
Diari de les idees 51
02 diciembre 2021
Ideas de actualidad
Después del monográfico dedicado a la COP26 y a la emergencia climática, el Diari de les idees vuelve a su formato habitual de análisis de los grandes temas destacados de la última quincena, destacando la crisis de los migrantes en la frontera entre Polonia y Bielorrusia – uno de los puntos más frágiles de todo el sistema defensivo de la OTAN – mientras sube la tensión entre Rusia y Ucrania a raíz de unos ejercicios militares rusos en el mar Negro. Las autoridades de Kiev han respondido enviando tropas a su frontera con Bielorrusia para evitar que se repita una crisis migratoria como la que ha provocado el régimen bielorruso de Alexander Lukashenko al facilitar la llegada de miles de inmigrantes, procedentes sobre todo de Oriente Medio, a las fronteras de Lituania y Polonia. Una crisis humanitaria y política que tiene su correlato en el otro extremo del continente donde la muerte de 27 migrantes que intentaban llegar al Reino Unido atravesando el canal de la Mancha ha supuesto un nuevo desencuentro entre Londres y París así como una advertencia para una Europa que sigue sin desplegar una política migratoria comuna eficaz y más humana.
En este contexto, Humza Julani denuncia en Foreign Policy la utilización de miles de migrantes como simples peones de un drama geopolítico que la Unión Europea ha calificado de “guerra híbrida”, consciente de que tras la crisis migratoria de 2015 que supuso la llegada de 5,2 millones de personas, la situación en la frontera bielorrusa puede augurar una nueva “normalidad” en términos migratorios, teniendo en cuenta la intensificación de los desastres climáticos, la pobreza persistente y los conflictos generalizados que definen el mundo actual. Ante esta situación, Paul Mason advierte en The New Statesman que esto alimenta la inestabilidad regional y señala que el Pentágono ya ha apuntado a una posible invasión de Ucrania ordenada por Putin, a la vez que también cabría considerar ofensivas militares contra Suecia, Finlandia y Georgia. Delante de estos posibles escenarios, el gran temor de Occidente es que la unidad de la Alianza Atlántica no esté garantizada, y que alguno de sus miembros no responda de manera efectiva. A su entender, la solución requiere firmeza diplomática, sanciones severas, pero también solidaridad transfronteriza para que los migrantes bloqueados en la frontera con Polonia puedan hallar refugio en Europa.
Anne Applebaum expone en The Atlantic las condiciones que han permitido el ascenso al poder de autócratas en Venezuela, Rusia, Bielorrusia, China y Turquía. Afirma que estos nuevos dictadores no son del mismo tipo que aquellos a los que estábamos históricamente acostumbrados ya que hoy las autocracias no están dirigidas por un solo líder, sino por sofisticadas redes compuestas por estructuras financieras cleptocráticas, servicios de seguridad y propagandistas profesionales. Entre los autócratas modernos hay individuos que se definen como comunistas, nacionalistas o teócratas, pero lo que realmente une los miembros de este club de bad guys es el deseo de conservar y aumentar el poder y la riqueza personal. Otro rasgo distintivo respecto de los autócratas del pasado es que a los dictadores actuales les importa muy poco cómo se los percibe. Rusia no solamente ignora a las críticas de Occidente, sino que se ríe de ellas. La junta birmana no se avergüenza de matar centenares de manifestantes. El gobierno chino presume de haber destruido el movimiento democrático popular en Hong Kong. Antiguamente, los disidentes luchaban contra un régimen, hoy luchan contra una internacional de autócratas cuyos miembros se ayudan mutuamente.
Otro foco de tensión es Etiopía, un país que corre el riesgo de implosión. Así, la editorial del diario Le Monde considera que parece diseñarse un contexto de guerra civil, con un discurso de violencia ciega sobre un trasfondo de nacionalismo exacerbado, y un proceso de esencialización llevado a cabo por líderes políticos pirómanos. Una combinación de factores que podría llevar incluso al genocidio. Numerosos analistas evocan la posibilidad de que se repita en el Cuerno de África, la situación de hace treinta años en los Balcanes, cuando Yugoslavia se rompió, provocando un ciclo de guerras marcadas por la violencia como el genocidio de Srebrenica. En la misma línea, Nic Cheeseman y Yohannes Woldemariam se plantean en Foreign Affairs si el país será capaz de sobrevivir a la crisis actual y su viabilidad como estado. El Frente Popular de Liberación de Tigray ha dejado de ser un partido de gobierno para convertirse en una guerrilla rebelde contraria al Primer Ministro Abiy, forjando alianzas de tipo federalista con otros movimientos insurgentes. Los autores consideran que por ahora todos los desenlaces posibles ponen en duda la viabilidad del estado etíope. Tanto la victoria rebelde, como un pacto entre el FPAT y el gobierno federal generarían tensiones con los actuales socios de las fuerzas tigrayanos. Por otra parte, un golpe de estado que derribara Abiy o un estancamiento negociado del conflicto tampoco resolverían el problema de fondo. De hecho, el reparto de poder entre los diferentes grupos étnicos que viven en Etiopía ha sido una disputa histórica en el país, que se ha visto agravada recientemente por el recurso habitual al discurso de odio. En último término, volver a unir Etiopía, tanto física como simbólicamente requiere garantizar una paz duradera, reconstruir el país e invertir en infraestructuras en beneficio de todos los ciudadanos y forjar un consenso sobre una idea de país que refuerce los símbolos comunes. Eso no se conseguirá con una conquista militar, pero tampoco mediante la creación de una confederación que fortalezca las fuerzas centrífugas y la capacidad de las regiones mayores de amenazar con la secesión.
Con respecto a Cataluña, hay que destacar el golpe durísimo contra el uso del catalán en el sistema educativo que representa la sentencia del Tribunal Supremo mediante la cual se niega un recurso interpuesto por el Gobierno de la Generalitat contra una sentencia dictada a su momento por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña. Joan Ridao afirma en La Vanguardia que la sentencia del TS es muy relevante, ya que no se trata, como en otras anteriores, de una resolución dictada en un caso particular, sino que pone en peligro el modelo de conjunción lingüística. Así, llevados por su activismo y molestos por lo que consideran una supuesta inhibición de la Generalitat, los magistrados del TS han decidido suplantar el Parlamento y las administraciones educativas competentes, eludiendo su función exclusiva de interpretar y hacer aplicar las leyes, entrando en un debate eminentemente pedagógico y no jurídico. Queda claro, pues, que determinados sectores del Estado demuestran su incapacidad para apreciar las bondades de un modelo que asegura que cualquier niño o niña al acabar la etapa educativa obligatoria, tenga un dominio oral y escrito del castellano, incluso superior al de algunas comunidades autónomas de matriz castellana, como demuestra año tras año la Evaluación General de Diagnóstico del Ministerio de educación español.
Catorce años después de la aprobación de la Ley de Memoria Histórica, el Congreso de los Diputados español vuelve a debatir la tramitación de una nueva norma, que, en cierta medida, enmiende y cubra las grandes carencias que siguen existiendo en materia de memoria democrática. En la revista CTXT, Jacinto Lara y Miguel Urbán señalan que los países europeos que sufrieron regímenes autoritarios y fascistas homologables al español juzgaron sus dictaduras respectivas y sus responsables, además de desarrollar una política activa de reconocimiento de las víctimas. Por consiguiente, la imposibilidad por parte de las personas que sufrieron graves violaciones de derechos humanos para acceder a la justicia penal en España constituye una anomalía. En torno a esta excepcionalidad democrática se ha construido un régimen de impunidad único en el mundo, como afirma el filósofo Jon Elster en Closing the Books: Transitional Justice in Historical Perspective (Cambridge, 2004): “El caso español es único en las transiciones a la democracia por el hecho de que hubo una decisión deliberada y consensuada para evitar la justicia transicional”. En último término, una ley que ni siquiera prevea mínimamente el acceso efectivo de las víctimas del franquismo a la justicia penal, y que no deje sin efecto una Ley que se interpreta como norma de impunidad por parte de los tribunales, no se puede decir que sea muy democrática ni respetuosa con los derechos humanos, por muchos avances que presente respecto de la legislación anterior.
A nivel europeo, Simon Tisdall se pregunta desde las páginas de The Guardian si Europa está entrando en una nueva era peligrosa de inestabilidad ya que desde la Guerra Fría con la Unión Soviética, no parecía tan vulnerable ante un conjunto de fuerzas hostiles. En efecto, la acumulación de amenazas externas y divisiones internas, junto con un debilitamiento de la alianza de seguridad con los Estados Unidos, la estrategia de subversión rusa y la guerra comercial y tecnológica con una China que no concuerda con los valores occidentales, están exponiendo unas debilidades estratégicas fundamentales. Aparte de los acontecimientos de las últimas semanas en la frontera entre Polonia y Bielorrusia y de las tensiones entre Rusia y Ucrania, la inestabilidad en la periferia europea se extiende a los Balcanes en medio de los temores de que Bosnia-Herzegovina vuelva a entrar en conflicto 26 años después de los acuerdos de paz de Dayton. En este sentido, Jeremy Cliffe expone en The New Statesman como el deterioro de la situación en Bosnia evidencia la creciente debilidad de Occidente a la hora de responder a los ataques que amenazan el orden internacional, como lo manifiesta el hecho que Milorad Dodik, el miembro serbio de la presidencia tripartita del país haya propuesto medidas que amenazan la supervivencia de este estado multiétnico. Dodik ha anunciado que la Republika Srpska se retirará de instituciones estatales comunes como la Agencia Tributaria, la judicatura y el ejército. En este contexto, las ideas del presidente francés sobre la mejora de la autonomía estratégica política, de seguridad y militar europea y una UE más fuerte, fiscal y económicamente más integrada ofrecen un camino esperanzador. Con todo, también es cierto que aunque los ministros de Defensa de la UE discutieron hace pocas semanas una hoja de ruta estratégica para aumentar las capacidades conjuntas, el acuerdo propuesto sobre la creación de fuerzas de despliegue rápido todavía parece muy lejano.
Asimismo, Pierre Buhler advierte en Le Grand Continent que el objetivo declarado de los líderes polacos y húngaros no es en absoluto trivial. La “contrarrevolución cultural” que reivindican es sobre todo una contrarrevolución política, que en otros tiempos se habría tildado de reaccionaria. La oposición frontal sin precedentes en la historia de la Unión Europea entre un Estado miembro y el ordenamiento europeo, ilustrada por la decisión del Tribunal Constitucional polaco de declarar inconstitucionales determinados artículos del Tratado de la Unión Europea (TUE), sanciona una transformación radical del panorama político imponiendo un momento de verdad al proyecto europeo. Esta actitud forma parte de un Zeitgeist más amplio, que permite a los dirigentes políticos llevar a cabo sus proyectos utilizando las herramientas y las tácticas del populismo, del soberanismo, y del nacionalismo supremacista. La voluntad de transformar la Unión Europea se concreta pues en un intento de demolición progresiva de lo que constituye el eje vertebrador de la construcción europea, el estado de derecho. En definitiva, el reto para la Unión Europea ya no es de naturaleza transaccional, sino genuinamente ontológico. Lo que está en peligro hoy es la esencia misma del proyecto europeo, y su futuro.
Rui Tavares defiende en el diario portugués Público que cuando se produce una fuerte contracción económica, los poderes públicos tienen que inyectar dinero en la economía para garantizar el empleo y evitar una recesión. Es uno de estos casos en los que lo que es moralmente necesario también es correcto desde el punto de vista económico. Por lo tanto, la opción fundamental para la Unión Europea tendría que ser mantener las ambiciosas políticas de recuperación como un instrumento permanente de inversión pública. Ahora que nos hemos dado cuenta de que, al fin y al cabo, es posible e incluso fácil emitir deuda federal europea, y que los mercados la están comprando con ganas, no hay ninguna razón para no proceder a las inversiones sociales y medioambientales que las próximas generaciones necesitan. Tavares subraya que al inicio de esta crisis estaba muy de moda decir que impulsaría un repliegue de los países, un resurgimiento del nacional-populismo, y el fin de la globalización y del proyecto europeo. Con respecto al proyecto europeo, hemos asistido a la ampliación de las competencias de la UE, y a una mayor integración de sus funciones. Al inicio de la crisis pandémica, la UE no tenía competencias de salud pública; hoy todo el mundo le pide que hagas más. El programa de compra conjunta de vacunas, después de algunos contratiempos, ha sido un éxito; hoy todo el mundo pide que mejore, y muchos proponen que se aplique la misma lógica a las compras de energía. Respecto de la globalización, el pronóstico puede parecer más reservado. Es cierto que el comercio global (uno de los indicadores, pero no el único, de la globalización) se ha resentido; también estamos sufriendo perturbaciones en las cadenas globales de distribución, escasez de productos y materias primas y, en consecuencia, el retorno de la inflación. Estas disfunciones comportarán que cada vez la ciudadanía pida soluciones que sólo los gobiernos dispuestos a cooperar internacionalmente podrán ofrecer porque ningún país del mundo dispone de todas las materias primas ni de una base industrial capaz de responder a las demandas del consumo moderno.
