
Diari de les idees 60
05 mayo 2022
Ideas de actualidad
Esta nueva edición del Diari de les idees se publica en un momento en el que la guerra en Ucrania parece haberse instalado en la duración, con un riesgo creciente de escalada en territorios adyacentes y la implicación de más actores. Así lo hacen temer las declaraciones del subcomandante del distrito militar central de las Fuerzas Armadas rusas, el general Rustam Minnekayev, anunciando que el objetivo de la segunda fase de la guerra es ocupar todo el Donbass, en el este, y el sur del país hasta conectar con Transnístria, región de Moldavia, controlada por separatistas pro rusos. Por otra parte, el presidente ruso acaba de firmar un decreto sobre sanciones económicas de represalia a los países occidentales que prohíbe la exportación de productos y materias primas a las personas y empresas objeto de las sanciones. Eso se añade a otras medidas como la prohibición vigente desde mitad de marzo sobre las exportaciones de cereales con el fin de proteger el mercado interno ruso, y evitar la escasez y el incremento de los precios, la interrupción del suministro de gas en Polonia y Bulgaria o la imposición del pago en rublos según la cual las empresas europeas tienen que canalizar los pagos a través de una doble cuenta en Gazprombank -una primera en euros y una segunda en rublos. También dedicamos una atención especial a varios procesos electorales de especial relevancia en Europa como la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Francia, con la reelección de Emmanuel Macron, la victoria del movimiento ecologista liberal en Eslovenia en detrimento del primer ministro saliente o las elecciones a la Asamblea de Irlanda del Norte que por primera vez todo indica que podrían tener como ganador a los nacionalistas del Sinn Féin.
Con respecto a la guerra en Ucrania, Max Seddon señala en el Financial Times que a pesar del fracaso de Rusia para destruir las defensas de Ucrania y el número importante de bajas en sus filas, el Kremlin sigue anunciando que el conflicto continuará hasta que se alcancen completamente los objetivos declarados por parte de Vladimir Putin. Eso quiere decir que el presidente ruso está preparado para una guerra prolongada que va mucho más allá del objetivo proclamado recientemente “liberar” el Donbass. La idea es ocupar todo el sureste de Ucrania para cortar el acceso del país al Mar Negro y consolidar unas bases para futuras ataques. Ahora bien, debido a las importantes bajas humanas de los primeros dos meses de guerra, para conseguirlo Rusia necesita un incremento significativo de tropas que pasa por más reclutas, la convocatoria de reservistas y la movilización de voluntarios, lo cual podría acabar teniendo un impacto negativo sobre la opinión pública rusa en tanto que eso supondría admitir que se está llevando a cabo una guerra total y no una simple “operación especial”. Así pues, Stefan Wolff y Tatyana Malyarenko alertan en The Conversation que la situación comporta un gran riesgo de escalada como lo demuestra el incremento de la tensión a Transnístria. Una escalada que tendría como objetivo de la política exterior rusa cumplir el sueño de Putin de recuperar el control territorial de los tiempos de la Unión Soviética. No en balde a lo largo de los últimos años el mandatario ruso ha promovido y dado apoyo a supuestas repúblicas independientes como Abjasia, Osetia del Sur o la misma Transnístria. En efecto, mediante su reconocimiento, Rusia ha conseguido aumentar su esfera de influencia a la vez que se aseguraba el dominio sobre unas áreas estratégicas.
La guerra en Ucrania también ha supuesto una conmoción en dos de las principales organizaciones multilaterales: la ONU y la OTAN. Con motivo de la controvertida gestión de la crisis por parte de António Guterrres, secretario general de las Naciones Unidas, Nina Bailly afirma en la revista Slate que el papel de la organización en tiempo de guerra todavía es a menudo mal entendido. Así, la actuación de las Naciones Unidas en la guerra de Ucrania se ve limitada por razones históricas, ideológicas y logísticas. El objetivo principal de la ONU es mantener la paz y la seguridad internacionales mediante diferentes órganos y con respecto a la guerra de Ucrania se ha pedido desde la Asamblea General el cese inmediato de los combates y se ha abierto una investigación por crímenes de guerra y contra la humanidad. También se han puesto en marcha misiones humanitarias y campañas de recaudación de fondos. En algunos conflictos anteriores, el Consejo de Seguridad de la ONU ha emitido mandatos para poner en marcha operaciones de mantenimiento de la paz (OMP) que tienen como objetivo crear las condiciones favorables para mantener o restablecer la paz en zonas de conflicto. Desde la creación de las OMP, su actuación se ha basado en tres principios: la imparcialidad, el consentimiento de los estados implicados en el conflicto y la utilización de la fuerza sólo en defensa propia. En el caso de la guerra en Ucrania, no se reúnen las condiciones para organizar una OMP dado que uno de los contendientes –Rusia– no aceptaría el despliegue de cascos azules y, además, ejercería su derecho de veto en el Consejo de seguridad.
Con respecto a la Alianza Atlántica, Carl Bildt apunta en Foreign Affairs que la invasión de Ucrania ha puesto en el centro de la agenda política de Finlandia y Suecia la política de seguridad nacional. En respuesta a la agresión rusa, estos dos países buscan ahora la opción más realista para defenderse de la nueva amenaza surgida de los acontecimientos a Ucrania. El año 1995, la adhesión a la Unión Europea por parte de Finlandia y Suecia parecía acercar a la OTAN a los países nórdicos, pero finalmente no se dio el paso y tanto Suecia como Finlandia depositaron sus esperanzas al desarrollar una relación de seguridad constructiva con una Rusia reformada y democrática. Pero la invasión de Georgia el año 2008, la anexión de Crimea del 2014 y ahora la invasión de Ucrania ha hecho trizas el modelo de seguridad internacional vigente. Por consiguiente, rompiendo con su política histórica de neutralidad, ambos estados incluso han enviado armamento militar a Kíev, incluyendo misiles antitanques. Con vistas a la cumbre de la OTAN que se celebrará en Madrid a finales de junio, la Alianza Atlántica tendrá que considerar las peticiones de adhesión rápida de Finlandia y Suecia como una manera de fortalecer la estabilidad del Báltico y de todo el Norte de Europa.
En política internacional también destaca la decisión hecha pública por el gobierno británico a mediados de abril de enviar los solicitantes de asilo al Reino Unido a Ruanda, país donde impera un régimen dictatorial reconocido por sus violaciones de los derechos humanos. A cambio, el gobierno de Kagame recibirá un pago de 120 millones de libras para elaborar un programa de desarrollo económico. Con este acuerdo, las personas que piden asilo en el Reino Unido serán trasladadas a Ruanda, donde se procesarán sus casos. Si se les concede el asilo, se les incentivará a permanecer en Ruanda durante al menos cinco años. Además, no está claro como los solicitantes de asilo trasladados desde el Reino Unido serán alojados en Ruanda, más allá de los planes temporales para convertir un antiguo albergue en un centro de detención. Tampoco se ha comentado lo que pasará con los que no consiguen el asilo. Respecto de este tema, James Bloodworth argumenta en The New Statesman que el sentimiento de culpa es el que ha llevado Occidente a desviar la mirada ante los abusos de los derechos humanos en Ruanda y Paul Kagame ha utilizado con astucia este sentimiento para mantenerse en buena sintonía con Occidente durante más de dos décadas. Este sentimiento de culpa es un legado de la inacción de Occidente durante el genocidio de 1994, en los que 800.000 tutsis fueron masacrados por la mayoría hutu.
Por su parte, a raíz de la dimisión del primer ministro pakistaní Imran Khanes, Abdul Basit destaca en Foreign Policy que desde su independencia, ninguno de los 23 primeros ministros pakistaníes ha logrado acabar su mandato. Aunque el último régimen militar cayó en el 2008, no se puede considerar el Pakistán como una democracia plena, sino como un híbrido en que los militares instauran un líder civil favorable a sus intereses, lo que les ha permitido acumular todavía más poder durante la última década. Así, todos los primeros ministros que han intentado llevar a cabo políticas independientes de los militares han sido apartados del poder. Después de su llegada al poder en 2018, Khan gobernó de manera arbitraria y a menudo legislando con ordenanzas, sin tener que discutirlas en el Parlamento. También creó divisiones internas en su partido, el PTI, al nombrar para algunos cargos destacados tecnócratas afines en detrimento de candidatos próximos a los militares que lo habían puesto en el poder. En el contexto actual de Pakistán, cambiar el gobierno no implicará necesariamente reducir el caos político ni solucionar los problemas estructurales del país. Para eso haría falta que en los próximos años se construyera un nuevo contrato social que trate de solucionar las injusticias y las desigualdades.
Con respecto a Cataluña y España, el escándalo del espionaje a los independentistas catalanes ha conocido un vuelco de guion con el anuncio del gobierno español que Pedro Sánchez y Margarita Robles también habían sido espiados con Pegasus, según ha descubierto una investigación del Centro Criptológico español (CCN), organismo dependiente del Centro Nacional de Inteligencia (CNI). Algunos, como Vicent Partal en Vilaweb, consideran la credibilidad del anuncio más que dudosa, no tan sólo por razones de oportunidad política, sino también por motivos técnicos evidentes. Hasta ahora el CCN no había descubierto ninguna infección con Pegasus y es sabido que estas detecciones no son nada simples y normalmente requieren procesos que duran meses, sino años. De manera que, tal como afirma el investigador principal de Citizen Lab, John Scott-Railton, esta es una noticia que llega en un momento particularmente oportuno. El mismo investigador deja al aire una serie de preguntas que se deberían responder para asegurar la transparencia de las instituciones de gobierno españolas. ¿Por qué se ha anunciado precisamente ahora que el presidente del gobierno y la ministra de defensa habían sido espiados? La segunda pregunta incide en el procedimiento porque se ha dado detalles muy concretos sobre los robos de información, pero sin concretar cómo se han producido. Scott-Railton también plantea qué análisis técnico da apoyo a los hallazgos del CCN y que hay que aclarar cuando se descubrieron las infecciones, ya que ahora mismo queda la duda de sí el espionaje se conocía desde hace meses y se ha hecho público ahora para distraer la atención sobre lo que ya se conoce como el Catalangate.
En el ámbito europeo destacan las elecciones a la asamblea de Irlanda del Norte donde la mayoría de encuestas indican que, por primera vez, el Sinn Féin podría ser el partido más votado y, por lo tanto, obtenga el cargo de Primer Ministro. Un unionista sería designado entonces, con toda probabilidad, como Viceprimer ministro. Sin embargo, ningún partido unionista se ha comprometido a ocupar el cargo en este supuesto, lo cual conlleva la perspectiva de largas negociaciones antes de que se forme realmente un gobierno. La otra cuestión en estas elecciones es el aumento de votos para los partidos etiquetados como “otros” (los 90 miembros de la Asamblea se tienen que identificar como “unionistas”, a favor de la unión con el Reino Unido, “nacionalistas”, a favor de la unidad con Irlanda, u “otros”) que obtienen su apoyo principalmente de los segmentos de población más joven que no han conocido el tiempo de los Troubles, el periodo de conflicto civil que duró tres décadas y que provocó más de 3.600 muertos. Así pues, muchos jóvenes votan el Alliance Party, de carácter intercomunitario, u otros partidos más pequeños (como los Verdes) que rechazan por principio toda la noción de “identificación” (unionista o nacionalista), argumentando que Irlanda del Norte tiene que ser gobernada como una comunidad unida, aunque diversa. En este contexto Lisa O’Carroll plantea en The Guardian que una de las principales cuestiones es saber si una victoria del Sinn Féin significaría que una Irlanda unida está más cerca. Aunque este es el relato impulsado por algunos partidos unionistas para asustar a los votantes y que les den apoyo en las urnas, no está claro que un referéndum para cambiar el estatus quo actual esté realmente en el horizonte. Por otra parte, una victoria del Sinn Féin sería un toque de atención importante para el unionismo, ya que varios estudios llevados a cabo durante la última década revelan el crecimiento de un unionismo laico entre las personas de herencia protestante y católica que quieren permanecer en el Reino Unido pero que no utilizarán su voto sólo para oponerse a los del otro bando.
