
Diari de les idees 53
20 enero 2022
Ideas de actualidad
Este inicio de año está marcado por las tensiones políticas y económicas que afectan la frontera oriental de la Unión Europea: el crecimiento de las tensiones en Bosnia, con el primer ministro de la Republika Srpska Milorad Dodik subrayando el objetivo de construir su propio estado, la partida que se está jugando entre Rusia y la OTAN/EE.UU. en Ucrania, la intervención rusa en Kazajistán, los cambios en el suministro de gas ruso en Europa y los nuevos acuerdos firmados entre Albania, Macedonia del Norte y Serbia para crear una zona de libre circulación son indicios de que se están produciendo dinámicas de reordenación geoestratégica en la zona, con efectos desestabilizadores para la UE y de deterioro de sus relaciones con los EE.UU./OTAN. Además, tampoco es ajena a estas tensiones una China siempre atenta a los cambios que pueden incrementar su influencia y su poder en el escenario global. Por consiguiente, el Diari de les idees les dedica un espacio relevante en su primer número del año.
En Foreign Affairs, Alexander Cooley y Daniel H. Nexon señalan que durante décadas Occidente ha asumido que la reducción de las barreras políticas y económicas internacionales facilitaría la propagación del liberalismo, pero sin embargo, el orden actual ha sido utilizado por los regímenes iliberales para incrementar y propagar su autoritarismo. A su favor juega el hecho de que este tipo de gobiernos puede socavar la influencia de la sociedad civil, así como controlar los flujos económicos e Internet de manera mucho más eficaz que las democracias liberales. En último término, la victoria del liberalismo ya no parece tan evidente a nivel global, de manera que la gran cuestión ya no es si el orden liberal cambiará, sino en qué condiciones lo hará.
Es en este marco general de crisis del modelo liberal que se están produciendo los acontecimientos que acabamos de reseñar y que amenazan con desestabilizar el orden internacional y muy especialmente la Unión Europea. Andrea Rizzi argumenta en El País que tres décadas después del fin de la Guerra Fría, Europa vuelve a ser uno de los principales campos de batalla en la lucha para definir el orden mundial donde tanto Rusia como China buscan afirmar sus intereses y reducir la hegemonía occidental. De acuerdo con la expresión utilizada hace pocos días por el enviado de Rusia ante la OSCE Vladímir Lukin, se está configurado un auténtico “momento de la verdad” porque Moscú ha llevado esta vez el envite hasta un extremo inusitado, tanto en la fijación de exigencias maximalistas en términos de líneas rojas infranqueables, como en el despliegue militar en la frontera con Ucrania. Mientras tanto, aunque de manera más indirecta, también influye Pekín, que plantea retos y dilemas trascendentales a los europeos, como lo demuestra la crisis con Lituania respecto del estatus de Taiwán. En este sentido, Michael Schuman argumenta en The Atlantic que la gestión que Joe Biden realice de la crisis con Rusia puede ser un buen indicador para Xi Jinping sobre cuál sería la determinación de los Estados Unidos en el caso de tener que defender Taiwán de una agresión china. La manera como Xi interprete el resultado del enfrentamiento entre Rusia y Ucrania podría influir en los intentos de reunificación forzada con Taiwán y, por lo tanto, tener unas repercusiones muy importantes para la seguridad y la estabilidad del Asia oriental. En definitiva, este “momento de la verdad” pone a prueba muchos de los actores implicados. Primero, Rusia, que tiene que decidir hasta dónde llevar su desafío. Segundo, la UE, que debe tratar de mantener una respuesta unida, tanto con respecto a las negociaciones como a las posibles sanciones, y que afronta la urgente reconsideración de su lugar en el mundo. En efecto, ante esta nueva crisis hace falta plantearse hasta qué punto es factible construir una autonomía estratégica, una voz propia e incluso una integración europea en materia de defensa. Finalmente, también los Estados Unidos, que deben medir hasta dónde implicarse en Europa cuando su prioridad absoluta es China.
Esta crisis, sin embargo, rebasa los límites estrictamente geopolíticos en la medida en que también tiene sus raíces en la lucha por la hegemonía económica. Así, en otro artículo se subraya que el suministro de gas a Europa es uno de los elementos clave de la crisis entre Rusia y Occidente. Los países del Viejo Continente son muy dependientes del combustible ruso, y por consiguiente Moscú está en disposición de usar esta herramienta de presión, lo cual agrava una situación definida por la subida desbocada de los precios de la energía. Durante las últimas semanas, sin embargo, ha irrumpido en escena un nuevo factor que, sin cambiar el escenario de manera estructural, sí que tiene un impacto considerable: las exportaciones de gas natural licuado (GNL) desde los EE.UU. se han disparado. Hasta hace sólo seis años la primera potencia mundial no distribuía ni un metro cúbico de gas a los mercados internacionales, pero últimamente ha conseguido aumentar tanto su producción que ya se perfila como el principal exportador mundial por delante de Catar y Australia. La irrupción de los EE.UU. en la ecuación europea del gas es una buena noticia para un continente que depende de su siempre inestable relación con Rusia. Sin embargo, este incremento de exportaciones de GNL de los Estados Unidos no es suficiente para solucionar la situación europea, ya que no se trata de una solución estructural en tanto que el volumen de importación de gas desde Rusia es tan importante que estas importaciones no pueden corregir por sí solas esta dinámica.
En este contexto Mas de Xaxàs destaca en La Vanguardia que si hace unos años, la alianza entre China y Rusia parecía antinatural, hoy es la principal amenaza a la quel se enfrentan los Estados Unidos y la Unión Europea. Esta unión de intereses fue precipitada por las sanciones económicas impuestas a Rusia a raíz de la anexión de Crimea en 2014. Desde entonces, el peso de Europa en la economía y las finanzas rusas ha bajado y el de China ha aumentado, e incluso el gas ruso, que como ya hemos dicho tanto necesitan las industrias y los consumidores europeos, depende cada vez más de lo que diga Pekín. Por ejemplo, el gasoducto que suministra el gas a Europa desde la península de Yamal, en Siberia occidental funciona en sentido inverso desde el 21 de diciembre: el gas sale de Alemania de vuelta hacia Rusia, una estrategia comercial que utiliza Gazprom para manipular los precios de la energía en Europa. De los mismos yacimientos de Yamal se prevé que salga el gas que Rusia suministrará a China a través de Mongolia. Gazprom asumirá el coste de estas nuevas infraestructuras porque calcula que supondrá un negocio de 400.000 millones de dólares durante los próximos 30 años. Así pues, de aquí a tres años, China será el principal consumidor de gas ruso, por delante de Alemania, y si bien Europa seguirá siendo durante los próximos años el principal socio comercial y financiero de Rusia, su peso económico no cesa de retroceder, ya que caen tanto las inversiones como el peso de las empresas europeas en el comercio exterior de Rusia, un lugar que ahora se dispone a ocupar China. Por ejemplo, China representaba en 2013 el 10,5% del comercio exterior ruso. Mientras que en el 2020 había doblado casi este porcentaje hasta el 18,3% y ha seguido ganando terreno desde entonces. Europa ha pasado en el mismo periodo del 49,4% al 38,5%. Por otra parte, Rusia también es el país del mundo que más créditos ha recibido de China. Entre 2000 y 2017, estos préstamos supusieron 151.800 millones de dólares, según un estudio de la universidad norteamericana William and Mary.
Casey Mitchel analiza en Foreign Policy la intervención rusa para poner fin a los disturbios en Kazajistán y considera que las tropas de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), una alianza militar liderada por Rusia, pueden tener como consecuencia la fractura del estado kazajo, ya que existe la posibilidad de que una Rusia con ganas de revancha utilice la inestabilidad interna como pretexto para apoderarse de una franja del norte del país, que los nacionalistas rusos codiciaban desde hace tiempo y que las poblaciones rusas de la región hace tiempo que sueñan con separar del país. En efecto, aunque el principal foco de irredentismo se ha centrado en Ucrania, donde Moscú anexionó Crimea y ahora vuelve a jugar con los territorios que ocupa indirectamente en el este del país, los nacionalistas rusos no han escondido nunca que consideran que partes importantes del norte de Kazajistán pertenecen a Rusia y que la frontera Rusia-Kazajistán tendría que estar abierta a discusión.
Desde una perspectiva más amplia, Alexis Rodríguez-Rata analiza el nuevo mapamundi geopolítico que se está diseñando en la región del Ártico. Durante la Guerra Fría, el conflicto entre las dos potencias globales se leyó como un cara a cara entre el Este y el Oeste, aunque ambas potencias tenían una frontera física, a lo largo de centenares de kilómetros entre Alaska y Siberia con el estrecho de Bering como punto de colisión. Si pocas veces esta situación centró la atención, hoy la lucha entre potencias por los polos no para de crecer. En particular en el Ártico. Ver un planisferio con todas las bases militares situadas en sus límites es bastante esclarecedor: Rusia, Dinamarca (en Groenlandia), Islandia, Noruega, Suecia, Finlandia, Rusia, Canadá y EE.UU., todos tienen bases allí. Todos estos países también son miembros del Consejo Ártico que cada vez centra más sus debates en cuestiones de seguridad y defensa. Ello conlleva que el dibujo del mapamundi recuerde –de nuevo– el de la Guerra Fría, incorporando ahora China, que se define como “Estado vecino del Ártico”. Aunque hoy por hoy, las tensiones y las discusiones son de tipo económico, a corto o medio plazo empezarán a tener consecuencias sobre la política. Con el deshielo y el retroceso de los hielos marinos árticos, temas como los problemas de circulación en el canal de Suez, los delicados equilibrios en el mar de China Meridional (básico para el comercio internacional), e incluso la tensión por la soberanía sobre Taiwán por parte de Pekín, no harán más que incrementar el interés por controlar estas aguas. Primero, como ruta marítima alternativa para las navieras, porque recorta días de navegación (de Shanghái a Róterdam por el paso del nordeste ártico hay 10.500 kilómetros que se pueden recorrer en 22 días; por Suez son unos 18.000 kilómetros y 37 días), abarata costes, y se cruzan menos países y zonas calientes del planeta. Su dominio en un mundo en que más del 90% de los intercambios de mercancías se hacen por mar se convierte pues en central. Hay que añadir la conocida riqueza energética de sus aguas, considerada como de las mayores del mundo. Sobre todo, el gas, tanto las reservas conocidas (el 24,3%) como las que todavía están por descubrir. Además, la zona también cuenta con numerosos recursos minerales. En definitiva, el Ártico, un vasto territorio con la densidad de población más baja del globo (unos cuatro millones de habitantes), ya está reorientando el mapa geopolítico del mundo.
En el escenario político catalán, David González repasa en El Nacional algunos de los frentes políticos abiertos cuyo resultado definirá el mapa de los años venideros. Destacan las decisiones que deberán tomar los tribunales europeos sobre el exilio independentista catalán, encabezado por el presidente Carles Puigdemont. Por una parte, la confirmación o no por el Tribunal General de la Unión Europea de la condición de eurodiputados de Puigdemont i Comín contra el veto inicial del Parlamento Europeo. Por otra, la respuesta del Tribunal de Justicia de la Unión Europea a las prejudiciales del juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena sobre las euroórdenes. Lo que está en juego es la preeminencia o no de los tribunales europeos sobre los de los estados miembros, o sea, uno de los pilares que sustentan la Unión. Es obvio que la decisión del TJUE puede cambiar muchas cosas, ya que, en opinión del autor, en el ámbito de la discusión estratégica del independentismo, la decisión europea también tendrá una gran influencia sobre si la razón asiste al pragmatismo de ERC o bien la confrontación inteligente que propugna Junts. La otra batalla del 2022 pasa por la alternativa a una recomposición del independentismo, capítulo donde el PSC de Salvador Illa es el actor principal. Los socialistas necesitan jugar en varios escenarios a la vez para postularse como posible núcleo de un gobierno no independentista en 2023. Eso significa practicar la centralidad extrema, o sea exprimir al máximo la línea multipacto. De esta manera, el PSC podría entenderse con el independentismo, no sólo en el Parlament ―como ya ha sucedido con la renovación de los órganos institucionales caducados, CCMA, CAC, etc.― sino también en los ayuntamientos tras las próximas municipales. Y, a la vez, mantener las distancias, sacrificando si hace falta el compromiso histórico del PSC con la inmersión lingüística, para no perder comba en el campo españolista.
Con respecto a la política española, Ignacio Sánchez-Cuenca argumenta en la revista CTXT que el gobierno de coalición del Estado se ve rodeado por unas condiciones poco favorables. El autor sostiene que el origen de sus dificultades radica en el hecho de haber forjado la coalición demasiado tarde, cuando el nacionalismo español más excluyente y reaccionario ya había cuajado electoralmente. Si las izquierdas se hubieran unido el año 2015, considera que muy probablemente se hubiera evitado el desastre de la crisis catalana del 2017 y Vox hubiera tenido más dificultades para crecer electoralmente. A todo eso hay que añadir el trauma económico y nacional que el orgullo español ha sufrido desde 2008 y que ha asentado las condiciones para el éxito de la extrema derecha. España fue uno de los países que más sufrió durante la crisis y entró en fase introspectiva y pesimista. En poco tiempo se sumó la crisis catalana del 2017 que, en España, muchos vivieron como una humillación. Así, las actitudes ideológicas y nacionales se han ido acoplando a lo largo de la década 2010-20, y buena parte de la sociedad española ha evolucionado hacia el conservadurismo y la reivindicación españolista.