En el ámbito económico, Henry Curr plantea en The Economist si la economía mundial recuperará la normalidad durante el año que viene. Hasta ahora los bancos centrales y los economistas consideraban que los factores que causan la inflación y la desaceleración del crecimiento actuales serían temporales y que el año que viene la escalada de los precios de la energía y el paro se suavizarían. Pero resulta que los desajustes del comercio global no están causados sólo por una alteración del suministro y una falta de mano de obra, sino también por un aumento de la demanda, lo que provoca una escalada de precios y de salarios. De hecho, los países ricos no vivían una escalada de precios y salarios tan grande desde la década de los años setenta, y ahora se teme que siga en una espiral ascendente. Así pues, los bancos centrales y los economistas se enfrentan a un dilema: o bien ignorar la inflación y no tomar ninguna medida, o bien subir las tasas de interés. Según Curr, todo apunta al siguiente escenario: aunque la inflación persistirá al inicio del 2022, se prevé que las fuerzas que previamente la mantenían baja se impondrán de nuevo en un plazo de dieciocho meses y que, por lo tanto, no será necesario subir las tasas de interés.
EN CTXT, Luis González Reyes considera que el desabastecimiento actual se debe a un sistema económico que necesita crecer constantemente sin disponer de la capacidad física y medioambiental para ello. El desabastecimiento se debe a una creciente demanda de productos fruto de la reactivación económica post-pandemia y la clave está en analizar porque esta demanda no se puede cubrir. Si bien es cierto que intervienen múltiples factores logísticos, políticos y económicos, generados por el modelo de producción transnacional actual, hay que añadir una perspectiva medioambiental. Nuestro modelo de producción se enmarca en un planeta de recursos finitos, y estamos llegando a los límites de su explotación. De hecho, ya empezamos a notar las primeras consecuencias: la falta de materiales, como los minerales; y de energía, como el gas natural o el petróleo, que está provocando la actual crisis energética. Estas limitaciones se agravan todavía más con el cambio climático. Sequías, desastres naturales y una ruptura del equilibrio ecosistémico, que propicia la expansión de enfermedades zoonóticas como la COVID-19, amenazan la producción y el abastecimiento.
Relacionado con esto, Michael Davies-Venn defiende en Social Europe la necesidad de socializar la electricidad como única solución a la crisis energética que sufre Europa. Las repercusiones socioeconómicas de esta crisis han provocado que tanto los dirigentes de los estados miembros como la misma UE hayan apostado por las ayudas públicas a los consumidores, privilegiando la realpolitik por encima de la ideología política. Sin embargo, Davies-Venn se opone a lo que califica de reacciones ad hoc incompatibles con las reglas del libre mercado, defiende con contundencia tratar la electricidad como un bien público no exclusivo y propone que la UE legisle para que los ciudadanos puedan impulsar cooperativas energéticas propias. Es más, argumenta que la Comisión Europea tendría que permitir a los estados (re)nacionalizar las compañías eléctricas, lo que permitiría avanzar en la eliminación de la pobreza energética y propiciaría una implementación más armoniosa de una política energética y climática común. En último término, argumenta que es política y económicamente insostenible utilizar la redistribución para asegurar que la subida de los precios se reparta de manera uniforme entre la población, a la vez que se mantiene el libre mercado eléctrico.
Después de la decepción provocada por la COP26, Henry Monbiot sostiene en The Guardian que hay que apostar por la difusión de nuevas tecnologías ya que estas tienden a ser autoacelerables, en tanto que la mejora de la eficiencia, las economías de escala y las sinergias industriales se refuerzan mutuamente. En este sentido, a medida que se producen avances en el desarrollo de baterías, su precio baja y aumenta la venta de vehículos eléctricos. Asimismo, a medida que estos se vuelven más populares, los gobiernos están más dispuestos a implementar políticas que completen la transición energética. Pero cambiar sólo la fuente de energía que utilizan los vehículos no mitiga el resto de impactos negativos sobre el medio ambiente. Un sistema de transporte verdaderamente verde requiere incrementar los desplazamientos a pie y en bicicleta, así como priorizar el transporte público.
Por su parte, The Economist apunta que a pesar de su escasa popularidad entre la mayoría de ecologistas, la energía nuclear podría facilitar la lucha contra el cambio climático. La crisis del petróleo de la década de los años setenta impulsó muchos países a dedicar más inversiones a su capacidad nuclear. En diez años, el consumo de energía nuclear aumentó un 130%. Aun así, después de un pico en 2006, el uso de energía nuclear ha disminuido considerablemente, hasta el punto que en 2019 representaba sólo un 4.3% de la energía global primaria. The Economist defiende que la energía nuclear tiene que formar parte de la estrategia para reducir el uso de combustibles fósiles dado que, si bien tiene sus inconvenientes, como cualquier otra fuente de energía, es fiable y segura si su uso está debidamente regulado. Con el fin de superar las limitaciones de tiempo y coste que su implantación comporta, se están desarrollando pequeños reactores modulares que se pueden producir en fábricas y son fácilmente transportables.
Para acabar, Wolfgang Münchau considera en El País que la criptotecnologia y la Inteligencia Artificial son los principales factores de desestabilización política de nuestra época. Las finanzas descentralizadas, o DeFi (descentralised finances), como se las conoce en el argot, van camino de ocupar partes importantes del sector financiero, ya que suponen la supresión de intermediarios, igual que los supermercados hicieron con los comercios de proximidad. Por otra parte, si los bancos centrales no consiguen controlar la inestabilidad endémica causada por un bucle fatal de desregulación financiera y compra de activos, aumentará la demanda mundial de moneda no oficial como depósito de valor. Y aquí es donde entrarán en juego la criptomonedas. Münchau considera que la principal fuente de desestabilización no proviene estrictamente de la tecnología, sino de cómo esta interactúa con la política. La desconfianza creciente hacia las instituciones oficiales, incluidos los bancos centrales, ha creado una demanda para una alternativa al dinero tradicional. Las criptomonedas se han utilizado para blanquear dinero, pero también para financiar movimientos de oposición en regímenes autocráticos. Existen porque hay demanda y son hijas de la política. También existen porque las sociedades capitalistas han sido incapaces de producir estabilidad, y también debido al aumento de los regímenes pseudodemocráticos.
Finalmente, el Financial Times alerta de que la próxima pandemia podría originarse en un laboratorio de ingeniería genética tomando como ejemplo el caso del Influenza Research Institute de Wisconsin. En este laboratorio se realizan desde 2013 experimentos que combinan genéticamente diferentes patógenos para estudiar cómo aumenta su transmisibilidad o su capacidad de infección. De acuerdo con la justificación científica, manipular la composición genética de determinados virus a la vez que se aíslan sus características individuales, permite conocer lo que los hace más mortales y como identificar amenazas futuras. Siempre que este procedimiento se haga de forma segura garantizando todas las medidas necesarias, no tendría que presentar ningún problema. No obstante, hace algún tiempo se produjo un peligroso incidente en este laboratorio: uno de los investigadores se pinchó de forma accidental con una aguja que contenía un virus modificado de la gripe potencialmente mortal. Aunque el accidente no presentó consecuencias graves, sí que alarmó el NIH (National Institute of Health) y el gobierno de Estados Unidos. Este episodio contribuyó a que varios políticos y oficiales del servicio de inteligencia americanos consideraran seriamente la posibilidad de un escape de laboratorio con respecto a la COVID-19, teniendo en cuenta que el Instituto de Virología de Wuhan es líder mundial en este método de investigación y está especializado en coronavirus. Richard Ebright, profesor de biología química en la Universidad de Rutgers, subraya que no importa tanto si la COVID-19 realmente se filtró del centro de Wuhan, sino el simple hecho de que exista este posibilitado porque eso significa que hay que cambiar el método de investigación. A pesar de los graves peligros que supone la manipulación genética de patógenos, estos centros de investigación reciben grandes cantidades de dinero público por parte de las agencias de salud gubernamentales. Ante esta realidad, muchos críticos cuestionan la inversión del gobierno americano en este tipo de experimentos excesivamente peligrosos, ya que el problema se produce cuando se crean cepas completamente artificiales que no se podrían dar en la naturaleza.
Han colaborado en este número 51 del Diari de les idees: Laura Puente, Laura van der Haar y Enric Brugués, estudiantes en prácticas en el CETC
Política internacional y globalización
The Dueling Ideas That Will Define the 21st Century
Mitjançant una reflexió sobre la política exterior dels Estats Units, Uri Friedman argumenta des de The Atlantic, com els paradigmes que emprem per pensar en el nostre futur, l’acaben definint. Si bé és cert que l’administració Biden ha abandonat la idea de “competició entre grans potències” i ha apostat per la noció de “competició estratègica”, ha demostrat estar encara lluny d’un paradigma que reconegui la necessitat de cooperació internacional a l’hora de fer front a reptes compartits. Apostar per una lògica de competició o de vulnerabilitat compartida és una tria conscient i transcendental, atès que aquests marcs teòrics donen forma a les pròpies expectatives i a les polítiques que desenvolupem. En aquest sentit, l’administració Biden ha destacat constantment la necessitat de reformar un sistema internacional disfuncional, però tot i així, els Estats Units han seguit focalitzats en la pròpia competència amb la Xina autocràtica i la cerca del suport de la resta de democràcies. Així doncs, ningú està treballant realment per la cooperació global i s’estan impulsant coalicions internacionals ad hoc que no enforteixen l’arquitectura internacional. A més, la pandèmia tampoc ha servit per forçar un canvi de paradigma i fer que els països s’uneixin i les institucions globals aconsegueixin tot el seu potencial. A tot plegat Friedman afegeix, que vulnerabilitat compartida i competició no son dos paradigmes excloents i es poden retroalimentar. El reconeixement de vulnerabilitat compartida impulsaria els Estats Units a enfortir les institucions internacionals, delimitar la seva competència amb la Xina i cooperar de manera més proactiva en àmbits com el canvi climàtic o la no proliferació nuclear. I si hi ha algun actor global que pugui proporcionar una guia sobre com podria materialitzar-se un paradigma com aquest és, precisament, la Unió Europea.
The Bad Guys Are Winning
El sociòleg alemany Ulrich Beck va resumir un dels sentiments que millor expressen la desorientació del nostre temps va: “Ja no entenc el món”. Beck es va posar a la pell del votant perdut: els ciutadans, la gent del carrer, s’enfronten a situacions en què la majoria no entén el que està passant. A tot arreu, Europa s’enfronta a una situació a per a la qual els experts no tenen resposta i, en conseqüència, els ciutadans tampoc. Avui, fins i tot els tirans han canviat. La periodista i historiadora Anne Applebaum publica aquest dramàtic assaig a The Atlantic i només començar afegeix un altre tema al món ja incomprensible de Beck: si el segle XX va ser la història del progrés de la democràcia liberal cap a la victòria sobre altres ideologies, el comunisme, el feixisme, el nacionalisme radical, el segle XXI ha estat fins ara el seu invers. En aquest assaig Applebaum exposa les condicions que han permès l’ascens al poder d’autòcrates a Veneçuela, Rússia, Bielorússia, la Xina i Turquia. Aquests nous dictadors no són els mateixos als quals estàvem acostumats. Avui dia, les autocràcies no estan dirigides per un sol líder, sinó per sofisticades xarxes compostes per estructures financeres cleptocràtiques, serveis de seguretat i propagandistes professionals, i els membres d’aquestes xarxes tenen vincles amb molts països. Entre els autòcrates moderns hi ha individus que es defineixen com a comunistes, nacionalistes o teòcrates. A Washington li agrada parlar de la influència xinesa, però allò que realment uneix els membres d’aquest club és el desig comú de conservar i augmentar el poder i la riquesa personals. Un altre tret distintiu: als líders autocràtics els importa ben poc com se’ls percep. Rússia no només ignora les crítiques d’Occident, sinó que se’n riu. La junta birmana no s’avergonyeix de matar centenars de manifestants. El govern xinès presumeix de la destrucció del moviment democràtic popular a Hong Kong. Antigament, els dissidents lluitaven contra un règim, avui lluiten contra una internacional els membres de la qual s’ajuden mútuament. I el poder tou d’Occident està resultant ridículament inadequat davant de l’agressió cultural d’uns autòcrates que fins i tot han arribat a interferir en els processos electorals d’altres països.