También es relevante en el contexto europeo la reelección de Emmanuel Macron en Francia, y Mathias Bernard analiza en The Conversation los resultados de la segunda vuelta de la elección presidencial. Este éxito parece validar la estrategia que Macron inició en el 2017 y que pretendía hacerlo aparecer como el campeón de los progresistas, es decir, los liberales europeos de derecha y de centro, frente a los populistas nacionalistas, reunidos en torno a Marine Le Pen. Esta estrategia, sin embargo, sólo ha funcionado parcialmente. De hecho, el panorama político francés actual se estructura alrededor de tres – y no dos – polos. Los resultados de la segunda vuelta parecen indicar que los votantes de izquierda no se comportaron de manera mecánica y uniforme. Una parte importante votó a Marine Le Pen, sobre todo en las zonas rurales, donde ahora Le Pen es mayoritaria, así como en los territorios de ultramar donde la candidata del Rassemblement Nacional captó a la mayor parte de los que habían votado en la primera vuelta por Jean-Luc Mélenchon. Una parte más significativa de su electorado votó a Emmanuel Macron, sobre todo en las grandes ciudades donde los votantes de Mélenchon tienen un perfil sociológico bastante parecido al de Macron: este último consolida así su anclaje en la Francia de las grandes ciudades. Pero mucho más numerosos todavía fueron los que se negaron a escoger. Más del 8,5% de los votantes emitieron un voto en blanco o nulo, enfrente del 2,2% quince días antes. Con respecto a la abstención (28%), también es notablemente superior a la de la primera vuelta de 2022 (26,3%) y de la segunda vuelta de 2017 (25,4%), que ya era alta para unas elecciones presidenciales. Por consiguiente, la esperada victoria de Macron no puede que esconder las dos principales lecciones de estas elecciones: por una parte, la extrema derecha consigue un nivel nunca alcanzado en unas elecciones en Francia, gracias a su capacidad para reunir a un electorado bastante importante mayoritariamente popular en la segunda vuelta <A[vuelta|bóveda]>; por otra, el panorama político francés, estructurado alrededor de tres polos, muestra cómo el actual sistema de votación adaptado a la bipolarización está desfasado, lo que cuestiona la representatividad de los cargos electos, por defecto más que por preferencia, y, más allá, el funcionamiento mismo de las instituciones democráticas.
Todavía en clave de procesos electorales, Sebastijan R. Maček destaca en Euractiv que en unas elecciones muy importantes visto el incremento de las tensiones en los Balcanes a raíz de la invasión de Ucrania, los eslovenos votaron masivamente a favor del cambio, poniendo fin al gobierno del nacionalista Janez Janša y dando la victoria a Robert Golob, el líder ecologista del Movimiento por la Libertad, que se espera que lidere una coalición progresista. El resultado significa que Eslovenia se dirige hacia un gobierno de centroizquierda con una mayoría cómoda, ya que todo parece indicar que Golob formará una coalición con los socialdemócratas y el partido de izquierda. Destaca la elevada participación, del 69,7%, como una señal de que la ciudadanía quería acabar con del gobierno de centroderecha de Janša, que a menudo fue criticado por haber utilizado la pandemia de COVID-19 como un pretexto para recortar las libertades individuales y atacado instituciones independientes como la justicia y los medios de comunicación.
Todavía en Europa central y oriental, Teresa de Sousa analiza en el diario portugués Público la situación de una de las primeras víctimas colaterales de la guerra en Ucrania: el Grupo de Visegrado. La visita a Kíev de los primeros ministros polaco y checo pocos días después el comienzo de la invasión fue una fuerte señal de apoyo a Volodomyr Zelenskii. El jefe del gobierno eslovaco, Eduard Heger, también visitó Kíev posteriormente. Los tres líderes se reconocen en la interpretación del conflicto del presidente Zelenskii: el choque entre dos mundos diferentes, que se oponen en los valores esenciales que defienden. El cuarto miembro del grupo, el primer ministro húngaro Viktor Orbán, destaca por su ausencia. Así pues, el grupo de Visegrado ha implosionado. Polonia, nuevo aliado privilegiado de los Estados Unidos, se ve reforzada por su papel en el conflicto de Ucrania. La Hungría de Viktor Orbán, en cambio, está aislada. La crisis del bloque que se constituyó informalmente el año 1991 no es nueva. Una vez alcanzados los dos objetivos principales que llevaron a su cooperación inicial -la adhesión a la OTAN y a la Unión Europea- las diferencias empezaron con las derivas autoritarias, primero desde la Hungría de Orbán, después en la Polonia de Jaroslaw Kaczinski. La guerra de Ucrania no ha hecho más que profundizar estas divisiones.
En clave económica, Larry Elliott analiza en The Guardian el impacto de las sucesivas crisis (financiera, COVID-19, Ucrania) sobre la globalización. El FMI teme que el actual contexto de desglobalización acabe produciendo los mismos resultados que los que se produjeron durante los años treinta del siglo pasado: más aranceles, proteccionismo industrial y guerra de divisas. Pero, aunque la cooperación global es necesaria para solucionar problemas globales, no se ha conseguido un sistema generoso para proveer vacunas en los países del Sur, ni se ha conseguido un plan global conjunto para hacer frente a los peligros crecientes del cambio climático. El error es entender la globalización como un sinónimo de multilateralismo y no como lo que es en realidad: una variante del capitalismo. Tanto el ejemplo de China, el gran vencedor económico de los últimos treinta años, como la pandemia de COVID-19 han demostrado que la retórica de la globalización neoliberal no funciona siempre en la práctica. La principal razón para cuestionar la globalización es pues política, ya que los procesos de globalización fueron el resultado de decisiones políticas deliberadas, lo que implica la posibilidad de hacer marcha atrás y plantear un nuevo modelo.
En Le Monde Diplomatique, Akram Belkaïd señala que prescindir del gas y del petróleo ruso es un objetivo más fácil para los Estados Unidos que para Europa. No queriéndose enajenar Moscú, muchos países importadores se muestran reticentes a sustituir Rusia en el suministro de hidrocarburos. En este contexto, el embargo al petróleo y al gas natural ruso tendrá a largo plazo un impacto considerable y perdurable. Todo indica que se está aproximando una gran reorganización del comercio mundial de hidrocarburos caracterizada por la necesidad para los occidentales de encontrar nuevos proveedores y, para Moscú, nuevos clientes. El reto es especialmente complicado para Europa, donde el 62% de las importaciones desde Rusia están relacionadas con la energía. Por término medio, el Viejo Continente compra en Rusia el 20% del petróleo que necesita, el 40% de gas natural y el 50% de carbón. Pero la voluntad europea de alejarse de Moscú se enfrenta, sin embargo, a un panorama congelado que tendrá dificultades para cambiar tan rápidamente como lo requiera el establecimiento de un embargo más o menos inmediato del petróleo y del gas rusos. Por ejemplo, Noruega, que actualmente proporciona el 20% del consumo de gas europeo, es un recurso ideal, sobre todo políticamente pero difícilmente podrá satisfacer la demanda adicional, ya que en el mejor de los casos habrá que esperar nueve meses para que la producción noruega aumente significativamente. Otros proveedores tampoco pueden aumentar de manera sostenible su producción de hidrocarburos y, por lo tanto, se encuentran en una posición de vendedores de complemento más que como sustitutos a largo plazo de Rusia. Es el caso de Argelia, que ya tiene dificultades para producir su cuota dentro de la OPEP. Por otra parte, sustituir los hidrocarburos rusos no es imposible, pero requiere un enfoque coordinado entre los europeos o incluso una centralización de las necesidades, y eso va en contra de toda la política de liberalización del sector impuesta por Bruselas desde hace tres décadas. Con respecto a Rusia, el futuro de sus exportaciones pasa por China, que ya absorbe el 32,8%. En febrero, Pekín y Moscú firmaron un contrato para suministrar 10.000 millones de metros cúbicos de gas natural al año y ampliaron un acuerdo para entregar 200.000 barriles de crudo al día durante diez años.
En este contexto de crisis generalizada, The Economist alerta sobre los efectos que podría tener en la economía de los países emergentes. Según el FMI, la producción económica de los mercados emergentes crecerá un 3,8% este año y un 4,4% el año 2023, sin alcanzar la tasa media anual de 5% de la década anterior y esta tendencia podría continuar hasta el 2024. Parece probable pues que los países más pobres conozcan otra década perdida caracterizada por un crecimiento lento, crisis financieras recurrentes y un mayor malestar social. El crecimiento de las economías emergentes ya ha experimentado muchos cambios, rápido en los años 60 y 70, con décadas perdidas en los años 80 y 90 y una recuperación a finales de la década de los 90. Recientemente, el crecimiento ha sido más difícil de conseguir debido al endurecimiento de las condiciones del mercado financiero y los cambios en los patrones comerciales, que recuerdan los obstáculos que tuvieron que afrontar a las décadas de 1980 y 1990. Más del 10% de países de renta baja del mundo se enfrentan ahora a deudas insostenibles que afectan a su crecimiento. Además, la invasión de Ucrania ha disparado los costes de alimentos y energía, lo cual afecta a los países importadores. El aumento de la deuda y la pérdida de inversiones en capital humano y físico de los últimos años tendrán un alto precio y si no se adoptan iniciativas para reducir la deuda, invertir en bienes públicos y ampliar el comercio, la ralentización de su crecimiento todavía podría tener un impacto más negativo.
En materia de sostenibilidad y cambio climático, Yvonne Aki-Sawyerr argumenta en Social Europe que en un contexto en el que la crisis climática se ha intensificado, son las mujeres y las niñas quienes tienen que hacer frente a mayores riesgos a causa de las crisis medioambientales. Aun así, sigue sin haber representación equitativa y participación femenina en las negociaciones sobre clima y medio ambiente, Así, la COP25 reconoció que la participación y el liderazgo igualitarios de las mujeres en las políticas y acciones climáticas son vitales para conseguir los objetivos climáticos a largo plazo, pero al llegar la COP26, se confirmó que poco había cambiado. Las mujeres constituyen la mayoría de las personas pobres del mundo y se ven afectadas de manera desproporcionada por las crisis documentadas por el IPCC: pérdidas de biodiversidad, cambios en los sistemas meteorológicos e inseguridad de recursos. Aunque mujeres y niñas suelen ser las primeras a experimentar las duras realidades del cambio climático, tienen menos probabilidades que los hombres de poder participar en los procesos de toma de decisiones. El liderazgo femenino pues es fundamental en tiempos convulsos y además se ha demostrado que las mujeres obtienen mejores resultados en la política medioambiental. Por ejemplo, en África es evidente la importancia del liderazgo de las mujeres en la lucha contra el cambio climático y la pérdida de biodiversidad.
Paralelamente, Alejandro Tena destaca en el diario Público que las cuestiones energéticas se han convertido en el eje central de la política mundial. La guerra en Ucrania ha obligado Europa a abandonar una parte de sus planes para abandonar, lo más rápido posible, los combustibles fósiles. La dependencia que el continente tiene respecto de Rusia ha difuminado las prioridades de Bruselas y ha dejado la transición energética en un segundo plano. En cambio, la búsqueda de mercados de hidrocarburos alternativos en Moscú y la tarea de asegurar los suministros han pasado a un primer plano político. Este cambio ha abierto la puerta a un riesgo de involución ambiental en el Viejo continente. La estrategia Task Force on Energy Security, una especie de acuerdo comercial firmado por los EE.UU. y Europa para intensificar los flujos de gas natural licuado (GNL) que llegan desde Norteamérica, es un ejemplo del cambio de paradigma. Según la Comisión Europea los Estados Unidos enviarán un 68% más de gas a través de metaneros para reducir la dependencia de Europa de la energía rusa. No en balde, Europa sigue importando combustibles fósiles de Rusia y financiado así la guerra de Putin con más de 52.000 millones de euros desde que empezó el conflicto, según el recuento diario realizado por BankTrack. Pero los flujos adicionales de GNL que llegan desde los EE.UU. chocan directamente con los principios europeos, ya que buena parte del suministro que llega en barcos metaneros procede de extracción por fracking, una práctica polémica por su elevado impacto ambiental –y su elevado coste económico– rechazada en la UE y prohibida en algunos países como España. También en España se han roto algunos de los consensos que han llevado al Estado español a convertirse en uno de los líderes europeos en materia de transición energética. La baja dependencia del gas ruso –sólo importa un 10% del combustible desde Rusia– ha colocado España en una posición aparentemente privilegiada de cara a garantizar el suministro europeo. Además, la posición estratégica de España y Portugal han reabierto el debate en torno a la construcción del MidCat, el gasoducto que conecte la península ibérica con Francia a través de los Pirineos. Con este proyecto, que fue descartado en el 2019 por España y por la Agencia de Energía de Francia, se busca intentar garantizar el suministro europeo. Sin embargo, el debate no ha llegado a asentarse ya que la misma vicepresidenta para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha descartado dar apoyo si no lo financian Bruselas o Francia.
Por último, la editorial del diario Le Monde destaca que con la Ley de servicios digitales aprobada el 23 de abril, la Unión Europea podrá exigir que las principales plataformas digitales (Facebook, Amazon) eliminen de manera más eficaz los contenidos ilegales en línea. El objetivo es crear una Internet más segura que obliga a los servicios en línea, como las redes sociales y las webs de comercio electrónico, a ser más transparentes y responsables sobre el contenido y los productos que distribuyen. La premisa es que todo lo que esté prohibido en la vida real también se tiene que prohibir en Internet, ya sea la incitación al odio, el acoso, el enaltecimiento del terrorismo, la pornografía infantil, la difusión de noticias falsas o la venta de productos falsificados, defectuosos o peligrosos. El interés de esta legislación radica en su dimensión europea, ya que ningún estado de manera aislada tiene actualmente el poder de los Veintisiete para cambiar el comportamiento de las plataformas. Mediante este acuerdo, la UE demuestra su utilidad para defender los intereses de sus ciudadanos ante los grandes retos del siglo XXI. Porque, además de los retos económicos, el poder de los gigantes digitales también es amenazador a nivel social. Al favorecer los contenidos polémicos con el objetivo de provocar tantas reacciones como sea posible, sus algoritmos acaban alimentando el resentimiento y la desconfianza, perturbando el juego democrático y acentuando la polarización de la sociedad. A la vez, la reciente compra de Twitter por parte de Elon Musk, que defiende una concepción radical de la libertad de expresión, recuerda la urgencia de acotar el funcionamiento de las redes sociales. El patrón de Tesla cree que no hay límites legales en lo que se puede decir en el espacio público. Pero es importante subrayar que la amplitud algorítmica que las redes sociales dan a las noticias falsas y al odio convierte este enfoque libertario en un poderoso fermento de desestabilización.