En clave europea, Paul Taylor se muestra voluntariamente optimista y argumenta en la revista Politico que los nuevos elementos políticos surgidos desde el cambio de gobierno de Alemania ofrecen una perspectiva de soluciones innovadoras para los problemas de la Unión Europea. Primero, después de años de enfrentamientos estériles sobre las normas fiscales de la UE, que fueron suspendidas al inicio de la pandemia de COVID-19, está surgiendo un consenso de que, para evitar frenar la recuperación, se tienen que cambiar las regulaciones de disciplina presupuestaria antes de que entren en vigor en 2023. En declaraciones del ministro de Economía francés Bruno Lemaire y presidente del ECOFIN durante este primer semestre del año, las actuales normas europeas sobre deuda pública son obsoletas. Segundo, tras un año de estancamiento con la excanciller alemana Angela Merkel a punto de dejar el poder y el presidente francés distraído por su candidatura a la reelección en abril de 2022, la UE puede esperar un liderazgo francoalemán más enérgico a partir del mes de mayo. Tercero, el nuevo gobierno alemán también ha dejado claro que será menos indulgente para hacer frente a los intentos de Polonia y Hungría de socavar la independencia del poder judicial, limitar la libertad de los medios de comunicación y los derechos civiles, y rechazar la primacía del derecho de la UE sobre la legislación nacional. Cuarto, se espera que durante 2022 la UE y la OTAN renueven sus doctrinas estratégicas: la UE está preparada para adoptar su primer análisis de amenaza común y definir su nivel de ambición militar en un nuevo intento de conseguir su autonomía estratégica. Finalmente, la salida de Lord David Frost como a negociador del Brexit permite esperar una mejora de las relaciones entre la UE y el Reino Unido, ya que el primer ministro Boris Johnson necesita una solución al problema comercial de Irlanda del Norte creado por el protocolo que Frost negoció en el 2020, creando una frontera aduanera en el mar de Irlanda.
Vivimos pues unos momentos delicados para la democracia, lo que también se ve reflejado en la situación de los derechos humanos a nivel mundial. El incremento de la persecución de la disidencia en China, Rusia, Venezuela o Nicaragua, la caída de frágiles democracias en Birmania y Sudán, y los giros autocráticos en los gobiernos de Brasil, Hungría o El Salvador son algunas de las tendencias denunciadas en el nuevo informe anual de Human Rights Watch. El documento también destaca el deterioro de las libertades en países como Turquía, Tailandia o Egipto, las transferencias “no democráticas” de poder en Túnez y Chad, y los preocupantes abusos en las Filipinas y la India. HRW denuncia el ataque de China a los últimos reductos de libertad en Hong Kong y lamenta la negativa de las Naciones Unidas a condenar abiertamente China por los crímenes contra la humanidad cometidos sobre la minoría musulmana uigur en Xinjiang. Asimismo, el informe también advierte de los abusos en sistemas electorales que ya eran frágiles como por ejemplo en Rusia, donde el líder opositor Alexei Navalni fue condenado a prisión después de sobrevivir a un intento de envenenamiento, o en Nicaragua, dónde todos los candidatos rivales de Daniel Ortega fueron detenidos antes de las elecciones del pasado mes de noviembre. Finalmente, el informe señala que la defensa de los derechos humanos requiere no sólo combatir la represión de las dictaduras, sino también mejorar el liderazgo político en las democracias, y se muestra muy crítico respecto de la débil respuesta de estas a desafíos como el cambio climático, la pobreza o las posibles amenazas que plantean las nuevas tecnologías.
Asimismo, el Foro Económico Mundial advierte que durante los próximos dos años habrá que vigilar de cerca los efectos del cambio climático, las divisiones sociales, las enfermedades infecciosas y la salud mental. Así lo apunta su informe sobre retos globales publicado hace pocos días. El documento pone de manifiesto que mientras que el año pasado la situación sanitaria era la máxima preocupación a corto plazo, ahora las alertas se concentran en la crisis climática y los problemas sociales, así como en nuevos riesgos: la salud mental, las crisis de deuda y las burbujas de activos. Prueba de la importancia que está adquiriendo a nivel mundial la salud mental es que aparece en sexta posición en este top 10 de riesgos globales, cuando otros años ni siquiera se la mencionaba. Al mismo tiempo, el estallido de la burbuja de activos (la inflación desmesurada del precio de la vivienda o de las acciones) también aparece de nuevo a la lista de preocupaciones a medio plazo. En este sentido, el documento también recoge que la mayoría de expertos cree que la recuperación económica mundial será volátil y desigual durante los próximos tres años, ya que las perturbaciones económicas y sanitarias están agravando las divisiones sociales. Pero más allá de todo eso, lo que deja clara esta visión a medio y largo plazo es que los principales riesgos son los problemas relacionados con el cambio climático. El informe señala el fracaso actual de la acción climática y advierte que los fenómenos meteorológicos extremos, la pérdida de biodiversidad, las crisis de recursos naturales y el impacto ambiental constituyen los riesgos mayores en un plazo de cinco o diez años.
La crisis climática se agrava y plantea una serie de retos ambientales, sociales y económicos. Desde las páginas de Le Monde Diplomatique Aurélien Bernier argumenta en relación con la escalada sin freno de los precios de la energía que históricamente, los responsables políticos europeos consideraban que la competencia reduciría los precios del gas y la electricidad, en beneficio de los hogares y las empresas pero desde principios de los años 2000 está pasando todo el contrario. Si bien la recuperación caótica de una economía dañada por la pandemia explica el origen del actual incremento de los precios, la desregulación está generando un aumento estructural todavía más preocupante ya que los gobiernos han sacrificado su capacidad de regulación en beneficio de la competencia europea. En este contexto sólo les queda el impuesto sobre la energía que Italia, España y Portugal han reducido para tratar de contener la subida de las facturas. En Francia, el gobierno está implementando un vale de energía para cerca de seis millones de hogares con bajos ingresos y aplaza los aumentos de tarifas previstos más allá de octubre de 2021 para el gas y febrero de 2022 para la electricidad. Pero estas respuestas coyunturales no son una solución a largo plazo. Las asociaciones de consumidores denuncian cada vez más abiertamente este sistema, críticas a las que se suman grandes clientes industriales que se enfrentan a una situación crítica de aumento de los costes de fabricación. Por su parte, los sindicatos intensifican las iniciativas para reclamar el retorno de las energías al sector público. En último término, rescatar la energía de la lógica del mercado plantea otra cuestión, con una repercusión mucho más amplia: ¿cómo liberarse de esta ley europea ultraliberal que se impone a los Estados?
La decisión de la Comisión Europea de incluir la energía nuclear en la lista de lo que se considera una inversión verde ha vuelto a encender el debate sobre la conveniencia de esta fuente de energía. Jason Bordoff apunta en Foreign Policy tres razones por las que la energía atómica ha vuelto ha recuperado el protagonismo. En primer lugar, el uso global de electricidad se tendrá que duplicar en 2050 para conseguir las cero emisiones, y las fuentes renovables no podrán satisfacer todas las necesidades energéticas. Hoy en día, la energía nuclear es la vía más barata para descarbonizar la producción eléctrica y la única fuente libre de carbono que puede proporcionar energía en cualquier momento. La segunda razón son los significativos avances tecnológicos que reducen costes, residuos y limitan los problemas de seguridad de las centrales nucleares. Además de reactores de nueva generación y pequeños reactores modulares, la energía nuclear también puede tener un futuro mejor si la fusión nuclear se vuelve comercialmente viable. La tercera razón por la que la energía nuclear vuelve al debate energético es la seguridad nacional de los Estados Unidos. Rusia ha sustituido los EE.UU. como principal proveedor mundial de reactores, y China está especialmente bien posicionada gracias a su programa de construcción de reactores domésticos gigantes. Está claro que las centrales nucleares comportan riesgos importantes, pero la pregunta es si será más fácil abordar los retos de la energía nuclear o intentar conseguir la neutralidad climática sin contar con la nuclear.
Continuando con la crisis climática, para que el Pacto Verde Europeo pueda realmente hacer frente a la crisis climática, Satoko Kishimoto y Louisa Valentin argumentan desde Social Europe la necesidad de sustituir la colaboración público-privada por esquemas público-comunitarios. El plan de la Comisión Europea para alcanzar la neutralidad climática se basa en el modelo público-privado y se queda corto a la hora de invertir en comunidades y de reconocer las importantes contribuciones de los municipios. Este modelo de colaboración, no sólo socializa los riesgos de las inversiones a la vez que privatiza las ganancias, sino que también reduce la transparencia. Por el contrario, los esquemas público-comunitarios constituyen enfoques innovadores para la coproducción más democrática de políticas y la prestación de servicios públicos. Señalan que la colaboración entre una cooperativa ciudadana y el gobierno municipal de Wolfhagen en Alemania ofrece un excelente ejemplo de copropiedad, cofinanciamiento y codecisión que ha permitido a las familias ahorrar y jugar un papel activo en la transición hacia las renovables. A su vez, Cádiz ha implicado a sus ciudadanos en la transformación de la empresa energética municipal y en el diseño de una subvención para combatir la pobreza energética. En definitiva, el Pacto Verde Europeo representa una oportunidad histórica, y es por esta razón que Kashimoto y Valentin apuestan por la colaboración entre los entes públicos y la comunidad como la mejor manera de abordar simultáneamente los retos climáticos y sociales a los que nos enfrentamos.
Para acabar, con respecto a las nuevas tecnologías Anthoni Cuthbertson revela en The Independent que China, el país que más energía consume en el mundo con sus 1.400 millones de habitantes, está buscando nuevas fuentes de energía limpia para paliar los efectos del cambio climático. Entre sus líneas de investigación más punteras está el Advanced Experimental Superconducting Tokamak (EAST), un reactor de fusión nuclear más conocido como “sol artificial” que acaba de superar un nuevo récord al alcanzar una temperatura cinco veces superior a la del Sol, o sea 70 millones de grados centígrados durante 17 minutos. El objetivo principal del experimento es proporcionar energía limpia que contamine poco. De hecho, el proceso de fusión nuclear no requiere combustibles fósiles, conocidos por su considerable impacto en el medio ambiente y las emisiones de gases de efecto invernadero. Además, este “sol artificial” no emitiría ningún residuo peligroso, a diferencia de la fisión nuclear. Además de ser limpio para el medio ambiente, sería poco probable que el tokamak provocara un desastre ambiental. Lo mejor de todo es que esta energía se considera casi ilimitada. Al recrear la física del Sol, los reactores fusionan núcleos atómicos y generan energía masiva que se puede convertir en electricidad. El único problema es que hoy por hoy la fusión nuclear sigue siendo imposible de producir fuera de laboratorios especializados.
Han colaborado en este número 53 del Diari de las idees Laura Puente y Enric Brugués, estudiantes en prácticas en el CETC.
Política internacional y globalización
The Real Crisis of Global Order
Alexander Cooley i Daniel H. Nexon escriuen a Foreign Affairs sobre el creixement de les forces il·liberals i l’amenaça que representen per la pervivència de l’ordre global contemporani. Durant dècades, Occident ha assumit que la reducció de les barreres internacionals facilitaria la propagació del liberalisme, però tanmateix, l’ordre actual ha estat emprat pels règims il·liberals per avançar en el seu autoritarisme. Aquests governs poden soscavar la influència de la societat civil global, així com controlar els fluxos econòmics i Internet de manera molt més eficaç que les democràcies liberals. A més d’operar lliurement en l’ordre global liberal, els règims autoritaris també estan construint un ecosistema alternatiu d’institucions internacionals il·liberals. Els autors d’aquest article apunten, però, que l’amenaça a les democràcies liberals també prové del seu interior, tant per ser l’origen de nombroses forces antidemocràtiques, com per les accions il·liberals que els mateixos governs democràtics han adoptat per contrarestar les amenaces percebudes. El president Biden vol liderar una coalició de democràcies per oposar-se als esforços xinesos i russos per reconstruir l’ordre internacional segons línies més autocràtiques. No obstant això, l’alineament dels Estats Units amb forces liberals estrangeres aguditzarà la polarització interna, i és ben sabut que qualsevol acord internacional podria ser fàcilment revertit per la propera administració nord-americana. La victòria del liberalisme ara ja no sembla tan probable a nivell global, de manera que la gran qüestió ja no és si l’ordre liberal canviarà, sinó en quines condicions ho farà.
