 podrien generar 7,1 bilions de dòlars en beneficis nets. El problema és que els corrents de capital privat i diners tant dels governs com dels finançadors del desenvolupament estranger es queden curtes. La comptabilitat es veu dificultada pel solapament entre el finançament per a l’adaptació i els corrents més generals de finançament per al desenvolupament. No obstant això, la Iniciativa sobre Política Climàtica, un grup de reflexió, estima que en 2017-18 es van invertir en iniciatives d’adaptació només 30.000 milions de dòlars a tot el món, principalment de fonts públiques, en comparació amb els 537.000 milions de dòlars destinats a la mitigació dels efectes del canvi climàtic.
Building a Resilient Planet
Els autors assenyalen que hi ha un consens generalitzat sobre el fet que el canvi climàtic és un problema que han de resoldre les organitzacions internacionals, els grans governs i les empreses de rellevància mundials. Només aquests grans actors poden tenir un impacte sobre les emissions globals de gasos d’efecte hivernacle, i només ells poden reunir els recursos necessaris. Donada la monumental escala de la propera crisi climàtica, qualsevol cosa que no sigui una mobilització d’alt nivell sembla intranscendent, fins i tot inútil. És cert que res que no sigui un impuls massiu i coordinat a nivell mundial no podrà reduir les emissions prou com per frenar el canvi climàtic en els propers decennis. Per això, les organitzacions internacionals, els governs i les empreses estan gastant al voltant del 95 per cent de les seves inversions relacionades amb el clima a la reducció de les emissions de carboni. Però aquests esforços només serviran per prevenir els pitjors escenaris. El fet és que el canvi climàtic ja ha causat un gran dany i que serà impossible evitar del tot més efectes nocius. La reducció de les emissions representa només la meitat del problema: l’altra és l’adaptació a un món que ja s’ha tornat molt més hostil i inhòspit a causa del canvi climàtic i desenvolupar la capacitat de recuperació davant dels inevitables canvis que es produiran en el futur. La bona notícia és que, pel que fa a l’adaptació i la capacitat de recuperació, les comunitats i ciutats de tot el món poden prendre la iniciativa per si mateixes, independentment dels progressos o dels estancaments a nivell nacional i internacional. Les intervencions poden ser petites i senzilles, de vegades tan bàsiques com pintar les teulades de blanc, per exemple, per reduir la calor que absorbeixen. El baix cost i la facilitat d’aquestes mesures reforcen el seu potencial per fer la vida més segura i més suportable en una era de desastre climàtic. En molts casos, l’adaptació no és ni tan sols una qüestió de millorar les infraestructures mitjançant costoses mesures de protecció sinó que consisteix en mantenir l’entorn natural -els boscos, les barreres de corall i els aiguamolls costaners que proporcionen tanta protecció contra els desastres creats per l’home. Reconèixer aquestes característiques naturals i assegurar-les contra danys futurs ofereix un camí segur cap a la resistència al canvi climàtic.
La crise du coronavirus doit nous réapprendre à remettre l’homme au cœur de l’urbanisme et de l’architecture
En l’era de la post-Covid, la necessitat de desenvolupar nous estils de vida tindrà conseqüències importants en el disseny de les ciutats, segons argumenta l’alcalde de Versalles i president de la Ciutat de l’arquitectura i del patrimoni, François de Mazières. En aquesta entrevista al diari Le Monde sosté que la nova política d’ordenació del territori que impliquen aquests canvis s’ha de dur a terme en estreta consulta amb els representants locals. La pandèmia de Covid-19 ha mostrar la fragilitat del gegantisme urbà modern i ha posat en relleu les seves limitacions sanitàries, alimentàries i socials. La promiscuïtat en els espais públics i els transports, però al mateix temps l’aïllament de les persones sotmeses a la distensió dels llaços de veïnatge, els espais reduïts dels nous edificis, la mida gegantina dels centres comercials, tot sembla de cop i volta contrari a les nostres aspiracions per a aquesta nova era que s’està obrint. En canvi, la província, les ciutats mitjanes dels grans suburbis, amb els seus habitatges més barats i espaiosos, permeten un contacte més immediat amb la natura, faciliten la solidaritat veïnal i se situen sobtadament al centre de la modernitat.