Ilustración: Kill bill #2. Lezna Kuznetsova, 2017.
Han participado en este número 60 del Diari de les idees Raül Gil, Pilar Querol y Hèctor Gámez, estudiantes en prácticas en el CETC.
Política internacional y globalización
Guerre en Ukraine: mais que fait l'ONU?
Amb motiu de la controvertida gestió de la crisi per part d’António Guterrres, secretari general de les Nacions Unides, Nina Bailly afirma a la revista Slate que el paper de l’organització en temps de guerra encara és sovint mal entès. Així, l’actuació de les Nacions Unides en la guerra d’Ucraïna es veu limitada per raons històriques, ideològiques i logístiques. L’objectiu principal de l’ONU és mantenir la pau i la seguretat internacionals mitjançant diferents òrgans i pel que fa a la guerra d’Ucraïna s’ha demanat des de l’Assemblea General el cessament immediat dels combats i s’ha obert una investigació per crims de guerra i contra la humanitat. També s’han posat en marxa missions humanitàries i campanyes de recaptació de fons. En alguns conflictes anteriors, el Consell de Seguretat de l’ONU ha emès mandats per a posar en marxa operacions de manteniment de la pau (OMP) que tenen com a objectiu crear les condicions favorables per a mantenir o restablir la pau en zones de conflicte. Des de la creació de les OMP, la seva actuació s’ha basat en tres principis: la imparcialitat, el consentiment dels estats implicats en el conflicte i la utilització de la força només en defensa pròpia. En el cas de la guerra a Ucraïna, no es reuneixen les condicions per organitzar una OMP atès que un dels contendents –Rússia– no acceptaria el desplegament de cascos blaus i, a més, exerciria el seu dret de veto al Consell de seguretat.
NATO’s Nordic Expansion
Carl Bildt apunta a Foreign Affairs que la invasió d’Ucraïna ha posat al centre de l’agenda política de Finlàndia i Suècia la política de seguretat nacional. En resposta a l’agressió russa, aquests dos països busquen ara l’opció més realista per defensar-se de la nova amenaça sorgida dels esdeveniments a Ucraïna. L’any 1995, l’adhesió a la Unió Europea per part de Finlàndia i Suècia semblava apropar l’OTAN als països nòrdics, però finalment no es va fer el pas i tant Suècia com Finlàndia van dipositar les seves esperances en desenvolupar una relació de seguretat constructiva amb una Rússia reformada i democràtica. Però la invasió de Geòrgia l’any 2008, l’annexió de Crimea del 2014 i ara la invasió d’Ucraïna ha fet esclatar el model de seguretat internacional vigent. Per consegüent, trencant amb la seva política històrica de neutralitat, ambdós estats fins i tot han enviat armament militar a Kíiv, incloent-hi 10.000 míssils antitancs. Amb vistes a la cimera de l’OTAN que se celebrarà a Madrid a finals de juny, l’Aliança Atlàntica haurà de considerar les peticions d’adhesió ràpida de Finlàndia i Suècia com una manera d’enfortir l’estabilitat del Bàltic o i de tot el Nord d’Europa.
Sei domande “scomode” (e sei risposte) sulla guerra in Ucraina
La revista MicroMega aborda amb Elia Rosati, professora i investigadora en Història Contemporània a la Universitat de Milà, algunes preguntes incòmodes sobre la guerra a Ucraïna: és Ucraïna un país nazi tal com afirma Valdímir Putin? Quin paper hi té el batalló Azov? Existeix un equivalent entre les files russes? L’extrema dreta està al costat d’Ucraïna o de Rússia? Donar suport a la resistència ucraïnesa vol dir ser de dretes? És comparable el separatisme del Donbass a l’independentisme kurd? A la primera pregunta Rosati respon que Ucraïna no és un país nazi sinó que és un país en la vida política del qual els partits i moviments neonazis -actualment molt minoritaris- estan presents des de fa dècades, cosa que no és estranya als països de l’Est. També minimitza el paper del batalló Azov atès que el conflicte actual és una guerra entre dos estats sobirans i dos exèrcits. Estem parlant d’una gran potència com la Rússia de Putin que té cent mil homes al camp de batalla i utilitza tot tipus d’armes, des de l’aviació fins als tancs. D’altra banda, hi ha un exèrcit nacional més petit però tenaç, que en aquests dos mesos ha pogut comptar amb tres mil milions de dòlars de finançament en material militar dels Estats Units. Pel que fa a la presència de milícies neonazis a les files russes, Rosati assenyala que a les repúbliques del Donbass, hi ha des de fa temps no només partits de dreta radicals i prorussos sinó també milícies informals d’aquest tipus. També afirma que per a l’extrema dreta d’Europa occidental el seu suport a Rússia és complicat, sobretot després que la doctrina euroasiàtica de la Rússia de Putin hagi estat l’estrella que guiava totes les tendències de la dreta radical a tot el món durant gairebé quinze anys. D’altra banda, assenyala que no estem parlant d’una guerra entre l’exèrcit rus i un exèrcit “de dretes” sinó d’una agressió de Rússia cap a un estat sobirà. Oposar-se a la invasió de Putin no vol dir posar-se del costat del batalló Azov o participar en la vida política ucraïnesa, sinó distingir clarament qui són els agressors i qui els agredits. Finalment, argumenta que des de l’extrema esquerra, la independència del Donbass es veu amb simpatia i es compara sovint amb la situació al Kurdistan. Però, al seu entendre, la comparació amb el Kurdistan no és pertinent perquè l’experiència concreta de les comunitats de Rojava té a la base del seu autogovern una teoria progressista articulada que neix del pensament d’Ocalan i que veu un projecte de real l’autonomia centrada en un nou model de democràcia, en què els drets socials, el paper fonamental de la dona i l’autogovern dels territoris des d’un punt de vista ecologista són centrals. Al Donbass, en canvi, es tracta d’un revengisme soviètic de motlle nacionalista i prorús que no és comparable a la construcció d’una nova societat progressista com a Rojava.
Putin May Not Like How He’s Changed Europe
La invasió d’Ucraïna ha transformat Europa en qüestió de setmanes. Un continent que fa pocs anys es va fracturar per la crisi dels refugiats ara acull milions de refugiats. Països com Alemanya han fet promeses considerables per augmentar la despesa militar. La Unió Europea va dir que tallaria el petroli i el gas russos molt abans del 2030, una perspectiva que fa encara poques setmanes era impensable. El projecte europeu sembla més confiat en si mateix que en cap altre moment de la història recent. Però alguns països europeus també estan generant tendències en sentit contrari. Fa poques setmanes a Hongria, el govern nacionalista del primer ministre Viktor Orban va guanyar la reelecció fàcilment. La líder d’extrema dreta Marine Le Pen va perdre les eleccions presidencials franceses del cap de setmana passat davant el titular, Emmanuel Macron, però va aconseguir un important 41,5% dels vots, davant del 33,9% del 2017. I els moviments nacionalistes com el Brexit a Gran Bretanya, 5 Stelle a Itàlia i altres s’han convertit en forces polítiques potents en els últims anys. Krastev es planteja doncs quin és el futur d’Europa en aquest context, si la invasió de Putin revitalitzarà el projecte europeu col·lectiu o si el continent tornarà al seu camí anterior de divisió i nacionalisme…
At war with the whole world’ — why Putin might be eyeing a long conflict in Ukraine
Malgrat el fracàs de Rússia per trencar les defenses d’Ucraïna, el nombre important de baixes i una sèrie de derrotes militars, el Kremlin ha mantingut sempre el mateix argument: els objectius de la invasió de Vladimir Putin s’assoliran plenament. Sembla que els objectius territorials de Rússia canvien en funció dels guanys a curt termini que Putin sent que les seves tropes poden aconseguir al camp de batalla. Va reduir un pla inicial per apoderar-se de zones centrals, inclosa la capital, Kíev, a favor d’un nou assalt centrat a la regió oriental del Donbàs. Però els objectius de Rússia, que el president rus ha deixat clars, inclouen acabar amb l’estat ucraïnès, es mantenen sense canvis, segons les persones implicades en els esforços per negociar un acord de pau entre Moscou i Kíev. Això vol dir que Putin està preparat per a un conflicte prolongat que va molt més enllà de l’objectiu esbossat recentment d'”alliberar” el Donbas. Putin vol capturar tot el sud-est d’Ucraïna per tallar el país del mar Negre i crear una plataforma per a futurs atacs. Per aconseguir-ho, Rússia necessita un important increment de tropes per protegir els seus equipaments de més valor. Això només es pot fer mitjançant la conscripció de reclutes, la convocatòria de reservistes o la mobilització de voluntaris, i tot això requereix que el Kremlin admeti que està duent a terme una guerra total, en lloc d’una simple “operació especial”. Fa pocs dies, el general Rustam Minnikayev va afirmar que Rússia es troba en la mateixa situació que durant la Gran Guerra Patriòtica, quan tota Europa, el món sencer estava en contra seu. Tot i que l’analogia de Minnikayev no té cap mena de sentit ja que els EUA i els seus aliats europeus van lluitar contra els nazis juntament amb la Unió Soviètica, indica la creença que el conflicte d’Ucraïna és només un episodi més d’una confrontació més gran amb Occident.
Ukraine invasion: ‘stage two’ of Russia’s war is ringing alarm bells in nearby Moldova – here’s why
La segona fase de la guerra a Ucraïna, amb els esforços russos centrats en controlar la regió del Donbàs, ha començat, la qual cosa suposa un gran risc d’escalada com ho demostren els fets ocorreguts a Transnístria. L’objectiu de la política exterior russa va encaminada a complir el somni de Putin, recuperar el control territorial dels temps de la Unió Soviètica. Els últims anys alguns dels contextos que ha explotat el mandatari rus ha estat el suport a les anomenades repúbliques de facto, com Abkhàzia, Ossètia del Sud o la mateixa Transnístria. Amb el seu reconeixement, Rússia ha aconseguit augmentar la seva esfera d’influència a la vegada que s’assegurava el domini sobre àrees estratègiques. L’objectiu que ara persegueix el govern rus seria crear un pont que unís el Donbàs amb Transnístria conquerint les regions del mar Negre. Tot i que i ha poc entusiasme en aquest territori sobre ser arrossegats al conflicte, poc es pot fer per resistir-se a les forces russes. Al mateix temps que debilitaria Moldàvia això també deixaria tocat el govern ucraïnès. Però els ucraïnesos estan més decidits que mai a defensar el seu territori, i l’autor considera que Occident ha de continuar donant suport militar i enfortint les sancions a Rússia, sobretot al petroli i gas. La coordinació a Occident serà més necessària que mai, ja que només aturant a Putin a Ucraïna s’evitaran tragèdies encara majors en el futur.
As Ukraine war deepens great-power divisions, a revitalized non-aligned movement could emerge
La invasió d’Ucraïna per part de Rússia ha provocat una forta condemna i sancions per part d’Occident, però moltes nacions de tot el món s’han mostrat poc inclinats a censurar a Rússia. Alguns han optat per mantenir-se al marge, com el Brasil, o fins i tot mostrar suport a Rússia, com Bielorússia. Aquesta situació dona una idea de com es comportarien governs del Sud global si es produís una nova Guerra Freda. Si els governs no estan amenaçats directament, semblen optar per la no alineació, és a dir, per evitar un suport ferm a Occident o als seus principals rivals a Moscou i Pequín. El concepte de no-alineament va sorgir en la dècada de 1950 i continua existint. Implicava la negativa a unir-se als blocs rivals de la Guerra Freda liderats per Washington i Moscou i així resistir a les potències colonials, preservar la independència i mantenir-se al marge del conflicte soviètic-estatunidenc. Aquestes idees van conduir a la creació l’any 1961 del Moviment dels No Alineats, un grup poc organitzat que aviat va incloure a la majoria dels països i la població del món els principis bàsics del qual eren l’anticolonialisme, l’antiimperialisme, el respecte a la sobirania i la integritat territorial, la no-agressió i la no-ingerència. No obstant això, el moviment es va enfrontar a un dilema des del principi, perquè quan un estat poderós viola principis fonamentals com la sobirania o la integritat territorial, els membres haurien d’oposar-se a ell o prendre partit? A vegades, els membres adopten postures unificades, però les seves diferències soscaven la seva capacitat d’exercir una influència col·lectiva. Avui dia, el Moviment dels No Alineats s’enfronta a nous reptes, ja que la no alineació es atractiva des de molts punts de vista i per això, i també a causa de la integració mundial existent, és probable que continuï sent habitual. De tota manera, és perillós enviar el missatge que es toleraran agressions i presa de territori per part de les grans potències, perquè es poden afeblir les normes internacionals i soscavar la seguretat internacional.