Xi Jinping has made sure history is now officially on his side
Aquest mes de novembre s’ha celebrat una decisiva reunió del Partit Comunista Xinès que, tot i que aparentment, s’organitzava amb la intenció de repassar els èxits dels darrers 100 anys, en realitat era una oportunitat per assegurar la permanència de Xi al poder. El focus de l’acte requeia en el president, els seus èxits, els errors corregits i el futur de la Xina. Una de les idees que més va circular va ser la percepció del mandat de Xi Jinping com el resultat inevitable de tot un procés històric, i per tant, com un factor indispensable per al present i el futur del país. Per consegüent, una de les resolucions publicades té com a objectiu assegurar la preeminència de Xi dins el Partit, descrivint-lo com el “principal fundador” de la ideologia dirigent del país així com el “nucli” del seu lideratge. Aquesta lògica és clau per garantir la unió de tots els membres del Partit al seu veu voltant i erradicar els possibles desafiaments al lideratge actual. Saich destaca la reelecció de Xi com a secretari general del Partit, iniciat així el seu tercer mandat. L’objectiu de Xi Jinping és consolidar una Xina més assertiva i respectada en l’àmbit mundial, capaç de jugar un paper més rellevant en la determinació de normes i pràctiques globals. Segons el president xinès, el país ha de promoure amb més eficàcia els seus interessos nacionals, ja sigui en forma de polítiques comercials i d’inversió, o reforçant el control sobre Hong Kong i Taiwan. No obstant això, no totes les amenaces venen de l’exterior. Les mateixes polítiques i el model de desenvolupament impulsat pel Partit han generat problemes socials creixents al país, d’entre els quals destaquen la corrupció en l’esfera política i econòmica, la disparitat d’ingressos entre els ciutadans sumada a un sistema fiscal desigual, i finalment, la degradació mediambiental, concretament la creixent pol·lució resultant de la gran dependència del carbó.
Xi Jinping’s Terrifying New China
La Xina està vivint la major campanya de reforçament del control estatal des de fa dècades. En els darrers mesos, l’administració de Xi Jinping ha llançat una pluja de regulacions que intervenen en diversos àmbits de la societat xinesa, com ara el món empresarial, la banca, l’educació, la televisió i, fins i tot, la vida quotidiana de la ciutadania. Aquest increment del control estatal inclou mesures tan diverses com els obstacles a les empreses xineses per entrar a borses estrangeres, la prohibició als joves de jugar a videojocs més de tres hores setmanals o la censura a la televisió de certs pentinats d’home considerats com a insuficientment “masculins”. Aquestes regulacions s’emmarquen en un gran experiment d’enginyeria social, que té tres grans objectius: construir una identitat nacional basada en valors socialistes; consolidar-se com una de les economies més avançades del món; i erigir-se com el poder hegemònic mundial, buscant la confrontació directa amb els Estats Units. L’estratègia, però, és arriscada. Un major control estatal ataca les llibertats polítiques i socials i obstaculitza l’emprenedoria i la innovació tecnològica, entrant en contradicció amb les fórmules que fins ara han funcionat a les principals economies del món. Tot i així, Xi Jinping intenta presentar el seu model autoritari, en contraposició a la democràcia capitalista, com el model triomfant, més just, més pròsper i més eficient. Tot plegat apunta a una imminent guerra freda entre els Estats Units i la Xina, marcada per la rivalitat entre dos models ideològics, polítics, socials i econòmics.
Can Cold War History Prevent U.S-China calamity?
Els autors consideren que el precedent de la Guerra Freda entre la Unió Soviètica i els Estats Units ens ofereix diverses lliçons sobre com resoldre les rivalitats actuals entre els Estats Units i la Xina. Els historiadors Li Chen i Odd Arne Westad n’assenyalen tres. La primera és que una interpretació errònia dels objectius estratègics del rival comporta una escalada de tensió entre ambdues parts. Així doncs, els Estats Units i la Xina haurien de treballar per intentar entendre l’estratègia de l’altre sense caure en falses assumpcions. De la mateixa manera que en el seu moment els Estats Units i la Unió Soviètica van aconseguir mantenir un clima de confiança a Europa, la Xina i els Estats Units haurien de fer el mateix al Sud-Est asiàtic. La segona lliçó es basa en el principi d’honorar els convidats. Un cert grau de diplomàcia personal i respecte mutu va impedir alguns dels enfrontaments més perillosos entre els EUA i la Unió Soviètica, com la crisi dels míssils a Cuba l’any 1962. Avui dia, els negociadors americans i xinesos farien bé de tenir en compte aquest principi a l’hora de planificar les cimeres entre els seus líders. Finalment, la tercera lliçó és que una bona resolució del conflicte passa per una correcta gestió de les terceres parts involucrades. Cal evitar que conflictes aparentment locals escalin a un conflicte global. En definitiva, la gestió de crisis polítiques d’aquesta rellevància és sempre difícil i arriscada i els autors conclouen que la millor gestió és la prevenció. Això implica establir diàlegs, mantenir una comunicació directa entre les dues superpotències i aconseguir acords sobre temes específics.
How China Became Jihadis’ New Target
Malgrat que durant anys les organitzacions terroristes internacionals han considerat la Xina com un objectiu secundari, això està canviant. Aquest passat mes d octubre, una bomba de l’Estat Islàmic de la província del Khorasan, conegut com a ISIS-K, va matar 50 persones en una mesquita de Kunduz, a l’Afganistan. Les motivació de l’ISIS-K era castigar els talibans per la seva cooperació amb Xina; una represàlia per la discriminació del govern xinès contra la minoria musulmana uigur a la província xinesa de Xinjiang. La relació de la Xina amb els grups islamistes violents és complicada. Durant anys, la Xina s’ha projectat com un país en vies de desenvolupament, desmarcant-se dels països rics històricament colonitzadors, lliurant-se així d’atacs terroristes islamistes. Recentment, però, la seva relació amb els talibans l’ha posat en el punt de mira. La Xina aporta finançament limitat als talibans, a canvi que aquests mantinguin els militants uigurs de l’Afganistan allunyats de la Xina, impedint així un possible atac vingut de fota. Per als talibans, la Xina és el país veí més influent i poderós, i la consideren com el seu principal suport internacional. Amb tot, assumint aquest rol de superpotència influent, la Xina s’arrisca a assumir el paper que fins ara havien tingut els Estats Units a la regió, amb els riscos que això comporta. Malgrat que la Xina ho vol evitar, l’atac a Kunduz indica que el país ja pot considerar-se un nou objectiu de les organitzacions terroristes internacionals.
The Poland-Belarus Border Crisis Is a Harbinger of the Future
Des de fa setmanes milers de migrants es troben retinguts en campaments improvisats a la frontera entre Bielorússia, Polònia, Letònia i Lituània. En aquest context, Humza Julani denuncia a Foreign Policy la utilització de milers de migrants com a simples peons d’un drama geopolític que la Unió Europea ha anomenat de “guerra híbrida”, conscient que després de la crisi migratòria del 2015 que va suposar l’arribada de 5,2 milions de persones, la situació a la frontera bielorussa pugui augurar una nova normalitat en termes migratoris, tenint en compte la intensificació dels desastres climàtics, la pobresa persistent i els conflictes generalitzats que defineixen el món actual. Mentrestant, Polònia i Lituània busquen constantment nous mitjans legals que els atorguin més marge de maniobra per controlar la situació a la frontera. L’estat d’emergència declarat en ambdós estats ha permès restringir la circulació amb Bielorússia, legalitzar la detenció indefinida de migrants i l’aplicació de mesures policials per evitar-ne l’entrada. Al seu torn, Lituània ha proposat a Brussel·les canvis en les regles migratòries de la Unió amb la intenció de legalitzar el l’expulsió de migrants en situació irregular quan un país declara estar en situació extrema. D’altra banda, activistes en drets humans sobre el terreny han denunciat al Comitè de les Nacions Unides contra la Tortura, nombrosos casos d’abusos, violència física i detencions arbitràries de migrants. Si bé Lituània ha permès l’entrada de periodistes i ONG a la zona fronterera, Polònia ha optat per una línia més dura, fins i tot negant, en alguns casos, l’accés a l’ajuda humanitària. Enmig d’aquesta crisi, Polònia, Lituània i Letònia incrementat el ritme de construcció de tanques i murs a les fronteres amb Bielorússia mentre des de Brussel·les els parlamentaris debaten si la Unió Europea hauria de prendre partit i donar suport a la construcció d’aquestes barreres físiques. D’altra banda, activistes i crítics veuen aquesta dinàmica com un atac al principi bàsic del dret a l’asil i denuncien la política de dissuasió dirigida als migrants que s’amaga darrera del nou Teló d’Acer europeu.
The West must confront Russia and Belarus to avert catastrophe
Paul Mason alerta a The New Statesman que la crisi migratòria i geopolítica desencadenada a la frontera entre Bielorússia i la Unió Europea alimenta la inestabilitat regional i assenyala que el Pentàgon ja ha apuntat a una possible invasió d’Ucraïna ordenada per Putin, a la vegada que també cabria considerar ofensives militars contra Suècia, Finlàndia i Geòrgia. Davant d’aquests possibles escenaris, la gran por d’Occident és que la unitat de l’Aliança Atlàntica no estigui garantida, i que algun dels seus membres no respongui de manera efectiva. Al seu entendre, la solució requereix fermesa diplomàtica, sancions severes però també solidaritat transfronterera perquè els migrants bloquejats a la frontera amb Polònia puguin ser acollits a Europa.
No, Putin Isn’t Trying to Bring Down the West
Si analitzem el comportament de Rússia en els últims mesos, podríem arribar a pensar que el país està duent a terme una política exterior ofensiva envers Occident. Mentre que al setembre l’empresa militar privada russa Wagner va aparèixer a Mali, a l’octubre Putin trencava les relacions diplomàtiques amb l’OTAN. Aquest mes de novembre, segons diversos informes, Rússia ha reunit prop de 100.000 soldats a la frontera amb Ucraïna, fet que ha alarmat als Estats Units. I per acabar-ho d’adobar, en el context de la crisi migratòria a la frontera bielorussa, Rússia ha donat suport al president bielorús Aleksandr Lukaixenko. No obstant, segons l’autora si bé és cert que Rússia encara considera a Occident com a principal adversari, l’objectiu de Putin queda lluny d’intentar desbancar a Europa i els Estats Units. Davant de la fragmentació i complexitat del món actual, el Kremlin és conscient que necessita operar amb cautela. Però tant Occident com Rússia, veient-se mútuament com a enemics irreconciliables, confonen inestabilitat amb conspiració. Aquesta perspectiva heretada del sistema bipolar és perillosa, ja que en els pitjors dels casos, una mala interpretació pot dur a la confrontació. Amb la intenció d’aprendre a navegar per aquest món complex i caòtic, Rússia experimenta amb intrusions paramilitars i explora amb la implementació de mesures limitades o temporals; però sempre actuant amb prudència. D’una manera o altra, això explica la seva implicació al Sahel, l’Orient Mitjà i al Caucas. El Kremlin intenta adaptar-se a un món modelat per la competència entre Estats Units i la Xina. Per evitar quedar atrapada entre els dos, Rússia vol assegurar la seva posició en zones de l’Àfrica occidental, l’Orient Mitjà, i els Balcans, amb l’objectiu final de millorar el seu poder de negociació davant d’un futur cada vegada més incert.
