
Diari de les idees 57
22 marzo 2022
Ideas de actualidad
Una vez más, esta edición del Diari de les Idees viene inevitablemente marcada por la guerra en Ucrania. Después de casi un mes de invasión, parece que la situación militar ha llegado a un cierto momento de impasse, lo cual está teniendo como consecuencia el desencadenamiento de una violencia creciente contra la población civil, como hemos podido ver estos últimos días en Mariúpol y Mikolaiv. A pesar de eso, tampoco podemos obviar otros temas relevantes como las expectativas suscitadas en Latinoamérica por la presidencia de Gabriel Boric en Chile o los otros conflictos armados activos en África y Asia. También hemos querido dedicar una parte de nuestro análisis al papel de la Unión Europea dentro de este nuevo contexto geoestratégico, las amenazas de desestabilización en los Balcanes, las consecuencias del conflicto en Ucrania sobre el suministro de materias primas o todavía el papel destacado de las nuevas tecnologías en esta guerra.
En cuanto a la geoestrategia, destaca el artículo de Oliver Roqueplo en la revista Conflits, donde considera indispensable determinar en qué contexto geopolítico y geohistórico ocurren los acontecimientos que estamos viviendo actualmente, y afirma que nos encontramos en una configuración mucho más antigua de la historia geopolítica de Rusia que la de la Segunda Guerra Mundial o la de la Guerra Fría. Argumenta que la Federación Rusa actual es una reencarnación geopolítica de lo que Rusia fue en el siglo XVIII, entre 1709 y 1783, es decir, un conjunto geopolítico que incluía Moscovia, Siberia, el Ártico, con acceso al Pacífico y sobre todo al Báltico y al mar Negro. Esta identidad geopolítica queda confirmada, además, por el comportamiento geocultural de la Federación desde 1991, ya que ha intentado constantemente acercarse a la Europa occidental y en particular a Alemania, con un éxito muy limitado, por su postura de soberanía no negociable, y el liberal-globalismo de sus interlocutores occidentales. La definición geopolítica del territorio ruso también implica una serie de dinámicas y lógicas geopolíticas. La Rusia del siglo XVIII y la actual Federación abogan por el relativo abandonamiento de los territorios ortodoxos continentales a favor de la conquista de las costas próximas a Europa (Escandinavia, Turquía) con el objetivo de contactar con Alemania, los Balcanes, Italia y los océanos exteriores. Sin embargo, las regiones de la Federación también tienen su propia dinámica geopolítica. El Kubán ruso es históricamente parte del Kanato de los tártaros de Crimea. De aquí, a partir de 1992, una dinámica de reunificación geopolítica con Crimea que llevó en 2014 a la reanexión de esta última por parte de Rusia. Sin embargo, la dinámica geopolítica también funciona en sentido contrario: la Ucrania nacionalista puede reclamar no solamente Crimea, sino también todo el Kubán ruso (incluido el gran puerto euroasiático de Novorosíisk) y el territorio de los cosacos del Don (incluyendo Rostov). En este contexto, las sanciones drásticas decididas por la OTAN y la UE y una posible guerra económica inminente obligarán a la Rusia del 2022 a un cambio político importante e incluso radical. Teniendo en cuenta la nueva situación geopolítica y geoeconómica global, se puede suponer que esta vez el nuevo régimen ruso se basará en una reforma inspirada en China. En cuanto al territorio de la Federación, su dinámica geopolítica tendrá como objetivo conducir, al final de la guerra y puede que incluso independientemente de ella, a la restauración aproximada y en forma federativa de las fronteras rusas de 1792, es decir, con Kiev, Odesa y todos los territorios al este de Dniéper, que de hecho parece estar en marcha.
En una larga entrevista publicada en The New Yorker, el especialista en Rusia soviética y estalinismo, Stephen Kotkin, apunta que lo que tenemos hoy en Rusia no es ninguna sorpresa ni desviación de un patrón histórico. Mucho antes de que existiera la OTAN (en el siglo XIX) Rusia ya tenía este aspecto: tenía un autócrata, tenía represión, tenía militarismo, recelaba de los extranjeros y de Occidente. Esta es una Rusia que conocemos de siempre, no una Rusia que nació ayer o en los años noventa. No es una Rusia que haya nacido como respuesta a las acciones de Occidente. Kotkin destaca que hay procesos internos en Rusia que explican dónde nos encontramos hoy. Durante medio milenio, la política exterior rusa se ha caracterizado por unas ambiciones crecientes que han superado las capacidades del país. A partir del reinado de Iván el Terrible en el siglo XVI, Rusia consiguió expandirse hasta cubrir finalmente una sexta parte de la masa terrestre. En este proceso destacan tres momentos álgidos: el reinado de Pedro el Grande, la victoria de Alejandro I sobre Napoleón y la victoria de Stalin sobre Hitler. Pero, fuera de estos tres momentos, Rusia casi siempre ha sido una gran potencia relativamente débil. Rusia es una civilización notable: en las artes, la música, la literatura, el baile, el cine. Es más una civilización que simplemente un país. Al mismo tiempo, Rusia considera que tiene un lugar especial en el mundo, una misión especial. Y quiere destacar como una gran potencia. Su problema es que las capacidades nunca han coincidido con sus aspiraciones. Siempre está luchando por estar a la altura de estas aspiraciones, pero no puede, ya que Occidente siempre ha sido más poderoso. La peor parte de esta dinámica de la historia rusa es la fusión del estado ruso con un solo líder. En lugar de conseguir el estado fuerte que desea, para gestionar la brecha con Occidente y alzar a Rusia al nivel más alto, siempre acaba teniendo un régimen personalista, una dictadura que normalmente se convierte en un despotismo.
Desde las páginas de US-China Perception Monitor Hu Wei, presidente de la Asociación de Investigación de Política Pública de Shanghái, considera que la guerra ruso-ucraniana es el conflicto geopolítico más grave desde la Segunda Guerra Mundial y que tendría consecuencias globales mucho más importantes que los ataques del 11 de septiembre. En este momento crítico, afirma que China tiene que analizar y evaluar con precisión la dirección de la guerra y su impacto potencial en el panorama internacional. Al mismo tiempo, para luchar por un entorno externo relativamente favorable, China tiene que reaccionar con flexibilidad y tomar decisiones estratégicas de acuerdo con sus intereses a largo plazo. Destaca diferentes escenarios en los que los EUA recuperarían el liderazgo de un mundo occidental más unido y donde la suspensión indefinida del Nord Stream 2 aumentaría sustancialmente la dependencia de Europa del gas natural de los EUA. En este contexto, se podría establecer un nuevo telón de acero, no ya entre el socialismo y el capitalismo, sino entre los defensores y los enemigos de la democracia occidental, lo cual consolidaría la estrategia indopacífica de los Estados Unidos. Otra consecuencia podría ser que Occidente aumentase su hegemonía, tanto por el poder militar como por los valores y las instituciones. En este supuesto, China estará más aislada y si no tomara medidas proactivas para responder, se enfrentaría a una mayor contención de los Estados Unidos y Occidente. No solo estaría rodeada militarmente por los Estados Unidos, la OTAN, QUAD y AUKUS, sino que también se enfrentaría sola a los valores y sistemas occidentales. En este contexto, Hu Wei argumenta que China tiene que romper sus lazos con Putin y renunciar a la neutralidad para así construir una imagen internacional positiva que facilite su relación con los Estados Unidos y Occidente. A su entender, la teoría de que un conflicto geopolítico en Europa desencadenado por la guerra de Ucrania retardará significativamente la reorientación estratégica de los Estados Unidos hacia la región del Indo-Pacífico no tiene mucho recorrido. Efectivamente, ya se alzan voces en los Estados Unidos para decir que Europa es importante, pero que China aún lo es más, y que el objetivo primordial de los Estados Unidos es evitar que China se convierta en la potencia dominante en la región del Indo-Pacífico. En estas circunstancias, la máxima prioridad de China es llevar a cabo los ajustes estratégicos adecuados, cambiar las actitudes hostiles norteamericanas y salvarse del aislamiento. Wei afirma que China es el único país del mundo con capacidad para parar a Putin y tiene que aprovechar al máximo esta ventaja.
Desde un punto de vista de análisis estratégica global, Lorenzo Castellani destaca en Le Grand Continent que la invasión de Ucrania nos acerca al fin de un mundo y nos aleja del fin del interregno actual, mientras que el nuevo orden sigue cogiendo una forma cada vez más inquietante, ya que el mundo ha entrado lenta y subrepticiamente en una nueva guerra fría. Considera que las raíces del cambio se tienen que buscar en las políticas proteccionistas de los Estados Unidos inauguradas por Obama y que continuaron con más vigor durante la convulsa presidencia de Donald Trump, por una parte, para afrontar el desarrollo del poder económico y tecnológico de China y, por otra parte, para dar respuesta a las presiones internas derivadas de la desindustrialización. Esta estrategia dirigida contra China también ha tenido repercusiones en el ámbito europeo, donde el Estado se ha convertido cada vez más intervencionista en tres ámbitos: el monetario y económico, para reactivar el crecimiento; el de la seguridad, para controlar el aumento de la influencia china; y el social, para apaciguar la opinión pública, agotada por el estancamiento socioeconómico y seducida por los cantos de sirena populistas, anti-establishment y nacionalistas. En Europa, esto ha dado lugar a un fortalecimiento de las instituciones de la Unión, que han emergido más centralizadas en términos económicos y de políticas públicas. A nivel nacional, los estados se han visto obligados a adoptar regulaciones minuciosas y profundas para hacer frente a la pandemia. Las restricciones, las prohibiciones y los nuevos poderes gubernamentales se legitimaban a partir del miedo a la enfermedad. Por lo tanto, la opinión pública y el poder político institucionalizado parecen ya preparados para resistir un choque en materia de seguridad vinculado al deterioro de las relaciones internacionales. Castellani afirma que, debido a la crisis de Ucrania, la disciplina política dentro de los Estados se intensificará: en los partidos políticos o líderes con simpatías prorusas, prochinas o escépticos delante de la OTAN les costará más entrar al gobierno. A la misma vez, las élites políticas moderadas, proeuropeas y atlantistas tenderán a estar más unidas y los espacios de pluralismo se reducirán casi inevitablemente, al menos mientras haya un enemigo que amenace en la puerta de casa. A nivel mundial, la crisis de las cadenas de suministro y las dificultades para obtener materias primas a causa del aumento de la demanda y de las tensiones geopolíticas obligarán a las economías nacionales a reducirse. Ya no serán totalmente globales, sino regionales. Habrá sectores que, sobre todo en Europa, estarán destinadas a disminuir o transformarse. El suministro energético se diversificará progresivamente, pero esto necesitará el apoyo del estado. El mundo se reducirá cada vez más a bloques, a agregaciones regionales supranacionales. Por último, la época del optimismo, que estructuró culturalmente los años noventa y que veía en los mecanismos automáticos y apolíticos una garantía de producción de progreso, orden y seguridad, parece que se acaba.
Más allá del conflicto ruso-ucraniano, Danilo Albin repasa en Público la veintena larga de conflictos activos que hay en el mundo actualmente, principalmente en África y Asia. Así pues, las cifras de la Escuela de Cultura de Paz reseñan el conflicto en Camerún, donde las dos regiones anglófonas continúan afectadas por el grave clima de violencia derivado de las acciones de los actores armados secesionistas, así como del excesivo uso de la fuerza y las operaciones de contrainsurgencia que se han llevado a cabo por las Fuerzas Armadas y las milicias locales. Camerún vive desde hace años el conflicto secesionista más grave de la África subsahariana. Las dos regiones de habla inglesa del sur y el oeste del territorio piden desde hace tiempo la independencia del resto del país, de habla francesa. Las diferencias culturales y lingüísticas son la base de las protestas de los anglófonos y se han acabado convirtiendo en un conato de una rebelión generalizada que últimamente está adquiriendo carácter de guerra civil. Así mismo, la región etíope de Tigray se vio afectada el año pasado por una escalada de la tensión con el Gobierno federal que derivó en una confrontación bélica de graves consecuencias. El 4 de noviembre de 2021, el primer ministro etíope, Abiy Ahmed, ordenó el inicio de una operación militar contra las autoridades de esta región fronteriza con Eritrea. Después de la ofensiva se desencadenaron duros enfrentamientos y una escalada del conflicto, lo cual provocó el desplazamiento de miles de civiles. La provincia de Cabo Delgado, al norte de Mozambique, sufre desde finales de 2017 un conflicto armado protagonizado por el autodenominado Ahlu Sunnah Wa-Jama (ASWJ). Desde entonces, Cabo Delgado ha sido el epicentro de un aumento de la actividad violenta del país. En cuanto a Asia, en Myanmar las operaciones militares han sido constantes y han estado dirigidas especialmente contra la población civil, con el objetivo de acabar con las bases de los grupos armados, provocando el desplazamiento de centenares de miles de personas. El número de desplazados internos en Myanmar desde la nueva toma del poder por parte de los militares en el 2021 ha superado el medio millón de personas, según un informe de ACNUR publicado el 1 de marzo. Finalmente, el lemen también es escenario de una grave crisis humanitaria provocada por la guerra. Desde marzo de 2015, una coalición liderada por Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos bombardea las zonas del país controladas por los rebeldes hutíes y más del 80% del país necesita ayuda humanitaria urgente.
También destacamos el análisis de Alexis Cortés en Open Democracy sobre el impacto que puede llegar a tener en toda América Latina la nueva presidencia de Gabriel Boric en Chile, en tanto que el futuro de la izquierda latinoamericana estará en gran parte definido por el éxito o fracaso del gobierno de Boric. El nuevo gobierno pretende superar el ciclo neoliberal formando un ejecutivo ecofeminista que se inspire en el socialismo democrático de Allende y las revueltas sociales que estallaron hace 10 años. El modelo neoliberal chileno, el cual se suele poner como ejemplo de apertura económica y estabilidad, fue fuertemente contestado a raíz del estallido social que comenzó en 2019 cuando las movilizaciones estudiantiles denunciaron la mercantilización de derechos sociales que comenzó con la dictadura de Pinochet. A raíz de esto, Boric ha podido reunir el apoyo de los principales colectivos contestatarios: el movimiento ecologista anti-extractivista, el feminismo y los grupos indígenas, como los mapuches. Sin embargo, para poder realizar las propuestas clave de su mandato, (reforma tributaria, de pensiones y salud) hará falta que Boric encuentre el equilibrio entre la vieja centroizquierda, todavía bajo las lógicas neoliberales, y los movimientos sociales que le han dado fuerza. La interdependencia entre los movimientos sociales y el nuevo gobierno no excluirá tenciones y contradicciones, pero puede suponer el impulso renovador para llevar a cabo las profundas reformas necesarias.