Unlike during the Cold War, many of the world’s governments are refusing to pick sides in Russia’s invasion of Ukraine
L’horitzó geopolític resultant de la invasió d’Ucraïna sovint s’ha relacionat amb el d’una nova guerra freda. Mentre que els protagonistes continuen sent els mateixos, els rols de la resta d’actors al món han canviat. Governs representants de més d’una meitat de la població global han rebutjat prendre partit per qualsevol dels dos bàndols, confiats que en les seves respectives nacions, ja no són dependents d’un únic patró ideològic o econòmic. Com a resultat d’aquest nou sistema de nacions no-alineades, els Estats Units no poden comptar amb el suport dels seus aliats tradicionals en la condemna vocal de l’atac a la sobirania d’Ucraïna. Campanyes com la de Líbia el 2011 o la invasió d’Iraq l’any 2003 han generat gran desconfiança sobre Occident. Indonèsia, una democràcia amb importants lligams històrics als Estats Units amb una marcada posició anticomunista, ha declarat que rebrà la visita del president Vladímir Putin quan el país albergui la conferència del Grup de 20 aquest any, abstenint-se a més del vot per eliminar Rússia del Consell de Drets Humans a l’ONU. Però Rússia tampoc pot comptar amb l’automàtic suport dels seus aliats històrics. A Llatinoamericà on, deixant de banda el sentit autocràtic de camaraderia, la ideologia no forma part de l’atracció de Moscou, tant Veneçuela com Nicaragua, històrics aliats de Moscou al Sud llatinoamericà, han rebaixat les demostracions d’amabilitat amb Rússia i en el cas de Caracas, l’apropament a Washington és ja una realitat. Àfrica és una de les regions on més abstencions s’han trobat en els vots de març a les Nacions Unides en contra de Rússia. La presidenta de Tanzània, Samia Suluhu Hassan expressa en una entrevista: “No sabem per què estan lluitant”, referint-se a la invasió d’Ucraïna.
The War in Ukraine Has Unleashed a New Word
A Mariúpol i a tot el país, els ucraïnesos comencen a popularitzar el terme “Рашизм” (racisme), per caracteritzar el règim de Putin com a feixisme a la russa. És una paraula que emergeix d’un context bilingüe, amb referències a una identitat ètnica poc rígida. Tots els matisos de l’original es perden en la transliteració de l’alfabet ciríl·lic i l‘adaptació lingüística als llenguatges occidentals. Les implicacions entre la dualitat lingüística entre l’ucraïnès i el rus a Ucraïna també permeten entendre com s’ha construït la mentalitat ucraïnesa en temps moderns. Això també té implicacions pràctiques en la guerra, on per exemple el fet que pocs russos parlin ucraïnès serveix a les forces armades ucraïneses a detectar infiltrats. Mentrestant, el règim rus promou l’extrema dreta a tota la federació, servint d’inspiració i altaveu a polítics i moviments feixistes d’Occident. Però el perill d’utilitzar extensivament la paraula racisme per definir els russos com a feixistes és la pròpia generalització, que contribueixi a repetir l’error que pretén resoldre. Hi ha una diferència clau per entendre com funcionen les paraules en temps de guerra: a la democràtica Ucraïna serveixen per conceptualitzar creativament noves accions, mentre que a la tirànica Rússia són una amenaça per al govern perquè poden revelar la veritat.
El balance actual de la guerra en Ucrania y las perspectivas de un acuerdo de paz
L’autora, investigadora al Real Instituto Elcano, considera que el balanç actual de la guerra revela que la decisió i la lluita dels ucraïnesos per preservar la seva sobirania nacional i la integritat territorial del seu país, juntament amb el suport dels països occidentals i l’OTAN, han frenat la invasió russa al nord-oest del país i han contribuït que el Kremlin, per ara, centri la seva ofensiva bèl·lica a les regions del Donbàs i les costes del Mar Negre. Tot i això, argumenta que Moscou només ha canviat la seva tàctica, però no els seus objectius polítics i estratègics a Ucraïna. El veritable balanç d´aquesta guerra només serà possible després d´un acord de pau, que no sembla proper. El conflicte bèl·lic pot durar mesos o fins i tot anys, per dos motius principals: (1) tant Ucraïna com Rússia consideren aquesta guerra com una qüestió de supervivència; i (2) encara no sabem com poden influir en un eventual acord de pau altres actors, com Occident, que recolza políticament, econòmicament i militarment Ucraïna, i la Xina i l’Índia, entre d’altres que s’han abstingut de condemnar l’agressió russa. El final d’aquesta guerra és imprevisible, però ara com ara es poden entreveure tres escenaris possibles: (1) la derrota completa d’algun dels actors (poc probable); (2) una divisió del país –encara que el president Zelensky ha afirmat que Ucraïna no està disposada a lliurar territoris de l’est del país a canvi de la fi de la guerra, una eventual derrota de l’exèrcit ucraïnès podria obligar-lo a acceptar-la–; i (3) un alto el foc, amb una mena d’acord tipus Minsk II en què Rússia conservaria els territoris ocupats però que ni Ucraïna ni la comunitat internacional reconeixeria com a russos.
The Ukraine war is at a dangerous stalemate. What’s next?
La fallida guerra de Putin està entrant en la seva fase més perillosa: una situació d’estancament inestable i violent. L’OTAN i el Pentàgon consideren que l’exèrcit rus ha sofert entre 7.000 i 15.000 baixes, i la pèrdua del 25% de tot el seu poder de combat. El perill sorgeix del fet que aquesta és una guerra indirecta entre l’OTAN i Rússia, perill que s’amplifica amb la concentració de la guerra al Donbàs, i la necessitat de nou armament i tàctiques que això implica. Els obusos, míssils i altre armament de l’OTAN s’utilitzen eficaçment en coordinació amb els serveis d’intel·ligència dels aliats occidentals. És inevitable preguntar-se fins a quin punt la guerra serveix d’entrenament per lluitar contra un dels grans dos rivals dels EUA en el panorama internacional. Aquesta oportunitat sense pèrdues per als Estats Units també pot suposar un risc, en tant que Rússia també pot utilitzar aquesta guerra per perfeccionar els seus enfrontaments contra Occident. L’estancament a l’est d’Ucraïna no es solucionarà ni amb la incorporació de mercenaris del grup Wagner ni amb la incorporació d’irregulars siris, ja que les forces russes necessiten reagrupar-se. Dos esdeveniments definiran com evoluciona la guerra les pròximes setmanes: la postura de Xina, que podria considerar forçar a Putin a acabar amb la guerra si considera que aquesta és perjudicial per la imatge dels xinesos; i les grans pèrdues sofertes, que podrien augmentar en 5.000 baixes setmanals entre morts i ferits. En conseqüència, ens aboquem a un escenari en que entre dos mesos i un any Putin tindrà forts incentius per negociar el final de la guerra, i llavors les habilitats diplomàtiques i la voluntat negociadora de l’OTAN seran determinants.
Why Xi Is Trapped in Ukraine
La Xina, la qual cal recordar que encara no és una gran potència, és un espectador que sembla estar a la mercè de les decisions preses a Washington, Brussel·les i Moscou i ha demostrat ser incapaç d’influir en els càlculs del president rus Vladímir Putin a Ucraïna o en la resposta d’Occident a la invasió no provocada de Rússia. Rússia era important per al pla del nou ordre mundial democràtic xinès i ara és aquesta nació i no la Xina qui condueix la geopolítica. Tot i això, la Xina recolza tàcitament a Putin, fet que ha contribuït al seu creixent aïllament internacional. Com que el gegant asiàtic manté esperances revisionistes, és segur que ajudarà a Putin, però si ho fa potser s’haurà d’adaptar a una mena d’ordre mundial diferent del que va imaginar inicialment. I és que el lligam Rússia-Xina es basa en l’odi mutu als EUA més que en una visió compartida del món. La guerra ha revelat que la Xina s’equivocava pensant que l’estatus de Rússia com a gran potència havia disminuït i que continua dependent del capital i la tecnologia occidentals. Personalitats rellevants han declarat que per molt benintencionat que sigui el desig de Xi de fer costat a Putin, no ha d’anar en detriment del “rejoveniment de la nació xinesa” ni de la ja tibant relació de la Xina amb Occident. La Xina es troba en una posició complicada: desautoritzar a Putin seria vist, com una capitulació davant les potències occidentals faria retrocedir les ambicions de gran potència i augmentar el suport a Putin podria traduir-se en sancions. Això deixa a Xi amb una sola opció viable: continuar endavant com qualsevol altra potència mitjana, sabent molt bé que la Xina manca dels mitjans o de la voluntat política per a influir significativament en el resultat de la guerra i que haurà d’adaptar-se a un panorama geopolític radicalment distint quan acabi la guerra.
Has Beijing failed to understand Europe’s position on the war in Ukraine?
Malgrat la ruptura sino-russa dels anys 50 del segle passat, és difícil trobar referències explícites al conflicte d’interessos en el relat produït pels dos estats. La mala relació entre Stalin i Mao va comportar el distanciament dels dos països, encara que tots dos fossin comunistes. Hi ha una clara desconfiança entre els dos països, però no es verbalitza mai. En l’actual guerra a Ucraïna, la Xina ha intentat trobar un precari equilibri entre els dos contendents per maximitzar i assegurar els seus nombrosos interessos a Ucraïna, tot intentant donar suport al seu aliat rus. Segons l’autora, la Xina va creure erròniament que per la UE el comerç i l’economia són prioritàries respecte de qualsevol altre aspecte. Aquest error també l’ha replicat Occident a Rússia, pensant que les sancions farien que el poble rus es revoltés contra els seus dirigents, però no ha estat el cas. Un altre error de càlcul xinès hauria estat pensar que els líders europeus estarien menys preocupats per la guerra a Ucraïna. L’autora també considera que no és tan clar que Xina es mantingui al costat de Rússia fins al final. També és important notar que pels països del Sud global, la guerra Ucraïna no és res més que una altra guerra d’Occident. Malgrat la proximitat geogràfica d’Europa respecte a Àfrica, ha estat la Xina qui més hi ha invertit i creat infraestructures en molts països africans.
China’s Costly Exceptionalism
La confrontació existent entre la Xina i els Estats Units s’està convertint en una batalla per demostrar quin model d’estat és el més adient als temps actuals. Aquesta batalla d’excepcionalismes, el nord-americà per ser l’exportador de llibertat al món i, el xinès, per desenvolupar un model de govern que fa avançar la civilització xinesa, marcarà el futur de la resta del món. Des del punt de vista xinès, la política de contenció de la COVID els passats dos anys és una evidència innegable de la superioritat del sistema xinès. Aquesta (zero-COVID) ha salvat milers de vides, però també es troba davant d’una de les majors crisis des de l’inici de la pandèmia. Amb ciutats crucials del país sotmeses a un ferm confinament i mesures estrictes per part de les autoritats xineses, aquesta última crisi converteix el país en excepcional, però no en el millor dels sentits. Mentre que gran part del món ha après a conviure amb el virus, els oficials xinesos tanquen ciutats, continuen realitzant tests massius, examinen cas rere cas, exactament com dos anys enrere. La política de zero-COVID s’està convertint en una prova de la confiança del Partit Comunista davant una realitat canviant. El règim de Xi Jinping promociona activament el seu autocràtic sistema social, polític i econòmic. Tenen arguments per fer-ho, solament s’ha d’observar el seu desenvolupament econòmic. L’èxit de la zero-COVID entra dintre d’aquesta narrativa, mentre que un milió d’americans ha mort de COVID-19, solament 4.614 xinesos ho han fet, segons el recompte oficial de les autoritats xineses. No està clar del tot si la Xina podrà controlar les últimes crescudes de casos, les mesures són estrictes, però també eficaces. De totes maneres la política zero-COVID està convertint la Xina d’una excepcionalitat internacional en una presó. Beijing acusa Washington de posar la política i la ideologia per davant de la vida de la població, però Xi Jinping és culpable de quelcom semblant. Ha posat les seves ambicions polítiques per sobre del benestar dels civils. En aquest cas, Xina no és cap excepció.
How the UK’s plan to send asylum seekers to Rwanda is 21st-century imperialism writ large
En anunciar el seu pla d’associar-se amb Ruanda per gestionar la migració, el primer ministre Boris Johnson va elogiar a mitjans d’abril la gran tradició britànica d’oferir santuari a aquells que el busquen per vies legals, alhora que va explicar com pretén frenar el que va anomenar immigració il·legal. Amb aquest nou esquema, les persones que demanen asil al Regne Unit han de ser traslladades a Ruanda, on es processaran els seus casos. Si se’ls concedeix l’asil, se’ls incentivarà a romandre a Ruanda durant almenys cinc anys. Tot i que el govern del Regne Unit ha promès operacions sense problemes, no està clar com els sol·licitants d’asil traslladats del Regne Unit podrien ser allotjats a Ruanda, més enllà dels plans temporals per convertir un antic alberg en un centre de detenció. Tampoc no s’ha dit res del que passarà amb els que no aconsegueixen l’asil. Organitzacions religioses, internacionals i de drets humans qüestionen la legalitat d’aquest procés. Tanmateix, aquest intent de traslladar el procés d’immigració a l’exterior no és únic. Forma part d’una estratègia més àmplia desplegada pels governs de les nacions més riques, des d’Austràlia fins a la UE, per dissuadir les arribades no desitjades creant condicions hostils o inhumanes. Nombroses investigacions revelen que plans com aquests són una estratègia d’empoderament per a nacions ja poderoses. Els permeten enviar cap a països més pobres els migrants no desitjats, especialment aquells que vénen de fora d’Europa. Al mateix temps, donen a les nacions més riques una major influència política i econòmica a les regions receptores d’aquests candidats.