Why the war against jihadists in Mali is going badly
El principal front de lluita d’Occident contra els gihadistes és ara a Mali, Níger i Burkina Faso. França té uns 5.000 soldats lluitant a la regió, recolzats per uns 1.000 soldats nord-americans. Centenars de comandos europeus els ajuden i entrenen l’exèrcit malià. L’ONU hi té desplegades gairebé 15.000 forces de pau. No obstant això, els insurgents s’han estès inexorablement pertot Mali i fins i tot als veïns Níger i Burkina Faso. Més de dos milions de persones han estat forçades a abandonar les seves llars i més de 10.000 han estat assassinades en els últims dos anys. En resum, els governs de la regió i els seus aliats occidentals estan perdent lentament la guerra. Molts dels motius es poden veure a Mali, on la insurrecció va arrelar per primera vegada sota un govern corrupte centrat en la capital, Bamako, a costa de la resta del país. A gran part de Mali no hi ha policies, jutges, professors o infermeres. El 2018, el 75% dels funcionaris (inclosos professors i infermeres) es trobaven a la capital, a la qual el govern destina el 80% de la seva despesa tot i que només representa aproximadament el 13% de la població del país. De fet, les autoritats han subcontractat la guerra a França i l’ONU, retirant les seves forces de grans parts del país. D’aquesta manera, a les zones on no hi ha Estat i la criminalitat és generalitzada, els gihadistes guanyen el suport de les poblacions locals oferint seguretat i justícia, encara que sigui brutal. També a Burkina Faso i al Níger els gihadistes floreixen en llocs on l’estat està absent o on han pogut expulsar-lo. Des del 2018, els insurgents a les zones frontereres entre els tres països han assassinat o segrestat 300 funcionaris i líders comunitaris. La majoria dels analistes argumenten que els gihadistes no seran vençuts només per la força, i que la millora de la governança i el desenvolupament econòmic són essencials per guanyar la legitimitat de l’estat. Però per on començar amb un estat que tant ha fet per deslegitimar-se?
L’Ethiopie, une nation en danger
La guerra civil en que té lloc a Etiòpia s’ha vist agreujada amb discursos d’odi contra els tigreans, considerats col·lectivament com a espies o enemics, i que són objecte de detencions massives, la qual cosa fa témer la possibilitat de massacres a gran escala. L’editorial del diari Le Monde considera que sembla dissenyar-se un context de guerra civil, un discurs de violència cega sobre un rerefons de nacionalisme exacerbat, un procés d’essencialització dut a terme per líders polítics piròmans. Una combinació de factors que podria portar fins i tot al genocidi. Nombrosos analistes evoquen la possibilitat que es repeteixi a la Banya d’Àfrica, la situació de fa trenta anys als Balcans, quan Iugoslàvia es va trencar, provocant un cicle de guerres marcades per la violència com el genocidi de Srebrenica. Res no està encara perdut però el projecte etíop està en perill. Salvar la nació requerirà fer front a molts problemes, que van des del retorn a l’ordre establert a les províncies a la deriva fins a la recerca d’un consens sobre com s’ha de governar el país. Si res d’això no passa, el país corre un gran risc d’implosió.
Can Ethiopia Survive?
Els autors es plantegen si el país serà capaç de sobreviure a la crisi actual i la seva viabilitat com a estat. El Front Popular d’Alliberament de Tigré ha deixat de ser un partit de govern per convertir-se en una guerrilla rebel contrària al Primer Ministre Abiy, forjant aliances de tipus federalista amb altres moviments insurgents. Els autors considera que per ara tots els desenllaços possibles posen en dubte la viabilitat de l’estat etíop.Tant la victòria rebel, com un pacte entre el FPAT i el govern federal generarien tensions amb els actuals socis de les forces tigrinyes. D’altra banda, un cop d’estat que enderroqués Abiy o un estancament negociat del conflicte tampoc no resoldrien el problema de fons. De fet, el repartiment de poder entre els diferents grups ètnics que viuen a Etiòpia ha estat una disputa històrica al país, la qual cosa s’ha vist agreujada recentment per la recurrència habitual al discurs d’odi. En darrer terme, tornar a unir Etiòpia, tant físicament com simbòlica requereix garantir una pau duradora, reconstruir el país i invertir en infraestructures en benefici de tots els ciutadans i forjar un consens sobre la idea de país reforçant els símbols comuns. Això no s’aconseguirà amb una conquesta militar, però tampoc mitjançant la creació d’una confederació que enforteixi les forces centrífugues i la capacitat de les regions més grans d’amenaçar amb la secessió.
América Latina necesita una Revolución Democrática Verde
En aquest article publicat a Open Democracy, l’autor defensa una revolució democràtica verda a Amèrica Llatina tant per desafiar el model neoliberal com per liderar una transformació política centrada en la igualtat i el benestar. Considera que una manera d’aconseguir-ho és implementant una estratègia d’esquerra populista centrada en una Revolució Democràtica Verda a Amèrica Llatina i al Sud Global. En efecte, moltes de les lluites, el malestar social i els moviments socials estan directament relacionats amb la crisi ambiental. Un moviment ecologista populista pot ajudar a teixir un fil comú que uneixi aquestes diverses lluites, cohesionant diferents generacions, sectors urbans i rurals, i comunitats indígenes darrere d’un projecte polític anti-neoliberal comú. En definitiva, una Revolució Democràtica Verda podria convertir-se en un camí alternatiu cap a la igualtat substancial, més propera al concepte de benestar desenvolupat pels pobles indígenes llatinoamericans que el camí d’extractivisme i consum il·limitat importat des del Nord Global.
Catalunya, España, Europa
¿Por qué no ha de pasar nada con el catalán en la escuela?
El Tribunal Suprem acaba de dictar una Provisió per la qual s’inadmet un recurs interposat pel Govern de la Generalitat contra una sentència dictada al seu dia pel Tribunal Superior de Justícia de Catalunya , que ara s’ha tornat ferma, i ha donat la raó al Ministeri d’Educació (de l’etapa Rajoy) en un recurs contra el fet que les ordres de preinscripció del Departament d’Educació no incloïen una casella sobre el castellà i en què es retreia a la Generalitat passivitat a l’hora de fixar el percentatge d’ús de les llengües. Ridao afirma que aquesta sentència és molt rellevant, ja que ja no es tracta, com en altres anteriors, d’una resolució dictada en un cas particular, sinó que posa en perill el model de conjunció lingüística. Així, portats pel seu activisme i molestos pel que consideren una suposada inhibició de la Generalitat, els magistrats del TSJC han decidit suplantar el Parlament i les administracions educatives competents, eludint la seva funció exclusiva d’interpretar i fer aplicar unes llei, entrant en un debat eminentment pedagògic i no jurídic. Pel que fa a l’exasperació evidenciada per alguns jutges que creuen que no s’ha fet res per evitar un problema inexistent, queda clar que demostren la seva incapacitat per apreciar les bondats d’un model que assegura que qualsevol nen o nena en acabar l’etapa educativa obligatòria , tingui un domini oral i escrit del castellà, fins i tot superior al d’algunes comunitats autònomes de matriu castellana, com demostra any rere any l’Avaluació General de Diagnòstic del mateix Ministeri.
Quand la Catalogne dominait la Guinée espagnole
Aquest article de Le Monde Diplomatique ressegueix la història de la colonització de Guinea Equatorial iniciada l’any 1875 i dirigida per un grapat de famílies catalanes propietàries de les finques d’aquest petit territori de l’Àfrica Central. De fet, els catalans van ser actors importants de l’economia espanyola d’ultramar, des de Cuba (fins el 1898) fins a Guinea espanyola. Abans de la seva independència l’any 1968, aquesta darrera, que aleshores tenia uns 200.000 habitants, comptava entre els seus 14.000 colons gairebé el 25% dels catalans. Aquesta part de la història colonial segueix sent molt desconeguda a Espanya, però a Catalunya la recerca acadèmica s’ha anat desenvolupant al llarg de la darrera dècada, amb documentals com “Memòria Negra”, produït l’any 2011 pel periodista català Xavier Montanya. També destaca el llibre dels historiadors Eduard Gargallo i Jordi Sant Gisbert, El Petit Imperi: Catalans en la colonització de la Guinea Espanyola ”(Angle Editorial, 2021) on els autors demostren que els catalans no van quedar exclosos del colonialisme a l’Àfrica, ni de les seves conseqüències. Recorden que l’any 1910, el 92% del cacau collit a la Guinea espanyola que arribava a la península Ibèrica es descarregava al port de Barcelona. La presència dels catalans al golf de Guinea està testimoniada des de principis del segle XIX, impulsada per un cert patriotisme i el lobby dels esclavistes a Cuba, que continuava traficant a la regió. L’autor lamenta que les recerques acadèmiques, fetes per investigadors catalans o bascos sobre l’antiga Guinea espanyola així com sobre les polítiques de segregació que s’hi van dur a terme fins a la seva independència, de moment només interessen un petit nombre de persones.
Sin justicia no hay democracia
Catorze anys després de l’aprovació de la Llei de Memòria Històrica, el Congrés dels Diputats espanyol torna a debatre la tramitació d’una nova norma, que, en certa mesura, esmeni i cobreixi les grans mancances que continuen existint en matèria de memòria democràtica. A la revista CTXT, Jacinto Lara i Miguel Urbán assenyalen que els països europeus que van patir règims autoritaris i feixistes homologables a l’espanyol van jutjar les seves dictadures respectives i els seus responsables, a més de desenvolupar una política activa de reconeixement de les víctimes. Per consegüent, la impossibilitat per part de les persones que van patir greus violacions de drets humans per accedir a la justícia penal a Espanya constitueix una anomalia. Al voltant d’aquesta excepcionalitat democràtica s’ha construït un règim d’impunitat únic al món, com afirma el filòsof Jon Elster a Closing the Books: Transitional Justice in Historical Perspective (Cambridge, 2004): “El cas espanyol és únic dins de les transicions a la democràcia pel fet que hi va haver una decisió deliberada i consensuada per evitar la justícia transicional”. En darrer terme, una llei que ni tan sols prevegi mínimament l’accés efectiu de les víctimes del franquisme a la justícia penal, i que no deixi sense efecte una Llei que s’interpreta com a norma d’impunitat per part dels tribunals, no es pot dir que sigui molt democràtica ni respectuosa amb els drets humans, per molts avenços que presenti respecte de la legislació anterior.
A scheme to use migrants to split the EU is likely to backfire
A principis del mes novembre, el president de Bielorússia Alexander Lukaixenko deixava milers de migrants provinents de l’Orient Mitjà a les portes de la Unió Europea, en resposta a les sancions que aquesta havia imposat al seu règim. Si amb aquesta estratègia Lukaixenko esperava provocar una crisi política i un divisió interna a la UE, com la que va propiciar la crisi de refugiats del 2015, sembla que més aviat ha provocat la reacció contrària en tant que s’ha generat un consens per ampliar encara més les sancions contra el seu govern. Tot i així, la UE no ho tindrà fàcil per impedir l’arribada de més migrants per la ruta bielorussa. Mentre Lukashenko no sembla fer-se enrere, Polònia es manté ferma en no admetre que cap migrant passi per les seves fronteres. Atrapats entre les tanques de filferro i les forces policials d’ambdues bandes, els migrants corren perill. Ara es comencen a concentrar en un camp a la banda bielorussa de la frontera, mentre s’espera una llarga batalla de negociacions entre les parts implicades.
Instability grips a weakened Europe as global predators smell blood
Des de les pàgines de The Guardian Simon Tisdall es pregunta si Europa està entrant en una nova era perillosa d’inestabilitat ja que des de la Guerra Freda amb la Unió Soviètica, no semblava tan vulnerable davant d’un conjunt de forces hostils. En efecte, l’acumulació d’amenaces externes i divisions internes, juntament amb un afebliment de l’aliança de seguretat dels Estats Units, l’estratègia de subversió russa i la guerra comercial i tecnològica amb una Xina que no concorda amb els valors occidentals, estan exposant unes debilitats estratègiques fonamentals. A banda dels esdeveniments de les darreres setmanes a la frontera entre Polònia i Bielorússia i de les tensions entre Rússia i Ucraïna, la inestabilitat a la perifèria europea s’estén als Balcans enmig dels temors que Bòsnia i Hercegovina torni a entrar en conflicte 26 anys després dels acords de pau de Dayton.