En cuanto a la política exterior española, aunque todavía sea muy pronto para evaluar el impacto y las consecuencias a medio y largo plazo, destaca el cambio repentino y radical del gobierno español respecto a la cuestión del Sahara Occidental. En medio de un episodio confuso (filtración incluida por parte del rey de Marruecos) y alineándose con Alemania y los Estados Unidos (cabe recordar que el plano que ahora se propone contó con el apoyo de Donald Trump), el Gobierno español ha modificado su tradicional equidistancia pública de defensa de una solución política, justa, duradera y mutuamente acordada en el marco de las Naciones Unidas y ahora ha decidido dar apoyo a la propuesta marroquina de perpetuar la ocupación de la antigua provincia española. Todo esto en un contexto de crisis geopolítica y energética donde Alemania (que ya a principios de año había dado su apoyo al plan marroquí de autonomía) se muestra muy interesada en los proyectos de energía renovable y en los planes para la fabricación de hidrógeno verde en Magreb. En efecto, Alemania ha fijado como prioridad una mayor presencia política, económica y tecnológica en la región, en tanto que necesita nuevos corredores de energía para depender menos de Rusia. Después del estallido de la guerra, esta opción ha pasado a ser una prioridad absoluta.
En el ámbito europeo, la editorial de la revista Política&Prosa afirma que el continente avanza cuando reacciona delante de las crisis políticas sobrevenidas. Así lo ha tenido que hacer en los últimos años con la crisis del euro, la anexión de Crimea por parte de Rusia, el alud migratorio, el Brexit, la elección de Donald Trump o la pandemia de la COVID-19. A golpe de crisis, la Unión ha tenido que aclarar quién y cómo decide realmente ejercer su poder y marcar la diferencia entre sus intereses colectivos y los intereses nacionales de sus miembros. Ahora tiene que afrontar la crisis de Ucrania en unas circunstancias ciertamente muy difíciles. En pleno debate interno sobre su autonomía estratégica, con percepciones e intereses discordantes entre los estados miembros. Con el vínculo transatlántico seriamente deteriorado después de la presidencia de Trump y del Brexit, pero paradójicamente con su seguridad colectiva dependiendo de una OTAN que ha pasado de estar olvidada a resucitar gracias a Putin. Con la debilidad de su dependencia energética, agudizada en los países centroeuropeos por la dependencia directa del suministro del gas ruso. En este contexto, la editorial considera que tal vez va siendo hora de aprender la lección y cambiar la mirada ingenua sobre la Federación Rusa (y de pasada sobre la República Popular de China) y la estrategia de aproximación contemporizadora esperando una evolución democrática que no está en las intenciones de Vladimir Putin. Este sería un primer paso para hacer efectiva la aspiración de autonomía estratégica.
Por otro lado, Mujtaba Rahman argumenta en The New Statesman que, con su invasión de Ucrania, Putin puede haber despertado al gigante adormilado que era la Unión Europea e impulsado definitivamente el debate sobre la necesidad de tener una autonomía estratégica propia. En efecto, ahora la UE no puede seguir cerrando los ojos y tendrá que adaptar sus políticas e instituciones al nuevo contexto de crisis mundial, especialmente en materias como la seguridad, la defensa, los asuntos extranjeros o la política fiscal. En un contexto de crisis generalizada, no depender de los demás implica confiar en uno mismo, y para la UE pone énfasis en la gran solidaridad interna que supone el Fondo de Recuperación. La UE también se tendrá que reequilibrar internamente para hacer frente común con vistas a que las crisis de refugiados o la crisis energética no dejen pasos aislados, sino que disfruten del apoyo de todos los miembros. Frente a los retos que supone la guerra en Ucrania, la UE cree posible unir dos pulsiones que a priori son contradictorios: confiar más en los EUA como socio prioritario de la OTAN y que la Unión comience a pensar estratégicamente a largo plazo.
Dentro de este contexto, es necesario valorar la gravedad de las amenazas proferidas por el embajador ruso en Bosnia y Herzegovina, Igor Kalabukhov, que ha advertido que el Kremlin responderá si el país balcánico decide avanzar hacia su integración en la OTAN. El debate sobre la entrada en la OTAN hace años que protagoniza tensiones en Bosnia, un país todavía dividido políticamente y socialmente entre los croatas, bosnios y serbobosnios. La parte serbia, que controla la República Srpska, está alineada con los intereses de Belgrado y se opone frontalmente a la entrada del país en la OTAN. En los últimos años, su líder, Milorad Dodik, ha alentado el relato de que Bosnia es un Estado fallido, abriendo así la puerta a acelerar el intento de separar la República Srpska del resto del país. Una maniobra que ha contado con la connivencia de Moscou. La situación mantiene en tensión el precario equilibrio entre naciones en los Balcanes, donde hace falta recordar que no solo todavía hay tropas internacionales presentes después de las guerras de los 90, sino que después de la invasión de Ucrania, la EUFOR ha reforzado su presencia militar. El proyecto de entrada en la OTAN se ha visto en parte de la sociedad bosniana como una garantía de integridad territorial, mientras que la República Srpska, en cambio, ha adoptado una resolución sobre la neutralidad militar donde declara expresamente que no quiere ser miembro de la Alianza Atlántica. Al mismo tiempo, la presidenta de Kosovo, Vjosa Osmani, advierte en The Economist que estos últimos años, y especialmente desde la anexión de Crimea, Putin también ha intensificado los esfuerzos para desestabilizar Kosovo, Bosnia y Herzegovina, y Montenegro, mediante Serbia, y no es ningún secreto el apoyo ruso a líderes como el serbio Vucic. La desestabilización y la injerencia rusa en la región constituye entonces una importante amenaza para la estabilidad europea y sobre todo para el estado kosovar. Osmani advierte que acontecimientos como los de Ucrania nos recuerdan que nunca tenemos que mostrarnos indiferentes delante de la autocracia o las amenazas a nuestros valores y aliados. Es un recordatorio que una amenaza a la democracia en un territorio determinado es una amenaza para todo el resto.
En un contexto tan inestable e incierto adquiere una especial relevancia la relación entre la UE y la OTAN, tal y como apunta Sven Biscop en La Vanguardia, donde destaca que, a finales de 2020, la Unión Europea inició la redacción de una Orientación Estratégica para su política de defensa y seguridad. En junio de 2021, la cumbre de la OTAN en Bruselas acordó revisar el Concepto Estratégico. Antes de la invasión de Ucrania, estaba previsto que tanto la orientación como el concepto se dieran a conocer a mediados de 2022. Biscop plantea la necesidad de un acuerdo general que está compuesto por tres dimensiones: defensa territorial y resiliencia; operaciones expedicionarias; i planificación de la defensa y desarrollo de capacidades. Si, por una parte, los EUA exhortan continuamente a sus aliados a hacer más, se echan atrás cuando sienten que una iniciativa europea puede conducir a amenazar su liderazgo. Al mismo tiempo, sin mandato de la ONU, la UE tiene que limitarse a los instrumentos diplomáticos y económicos de gestión de crisis y a medidas militares indirectas como sanciones y apoyo a agentes locales y regionales. A pesar de los inconvenientes obvios del acuerdo actual, parece poco probable que se produzca un avance que conduzca a un acuerdo global efectivo entre la Unión Europea y la OTAN. Y es necesario responsabilizar a los principales estados, a ambos lados del Atlántico, que siguen tolerando esta situación. Sin embargo, hay una razón más fundamental para el estancamiento actual. Por un lado, el dogmatismo atlantista se niega a apartarse de las viejas costumbres y adaptar a la OTAN a la aparición de la Unión Europea, como si los acuerdos de defensa de la década de 1950 se adecuaran al mundo de hoy. Por el otro lado, el idealismo europeo continúa predicando que la defensa europea llevará a la salvación, sin hacer ningún paso real para conseguirla. El dogmatismo y el idealismo son enemigos de una estrategia adecuada que se tiene que basar en la razón. Aunque no se produzca ningún acuerdo global entre la Unión Europea y la OTAN, la Unión podría cumplir de todas maneras su parte del trato y adoptar una Orientación Estratégica ambiciosa que regulara qué deben hacer los estados miembros en materia de defensa y disuasión, y que les obligue a cumplir.
Desde una aproximación más cultural, Henrique Raposo publica un interesante artículo en el diario portugués Público, donde considera que una lectura de Gógol, especialmente de la novela Taras Bulba (Alianza, 2010) facilita una comprensión de los hechos que se están desarrollando en Ucrania. Romántico y nacionalista, Gógol glorifica la extrema violencia de los cosacos en nombre de la verdadera fe y de la gran nación rusa, que emerge con un destino especial entre las naciones. Gógol promueve la idea de que el alma eslava es especial: «Solo la naturaleza eslava es capaz de esto: alma eslava amplia y poderosa, un mar en comparación con otras culturas, simples riachuelos». Es este paneslavismo de tierra, sangre y lengua eslava lo que está en el centro de la visión de Putin y presenta grandes similitudes con el viejo pangermanismo. De hecho, si hacemos uso del lenguaje de los vitalistas germánicos prefascistas, nos encontramos delante de un caso de defensa de la gemeinschaft (comunidad de vínculos históricos, vínculos de sangre y lengua donde el individuo solo existe como parte insignificante de esta nación orgánica) contra la gesellschaft (el principio moral político es la persona y no la nación). Gógol nos dice que los extranjeros también son hijos de Dios, pero que, al fin y al cabo, solo los eslavos son especiales, los eslavos unidos por el mantel sagrado del paneslavismo, es decir, el alma rusa. «Nadie es capaz de querer así», dice. Quien presume de ser especial en el amor, inevitablemente, acaba siendo extremadamente especial en el odio y la guerra.
En el apartado económico, Frédéric Lemaire analiza en Le Monde Diplomatique la situación actual de inflación y de la escasez de materias primas. Se esperaba que la subida general de los precios fuera temporal, pero todo indica que continuará en los próximos meses, según las últimas previsiones del Banco Central Europeo (BCE). A causa de la crisis de Ucrania, la inflación, hasta ahora atribuible en gran parte a la crisis sanitaria, se tendrá que mantener por encima del 3% durante 2022. Y con ella, un dilema recurrente en la historia de las políticas monetarias: ¿se necesita inundar los mercados de liquidez para hacerlos flotar o cerrar los grifos y arriesgarse a hundir de nuevo la zona euro en una profunda crisis? En este contexto, el autor apunta que los bancos centrales están atrapados en una tenaza. Por una parte, las diversas medidas cautelares para circunscribir el peligro inflacionista, motivadas por la ideología o por inquietudes electorales, ya que, en vísperas de importantes comicios en ambos lados del Atlántico, las subidas de precios podrían alimentar la ira popular. Por la otra parte, la urgencia por recomponer una economía mundial débil y, por parte europea, de asegurar la cohesión de un bloque monetario cuyas disfunciones profundas no han desaparecido, aunque estén enterradas por el torrente de liquidez vertido por el BCE. A pesar de ello, un endurecimiento drástico de la política monetaria contribuiría a una desaceleración de la actividad económica (una opción muy poco atractiva para los líderes políticos) y podría desencadenar graves tensiones en los mercados financieros, inmobiliarios y de criptomoneda impulsados por unos tipos de intereses tan bajos que les han hecho caer en la dependencia. Un riesgo que revela el peligro de otra forma de inflación que, sin embargo, pasa por debajo del radar de los indicadores de precios al consumidor: la inflación financiera, que forma burbujas bursátiles, fuentes de riqueza especulativa, desigualdades y crisis.
Por su parte, Nicu Calcea alerta en The New Statesman de las consecuencias de la guerra en Ucrania de cara a una crisis alimentaria mundial. Ucrania y Rusia suministran casi un tercio del maíz, además de ser grandes exportadores de otros cereales. La guerra también afectará al cultivo de los alimentos del Reino Unido y de otros lugares, ya que Rusia es la mayor exportadora mundial de fertilizantes (el fertilizante nitrogenado se hace a partir del gas natural, del cual Rusia es una fuente importante). Los bloques comerciales alrededor del mar Negro y las sanciones contra Rusia han obligado a los importadores a buscar proveedores alternativos de alimentos y fertilizantes. Esto solo ha agravado los problemas preexistentes de escasez de existencias a causa del mal tiempo y la interrupción de la cadena de suministro. A medida que se agotan las existencias, muchos países han impuesto restricciones en las exportaciones de determinados cultivos, poniendo a muchos países en desarrollo en riesgo de escasez de alimentos, especialmente los del norte de África y el Oriente Medio, que dependen más de las exportaciones de Ucrania y Rusia.
En cuanto a la crisis climática, la editorial del diario Le Monde alerta del hecho de que la guerra en Ucrania ha eclipsado completamente el último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático publicado a finales de febrero. Si en el año 2014 el IPCC concluyó que había un simple aumento de la probabilidad de daños graves, generalizados e irreversibles causados por las emisiones antropogénicas de gases de efecto invernadero, ahora juzga que el calentamiento global, al provocar la multiplicación de fenómenos de condiciones meteorológicas extremas (huracanes, inundaciones, sequías, etc.), ya ha provocado efectos negativos generalizados y ha provocado daños irreversibles en todas las sociedades y en la naturaleza. Estas perspectivas preocupantes se unen a una injusticia fundamental: si bien solo contribuyen marginalmente al calentamiento global, los países pobres son y serán los más afectados, por falta de medios para mitigar sus consecuencias o adaptarse a ellas. Los países ricos deben cumplir con urgencia su promesa del 2009 de movilizar 100.000 millones de dólares anuales para ayudar a los estados en desarrollo. Los daños irreversibles ya causados por sequías, inundaciones y otros cataclismos climáticos tienen que ser objeto de una compensación financiera específica, hasta ahora rechazada, en beneficio de los países pobres. Simplemente yuxtapuestos a los caprichos de los acontecimientos actuales, el retorno de la guerra y el nuevo aviso del IPCC sobre el cambio climático no son, sin embargo, dos acontecimientos desconectados entre sí. La escasez, el empobrecimiento, la hambruna y los desplazamientos forzados de población provocados por el cambio climático solo pueden provocar tensiones, e incluso generar conflictos. La urgencia de las medidas para combatir el calentamiento global es por consiguiente una cuestión de supervivencia y paz.