La lucha por el Polo Norte reorienta el mapamundi
Durant la Guerra Freda, el conflicte entre les dues potències globals es va llegir com un cara a cara entre l’Est i l’Oest encara que ambdues potències feien frontera de forma física, al llarg de centenars de quilòmetres entre Alaska i Sibèria amb l’estret de Bering com a punt de col·lisió. Poques vegades va centrar l’atenció pública. Però avui la lluita entre potències pels pols creix. En particular a l’Àrtic. Veure un planisferi amb totes les bases militars situades en els seus límits és prou aclaridor. Rússia, Dinamarca (a Groenlàndia), Islàndia, Noruega, Suècia, Finlàndia, Rússia, Canadà i EUA, en tenen. Tots són membres del Consell Àrtic. Aquest, cada cop més, se centra en debats sobre seguretat i defensa. Entre els uns i els altres fan, així, que el dibuix del mapamundi recordi –de nou– el de la Guerra Freda, incorporant-hi ara la Xina, que es defineix com a “Estat veí de l’Àrtic”. Tot i que ara per ara, les tensions i les discussions són de tipus econòmic, a curt o mitjà termini començaran a tenir conseqüències sobre la política. Amb la desglaç i la reculada dels gels marins àrtics, els problemes que ja hem vist no fa gaire al canal de Suez, els delicats equilibris al mar de la Xina Meridional (bàsic per al comerç internacional), i fins i tot la tensió per la reclamada sobirania de Taiwan per part de Pequín, s’incrementarà l’interès per controlar aquestes aigües. Primer, com a ruta marítima alternativa per a les navilieres. Perquè retalla dies de navegació (de Xangai a Rotterdam pel pas del nord-est àrtic hi ha 10.500 quilòmetres que es poden recórrer en 22 dies; per Suez uns 18.000 quilòmetres i 37 dies), abarateix costos, i es creuen menys països i zones calentes del planeta. El seu domini en un món en què més del 90% dels intercanvis de mercaderies es fan per mar esdevé central. Cal afegir-hi la coneguda riquesa energètica sota les seves aigües, considerada com de les més grans del món. Sobretot amb gas. Tant a les reserves conegudes (el 24,3%) com les que encara estan per descobrir. A més, la zona també compta amb nombrosos recursos minerals. En definitiva, l’Àrtic, un vast territori amb la densitat de població més baixa del globus (uns quatre milions d’habitants), ja reorienta el mapa geopolític del món.
Rich Countries Cannot Outsource Their Migration Dilemmas
Pocs problemes preocupen més les democràcies liberals que la immigració incontrolada. En comptes de confrontar les arrels d’aquest tipus d’immigració, els països del Nord han optat per externalitzar el problema. Així, han arribat a acord amb països del Sud per què continguin la migració mitjançant d’acords comercials, la facilitació de visats per als seus ciutadans o ajudes econòmiques al desenvolupament. La Unió Europea n’ha estat pionera, arribant a acords amb Turquia, Marroc i Egipte, però l’externalització de les polítiques migratòries s’ha estès més enllà del Mediterrani. És el cas d’Austràlia, que ha arribat a acords amb Papua Nova Guinea i Indonèsia, i els Estats Units, que han fet el mateix amb El Salvador, Guatemala, Hondures, i Mèxic. Tot i que aquestes estratègies poden ser políticament atractives a curt termini, ja que redueixen temporalment el nombre d’arribades o en diversifiquen les rutes, són insostenibles a llarg termini. L’autor defensa que l’única manera de reduir la migració irregular és augmentar les vies legals i regulars d’entrada. Així, els governs haurien d’augmentar la viabilitat dels visats i les quotes de refugiats a acollir. Això és una tasca difícil, ja que tant els polítics com els mitjans de comunicació han polititzat la migració, convertint-la en un problema de seguretat. Per una banda, doncs, la gestió migratòria s’hauria d’assumir com a una tasca normal de la gestió política, despolititzant-la i “desecurititzant-la”. Per l’altra, els periodistes haurien de deixar de parlar de “crisi”, “onades” i “fluxos”, que denoten gravetat, i referir-se als increments d’arribades com el que són, simplement “increments”.
Will Putin Invade? On the Front Lines of Ukraine’s Long War, That’s Besides the Point
En aquest extens reportatge sobre el terreny, l’autor analitza l’actual estat de la guerra al Donbass i les possibilitats de conflicte directe entre Rússia i Ucraïna. En efecte, arrel de les recents advertències dels Estats Units, tothom intenta endevinar si Rússia envairà o no Ucraïna i, si és així, quan. Però Herszenhorn destaca que a Ucraïna no preocupa tant la hipotètica invasió com que Moscou no deixi anar mai més el control que ja té sobre les zones ocupades de Donetsk i Luhansk. També hi ha el temors que Occident ajudi inadvertidament a Rússia a desestabilitzar el govern ucraïnès pressionant el president Volodymyr Zelenskyy perquè celebri eleccions locals al Donbass i atorgui autonomia a la sense restaurar prèviament l’autoritat política de Kíev. La invasió és un risc sempre present, però que no encaixa amb l’estratègia híbrida duta a terme fins ara per Putin. També hi ha raons per creure que fins i tot si Putin decideix no portar les seves tropes més enllà del Donbass a la recerca d’un pont terrestre cap a Crimea, com temen alguns a Occident, això no implica que Rússia es retiri dels territoris que ja controla indirectament. El Kremlin ha dut a terme durant anys una política d’annexió suau als territoris ocupats, emetent passaports russos als residents, imposant regulacions educatives russes i, en general, controla la governança regional, amb la qual cosa aquests territoris estan cada cop més aïllats de la resta d’Ucraïna. Paral·lelament, el Kremlin ha presentat una nova llista de demandes, entre les quals destaquen la garantia que l’OTAN no s’expandirà cap a l’est, però que no esmentava la situació al Donbass, un senyal per a alguns que l’amenaça d’incursió militar a Ucraïna té com a finalitat aconseguir fins geopolítics més grans. En definitiva, Rússia sembla estar utilitzant Ucraïna com a peó, precisament el que Putin acusa Occident de fer, com va fer en un llarg article publicat l’estiu passat on proclamava que els russos i els ucraïnesos eren un sol poble i que comparteixen una mateixa pàtria històrica.
Kazakhstan’s Border With Russia Is Suddenly an Open Question Again
Enmig de les protestes que han sacsejat Kazakhstan durant els primers dies de l’any, els quals han provocat desenes de morts, una forta agitació política i la fi del culte a la personalitat de l’antic dictador Nursultan Nazarbaiev, el país està experimentat un canvi sense precedents. Però mentre les tropes de l’Organització del Tractat de Seguretat Col·lectiva (CSTO), una aliança militar liderada per Rússia, entren al país per estabilitzar la situació, un dels resultats potencials més rellevants és la fractura de l’estat. Concretament, la possibilitat que una Rússia amb ganes de revenja utilitzi la inestabilitat interna del Kazakhstan com a pretext per apoderar-se d’una franja del nord del país, que els nacionalistes russos cobejaven des de fa temps i les poblacions russes de la regió fa temps que somnien amb separar del país. El revengisme rus durant l’última dècada no és cap mena de secret. En efecte, tot i que el principal focus d’irredentisme s’ha centrat a Ucraïna, on Moscou va annexionar Crimea i on torna a jugar amb els territoris que ocupa indirectament a l’est del país, els nacionalistes russos no han amagat mai que consideren que parts importants del nord de Kazakhstan pertanyen a Rússia i que la frontera Rússia-Kazakhstan hauria d’estar un cop més oberta a discussió. Aquesta situació ja ve de lluny i quan la Unió Soviètica va entrar en l’agonia final a principis dels anys noranta i noves repúbliques van començar a emergir com a estats independents, l’aleshores president rus Boris Eltsin es va adonar que les fronteres de l’era soviètica potser no reflectien completament els interessos del Kremlin. La seva oficina va emetre un comunicat a finals de 1991 plantant una bandera territorial. De moment, sembla que Moscou, juntament amb Tokayev i els seus aliats, es concentren principalment a reforçar el règim i sufocar qualsevol protesta o moviment de reforma pro-democràcia. Però tenint en compte els canvis profunds que ha experimentat Kazakhstan en només uns dies, no es pot descartar que el tema de la integritat de l’estat torni aviat a ser damunt la taula.
Russia’s hold over its neighbours keeps deepening
L’autor posa en perspectiva l’actual intervenció russa a Kazakhstan amb els seus dos precedents immediats, l’enviament de tropes russes per donar suport als armenis en el conflicte de Nagorno-Karabakh amb l’Azerbaijan i el suport al dictador bielorús Lukaixenko després de la seva reelecció fraudulenta de 2020. Ara, en resposta als disturbis dels primers dies de gener, Kassym-Jomart Tokayev ha demanat ajuda a l’Organització del Tractat de Seguretat Col·lectiva, una aliança militar liderada per Rússia. Per primera vegada en la seva història, l’organització ha desplegat tropes d’acord amb les seves disposicions de seguretat col·lectiva, ampliant la presència de Rússia al Kazakhstan i això probablement significa que ara es veurà que Tokayev deu la seva supervivència política a l’ajuda del Kremlin. Què tenen en comú cadascuna d’aquestes crisis? Els conflictes a Armènia i Kazakhstan van esclatar pràcticament d’un dia per l’altre (el primer a causa d’una ofensiva sorpresa d’Azerbaidjan, el segon com a conseqüència d’un augment dels preus del combustible que pocs havien pronosticat que provocaria un malestar d’aquesta escala). Les tensions a Bielorússia, però, van assolir el seu màxim després d’unes eleccions fraudulentes, la data de les quals es coneixia amb anticipació. Tot i això, en cadascun d’aquests casos el Kremlin va decidir actuar. En darrer terme, doncs, durant els últims dos anys esdeveniments d’abast diferent han donat lloc a un augment dràstic de la influència de Rússia sobre el seu veïnat immediat. Si la influència creixent de Rússia és real no deixa però de ser fràgil: de moment servirà per preservar el poder rus, però les seves conseqüències a llarg termini són molt menys previsibles.
Even in secret, China’s leaders speak in code
El novembre de 2022, farà deu anys que Xi Jinping és el líder de la Xina. En els propers mesos, els mitjans estatals s’ompliran d’homenatges aduladors a la seva dècada en el poder però no obstant això, no explicaran com pren decisions o com interactua amb els altres líders del país. Encara més que els seus predecessors, Xi opera a l’ombra. La Xina ha publicat molts volums d’extractes dels seus discursos. Només recentment, però, una filtració rara de versions secretes d’aquests discursos ha ofert una visió de com es comunica Xi entre bastidors en un moment de crisi i com respon la burocràcia. Les filtracions consten de quatre discursos, tots de 2014, i tenen com a tema la campanya del Partit contra les anomenades “tres forces del mal” del terrorisme, el separatisme i l’extremisme religiós a la regió de Xinjiang. La majoria de les anàlisis dels quatre discursos s’han centrat en el que suggereixen sobre el paper de Xi en la presa de decisions que va portar a la construcció dels camps d’internament per a uigurs. Tot i que aporten cap prova que l’any 2014 Xi ja estigués pensant a crear un gulag per a uigurs, sí que quedar prou clara que va exigir actuacions molt més dures contra les “tres forces del mal”.
China’s Two-Ocean Strategy Puts India in a Pincer
Raja Mohan analitza en aquest article a ForeignPolicy com la Xina està desafiant la pretensió d’hegemonia de l’Índia a les Maldives i Sri Lanka, considerades per Nova Delhi part de la seva esfera d’influència. Si bé és cert que l’oceà Índic és per a Pequín de menor importància que el Pacífic, està clar que la Xina aposta per l’estratègia dels dos oceans. La creixent importància econòmica de l’Àfrica ha fet que Pequín intensifiqui el seu compromís amb les nacions insulars de l’Índic, fonamentals per una futura flota xinesa. Més enllà dels vincles amb les Seychelles, les Comores, Maurici i Madagascar, Pequín ha exercit una pressió implacable sobre Nova Delhi a les Maldives i Sri Lanka. A les Maldives, les lluites polítiques han provocat tensions molt fortes entre els partidaris de la Xina i els qui donen suport a l’Índia, i malgrat algunes reticències, ara torna a ser el torn dels partidaris de Nova Delhi. A Sri Lanka s’ha desenvolupat un equilibri més complex, ja que malgrat el suport de la República Popular, Colombo ha optat per l’assistència econòmica índia atesos els perills d’una dependència excessiva de la Xina. Degut a la fortalesa xinesa, l’Índia no pot considerar per consolidada la seva primacia a les Maldives i Sri Lanka. Nova Delhi haurà d’aprofundir la cooperació amb aquestes illes facilitant-los l’accés al seu mercat intern, promovent inversions transfrontereres, resolvent disputes de llarga durada, reduint l’intervencionisme en els afers interns d’aquestes nacions i aïllant les relacions bilaterals de les lluites de poder.
Erdogan’s End Game
Des de que va arribar al poder l’any 2003, Erdogan ha anat mostrant progressivament una deriva més autoritària. El president turc ha anat guanyant control sobre el poder judicial, la policia, els mitjans de comunicació i altres institucions de l’estat i la societat civil. En els darrers anys, però, el populisme autoritari d’Erdogan ha anat perdent suport. Una de les seves grans debilitats és el nou sistema presidencial electoral, la reforma del qual va liderar ell mateix l’any 2017. Si bé aquesta reforma va coronar Erdogan com a cap d’estat, cap del govern, cap del seu partit AKP i cap de la policia, també va enfortir l’oposició. Per altra banda, una altra gran vulnerabilitat del seu mandat és la crisi econòmica que viu Turquia des del 2018, i que ha fet que l’AKP perdi suport en les dues ciutats més importants del país, Istanbul i Ankara. Ara, amb la seva popularitat debilitada, Erdogan s’enfronta a un repte: unes eleccions presidencials turques en 18 mesos, les quals té moltes possibilitats de perdre. I donat el seu historial d’abús de poder, tot indica que el líder turc farà el possible per mantenir el poder, o bé desacreditant els resultats electorals a l’estil Trump, o bé manipulant-los amb antelació. El repte per a Turquia, doncs, és assegurar una transferència de poder que no amenaci l’estabilitat de la seva democràcia. Per a l’autor, la millor estratègia seria aconseguir que Erdogan abandonés la presidència de manera voluntària. Donats els seus escàndols de corrupció i abús polític, és molt probable que el líder acabi a la presó o a l’exili si perd les eleccions. Així doncs, l’oposició hauria de concedir-li l’amnistia per a ell i la seva família a canvi d’una retirada pacífica del poder.