Degrowth and the emerging mosaic of alternatives
Enfront de la globalització desenfrenada, l’auge dels moviments de dreta a tot el món i els perills derivats de l’emergència climàtica, sembla més fàcil imaginar la fi del món que la fi del capitalisme, del creixement sense aturador i la dominació econòmica. No obstant això, els autors consideren que als últims anys ha sorgit un nou element per contrarestar el que Mark Fisher ha denominat “realisme capitalista”: després de dècades a la defensiva contra el neoliberalisme, l’esquerra ha començat a adoptar de nou visions positives de cara al futur. Això es pot veure en els moviments que estan darrere de l’ascens de Jeremy Corbyn i Bernie Sanders, per exemple, però també en una nova onada de moviments socials que van des dels horts comunitaris i les cooperatives de treballadors fins a les Unitats de Protecció de la Dona a Rojava i les economies transformadores posades en relleu pel Fòrum Social Mundial 2019-20 a Barcelona, és a dir nous models econòmics i pràctiques al voltant dels béns comuns, l’agroecologia i les cooperatives destinades a transformar el sistema econòmic existent. Aquest mosaic emergent d’alternatives per a la transformació socioecològica proporciona un terreny fèrtil per al desenvolupament d’idees, pràctiques i accions que condueixin a una millor vida per a tothom. En lloc d’esperar que els avenços tecnològics de l’era del capitalisme de plataforma o de l’economia política de les tecnologies de la informació portin amb si l’alliberament socialista, aquests moviments critiquen no només el capitalisme i les formes de propietat capitalistes, sinó també altres formes de dominació. Critiquen l’industrialisme i la dominació inherent a la tecnologia, i es preocupen per les injustícies globals que s’interposen en el camí d’una vida millor Se centren en estratègies i accions que comencen a construir alternatives ara i aquí, aprofitant les escletxes del capitalisme i el poder.
Great cities after the pandemic
Fins fa poc les grans ciutats eren imparables. Any rere any, Nova York, Londres o París no paraven de créixer i d’enriquir-se però des del brot de coronavirus els grans centres urbans tenen raons per preocupar-se. La Covid-19 ha colpejat amb més força les ciutats globals. Amb el 3% de la població dels Estats Units, Nova York ha patit el 19% de les morts atribuïdes a la malaltia. Una de cada quatre morts franceses es va produir a París i la seva regió. Aquest canvi suposa una greu amenaça per a les ciutats, especialment les grans metròpolis d’àmbit mundial. El virus ha atacat el nucli del que fa que aquestes ciutats tinguin èxit i siguin atractives Però ara la gent està aprenent a treballar des de casa i molts han descobert que els agrada. Facebook ha anunciat que permetrà que moltsdels seus empleats puguin seguir teletreballant, fins i tot després que el virus hagi desaparegut. Els mercats de propietats comercials i residencials podrien desplomar-a mesura que els assalariats i els llocs de feina es traslladin fora de les ciutats, encara que sigui només per uns dies a la setmana. És probable que les botigues dels carrers principals i els cafès s’ensorrin degut a l’ajustament derivat de la baixada de personal d’oficina, turistes i estudiants. Per consegüent, les ciutats necessiten administrar-se a si mateixes per a l’era post-Covid. Algunes ja tenen plans audaços per ampliar les xarxes de carrils bici i s’han erigit barreres per animar els vianants a ocupar trams de calçada. En darer terme, les grans ciutats són vitals per a l’existència dels estats moderns perquè no només són grans contribuents als pressupostos nacionals sinó també perquè són el lloc on la gent aprèn a viure en una societat moderna i oberta. Són màquines de crear ciutadans.
Innovación, ciencia y tecnología
Artificial intelligence, healthcare and the pandemic
La crisi dels coronavirus exigeix a parer de l’autora un marc reglamentari per a l’aplicació de la IA que protegeixi la salut pública sense posar en perill els drets humans. Considera que cal establir un nou marc capaç de crear beneficis socials a partir de la IA, salvaguardant al mateix temps els drets fonamentals i la governança democràtica i garantint la igualtat. Això encaixa en el debat sobre el que serà la “nova” normalitat: acceleraran els mitjans de vigilància amb finalitats sanitàriess una deriva totalitària o seran controlats per una ciutadania empoderada S’aprofundiran els reflexos aïllacionistes o el multilateralisme, la cooperació i la solidaritat estaran a l’altura del desafiament? També subratlla que la salut i la privacitat personal mai no poden ser alternatives, han d’anar de la mà. La confiança pública en l’Estat i el sector privat només pot prevaler si tots els seus agents garanteixen els drets humans bàsics en el desenvolupament i l’ús de la IA. Aquest marc hauria de garantir que la IA en l’atenció de la salut capaciti els ciutadans per prendre decisions millor informades i proporcioni informació perquè els governs rendeixin comptes de les decisions que prenguin. Perquè la IA no es converteixi en un instrument que agreugi les desigualtats, també hauria de garantir que les dades i els algoritmes siguin imparcials i que els processos siguin transparents i inclusius. Quan es dissenyi el nou marc normatiu, el punt de partida hauria de ser el reconeixement de l’accés a l’atenció sanitària i la protecció de les dades personals i la privacitat com a drets fonamentals. Les oportunitats impulsades per la tecnologia, com la IA, s’han d’incorporar als sistemes d’atenció de la salut de manera que es garanteixi la igualtat d’accés a el temps que es salvaguarden aquests drets. Només llavors no només superarem aquesta pandèmia sinó que ens assegurarem d’estar preparats per afrontar millor la propera.