En este sentido, un estudio llevado a cabo por la revista Politico revela que los ambiciosos planes de la UE para reducir la deforestación en todo el mundo tendrán que centrarse en el impacto humano si quieren ser realmente sostenibles y contar con la colaboración de las empresas privadas. La población mundial está creciendo a un ritmo intenso y es un problema que afecta a casi todos los ámbitos de la política mundial, especialmente con el cambio climático como telón de fondo, y que exige soluciones sostenibles e innovadoras. La UE reconoce la importancia del papel de los bosques en la mitigación del cambio climático. Por eso, la lucha contra la deforestación es uno de los objetivos declarados del Pacto Verde de la UE, que en noviembre anunció la adopción de nuevas propuestas para detener la deforestación y así apoyar el cumplimiento de un compromiso más amplio para conseguir la neutralidad de carbono en el año 2050. Para que la iniciativa tenga éxito, será necesario garantizar que se gestione cualquier impacto para las personas que viven en otros países y garantizar que los avances de la UE no se produzcan a costa del desarrollo sostenible en otros puestos. La colaboración es clave, por eso muchas empresas activas a nivel mundial ya están haciendo esfuerzos para luchar contra la deforestación con inversiones millonarias. La estrecha colaboración entre estas y responsables políticos y ONG, así como el intercambio de conocimientos entre las partes, puede ser una forma eficaz de acelerar sus avances. Un buen ejemplo de una de estas alianzas es la coalición «Reduciendo Emisiones a través de la Aceleración de la Financiación Forestal» (LEAF), que incluye tanto al sector privado como al público, y cuyo objetivo es proporcionar apoyo financiero en los países comprometidos al aumento de la protección de los bosques tropicales y subtropicales y reducir la deforestación.
Por último, en el ámbito de las nuevas tecnologías, Andrés Martínez señala en la revista Slate que cortar el acceso de Rusia a Internet puede ser un ejemplo perfecto de falsa buena idea. Muchísimas empresas han cancelado su actividad en Rusia de forma voluntaria. Pero, ¿qué ocurre con las empresas tecnológicas cuyas plataformas conectan a las personas entre sí y con la información? Un aislamiento que puede resultar satisfactorio y beneficioso para Putin, también cierra espacios autónomos para que los ciudadanos rusos se comuniquen entre sí y compartan noticias e información fuera del control total del Kremlin. En este sentido, la editora de Holod Media, Taisia Bekbulatova, ha declarado que retirar todas las plataformas de Rusia solo haría un favor en el Kremlin en tanto que las alternativas de redes sociales locales están bajo el control del gobierno. Por último, Andrea Peterson destaca que mientras el conflicto armado se vuelve cada vez más violento, la sofisticada infraestructura cibernética ucraniana ha permitido al país aguantar el embate ruso en el campo digital, aunque algunos servicios básicos, como el mantenimiento de los hospitales, se han visto afectados y se han degradado desde el inicio de la guerra. Las principales disrupciones en las redes del país se han atribuido a la segunda ronda de ciberataques rusos, dirigida a estropear las redes de información y dejar a los ciudadanos sin posibilidad de comunicación. Ukrtelecom, la principal proveedora ucraniana de telecomunicaciones, ha tenido problemas y ha sufrido numerosos ataques en la mayoría de las regiones, pero ha podido restaurar el servicio en casi todos los casos con bastante éxito.
Ilustración: «La carga de la caballería roja», Kazimir Malévich, 1932
Han participado en este número 57 del Diari de les idees Raül Gil, Eva Lam, Raquel García y Pilar Querol, estudiantes en prácticas en el CETC
Política internacional y globalización
Why the West May Have to Offer Putin a Way Out
La qüestió que es planteja ara als líders mundials és com assegurar-se que el president rus sigui derrotat, alhora que se li ofereix un camí de sortida de la crisi. Occident considera que no només s’ha de fer sortir Putin d’Ucraïna, sinó que també ha de ser castigat. El que fa que aquesta situació sigui encara més perillosa és que Ucraïna està sent armada per la mateixa aliança militar que Rússia més tem, l’OTAN. Mentrestant, Rússia està sent sotmesa a un bloqueig econòmic devastador. L’enigma, però, és que també seria més fàcil per a Putin retrocedir si tinguis una manera d’afirmar que no ha fracassat. Un altre problema és que l’única solució diplomàtica realista és una mena de reafirmació de l’estatus quo que existia abans de la guerra. Però, ara Ucraïna ha sol·licitat l’adhesió a la Unió Europea i és encara més legítim en el seu desig d’unir-se a l’OTAN. El segon element de la resposta occidental que corre el risc de fer la pau encara més difícil és que si Occident comença a entreveure un futur millor que l’estatus quo, limitarà les opcions per a una solució diplomàtica. Però, el que és encara més aterridor que una il·lusió equivocada és el tercer element: és possible que el règim de Putin sigui realment tan feble com la gent suggereix. Segons els diplomàtics i experts, el camí a seguir implica una sèrie d’elements. En primer lloc, Occident ha de garantir que el conflicte es limiti a Ucraïna i Rússia. En segon lloc, Occident no ha de tancar possibles compromisos que els mateixos ucraïnesos estarien disposats a negociar. Per últim, la diplomàcia haurà d’aconseguir que cada bàndol acordi un acord que permeti a cadascun salvar la seva dignitat.
International Law Goes to War in Ukraine
La invasió russa a Ucraïna suposa una clara violació de la Carta fundacional de Nacions Unides, una amenaça per la pròpia existència sobirana d’Ucraïna si continuen resistint i el risc de que es continuïn produint crims de guerra. Davant d’aquesta flagrant violació de la llei internacional es necessita una clara resposta unitària d’Occident en forma de sancions per fer-la complir. La llei internacional contemporània demanda que es respongui no amb més guerra, sinó amb sancions que busquin expulsar l’estat infractor dels beneficis derivats de la cooperació global. Amb les crides a la intervenció de la Cort Penal Internacional o la Cort Internacional de Justícia, el que està en joc no és el futur d’Ucraïna, sinó el futur de l’ordre legal global tal i com el coneixem. Nacions Unides s’ha erigit com la principal garant de la llei internacional, i malgrat que el dret a veto de Rússia al Consell de Seguretat ha bloquejat qualsevol iniciativa ambiciosa, s’ha evidenciat a l’Assemblea General de Nacions Unides l’aïllament diplomàtic de Rússia. Putin s’ha trobat amb una reacció inesperada, contrària a l’evidència prèvia sobre les seves actuacions a Crimea o en la guerra civil de Síria. Aquest cop el president Zelenski ha incentivat una resistència a ultrança del territori, que combinada amb les ràpides sancions, suposen un problema greu per a Putin. Està clar que cap institució internacional no serà capaç d’aturar la guerra a Ucraïna, però sí que en tenen poder si volen exercir-lo. Han situat la invasió russa no només en termes morals, sinó també definint-la com a il·legal. Encara que el govern ucraïnès acabi caient, la condemna legal és essencial per imaginar un futur amb Ucraïna lliure i amb l’estabilitat del sistema legal internacional.
Un nouveau brouillard de guerre
La invasió d’Ucraïna ens acosta a la fi d’un món i ens allunya de la fi de l’interregne, mentre que el nou ordre segueix prenent forma, cada cop més precisa, cada cop més inquietant, fins a la propera crisi. El món ha entrat lenta i subreptíciament en una nova guerra freda. Les polítiques proteccionistes dels Estats Units inaugurades per Obama van continuar amb més vigor durant la convulsa presidència de Donald Trump. Es deuen, en particular, a la necessitat de fer front al desenvolupament del poder econòmic i tecnològic de la Xina, d’una banda, i de donar resposta a les pressions internes derivades de la desindustrialització, de l’altra. Aquesta postura anti-xinesa dels Estats Units també ha tingut repercussions en l’àmbit europeu, i a tot Occident, l’Estat ha estat més intervencionista en tres àmbits: monetari i econòmic, per reactivar el creixement; seguretat, per controlar l’augment de la influència xinesa; i social, per suavitzar l’opinió pública, esgotada per l’estancament socioeconòmic i seduïda els darrers anys per les sirenes populistes, anti-establishment i nacionalistes. A Europa, això ha donat lloc a un enfortiment de les institucions de la Unió, que han emergit com a més centralitzada en termes econòmics i de polítiques públiques. A nivell nacional, els estats s’han vist obligats a adoptar regulacions minucioses i profundes per fer front a la pandèmia. Les restriccions, les obligacions i els nous poders i institucions es legitimaven a partir de la por a la malaltia. Per tant, l’opinió pública i el poder polític institucionalitzat semblen ja preparats per resistir un xoc securitari vinculat al deteriorament de les relacions internacionals. Davant la crisi d’Ucraïna, la disciplina política dins dels Estats s’intensificarà: als partits polítics o líders amb simpaties prorusses o proxineses o escèptics davant l’OTAN els costarà més entrar al govern, sigui quin sigui el seu camp. Les elits polítiques moderades, proeuropees i atlantistes –ajudades per les elits econòmiques, financeres i administratives– tendiran a estar més unides, atretes per una força centrípeta. Els espais de pluralisme es reduiran gairebé inevitablement, almenys mentre hi hagi un enemic amenaçador a la porta de casa. A nivell mundial, la reducció de les cadenes de subministrament i les dificultats per obtenir matèries primeres a causa de l’augment de la demanda i les tensions geopolítiques obligaran les economies nacionals a reduir-se. Ja no seran totalment globals, sinó regionals. Hi haurà sectors que, sobretot a Europa, estaran destinats a patir, reduir-se o transformar-se. El subministrament energètic es diversificarà progressivament, però això requerirà el suport de l’estat. El món es reduirà cada cop més a blocs, a agregacions regionals supranacionals. En darrer terme, l’època de l’optimisme, que va estructurar culturalment els anys noranta, que veia en els mecanismes automàtics apolítics i apolítics una garantia de producció de progrés, ordre i seguretat, sembla que s’acaba.
The Weakness of the Despot
En aquest article Stephen Kotkin discrepa de les aproximacions de George Kennan i John Mearsheimer en tant que considera que segons el seu argument, és a dir si l’OTAN no s’hagués expandit, Rússia no seria la mateixa del que és avui. Però al seu entendre, el que tenim avui a Rússia no és cap mena de sorpresa. No és cap mena de desviació d’un patró històric. Molt abans que existís l’OTAN —al segle XIX— Rússia tenia aquest aspecte: tenia un autòcrata. Tenia repressió. Tenia militarisme. Recelava dels estrangers i d’Occident. Aquesta és una Rússia que coneixem, i no és una Rússia nascuda ahir o als anys noranta. No és una resposta a les accions d’Occident. Hi ha processos interns a Rússia que expliquen on som avui. Durant mig mil·lenni, la política exterior russa s’ha caracteritzat per unes ambicions creixents que han superat les capacitats del país. A partir del regnat d’Ivan el Terrible al segle XVI, Rússia va aconseguir expandir-se a un ritme mitjà de cinquanta milles quadrades al dia durant centenars d’anys, i finalment va cobrir una sisena part de la massa terrestre. En aquest procés destaquen tres moments àlgids: el regnat de Pere el Gran, la victòria d’Alexandre I sobre Napoleó i la victòria de Stalin sobre Hitler. Però a banda d’aquests tres moments, Rússia gairebé sempre ha estat una gran potència relativament feble. Rússia és una civilització notable: en les arts, la música, la literatura, la dansa, el cinema. És més una civilització que no pas simplement un país. Al mateix temps, Rússia considera que té un lloc especial al món, una missió especial. I vol destacar com una gran potència. El seu problema és que les seves capacitats mai no han coincidit amb les seves aspiracions. Sempre està lluitant per estar a l’altura d’aquestes aspiracions, però no pot, perquè Occident sempre ha estat més poderós. La pitjor part d’aquesta dinàmica de la història russa és la fusió de l’estat rus amb un sol líder. En lloc d’aconseguir l’estat fort que volen, per gestionar la bretxa amb Occident i empènyer Rússia al nivell més alt, sempre comptem amb un règim personalista. S’estableix una dictadura, que normalment esdevé un despotisme.
Putin is beholden to Stalin’s legacy
El president rus està seguint un culte de por i control que pot recordar a la tirania stalinista i el món es pregunta si estem davant del nou Stalin. Les diferències entre ells són clares: Putin és el perfecte exemple de tirà del segle XXI que empra eines de la vella Rússia soviètica i imperialista com la força militar i el nou arsenal mediàtic del qual disposa per fer gala del seu populisme i nacionalisme. Tanmateix, tenen alguns punts en comú. La figura de Stalin segueix molt present a Rússia no només mitjançant les accions de Putin, sinó també al model de govern autocràtic o a les forces policials, que tenen una reputació gairebé aristocràtica. A més, Stalin també volia posar fi a la nacionalitat i independència ucraïneses. Tant les diferències com les semblances són nombroses, però en aquest article l’autor para més atenció a aquestes últimes. Durant la guerra civil russa, Lenin i Stalin volien alliberar Ucraïna (i d’altres nacions). D’una part, Stalin volia que fos part de la Federació Russa; d’una altra part, Lenin volia que les repúbliques socialistes fossin iguals entre elles i que poguessin separar-se en el futur. Stalin va decidir que Ucraïna hauria de ser soviètica i les aspiracions nacionalistes haurien de desaparèixer. Ucraïna com a poble i país ha patit molt. Stalin va executar i deportar milions d’ucraïnesos l’any 1929 i també va patir el cop del nazisme. Quan va caure l’URSS, Ucraïna va poder per fi ser independent. Putin creu que ucraïnesos i russos són el mateix poble, mentre que Stalin reconeixia l’existència d’Ucraïna com a nació i exercia una repressió deliberada. Per a tots dos, Ucraïna és extremadament important per a l’estat rus. Les accions de Putin són més temeràries que les de Stalin, que pel que feia a guerra i diplomàcia era més cautelós. Tot i que vivim en una època plena d’informació, ara Putin es troba aïllat i els joves russos protesten i denuncien la guerra, però només troben opressió. Putin s’ha arriscat per tal d’assegurar el seu llegat i no sabem si perdrà i desapareixerà o potser sobreviurà i la seva figura serà comparable a la de Stalin i dels tsars russos.