Ukraine: NATO’s original sin
Paul Taylor reflexiona a Politico sobre els defectes de la política de l’OTAN als països de la zona d’influència russa, i tracta de definir els passos que Occident hauria de seguir en aquesta qüestió. Recorda com l’any 2008, sota una intensa pressió dels Estats Units, els líders de l’OTAN van alimentar il·lusions de protecció occidental a Ucraïna i Geòrgia, ignorant així els interessos estratègics de Moscou i les reticències manifestes de França i Alemanya. Aquestes promeses irrealitzables van trencar-se en pocs mesos: quan les tropes russes van aixafar l’exèrcit georgià aquell mateix any, ni els Estats Units ni l’OTAN van acudir en la seva ajuda; i quan el 2014 Rússia va annexar Crimea i va animar una revolta armada a la regió del Donbass, Occident es va limitar a imposar sancions. La lliçó era clara: els aliats nord-americans i europeus no estaven disposats a arriscar-se a una guerra amb Rússia per Ucraïna o Geòrgia. Avui dia, Biden està decidit a tornar a centrar l’atenció estratègica dels Estats Units en el repte de la Xina i no pretén contraure nous compromisos militars. No obstant això, els països occidentals encara poden ajudar a Kíev a dissuadir una potencial agressió reforçant els mitjans de defensa ucraïnesos oferint formació, subministrant equipaments i compartint intel·ligència. També poden contribuir a reforçar la resposta a les amenaces híbrides, com ara la desinformació, la desestabilització política i els ciberatacs. Així i tot, els aliats haurien d’evitar accions provocadores que augmentin el risc de xocs accidentals. La UE, per la seva banda, hauria de definir amb claredat quines sancions econòmiques imposaria si Rússia iniciés una nova acció militar a Ucraïna, de la mateixa manera que podria oferir a Kíev més assistència financera, accés al seu mercat i suport per a la creació d’institucions.
La question polonaise en Europe
Dues crisis s’estan produint avui de manera simultània a Polònia: d’una banda una catàstrofe humanitària orquestrada pel règim autoritari de Lukaixenko a la frontera amb Bielorússia i de l’altra una crisi interna de l’estat de dret -que culmina en un conflicte obert amb la Unió Europea. Per entendre aquesta complexa realitat i salvar aquesta bretxa, Riccardo Perissich proposa vies a favor de la paciència estratègica. Pel que fa al conflicte que oposa Polònia a la UE pel que fa a preponderància de la constitució nacional sobre l’europea, l’autor es planteja si podem excloure a priori que en el futur es pugui plantejar la qüestió de si el Tribunal Europeu podria fer marxa enrere i si no seria més útil admetre que, en l’estat actual de la integració europea, hi ha una zona grisa que cal tenir en compte pel que fa a la relació entre les constitucions nacionals i el tractat europeu. També considera que la Unió ha d’entendre que la disputa amb Polònia no pot convertir-se en un pretext per no reaccionar amb contundència davant d’una agressió oberta que s’està produint a les seves fronteres. Per tant, és probable i desitjable que s’endureixin les sancions ja decidides a Bielorússia i possiblement s’estenguin a les companyies aèries de tercers països que col·laboren en el transport de migrants cap a Minsk. D’altra banda, la bretxa actual entre Polònia i la Unió només la pot salvar el propi poble polonès. El que poden fer la Unió i els seus estats membres és comportar-se amb paciència i determinació, sent coherents en les polítiques implementades i exercint qualsevol pressió legal que es consideri útil de manera que es pugui comunicar a la majoria pro europea sense fer el joc nacionalistes. En darrer terme, la magnitud de la crisi amb Bielorússia podria fer que els ciutadans polonesos prenguin consciència que els beneficis de l’adhesió a la UE van molt més enllà de la dimensió econòmica i financera.
Europe Needs to Step Up on Defense
Els autors consideren que Washington està desplaçant el seu focus cap a Àsia i en conseqüència, les prioritats nord-americanes s’allunyen no només d’Europa, sinó també de l’Orient Mitjà i del nord d’Àfrica. Seguint aquesta lògica, es plantegen com actuaria Washington si esclatés una crisi a la Mediterrània oriental que no involucrés directament cap estat membre de l’OTAN però tingués repercussions perjudicials per a Europa. Tot i els compromisos de l’OTAN, la predisposició dels nord-americans per intervenir militarment en possibles conflictes europeus ha minvat considerablement. Els Estats Units fins i tot ha recomanat a la UE desenvolupar les pròpies capacitats de defensa de forma complementària a l’OTAN, trencant així amb la dinàmica monopolitzadora dels americans. Així doncs, la seguretat i la defensa tornen a ser presents en l’agenda europea. Durant massa anys, els països europeus han defensat l’aliança de l’OTAN, però a costa de deixar que els seus propis cossos militars s’atrofiessin. Consegüentment, és prioritària la construcció d’una Europa forta, estable i més militaritzada, capaç de defensar-se de manera autònoma dels reptes i perills als quals s’enfronta. Per tal de desenvolupar una estratègia defensiva pròpia, Foreign Affairs considera que la UE – seguint l’esquema del Pla de resiliència i recuperació – hauria d’acudir als mercats financers i demanar un préstec de 100.000 milions d’euros. Cal recordar que des del 2017, la UE compta amb iniciatives destinades a avançar en la integració estructural de les forces militars—com el Fons Europeu de Defensa i el marc de Cooperació Estructurada Permanent (PESCO). Amb una injecció de finançament, es poden potenciar els diferents projectes que el PESCO ja té en marxa i incentivar així tant la recerca com les adquisicions en matèria defensiva. Tot i que reforçar les capacitats defensives d’Europa comporta reformes institucionals, en última instància, aquestes són la clau per a una política exterior europea més coherent i eficaç. En aquesta línia, la UE celebrarà una cimera de defensa a principis de 2022 per replantejar l’estructura de seguretat i defensa de la Unió.
Bosnia could be the next victim of the West’s weakness and polarisation
Jeremy Cliffe exposa a The New Statesman com el deteriorament de la situació a Bòsnia evidencia la creixent debilitat d’Occident a l’hora de respondre als atacs que amenacen l’ordre internacional, com ho palesa el fet que Milorad Dodik, el membre serbi de la presidència tripartita del país hagi proposat mesures que amenacen la supervivència d’aquest estat multiètnic. Dodik ha anunciat que la Republika Srpska es retirarà d’institucions estatals comunes com l’agència tributària, la judicatura i l’exèrcit. En aquest context, les idees del president francès sobre la millora de l’autonomia estratègica política, de seguretat i militar europea i una UE més forta, fiscalment i econòmicament més integrada ofereixen un camí més esperançador. Amb tot, també és cert que tot i que els ministres de Defensa de la UE van discutir fa poques setmanes un full de ruta estratègic per augmentar les capacitats conjuntes, l’acord proposat sobre la creació de forces de desplegament ràpid encara sembla molt llunyà.
An Unlikely Threat to the Western Alliance
L’empitjorament de l’actual crisi política a Irlanda del Nord podria portar conseqüències negatives, no només per a la política britànica, sinó per a la geopolítica global. La majoria d’analistes responsabilitzen exclusivament al Regne Unit d’aquesta crisi. Al cap i a la fi, va ser el Regne Unit qui va votar a favor del Brexit i qui va optar per la versió més dura, que perjudicava Irlanda del Nord i amenaçava la fràgil estabilitat política que s’havia aconseguit amb l’Acord de Divendres Sant. Cal recordar, però, que l’acord del Brexit va ser signat tant pel Regne Unit com per la Unió Europea. Per això, l’autor assenyala que ara ambdues parts s’haurien de responsabilitzar de les conseqüències. En un principi, l’acord del Brexit protegia l’Acord de Divendres Sant, evitant el retorn d’una frontera dura entre Irlanda del Nord i la República d’Irlanda, tal i com reclamaven els sectors nacionalistes nord-irlandesos. El problema, però, és que aquesta decisió va desplaçar la frontera dura a la que hi ha entre Irlanda del Nord i la resta del Regne Unit, provocant el rebuig dels sectors unionistes nord-irlandesos. Per a resoldre aquesta crisi, Boris Johnson vol evitar el debat sobre on ubicar la frontera dura, apostant en canvi per prendre mesures que suavitzin l’impacte d’aquesta frontera. Per aconseguir-ho, haurà de negociar de nou amb la Unió Europea. De moment, sembla que ambdues part han tornat a un punt inicial de bloqueig, declarant que cap acord és millor que un mal acord. L’empitjorament de la crisi, però, seria un fracàs polític. No només trencaria la fràgil estabilitat a Irlanda del Nord, sinó que podria desembocar en una guerra comercial entre el Regne Unit i la UE, amenaçant la cooperació econòmica, diplomàtica i militar entre els aliats occidentals. Així doncs, es podria acabar convertint en una gran crisi geopolítica en la que totes les parts hi sortirien perdent.
La guerre à l’ordre européen
Pierre Buhler alerta a Le Grand Continent que l’objectiu declarat pels líders polonesos i hongaresos no és en absolut trivial. La “contrarevolució cultural” que reivindiquen és sobretot una contrarevolució política, que en altres temps s’hauria titllat de reaccionària. L’oposició frontal sense precedents en la història de la Unió Europea entre un Estat membre i l’ordre europeu, il·lustrada per la decisió del Tribunal Constitucional polonès de declarar inconstitucionals determinats articles del Tractat de la Unió Europea (TUE), sanciona una transformació radical del panorama polític imposant un moment de veritat al projecte europeu. Aquesta actitud forma part d’un Zeitgeist més ample, que permet als dirigents polítics dur a terme els seus projectes utilitzant les eines i les tàctiques del populisme, del sobiranisme, i del nacionalisme supremacista. La voluntat de transformar la Unió Europea es concreta doncs en un intent de demolició progressiva del que constitueix l’eix vertebrador de la construcció europea, l’estat de dret. En definitiva, el repte per a la Unió Europea ja no és de naturalesa transaccional, sinó genuïnament ontològic. El que està en perill avui és l’essència mateixa del projecte europeu, i el seu futur.
Tragédie de Calais : l’asile en question pour Paris et Londres
Després de la mort d’almenys 27 migrants que intentaven travessar el Canal de la Mànega, la qüestió fonamental que està en joc no és només la dels traficants de persones sinó la situació anòmala dels sol·licitants d’asil que queden en una terra de ningú entre la UE -França en particular- i el Regne Unit. L’editorial del diari Le Monde considera que ja és hora d’admetre que si augmenten els intents de travessar el Canal, si proliferen els traficants, és perquè pràcticament no existeix cap via legal per a la immigració al Regne Unit. I sobretot perquè els acords de Le Touquet signats per Nicolas Sarkozy l’any 2003 fan de França el guardià de la frontera amb el Regne Unit i permeten que un país que va ser un dels fundadors de la Convenció de Ginebra sobre l’asil de 1951, pugui expulsar o rebutjar d’acollir els sol·licitants d’asil. És doncs urgent que França i el Regne Unit defineixin conjuntament els criteris i les modalitats d’examen de les sol·licituds d’asil a la frontera. La UE, de la qual França assumirà la presidència semestral a partir del gener de 2022, ha de donar-hi suport si vol sortir d’una situació aberrant on els migrants de Calais no poden sortir del seu territori. L’estatus quo ja no és una opció, ni per a Londres, ni per a París, ni per a Brussel·les. Aquests cossos que suren al Canal de la Mànega, al cor d’una de les regions més riques del món i d’un continent amb una història massa plena de tragèdies d’exilis forçats i deportacions, han de posar fi a les baralles de galliner entre dos aliats com són el Regne Unit i França.
Democracia, diversidad y cultura
The Triumph of Big Government
The Economist revela que els governs del món sumats han gastat 17 bilions de dòlars en la pandèmia, xifra que equival al 16% del PIB mundial. Segons les previsions actuals, en totes les economies avançades la despesa pública respecte del percentatge del PIB serà notablement més gran el 2026 que el 2006. Mentre que Estats Units volen invertir 1,8 bilions de dòlars en l’expansió de l’Estat del benestar, Europa està repartint un fons d’inversió de 750.000 milions d’euros, i Japó promet posar en marxa un “nou capitalisme” que es caracteritza per un govern generós. Al mateix temps, quatre cinquenes parts de l’economia mundial s’han compromès a assolir l’objectiu d’emissions netes, un propòsit que suposa un augment considerable del deute públic. Així doncs, en paraules de The Economist, en les properes dècades, la petjada econòmica de l’estat s’ampliarà encara més en tant que el context de la crisi sanitària ha instat a estendre la presencia i competències de l’aparell estatal. Així mateix, les exigències climàtiques i les insistents demandes de l’Estat del benestar també incentiven l’ampliació de la capacitat de l’estat. Però segons la revista, l’expansió del cos governamental presenta una amenaça a llarg termini: que el descontrol burocràtic, el fracàs institucional i la corrupció esdevinguin fenòmens rutinaris i generalitzats, i en conseqüència, la població esdevingui més pobre i amb menys llibertat individual. Davant d’aquest increment en la mida de l’estat, The Economist emfatitza la necessitat de plantejar allò que l’aparell governamental pot i no pot fer de forma òptima, definint així el caràcter de les seves intervencions. Segons la revista, una tasca essencial de l’estat és la de maximitzar la llibertat individual, que passa per estendre el rol dels mercats. Així doncs, mentre que l’estat del benestar hauria de redistribuir diners en efectiu i deixar que els propis usuaris escullin què fer-hi; els impostos haurien de ser de base àmplia i favorables a la inversió. D’altra banda, l’aparell estatal també ha de buscar ser àgil i eficient. Aprofitant la digitalització, molts processos burocràtics es podrien simplificar. D’aquesta manera, tot i que la plantilla de funcionaris es reduiria, les posicions vacants estarien més ben pagades i atraurien personal amb més talent. Al mateix temps, l’estat ha d’esforçar-se en ser imparcial per tal de satisfer les necessitats de la majoria. El millor mètode per garantir aquesta imparcialitat és un bon sistema de rendició de comptes i transparència. En conclusió, segons The Economist, la diferència entre el bon govern i el dolent es farà evident al llarg de les properes dècades, en forma de societats més justes i pròsperes que d’altres.