A European way towards sustainable AI
La Intel·ligència Artificial és considerada com una solució general als problemes socials més urgents i a la vegada com una de les principals causes d’aquests mateixos problemes. En els debats actuals, l’atenció se centra sobretot en la part de la “intel·ligència”, la qual cosa és enganyosa perquè les principals implicacions morals i polítiques es deriven del fet que la IA és “artificial”, és a dir un artefacte sociotècnic. Dins d’aquest context, els autors reivindiquen un ecosistema públic de les TIC que basat en models de negoci veritablement sostenibles i respectuosos amb la protecció de dades i en una TI verda, serviria als ciutadans, a les empreses i als l’Estat. Aquesta infraestructura podria ampliar-se ràpidament a nivell mundial, juntament amb la seva inherent interoperabilitat i portabilitat de dades, si es fa bé. Podria proporcionar un entorn diferent per a serveis d’intel·ligència artificial fiables i responsables en favor del bé comú, és a dir, de les persones vulnerables en un planeta vulnerable.
What Big Tech Wants Out of the Pandemic
L’autor adverteix que arran dels canvis que ha generat l’impacte de la pandèmia de coronavirus, la creixent aliança entre les grans companyies tecnològiques i els governs fa que se sentin cada vegada més còmodes, la qual cosa podria comportar que caiguin en la temptació de cedir als seus pitjors instints. Tots dos exerceixen poders intrusius amb un respecte cada vegada menor per les prerrogatives de la privacitat. En aquest sentit, destaca que més de 300 científics europeus i experts en privacitat han signat una carta on fan palesa la seva preocupació que algunes solucions a la crisi puguin permetre una vigilància sense precedents de la societat en general . En definitiba, sense noves limitacions, aquesta aliança emergent entre governs i els gegants de la tecnologia podria suposar un perill encara més gran que les disposicions de control i limitació de la privacitat que van seguir l’11 de setembre, ja que ara el telèfon intel·ligent s’ha convertit en un fet universal, un dipòsit de pensaments, fotografies i secrets que corren el perill de poder ser controlats i revelats.
The Coronavirus and the Right’s Scientific Counterrevolution
En aquest article publicat a The New Republic, l’autor analitza com una nova classe de suposats experts està explotant les mancances institucionals i desestabilitzant el coneixement autèntic. Considera que la història del coronavirus és una història de fractura, de conflicte i confusió, d’experts que conreen i generen desconfiança, en tant que els representants de cada bàndol intenten desacreditar els seus contrincants. Aixpò comporta que necessitem reexaminar la forma en que la nostra cultura parla de l’expertesa. En efecte, la dreta més reaccionària percep, no sense raó, que les invocacions a la ciència sovint funcionen com una màscara per al poder social, retòric i polític. El problema és que en lloc de forjar una relació més humana amb la ciència, els agents de la dreta han decidit segrestar aquest poder en benefici propi.
How new technologies reproduce racial inequality
El estudis moderns sobre la intersecció de la raça i la tecnologia tenen les seves arrels a la dècada de 1990, quan l’utopisme tecnològic va toparr amb el racisme de la cultura tecnològica. A mesura que Internet es va convertir en un nexe massiu per al comerç i l’oci i en el cor de la indústria moderna, els mals dels llocs de treball tecnològics es van manifestar en línia en sales de xat, taulers de missatges i videojocs multijugador en els quals abundaven l’assetjament i els discursos d’odi. L’autor argumenta que en les relacions entre raça i noves tecnologies cal inserir el moviment de Black Lives Matter en un context històric més ampli atès que és un moviment implícitaent anti-eugenèsic. El seu objectiu no és només aturar les morts prematures que resulten de la violència policial, sinó fomentar i enfortir els recursos econòmics, socials i polítics que sostindran la vida dels negres en general. Fomentar la vida, al seu torn, requereix tenir en compte les múltiples formes en què la ciència i la tecnologia poden exposar a les persones a la mort. Dins d’aquest context, les relacions entre les noves tecnologies, molt especialment la IA, i la raça constitueixen un camp minat ple d’obstacles i de trampes invisibles. En darrer terme, com a categoria la tecnologia és mutable, donant als activistes i als usuaris noves formes d’entendre com es manifesta la discriminació.