Ukraine: how Putin could try to split the country into regional puppet governments
Rússia està seguint el manual habitual de com tractar les àrees de les quals ha pres el control. Aquesta estratègia de desestabilització de la societat té com a objectiu inicialment l’eliminació física del poder de les elits locals. Després, s’aplica als funcionaris públics, intel·lectuals liberals, periodistes i altres líders d’opinió i la classe mitjana en general. A mesura que Rússia amplia el seu control del territori, és probable que les parts d’Ucraïna ocupades il·legalment s’assemblaran a un mosaic d’entitats amb estatuts autoproclamats no reconeguts. Aquests seran inestables per si mateixos mentre crearan inestabilitat en les línies de contacte amb el territori controlat per Ucraïna. El manual de desestabilització també ofereix un possible escenari d’on es podria estendre la guerra. Ja s’ha parlat molt de les amenaces a Moldàvia i al sud del Caucas, la regió d’Adjària a Geòrgia, on Rússia solia tenir una base militar a la capital regional Batumi, podria ser un altre objectiu. Aquest és també el principal perill per als estats bàltics, especialment Letònia i Estònia, on hi viuen nombroses minories ètniques russes.
Guerre d’Ukraine, 2022: le retour de la stratégie de Pierre le Grand?
Ara que la guerra torna a irrompre a l’Europa de l’Est, polítics i comentaristes d’Occident i Orient es refereixen a la Guerra Freda, la Nova Guerra de l’era Bréjnev o la Gran Guerra Patriòtica soviètica (1941-1945). Són realment rellevants aquestes referències? La Federació Russa s’assembla tant a l’URSS? L’autor considera que és urgent determinar en quin context geopolític i geohistòric tenen lloc els esdeveniments que estem vivint actualment, i que ens trobem en una configuració molt més antiga de la història geopolítica de Rússia i que permet predir amb certa precisió l’evolució dels esdeveniments a mitjà i llarg termini, ja que és cert que sí que existeix un genius loci, per a Rússia i per a Ucraïna. Roqueplo argumenta que la Federació Russa actual és una reencarnació geopolítica del que va ser Rússia al segle XVIII, precisament entre 1709 i 1783, és a dir, un conjunt geopolític que inclou Moscòvia, Sibèria, l’Àrtic, amb accés al Pacífic i sobretot al Bàltic i al Mar Negre. Al seu entendre, aquesta identitat geopolítica queda confirmada, a més, pel comportament geocultural de la Federació des de 1991, ja que ha intentat constantment apropar-se a l’Europa occidental i en particular a Alemanya, amb un èxit molt limitat, per la seva postura de sobirania no negociable, i el liberal-globalisme dels seus interlocutors occidentals. La definició geopolítica del territori rus també implica una sèrie de dinàmiques i lògiques geopolítiques. La Rússia del segle XVIII i l’actual Federació advoquen pel relatiu abandonament dels territoris ortodoxos continentals a favor de la conquesta de les costes properes a Europa (Escandinàvia, Turquia). ) amb l’objectiu de contactar amb Alemanya, els Balcans, Itàlia i l’oceà mundial. Tanmateix, les regions de la Federació també tenen la seva pròpia dinàmica geopolítica. El Kuban rus és històricament part del Khanat del Tàtar de Crimea. D’aquí, a partir de 1992, una dinàmica de reunificació geopolítica amb Crimea que va portar el 2014 a la reannexió d’aquesta última per part de la Federació. Amb tot, la dinàmica geopolítica també funciona en sentit contrari: la Ucraïna nacionalista pot reclamar no només Crimea, sinó també, tot el Kuban rus (inclòs el gran port euroasiàtic de Novorossiysk) i el territori de els cosacs del Don (incloent-hi Rostov). En aquest context, l’autor afirma que les sancions dràstiques decidides per l’OTAN i la UE i una possible guerra econòmica imminent obligaran la Rússia del 2022 a un canvi polític fort i fins i tot radical. Tenint en compte la nova situació geopolítica i geoeconòmica global, es pot suposar que aquesta vegada el nou règim rus serà una reforma inspirada en la Xina. Pel que fa al territori de la Federació, la seva dinàmica geopolítica hauria de conduir, al final de la guerra i potser fins i tot independentment d’ella, a la restauració aproximada i en forma federativa de les fronteres russes de 1792, és a dir amb Kíev, Odessa i tots els territoris a l’est del Dnieper, que de fet sembla estar en marxa.
Guerra rusa en Ucrania: lecciones del precedente georgiano
L’autora argumenta que si substituïm Donetsk i Lugansk per Abkhàzia i Ossètia del Sud, i Kíev per Tbilisi, gairebé tornem a la situació d’agost del 2008, quan Rússia va lliurar una guerra amb Geòrgia i va reconèixer la independència de les seves dues entitats escindides. Es poden establir molts paral·lelismes entre les guerres de Geòrgia i Ucraïna. En ambdós casos, Rússia ha intervingut al territori de les antigues repúbliques soviètiques legitimant les seves accions per la necessitat de defensar la seguretat de les poblacions considerades favorables a Moscou davant del govern central. Des del punt de vista jurídic, Rússia recolza les dues intervencions amb arguments comparables a les raons adduïdes per l’OTAN per bombardejar Belgrad el 1999, i l’ajuda al procés d’independència de Kosovo. En efecte, també era un conflicte que es va produir en el procés de descomposició d’un Estat comunista federal per al qual l’etnicitat constituïa un dels principis organitzadors de la vida política. Tant a Kosovo com en els casos que tenen lloc a les antigues repúbliques soviètiques, les relacions centre-perifèria es troben al centre del conflicte: la supressió de l’autonomia política per part de l’autoritat central és l’origen dels conflictes a Kosovo i Ossètia del Sud, mentre que el desig d’augmentar l’autonomia, o fins i tot de cercar la independència, és l’origen dels conflictes a Abkhàzia. Ara bé, si el 1999, quan es va bombardejar Sèrbia, Rússia no tenia els mitjans econòmics ni militars per oposar-se a l’OTAN tant el 2008 a Geòrgia, com el 2014 i 2022 a Ucraïna, Moscou vol demostrar que torna a ser una gran potència capaç de defensar el que considera els seus interessos. En el cas actual, després del bombardeig inicial de les bases militars, la força aèria i la marina ucraïneses, Moscou sembla voler aconseguir almenys els mateixos objectius que a Geòrgia el 2008, és a dir, consolidar la pèrdua de dues regions escindides per part de l’adversari, reduir-ne significativament les capacitats militars durant els propers anys i obtenir una garantia a llarg termini de no pertinença a l’OTAN. A diferència de Geòrgia, però, la comunitat internacional va reaccionar ràpidament a la invasió de Crimea el 2014 imposant sancions a Rússia i ho ha tornat a fer ara, imposant noves sancions molt més dures.
The West Should Stop Doing Global Kleptocrats So Many Favors
Appleabaum considera que al segle XXI, les autocràcies les formen xarxes d’estructures financeres cleptocràtiques, serveis de seguretat i propagandistes professionals. Els membres d’aquestes xarxes estan interconnectats entre països i les companyies corruptes controlades per estats dictatorials es relacionen amb altres homòlogues. La nova aliança autocràtica no té una estructura o ideologia, la forma gent de tota mena amb el desig comú de preservar el seu poder personal. Les sancions occidentals per si soles no tenen cap impacte en els autòcrates. Per això, es necessita una estratègia completament nova enfront de Rússia, la Xina i la resta del món autocràtic, una estratègia en la qual no ens limitem a reaccionar davant l’últim incident, sinó que canviem per complet les regles del joc. Hem d’alterar el nostre sistema financer per a evitar que les elits cleptòmanes abusin d’ell en primer lloc. Hem d’ajudar a proporcionar informació precisa i oportuna on no n’hi ha, i lliurar-la en els idiomes que parla la gent. No podem confiar en les velles idees sobre l’ordre mundial liberal, la inviolabilitat de les fronteres o les institucions i tractats internacionals per a protegir-nos. Necessitem una estratègia militar, basada en la dissuasió, que tingui en compte la possibilitat real que les autocràcies utilitzin la força militar. La guerra a Ucraïna s’ha iniciat perquè no vam fer cap d’aquestes coses en el passat i no podem permetre que això es repeteixi. En primer lloc s’ha d’acabar amb la cleptocràcia transnacional. No hem de tolerar la corrupció; podem simplement acabar amb tot el sistema, perquè nosaltres l’hem creat. Hem d’impedir que es formin noves elits cleptocràtiques en el futur. La nostra incapacitat per a respectar uns certs valors en el passat és una de les causes de la crisi actual. En segon lloc, no s’ha de lluitar contra la guerra de la informació, sinó soscavar-la. Els autòcrates entenen la importància de la informació i del control d’opinió i inverteixen en conseqüència. Hem de replantejar-nos com ens comuniquem i proporcionar més i millor informació a la gent que la vol en diferents països i idiomes. Finalment, la democràcia ha de tornar al centre de la política exterior. Hem de trencar els vincles entre les autocràcies, forjar-ne nous i millors entre les democràcies i reinventar les institucions internacionals existents que ja no serveixen per a res. Essencialment, cal canviar tàctiques i acabar amb la cleptocràcia i l’afebliment de les democràcies occidentals.
L’Afrique face à l’invasion russe de l’Ukraine
Àfrica representa més del 25% dels escons a l’Assemblea General de l’ONU. Durant la votació d’una resolució que condemnava l’agressió militar russa, només Eritrea es va pronunciar en contra, mentre que vint-i-vuit països africans van condemnar l’acció russa. Però disset països africans es van abstenir i vuit països més no van participar en la votació. Des de les pàgines de Le Grand Continent, Sonia Le Gouriellec analitza la visió del conflicte des de l’Àfrica i argumenta que més aviat caldria parlar de “les” Àfriques, en la mesura que l’Àfrica no és un bloc monolític i la contingència de les relacions internacionals fa que moltes reaccions remetin a qüestions de política interna. La reacció de Kenya davant el Consell de Seguretat de l’ONU és alliçonadora en aquest sentit: el representant de Kenya va recordar que el continent africà havia estat colonitzat per les grans potències europees i que les poblacions havien estat separades per les fronteres dibuixades, però que no hi havia guerres incessants. perquè els estats africans havien après a conviure amb aquesta divisió. Aquesta és una bona lliçó dirigida a Rússia. Cal destacar que el representant va recordar des del principi el sacrosant principi de la intangibilitat de les fronteres, principi afirmat per l’Organització de la Unitat Africana (OUA) l’any 1963. Això explica les reaccions prudents: la Unió Africana no condemna, sinó que crida al respecte al dret internacional i a la sobirania d’Ucraïna. Això no vol dir que els estats africans donen suport a Rússia: al contrari, cap, ni tan sols Mali o la República Democràtica del Congo on Rússia és tanmateix present amb la companyia Wagner, no va donar el seu suport a la invasió. El que pot semblar una precaució diplomàtica no és tan trivial quan una potència nuclear incompleix el dret internacional. Tanmateix, aquesta precaució s’explica per dos factors principals: els riscos de separatisme que pateixen alguns estats africans i la seva dependència de Rússia, sobretot pel que fa als cereals. L’autora també destaca certes ambigüitats africanes respecte a Rússia, ja que sovint l’opinió pública veu en Putin un home fort que per aquest motiu tindria dret a decidir sobre les futures aliances de seguretat d’un país, tot i estar molt preocupada per la seva sobirania. També sembla que hi ha una gran quantitat de mitologia política russa, difosa i mantinguda per Putin, que és compartida per les poblacions africanes: equivalència moral entre la intervenció russa i la de l’OTAN, fort antiimperialisme, anti-americanisme, política d’humiliació, i que la història l’escriuen els vencedors.
There Is a Path to Peace in Tigray
L’autor considera que hi ha un camí clar cap a la pau, per al poble de Tigray però requerirà decisions dures, començant per la voluntat d’Etiòpia d’accedir a les reivindicacions més essencials. Tigray vol, en primer lloc, un final immediat al setge. Com a qüestió d’urgència, les autoritats han de facilitar l’accés humanitari a totes les zones del Tigray on cal oferir assistència humanitària. La mediació hauria de començar ara amb un compromís humanitari de cessament de les hostilitats per part de totes les parts en conflicte. Un cop resolt el bloqueig humanitari, l’atenció s’ha de centrar en l’assumpte principal del conflicte. A més, els problemes actuals d’Etiòpia són el resultat d’un atac polític, i el país necessita desesperadament una solució política genuïna. Aquesta guerra, que s’estén a tots els racons del país està arrelada a la naturalesa de l’estat etíop. Des de la seva formació com a estat-nació centralitzat, Etiòpia s’ha enfrontat a una guerra de visions sobre el seu futur, i ara les autoritats etíops poden haver de considerar la descentralització com a part del procés de pau. A més, el retorn de les persones desplaçades i dels refugiats, i l’accés i la restitució de les seves cases, terres, negocis i propietats jugaran un paper fonamental per facilitar la reconciliació. Finalment, sense reparacions a les víctimes, i sense que els autors de crims greus siguin jutjats, no hi pot haver una pau sostenible.