The Two-State Solution Is Dead—and Liberal Zionists Can’t Save It
Malgrat l’evident fracàs de la solució dels dos estats a Israel-Palestina, sionistes liberals i diplomàtics estrangers segueixen aferrant-se a aquesta proposta mentre l’extrema dreta israeliana consolida l’annexió de Cisjordània. En aquest context, Dimi Reider exposa a Foreign Affairs una crítica al llibre Haifa Republic: A Democratic Future for Israel (New York Review Books, 2021). En aquest llibre, Omri Boehm reconeix la derrota de la solució dels dos estats i adverteix de la neteja ètnica com una possibilitat tangible, però els problemes del llibre comencen quan l’autor tracta de buscar una solució salvant el sionisme liberal d’ell mateix. Bohem proposa rescatar la democràcia liberal del nacionalisme mitjançant la creació de dues entitats democràtiques entrellaçades en una confederació. El defecte més greu d’aquesta proposta és la incapacitat d’articular una raó convincent perquè els israelians considerin una sortida de l’estatus quo, tenint en compte que Israel és actualment més segur, més estable i més pròsper que mai. L’única motivació per introduir aquests canvis sembla ser moral, però la creixent indiferència d’Israel cap a les vides palestines suggereix que les probabilitat són escasses. Reider afegeix a la seva crítica del llibre la infinitat de problemes logístics que planteja una confederació amb dos governs i parlaments separats, així com la dificultat de desenvolupar una identitat compartida en un model que segrega. Rebutjar la proposta dels dos estats només per oferir una solució igualment a mitges no és una conclusió satisfactòria ni pràctica per fer avançar el sionisme liberal.
Gabriel Boric y la oportunidad de renovar la izquierda
Al mes de desembre Gabriel Boric va guanyar les eleccions presidencials de Xile, convertint-se en el president més jove de la història del país. Boric va llançar-se a la cursa per la presidència amb una agenda clara: més protecció social per als pobres, impostos més alts per als rics i les empreses, i reformes de pensions, educació i sanitat pública. El jove líder ha arribat a la presidència amb l’objectiu de superar el llegat neoliberal d’Augusto Pinochet, i haurà d’assumir ara la transformació més profunda de la societat xilena en dècades. Són molts els reptes als quals s’enfronta. El primer és complir amb les reformes socials que va prometre durant la campanya electoral. En segon lloc, haurà d’abordar la crisi econòmica i l’atur, que afecta un terç dels xilens en edat de treballar. Finalment, haurà de liderar el procés constituent per a una nova constitució, que substitueixi l’aprovada durant la dictadura. Les seves apostes són la paritat, el pluralisme i la diversitat d’identitats, incloent per primera vegada en el diàleg polític als diversos pobles indígenes. Si Gabriel Boric sap afrontar aquestes reptes sense generar fortes resistències entre els sectors més poderosos, i sense espantar els mercats, potser podrà aportar per fi la renovació política que unes esquerres llatinoamericanes envellides necessiten; i esdevenir així una força realment transformadora per a unes societats que continuen sent profundament desiguals i injustes.
I Fear for Our Democracy
Amb motiu del primer any de l’assalt al Capitoli de Washington per part de partidaris de Donald Trump, l’expresident nord-americà Jimmy Carter publica una tribuna al New York Times on denuncia que aquells que van promoure la mentida que les eleccions van ser robades s’han apoderat d’un partit polític i han alimentat la desconfiança en el sistema electorls. Aquestes forces exerceixen poder i influència mitjançant una desinformació implacable, que continua dividint els nord-americans. Segons un estudi del Survey Center on American Life, el 36 per cent dels nord-americans (gairebé 100 milions de persones de tots els horitzons polítics) coincideixen que la forma de vida tradicional nord-americana està desapareixent tan ràpidament que potser caldrà utilitzar la força per salvar-la. Paral·lelament, el Washington Post va informar recentment que aproximadament el 40 per cent dels republicans creuen que l’acció violenta contra el govern de vegades està justificada. Per posar-hi remei, Carter considera que primer, si bé els ciutadans poden estar en desacord sobre les polítiques, han de donar suport als principis constitucionals fonamentals i les normes d’equitat, civisme i respecte a l’estat de dret. Segon, cal impulsar reformes que garanteixin la seguretat i l’accessibilitat de les eleccions i garanteixin la confiança de la ciutadania en la justesa dels resultats. Tercer, cal resistir la polarització que està remodelant les identitats al voltant de la política i centrar-se en algunes veritats bàsiques: que tots som humans, tots som nord-americans i tenim esperances comunes perquè les nostres comunitats i el nostre país prosperin. Quart, la violència no té cabuda a la política nord-americana, i cal actuar amb urgència per aprovar o enfortir lleis per revertir els intents d’assassinat, intimidació i presència de milícies armades als carrers. Finalment, s’ha d’abordar la difusió de la desinformació, especialment a les xarxes socials. Cal reformar aquestes plataformes i acostumar-nos a buscar informació precisa. Les empreses americanes i les comunitats religioses haurien de fomentar el respecte per les normes democràtiques, la participació en les eleccions i els esforços per contrarestar la desinformació.
Catalunya, España, Europa
Allò que el procés ha desvelat
Agustí Colomines destaca els principals elements que, al seu entendre, el procés ha fet aflorar durant els últims anys. En primer lloc, assenyala el fals rol de l’independentisme en la gestació del postfeixisme, ja que només es desvela allò que és viu, encara que estigui adormit. L’extrema dreta espanyolista no ha deixat mai d’existir i durant anys es va assegurar que a Espanya no existia un partit d’extrema dreta, com molts hi ha a Europa, és perquè el PP acollia en el seu si aquest sector. En segon lloc, la majoria de l’extrema dreta del món detesta els immigrants, els negres, els gais o els jueus, a més de ser profundament masclista. Per tant, una de les característiques d’aquesta dreta radical és que rebutja la diversitat, sigui nacional, racial, sexual o de gènere. Però a Espanya, l’extrema dreta té un component específic, que s’afegeix a les característiques compartides amb els altres partits europeus, i aquest és el seu anticatalanisme ferotge. El combat contra la catalanitat, expressada per la llengua, ha estat el principal cavall de batalla de l’espanyolisme. Tercer, Colomines apunta a la monarquia i el deep State ja que l’extrema dreta espanyola enfonsa les arrels en l’administració de l’estat. Aquesta és la diferència més gran entre Ciutadans i Vox, entre moltes altres. Que ara el deep state actuï a gust i condicioni la vida política espanyola és conseqüència d’una transició fallida, dirigida per polítics de la dictadura. Els franquistes van transitar de la dictadura al règim constitucional del 78 de la “llei a la llei”, sense admetre responsabilitats de cap mena. En realitat, el deep state fa anys que és a les mateixes mans i es transmet, com aquell qui diu, familiarment. La monarquia n’és el baluard més fort, com es va poder constatar en el discurs del 3-O. La Transició va ser un pacte entre l’oposició i el franquisme per compartir el govern però de cap manera l’estat. En definitiva, l’independentisme va desvelar el radicalisme espanyolista, que ideològicament no té fronteres, perquè va d’un extrem a l’altre, si bé no és el responsable que avui tinguin expectatives de triomf. L’estat va reaccionar violentament perquè el perill de ruptura era real.
¿Diàleg fantasma o retorn de Puigdemont?
L’article repassa algunes de les batalles polítiques obertes el resultat de les quals definirà el mapa dels anys que vindran. La mare de totes les batalles gira al voltant de les decisions que hauran de prendre els tribunals europeus sobre l’exili independentista català, el president Carles Puigdemont i la resta. Per una banda, la confirmació o no pel Tribunal General de la Unió Europea (TGUE) de la condició d’eurodiputats de Puigdemont i Comín contra el vet inicial del Parlament Europeu. Per l’altra, la crucial resposta del Tribunal de Justícia de la Unió Europea (TJUE) a les prejudicials del jutge del Tribunal Suprem Pablo Llarena sobre les euroordres. Aquí se la juguen de veres Puigdemont i l’exili, l’aparell judicial espanyol i la justícia comunitària. El que està en joc, ni més ni menys, és la preeminència o no dels tribunals europeus sobre els dels estats membres, o sigui, un dels pilars que sustenten la Unió. I, és clar, si Puigdemont pot tornar a Catalunya com a home lliure i sense por a ser detingut per celebrar el seu seixantè aniversari, com va donar a entendre aquest Nadal. La decisió del TJUE és obvi que pot capgirar moltes coses. De moment, però, n’apuntem només una. En l’àmbit de la discussió estratègica de l’independentisme, al final serà també un tribunal, en aquest cas europeu, qui decidirà si la raó assisteix al pragmatisme d’ERC o bé la confrontació intel·ligent que propugna el puigdemontisme i, en general, Junts. L’altra gran batalla del 2022 passa per l’alternativa a una recomposició de l’independentisme, capítol on el PSC de Salvador Illa és l’actor principal. Com també li passa a l’ERC del president Pere Aragonès, els socialistes necessiten jugar en diversos escenaris a la vegada per muscular-se com a possible pal de paller d’un govern no independentista el 2023 ―en el cas que s’esgoti la legislatura―. Això vol dir practicar la centralitat extrema, o sigui esprémer al màxim la línia multipacte marca de la casa, sense límits. D’aquesta manera, el PSC podria entendre’s amb l’independentisme, amb tot ell o gairebé, no només al Parlament ―com ja ha succeït amb la renovació dels òrgans institucionals caducats, CCMA, CAC, etc.― sinó també als ajuntaments després de les properes municipals. I, a la vegada, mantenir-hi les distàncies, sacrificant si cal el compromís històric del PSC amb la immersió lingüística, per no perdre pistonada en el camp espanyolista.
El orgullo herido del nacionalismo español
Ignacio Sánchez-Cuenca argumenta que el govern de coalició de l’Estat es veu envoltat per unes condicions poc favorables. L’autor sosté que l’origen de les seves dificultats rau en el fet d’haver forjat la coalició massa tard, quan el nacionalisme espanyol més excloent i reaccionari ja havia quallat electoralment. Si les esquerres s’haguessin unit l’any 2015, considera que molt probablement s’hagués evitat el desastre de la crisi catalana del 2017 i Vox hagués tingut més dificultats per créixer electoralment. A tot plegat cal afegir el trauma econòmic i nacional que l’orgull espanyol ha patit des del 2008 i que ha assentat les condicions per l’èxit de l’extrema dreta. Espanya va ser un dels països que més va patir durant la crisi i va entrar en fase introspectiva i pessimista. En poc temps s’hi va sumar la crisi catalana del 2017 i, a Espanya, molts la van viure com una humiliació. Així, les actituds ideològiques i nacionals s’han anat acoblant al llarg de la dècada 2010-20, i bona part de la societat espanyola ha evolucionat cap al conservadorisme i la reivindicació espanyolista.
O Restauración o Perestroika. O volvemos cuatro pasos atrás o damos un paso adelante
Pedro Vallín, autor del llibre C3PO en la Corte del rey Felipe VI (Arpa, 2021), és entrevistat a la revista CTXT. Tant al seu llibre com a l’entrevista, reflexiona sobre el Deep State espanyol, un organisme que, a diferència de les clavegueres de l’Estat, no té cervell que el dirigeixi ni l’operi. Es tracta de la inèrcia històrica del propi Estat, que en el cas d’Espanya porta 500 anys operativa. Vallín argumenta que el Deep State és com una serp abandonada a la seva pròpia lògica, velocitat i brutalitat, que ens els darrers anys no només s’ha introduït, sinó que s’ha convertit, en la pròpia política propugnada des de Madrid. Les conseqüències són diverses. Vallín fa especial èmfasi en la triple crisi territorial que actualment afronta Espanya: un disseny econòmic centralitzador i fagocitador; un disseny polític que crea 17 unitats territorials, algunes amb més sentit històric que d’altres; i un sistema electoral provincial, que permet que algunes províncies tinguin més pes que d’altres tot i tenir menys població. Aquests disseny econòmics, polític i electoral no són viables i estan ara en crisi. Vallin considera que ens trobem davant d’un dilema: o Restauració o Perestroika; o retrocedim quatre passes o n’avancem una. L’autor entén la Perestroika com una finestra d’oportunitat. Preguntat per una Deeptransició, Vallín apunta que la Transició no és matar el Deep State, que actualment està desbocat, tal i com s’ha vist per exemple en la resposta al procés independentista. La Transició és, en canvi, embridar-lo i posar-lo treballar en una determinada direcció, cosa que Vallín encara creu possible.