The West lets guilt blind it to reality in Rwanda
Arran de la decisió feta pública pel govern britànic d’enviar sol·licitants d’asil a Ruanda on impera un règim dictatorial reconegut per les seves violacions dels drets humans, l’autor afirma que el món democràtic sempre ha tingut una doble moral pel que fa als dictadors. Els diners i les grans empreses solen tenir un paper determinant en aquesta hipocresia. Els governs no comenten gaire els abusos dels drets humans en països com l’Aràbia Saudita perquè Occident necessita el seu petroli. El govern xinès sembla que tingui bula perquè volem que construeixin les nostres centrals nuclears. I tot i que avui els polítics poden posar-se a la solapa el blau i el groc d’Ucraïna, fins fa poques setmanes estaven encantats de permetre que els diners robats al poble ucraïnès i rus s’amaguessin amb seguretat en el mercat immobiliari corrupte de Londres. D’altra banda, un altre factor que porta alguns a Occident a fer els ulls grossos davant els abusos dels drets humans és la culpa. Paul Kagame, el dictador de Ruanda des de l’any 2000, ha utilitzat amb astúcia aquest sentiment de culpa per mantenir-se en bona sintonia amb Occident durant més de dues dècades. Kagame ha estat defensat durant molt de temps per les elits occidentals. Bill Clinton, l’antic president dels Estats Units, en va dir que era “un dels líders més grans del nostre temps” i Tony Blair va elogiar el seu “lideratge visionari”. Aquesta culpa és un llegat de la inacció d’Occident durant el genocidi de 1994, en què 800.000 tutsis van ser massacrats per la majoria hutu de Ruanda. L’orgia de la violència de 100 dies va tenir lloc en un moment en què, com avui, l’aïllacionisme tornava a estar de moda a Occident, els líders del qual tenien pocs al·licients per dur a terme una intervenció humanitària. Ara, Kagame jugarà un paper important en la política d’immigració britànica. El govern de Boris Johnson va anunciar que Ruanda aviat començaria a processar els sol·licitants d’asil que intentessin anar al Regne Unit. El controvertit esquema farà que els migrants que arribin al Regne Unit pel Canal de la Mànega o altres rutes irregulars siguin deportats a Ruanda. A canvi, el govern de Kagame rebrà 120 milions de lliures per a elaborar un programa de desenvolupament econòmic. A tot això, Ruanda és avui un país on les eleccions estan manipulades, els periodistes independents són empresonats i els antics aliats i crítics del president són perseguits a l’estranger o desapareguts per la força.
The Middle East Abhors a Vacuum
Pot semblar sorprenent, però els analistes internacionals del futur quan analitzin la realitat d’Orient Mitjà al segle XX veuran un període de relativa estabilitat. Darrere d’aquesta semblança es troba un balanç militar que dificultava el canvi. Podria haver-hi caos a la superfície, però les bases de l’estabilitat a l’Orient Mitja eren sòlides, com a resultat d’això aquesta regió no ha tingut una guerra convencional entre estats en trenta anys. Tot això ha començat a canviar. La rígida crisàlide de balanç militar s’ha començat a trencar i noves tecnologies militars i civils amenacen canviar les regles del joc que havien governat Orient Mitjà durant mitja dècada. La Revolució Industrial va canviar la manera de combatre al territori europeu, igual que la revolució de la informació ho està fent en l’actualitat. Actualment,, però, ningú sap com les innovacions en les tecnologies de la informació poden escalar en el desenvolupament de noves formes de combat. La cibertecnología sembla ser un dels candidats a transformar les formes de guerra, tal com la guerra aèria ho va fer, les ciberarmes poden eliminar altres armes o treure utilitat a tàctiques militars. Els drons s’han remarcat com un component vital de les noves guerres de la informació. Són econòmics, no impliquen un gran compromís per part de països no disposats a sacrificar vides i tenen una gran capacitat de maniobra. Durant setanta-cinc anys, l’Orient Mitja ha sigut el laboratori d’armes internacionals. Soviètics i americans han utilitzat els conflictes existents per provar la capacitat i logística de les seves innovacions tecnològiques, els drons no són un cas diferent. Gràcies a la nova tecnologia, poders que fa dues dècades eren irrellevants en la seva projecció de forces a Orient Mitjà, com Iran o Turquia, avui en dia tenen una capacitat real d’influència i poder arreu la regió. L’Orient Mitjà com l’entenem en l’actualitat està sotmès a la relativa estabilitat que lentament es desintegra davant de les noves onades tecnològiques de canvi estratègic.
Afghanistan Regains Its Crown as Terror Central
La violència s’està intensificant a Afganistan vuit mesos després de la retirada de les tropes nord-americanes. Afganistan és un territori base pels militants amb ambicions per la gihad global, dotzenes de grups han estat presents des de l’última presa del poder dels talibans l’any 1996. La inhabilitat dels talibans per imposar certa norma dintre del país ha convertit la seguretat civil i social en quelcom inexistent, els islamistes perden poder constantment i els grups extremistes continuen creixent. L’Afganistan actual s’està convertit en un exportador de terror, base per realitzar ofensives a països veïns com Pakistan o Uzbekistan. Però pot existir un motiu geopolític darrere d’aquests atacs: Rússia. Uzbekistan, Kazakhstan, Tadjikistan i Turkmenistan han demostrat cert malestar envers la guerra russa a Ucraïna, alguns fins i tot, han enviat subministraments d’emergència a les autoritats de Kíev. Segons Pantucci, alguns d’aquests països entenen el nacionalisme rus com una amenaça més gran que el mateix gihadisme. Els estats d’Àsia Central semblen posicionar-se en contra de Rússia, però Moscou té una carta a jugar: la seva relació històrica amb Kabul. Els soviètics van envair el país l’any 1979 en suport al govern comunista del moment i la relació encara es manté de certa manera. El 2020, Rússia va oferir als militants talibans recompenses per eliminar objectius estratègics nord-americans aliats arreu el territori. Moscou també va donar suport a la tornada al poder dels talibans, demanant suport internacional envers la nova direcció. Donat aquest lligam no sembla difícil pensar que Moscou hagi assenyalat al grup talibà la demanda d’influenciar als grups afiliats a l’Estat Islàmic bombardejar els estats veïns d’Àsia Central. D’aquesta manera, aquests països, sotmesos a atacs suïcides, atemptats i sabotatges diversos, valorarien en major grau estar sobre el paraigua de seguretat i influència de Moscou.
Pakistan’s Military Ends Its Experiment With Hybrid Democracy
Fa poques setmanes el primer ministre pakistanès Imran Khan va haver de deixar el cap de l’executiu després de perdre una moció de confiança al Parlament. Va ser la culminació de mesos d’inestabilitat política en que Khan va perdre el suport popular per la seva gestió econòmica, i el que és més important, va perdre el suport de l’exèrcit. Des de la seva independència, cap dels 23 primers ministres paquistanesos ha aconseguit acabar el seu mandat de 5 anys. Des del final de l’últim règim militar el 2008, l’autor afirma que no es pot considerar el Pakistan com una democràcia plena, sinó com un híbrid en que els militars instauren un líder civil favorable a les seves demandes, pla qual cosa ales ha permès acumular més poder durant l’última dècada. Així, tots els primers ministres que han intentat realitzar polítiques independents dels militars han estat apartats del poder. Després de la seva arribada al poder el 2018, el govern de Khan ha sofert molta inflació i increments en la pobresa i l’atur. Comptant prèviament amb el suport dels militars, Khan va governar de manera arrogant i sovint legislant amb ordenances, sense haver-les de discutir en el Parlament. També va crear divisions internes en el seu partit, el PTI, en nomenar per alguns càrrecs destacats tecnòcrates afins i no candidats afins als militars que l’havien pujat al poder. Canviar el poder polític no implicarà automàticament reduir el caos polític ni solucionar els problemes estructurals del país. Els pròxims anys caldrà que es construeixi un nou contracte social que tracti de solucionar les injustícies i desigualtats.
Catalunya, España, Europa
A citizens’ Europe?
Tradicionalment les polítiques comunitàries de la UE s’havien agrupat sota el paraigües de les associacions i els lobbys institucionalitzats a Brussel·les. Els autors consideren que la Conferència per al Futur d’Europa representa una oportunitat per canviar aquest paradigma corporativista cap a un paradigma deliberatiu que de veritat inclogui la ciutadania. L’oportunitat de democratitzar la UE també suposa reptes: cal avançar cap a la normalització de la UE com una esfera pública en que les decisions es prenguin segons el que la ciutadania demana, i no segons el nacionalisme euroescèptic. També hauria de comprometre en aquest procés actors tradicionals com parlaments, sindicats o la societat civil. Hi ha dos precedents a la Conferència per al Futur d’Europa, la Conferència de Messina (1995) i la Convenció pel futur d’Europa (2001-2003), que es van produir en moments decisius en la integració europea. Europa pot reinventar la democràcia en el segle XXI, tenint en compte les possibilitats i els riscos que ha inaugurat l’era digital. La democràcia deliberativa pot ajudar als ciutadans a comprendre i millorar encara més la governança europea. Seria igualment necessari canviar el sistema electoral europeu, donant més competències al Parlament Europeu i als parlaments nacionals en detriment del Consell de la UE. També caldria reforçar el sistema de l’Spitzenkandidaten, que permetria als ciutadans escollir directament el seu poder executiu. En resum, aquest procés hauria de reforçar, i no debilitar les institucions representatives. Totes aquestes mesures haurien d’iniciar un nou marc institucional que de facto sigui federal, permetent gràcies a l’activisme transnacional deixar enrere la ideologia neoliberal que ha impregnat les institucions europees.
La réélection d’Emmanuel Macron: une victoire en trompe-l’œil
Amb la seva victòria, Emmanuel Macron és el primer president de la V República que ha estat elegit dues vegades per sufragi universal sense trobar-se en situació de cohabitació. François Mitterrand el 1988 i Jacques Chirac el 2002 s’havien presentat a la reelecció en un context de cohabitació que reforçava la seva posició d’arbitratge i els va permetre captar la insatisfacció dels votants davant l’acció dels governs, dirigida per Chirac el 1988 i Jospin el 2002, que així van poder eliminar fàcilment en la segona o primera volta de votacions. Aquest èxit sembla validar l’estratègia que Macron va iniciar el 2017 i que pretenia fer-lo aparèixer com el campió dels “progressistes”, és a dir, els liberals europeus de dreta i esquerra, enfront dels “populistes nacionalistes”, reunits al voltant. Marine Le Pen. Aquesta estratègia, però, només ha funcionat parcialment. De fet, ara el panorama polític francès actual s’estructura al voltant de tres – i no dos – pols. Els resultats de la segona volta semblen indicar que els votants d’esquerra no es van comportar de manera mecànica i uniforme. Una proporció important va votar a Marine Le Pen, sobretot al camp, on ara Le Pen és majoritària, en aquesta França perifèrica descrita per Christophe Guilluy així com als territoris d’ultramar on la candidata del Rassemblement Nacional va captar la major part. dels votants que havien votat a la primera volta per Jean-Luc Mélenchon. Una part una mica més important va votar Emmanuel Macron, sobretot a les grans ciutats on els votants de Mélenchon tenen un perfil sociològic força semblant al del president sortint: aquest últim consolida així el seu ancoratge a la França de les grans ciutats. Però molt més encara van ser els que es van negar a triar. Més del 8,5% dels votants van emetre un vot en blanc o nul, enfront del 2,2% quinze dies abans. Pel que fa a l’abstenció (28%), també és notablement superior a la de la primera volta de 2022 (26,3%) i de la segona volta del 2017 (25,4%), que ja era alta per a unes eleccions presidencials. Per consegüent, l’esperada victòria de Macron no ha d’amagar les dues principals lliçons de les eleccions: l’extrema dreta aconsegueix un nivell mai assolit en unes eleccions a França, gràcies a la seva capacitat per reunir un electorat força important majoritàriament popular en la segona volta; el panorama polític francès, estructurat al voltant de tres pols, mostra com l’actual sistema de votació adaptat a la bipolarització està desfasat, la qual cosa qüestiona la representativitat dels càrrecs electes, escollits en segona volta per defecte més que per preferència, i, més enllà, el funcionament mateix de les institucions democràtiques. Aquesta doble observació fa encara més incert el resultat de les properes eleccions legislatives, que no estaran marcades pel mateix impuls de canvi que el 2017, el 2012 o fins i tot el 2007.