In Moscow, Iran Seeks to Salvage Nuclear Deal
El ministre d’Afers Exteriors iranià, Hossein Amir-Abdollahian ha viatjat fa pocs dies a Moscou per reunir-se amb el seu homòleg rus, Sergey Lavrov, mentre Teheran busca suprimir un nou bloqueig en la seva recerca per tornar a l’acord nuclear de 2015 i eliminar les sancions. La guerra a Ucraïna ha tingut un efecte indirecte en el final de l’acord. Moscou demana ara la supressió de les seves pròpies sancions a canvi de qualsevol acord tot i que els funcionaris de Viena semblen estar preparant un acord alternatiu sense l’aportació de Moscou. Aquest acord hauria de trobar substituts per al paper de Rússia en l’eliminació d’urani enriquit de l’Iran, així com la seva experiència per convertir la seva instal·lació nuclear de Fordow en una funció d’investigació. Si l’Iran està motivat exclusivament per la reactivació de la seva economia, un acord que deixa fora Rússia seria menys destructiu que l’estatus quo plagat de sancions. Tot i que les exportacions de l’Iran a Rússia es van duplicar de 400 milions de dòlars a 800 milions de dòlars del 2019 al 2020, això encara representa un petit percentatge de les exportacions globals de l’Iran.
More oil from Saudi Arabia? Seriously?
Aquest article és una crítica a la coherència en el procés de presa de decisions polítiques a Europa pel que fa a la situació a Ucraïna. El Regne Unit s’ha compromès a acabar amb les importacions de petroli rus a finals d’any com a reacció a la invasió, i mira a l’Aràbia Saudita com una possible alternativa als subministraments energètics russos. L’autora també qüestiona la consistència de les polítiques europees vigents pel que fa a les violacions dels drets humans a Rússia. Quan Rússia es va annexionar Crimea el 2014, Occident va començar a parlar de reduir la dependència del petroli i el gas russos. En una crisi, és cert que les decisions difícils s’han de prendre ràpidament, però els polítics també s’han d’assegurar que les opcions alternatives, com ara aconseguir petroli de l’Aràbia Saudita, no esdevinguin un nou estatus quo. Els preus de l’energia ja eren alts abans que Rússia envaís Ucraïna. Els líders occidentals estan, amb raó, preocupats per l’impacte de posar fi, o fins i tot de reduir, les importacions de combustibles fòssils russos en funció de la disponibilitat i el cost del gas, la benzina i altres productes bàsics. Així que potser, a molt curt termini, Europa i els EUA necessitaran importar petroli i gas de destinacions alternatives. En darrer terme, les decisions d’Occident de traslladar la seva despesa en petroli i gas d’un règim dictatorial a un altre no ajudaran a la crisi climàtica, ni faran del món un lloc més segur.
Islamism Is Ready for a Comeback
Tot i l’aparent debilitat actual de l’islam polític, el moviment encara no ha desaparegut. Malgrat la predicció que després de la primavera àrab els partits islamistes estaven en disposició per acumular poder en societats més obertes i democràtiques, els resultats dels islamistes no han estat bons. Per exemple, el 2021 van ser anorreats els Germans Musulmans del Marroc, on havien comptat amb una amplíssima majoria. A Egipte han sigut perseguits i la repressió els ha forçat a la presó o l’exili. L’excepció a aquesta dinàmica és l’AKP turc, el partit dirigit per Erdogan, que s’ha erigit com el partit islamista més exitós del món. Malgrat els contratemps que l’islam polític ha patit els últims anys, està clar que l’islamisme s’adaptarà als nous contextos, sobretot si compten amb el suport de diversos règims autoritaris de Pròxim Orient. Però tot i que els islamistes s’hi adaptin, els governs de la regió romanen conjurats per evitar el que va passar entre el 2010 i el 2012. Encara que diversos partits islamistes tenen accés al poder legislatiu a alguns països (com Kuwait, Jordània o fins i tot Israel), els espais d’oposició són cada cop més limitats, deixant només espai a les manifestacions polítiques no convencionals, com l’extremisme violent. Amb tot, aquest anàlisi ha estat impermeable al pas del temps, l’autor destaca que aquest article es podria haver escrit fa 15 o 25 anys, i pensar com alguns van afirmar llavors, que l’islam polític està acabat, podria portar a repetir els mateixos errors.
Will Taiwan be the next Ukraine?
Per Xi Jinping, el desenvolupament de la guerra a Ucraïna representa una clara lliçó: l’ús de força militar brutal en el segle XXI té un risc considerable. Igual que els ucraïnesos es defensen aferrissadament quan es veuen entre l’espasa i la paret, els taiwanesos valoren de la mateixa manera la seva independència i la democràcia. El perill per Jinping no seria tant un exèrcit taiwanès relativament dèbil, sinó tot un poble unit per defensar-se. Una invasió necessàriament amfíbia sobre Taiwan, havent de travessar 160 kilòmetres de mar obert, seria molt més difícil que la situació a Ucraïna. I també per la presència dels EUA, amb la seva potent flota aèria a la zona, que podria triomfar en crear una zona de no navegació, mentre ho tindria ara molt més difícil per imposar una zona d’exclusió aèria a Ucraïna. Xina correria també el risc d’elevar el prestigi de líders modestos, i la presidenta Tsai Ing-wen podria fàcilment aconseguir tant suport internacional com ara Zelenski. Malgrat que la gran dependència comercial d’Occident amb la Xina tindria un gran cost econòmic, sobretot per la Unió Europea, les sancions tindrien un efecte devastador sobre Xina, creant una crisi interna difícil d’assumir. Un atac sobre Taiwan coordinat amb Moscou tindria un gran efecte negatiu, ja que seria vist com un intent de l’eix autoritari xino-rus de soscavar els règims democràtics. Tampoc serà millor la situació per Xi Jinping després de la guerra, ja que els EUA hauran après les lliçons d’Ucraïna.
Possible Outcomes of the Russo-Ukrainian War and China’s Choice
Hu Wei considera que la guerra russo-ucraïnesa és el conflicte geopolític més greu des de la Segona Guerra Mundial i que tindrà conseqüències globals molt més grans que els atacs de l’11 de setembre. En aquest moment crític, afirma que la Xina ha d’analitzar i avaluar amb precisió la direcció de la guerra i el seu impacte potencial en el panorama internacional. Al mateix temps, per lluitar per un entorn extern relativament favorable, la Xina ha de reaccionar amb flexibilitat i prendre decisions estratègiques d’acord amb els seus interessos a llarg termini. Assenyala diferents escenaris on els EUA recuperarien el lideratge d’un món occidental més unit i on la suspensió indefinida del Nord Stream 2 augmentaria substancialment la dependència d’Europa del gas natural dels EUA. En aquest context, es podria establir un nou teló d’acer, no ja entre el socialisme i el capitalisme, sinó entre els que defensors i els enemics de la democràcia occidental, la qual cosa consolidaria l’estratègia indopacífica dels Estats Units. Una altra conseqüència podria ser que Occident augmentés la seva hegemonia, tant pel que fa al poder militar com als valors i les institucions. En aquest supòsit, la Xina estarà més aïllada i si no pren mesures proactives per respondre, s’enfrontarà a una major contenció dels Estats Units i Occident, i no només estarà envoltada militarment pels Estats Units, l’OTAN, QUAD i AUKUS, sinó que també s’enfrontarà als valors i sistemes occidentals. En aquest context, Hu Wei argumenta que la Xina ha de separar-se de Putin i renunciar a la neutralitat per tal de construir una imatge internacional positiva que faciliti la seva relació amb els Estats Units i Occident. Encara que és difícil i requereix molta saviesa, és la millor opció de futur. En efecte, al seu entendre l’opinió que un conflicte geopolític a Europa desencadenat per la guerra d’Ucraïna retardarà significativament la reorientació estratègica dels Estats Units d’Europa a la regió de l’Indo-Pacífic no es pot tractar amb un optimisme excessiu. Ja s’alcen veus als Estats Units per dir que Europa és important, però que la Xina ho és més, i que l’objectiu primordial dels Estats Units és evitar que la Xina esdevingui la potència dominant a la regió de l’Indo-Pacífic. En aquestes circumstàncies, la màxima prioritat de la Xina és dur a terme els ajustaments estratègics adequat, canviar les actituds hostils nord-americanes cap a ella i salvar-se de l’aïllament. La Xina és l’únic país del món amb capacitat per aturar Putin i ha d’aprofitar al màxim aquest avantatge únic. Si ho fa, segurament rebrà molts elogis internacionals per mantenir la pau mundial, la cosa que podria ajudar-la a evitar l’aïllament, però també trobar una oportunitat per millorar les seves relacions amb els Estats Units i la resta del món.
Xi Jinping places a bet on Russia
A Pequín, estudiosos i assessors governamentals d’alt rang prediuen que les mostres actuals d’unitat occidental s’esvairan tard o d’hora, ja que les sancions no aconsegueixen trencar Rússia i, en canvi, fan que els preus de l’energia augmentin. Al seu entendre, el trencament d’aliances liderades pels nord-americans donarà lloc a un nou ordre global amb noves esferes d’influència, entre elles la Xina. Si 141 països van votar per condemnar la invasió d’Ucraïna a l’Assemblea General de l’ONU, els estudiosos xinesos repliquen que els 40 països que es van abstenir o van donar suport a Rússia, entre ells la Xina i l’Índia, representen la major part de la població mundial. Ara bé, la Xina detesta estar al bàndol dels perdedors i, de moment, el president de Rússia no està guanyant la guerra. Això és incòmode per al president Xi Jinping, que menys d’un mes abans de la invasió va signar una declaració amb Putin, on Xina i Rússia van acordar rebutjar l’expansió de l’OTAN a Europa i la construcció d’aliances nord-americanes a Àsia. En els cercles diplomàtics de Pequín hi ha un debat sobre si Putin va avisar al seu amfitrió que anava a llançar una guerra contra Ucraïna. Els experts argumenten que ni el líder rus ni el xinès esperaven tanta resistència per part d’Ucraïna, tanta ineptitud per part de l’exèrcit rus, tanta unitat d’Europa ni tanta determinació per part de l’OTAN. La invasió de Rússia també conculca els suposadament sagrats principis xinesos sobre la sobirania nacional i la integritat territorial. Així doncs, la Xina es va negar a reconèixer l’annexió per part de Rússia de determinades regions de Geòrgia el 2008 i de Crimea el 2014.
Kim Jong-un Is Just Getting Started
Després de dos anys d’aïllament voluntari de Corea del Nord per la pandèmia, des de gener s’han succeït desenes de tests balístics que semblen enfocats en no fer oblidar al món que el país encara posseeix míssils de llarg abast i armes nuclears. Però també estan orientats a mostrar internament l’avenç tecnològic i en guanyar avantatge en futures negociacions nuclears. L’autor considera que Kim Jong Un no és tant impredictible sinó ambiciós. En els seus primers 10 anys de govern, Kim Jong Un ha provat fins a 130 míssils, mentre que el seu pare només n’havia provat 16 en 17 anys de mandat. Això només podria ser el principi, si la situació no canvia considerablement ,ja que encara li queden dècades en el poder. La modernització econòmica no està només dirigida a millorar la capacitat militar del país, sinó que amb la introducció de smartphones o tauletes busca aconseguir el suport dels mil·lenials, que hauran de ser la seva futura base de poder. També s’arma en el ciberespai per terroritzar els seus enemics, a la vegada que el país pateix escassetat d’aliments o medecines. Les sancions nord-americanes no han aconseguit que pugui finançar el seu programa nuclear, i se sospita que el seu ciberexèrcit ha aconseguit robar 2.000 milions de dòlars per finançar el pla nuclear des de 2014. L’esquema de provocació nordcoreà està clar: proven míssils que provoquen els EUA pressionen el Consell de Seguretat de Nacions Unides, Corea del Nord acusa Washington d’hostilitat i defensa la necessitat de provar noves armes per defensar-se, i així el cicle s’ha repetit des de 2017. Però amb Biden, els EUA, centrats en Ucraïna i Taiwan, han ignorat en bona part el règim nordcoreà, i es mostren partidaris de diàleg sense condicionants. L’estratègia a llarg termini de Kim Jong Un és forçar els EUA a pagar-li per no utilitzar el seu armament i així sobreviure extraient rendes externes.
How the Kyrgyzstan-Tajikistan border conflict is putting pressure on media
Des de l’enfonsament de la Unió Soviètica el 1991, s’han produït diverses disputes frontereres entre Kirguizistan i Tadjikistan. Fins al dia d’avui, s’han delimitat una mica més de la meitat dels aproximadament 1.000 quilòmetres de frontera comuna, i això provoca freqüents conflictes entre els exèrcits dels dos països. Les qüestions no resoltes relacionades amb la distribució de l’aigua i la terra, així com els passos il·legals de fronteres i els enfrontaments per l’accés a la terra, no fan més que incrementar les tensions. Els periodistes s’han compromès en la disputa amb els mitjans d’ambdues parts del conflicte que lluiten per oferir informes equilibrats a causa de la informació no verificada que circula a les xarxes socials i la manca d’informació verificada dels territoris fronterers. Els periodistes admeten que acostumen a conèixer el conflicte pels habitants, els quals alerten els mitjans dels fets o els comparteixen a través de les xarxes socials. Els periodistes també lluiten amb la desinformació i les notícies falses. En canvi, la majoria dels mitjans de comunicació al Kirguizistan i al Tadjikistan sembla que repeteixen els missatges del seu govern quan es tracta del conflicte fronterer. La pressió sobre els mitjans de comunicació per seguir la línia del govern també ha augmentat al Kirguizistan a causa del recent conflicte fronterer.