España en el mundo 2022: perspectivas y desafíos de influencia e imagen exterior
És previsible que el 2022 quedi superada definitivament l’emergència sanitària i s’avanci en la recuperació, però no obstant això, l’escenari internacional continuarà dominat per tendències anteriors que la pandèmia ha accelerat. Tal i com s’apunta en aquesta anàlisi del Real Instituto Elcano, aquests canvis poden suposar oportunitats per la política exterior espanyola, però els fenòmens globals també poden agreujar l’autoritarisme i desestabilitzar l’escenari internacional. En aquest context d’incertesa, el govern espanyol ha pretès impulsar una acció exterior més ambiciosa i passar a ser protagonistes en la construcció de solucions i consensos. Tanmateix, la conjuntura a curt termini ha estat adversa per desplegar el lideratge, ja que s’han tornat a mostrar importants debilitats econòmiques, així com el convuls clima polític intern. De cara al 2022, la posició exterior d’Espanya estarà marcada pel ritme de la recuperació i la capacitat de desplegar reformes, però també per una agenda intensa on hi destaca la interlocució amb un eix francoalemany renovat, els difícils equilibris al Magrib i la definició d’un enfocament cap a Amèrica Llatina. Pel que fa a la imatge país, Espanya es manté al capdavant dels índexs de reputació internacional, encara que la crisi ha truncat la tendència a millorar la autovaloració dels espanyols sobre el seu propi país. El punt més feble en la valoració interna és el relatiu al sistema polític. Amb vista a la percepció exterior, la cultura figura com un important actiu de soft power per a Espanya.
The return of big government sparks questions for Europe
El paper de l’estat s’està expandint arreu del món ja que la pandèmia de la COVID-19 ha desdibuixat els límits que el poder dels governs té en les democràcies liberals. Per a la Unió Europea, l’enfortiment dels govern requereix repensar la seva estructural institucional. Podrà Europa, i el seu equilibri entre poders nacionals i supranacionals, adaptar-s’hi? Segons The Economist, no li resultarà fàcil. Fins ara, les institucions europees no han receptat noves polítiques sinó que més ha aviat han actuat com una auto imposada camisa de força, limitant l’acció dels seus estats membres. Segons el think tank European Policy Centre, la UE pot respondre de dues maneres a aquesta tendència global cap a govern més forts. La primera és mantenir les institucions europees al marge, i deixar de constrènyer els estats membres. Això en certa manera ja està succeint, tal i com s’observa, per exemple, en la suspensió de les normes respecte de les ajudes estatals i el dèficit dels seus estats membres durant la pandèmia de la COVID-19. Si bé aquesta opció enforteix els estats membres, també debilita la integritat del projecte europeu. La segona manera implicaria l’emergència d’un govern fort a nivell europeu. De nou, també hi ha indicis d’aquest canvi, ja que alguns poders estatals ja s’estan transferint a les institucions europees. És el cas de l’aprovisionament de vacunes als estats membres, assumit per la Comissió Europea, o de l’agenda verda europea. La proposta d’una Europa més forta planteja dubtes sobre si la infraestructura institucional de la UE està a l’alçada. The Economist argumenta que l’adaptació que emprendrà la UE serà a mig camí entre les dues vies esmentades. No s’espera una gran reforma institucional, que només es podria aconseguir amb nous tractats, però sí nous programes i noves responsabilitats a nivell europeu en àmbits específics.
Europe Strong and Safe
En aquest article a Foreign Affairs, Ivo H. Daalder i James M. Goldgeier analitzen les raons que expliquen l’agressivitat de la política exterior russa i defensen la necessitat de revitalitzar l’arquitectura de seguretat europea amb el suport dels Estats Units. En aquest sentit, els autors apunten que la promesa formulada per l’OTAN l’any 2008 de que Ucraïna i Geòrgia esdevindrien membres de l’aliança, ha estat emprada per Putin cada vegada que Rússia ha volgut augmentar la pressió sobre Occident. No obstant això, els esforços russos per intimidar i desestabilitzar Ucraïna es remunten a les revolucions de democràtiques que a principis del segle XXI van posar en perill la influència de Rússia a Geòrgia i Ucraïna. Així doncs, la veritable raó per la qual Rússia ha reunit més de 100.000 soldats a la frontera amb Ucraïna no és més que impedir que l’exrepública soviètica es converteixi en una democràcia d’èxit, i que això, al seu torn, pugui amenaçar el poder de Putin inspirant els ciutadans russos. En aquest context, l’arquitectura de seguretat europea ha col·lapsat en els darrers anys, de manera que Rússia, els Estats Units, l’OTAN i els estats europeus han de reconstruir els fonaments de la seguretat d’Europa al voltant dels principis bàsics establerts amb l’Acta de Hèlsinki l’any 1975. Rússia té dret a no témer la invasió d’Occident, els membres de l’OTAN tenen dret a no témer una invasió russa, i Ucraïna, per la seva part, té dret a buscar un futur democràtic lliure d’interferències i intimidacions.
Europa descentrada y el fin de la hegemonía occidental
Qui no està atent als signes dels temps corre el risc de quedar anacrònic en la seva pròpia època. Actualment, els acadèmics debaten sobre si el referent cultural i la realitat geopolítica que anomenem “Occident”, en la seva concepció originària més eurocèntrica, està en decadència o no. En aquest article, José Antonio Pérez Tapias assenyala que tot indica que el temps d’Occident i la seva hegemonia planetària s’està acabant, ja que des dels espais culturals i polítics no occidentals ja no s’accepta aquesta hegemonia. El senyals que ens avisen d’aquesta realitat canviant són diversos. Si ens fixem en la geopolítica, la crisi a l’Afganistan, l’aliança AUKUS entre els Estats Units, Austràlia i el Regne Unit, el conflicte entre Ucraïna i Rússia, i la crisi dels refugiats a Europa revelen el poc lideratge (i la poca rellevància) de la Unió Europea. Alguns acadèmics van més enllà de la decadència geopolítica i aborden també la fi del predomini cultural europeu, la qual anomenen la “provincialització d’Europa”. L’autor també reconeix que la globalització que exigeix enfocaments multilateralistes, i que Europa faria bé en veure’s com una “província” d’aquest món on se superposen moltes històries. Assumint aquesta posició perifèrica, Europa estaria en millors condicions per participar en els diàlegs multilaterals que aborden els conflictes globals. Es tracta de pensar en un Occident no dominant, saben que en la mateixa “província Europa” alguns no han deixat mai de ser internament perifèrics.
5 reasons for the EU to be hopeful in 2022
Tot i que està clar que haurem de conviure amb la COVID-19 encara durant algun temps, l’autor assenyala que han sorgit nous elements polítics des del canvi de govern d’Alemanya al desembre que ofereixen una perspectiva de solucions innovadores per als problemes de la Unió Europea. Segurament, hi ha diverses coses que podrien sortir malament: un augment incontrolable de variants de coronavirus més mortals que endarrereixin la recuperació econòmica; una ofensiva militar russa contra Ucraïna; un bloqueig polonès de les institucions de la UE en la batalla per l’estat de dret i els fons de la UE. Tanmateix, cap d’aquests pitjors és inevitable, ni tan sols probable i destaquen cinc motius per a l’optimisme. Primer, després d’anys d’enfrontaments estèrils per les normes fiscals de la UE, que van ser suspeses a l’inici de la pandèmia de COVID-19, està sorgint un consens que, per evitar frenar la recuperació, s’han de canviar les regulacions de disciplina pressupostària abans que entrin en vigor el 2023. Segon, després d’un any se stagnació amb l’excanciller alemanya Angela Merkel en els seus mesos crepusculars i Macron distret per la seva candidatura a la reelecció l’abril del 2022, la UE ara pot esperar un lideratge francoalemany més enèrgic a partir del mes de maig. Tercer, el nou govern alemany també ha deixat clar que serà menys indulgent per fer front a les mesures dels governants nacionalistes de Polònia i Hongria per soscavar la independència del poder judicial, limitar la llibertat dels mitjans de comunicació i els drets civils, i rebutjar la primacia del dret de la UE sobre la legislació nacional. Quart, s’espera que durant 2022 la UE i l’OTAN renovin les seves doctrines estratègiques: la UE està preparada per adoptar la seva primera anàlisi d’amenaça comuna i definir el seu nivell d’ambició militar en un nou intent d’aconseguir la seva autonomia estratègica. Per la seva banda, està previst que l’OTAN també actualitzi el seu concepte estratègic. Finalment, la sortida de Lord David Frost com a negociador del Brexit ofereix una raó per esperar que les relacions entre la UE i el Regne Unit millorin. El primer ministre Boris Johnson necessita una solució al problema comercial d’Irlanda del Nord creat pel protocol que Frost va negociar al 2020, creant una frontera duanera incòmode al mar d’Irlanda.
The not-so-fantastic 4: Central Europe’s divided Visegrad alliance
L’anomenat grup de Visegrad format per Polònia, Hongria, Eslovàquia i la República Txeca s’està convertint a poc a poc en un grup escindit en dos bàndols. Això es deu a la creixent divergència entre Polònia i Hongria, d’una banda, que cada cop s’allunyen més del model de democràcia liberal, i de l’altra Eslovàquia i la República Txeca, que han vist com els canvis recents en els seus governs les tornen a apropar al mainstream de la UE. Això no obstant, els quatre països encara tenen punts en comú en qüestions com la lluita contra les reformes del Paquet de Mobilitat que consideren que soscaven les empreses logístiques d’Europa central, l’ampliació de la llibertat de serveis o un tracte favorable a l’energia nuclear en la nova taxonomia verda europea. Però ara també hi ha moltes coses que els separen: des de les polítiques cap a Rússia i la Xina fins a acceptar de supeditar el repartiment dels fons de recuperació de la UE amb el respecte a l’estat de dret. Fins ara, tant per a Varsòvia com per a Budapest, la cooperació de Visegrad ha servit com una eina diplomàtica important en un moment en què les dues capitals estan cada cop més aïllades. Els líders dels quatre països sovint assisteixen a reunions d’alt nivell junts i utilitzen el format de Visegrad per intentar projectar més la seva influència en els debats polítics de la UE.
Albania, North Macedonia, Serbia Deepen Ties At 'Open Balkan' Summit
Gresa Kraja descriu els avenços de la iniciativa Open Balkan amb vistes a crear un mercat únic entre Albània, Macedònia del Nord i Sèrbia. Després de dos dies de converses a Tirana, els presidents d’aquestes tres repúbliques balcàniques han signat una sèrie d’acords sobre el mercat laboral, la identificació electrònica i l’aixecament de barreres no aranzelàries. Prèviament ja havien decidit abolir els controls duaners a les seves fronteres a partir de gener del 2023. Malgrat que els tres països es troben en diferents etapes en l’adhesió a la UE, l’objectiu de la iniciativa és avançar en el procés d’integració garantint la lliure circulació de persones, béns, capitals i serveis, les quatre llibertats bàsiques de la Unió. Per la seva part, els governs de Bòsnia-Hercegovina, Kosovo i Montenegro s’han mostrat escèptics amb el projecte i han rebutjat les crides a unir-s’hi. Al seu torn, l’exprimer ministre albanès Sali Berisha, ha afirmat que aquesta iniciativa té com a objectiu “establir l’hegemonia sèrbia a la regió”.
Transnistrie, vestige d’un conflit gelé
Des de les pàgines de Le Monde Diplomatique s’analitza la situació a Transnístria, en un moment on s’acumulen les tensions i els conflictes a les fronteres orientals de la Unió Europea: guerra larvada al Donbass, amenaces russes a Ucraïna, increment de la tensió a Bòsnia, crisi dels migrants a la frontera bielorussa… Dins d’aquest context, l’autor argumenta que el president sortint va guanyar sense sorpresa les eleccions del 12 de desembre. En aquesta regió separatista prorussa de Moldàvia, la política ja no mobilitza les multituds, començant pels joves, cansats de viure en un estat no reconegut. Les autoritats defensen la independència i una visió multicultural de la nació moldava, en línia amb l’herència soviètica. En efecte, debilitada pel context polític, Transnístria ha vist com la seva població s’ha reduït de manera dràstica (com la de Moldàvia, d’altra banda) passant de 706.000 habitants l’any 1990 a només 450.000 en l’actualitat, ja que molts joves van a estudiar o treballar a l’estranger. L’adhesió dels joves al projecte nacional depèn doncs de les perspectives que se’ls oferiran. Desitjosos d’aturar la sagnia, les autoritats han intentat consolidar una “identitat transnistriana” que no es basaria en l’ètnia, ni tan sols en la llengua russa, sinó en el model assimilacionista heretat de l’època soviètica.