Northern Ireland: what could historic election win for Sinn Féin mean?
Les eleccions a l’Assemblea d’Irlanda del Nord -l’assemblea legislativa descentralitzada que administra tots els assumptes interns d’Irlanda del Nord, com ara la sanitat, l’educació i el medi ambient- se celebren el 5 de maig. El peculiar sistema electoral d’Irlanda del Nord fa que es designin automàticament, i no en base a negociacions entre partits o coalicions, dos caps de govern: el Primer Ministre, cap de llista del partit més gran, i el Viceprimer Ministre del partit que ha obtingut més vots després del partit del primer ministre. Els 90 membres de l’Assemblea s’han d’identificar com a “unionistes” (a favor de la unió amb el Regne Unit), “nacionalistes” (a favor de la unitat amb Irlanda) o “altres”. Durant les últimes setmanes els mitjans de comunicació han subratllat la possibilitat que un partit nacionalista, el Sinn Féin, obtingui el nombre més gran d’escons i, per tant, obtingui per primera vegada al càrrec de Primer Ministre. Un unionista seria designat llavors, amb tota probabilitat, com a Viceprimer ministre. Tot i això, cap partit unionista no s’ha compromès a ocupar el càrrec en aquest supòsit, la qual cosa comporta la perspectiva de molts mesos de disputes abans que no es formi realment un govern. Dins d’aquest context, una de les principals qüestions és saber si una victòria del Sinn Féin significaria que una Irlanda unida està més a prop. Tot i que aquesta és el relat impulsat per alguns partits unionistes per espantar els votants perquè els donin suport a les urnes, la realitat és que un referèndum de cara a canviar l’estatus quo actual no està a l’horitzó. D’altra banda, una victòria del Sinn Féin seria un toc d’atenció important per a l’unionisme, ja que diverses investigacions dutes a terme durant l’última dècada revelen el creixement d’un unionisme laic entre les persones d’herència protestant i catòlica que volen quedar-se al Regne Unit però que no utilitzaran el seu vot només per fer barratge als de l’altre bàndol. L’altra qüestió en aquestes eleccions és l’augment de vots per als partits etiquetats com a “altres”, que obtenen el seu suport principalment de persones que no tenen prou edat per recordar el temps dels “Troubles”, el període de conflicte civil que va durar tres dècades i que va provocar més de 3.600 morts. Així doncs, molts joves voten l’Alliance Party, de caràcter intercomunitari, o altres partits més petits (com els Verds) que rebutgen per principi tota la noció de “identificació”, argumentant que Irlanda del Nord ha de ser governada com una comunitat unida, encara que diversa.
Is Wales following Scotland in a bid for independence?
El País de Gal·les –una regió pobre, perifèrica i amb un vot laborista fiable- no figura realment com un element important en les discussions de la classe política britànica. Ara bé, això està canviant en la mesura que s’està estenent la impressió que els gal·lesos podrien arribar a emular la via escocesa cap a la independència. De fet, nombroses enquestes indiquen que entre el 25 i el 30% dels votants gal·lesos ara votarien ara sí en un referèndum d’independència, amb un canvi favorable a la secessió especialment pronunciat entre els votants més joves. Aquest nivell de suport és bastant similar a com estaven les coses a Escòcia un any abans del referèndum d’independència. Així doncs, no és d’estranyar que observadors externs cerquin indicis que el sistema binari nacionalista-unionista està a punt de ser recreat a Gal·les. És impossible predir el resultat final de totes aquestes pressions creuades. La política electoral gal·lesa continua seguint patrons coneguts amb unes molt bones expectatives per als laboristes a les eleccions municipals. Però sota la superfície, les plaques tectòniques que sustenten l’estat continuen movent-se.
Poland’s two very different borders
Polònia ha rebut més de 2 milions i mig de refugiats d’Ucraïna. L’acollida, però de refugiats de Belarús, s’ha produït d’una manera més limitada. Mentre que a Varsòvia entenen als ucraïnesos com refugiats, són molt més escèptics amb els provinents de la frontera amb Belarús, on milers de guàrdies vigilen la tanca fronterera. Els refugiats d’Ucraïna poden allotjar-se i treballar a Polònia durant divuit mesos, tenen accés al sistema públic de salut, transport i subsidis. Els refugiats de Belarús, en canvi, es troben una forta resistència a la seva entrada al país, tot originat per la crisi de migrants provocada pel president Lukaixenko. El líder autoritari aliat de Putin va iniciar una campanya d’enviament de migrants a les fronteres poloneses, a través d’invitar a ciutadans d’Orient Mitja a viatjar a Minsk per a després traslladar-se a la frontera polonesa. La diferencia en el tractament dels migrants es justifica des de les autoritats poloneses a través de l’acusació directa a Lukaixenko, però els activistes i els partits de l’oposició al país són escèptics amb les justificacions del govern. Les acusacions apunten a la xenofòbia del govern de Polònia, les persones cristianes blanques es deixen passar mentre que els migrants d’Orient Mitja són retinguts i retornats a la frontera bielorussa. La guàrdia fronterera ha detingut 2.774 immigrants il·legals i s’han previngut 33.776 intents de traspàs. L’alarma també s’ha posat en els grups activistes de la zona. Mentre que els voluntaris que ajuden als ucraïnesos han rebut agraïments i ajuda per part de les autoritats de Varsòvia, els grups que es dediquen a fer la mateixa tasca a territori de Belarús han trobat grans dificultats, destacant la detenció del grup activista Granica el passat 23 de març.
En Serbie, le sentiment pro-russe est visceral
Oposició a l’OTAN, guerres iugoslaves mai digerides, germandat eslava i ortodoxa… Sèrbia no només entén Rússia sinó que s’hi reconeix. La situació dels serbis a Iugoslàvia era semblant a la dels russos a l’URSS: més nombrosos i més poderosos. El 25 de juny de 1991, Croàcia i Eslovènia van declarar la seva independència i Sèrbia es va negar a perdre el control. Durant gairebé una dècada, fins que l’OTAN va bombardejar Belgrad, Sèrbia va patir i va causar un patiment intens. Avui, Sèrbia només recorda el seu propi patiment i molt poc del que va infligir: el govern serbi prefereix el terme “massacre” al de “genocidi” per als seus abusos a Bòsnia. Des del seu punt de vista, Occident vol aniquilar una civilització eslava i ortodoxa de la qual Putin se n’hauria convertit en guardià. El 2015, Putin va vetar l’esborrany de resolució de l’ONU que descrivia la massacre de Srebrenica a Bòsnia (1999) com a genocidi i també el reconeixement formal de la independència de Kosovo. La paradoxa de Sèrbia, però, és que necessita Europa tant com se sent propera a Rússia. Segons una enquesta de 2021 de l’Institut d’Afers Europeus, el 83% de la població sèrbia afirmava que Rússia era una amiga. Aquell mateix any, una enquesta del Consell d’Afers Exteriors de la UE revelava que mentre que el 57% dels serbis veien la UE com un soci necessari, només l’11% la consideraven un aliat. En darrer terme, Ucraïna s’ha convertit en la venjança del món eslavo-ortodox sobre Occident i no importa que els mateixos ucraïnesos siguin eslaus i ortodoxos.
Slovenia heading for progressive government after historic victory against conservatives
En unes eleccions molt importants atès l’increment de les tensions als Balcans arran de la invasió d’Ucraïna, els eslovens van votar massivament a favor del canvi, posant fi al govern del nacionalista Janez Janša i donant la victòria a Robert Golob, el líder ecologista del Moviment per la Llibertat, que s’espera que lideri una coalició progressista. El resultat significa que Eslovènia es dirigeix cap a un govern de centreesquerra amb una majoria còmoda, ja que s’espera que Robert Golob formi una coalició amb els socialdemòcrates i el partit d’esquerra. Destaca l’elevada participació, del 69,7%, com un senyal de que la ciutadania volia acabar amb del govern de centredreta de Janša, que sovint va ser criticat per haver utilitzat la pandèmia de COVID-19 com a un pretext per retallar les llibertats individuals i atacar institucions independents com la justícia i els mitjans de comunicació. Tant Golob com la resta de partits de centreesquerra han dit repetidament que el seu primer pas seria donar suport a un projecte de llei òmnibus patrocinat per la societat civil amb l’objectiu de derogar el que consideren lleis i mesures perjudicials adoptades pel govern sortint. Golob, un expert en energia de 55 anys, es va fer càrrec d’un petit partit verd i el va rebatejar com a Moviment per a la Llibertat en un congrés a finals de gener, juntament amb diversos professionals que van perdre o deixar la seva carrera sota l’actual govern, amb la promesa de centrar-se en l’agenda verda, una societat oberta, i un estat del benestar modern.
O Grupo de Visegrado ainda existe?
Una de les primeres víctimes col·laterals de la guerra a Ucraïna és el Grup de Visegrad. La visita a Kíev dels primers ministres polonès i txec —van ser els primers— va ser un fort senyal de suport a Volodomyr Zelenskii. El cap del govern eslovac, Eduard Heger, també va visitar Kíev. Els tres líders es reconeixen en la interpretació del conflicte del president Zelenskii: el xoc entre dos mons diferents, que s’oposen en els valors essencials que defensen. El quart membre del grup, el primer ministre hongarès Viktor Orbán, destaca per la seva absència. Així doncs, el grup de Visegrad ha implosionat. Polònia, nou aliat privilegiat dels Estats Units, es veu reforçada pel seu paper en el conflicte d’Ucraïna. L’Hongria de Viktor Orbán, en canvi, està aïllada. La crisi del bloc que van formar informalment l’any 1991 no ve però de nou. Els quatre països han complert els dos objectius principals que van portar a la seva cooperació inicial: l’adhesió a l’OTAN i a la Unió Europea. Les diferències van començar amb les derives autoritàries, primer des de l’Hongria d’Orbán, després des de la Polònia de Jaroslaw Kaczinski. En una anàlisi publicada al diari Le Monde a principis de l’any passat, Jakub Iwaniuk descriu una clara escissió entre, d’una banda, una aliança entre Budapest i Varsòvia, gairebé messiànica, per reparar la Unió Europea i exportar la seu visió sobiranista, identitària i de democràcia illiberal; i, d’altra banda, la parella República Txeca-Eslovàquia, no només allunyada d’aquesta visió, sinó fins i tot posant en dubte la raó de ser del grup. La guerra d’Ucraïna no ha fet més que aprofundir aquestes divisions i ara la pregunta essencial és saber si la disputa Est-Oest sobre la qüestió de la democràcia illiberal està en camí de resoldre’s o no.
How Hungary became the right’s Venezuela
La dreta populista contemporània destaca pel seu victimisme i un exemple representatiu n’és el president d’Hongria, Viktor Orbán, que han obtingut la victòria electoral per quarta vegada i a la qual Orbán s’ha referit com a “la lluita més desigual de la història”. Això no ho diu pels motius que podríem pensar, com el fet que el seu govern controli més del 90% dels mitjans de comunicació, sinó per tot allò a què ha hagut de fer front per a finalment aconseguir aquesta nova victòria. El que fa Orbán és utilitzar el victimisme conservador com a arma i la dreta li aplaudeix i mostra suport en lloc de condemnar-lo, fins i tot passant per alt abusos dels drets humans. El govern hongarès se sustenta en el tancament del debat i el desmantellament sistemàtic de la democràcia i és descrit pels mitjans com a “conservadorisme gramscià” i com a “un veritable govern pro-família i socialment conservador”. Hongria, en altres paraules, és ara la Veneçuela de la dreta política Els autòcrates actuals actuen amb més sofisticació que les dictadures tradicionals i això pot dificultar la comprensió del que realment ocorre. Sembla que tot està justificat per Orbán i el Fidesz sobre una base defensiva i de protecció de la ideologia que defenen. Encara que el victimisme sigui l’estil preferit de la nova dreta, és una paranoia molt arrelada la que el sustenta: paranoia sobre la immigració, el col·lectiu LGBTQ+, la “desintegració cultural” o els jueus. El problema d’una política tan paranoica és que pot ser -i ha estat històricament- utilitzada per a dir efectivament que tot val. Els conservadors occidentals del corrent principal farien bé a no donar curs a les fantasies paranoiques de Viktor Orbán i recordar-se que els monstres no sols existeixen a la seva esquerra, sinó també a la seva dreta.