Nuevo gobierno de Boric en Chile: un laboratorio de cambio social
Alexis Cortés analitza a Open Democracy l’impacte que pot arribar a tenir a tota Amèrica Llatina la nova presidència de Gabriel Boric a Xile en tant que el futur de l’esquerra llatinoamericana estarà en gran part definit per l’èxit o fracàs del govern de Boric. El nou govern pretén superar el cicle neoliberal formant un executiu ecofeminista que s’inspiri en el socialisme democràtic d’Allende i les revoltes socials que van esclatar fa 10 anys. El model neoliberal xilè, posat habitualment com a exemple d’apertura econòmica i estabilitat, va ser fortament contestat arran de l’esclat social començat el 2019 quan les mobilitzacions estudiantils van denunciar la mercantilització de drets socials començada amb la dictadura de Pinochet. Arran d’això, Boric ha pogut reunir el suport dels principals col·lectius contestataris: el moviment ecologista anti-extractivista, el feminisme i els grups indígenes, com els Mapuche. Això no obstant, per tal de realitzar les propostes clau del seu mandat (reforma tributària, de pensions i salut) caldrà que Boric trobi l’equilibri entre el vell centreesquerra, encara sota lògiques neoliberals, i els moviments socials que li han donat força. La interdependència entre els moviments socials i el nou govern no exclourà tensions i contradiccions, però pot suposar l’impuls renovador per dur a terme les profundes reformes necessàries.
A new group of left-wing presidents takes over in Latin America
The Economist emmarca la presa de possessió de Gabriel Boric a Xile dins d’un procés més ample de canvi polític generalitzat cap a l’esquerra a Amèrica Llatina, on dos candidats d’esquerres, Gustavo Petro a Colòmbia i Luiz Inácio Lula da Silva al Brasil, lideren les enquestes d’opinió de cara a les eleccions presidencials de maig i octubre d’enguany. Sembla que s’hagi beneficiat de l’estancament econòmic i dels efectes de la pandèmia sobre les polítiques dels governs de dretes. D’altra banda, l’article assenyala les diferències entre les diferents esquerres existents a Llatinoamèrica i destaca que ja el 2006 en un article publicat a Foreign Affairs, Jorge Castañeda, exministre d’Afers Exteriors mexicà, argumentava que hi havia dues esquerres a la regió. Una, que era moderna, oberta, reformista i internacionalista, i l’altre, que era nacionalista, radical i de mentalitat tancada”. Boric representa una cosa nova i portarà a la presidència xilena les preocupacions de la seva generació. Per a ell, els principals reptes són el canvi climàtic, la desigualtat de gènere i el reconeixement de les comunitats indígenes. A més, també dona suport al feminisme, l’avortament i els drets homosexuals, temes que encara queden lluny d’altres polítics d’esquerres.
El mundo en guerra más allá de Ucrania: una veintena de conflictos abiertos ante el olvido de la comunidad internacional
En un paisatge informatiu saturat per la guerra a Ucraïna, l’article repassa la vintena d’enfrontaments bèl·lics actualment actius diferents territoris a Àfrica i Àsia, on el nombre de morts es compten per milers i els grups de drets humans alerten sobre les catàstrofes derivades d’aquests escenaris. Les dades de l’Escola de Cultura de Pau ressenyen el conflicte a Camerun on les dues regions anglòfones continuen afectades pel greu clima de violència com a conseqüència de les accions dels actors armats secessionistes, així com de l’excessiu ús de la força i les operacions de contrainsurgència dutes a terme per les Forces Armades i les milícies locals. Així mateix, la regió etíop de Tigray es va veure afectada l’any passat per una escalada de la tensió amb el Govern federal que va derivar en una confrontació bèl·lica de greus conseqüències. El 4 de novembre de 2021, el primer ministre etíop, Abiy Ahmed, va ordenar l’inici d’una operació militar contra les autoritats d’aquesta regió fronterera amb Eritrea. Després de l’ofensiva es van desencadenar durs enfrontaments i una escalada del conflicte, la qual cosa que va provocar el desplaçament de milers de civils. La província de Cabo Delgado, al nord de Moçambic, pateix des de finals del 2017 un conflicte armat protagonitzat per l’autodenominat Ahlu Sunnah Wa-Jama (ASWJ). Des de llavors Cabo Delgado ha estat l’epicentre d’un augment en l’activitat violenta al país. Metges Sense Fronteres va alertar recentment que la crisi humanitària persisteix i centenars de milers de persones desplaçades sobreviuen en condicions precàries. Pel que fa a l’Asia, a Myanmar Les operacions militars han estat constants i han estat dirigides especialment contra la població civil, amb l’objectiu d’acabar amb les bases dels grups armats, provocant el desplaçament de centenars de milers de persones. El nombre de desplaçats interns a Myanmar des de la presa del poder per part dels militars el 2021 ha superat el mig milió de persones, d’acord amb un informe d’ACNUR publicat el passat 1 de març. Finalment, el Iemen també és escenari d’una greu crisi humanitària provocada per la guerra. Des del març del 2015, una coalició liderada per Aràbia Saudita i Unió dels Emirats Àrabs bombardeja les zones del país controlades pels rebels hutís. L’últim informe de l’organització iemenita independent Mwatana for Human Rights assenyala que al llarg del 2021 van morir i resultar ferits més de 782 civils, a la vegada que més del 80% del país necessita ajuda humanitària urgent.
Catalunya, España, Europa
Europe enters a brave new world
Mujtaba Rahman argumenta a The New Statesman que amb la seva invasió d’Ucraïna Putin pot haver despertat el gegant adormit que era la Unió Europea i impulsat definitivament el debat sobre la necessitat de tenir una autonomia estratègica pròpia. En efecte, ara la UE no pot continuar tancant els ulls i haurà d’adaptar les seves polítiques i institucions al nou context de crisi mundial, especialment en matèries com la seguretat, la defensa, els afers estrangers o la política fiscal. En un context de crisi generalitzada, no dependre dels altres implica confiar en un mateix, i per la UE posa l’èmfasi en la gran solidaritat interna que suposa el Fons de Recuperació. La UE també s’haurà de reequilibrar internament per fer front comú amb vistes a que les crisis de refugiats o la crisi energètica no deixin països aïllats, sinó que gaudeixin del suport de tots els membres. Davant els reptes que suposa la guerra a Ucraïna, la UE creu possible unir dues pulsions en aparença contradictòries: confiar més en els EUA com a soci prioritari de l’OTAN, i que la Unió comenci a pensar estratègicament a llarg termini.
Europa, de nou a prova
L’editorial de la revista Política&Prosa afirma que Europa avança quan improvisa davant de les crisis polítiques sobrevingudes. Així ho ha hagut de fer en els últims anys amb la crisi de l’euro, l’annexió de Crimea per part de Rússia, l’allau migratori, el Brexit, l’elecció de Donald Trump o la pandèmia de COVID-19. A cop de crisis, la Unió ha hagut de clarificar qui i com decideix realment exercir el seu poder i marcar la diferència entre els seus interessos col·lectius i els interessos nacionals dels seus membres. Ara ha d’afrontar la crisi d’Ucraïna en unes circumstàncies certament ben difícils. En ple debat intern sobre la seva autonomia estratègica, amb percepcions i interessos discordants entre els Estats membres. Amb el vincle transatlàntic seriosament deteriorat després de la presidència Trump i del Brexit, però paradoxalment amb la seva seguretat col·lectiva depenent d’una OTAN que ha passat d’estar extremunciada a ressuscitar. Amb la feblesa de la seva dependència energètica, aguditzada en els països centreeuropeus per la dependència directa del subministrament del gas rus. I a tot plegat s’hi ha d’afegir, a més, la deriva il·liberal dels governs de l’anomenat grup de Visegrad que afebleix la coherència democràtica de la Unió. En aquest context, potser va sent hora d’aprendre la lliçó i canviar la mirada ingènua sobre la Federació Russa –i de passada sobre la República Popular de la Xina– i l’estratègia d’aproximació contemporitzadora esperant una evolució democràtica que no està en les intencions de Vladimir Putin. Seria un primer pas per fer efectiva l’aspiració d’autonomia estratègica.
The president of Kosovo warns against the appeasement of autocrats
La presidenta de Kosovo Vjosa Osmani adverteix a The Economist que aquests últims anys, i especialment des de l’annexió de Crimea, Putin també ha intensificat els esforços per a desestabilitzar Kosovo, Bòsnia i Hercegovina, i Montenegro, mitjançant Sèrbia, i no és cap secret el suport rus a líders com ara el serbi Vucic. La desestabilització i la ingerència russa a la regió constitueix doncs una important amenaça per a l’estabilitat europea i sobretot per a l’estat kosovar. Osmani adverteix que esdeveniments com els d’Ucraïna ens recorden que mai no hem de ser indiferents davant l’autocràcia o les amenaces als nostres valors i aliats. És un recordatori que una amenaça a la democràcia en un territori determinat és una amenaça per a tota la resta.
Russian Ambassador says BiH can join NATO, but Moscow will react
L’ambaixador rus a Bòsnia i Hercegovina, Igor Kalabukhov, ha advertit que el Kremlin respondrà si el país balcànic decideix avançar cap a la seva integració a l’OTAN. Considera que si Bòsnia decideix ingressar-hi, l’exemple d’Ucraïna mostra allò que Rússia desitja. El debat sobre l’entrada a l’OTAN fa anys que protagonitza tensions a Bòsnia, un país encara dividit políticament i socialment entre les croats, bosnis i serbobosnis. La part sèrbia, que controla la República Sprska, està alineada amb els interessos de Belgrad i s’oposa frontalment a l’entrada del país a l’OTAN. En els darrers anys, el seu líder Milorad Dodik ha encoratjat el relat que Bòsnia és un Estat fallit, obrint la porta a accelerar l’intent de separar la República Sprska de la resta del país. Una maniobra que ha comptat amb la connivència de Moscou. La situació manté en tensió el precari equilibri entre nacions als Balcans on cal recordar que encara hi ha tropes internacionals presents després de les guerres dels 90. El projecte d’entrada a l’OTAN s’ha percebut en part de la societat bosniana com a garantia d’integritat territorial. La República Srpska, en canvi, ha adoptat una resolució sobre la neutralitat militar on declara expressament que no vol ser membre de l’Aliança Atlàntica.
La hora de la convergencia entre la UE y la OTAN
En un context tan inestable i incert adquireix una especial rellevància la relació entre la UE i l’OTAN, i Biscop destaca que a finals del 2020, la Unió Europea va iniciar la redacció d’una Orientació Estratègica per a la seva política de defensa i seguretat. El juny del 2021, la cimera de l’OTAN a Brussel·les va acordar revisar el Concepte Estratègic. Abans de la invasió d’Ucraïna, estava previst que tant l’orientació com el concepte es donessin a conèixer a mitjans del 2022. Biscop planteja la necessitat d’un acord general que es compon de tres dimensions: defensa territorial i resiliència; operacions expedicionàries; i planificació de la defensa i desenvolupament de capacitats. Si d’una banda, els EUA exhorten contínuament els seus aliats europeus a fer més, els fa enrere quan sent que una iniciativa europea pot conduir a amenaçar el seu lideratge. Al mateix temps, sense mandat de l’ONU, la UE ha de limitar-se als instruments diplomàtics i econòmics de gestió de crisis i a mesures militars indirectes com sancions i suport a agents locals i regionals. Tot i tots els inconvenients obvis de l’acord actual, sembla poc probable que es produeixi un avenç que condueixi a un acord global efectiu entre la Unió Europea i l’OTAN. I cal responsabilitzar-ne els principals estats, a banda i banda de l’Atlàntic, que segueixen tolerant aquesta situació. No obstant això, hi ha una raó més fonamental per a l’estancament actual. D’una banda, el dogmatisme atlantista es nega a apartar-se dels vells costums i adaptar l’OTAN a l’aparició de la Unió Europea, com si els acords de defensa de la dècada de 1950 s’adeqüessin al món d’avui. De l’altra, l’idealisme europeu continua predicant que la defensa europea portarà la salvació, sense fer cap pas real per aconseguir-la. El dogmatisme i l’idealisme són enemics d’una bona estratègia que s’ha de basar en la raó. Encara que no es produeixi cap acord global entre la Unió Europea i l’OTAN, la Unió podria complir de totes maneres la seva part del tracte i adoptar una Orientació Estratègica ambiciosa que regulés què han de fer els estats membres en matèria de defensa i dissuasió, i que els obligui a complir.
Democracia, diversidad y cultura
Mal de llengües a Ucraïna
Ortega recorda que la llengua és un factor que aporta identitat a una comunitat humana, però no és l’únic, ni és unívoc. Ja no és vàlid l’argument romàntic que la llengua és l’ànima d’un poble, i el fet que en un país s’hi parli una llengua no significa que es comparteixi identitat amb d’altres per això; només cal veure la distància d’alguns països hispanoparlants respecte d’Espanya, i no li diguis a un irlandès que té res a veure amb un anglès. És per això que convé evitar l’equivalència entre russòfon (parlant de rus com a llengua materna) i prorús (partidari de Rússia), perquè no tots els ucraïnesos parlants de rus estan d’acord amb Putin. També recorda que la llengua va ser a la base del conflicte de 2014-2015, que va comportar la declaració d’independència de les autoproclamades repúbliques de Donetsk i Lugansk. És a la ucraïnització accelerada al que s’agafen Rússia i la seva propaganda per parlar de genocidi i justificar la invasió, tot convertint els greuges d’una comunitat injustament minoritzada en un argument victimista que contrasta fortament amb una llengua i una cultura, la russa, de vigor imperial. És la paradoxa de quan una llengua poderosa diu que se sent perseguida. Ni la llengua petita ha de servir-se, en cas d’independència, de mecanismes que lesionin els drets lingüístics dels seus ciutadans, per molts greuges històrics que calgui reparar; ni la llengua gran s’ha de regirar, com un monstre ferit, disposada a restaurar el seu orgull pels mitjans que sigui.