Democracia, diversidad y cultura
World Report 2021
L’increment de la persecució a la dissidència a la Xina, Rússia, Veneçuela o Nicaragua, la caiguda de fràgils democràcies a Birmània i Sudan, i els girs autocràtics en els governs de Brasil, Hongria o El Salvador són algunes de les tendències denunciades en el nou informe anual de Human Rights Watch. El document també destaca el deteriorament de les llibertats a països com Turquia, Tailàndia o Egipte, les transferències “no democràtiques” de poder a Tunísia o Txad, i els preocupants abusos a les Filipines i l’Índia. L’informe denuncia que durant el segon any de pandèmia moltes dictadures o líders amb tendències autocràtiques van amenaçar, silenciar o detenir treballadors sanitaris, periodistes i altres veus crítiques amb la resposta que les autoritats donaven a la crisi. Països com Egipte, l’Índia, Hongria, Mèxic, Nicaragua o Veneçuela van ser exemples d’aquestes pràctiques. HRW denuncia l’atac de la Xina als últims reductes de llibertat a Hong Kong i lamenta la negativa de les Nacions Unides a condemnar obertament la Xina pels seus crims contra la humanitat comesos sobre la minoria musulmana uigur a Xinjiang. Abusos en sistemes electorals que ja eren fràgils han tingut lloc a Rússia, on el líder opositor Alexei Navalni va ser condemnat a presó després de sobreviure a un intent d’enverinament, o a Nicaragua, on tots els candidats rivals de Daniel Ortega van ser detinguts abans de les eleccions de novembre. Pel que fa als EUA, tot i que l’Administració Biden, que va prometre una política exterior guiada pels drets humans en contrast amb la de Donald Trump, HRW denuncia que Washington ha continuat venent armes a Egipte, Aràbia Saudita, Emirats Àrabs o Israel malgrat la seva continuada repressió. Finalment, l’informe assenyala que la defensa dels drets humans requereix no només combatre la repressió de les dictadures, sinó també millorar el lideratge polític a les democràcies”, i es mostra molt crítica respecte de la feble resposta del “món lliure” a desafiaments com el canvi climàtic, la pobresa o les possibles amenaces que plantegen les modernes tecnologies. Un signe de debilitat del bloc democràtic denunciat per HRW va ser la passivitat per part d’Occident a l’hora que les vacunes arribessin ràpidament a països en desenvolupament, la qual cosa que s’ha traduït en morts innecessàries i un augment del risc que sorgeixin variants més resistents.
Global Risks Report 2022
Durant els propers dos anys caldrà vigilar de prop els efectes del canvi climàtic, les divisions socials, les malalties infeccioses i la salut mental. Així ho apunta l’informe sobre reptes globals publicat a principis d’any pel Fòrum Econòmic Mundial. El document posa de manifest que mentre que l’any passat la situació sanitària era la màxima preocupació a curt termini, ara les alertes es concentren en la crisi climàtica i els problemes socials, així com en riscos nous: la salut mental, les crisis de deute i les bombolles d’actius. Prova de la importància que està adquirint a nivell mundial la salut mental és que apareix en sisena posició en aquest top 10 de riscos globals, quan altres anys ni tan sols se l’esmentava. I si bé aquest problema no torna a figurar en les perspectives a mitjà i llarg termini, la crisi de deute sí que es troba com a cinquena preocupació de cara als cinc anys següents -una posició que ja tenia l’any passat- i es col·loca entre els riscos més severs per als propers deu. Alhora, l’esclat de la bombolla d’actius (la inflació desmesurada del preu de l’habitatge o de les accions) també apareix de nou a la llista de preocupacions a mitjà termini. En aquest sentit, el document també recull que la majoria d’experts creu que la recuperació econòmica mundial serà volàtil i desigual durant els propers tres anys, ja que les pertorbacions econòmiques i sanitàries estan agreujant les divisions socials. Però més enllà de tot això, el que deixa clar aquesta visió a mitjà i llarg termini és que el temor més gran són els problemes relacionats amb el canvi climàtic. L’informe assenyala el fracàs de l’acció climàtica i adverteix que els fenòmens meteorològics extrems, la pèrdua de biodiversitat, les crisis de recursos naturals i l’impacte ambiental constitueixen els riscos més grans d’aquí a cinc o deu anys. Són més preocupants que l’erosió a la cohesió social, la migració involuntària, les conseqüències adverses dels avenços tecnològics i els problemes geopolítics. En efecte, no actuar davant del canvi climàtic podria reduir el PIB mundial en una sisena part.
10 Ideas to Fix Democracy
Durant 15 anys seguits, l’informe anual de Freedom House ha registrat un declivi en el nombre de democràcies arreu del món. En aquest dossier de Foreign Policy, 10 pensadors comparteixen la seva visió per a reformar la democràcia, defensar-la i assegurar-ne la seva supervivència. Hi ha dos grans temes que són recurrents. El primer se centra en la tecnologia com a camp per a l’acció política. Diversos autors fan una crida a combatre els discursos tòxics que difonen les xarxes socials, així com els perills del hacking, l’espionatge, la vigilància i la desinformació. És per això que reclamen mesures de defensa digital que protegeixin els estats d’ingerències cibernètiques externes. L’altre gran tema se centra en abordar les desigualtats del capitalisme actual, especialment les desigualtats racials i socials. Mentre que Anne-Marie Slaughter, per exemple, demana als estats fer autocrítica i reconciliar-se amb el seu propi passat, en molts casos tacat per la segregació racial o el colonialisme, Eduardo Porter exigeix mesures concretes per a combatre les desigualtats racials actuals, particularment pel que fa a l’habitatge i l’educació. Un aspecte que falta en aquest intercanvi de visions és una crida general a deixar d’actuar com si la democràcia ja estigués del tot perduda. Malgrat les seves evidents limitacions, la democràcia liberal ha comportat drets civils, participació política, mobilització social i noves oportunitats econòmiques. Tal i com diu Anders Fogh Rasmussen, els ciutadans rarament surten al carrer per exigir més autoritarisme sinó més democràcia. En darrer terme, a la democràcia li fa falta una mica més de confiança en ella mateixa per a abordar els reptes que se li plantegen.
We underestimate the appeal of nationalism’s dark fantasies at our peril
Jeremy Cliffe adverteix amb un seguit d’exemples com les iniciatives plantejades pel nacionalisme marcaran la política internacional durant l’any 2022. Éric Zemmour, candidat a la presidència francesa, ha denunciat la submissió de França a les forces del feminisme, els drets LGBT, l’europeisme, la globalització i, sobretot, la migració i la islamització. Als Estats Units, el Partit Republicà està cada cop més controlat per extremistes que consideren fraudulentes les eleccions del 2020. A Europa, l’exprimer ministre polonès Jarosław Kaczyński va advertir que la UE s’està convertint en un “Quart Reich” i, de cara les properes eleccions a Hongria, Viktor Orbán es presenta com un bastió contra una UE imperialista. Per la seva part, Putin retrata Ucraïna com una colònia d’una OTAN imperialista, malgrat que siguin les tropes russes les que ocupen part del país. El que uneix i fa atractives totes aquestes narratives és el llenguatge emprat i les imatges de resistència que presenten una emocionant lluita entre oprimits i opressors. I es que desafiar l’ocupació i la submissió mentre es viu una lluita per un futur alliberador té un poderós atractiu romàntic. L’any 2022, polítics majoritàriament de la dreta radical intentaran aprofitar aquests anhels i impulsos, però l’autor considera que si alguna cosa ens han ensenyat els darrers anys, és que convé oposar-se a les forces més fosques de la naturalesa humana.
On aimerait bien, mais on ne peut plus…
Durant els darrers vint anys, el capitalisme ha encadenat les crisis, multituds han exigit que els seus líders se’n vagin sense que l’ordre neoliberal existent s’hagi vist seriosament compromès. I és l’extrema dreta la que avança. Els errors i les renúncies de l’esquerra governant, sobretot a Europa, fan que no s’hagi beneficiat del descontentament generalitzat. Però, més enllà del seu historial de fallides, quines perspectives serioses conserva de transformar la societat quan el seu divorci de les classes populars s’ha consumat gairebé arreu? L’any 2002, els socialdemòcrates governaven tretze dels quinze països de la Unió Europea; vint anys després, només n’hi ha set de vint-i-set (Alemanya, Finlàndia, Suècia, Dinamarca, Espanya, Portugal i Malta). Un col·lapse que no és aliè a una cruel paradoxa: la globalització neoliberal, a través de la llibertat de circulació de béns, serveis, capitals i persones, està qüestionada no per l’esquerra, en gran part reunida pel liberalisme social, sinó per la dreta anomenada populista. Per aconseguir els objectius de transformació social aquests han de ser recolzats per un poderós moviment de les classes populars. Tothom és conscient que la consciència dels fracassos d’una política, o fins i tot de la il·legitimitat d’un sistema, no engendra automàticament la voluntat de derrotar-los. Quan falten els instruments per aconseguir-ho, sovint la revolta o la ira deixa pas a l’enginy, al campi qui pugui o al convenciment que els drets socials del proïsme constitueixen privilegis. Aquest caldo de cultiu afavoreix llavors els conservadors i l’extrema dreta. Durant els darrers trenta anys, la dissociació de l’esquerra i l’electorat popular s’ha atribuït a una sèrie de factors: polítics (la traïció dels compromisos adquirits), econòmics (terciarització, financiarització, globalització), ideològics (hegemonia neoliberal), sociològics ( la celebració de la meritocràcia per part de les classes cultivades), antropològics (la dissolució de les diferents formes de vida en el càlcul i la racionalitat del mercat), geogràfics (les metròpolis contra el periurbà), culturals (lluites societals contra lluites socials). Aquestes explicacions clàssiques només dibuixen un patró coherent a condició de tenir en compte també dues causes poc esmentades: les virtuts moderadores que l'”amenaça soviètica” exercia sobre els líders del “món lliure” capitalista, d’una banda; la degradació de la relació de la classe popular amb la política institucional de l’altra.
La democracia es un agente extranjero
Arran de les recents revoltes que han tingut lloc al Kazakhstan, on domina un capitalisme autoritari i mafiós, on el mateix partit de matriu familiar, sorgit del sistema comunista, té el poder des de fa més de 30 anys, on la corrupció és generalitzada i les desigualtats lacerants, l’autor reflexiona sobre les relacions entre règims autocràtics i democràcia destacant l’argument utilitzat per desqualificar les demandes de la població titllant-les d’idees estrangeres propagades agents també estrangers. Es tracta d’un vell argument, que ja feia servir el franquisme i ara ho fan el putinisme i els seus règims amics, com el de Kazakhstan. Les revoltes sempre són obra d’agents estrangers. No hi ha motius seriosos per protestar. Els problemes econòmics solen ser meres excuses, i es resolen amb ràpides concessions com les que ha fet el règim kazakh en rebaixar el preu del combustible per als automòbils després de duplicar-lo a partir del primer de gener. I tampoc no hi ha problemes polítics: està assegurada la democràcia sobirana, la genuïna, adaptada a les circumstàncies del país i obedient a la vertical del poder, tal com es va veure a les eleccions de Bielorússia l’any passat o a Hong Kong. Per a la internacional autocràtica, la democràcia, com a sistema pluralista i competitiu de govern de la majoria en què es respecta la minoria i, per descomptat, els drets individuals, és un agent estranger. La seva mera existència al món amenaça la sobirania de Rússia i de la Xina, una agressió exterior que mereix les respostes que ja coneixem. Ho estem veient a Ucraïna i a Hong Kong, territoris sobre els quals exigeixen dret de veto els imperis autocràtics. Serveix també per al supremacisme blanc i anglosaxó del trumpisme, que vol desposseir del dret de vot els que considera estrangers encara que hagin nascut als Estats Units.
More Power to More People
El president nord-americà Joe Biden va organitzar el desembre passat, una cimera virtual per discutir sobre la renovació democràtica davant els grans reptes contemporanis. En aquest context, Hélène Landemore proposa modificar els sistemes polítics de manera més substancial en lloc de tractar de millorar les democràcies actuals. A Foreign Policy, l’autora argumenta que, com a conseqüència de defectes fonamentals en el disseny dels governs representatius, els parlaments sovint no representen determinats sectors de població, la qual cosa dificulta atendre les seves necessitats i interessos. Per això aposta per atorgar capacitats legislatives a parlaments constituïts per ciutadans triats aleatòriament que actuarien com a representants democràtics legítims. Diverses experiències reals confirmen que la ciutadania té la capacitat de legislar bé si compta amb els recursos adequats i amb el suport d’experts. Així doncs, al seu entendre la següent fase de la transformació democràtica ha de passar per organitzar assemblees ciutadanes permanents amb capacitats legislatives pròpies. En aquest sentit, li sembla evident que la cimera de Biden no va ser veritablement inclusiva ni representativa, per la qual cosa, les futures cimeres haurien de convidar participants d’antigues assemblees de ciutadans o, millor encara, podrien començar a pensar en una assemblea ciutadana internacional.
La géopolitique des couleurs
L’historiador dels colors Michel Pastoureau afirma que el color “simbolitza” i que el seu significat s’acaba gravant en el temps i convida a inserir els colors en la llarga durada. Destaca que pel que fa a les banderes, és molt difícil saber què es volia dir a l’inici, qui la va triar, en quin context, per a dir què, etc. Hi ha una mena de misteri dels orígens que s’albira, fins i tot en els darrers temps. Europa comparteix un patrimoni comú de valors, sensibilitats, creences i mites que vénen de lluny i que no poden ser modificats per decret pels governants. Per tant, és absolutament necessari trobar signes unificadors, un paper que pot jugar el color. Ho veiem amb els emblemes de l’arc de Sant Martí que són escollits per una sèrie de moviments molt diferents però que tots tenen aquesta idea d’expressar la diversitat, alhora que la reuneixen en un sistema comú.
Economía, bienestar e igualdad
Décroissance, sobriété, minimalisme: des pratiques de riches?