L’ère des révolutionnaires sans révolutions
El creixent descontentament global està forçant els estats a trobar solucions a curt termini. Segons els autors, per resoldre aquesta crisi, el multilateralisme del futur haurà de basar-se en una profunda integració dels ciutadans i en una planificació negociada. Afirmen que l’aspecte més problemàtic de l’escala i de la naturalesa d’aquest descontentament és que desconcerta els mecanismes tradicionals per fer front a aquestes tensions, generant un cercle viciós en el qual els reptes s’intensifiquen a mesura que les societats s’afebleixen. També desconcerta que el desenvolupament del descontentament segueix una línia temporal aparentment imprevisible impulsada per fenòmens polítics com la dinàmica dels moviments socials, les percepcions predominants entre les persones així com la pèrdua de confiança en la narrativa que ofereixen els actors polítics existents, especialment els progressistes autoproclamats. A més, la diversitat dels greuges, l’abast de les debilitats sistèmiques i la profunditat de les divisions socials presenten un repte aclaparador per als governs, ja que busquen al mateix temps respondre al descontentament i iniciar una recuperació sostenible després de la pandèmia de COVID-19. Paral·lelament, els reptes de la crisi climàtica o les desigualtats actuals requereixen plantejaments que ataquen les estructures fonamentals, les institucions i els mecanismes deliberatius mitjançant els quals s’organitzen la societat i l’economia. En darrer terme, respondre al descontentament requereix permetre que el canvi passi per implicar la ciutadania, no només per escoltar les seves queixes i mediar les seves diferències, sinó també per escoltar les seves idees per crear alguna cosa millor que el que tenim avui. Per tant, els responsables polítics han d’afrontar conjuntament la complexitat de construir institucions, potenciant la veu dels seus ciutadans i fomentant-hi la lleialtat, així com atendre les demandes urgents d’ocupació de les persones. Els estats, doncs, haurien d’adoptar algun tipus de planificació negociada per implicar la ciutadania, enfortir la societat civil i les institucions intermediàries, i promoure l’experimentació per dissenyar conjuntament una visió nacional i desenvolupar estratègies d’adaptació.
A tale of two pandemics: the true cost of Covid in the global south
Kwame Anthony Appiah reflexiona sobre els impactes de la COVID-19 arreu del món i posa en evidència les grans diferències que separen el Sud global del Nord. Les nacions més riques i les nacions més pobres difereixen en les seves vulnerabilitats. Mentre que al món ric, una malaltia respiratòria viral es va convertir de sobte en una de les principals causes de mort, a bona part del món en desenvolupament, el principal motor de destrucció no va ser la nova malaltia, sinó més aviat les mesures que es van prendre a tots nivells – local, nacional i global – en resposta al coronavirus. En els països en desenvolupament, el principal problema de la Covid-19 és la dificultat que afegeix a la gestió d’altres malalties, com ara el VIH, la malària i la tuberculosi. Els experts en salut pública prediuen que, com a conseqüència indirecta del nou virus, el doble de persones a tot el món podrien estar en risc de morir per malària, 400.000 per tuberculosi i mig milió per VIH. D’altra banda, els confinaments i l’aturada sobtada del creixement econòmic han disparat la vulnerabilitat financera de molt governs, i a la vegada, han escanyat a moltes famílies. El nombre de persones en situació de pobresa extrema a tot el món ha augmentat per primera vegada des del 1997. També s’hi han de sumar els efectes que la pandèmia ha tingut en l’àmbit de l’educació. Les aules a l’Àfrica han estat tancades més temps que la mitjana mundial. En conseqüència, 72 milions d’estudiants són víctimes de llargues interrupcions que resulten en abandonament escolar, i al seu torn, representen un immens malbaratament de potencial humà. En resum, la Covid-19 ha revelat totes les debilitats del sistema sanitari, educatiu, econòmic i de govern, exacerbant els problemes endèmics que ja carregaven aquestes regions. Així doncs, bona part del món, patirà en els propers anys els efectes a l’ombra de la pandèmia. Mentre que les nacions riques es centren en tornar a l’oficina, gran part del món s’enfronta als impactes devastadors que arrossega el coronavirus. És probable que aquestes disparitats entre el nord i el sud global siguin una característica que es repeteixi en les crisis futures, com ja s’està fent evident amb el canvi climàtic. Però aquesta realitat no és simplement una qüestió de malalties, sinó que els causants principals són la pobresa, la fam, la manca d’aigua potable, els conflictes armats i la inestabilitat política, l’educació truncada, etc. La història de dues pandèmies, doncs, és una història de dos ordres internacionals dispars. El repte post pandèmia passa per enfortir i fer realitat la retòrica d’una “comunitat internacional”. L’internacionalisme és la clau per integrar ambdues realitats del planeta en una sola. La globalització pot arribar a ser beneficiosa també per a les regions de l’hemisferi sud, sempre que es resolguin les desigualtats en les relacions internacionals, operi sobre una lògica de responsabilitat compartida i es reguli a través d’institucions globals inclusives. Ara és el moment de construir un sistema internacional més just i responsable per al món del futur.
A outra grande lição da pandemia
Rui Tavares defensa que quan es produeix una forta contracció econòmica, els poders públics han d’injectar diners a l’economia per garantir l’ocupació i evitar una recessió. És un d’aquells casos en què el que és moralment necessari també és correcte des del punt de vista econòmic. Per tant, l’opció fonamental per a la Unió Europea hauria de ser de mantenir les ambicioses polítiques de recuperació com un instrument permanent d’inversió pública. Ara que ens hem adonat que, al cap i a la fi, és possible i fins i tot fàcil emetre deute federal europeu, i que els mercats l’estan comprant amb ganes, no hi ha cap raó per no procedir a les inversions socials i mediambientals que les properes generacions necessiten. Tavares subratlla que a l’inici d’aquesta crisi estava molt de moda dir que impulsaria un replegament dels països, un ressorgiment del nacional-populisme, i la fi de la globalització i del projecte europeu. Pel que fa al projecte europeu, hem assistit a l’ampliació de les competències de la UE, i a una major integració de les seves funcions. A l’inici de la crisi pandèmica, la UE no tenia competències de salut pública; avui tothom li demana que facis més. El programa de compra conjunta de vacunes, després d’alguns contratemps, ha estat un èxit; avui tothom demana que millori, i molts proposen que s’apliqui la mateixa lògica a les compres d’energia. Respecte de la globalització, el pronòstic pot semblar més reservat. És cert que el comerç global (un dels indicadors, però no l’únic, de la globalització) ha anat a la baixa; també estem patint pertorbacions en les cadenes globals de distribució, escassetat de productes i matèries primeres i, en conseqüència, el retorn de la inflació. Aquestes disfuncions comportaran que cada vegada la ciutadania demani solucions que només els governs disposats a cooperar internacionalment podran oferir perquè cap país del món no disposa de totes les matèries primeres ni de base industrial capaç de respondre a les demandes del consum modern.
A los dictadores les gustan las elecciones
En aquest article Moisés Naím afirma que la proliferació d’autòcrates enamorats de les eleccions presidencials és un fenomen polític sorprenent. Tot i que la majoria de ciutadans són conscients de la farsa que amaguen les eleccions, els líders autòcrates segueixen muntant aquestes obres de teatre electoral per impregnar-se d’una falsa aroma democràtica. Les eleccions fraudulentes tenen un llarg historial i s’estenen per tot el planeta, des de Saddam Hussein o Gadafi, passant per Kim Jong-un, Chávez y Maduro, fins a Putin o Lukaixenko. Naím se centra en el cas extrem de Daniel Ortega a Nicaragua, que ha tornat a guanyar les eleccions de forma fraudulenta. Tot i que la Constitució del país prohibeix la reelecció, Ortega assumeix de nou la Presidència, iniciant així el seu quart mandat. Ortega, un líder marxista que als anys setanta va contribuir a través de la lluita armada a l’enderrocament de la dictadura de Somoza, s’ha convertit als 75 anys en un tirà en tota regla. La realitat de Nicaragua sembla reflectir l’observació d’Orwell segons la qual sabem que ningú no pren el poder amb la intenció de deixar-lo. Sempre que la victòria estigui assegurada – ja sigui detenint els líders de l’oposició, empresonant periodistes i activistes socials, censurant els mitjans de comunicació, reprimint manifestacions i coaccionant la població – els autòcrates continuaran celebrant eleccions fraudulentes, ja que com conclou l’autor, aquells que no gaudeixen de legitimitat real, han de satisfer-se amb una d’artificial.
Le temps des justiciers autoproclamés
Milícies que vigilen les fronteres, bandes organitzades que persegueixen comportaments que consideren “immorals”, justiciers de dretes que substitueixen cossos policials que qualifiquen de “massa febles”… a tot el món, creix el nombre de persones que es pren la justícia pel seu propi compte, en nom d’un concepció sovint reaccionària del dret. Una pràctica que les xarxes socials retransmeten i amplifiquen. Els autors consideren que l’entusiasme global per l’autojustícia és propi del nostre temps i que es deu principalment al qüestionament de l’ideal correccional de la justícia moderna, centrat en la rehabilitació dels delinqüents. Fins i tot en les anomenades democràcies liberals, aquest ideal s’ha esgotat en les últimes dècades, sota l’efecte d’un discurs públic que propugna una major severitat penal i un retorn a condemnes severes, al·legant que respon a una suposada demanda social de major severitat. D’altra banda, l’auge de les xarxes socials ha contribuït a fer de l’autojustícia una caixa d’eines accessible a tots els pressupostos i a totes les causes. La circulació de rumors, la passió per la investigació i l’espectacle punitiu no daten d’avui, però la tecnologia digital posa a l’abast de tothom la possibilitat de recollir informació, difondre-la i donar a conèixer els càstigs.
Las redes globales de la extrema derecha 2.0
La nova ultradreta no és un fenomen nacional o limitat només a alguns països. Tal com exposa Steven Forti a CTXT, l’extrema dreta 2.0 és una immensa xarxa global de think tanks, fundacions, instituts i associacions que promou una agenda compartida i mou sumes ingents de diners. Malgrat les divergències, els seus membres col·laboren intercanviant informacions, discursos i coneixements. Donada l’opacitat amb què actuen, no és fàcil traçar un mapa a nivell internacional d’aquestes xarxes, però pel que fa a l’àmbit europeu, Brussel·les n’és l’epicentre. La presència de diputats ultradretans de gairebé tots els països de la UE facilita l’intercanvi d’idees i l’elaboració d’una agenda comuna. Més enllà de les relacions entre partits, cobren importància les xarxes globals teixides per fundacions i think tanks d’ultradreta que es presenten, en molts casos, com a independents. A més, l’extrema dreta també està impulsant, a escala nacional i global, escoles per formar els futurs líders. Projectes així evidencien la porositat d’aquest ambient, on ferms ultradretans, membres de l’Alt-Right nord-americana, conservadors post-reaganians, catòlics integristes i un llarg etcètera col·laboren superant les seves divergències. Així mateix, l’avenç de la nova ultradreta a l’Amèrica Llatina porta a assenyalar l’integrisme cristià com a un dels lobbys globals més poderoses que han servit a l’extrema dreta 2.0 per trobar finançament i superar les fronteres entre catòlics, ortodoxos i evangèlics. En darrer terme, s’escau assenyalar el protagonisme del món ultraconservador rus i de l’Europa oriental, atès que Putin s’ha convertit en un referent per a molts ultradretans europeus, i els governs de Varsòvia i Budapest han funcionat com dues bases des d’on actuar. Forti conclou l’article amb dos imperatius dirigits al món progressista: investigar més com funciona la nova extrema dreta internacional i reforçar-se ideològicament per frenar-ne l’avenç.