L’éternelle fabrique de l’histoire
A principis dels anys vuitanta, el discurs sobre la fi de les grans narratives postulava que qualsevol intent d’entendre la història col·lectiva i donar-li sentit era una il·lusió. La fi de les ideologies i la fi de la creença en el progrés van constituir tantes variacions sobre aquest tema. Tanmateix, les grans històries tornen, diverses, per proposar nous futurs. Hi ha el relat dels conspiradors, dels gihadistes mil·lenaristes, de la de la crisi mediambiental, que insisteix en la culpa d’un sistema consumista en què tothom té la seva part de responsabilitat, etc. Un dels més singulars és sens dubte el que presenta el metavers, terme que es troba en una novel·la de ciència ficció, utilitzat per l’antic grup de Facebook rebatejat Meta. Per Mark Zuckerberg es tracta ni més ni menys que de fusionar la nostra realitat física i l’univers digital. En un univers virtual, on serem presents en forma d’avatar escollit, viurem en tres dimensions, amb cascos de realitat virtual i altres artilugis, conversarem, viurem, comprarem, en una Internet finalment encarnada. Ja no cal viure en el vell real, és el virtual el que és real. La llista no és exhaustiva. Però aquestes més o menys noves perspectives tenen una forta tendència a evacuar o dissimular el conflicte: ja no hi ha lluita de classes, només injustícies; ja no es tracta d’enfrontar-se a allò que esclavitza, sinó de realitzar-se; ja no es tracta del treball de la raó, i ja no del progrés, sinó dels poders de la imaginació.
It’s Possible to Learn the Right Thing From the Wrong Person
Amb motiu d’una retrospectiva d’Hans Holbein el Jove al Museu Morgan de Nova York l’autora reflexiona sobre el personatge de Thomas More pintat per l’artista. Catòlic compromès, va ser un escriptor i erudit brillant. També va ser advocat, estadista i conseller del rei Enric VIII, i finalment es va convertir en el lord canceller del rei. Després que aquest separés el seu país de l’autoritat papal, More es va negar a prestar un jurament que reconeixia el rei com a cap suprem de l’Església d’Anglaterra. El 1535 va ser executat per traïció. Després de 400 anys, va ser canonitzat com a sant catòlic. La qüestió de fins a quin punt la convicció moral absoluta d’una persona hauria de regir el comportament d’altres persones és la base de gairebé tots els debats polítics que tenim avui. Moltes de les conviccions morals imposades als ciutadans pels seus líders són tan problemàtiques ara com abans. Però, l’exemple de More assenyala que un home pot renunciar més fàcilment a la seva vida que a la seva pròpia comprensió de si mateix. És possible que una persona faci coses imperdonables i també coses que són notablement belles i bones. Una gran obra d’art ens recorda que les nostres pròpies vides, que massa sovint sentim com a petites i insignificants, formen part d’una història que pot estar plena de crueltat i patiment, sí, però que també pot sorprendre positivament. Quan algú diu que un llibre ja no s’ha de llegir per alguna història problemàtica vinculada a l’obra o al seu creador, cal pensar que necessitem descobrir una veritat a partir d’una història que podria o no ser certa sobre un ésser humà que podria o no ser bo, com en el cas de Thomas More.
El siglo XX se repite
L’autor ens recorda que el segle XXI va començar a caminar amb Putin, nomenat com a successor per Ieltsin el darrer dia del segle XX. Portava el nou mil·lenni la marca del diable al front. Les cendres de l’imperi rus parien a l’últim dels seus tsars que morirà matant encara que s’hagi d’emportar el món per davant. Després va venir l’11-S. La caiguda de les torres que subjectaven l’imperi nord-americà que no ha fet altra cosa que enfonsar-se des d’aleshores arrossegant en la caiguda a Occident. Després, el crac del 2008 que és com el crac del 29, una crisi global, econòmica, política i social que ha tornat a despertar la bèstia del feixisme d’Est a Oest, de Trump a Putin, de Le Pen a Orbán, de Salvini a Abascal i de tots els neonazis que recorren Europa. Assenyala que el somni del capitalisme produeix monstres. Feixisme, crisi climàtica i, finalment, una pandèmia el 2019 que és com la grip del 1918. Ja només faltava una guerra mundial perquè el calc entre els dos segles es completés i Putin envaeix Ucraïna com si es cregués Napoleó o Hitler. Per això, perquè coneixem la Història, perquè hem vist el que passa quan imperialisme, capitalisme i nacionalisme es desfermen en una tempesta de sang, cal exigir als qui tenen el poder sobre els nostres països, exèrcits, mitjans, institucions, que apaguin la seva cremor guerrer i evitin per tots els mitjans la barbàrie. Conclou que si després de totes aquestes crisis d’advertència, si després de la lliçó d’Història del segle XX, no aprenen els qui governen que la justícia social i la igualtat material són l’única vacuna, tornarem a caure a l’abisme. Tenim l’oportunitat, una darrera, d’evitar la catàstrofe i sortir-ne amb una nova política d’energia i seguretat, amb una democràcia més sòlida, una pau més duradora i una condemna unànime als feixistes.
Lo político según Schmitt
L’autor explicar amb detall la naturalesa de la distinció amic/enemic enunciada per Carl Schmitt al seu llibre El concepto de lo político (Alianza, 2014) per tal de distingir l’antiliberalisme d’aquest autor d’altres antiliberalismes, perquè la manera schmittiana de pensar la política ofereix un marc mental que, quan s’assumeix, té efectes devastadors en les democràcies liberals, un marc mental que d’altra banda sembla regir les actuacions del president Putin. El que Schmitt sosté és que l’enemistat no és personal ni circumstancial, no és l’enemistat entre dos competidors polítics, sinó que és una enemistat en la que el grup definit com a enemic suposa una amenaça existencial per al nostre grup. No només aquesta amenaça per la pròpia supervivència de la comunitat cristal·litza en forma d’amenaça bèl·lica evident, sinó que és el fet de la seva pròpia existència el que instaura l’amenaça. Mentre l’enemic no hagi estat totalment destruït, la pròpia comunitat no podrà assegurar la seva futura existència. D’aquesta manera, el conflicte és irreconciliable, però el conflicte és necessari (és la base indissociable) de la política. Sense conflicte no seria possible ni l’existència mateixa de la comunitat (ens definim per oposició) ni la pròpia política, ja que és a partir d’aquesta oposició que es creen els vertaders conflictes polítics. L’enemistat és total i s’extrapola a tots els contextos possibles, l’enemistat justifica tot tipus de monstruositats (exterminis, genocidis) perquè totes les comunitats són iguals en que no poden mai conviure. Sense drets universals (només poden ser comunals), apel·lar conceptes com la humanitat no té sentit.
El feminismo en la encrucijada
Laura Freixas argumenta que l’èxit del feminisme ha fet que molts vulguin apropiar-se de la seva força. Freixas exemplifica el seu argument per mitjà dels successos d’aquest darrer 8M, dia en què van haver-hi dues manifestacions en comptes de només una. Afirma que, encara que les dues manifestacions es van autoproclamar com a feministes, la veritat és que no eren al mateix lloc. Ni geogràfic, ni ideològic. Ambdues manifestacions coincidien en moltes coses com ara els drets per a les empleades domèstiques i protestaven contra la violència masclista, l’assetjament sexual, la bretxa salarial o les dificultats per interrompre l’embaràs. No obstant això, van haver-hi diferències fonamentals que resulten en un possible dilema dins del moviment, en què les majors portaveus es preocupen molt més per altres temes de discussió que els que realment atenyen la lluita feminista. Freixas acusa el govern PSOE-Podemos d’apropiar-se del feminisme pel simple èxit que té la seva força. Des del seu punt de vista, els líders governamentals es troben principalment defensant una idea feminista que és atractiva i populista, no feminista en essència; i aquí rau la diferència entre les dues manifestacions.
Ler Gogol para perceber o ódio de Putin
Raposo considera que una lectura de Gogol, especialment de la novel·la Taràs Bulba (Edicions Tres i Quatre, 2008) facilita una comprensió dels fets que s’estan desenvolupant a Ucraïna. Romàntic i nacionalista, Gogol glorifica l’extrema violència dels cosacs en nom de la veritable fe i de la gran nació russa, que emergeix amb un destí especial entre les nacions. Gogol promou la idea que l'”ànima eslava” és especial: “Només la naturalesa eslava és capaç d’això; ànima eslava àmplia i poderosa, un mar en comparació amb altres cultures, simples rierols”. És aquest paneslavisme de terra, sang i llengua eslava el que està al centre de la visió de Putin. És com el vell pangermanisme. De fet, si fem servir el llenguatge dels vitalistes germànics prefeixistes, ens trobem davant d’un cas de defensa de la gemeinschaft (comunitat de vincles històrics, vincles de sang i llengua on l’individu només existeix com a part insignificant d’aquesta nació orgànica) contra la gesellschaft (el principi moral i polític és la persona i no la nació). Gogol ens diu que els estrangers també són fills de Déu, però que, al cap i a la fi, només els eslaus són especials, els eslaus units pel mantell sagrat del paneslavisme, és a dir, l'”ànima russa”. “Ningú és capaç d’estimar així“, diu. Qui presumeix ser especial en l’amor, inevitablement, acaba sent extremadament especial en l’odi i la guerra.
Economía, bienestar e igualdad
‘Completing the single market’—a dangerous obsession
Després de l’embat de la pandèmia de COVID-19, avui és més clara que mai la importància vital de la sanitat pública i l’estat del benestar, amenaçats després de 30 anys de neoliberalisme. La política de completar el mercat únic europeu començada el 1993, on tot (des de l’aigua fins als serveis mèdics més bàsics) poden ser subjecte a privatitzacions, evidencia que el neoliberalisme encara no està acabat. Un exemple n’és la reforma sobre la notificació de serveis proposada el 2017 que havia estat enfocada en soscavar els serveis públics, i ciutats com Barcelona, Berlín o Riga s’hi van oposar, ja que suposava la creació de marcs favorables per a l’empresa privada i perjudicials per la ciutadania. La proposta, qualificada com una amenaça a la democràcia local, finalment no va ser aprovada, tot i que les empreses multinacionals segueixen pressionant per eliminar regulacions. Al desembre de 2021, una campanya dirigida per 50 presidents de les grans multinacionals va fer pressió per aprovar certes recomanacions (que en cas d’incompliment poden suposar multes substancials) que es podrien utilitzar per forçar governs i altres autoritats públiques a eliminar els obstacles reguladors que les empreses no vulguin complir. El sistema en general funciona de manera que elimina ràpidament tot el que des del sector privat es considera com a obstacles, mecanismes que fins i tot encara són presents als EUA. Les iniciatives locals són clau per assegurar una correcta transició ecològica, i s’haurien d’evitar les mesures que donen encara més poder a les multinacionals per desfer-se de les regulacions. El mercat únic que defensen els lobbies, tindria efectes catastròfics en la transició ecològica que la UE tant necessita i també danyaria irremeiablement la democràcia.
War in Ukraine threatens to create a global food crisis
Nicu Calcea alerta a The New Statesman de les conseqüències de la guerra a Ucraïna de cara a una crisi alimentària mundial. Ucraïna i Rússia subministren gairebé un terç del blat del món, a més de ser grans exportadors d’altres cereals. La guerra també afectarà el cultiu dels aliments al Regne Unit i a altres llocs, perquè Rússia és la major exportadora mundial de fertilitzants (el fertilitzant nitrogenat es fa a partir de gas natural, del qual Rússia és una font important). Els blocs comercials al voltant del mar Negre i les sancions contra Rússia han obligat els importadors a buscar proveïdors alternatius d’aliments i fertilitzants. Això només ha agreujat els problemes preexistents d’escassetat existències a causa del mal temps i la interrupció de la cadena de subministrament. A mesura que s’esgoten les existències, molts països han imposat restriccions a les exportacions de determinats cultius, posant molts països en desenvolupament en risc d’escassetat d’aliments, especialment els del nord d’Àfrica i l’Orient Mitjà, que depenen més de les exportacions d’Ucraïna i Rússia.
War and sanctions have caused commodities chaos
Les crisis globals de productes bàsics solen causar greus danys econòmics i trastorns polítics. Avui, la invasió russa d’Ucraïna està provocant la sotragada de productes bàsics més gran des de 1973. Els índexs generals de preus de les matèries primeres són ara un 26% més alts que a principis de 2022. El cost del barril de petroli Brent ha augmentat de manera exponencial. Els preus del gas gairebé s’han triplicat. El preu del níquel ha augmentat que a Londres se n’ha aturat comercialització i els especuladors xinesos estan tenint pèrdues multimilionàries. Les sancions occidentals als bancs russos han fet que els prestadors, les asseguradores i les empreses navilieres desconfiïn d’acords tancats anteriorment per transportar càrregues russes. Shell ha abandonat la compra de petroli rus. El mar Negre és pràcticament una zona prohibida per a la navegació comercial des que alguns vaixells han estat afonats per míssils. A principis de març, els Estats Units va anunciar que prohibirien les compres de petroli rus. Per tant, si la Unió Europea s’adherís a l’embargament, es veurien afectats uns dos terços dels 7-8 milions de barrils diaris d’exportació de petroli i productes refinats russos, l’equivalent a un 5% de l’oferta mundial. Un embargament global complet podria fer pujar el preu del petroli a 200 dòlars el barril. De moment, els països de l’OPEP s’han negat a augmentar la seva producció de petroli, però si fos necessari els països rics podrien accelerar l’alliberament dels 1.500 milions de barrils de petroli que tenen en reserva.
Pouvoir d’achat, emploi… Faut-il craindre l’inflation?
S’esperava que la pujada general dels preus fos temporal, però tot indica que continuarà en els propers mesos, segons les últimes previsions del Banc Central Europeu (BCE). A causa de la crisi d’Ucraïna, la inflació, fins ara atribuïble en gran part a la crisi sanitària, s’hauria de mantenir per sobre del 3% durant el 2022. I amb ella, un dilema recurrent en la història de les polítiques monetàries: inundar els mercats de liquiditat per fer-los surar, o tancar les aixetes i arriscar-se a enfonsar de nou la zona euro en una profunda crisi. En aquest context, l’autor assenyala que els bancs centrals estan atrapats en una tenalla. D’una banda, les diverses mesures cautelars per circumscriure el perill inflacionista, siguin motivades per la ideologia o per inquietuds electorals ja que, en vigílies d’importants comicis a banda i banda de l’Atlàntic, els augments de preus podrien alimentar la ira popular. De l’altra, la urgència de recompondre una economia mundial afeblida i, per part europea, d’assegurar la cohesió d’un bloc monetari les disfuncions profundes del qual no han desaparegut, encara que estiguin soterrades pel torrent de liquiditat abocades pel BCE. Tanmateix, un enduriment dràstic de la política monetària contribuiria a una desacceleració de l’activitat econòmica –una opció molt poc atractiva per als líders polítics– i podria desencadenar greus tensions als mercats financer, immobiliari i de criptomoneda impulsades per uns tipus d’interès tan baixos que els han fet caure en la dependència. Un risc que testimonia el perill d’una altra forma d’inflació que, tanmateix, passa per sota del radar dels indicadors de preus al consumidor: la inflació financera, que forma bombolles borsàries, fonts d’enriquiment especulatiu, desigualtats i crisis.