La crisi climàtica s’agreuja i planteja una sèrie de reptes ambientals, socials i econòmics. Mentre les nostres maneres de consumir evolucionen, la crisi sanitària sembla haver accentuat el fenomen, desenvolupant la fibra del minimalisme i la sobrietat entre molts ciutadans. A partir d’ara, s’aconsella consumir menys, millor i de proximitat. L’autora es planteja, però, si aquestes resolucions estan a l’abast de tothom? Anne de Rugy, professora de sociologia a la Universitat de Paris-Est-Créteil, considera que la voluntat de repensar la seva forma de vida afecta més a les classes mitjanes i les classes mitjanes-altas. Amb una motivació no exclusivament ecològica, ja que sovint, aquests perfils busquen sobretot millorar el seu dia a dia i tenir accés a estils de vida més qualitatius, més d’acord amb les seves necessitats i valors profunds. Afegeix que aquest canvi d’estils de vida testimonia una estratègia de distingir una categoria de població amb un bagatge intel·lectual important, amb una forta identitat social, en contra del desenvolupament del capital econòmic impulsat per la nostra societat de consum. Ara bé, si la saturació que se sent davant el materialisme s’encarna cada cop més en la població, la renda segueix sent el factor que més influeix en les pràctiques de consum. En realitat, no és perquè s’intenta consumir ecològic i local que es redueix dràsticament la petjada ecològica. Com més alts siguin els ingressos, més probabilitats hi ha de consumir. Això demostra que reivindicar un estil de vida ecològic no sempre va de la mà amb un consum amb menys impacte ecològic” Finalment, encara que els esforços individuals pesin en la balança, el canvi real cap a modes de consum més sobris i raonats només es pot dur a terme amb el suport d’ingressos molt alts, empreses i governs. En aquest sentit, convindria imaginar nous codis que farien més igualitàries les limitacions ecològiques. Per a això, primer cal aconseguir el mínim de subsistència per a tothom en matèria d’habitatge i alimentació, perquè les reivindicacions vinculades al decreixement siguin viables i es considerin legítimes per part de tothom.
Digitalisation and telework—the ‘new normal’?
La pandèmia de COVID-19 ha comportat molts canvis en el món laboral. Aquests inclouen menys límits en les hores de treball, més control i interferència amb la vida privada, i més estrès per a una mà d’obra cada cop més fragmentada. Tot plegat fa que es parli d’una “nova normalitat”, també en el món del treball. Aquest any, el DGB Good Work Index, publicat per la confederació de sindicats alemanys, analitza les conseqüències de la pandèmia per als treballadors, mitjançant enquestes a 6.400 empleats. Els resultats mostren com han canviat les condicions laborals en tan sols un any i mig, especialment pel que fa a la digitalització de la feina i a l’increment del teletreball. Rolf Schmucker n’extreu dues grans conclusions. Mentre que s’espera que aquestes noves maneres de treballar aportin més mobilitat, flexibilitat i autonomia als treballadors, l’autor apunta que la digitalització de la feina no comporta automàticament millors condicions laborals. Per exemple, per a un terç dels enquestats, la digitalització ha suposat un increment del volum de feina i un estrès afegit. Així doncs, la millora de les condicions laborals no depèn només d’avenços tecnològics i logístics, sinó també del marc normatiu en el qual aquests es desenvolupin. La segona conclusió és que la digitalització del treball és desigual i varia segons el tipus d’ocupació, accentuant les diferències entre treballadors. Mentre que només un 21% dels treballadors en feines poc qualificades ha experimentat la digitalització, en el cas de les feines altament qualificades el percentatge ha estat del 78%. Schmucker recorda que l’objectiu d’una major flexibilitat i autonomia hauria de ser el mateix per a tots els treballadors, i que fixar-se només en els que poden teletreballar contribueix a una major fragmentació del món laboral.
Higher public debt = lower growth?
Durant la crisi de l’Eurozona, els responsables polítics van defensar l’austeritat referint-se a un estudi de Reinhart i Rogoff pel qual una ràtio de deute públic/PIB superior al 90% comportava taxes de creixement significativament reduïdes. Després de la crisi provocada per la pandèmia, el debat sobre l’impacte del deute públic en el creixement econòmic recuperarà el protagonisme, i és per això, que l’autor destaca la necessitat d’impedir que es recuperi l’ortodòxia a la política fiscal. Per mitjà d’un vast estudi comparatiu, conclou que les correlacions negatives entre deute públic i creixement poden ser degudes a altres factors que influeixen alhora sobre les dues variables, com per exemple, una crisi bancària. L’evidència empírica demostra també que no existeix un llindar uniforme en la ràtio d’endeutament, més enllà del qual el creixement cau necessàriament. Tenint en compte aquests resultats, argumenta que els responsables europeus haurien d’evitar repetir els errors del passat, reconsiderar la seva fixació en les implicacions negatives de l’endeutament i no insistir en polítiques d’austeritat que tornin a soscavar la recuperació a moltes parts d’Europa. Així doncs, les investigacions de Heimberger suggereixen que, després de la crisi de COVID-19, no hi hauria d’haver urgència extrema per reduir les ràtios d’endeutament a Europa.
How health care is turning into a consumer product
Aquest article analitza com la salut s’està convertint en un producte de consum. Avenços científics i tecnològics, com la Intel·ligència Artificial, fan possible noves maneres de cuidar la salut. Precisament, la pandèmia de COVID-19 ha propulsat la digitalització dels serveis mèdics: farmàcies online, aparells portables que monitoritzen la salut dels usuaris en temps real, plataformes que connecten els pacients amb els metges, i tests d’autodiagnòstic en són només alguns exemples. Segons Insights, les inversions en start-ups de salut digital s’han pràcticament doblat l’any 2021, assolint els 57 mil milions de dòlars. Les grans empreses tecnològiques també s’han interessat pels productes i serveis sanitaris, tal i com demostra l’adquisició de Fitbit per part de Google o els rellotges Applewatch, que ja ofereixen electrocardiogrames i pretenen incorporar un termòmetre i mesures d’oxigen en sang. Un altre senyal d’aquesta tendència és l’augment d’agències, lleis i estratègies reguladores, com les que la Unió Europea, Austràlia o Japó ja estan implementant. Passades les onades més greus de COVID-19, sembla que el boom de la sanitat digital s’ha desinflat una mica, amb algunes empreses recuperant el valor que tenien abans de la pandèmia. Tot i així, sembla que la sanitat digital ha arribat per quedar-se, i que no tornarem a l’antic model en què la salut quedava exclusivament a mans dels metges.
Prix de l’énergie, une folie organisée
Històricament, els responsables polítics europeus consideraven que la competència reduiria els preus del gas i l’electricitat, en benefici de les llars i les empreses però des de principis dels anys 2000 està passant tot el contrari. Si bé la recuperació caòtica d’una economia malmesa per la pandèmia explica l’origen de l’actual increment dels preus, l’autor considera que la desregulació està generant un augment estructural encara més preocupant ja que els governs han sacrificat la seva capacitat de regulació en benefici de la competència europea. En aquest context només els queda l’impost sobre l’energia que Itàlia, Espanya i Portugal han reduït per mirar de contenir la pujada de les factures. A França, el govern està implementant un val d’energia per a prop de sis milions de llars de baixos ingressos i ajorna els augments de tarifes previstos més enllà d’octubre de 2021 per al gas i febrer de 2022 per a l’electricitat. Els consumidors pagaran, però més tard, potser, quan baixin els preus del mercat… o acabin els cicles d’eleccions nacionals. Però aquestes respostes conjunturals no són una solució a llarg termini. Les associacions de consumidors denuncien cada cop més obertament aquest sistema i s’hi sumen grans clients industrials que s’enfronten a una situació crítica d’augment dels costos de fabricació. Per la seva banda, els sindicats intensifiquen les iniciatives per reclamar el retorn de les energies al sector públic. L’autor conclou que rescatar l’energia de la lògica del mercat planteja una altra qüestió, amb una repercussió molt més àmplia: com alliberar-se d’aquesta llei europea ultraliberal que s’imposa als estats?
Sostenibilidad y cambio climático
3 Reasons Nuclear Power Has Returned to the Energy Debate
La decisió de la Comissió Europea d’incloure l’energia nuclear a la llista de taxonomia verda ha tornat a encendre el debat sobre la conveniència d’aquesta font d’energia. Una dècada després que l’accident de Fukushima endarrerís les perspectives de la nuclear a nivell mundial, Jason Bordoff defensa en aquest article a Foreign Policy tres raons per les quals l’energia atòmica ha tornat a recuperat el protagonisme. En primer lloc, l’ús global d’electricitat s’haurà de duplicar l’any 2050 per aconseguir les zero emissions, i les fonts renovables no satisfaran totes les necessitats energètiques. Avui en dia, l’energia nuclear és la via més barata per descarbonitzar la producció elèctrica i l’única font lliure de carboni que pot proporcionar energia en qualsevol moment. La segona raó són els significatius avenços tecnològics que redueixen costos, residus i limiten els problemes de seguretat de les centrals nuclears. A més de reactors avançats i petits reactors modulars, l’energia nuclear també pot tenir un futur millor si la fusió nuclear esdevé comercialment viable. La tercera raó per la qual l’energia nuclear torna al debat energètic és la seguretat nacional dels Estats Units. Rússia ha substituït els EUA com a principal proveïdor mundial de reactors, i la Xina està especialment ben posicionada gràcies al seu programa de construcció de reactors domèstics gegants. Les centrals nuclear comporten riscos importants, però la pregunta que cal fer-nos és si serà més fàcil abordar els reptes de l’energia nuclear o intentar aconseguir la neutralitat climàtica sense comptar amb ella.
If we fail on climate, we fail on human rights, education and health
Christiana Figueres és diplomàtica de Costa Rica, fundadora de l’organització per l’acció climàtica Global Optimism i una de les arquitectes de l’Acord de París del 2015. Figueres és una negociadora veterana que negocia amb empreses amb qui altres activistes eviten parlar, com ara les dels combustibles fòssils. Per a Figueres, la falta de confiança entre els diferents actors, com ara entre països rics i països en desenvolupament, o entre les generacions que duen a terme les negociacions i les més joves que protesten als carrers, és al centre de la crisi climàtica. Una de les prioritats per a les futures Conferències pel Clima, com la COP27 que s’ha de celebrar a Egipte, és restaurar la confiança mitjançant la integritat, la credibilitat i la transparència. Sense confiança, serà molt difícil arribar a acords climàtics, la qual cosa és absolutament essencial. Segons Figueres, si no s’aborda la qüestió climàtica a temps, la resta de mesures que es prenguin en relació als drets humans, l’educació o la salut són irrellevants, perquè la destrucció del planeta serà tan severa que tota la resta quedarà obsoleta.
European Green Deal: can it tackle the climate crisis?
Perquè el Pacte Verd Europeu pugui realment fer front a la crisi climàtica, els autors defensen des de Social Europe la necessitat de substituir la col·laboració público-privada per esquemes público-comunitaris. El pla de la Comissió Europea per assolir la neutralitat climàtica es basa en el fallit model público-privat i es queda curt a l’hora d’invertir en comunitats i de reconèixer les importants contribucions dels municipis. Aquest model de col·laboració, no només socialitza els riscos de les inversions alhora que privatitza els guanys, sinó que també redueix la transparència. Pel contrari, els esquemes público-comunitaris són enfocaments innovadors per la coproducció de polítiques i la prestació de serveis públics de manera més democràtica. La col·laboració entre una cooperativa ciutadana i el govern municipal de Wolfhagen ofereix un excel·lent exemple de copropietat, cofinançament i codecisió que ha permès a les famílies estalviar i jugar un paper actiu en la transició cap a les renovables. Al seu torn, Cadis ha implicat els seus ciutadans en la transformació de l’empresa energètica municipal i en el disseny d’una subvenció per combatre la pobresa energètica. El Pacte Verd Europeu representa una oportunitat històrica, i és per aquesta raó que Kashimoto i Valentin aposten per la col·laboració entre els ens públics i la comunitat com la millor manera d’abordar simultàniament els reptes climàtics i socials als quals ens enfrontem.
Energies « vertes » : un nécessaire compromis européen
L’editorial del diari Le Monde considera que en proposar classificar el gas i l’energia nuclear com a necessaris per a la transició ecològica, alhora que els sotmet a més restriccions que les energies renovables, la Comissió Europea ha optat pel realisme. Agrupada sota el terme de taxonomia, la nova nomenclatura europea consisteix a definir què és una activitat econòmica sostenible per tal de dirigir el finançament en el marc del Pacte Verd per a Europa. Si una font d’energia no figura a la llista, tindrà dificultats per trobar el capital necessari per al seu desenvolupament i es pot trobar ràpidament fora de joc. Així, setanta sectors d’activitat, que representen el 93% dels gasos d’efecte hivernacle en territori europeu (construcció). , transport, indústria o energia) han estat examinats per esbrinar si podrien beneficiar-se d’aquesta nova etiqueta. Le Monde argumenta que en aquest debat energètic, no hi ha solucions ràpides. L’energia nuclear fa por, però pràcticament no emet CO2. El gas potser és més tranquil·litzador i menys contaminant que el petroli o el carbó, però ens situa en una situació de dependència del nostre principal proveïdor, la Rússia de Vladimir Putin, sense resoldre la qüestió de la descarbonització. No obstant això, les dues fonts d’energia tenen l’immens avantatge de ser controlables, és a dir, de ser utilitzables en qualsevol moment, fins i tot quan no hi ha vent per fer girar les eòliques o llum solar per alimentar les plaques solars. En darrer terme, encara que aquesta taxonomia estigui lluny de ser perfecta, permet a Europa reforçar el seu lideratge mediambiental, mitjançant la definició d’un estàndard de finançament verd, que podria convertir-se en un referent per a la resta del món.