Economía, bienestar e igualdad
Will the world economy return to normal in 2022?
Henry Curr planteja si l’economia mundial recuperarà la normalitat durant l’any que ve. Fins ara els bancs centrals i els economistes consideraven que els factors que causen la inflació i la desacceleració del creixement actuals serien temporals i que l’any que ve l’escalada dels preus de l’energia i l’atur es suavitzarien. Però resulta que els desajustos del comerç global no estan causats només per una alteració del subministrament i una manca de mà d’obra, sinó també per un augment de la demanda, la qual cosa comporta una escalada de preus i de salaris. De fet, els països rics no vivien una escalada de preus i salaris tan gran des de la dècada dels anys setanta, i ara es tem que aquesta segueixi en una espiral ascendent. Així doncs, els bancs centrals i els economistes s’enfronten a un dilema: o bé ignorar la inflació i no prendre cap mesura, o bé apujar les taxes d’interès. Segons Curr, tot apunta al següent escenari: malgrat que la inflació persistirà a l’inici del 2022, es preveu que les forces que prèviament la mantenien baixa s’imposaran de nou en un termini de divuit mesos i que, per tant, no serà necessari apujar les taxes d’interès.
The Supply-Chain Crisis Is a Labor Crisis
Tant a Los Angeles, com a Felixstowe, Dubai o Shenzhen el món està patint retards i escassetat de tot tipus de béns, des de joguines fins a galls dindis. L’origen d’aquesta crisi respon al deteriorament que viu el sector del transport, ja que a les males condicions laborals dels transportistes se sumen les estrictes condicions de l’era COVID, la qual cosa deteriora encara més la situació dels treballadors. Les restriccions draconianes en mobilitat i l’accés limitat a les vacunes han tingut un impacte devastador en el benestar i la seguretat dels transportistes. Aquestes pèssimes condicions de feina poden acabar animant molts treballadors a abandonar aquest sector d’activitat, agreujant de retruc el dèficit de mà d’obra que ja pateix. L’autor considera que la crisi actual s’hagués pogut evitar si els governs haguessin donat prioritat a la vacunació de transportistes i haguessin permès excepcions en les restriccions de la mobilitat. Tot i això, la majoria de països es mantenen reticents a actuar. Platten adverteix que aquesta situació ha de canviar si es vol evitar un bloqueig comercial imminent. No és massa tard per salvar les cadenes de subministrament globals, però per a garantir el seu funcionament, els governs no poden oblidar que el motor indispensable són els éssers humans. Així doncs, sense una millora de les condicions laborals dels mariners, conductors i pilots, el flux comercial està destinat a patir interrupcions constants.
Desabastecimiento
Luis González Reyes considera que el desproveïment actual es deu a un sistema econòmic que necessita créixer constantment sense disposat de la capacitat física i mediambiental per fer-ho. El desproveïment ve donat per una creixent demanda de productes fruit de la reactivació econòmica post-pandèmia i la clau està en analitzar perquè aquesta demanda no es pot cobrir. Si bé és cert que hi intervenen múltiples factors logístics, polítics i econòmics, generats pel model de producció transnacional actual, cal afegir-hi una perspectiva mediambiental. El nostre model de producció s’emmarca en un planeta de recursos finits, i estem arribant als límits de la seva explotació. De fet, ja en comencem a notar les primeres conseqüències: la falta de materials, com els minerals; i d’energia, com el gas natural o el petroli, que està provocant l’actual crisi energètica. Aquestes limitacions s’agreugen encara més amb el canvi climàtic. Sequeres, desastres naturals i una ruptura de l’equilibri ecosistèmic, que propicia l’expansió de malalties zoonòtiques com la COVID-19, amenacen la producció i el proveïment.
An unorthodox solution for Europe’s electricity crisis
Davant del notable augment dels preus de l’electricitat, Michael Davies-Venn defensa a Social Europe la necessitat de socialitzar l’electricitat com a única solució a la crisi energètica que pateix Europa. Les repercussions socioeconòmiques d’aquesta crisi han provocat que tant els dirigents dels estats membres com la mateixa UE hagin apostat per les ajudes públiques als consumidors, privilegiant la realpolitik per sobre de la ideologia política. En aquest context, Davies-Venn defensa tractar l’electricitat com un bé públic no exclusiu i que la UE legisli perquè els ciutadans puguin impulsar cooperatives energètiques pròpies. També argumenta que la Comissió Europea hauria de permetre als estats (re)nacionalitzar les companyies elèctriques, la qual cosa permetria avançar en l’eliminació de la pobresa energètica i propiciaria una implementació més harmoniosa d’una política energètica i climàtica comuna.
Attention au mirage de l’inflation
Durant anys, la majoria de les economies avançades han lamentat la desaparició de la inflació. Malgrat el creixement, la plena ocupació en molts països i els tipus d’interès en nivells històricament baixos, els índexs de preus es van mantenir molt baixos. En aquests moments de crisi pandèmica, la forta recuperació finalment ha tret la inflació de la seva letargia. Ara la pujada dels preus està augmentat amb força als Estats Units, però també a Europa. Un fenomen que, si es manté en el temps, podria provocar una erosió del poder adquisitiu i el risc d’aturar el creixement. Al principi, economistes, directors de bancs centrals i líders polítics van afirmar que el fenomen era transitori. L’espectacular represa registrada des de la generalització de la vacunació contra la COVID-19 ha provocat una interrupció dels circuits de subministrament. A mesura que l’oferta lluita per igualar la demanda, es formen colls d’ampolla i fan pujar els preus. Energia, matèries primeres, béns intermedis, dificultats de contractació: els desequilibris augmenten, però segons diuen els experts s’han d’anar reduint gradualment. L’editorial de Le Monde considera que encara és massa aviat per saber si això serà així però la formació d’un bucle entre l’augment dels preus i l’augment dels salaris tindria efectes econòmics i polítics amb conseqüències incontrolables. Així, doncs, actuar massa aviat per prevenir les amenaces inflacionistes suposaria el risc de malmetre el creixement guanyat amb esforç gràcies a polítiques fiscals sense precedents. A la vegada, permetre que l’augment dels preus persisteixi en el temps portaria a un miratge, els efectes del qual podrien ser igual de dolorosos.
The uses and abuses of green finance
Davant del fracàs de la COP26 per frenar les emissions de carboni, l’interès s’està desplaçant cap a les promeses climàtiques del sector financer. No obstant això, en aquest article de The Economist s’argumenta que les finances verdes no podran salvar el món per si soles. En el marc de la Glasgow Financial Alliance for Net Zero (GFANZ), nombroses institucions financeres han promès assolir la neutralitat climàtica en els seus préstecs i inversions l’any 2050. És cert que la transició dels combustibles fòssils a les fonts d’energia neta requereix una gran reassignació de capitals i, en un món ideal, això seria possible si els incentius econòmics dels inversors s’arrengleressin amb la reducció de les emissions. Tanmateix, el primer problema és que les empreses controlades per l’estat són responsables de la major part de les emissions mundials, de manera que l’acció de les institucions financeres privades és molt limitada. A més, no hi ha manera d’avaluar amb precisió la petjada de carboni d’una cartera sense comptar doblement, i atribuir les emissions als fluxos financers resulta encara més complicat. Pel que fa a la tercera dificultat, si s’opta per vendre els actius bruts i invertir en activitats de baixes emissions, els actius molt contaminants sovint trobaran nous propietaris, de manera les empreses no tindran raons per invertir en tecnologies verdes. Així doncs, des de The Economist es defensa que es mantinguin les inversions en empreses contaminants i s’utilitzin per induir canvis. En aquesta línia, les institucions financeres també han de trobar la manera de dirigir el capital de risc cap al desenvolupament de noves tecnologies. En darrer terme, promeses com les de la GFANZ requereixen, per tenir èxit, un preu mundial a les emissions de carboni que incentivi les empreses a reduir-ne les seves pròpies emissions.
Sostenibilidad y cambio climático
After the failure of Cop26, there’s only one last hope for our survival
Després de la decepció provocada per la COP26, Henry Monbiot sosté a The Guardian que cal apostar per la difusió de noves tecnologies ja que aquestes tendeixen a ser autoaccelerables, ja que la millora de l’eficiència, les economies d’escala i les sinergies industrials es reforcen mútuament. En aquest sentit, a mesura que es produeixen avenços en el desenvolupament de bateries, el seu preu baixa i augmenta la dels vehicles elèctrics. Així mateix, a mesura que esdevenen més populars, els governs estan més disposats a implementar polítiques que completin la transició energètica. Però canviar només la font d’energia que utilitzen els vehicles no mitiga la resta d’impactes negatius sobre el medi ambient. Un sistema de transport veritablement verd requereix incrementar els desplaçaments a peu i en bicicleta, així com prioritzar el transport públic.
COP26 climate deal ‘too late’ for vulnerable countries but too much for others
L’acord obtingut durant la COP26, que inclou moltes concessions als països en desenvolupament i també a la Xina, comporta que els països més vulnerables del món lamentin que l’Índia i la Xina obtinguessin concessions d’última hora per part de la Unió Europea i dels Estats Units i que es canviés la proposta d’”eliminar gradualment” l’ús dels combustibles fòssils per una formulació on es parla de “reduir gradualment”. Com bé va assenyalar Mohamed Adow, director del grup de reflexió Power Shift Africa, la cimera ha estat un triomf de la diplomàcia sobre les necessitats reals i el resultat reflecteix una COP celebrada al món ric i que privilegia les prioritats del món ric. A més, se suposava que cada país havia de millorar els seus objectius per reduir les emissions d’aquí al 2030 però ja va quedar clar setmanes abans que els delegats arribessin a Escòcia que això no passaria, i que el treball comença a partir d’ara. El període previ a la COP26 va revelar els defectes de l’arquitectura de l’Acord de París: no complir les promeses no comporta cap penalització. Per consegüent, molts dels principals contaminadors, des de la Xina fins a Mèxic, passant per Brasil i Austràlia, han fet poc o res per millorar els plans d’emissions.
The discreet charm of nuclear power
The Economist apunta que malgrat la seva escassa popularitat entre la majoria d’ecologistes, l’energia nuclear podria facilitar la lluita contra el canvi climàtic. La crisi del petroli de la dècada dels anys setanta va impulsar molts països a dedicar més inversions en la seva capacitat nuclear. En deu anys, el consum d’energia nuclear va augmentar un 130%. Tot i així, després d’un pic el 2006, l’ús d’energia nuclear ha disminuït considerablement, fins al punt que el 2019 representava només un 4.3% de l’energia global primària. The Economist defensa que l’energia nuclear ha de formar part de l’estratègia per desplaçar els combustibles fòssils atès que si bé té els seus inconvenients, com qualsevol altra font d’energia, és fiable i segura si el seu ús est+a degudament regulat. Per tal de superar les limitacions de temps i cost que la seva implantació comporta, s’estan desenvolupant petits reactors modulars que es poden produir en fàbriques i són fàcilment transportables.
It’s Time to Be Honest About Fossil Fuels’ Role in Energy Transition
La crisi global energètica ha arribat als Estats Units. El preu de la gasolina està creixent, i la falta de subministrament de gas natural està incrementant el cost de l’electricitat a mesura que l’hivern s’acosta. Mentre l’administració Biden demana als països de l’OPEP i a Rússia que augmentin les seves produccions respectives, els republicans no han estat capaços d’oferir cap política energètica alternativa realment útil. Així doncs, els Estats Units necessiten un nou model energètic, basat en fonts d’energia fiables, assequibles i amb un baix impacte climàtic i mediambiental. Per això, caldrà afrontar alguns fets inconvenients però indiscutibles. El més important és la impossibilitat dels Estats Units d’abandonar completament els combustibles fòssils, no només perquè l’actual equipament d’energies renovables és insuficient sinó perquè les polítiques energètiques americanes estan intrínsecament lligades a les seves polítiques de seguretat nacional. Per a l’autora, l’essència del nou model energètic americà és clara. Un càlcul real, tant econòmic com mediambiental, de cada font energètica ens indica que el nou model ha d’estar basat en la diversificació energètica. Aquest nou model ha de combinar els combustibles fòssils i les energies renovables per tal de reduir emissions, mantenir un estil de vida modern i promoure la seguretat nacional.