Democracia, diversidad y cultura
How Diverse Democracies Can Protect Their Citizens
Encara que durant el segle XX els filòsofs i científics socials van centrar els seus esforços en estudiar el poder opressiu dels estats moderns, ara un perill igual de potent i estable amenaça les llibertats individuals: la gàbia de les normes. Els teòrics Acemoglu i Robinson argumenten que l’absència d’estat no resulta en una anarquia brutal i curta, sinó que en societats sense cap autoritat central les regles informals (no escrites) sovint exerceixen una dominació igual d’efectiva sobre els individus, tot i ser de naturalesa diferent. Malgrat que la majoria de democràcies modernes han abolit bona part d’aquestes pràctiques informals descrites, en societats ètniques o religioses encara ostenten un poder molt important. Històricament, per limitar els perills del poder absolut de l’estat, s’han aplicat tres mesures per protegir les llibertats individuals: eleccions lliures i periòdiques, separació de poders i protecció de les minories de la tirania de la majoria. Per defugir els perills del comunitarisme en la protecció de la identitat i voluntat individual, sorgeix el liberalisme com a solució, ja que concep les societats com una associació d’individus, no de comunitats. D’aquesta manera, es podria conjugar el respecte als desitjos individuals (siguin de la comunitat que siguin) i a les pràctiques culturals dels diversos col·lectius alhora. Una de les principals tasques de l’estat liberal ha de ser garantir la llibertat dels ciutadans davant l’opressió de qualsevol grup. Protegir els individus de la coerció de qualsevol col·lectiu també implica que tothom sigui conscient que pot abandonar el seu col·lectiu sense témer haver de patir represàlies.
Europe’s superiority complex
Els proeuropeus constantment invoquen el passat com a font d’inspiració i legitimitat, particularment la Il·lustració, que s’ha conceptualitzat com la base dels valors on la Unió Europea es troba fonamentada. Pels seguidors de la UE, l’organització comunitària és una formació que resum els èxits de la història europea, un producte de les nostres pròpies lliçons. En realitat, les concepcions d’Europa des de l’antiguitat al present i l’autoconcepció europea és molt més problemàtica. Si es revisa el desenvolupament històric dintre del territori i institucions europees trobem una creença persistent de superioritat. Des de el primer moment que els europeus es pensen a si mateixos, ho fan creient que són millors que la resta. Weller, professor de literatura comparada de la Universitat de Kent, examina a través de diversos documents i fonts, la identificació històrica de l’essència “Europa”. Durant l’època de la Il·lustració, alguns europeus comencen a imaginar que el secularisme, la separació entre església i estat, era el que definia la seva europeïtat. Des d’un principi la identitat europea es pensava en termes polítics, i encara canviant aquesta percepció d’identitat, el sentit de superioritat europeu es va allargar en el temps. La història que Weller demostra indica que els “proeuropeus” de l’actualitat parlen d’Europa en relació amb una lògica establerta en el període entre la Il·lustració i la Segona Guerra Mundial. Creuen que Europa guarda una sèrie de valors que, encara que d’origen europeu, són universals i la missió d’Europa és civilitzar la resta del món. Especialment, des de la crisi de refugiats del 2016, aquest discurs identitari ha passat d’un regionalisme cívic a una variant molt més cultural i ètnica. El discurs sobre l'”Esperit europeu” ha canviat, sent ara el mantra dintre de les organitzacions i associacions polítiques i civils més europees, “La manera de viure europea”.
How China’s COVID Response Set the Stage for a Worldwide Wave of Censorship
Tot i que a Chen Qiushi li hagués agradat ser actor o periodista, va estudiar dret i aconseguir un bon treball a un prestigiós bufet d’advocats. En el seu temps lliure, Chen va continuar amb la seva passió per l’actuació i va participar en un concurs de talents on va guanyar el segon lloc. Va utilitzar la seva nova fama per a pujar vídeos a les xarxes socials on oferia periodisme independent, obtenint un gran nombre de seguidors, la qual cosa li va convertir en una personalitat popular. L’any 2019 va viatjar a Hong Kong per a informar de primera mà sobre les protestes prodemocràtiques, com que no estava d’acord amb l’opinió pública i els mitjans de comunicació a la Xina, va decidir convertir-se ell mateix en un mitjà de comunicació. Poc després, els funcionaris xinesos li van pressionar perquè abandonés Hong Kong i les seves xarxes van deixar de funcionar. El gener de 2020, va anar a Wuhan quan va començar el confinament, els seus objectius eren informar el públic i assegurar l’accés a la informació independent; si la informació viatjava més ràpid que el virus, es podria guanyar la batalla. Chen anava informant a través de YouTube i Twitter, ja que estava vetat d’altres plataformes i mentre ell informava des de la ciutat, les autoritats xineses encobrien sistemàticament el brot. Xi Jinping va visitar Wuhan gairebé tres mesos després del presumpte primer cas i va portar a periodistes dels mitjans de comunicació controlats per l’Estat amb l’excusa que el seu sistema d’estricte control de la informació permet suprimir la desinformació i els rumors, al mateix temps que proporciona a la població informació fiable i protocols per a mantenir-se fora de perill. D’aquesta manera, la Xina va proporcionar un manual de joc per a la repressió informativa que es va propagar per tot el món juntament amb el virus. D’altres governs autoritaris van promulgar noves restriccions a la llibertat d’expressió i a l’expressió política que es van descriure falsament com a mesures de salut pública. Així doncs, la pandèmia va accelerar un canvi cap a l’autoritarisme. Durant la seva estada en Wuhan, Chen va denunciar les situacions que allí es vivien. Després de no poder contactar amb Chen durant dotze hores i encara que no tenien una confirmació oficial, van sospitar que havia estat detingut per les autoritats xineses i que estava sent empresonat en secret. El mes de setembre passat, Chen va aparèixer en un vídeo de YouTube en el qual deia que havia sofert una depressió i que s’havia dedicat a la boxa. En els mesos següents, Chen va continuar sent expulsat de les xarxes socials xineses. En un altre vídeo, va dir: “Mirin fins al final i entendran la meva situació”. El vídeo mostrava a tres agents de policia asseguts a les portes del gimnàs i vigilant a Chen.
A memória das guerras prescreve?
L’autor reflexiona sobre la persistència de les guerres a la història humana i afirma que al 2022 es manté una situació incivilitzada inexplicable i paradoxal: violència armada, guerres entre humans, organitzades per grups, països o estats. On es mata i es mor. Fa mil·lennis que existeixen, però no se sap quan van començar, potser la guerra estigui associat a la caça com pensava Malaparte. Però això és el que ens diu l’experiència: la història sembla apreciar les guerres, és molt masculina i, amb el desenvolupament de la tècnica, cada vegada són més mortals i amenaçadores. L’atenenc Tucídides, considerat el primer historiador de la guerra, descriu la submissió als més forts i ens diu que la guerra resulta de l’honor, la por o els interessos. Potser encara ho és, però la guerra s’ha justificat al llarg del temps i el concepte de guerra justa continua sent rellevant. Les guerres no són actes aïllats, tenen una dinàmica, formen part de processos històrics i marquen el futur. És impossible avaluar el nombre de víctimes de les guerres que van tenir lloc durant mil·lennis. Al segle XX hi va haver uns 160 milions de morts. A la Primera Guerra Mundial 20 milions; a la Segona 60 milions; i ja al segle XXI (fins al 2018) dos milions. Només les epidèmies maten més. El percentatge de baixes civils tendeix a augmentar: un 14% a la Gran Guerra; entre el 67 al 70% a la Segona Guerra Mundial; i s’estima en un 90% en conflictes posteriors. Actualment, existeixen tribunals internacionals i un conjunt d’instruments de dret humanitari sobre crims de guerra (sense prescripció) i restriccions a l’ús d’algunes armes, però hi ha una manca de jurisdicció global efectiva (acceptada per tots els països) que sigui dissuasiva i capaç de resoldre els conflictes de manera justa, sense guerra, perquè sinó les armes nuclears en poder de nou països seguiran sent el principal factor dissuasiu de les guerres.
How Autocrats Endure
Moltes vegades els règims autocràtics s’autodestrueixen inevitablement i el seu desenvolupament econòmic és pitjor que el dels democràtics; Rússia n’és un exemple, a través del continu enfortiment dels trets autocràtics del seu règim, Putin podria convertir-se en el seu propi pitjor enemic. Després de les eleccions hongareses, hi ha dubtes sobre els límits de les autocràcies. Orbán ha mantingut durant molt te temps una façana de legalitat, i fins i tot legitimitat, per al seu govern. La clau de l’èxit d’Oráan ha sigut una tàctica de redundància dins d’una estratègia més ampla cap a l’autoritarisme. El seu partit Fidesz sempre troba maneres d’aconseguir allò que vol i ha aconseguit fins i tot poder fer la llei. Ha fet un ús eficient del “legalisme autocràtic” i ha creat un “Frankenstate”, un país els elements del qual no semblen repressius en si mateixos, però assemblats d’una certa manera, signifiquen la fi de la democràcia. Hongria també és un “estat mafiós” que empra les estructures estatals i la manipulació de mitjans legals, com ara els processos de contractació pública. Les persones lleials a Orbán li fan favors al règim i així el reforcen. Per tot això, és ingenu pensar que les estratègies d’Orbán estan destinades a l’autodestrucció o que els adversaris del regim tindran èxit si es revela com funciona realment el sistema. Sovint es pensa que si els hongaresos han votat Orbán, tenen el règim que han triat i ni la UE ni els EUA poden salvar la seva democràcia, però realment el seu problema es converteix en el nostre. Al mateix temps, la UE ha proporcionat seguretat a Hongria amb subvencions i protecció i s’ha creat una mena d’equilibri autoritari a la UE, el qual podria finalment desestabilitzar-se perquè Brussel·les congelarà els fons de la UE per a Budapest. La lluita entre democràcia i autocràcia és evident i els líders occidentals han de prendre mesures i deixar de pensar que aquests règims cauran per si mateixos, especialment si les pròpies democràcies els subvencionen.
El poder y la filosofía. El otro viaje de Siracusa
Durant els últims mesos s’han publicat diversos articles que relacionen a Aleksandr Dugin com el filòsof referència de Vladímir Putin. Intentant substituir l’anàlisi de les polítiques del president rus per l’exposició de les idees del filòsof, es dona per descomptada la connexió entre unes i altres, s’ometen les seves diferències i, tenint en compte que els punts en comú entre aquests els comparteixen altres figures russes, l’anàlisi queda descompensat i incomplet. Sovint d’òbvia que Putin ha reivindicat públicament figures com Ivan Ilyin o Solzhenitsyn, mentre que Dugin ha emmarcat el seu projecte dintre de la revolució conservadora lligada a la tradició alemanya. Dugin, ja va plasmar les seves diferències amb el líder rus al seu llibre “Putin vs Putin”, on elogiant la seva figura per millorar el llegat de Ieltsin, l’acusa de desprestigiar el paper de les idees, focalitzar els seus reptes a curt termini i no saber afrontar seriosament problemes ètnics i nacionalistes. Existeix una simplista ficció difosa sobre el poder pel qual aquest apareix com una mera aplicació del pensament. Casos com el de Lenin amb Marx i Robespierre amb Rousseau són exemples d’aquest intent de substituir l’anàlisi de la realitat històrica pel de presumptes influències. Tot això connecta amb un vell tema filosòfic, aquell conegut com el viatge a Siracusa. Una perspectiva de Plató, sobre el procés on la filosofia viatja cap al poder i la seva relació. En aquest cas és interessant observar el camí invers, quan el poder va a la filosofia. S’ha de tenir en compte que les apropiacions polítiques d’un pensament moltes vegades són més l’apropiació de la memòria del pensador en qüestió. Es converteixen en intents d’alinear les pròpies posicions polítiques i de reforçar el poder simbòlic. S’ha de prestar major atenció a la recepció i comprendre la memòria en general, per tal de no seleccionar i ajustar pragmàticament la relació política amb el passat o passats que interessin.
Economía, bienestar e igualdad
Globalisation is not working – in an age of insecurity, we need more local solutions
L’FMI tem que l’actual context de desglobalització acabi produint els mateixos resultats que els observats durant els anys 30 del segle passat: més aranzels, proteccionisme industrial i guerra de divises. Però tot i que la cooperació global és necessària per solucionar problemes globals, no és tan clar que la globalització sigui l’eina adequada per tractar-los. No s’ha aconseguit un sistema generós en proveir vacunes als països del Sud, ni s’ha aconseguit un pla global conjunt per fer front als perills creixents del canvi climàtic. L’error és entendre la globalització com un sinònim de multilateralisme i no com el que és en realitat: una variant del capitalisme. Tant l’exemple de la Xina, el gran guanyador econòmic dels últims 30 anys, i la pandèmia de COVID-19 han demostrat que la retòrica de la globalització neoliberal no funciona en la pràctica. A més a més, la globalització no ha conduit a majors taxes de creixement o la millora dels estàndards de vida en els països desenvolupats, els únics que s’han vist beneficiats han estat les elits més riques. Cal tenir clar que el gir cap a la desglobalització no implica virar cap a un model extremadament autàrquic i tancat com el de Corea del Nord, ni suposarà el fi de la globalització, ja que les interconnexions comercials globals seguiran existint. Però la principal raó per qüestionar la globalització és política. Els processos de globalització van ser resultat de decisions polítiques deliberades, fet que implica la possibilitat de tirar-les enrere i plantejar un nou model. Si la desglobalització permet als governs tornar a fer-se càrrec de les seves economies i ser més eficaços protegint als seus ciutadans, la decisió lògica seria donar-li la benvinguda.