What if Democracy and Climate Mitigation Are Incompatible?
La democràcia funciona a base de compromisos però el canvi climàtic és precisament el tipus de problema que sembla no permetre aquest tipus d’aproximació. A mesura que el rellotge segueix avançant, aquest desajustament estructural és cada vegada més evident. Les tensions entre els sistemes democràtics existents i el problema plantejat pel canvi climàtic són perfectament llegibles en la política interna, però més evidents encara en la política internacional. D’alguna manera, resulta temptador dir que la política internacional encara no és prou democràtica per combatre el canvi climàtic. Històricament, és innegable que els països occidentals que van ser els primers a industrialitzar-se són els responsables de la majoria de les emissions de carboni a l’atmosfera. La majoria de les emissions actuals també són responsabilitat d’una minoria de la població mundial, és a dir, de les economies més desenvolupades del món, un grup que se solapa molt amb el primer. Si el principi bàsic de la democràcia és que cada persona (o cada país) té la mateixa veu, aleshores sembla obvi que la majoria del món, la part de la població mundial que menys contribueix a les emissions de carboni i més pateix més els seus efectes, hauria de demanar comptes a la minoria. És a dir, haurien de ser capaços d’obligar el món desenvolupat a pagar el que sigui necessari per a la transició a les energies renovables. Un altre problema afegit és que a diferència d’altres problemes ambientals, els efectes del canvi climàtic no són immediats, la qual cosa dificulta encara més que es constitueixi un consens democràtic. En definitiva, que les democràcies del món assisteixin a un creixent espectre de radicalisme climàtic, tant de baix a dalt com de dalt a baix, no vol dir que els sistemes autoritaris ho farien millor per resoldre els problemes polítics i econòmics rellevants que implica anar més enllà de l’economia del carboni. Però és un senyal que la democràcia, en la seva forma actual, no és necessàriament el camí cap a una solució. En canvi, podria ser part del problema.
Innovación, ciencia y tecnología
The Case for Cyber-Realism. Geopolitical Problems Don’t Have Technical Solutions
Dmitri Alperovitch adverteix que els Estats Units hauran de tenir en compte els seus objectius geopolítics si pretenen contrarestar amb èxit les amenaces cibernètiques procedents dels seus adversaris. Washington ha entès els desafiaments del ciberespai com un problema tècnic que s’han de resoldre amb mesures defensives i dissuasives. Els esforços defensius, però, no han estat capaços d’evitar la majoria dels ciberatacs, i la dissuasió, per la seva part, ha resultat igualment ineficaç perquè no s’ha reaccionat amb respostes adaptades a la dimensió geopolítica dels atacs. Pel que fa a l’origen de les amenaces cibernètiques contra els Estats Units, la Xina és l’adversari més formidable en l’espionatge tradicional i econòmic, mentre que Rússia ha protagonitzat atacs orientats a sembrar agitació política i econòmica a Occident. L’Iran i Corea del Nord també han utilitzat cibereines per eludir sancions i per debilitar els seus rivals regionals. En el curt termini, els Estats Units han de fer més per endurir les seves defenses, però a llarg termini calen, sobretot, solucions geopolítiques i una diplomàcia contundent. Per aturar els ciberatacs de la Xina, Washington haurà de convèncer Pequín perquè arribi a un acord a canvi d’una desescalada en la guerra comercial. Pel que fa a Rússia, haurà d’alleujar les preocupacions de Moscou sobre la interferència occidental en els afers interns i regionals russos. En darrer terme, abordar l’amenaça cibernètica de l’Iran i Corea del Nord requerirà avançar en les negociacions sobre els seus respectius programes nuclears. La pregunta és si Estats Units estan disposats a prioritzar la seguretat en el ciberespai per sobre d’altres objectius geopolítics.
The End of Cyber-Anarchy? How to Build a New Digital Order
Ciberatacs, interferències electorals, espionatge empresarial i amenaces a les xarxes elèctriques, entre d’altres, dibuixen el paisatge d’un món online descontrolat cada vegada més perillós. Sembla haver-hi poca esperança en la nostra capacitat per establir normes i mantenir l’ordre en aquesta anarquia del ciberespai. L’autor considera que aquest escepticisme demostra una manca de comprensió sobre com funcionen les normes i com s’implementen al llarg del temps. Les violacions d’aquestes normes, si no es castiguen, poden debilitar les mateixes normes, però no les fan irrellevants. Les normes creen expectatives sobre certs comportaments i fan possible responsabilitzar-ne als estats. A més, Nye recorda que les normes no apareixen de la nit al dia; a la societat li costa adaptar-se a les grans innovacions tecnològiques. En el cas de la cibertecnologia, si bé és cert que aquesta presenta reptes sense precedents, les normes internacionals que la governen s’estan desenvolupant com sempre: de manera lenta però segura. Per exemple, les Nacions Unides ja ha adoptat un marc amb 11 normes internacionals, de compliment voluntari. Però la qüestió més important rau en com s’aconseguirà que aquestes s’implementin i siguin respectades. Segons Nye, els Estats Units han de liderar aquest nou ordre digital. Per fer-ho, haurien de seguir una estratègia que combini la dissuasió i la diplomàcia, per tal d’establir límits amb Rússia i la Xina sobre certs comportaments, i negociar unes normes. Els presidents Obama i Xi ja ho van fer l’any 2015, quan van acordar no utilitzar el ciberespionatge amb finalitats comercials. A nivell internacional, la diplomàcia hauria d’incloure aliances entre democràcies, la creació de capacitat reguladora en països en desenvolupament, i una millora i enfortiment de les institucions.
Un «soleil artificiel» chinois cinq fois plus chaud que le vrai
L’article revela que la Xina, el país que més energia consumeix al món amb els seus 1.400 milions d’habitants, està buscant noves fonts d’energia neta per pal·liar el canvi climàtic vinculat a les activitats humanes. Entre les seves línies d’investigació més punteres hi ha l’Advanced Experimental Superconducting Tokamak (EAST), un reactor de fusió nuclear més conegut com a “sol artificial”. Acaba de superar un nou rècord: assolir una calor 5 vegades superior a la del Sol, o sigui 70 milions de graus centígrads, durant 1.056 segons, és a dir, 17 minuts. L’objectiu principal de l’experiment és proporcionar energia neta que contamini poc. De fet, el procés de fusió nuclear no requereix combustibles fòssils, coneguts pel seu considerable impacte en el medi ambient i les emissions de gasos d’efecte hivernacle. A més, aquest “sol artificial” no emetria cap residu perillós, a diferència de la fissió nuclear. A més de ser net pel medi ambient, seria poc probable que el tokamak provoqués un desastre ambiental. El millor de tot és que aquesta energia es considera gairebé il·limitada. En recrear la física del Sol, els reactors fusionen nuclis atòmics i generen energia massiva que es pot convertir en electricitat. L’únic problema: ara per ara la fusió nuclear segueix sent impossible de produir fora de laboratoris especialitzats.
Big Tech’s Next Monopoly Game: Building the Car of the Future
Les aliances entre les grans empreses tecnològiques i les del sector automobilístic representen una oportunitat històrica de reinventar l’automòbil. Per una banda, les grans empreses tecnològiques, com Google, Apple i Amazon, veuen els cotxes com una nova gran oportunitat per arribar als consumidors americans, que passen més hores al cotxe que no pas en cap altre espai fora de casa seva i de la feina. Per l’altra, les empreses automobilístiques veuen amb bons ulls la col·laboració amb Silicon Valley, esperant poder adoptar les seves tecnologies innovadores i el seu model de negoci tan lucratiu, en què els consumidors paguen mensualment pels serveis rebuts. L’objectiu dels dos sectors és un futur en què els conductors puguin fer la compra, fixar una reunió de feina o mirar la televisió des del cotxe. I sembla que això comença a ser real: Google, per exemple, ja ha signat acords amb Volvo, Stellantis i General Motors per proveir-los de la seva tecnologia Android; i Apple està treballant en el Project Titan, el seu cotxe autònom. Qui no comparteix l’entusiasme d’aquestes aliances són les agències reguladores i legisladores. Els motius de les seves reticències són, principalment, l’ús de les dades dels usuaris per part de les empreses tecnològiques i uns acords altament exclusius entre les parts, que amenacen amb expulsar la competència, aconseguir el monopoli d’aquests serveis i dominar l’economia global. Segons Sarah Roth-Gaudette, la directora executiva de Fight for the Future, un grup de defensa dels drets digitals, és important, però difícil, avançar-se a legislar sobre noves tecnologies que encara no existeixen. Per als legisladors, els nous cotxes representen l’oportunitat de bloquejar monopolis abans que es formin.
Online surveillance thrives when fear takes over
El 2020, la Comissió Europea va presentar una legislació temporal que legalitzava el monitoratge de totes les comunicacions privades en línia per detectar-hi material d’abús sexual infantil. En aquest article, Diego Naranjo alerta que la “solució” proposada per la Comissió crea molts més problemes dels que suposadament resol en soscavar mesures de protecció com l’encriptació dels missatges. Debilitar el xifratge, essencial per la seguretat de periodistes, llançadors d’alertes, dissidents polítics, defensors dels drets humans i de qualsevol persona que confiï en la comunicació confidencial en línia, no és necessari ni proporcional per garantir la protecció dels infants. A més, segons apunta UNICEF, millorar la privadesa i la protecció de dades dels menors és essencial pel seu desenvolupament. Basada en el raonament que tots els europeus són sempre potencials sospitosos, aquesta legislació temporal ha permès que plataformes com Apple, Google i Facebook continuïn analitzant “voluntàriament” totes les nostres comunicacions. Enguany, la Comissió proposarà una nova legislació per substituir el text provisional vigent actualment. Cal que els responsables polítics de la UE protegeixin el xifratge d’extrem a extrem per assegurar que les tecnologies utilitzades per detectar pornografia infantil s’ajusten als requisits de protecció de dades. No garantir la privadesa en línia tindria un impacte massiu sobre la llibertat d’expressió i altres drets fonamentals.
La gobernanza de la Inteligencia Artificial: de solucionar los problemas a diagnosticarlos
L’evidència creixent dels nombrosos riscos que comporten els sistemes de presa de decisions mitjançant algoritmes ha posat sobre la taula la qüestió de la governança de la Intel·ligència Artificial (IA). Els governs, la indústria i els organismes de la societat civil global estan desenvolupant marcs de referència per assolir un ús de la IA que sigui més segur, just i responsable. El debat entre tres grans perspectives sobre la governança de la IA – l’autoregulació, els estàndards tècnics i el respecte pels drets humans – jugarà un paper crucial a l’hora de fixar normes, límits i responsabilitats. Urvashi Aneja defensa que, si bé aquest debat és necessari, no aborda totes les qüestions sobre l’ètica, el poder i la comunitat. Per a l’autora, com a complement a aquests debats que se centren en trobar “solucions al problemes” – és a dir, en com minimitzar els danys causats per la IA – calen altres visions centrades en el “diagnòstic de problemes”, que examini els orígens dels principals reptes que ens planteja la IA. Cal preguntar-se quines són les nostres prioritats socials i què entenem per “bona vida”, per després plantejar-se com hi poden contribuir els sistemes automatitzats. Així, per exemple, abans de preguntar-nos com regular l’actual economia extractiva de dades personals, cal preguntar-nos si realment necessitem una recopilació exhaustiva d’aquestes dades. Es tracta de connectar tots els debats sobre una futura bona vida, i trobar les maneres en què la IA pugui contribuir a fer realitat aquests futurs sense amenaçar-los.
After Omicron, can we learn to live with the coronavirus?
La variant d’Omicron està generant des de finals de 2021 una onada sense precedents d’infecció per coronavirus que, en tant que és molt contagiosa, significa que serà difícil per a la majoria de la gent evitar l’exposició a la malaltia. Fins i tot si Omicron és menys mortal que les versions anteriors del virus Sars-CoV-2, els hospitals i altres serveis crítics encara hauran d’afrontar grans tensions durant les properes setmanes. Alguns científics diuen que l’augment actual anuncia una “onada de sortida” de la pandèmia i una transició a una nova fase endèmica, menys perillosa, on les societats hauran d’aprendre a conviure amb el virus. Altres, però, adverteixen que, amb més persones infectades que mai, també augmentaran els riscos que aparegui una nova soca més perillosa. L’article planteja com podem aprendre a conviure amb el virus. Els científics estan començant a parlar d’un possible final de la pandèmia, amb el virus esdevenint “endèmic”, circulant lliurement però representant una amenaça menor per a les societats. Aquesta és l’opinió de l’epidemiòloga Maria Van Kerkhove, responsable tècnica de l’Organització Mundial de la Salut sobre COVID-19. En declaracions fetes al desembre, va predir una llarga transició abans del final de la pandèmia. Però no hi ha consens sobre com evolucionarà la pandèmia, ni tan sols com serà viure amb un virus endèmic. Les màscares, per exemple, probablement seguiran sent una característica comuna a Europa, com ja ho eren a Àsia durant les temporades de circulació del virus de la grip, d’acord amb Martin McKee, professor de salut pública a la London School of Hygiene & Tropical Medicine.