La Chine s'engage pour le climat (mais n'oublie pas ses intérêts)
La Xina està fermament decidida a augmentar el paper de lideratge que pretén tenir en la lluita contra el canvi climàtic. Així, la seva indústria s’ha fet càrrec en gran mesura de la producció global de panells solars i turbines eòliques, i molts laboratoris d’investigació estan treballant per tal d’ajudar a disminuir la quantitat de partícules fines que s’emeten a l’atmosfera. L’autor afirma que des del punt de vista xinès, el canvi climàtic és un tema fonamental sobre el qual la Xina i els EUA poden parlar i fins i tot posar-se d’acord, en tant que Pequin considera que hi ha més punts d’acord que de desacord entre ambdós països, la qual cosa crea un potencial immens de cooperació. Això no obstant, també destaca que tot i que la Xina va acordar que aniria eliminant gradualment l’ús del carbó per a la producció d’electricitat, el text adoptat durant la COP26 parla de “reduir” l’ús de combustibles fòssils i no d’ “eliminar-lo”, a la vegada que Pequín tampoc no ha signat l’acord per aturar l’ús de metà.
Ten ways to confront the climate crisis without losing hope
L’autora presenta deu maneres d’abordar la crisi climàtica sense deixar-nos endur per la desesperança. Primer, cal alimentar les nostres emocions amb fets objectius i fixar-se ens les mesures que ja s’estan duent a terme, en comptes d’acomodar-se en l’excusa de que “ningú no fa res” o de que “ja és massa tard”. A més, pensar que el futur no està escrit ens revela que encara hi ha marge per la maniobra. En aquest sentit, l’autora remarca la importància de passar de l’acció individual a la col·lectiva, ja que els moviments socials són la forma més poderosa de propiciar el canvi. Solnit també reivindica el poder de la imaginació, que ens permet plantejar-nos les conseqüències fatals de la inacció i alhora el tipus d’accions concrets que ens convenen. La imaginació, però, ha d’anar de la mà de la precisió. Cal estar atents a totes aquelles mentides o “falses solucions” que no fan més que endarrerir la implementació de les solucions realment necessàries. Un altre recomanació de l’autora és fixar-se en la història. Per fer-ho, hem de recordar els nostres predecessors, que en el cas de la lluita climàtica és el lideratge indígena. Es calcula, per exemple, que la resistència indígena ha estat capaç de frenar un quart de les emissions dels Estats Units i Canadà. Mirant enrere, podem apreciar el que ja hem aconseguit i imaginar victòries similars en el futur.
Innovación, ciencia y tecnología
The political risks of Big Data dominance
La indústria dedicada a recollir i analitzar totes les nostres dades i interaccions digitals afirma haver descobert la clau per entendre, predir i manipular el comportament humà. Firmin DeBrabander alerta a The New Statesman sobre els riscos polítics del Big Data. Empreses d’àmbits molt diversos han estat emprat l’anàlisi de dades per, per exemple, deduir si les consumidores estan embarassades, per saber si ens estem enamorant o separant, així com per determinar la solvència d’un client. Els anunciants pretenen descobrir quan som especialment vulnerables, irracionals o moldejables i, d’aquesta manera, influir en el nostre comportament. Segons el psicòleg conductista B.F. Skinner, quan ens entenguem completament, comprendrem que les nostres accions són perfectament previsibles i la nostra llibertat il·lusòria. Skinner creia que la noció d'”home autònom” obstrueix el nostre futur racional i el nostre progrés. Aquest futur racional és la tecnocràcia. Les conviccions i aspiracions de Skinner recorden als racionalistes que, segons el filòsof conservador Michael Oakeshott, confien en la comprensió tècnica de la naturalesa humana i de la societat a l’hora de resoldre els problemes polítics. La història, però, ha demostrat que la suposada implementació de la perfecció i la uniformitat humana és un camí cap a la inhumanitat. Quan líders com Stalin i Mao afirmen comprendre la condició humana, la llibertat i la diversitat se sacrifiquen fàcilment pel bé d’una visió més gran. Igual que els racionalistes polítics, els analistes de dades creuen que poden detectar les nostres necessitats i desitjos abans que nosaltres mateixos. Tanmateix, a diferència dels tecnòcrates al servei de Stalin i Mao, els analistes de dades no tenen el monopoli del poder polític. Per tant, tenim l’oportunitat per legislar i restringir segons quins usos del Big Data per evitar potencials abusos.
El gran perturbador
Wolfgang Münchau considera que la criptotecnologia i la Intel·ligència Artificial són els principals factors de destabilització política de la nostra època. Les finances descentralitzades, o DeFi, com se les coneix en l’argot (descentralised finances) van camí d’ocupar parts importants del sector financer, ja que suposen la supressió d’intermediaris, igual que els supermercats van fer amb els comerços de proximitat. D’altra banda, si els bancs centrals no aconsegueixen controlar la inestabilitat endèmica causada per un bucle fatal de desregulació financera i compra d’actius, augmentarà la demanda mundial de moneda no oficial com a dipòsit de valor. I aquí és on entraran en joc la criptomonedes. Münchau considera que la principal font de desestabilització més no vindrà estrictament de la tecnologia, sinó de com aquesta interactua amb la política. La desconfiança creixent cap a les institucions oficials, inclosos els bancs centrals, ha creat una demanda per a una alternativa al diner tradicional. Les criptomonedes s’han utilitzat per blanquejar diners, però també per finançar moviments d’oposició en règims autocràtics. Existeix perquè hi ha demanda. Són una criatura política. Hi són perquè les societats capitalistes han estat incapaces de produir estabilitat, i també degut a l’augment dels règims pseudodemocràtics.
Don’t mock the metaverse
D’acord amb The Economist, el metavers s’ha convertit en l’última “Next Big Thing”. El metavers fa referència a la fase que segueix a l’Internet bidimensional actual, és a dir, vindria a ser una actualització o evolució del món virtual caracteritzada per donar-se en una realitat 3D. Tot i l’escepticisme de molts, la revista britànica considera que és important explorar bé l’opció del metavers. Internet s’inicià amb un text blanc sobre fons negre. Les imatges planes es van introduir a la dècada de 1990. El vídeo va dominar els anys 2010. Seguint aquesta seqüència, la tridimensionalitat sembla ser un resultat lògic del desenvolupament constant del món informàtic. Així doncs, a mesura que els ordinadors han incorporats més funcions i habilitats, les experiències que generen s’han tornat més riques i intenses. L’hesitació i fins i tot les burles que ha rebut la proposta del metavers semblen fer eco a les mateixes veus que, per exemple, també qüestionaven a la dècada dels 90 la utilitat i el futur dels telèfons mòbils. Això no vol dir que totes les idees estranyes que surten de Silicon Valley tinguin èxit o que la introducció del metaver” arribi de la nit al dia, com tampoc no ho van fer la mateixa Internet. Però sí que suggereix que val la pena prendre’s seriosament el possible avenç cap a la realitat tridimensional que ofereix el metavers encara en estat de gestació.
Europe’s fractured approach to digital regulation stymies fight against Big Tech
La lluita de la Unió Europea per regular l’ús de dades per part de les grans empreses tecnològiques té una important limitació: la falta de coordinació entre les diverses autoritats reguladores europees. Aquesta manca de coordinació entre les agències reguladores, responsables de diferents disciplines digitals com ara la protecció de dades, la competència digital o el consum, deixa buits legals, que les empreses tecnològiques aprofiten per fer proliferar els seus models de negoci. És el cas, per exemple, de Google, amb la seva compra de Fitbit, o de Facebook, amb la seva compra de WhatsApp. Els buits legals en el sistema europeu han permès la transferència de dades d’usuaris entre aquestes plataformes digitals, generant grans debats al voltant de la privacitat de les dades. Per a resoldre aquest problema, els autors recomanen que la Unió Europea prengui exemple del Regne Unit i dels Estats Units, que han aconseguit crear autoritats reguladores multidisciplinàries i establir una normativa comuna. La nova proposta de regulació digital de la Unió Europea sembla apuntar també cap a aquesta direcció. L’esborrany de la nova legislació Digital Markets Act, elaborat per la Comissió Europea, inclou per exemple la prohibició de combinar dades personals de diverses fonts sense el consentiment de l’usuari.
CRISPR and the Climate. How Gene Editing Can Help Cut Emissions
El canvi climàtic ha reduït el creixement de la productivitat agrícola en un 21% des del 1961 i, per compensar, s’estan desforestant més boscos per convertir-los en granges i camps. És per això que Emma Kovak i Robert Paarlberg defensen com la innovadora tecnologia CRISPR pot ajudar a reduir les emissions editant genèticament els cultius per fer-los més resistents. Malauradament, el desenvolupament del sistema CRISPR esta sent obstaculitzat per l’acció de molts governs. Tot i que aquesta tecnologia no introdueix ADN d’altres espècies a les plantes com es fa amb els organismes transgènics, el Tribunal de Justícia Europeu va dictaminar que els cultius CRISPR estaven subjectes a la mateixa regulació que ha exclòs els transgènics dels camps europeus. Així, en un intent d’assolir una agricultura més sostenible, la UE pretén augmentar en un 16% els cultius ecològics, la qual cosa requerirà destinar una major superfície a l’agricultura. Afortunadament, altres governs han comprès la necessitat d’eximir la tecnologia CRISPR de les normes que afecten els organismes transgènics, però fins i tot aquests darrers resultarien més efectius alhora de produir cultius resistents a plagues i malalties. Kovak i Paarlberg veuen coherent que societat i organitzacions ecologistes acabin avalant l’ús de CRISPR i transgènics per reduir les emissions agrícoles. Però també apunten que els estats haurien de canviar les seves lleis de propietat intel·lectual perquè l’edició de gens sigui més accessible, i així mateix, els organismes reguladors haurien d’augmentar la transparència en la presa de decisions. Els desenvolupadors també haurien de garantir que els seus invents siguin assequibles per tothom, i demostrar als consumidors els beneficis ambientals d’aquest sistema. El món no pot permetre que una oposició similar a la dels transgènics impedeixi la contribució dels cultius CRISPR a la mitigació del canvi climàtic.
Genetic engineering: why some fear the next pandemic could be lab-made
El Financial Times alerta que la pròxima pandèmia podria originar-se en un laboratori d’enginyeria genètica prenent com a exemple el cas de l’Influenza Research Institute de Wisconsin. En aquest laboratori es realitzen des del 2013 experiments que combinen genèticament diferents patògens per estudiar com augmenta la seva transmissibilitat o la seva capacitat d’infecció. D’acord amb la justificació científica, manipular la composició genètica de determinats virus alhora que s’aïllen les seves característiques individuals, permet conèixer què els fa més mortals i com identificar amenaces futures. Sempre que aquest procediment es faci de forma segura garantint totes les mesures necessàries, no hauria de presentar cap problema. No obstant, es va produir un perillós incident en aquest laboratori: un dels investigadors es va punxar de forma accidental amb una agulla que contenia un virus modificat de la grip potencialment mortal. Tot i que l’accident no va presentar conseqüències greus, sí que va alarmar al NIH (National Institute of Health) i al govern. Aquest episodi va contribuir a què diversos polítics i oficials del servei d’intel·ligència americans consideressin seriosament la possibilitat d’una fuita de laboratori pel que fa a la COVID-19, tenint en compte que l’Institut de Virologia de Wuhan és líder mundial en aquest mètode de recerca i està especialitzat en coronavirus. Richard Ebright professor de biologia química a la Universitat de Rutgers subratlla que no importa tant si la COVID-19 realment es va filtrar del centre de Wuhan, sinó el simple fet que existeixi aquest possibilitat perquè això significa que cal canviar el mètode d’investigació. Tot i els grans perills que suposa la manipulació genètica de patògens, aquests centres d’investigació reben grans quantitats de diners per part de les agències de salut governamentals. En el cas de l’ Influenza Research Institute, el NIAID (National Institute for Allergy and Infectious Diseases) ha estat finançant els projectes de recerca del laboratori aportant anualment entre 300.000 i 600.000 dòlars. En total, l’institut ha rebut més de 63 milions de dòlars en subvencions per part de l’estat. Davant d’aquesta realitat, molts crítics qüestionen la inversió del govern americà en aquest tipus d’experiments excessivament perillosos, ja que el problema es produeix quan es creen soques completament artificials que no es podrien donar en la mateixa natura.