The inflationary consequences of Russia’s war will spread
La inflació que no para de créixer des de l’estiu passat ha tornar a posar sobre la taula qüestions relatives a si tornem a viure una situació semblant a la de la crisi petrolera dels anys 70 del segle passat. Tot i que la inflació ha assolit el seu màxim dels últims 40 anys amb un 7.9% als EUA i un 5% a la UE, cap economista no espera que arribi a xifres de dos dígits com va ser el cas llavors. Un bon exemple d’aquest canvi respecte les últimes dècades el trobem en la previsió de diversos mercats de renda fixa nord-americans sobre la inflació futura, que la situaven per damunt del 3.5% pels pròxims 10 anys, mentre que els tres primers mesos de 2022 se situa en el 5.6%. Els indicadors a llarg termini, com l’IPC, romanen més tranquils: se situa al 2.6% pels pròxims 5 anys, 0.5% més que fa un any. Donada l’alta volatilitat dels mercats, les prediccions sobre la inflació s’han de prendre amb molt cura, però s’espera que regions més energèticament dependents, com la Unió Europea, pateixin més greument els seus efectes. Dues preguntes sorgeixen d’aquestes prediccions: quina influència tindrà sobre la inflació un petroli que manté uns preus elevats; i quin rol tindran els bancs centrals davant el ràpid augment de preus.
Sostenibilidad y cambio climático
War in Ukraine could cut global supply of essential elements for making green technology
L’acció de les principals economies per reduir les importacions de carbó, petroli i gas rus podria accelerar la transició a l’energia verda a nivell mundial. Però per una altra banda, la interrupció del subministrament de metalls rars i altres materials causada per la guerra a Ucraïna podria aturar el desplegament de tecnologies alternatives. Per exemple, la descarbonització requerirà grans quantitats d’electricitat renovable i noves maneres de traslladar-la i emmagatzemar-la. Els països que han estat important molt combustible rus hauran de substituir les canonades i els dipòsits de combustible per noves xarxes de transmissió i bateries. Les tecnologies alternatives solen fer-se amb una varietat de metalls i materials escassos, i Rússia i Ucraïna tenen un paper important en el seu subministrament. Un altre exemple és que més del 35% del pal·ladi mundial i el 12% de platí prové de Rússia. El platí i el pal·ladi són metalls preciosos que s’utilitzen per fabricar convertidors catalítics, dispositius que redueixen la concentració de contaminants atmosfèrics en les emissions dels vehicles amb motors de combustió interna. Fins ara Rússia només representa al voltant del 2% de la producció mundial de minerals de terres rares, de manera que és probable que l’impacte immediat de la guerra sigui petit. Però el país disposa d’importants reserves no explotades i al 2020, el país va anunciar una inversió de 1.500 milions de dòlars per fer créixer la seva indústria de terres rares.
Can urban mining help to save the planet?
Molts dels productes que composen l’antroposfera, terme utilitzat per referir-se a tot el que la humanitat ha creat i amb el que es relaciona amb el seu entorn, acaben en forma de residus. A més, moltes empreses mineres es dediquen a explotar intensivament recursos naturals, produint una gran contaminació i altres impactes negatius per les comunitats sobre les que actuen. La idea de la mineria urbana busca reutilitzar el que ja tenim, aprofitant els materials que composen els productes descartats, i que així tampoc no acabin en un abocador. Molts dels minerals preciosos són cars i molt contaminants, per tant, aquesta idea podria suposar la conservació a llarg termini del medi ambient i grans beneficis econòmics. Però també es presenten reptes: bona part del seu èxit depèn d’una bona separació dels residus a reutilitzar. També es necessita que les persones reutilitzin els productes que ja no utilitzen. Tampoc és automàticament positiva, ja que la mineria urbana comparteix molt trets amb la mineria tradicional. Si vol ser vertaderament renovadora, la nova mineria urbana haurà de tenir en compte el tradicional racisme sobre l’explotació de terres naturals, que ha perjudicat sobretot les comunitats indígenes de països com Brasil o Bangladesh. Molts dels seus membres s’han dedicat des de fa dècades a buscar residus que reutilitzar i vendre com a forma de guanyar-se la vida. La mineria urbana no seria intensiva en termes d’energia o capital, sinó en forma de força de treball. Finalment, s’hauria de tenir en compte un equilibri entre les necessitats de la terra i les necessitats de la comunitat que l’habita.
Drive Sustainable Progress: The Seeds of Change
Un estudi dut a terme per la revista Politico revela que els ambiciosos plans de la UE per a reduir la desforestació a tot el món hauran de centrar-se en l’impacte humà si volen ser realment sostenibles i comptar amb la col·laboració de les empreses privades. La població mundial està creixent a un ritme intens i és un problema que afecta gairebé tots els àmbits de la política mundial, especialment amb el canvi climàtic com a teló de fons, i que exigeix solucions sostenibles i innovadores. La UE reconeix la importància del paper dels boscos en la mitigació del canvi climàtic. Per això, la lluita contra la desforestació és un dels objectius declarats del Pacte Verd de la UE, que al novembre va anunciar l’adopció de noves propostes per a detenir la desforestació i així donar suport al compliment d’un compromís més ampli per a aconseguir la neutralitat de carboni l’any 2050. Perquè la iniciativa tingui èxit, caldrà garantir que es gestioni qualsevol impacte per a les persones que viuen en altres països i garantir que els avanços de la UE no es produeixin a costa del desenvolupament sostenible en altres llocs. La col·laboració és clau, per això moltes empreses actives a nivell mundial ja estan fent esforços per a lluitar contra la desforestació amb inversions milionàries. L’estreta col·laboració entre aquestes i responsables polítics i ONG, així com l’intercanvi de coneixements entre les parts, pot ser una forma eficaç d’accelerar els avanços. Un bon exemple d’una d’aquestes aliances és la coalició “Reduint Emissions a través de l’Acceleració del Finançament Forestal” (LEAF), que inclou tant el sector privat com el públic, i l’objectiu del qual és proporcionar suport financer als països compromesos a l’augment de la protecció dels boscos tropicals i subtropicals i reduir la desforestació.
From seed to skin: how biodiesel makes the EU go round — and go green
Per assolir els ambiciosos reptes que la UE s’ha plantejat, com reduir fins un 90% les emissions d’efecte hivernacle per l’any 2050, el biodièsel s’erigeix com la gran solució. El biodièsel és produït majoritàriament a partir d’olis vegetals, i podria arribar a substituir els combustibles fòssils. Addicionalment, el biodièsel extret de cultius pot ajudar la UE a aconseguir la seva independència proteica. I funciona també com a reserva natural: es pot utilitzar per la producció de menjar i per alimentar el bestiar. Un altre avantatge és que es produirien menys residus, ja que els excedents es poden reciclar per fer funcionar l’economia circular europea. El biodièsel és considerat una energia neta, de zero emissions, i els principals consumidors a Europa són països com Espanya, França, Alemanya o Suècia. La bioeconomia està creixent en importància dins el context europeu, i tot i els beneficis que aporten els seus productes derivats, a vegades és difícil que els consumidors en siguin conscients. L’ús de biodièsel serà especialment positiu per al sector del transport, que suposa una quarta part dels gasos d’efecte hivernacle a Europa, i és l’únic sector les emissions del qual continuen creixent any rere any. En resum, permetrà millorar l’agricultura, la seguretat, la sostenibilitat i la inclusió social.
Lutter contre le réchauffement, une question de survie
L’editorial del diari Le Monde alerta del fet que la guerra a Ucraïna ha eclipsat completament l’últim informe del Grup Intergovernamental d’Experts sobre el Canvi Climàtic publicat a finals de febrer. Si l’any 2014 l’IPCC va concloure que hi havia un simple augment de la probabilitat de danys greus, generalitzats i irreversibles causats per les emissions antropogèniques de gasos d’efecte hivernacle, ara jutja que l’escalfament global, en provocar la multiplicació de fenòmens de condicions meteorològiques extremes (huracans, inundacions, sequeres, etc.), ja ha provocat efectes negatius generalitzats i ha provocat danys irreversibles a totes les societats i a la natura. Aquestes perspectives preocupants s’uneixen a una injustícia fonamental: si bé només contribueixen marginalment a l’escalfament global, els països pobres són i seran els més afectats, per manca de mitjans per mitigar-ne les conseqüències o adaptar-s’hi. Els països rics han de complir amb urgència la seva promesa del 2009 de mobilitzar 100.000 milions de dòlars anuals per ajudar els estats en desenvolupament. Els danys irreversibles ja causats per sequeres, inundacions i altres cataclismes climàtics han de ser objecte d’una compensació financera específica –fins ara rebutjada– en benefici dels països pobres. Simplement juxtaposats als capricis dels esdeveniments actuals, el retorn de la guerra i el nou avís de l’IPCC sobre el canvi climàtic no són, però, dos esdeveniments desconnectats entre si. L’escassetat, l’empobriment, les fams i els desplaçaments forçats de població provocats pel canvi climàtic només poden provocar tensions, fins i tot generar conflictes. La urgència de les mesures per combatre l’escalfament global és per consegüent una qüestió de supervivència i pau.
Security politics is energy politics, as Germany’s Greens understand
El canceller alemany Olaf Scholz ha protagonitzar un gir sorprenent abandonant els principis fonamentals del pensament i l’estratègia militars alemanys de no lliurar armes a zones de conflicte, de reducció de l’exèrcit alemany i de contenció militar, combinant-los amb la creença que el comerç és la millor garantia per a la pau. Ara, Scholz ha promès augmentar el nivell de despesa militar fins al 2% del PIB, tal com exigeix l’OTAN (actualment està al voltant de l’1,2%). També ha promès un pressupost militar especial (“Sondervermögen“) de 100.000 milions d’euros inscrit a la Constitució alemanya, a la vegada que Alemanya subministrarà armes antitanc a Ucraïna. S’obre, doncs, un nou període en la història alemanya, i per tant europea. Georg Diez, però, considera que la guerra de Rússia contra Ucraïna és una guerra del segle XX, amb el petroli i el gas com a elements centrals, i suggereix que al segle XXI, la geopolítica serà la política energètica i tractarà d’energia sostenible. La qüestió de la guerra per Alemanya és d’identitat en tant que l’oposició a la guerra barreja una reflexió sobre el passat alemany amb un enfocament més pragmàtic que encara veu els negocis i el comerç com la millor manera d’evitar conflictes, o de treure’n profit. És evident que la política de seguretat és política energètica, que el canvi climàtic no és diferent de la supervivència de la democràcia. I un pensament econòmic diferent és essencial per a qualsevol ordre pacífic durador a Europa.
Innovación, ciencia y tecnología
Keeping Ukraine’s Internet Online Is Becoming a Struggle
Andrea Peterson destaca a al revista Slate que mentre el conflicte armat es torna cada vegada més violent, la sofisticada infraestructura cibernètica ucraïnesa ha permès al país aguantar l’embat rus en el camp digital, tot i que alguns serveis bàsics, com el manteniment dels hospitals, s’han vist afectats i s’han degradat des del començament de la guerra. Les principals disrupcions a les xarxes del país s’han atribuït a la segona ronda de ciberatacs russos, dirigida a malmetre les xarxes d’informació i deixar els ciutadans sense possibilitat de comunicació. Ukrtelecom, la principal proveïdora ucraïnesa de telecomunicacions, ha tingut problemes i ha patit nombrosos atacs a la majoria de les regions, però ha pogut restaurar el servei en gairebé tots els casos amb força èxit.
Telegram: The digital battlefront between Russia and Ukraine
Poc després de l’inici de la invasió d’Ucraïna, el fundador rus de Telegram, Pavel Durov, anunciar que estava pensant a restringir la seva plataforma a Ucraïna i Rússia i mostrava la seva preocupació perquè Telegram s’estigués convertint cada cop més en una font d’informació no verificada. Va instar els usuaris de Rússia i Ucraïna a desconfiar de qualsevol informació que trobessin a la plataforma i va assenyalar que no volia que Telegram s’utilitzés per agreujar el conflicte o incitar a l’odi ètnic. A mesura que la invasió ha avançat, Twitter, Facebook i els llocs de notícies tradicionals han intentat silenciar els mitjans estatals russos i la desinformació. Però a Telegram, la desinformació continua estenent-se lliurement i Durov admet que l’empresa no té la capacitat d’aturar-la. Durov que es presenta com un dissident que va fugir del seu país d’origen sota la pressió de les autoritats, manté però una relació força ambigua amb el Kremlin. Això no obstant, els ucraïnesos continuen depenent de Telegram com a font principal d’informació.
Cutting Russia Off From the Global Internet Is Exactly What Putin Wants
Andrés Martínez assenyala que tallar l’accés de Rússia a Internet pot ser un exemple perfecte de falsa bona idea. Moltíssimes empreses han cancel·lat la seva activitat a Rússia de manera voluntària. Però, què passa amb les empreses tecnològiques les plataformes de les quals connecten a les persones entre si i amb la informació? Un aïllament que pot resultar satisfactori i beneficiós per a Putin, també tanca espais autònoms perquè els ciutadans russos es comuniquin entre si i comparteixin notícies i informació fora del control total del Kremlin. En aquest sentit, l’editora de Holod Mitjana, Taisia Bekbulatova, ha declarat que retirar totes les plataformes de Rússia només faria un favor al Kremlin en tant que les alternatives de xarxes socials locals estan sota el control del govern