Chamboule-tout sur le marché des hydrocarbures
Prescindir del gas i del petroli rus és un objectiu més fàcil per als Estats Units que per a Europa. No volent-se alienar Moscou, molts països exportadors es mostren reticents a substituir Rússia en el subministrament d’hidrocarburs. Dins d’aquest context, l’autor afirma que l’embargament al petroli i al gas natural rus serà, a llarg termini, considerable i perdurable, tot i que Berlín espera que un ràpid retorn a la pau a Ucraïna permeti tornar a la situació anterior a la invasió. Es tracta, doncs, d’una gran reorganització del comerç mundial d’hidrocarburs que s’aproxima, amb la necessitat dels occidentals de trobar nous proveïdors i, per a Moscou, nous clients. El repte és especialment complicat per a Europa, on el 62% de les importacions des de Rússia estan relacionades amb l’energia. De mitjana, el Vell Continent compra a Rússia el 20% del petroli que necessita, el 40% de gas natural i el 50% de carbó. Però la voluntat europea d’allunyar-se de Moscou s’enfronta, però, a un panorama congelat que tindrà dificultats per canviar tan ràpidament com ho requereixi l’establiment d’un embargament més o menys immediat. Per exemple, Noruega, que actualment proporciona el 20% del consum de gas europeu, és un recurs ideal, sobretot políticament però difícilment podrà satisfer la demanda addicional, ja que en el millor dels casos caldrà esperar nou mesos perquè la producció noruega augmenti significativament. Altres proveïdors tampoc no poden augmentar de manera sostenible la seva producció d’hidrocarburs i, per tant, es troben en una posició de venedors de complement més que no pas de substituts a llarg termini de Rússia. És el cas d’Algèria, que ja té dificultats a produir la seva quota dins l’OPEP. D’altra banda, substituir els hidrocarburs russos no és impossible, però requereix un enfocament coordinat entre els europeus o fins i tot una centralització de les necessitats, i això va en contra de tota la política de liberalització del sector imposada per Brussel·les des de fa almenys tres dècades. Pel que fa a les exportacions russos d’hidrocarburs, el seu futur passa per la Xina, que ja n’absorbeix el 32,8%. Al febrer, Pequín i Moscou van signar un contracte per subministrar 10.000 milions de metres cúbics de gas natural i van ampliar un acord per lliurar 200.000 barrils de cru al dia durant deu anys. Des de fa temps ansiós per diversificar els seus clients, el Kremlin es veu empès a augmentar les seves vendes al seu poderós veí.
Are emerging economies on the verge of another “lost decade”?
The Economist alerta sobre els efectes que podria tenir el context de crisi generalitzada en l’economia dels països emergents. Segons l’FMI, la producció econòmica dels mercats emergents creixerà un 3,8% enguany i un 4,4% l’any 2023, sense arribar a la taxa mitjana anual 5% de la dècada anterior i aquesta tendència podria continuar fins al 2024. Sembla probable doncs que els països més pobres coneguin una altra dècada perduda caracteritzada per un creixement lent, crisis financeres recurrents i un major malestar social. El creixement de les economies emergents ja han experimentat molts canvis, ràpid als anys 60 i 70, amb dècades perdudes als anys 80 i 90 i una recuperació a finals de la dècada dels 90. Recentment, el creixement ha estat més difícil d’aconseguir per l’enduriment de les condicions del mercat financer i els canvis en els patrons comercials, que recorden als obstacles que van haver d’afrontar a les dècades de 1980 i 1990. Més del 10% de països de renda baixa del món s’enfronten ara a càrregues de deute insostenibles que afecten el seu creixement. A més, la invasió d’Ucraïna ha disparat els costos d’aliments i energia, la qual cosa afecta els països importadors. L’augment del deute i la pèrdua d’inversions en capital humà i físic dels últims anys tindran un alt preu i si no s’adopten iniciatives per a reduir la càrrega del deute, invertir en béns públics i ampliar el comerç, la ralentització del seu creixement encara podria tenir un impacte més negatiu.
Shanghai y la crisis del sistema de externalización
Des de fa un quart de segle el món es sustenta en una complexa cadena d’extracció, producció i logística. Una xarxa on s’extrauen matèries de països africans o sud-americans, es transformen en productes en fàbriques del món (Xina, Índia o Bangladesh) i finalment, es distribueixen a Occident. Aquest “miracle econòmic” es basa en l’aprofitament de les despeses de mà d’obra més econòmiques i en la circulació continua dels recursos. Europa i Occident s’han convertit en rendistes financers i productors sobrequalificats, però ja no som l’Europa industrial del segle XX. És en aquests contextos on es visualitzen els errors del sistema, com el provocat pel tancament de Xangai. El tancament de gran part de Xangai, inclòs el port de Yangshan, per l’expansió de la COVID ha provocat greus afectacions a l’entrada i sortida d’un port que rep cada any més de 52 milions de contenidors. Les empreses de transport marítim assumeixen un increment en les demores d’un 75%. Milers de contenidors refrigerats s’acumulen i el nombre de contenidors en espera és un 195% major que en el mes de febrer. En algun moment arribaran relats que ha suposat per la població de Xangai aquest dur confinament, quin és el preu que han hagut de pagar perquè Occident continuï rebent electrodomèstics i televisors. Però de moment, els nuclis financers es centren en quant costarà el tancament de Xangai per l’economia mundial. El més difícil d’entendre és saber si algú s’està adonant que aquest sistema d’externalització no és sostenible. Sobre si és raonable continuar amb una producció allunyada del seu destí i dependent d’unes línies de subministrament fràgils subjectes a imprevisibilitats. El nostre enginy per resoldre de manera eficient el problema de posar una poma en un supermercat implica considerar amb més humitat els nostres límits i pensar que la naturalesa existeix per recordar-los.
Food, Fertilizer and the Future
Encara que la crisi energètica provocada per l’augment dels preus del petroli pugui ser menys lesiva que el que alguns imaginen, hi ha una greu crisis en la provisió global d’aliments, atiada pels elevadíssims preus del blat. Aquesta crisi afectarà els països desenvolupats, però serà especialment desastrosa per als països en vies de desenvolupament. Bona part de la responsabilitat d’aquesta crisis recau en la guerra d’Ucraïna, ja que els dos països implicats són dels principals productors i exportadors mundials de blat i fertilitzant, la qual cosa està afectant negativament en l’agricultura de països del Sud, com el Brasil. Com reflecteixen les experiències històriques del segle passat, la globalització necessita d’un context internacional estable per a produir conseqüències beneficioses. Les guerres, l’ascens de totalitarismes i moviments il·liberals i el proteccionisme suposen una manifesta amenaça per l’estabilitat global. Tot i així, encara que visquem greus crisis de subministrament, encara resulta fàcil comprar productes electrònics fabricats amb components provinents de dotzenes de països de tot el món. En conclusió, cal preguntar-se quina serà l’evolució i els efectes de la globalització. Se sol dir que promou la pau arreu, argument sobre el que no hi ha evidència empírica que permeti confirmar-ho. El que si està clar és que la pau promou els intercanvis comercials, i coses que donem per suposades, com el comerç d’aliments a gran escala, podrien ser més vulnerables del que la gent pensa.
Who’s to Blame for the Global Hunger Crisis?
La crisi mundial alimentària que amenaça a milions de persones ha estat accelerada pel conflicte Rússia-Ucraïna, però el director general de l’Organització per l’Alimentació y l’Agricultura (FAO) de l’ONU, Qu Dongyu, eludeix les preguntes sobre la culpabilitat de Rússia i adverteix que no s’han de restringir les exportacions per tal que el comerç mundial continuï funcionant. Sense cap dubte, la guerra suposa una prova crítica per al lideratge xinès en la FAO. Els EUA, i ara també la FAO, pressionen Pequin perquè no protegeixi Moscou de les sancions i emeti una condemna pública. De vegades els funcionaris internacionals no diuen tot el que pensen dels assumptes delicats, però la postura de la Xina ha irritat els responsables polítics dels EUA i Europa, que demanen l’alineació de la FAO amb el Secretari General de l’ONU pel que fa al vincle entre les accions russes, com ara el bloqueig del Mar Negre o el bombardeig a granges ucraïneses, i la crisi de fam al món. Abans de la invasió, el món ja s’enfrontava a una fam creixent, amb uns 276 milions de persones que patien fam aguda, però si la guerra continua uns 47 milions de persones en 81 països se sumaran a aquesta xifra. Rússia es defensa de les acusacions al·legant que les sancions i la resta de conflictes al món també tenen molt a veure amb la crisi mundial de fam i adverteix que només exportarà blat a països amics. Tanmateix, la veritat és que les exportacions d’aliments, fertilitzants i altres productes bàsics estan en part exemptes de sancions i Rússia ha imposat les seves pròpies restriccions a algunes exportacions. Per a fer front a aquesta crisi, seria de gran importància que la FAO es posicionés i prengués les mesures necessàries per a evitar un empitjorament de la situació.
Sostenibilidad y cambio climático
Climate leadership needs more women
Yvonne Aki-Sawyerr argumenta a Social Europe que en un context en el qual la crisi climàtica s’ha intensificat, són les dones i les nenes qui han de fer front a majors riscos a causa de les crisis mediambientals. Tot i així, segueix sense haver-hi representació equitativa i participació femenina en les negociacions sobre clima i medi ambient, com va constatar l’Informe de Composició de Gènere de les Nacions Unides de l’any 2019. Així, la COP25 va reconèixer que la participació i el lideratge igualitaris de les dones en les polítiques i accions climàtiques són vitals per a aconseguir els objectius climàtics a llarg termini, però en arribar la COP26, es va confirmar que poc havia canviat. Les dones constitueixen la majoria de les persones pobres del món i es veuen afectades de manera desproporcionada per les crisis documentades per l’IPCC: pèrdues de biodiversitat, canvis en els sistemes meteorològics i inseguretat de recursos. Tot i que dones i nenes solen ser les primeres a experimentar les dures realitats del canvi climàtic, tenen menys probabilitats que els homes de poder participar en els processos de presa de decisions. El lideratge femení doncs és fonamental en temps convulsos i a més s’ha demostrat que obtenen millors resultats en la política mediambiental. A Àfrica és evident la importància del lideratge de les dones en la lluita contra el canvi climàtic i la pèrdua de biodiversitat.
La Russie et la Chine instrumentalisent-elles la réglementation phytosanitaire à des fins géopolitiques?
És impossible ignorar que el blat és al centre de les qüestions estratègiques des de la invasió d’Ucraïna. Els volums exportats en els últims anys per Rússia i Ucraïna reflecteixen la vulnerabilitat dels països nord-africans no autosuficients: enormes i en creixement. Al mateix temps, la Xina acaba de revisar a la baixa la seva producció per al 2022 i ha aixecat les restriccions a les importacions de blat rus per al seu processament. La decisió es va prendre pocs dies abans de la invasió d’Ucraïna. Oficialment, aquesta decisió no té res a veure amb el conflicte rus-ucraïnès però el moment diplomàtic és gairebé perfecte: és difícil no veure en aquest acord estratègic una manera premeditada, per a Rússia, de pal·liar l’impacte de les sancions internacionals i, per a la Xina, de respondre a les seves preocupacions de seguretat alimentària. L’acord és passiu en el sentit que resulta de l’aixecament d’una prohibició existent científicament justificada. A parer de l’autor, aquest episodi il·lustra els vincles entre geopolítica, diplomàcia, seguretat alimentària, però també, de manera més inesperada, sanitat vegetal i fitopatologia. La seqüència biogeopolítica en la qual hem entrat es tradueix en una permissivitat perjudicial per a la salut vegetal i, a llarg termini, per a la seguretat alimentària mundial.
Colonialism: why leading climate scientists have finally acknowledged its link with climate change
El sisè informe del Grup Intergovernamental sobre el Canvi Climàtic alerta un altre cop sobre el desastre global que el canvi climàtic pot suposar si no s’actua per evitar-lo. L’informe assegura que el colonialisme ha exacerbat els efectes del canvi climàtic, la qual cosa implica reconèixer les injustícies històriques que han patit els aborígens i habitants nadius de tot el món. Per exemple, els grans incendis que han cremat grans àrees d’Austràlia s’han vist afavorits pels desplaçaments forçats de poblacions aborígens. Per tant, els governs estan avisats que no es pot contrarestar els efectes del canvi climàtic sense tenir en compte el llegat del colonialisme. La recerca acadèmica ha demostrat que la ciència climàtica està arrelada en l’imperialisme i el colonialisme. També la majoria de les dades meteorològiques històriques amb la qual treballen els climatòlegs contemporanis va ser produïda principalment pels grans poders colonials. Per exemple, els esforços per connectar territoris colonials sota dominació de l’imperi britànic va accelerar l’explotació de la terra i els recursos hídrics dels pobles nadius.
La guerra de Ucrania abre riesgos de involución en la transición energética europea
Les qüestions energètiques s’han convertit en l’eix central de la política mundial. La guerra a Ucraïna ha deixat en pausa bona part dels plans d’Europa per abandonar, el més ràpid possible, els combustibles fòssils. La dependència que el continent té respecte Rússia, que aporta el 26% del petroli i el 41% del gas, ha difuminat les prioritats de Brussel·les i ha deixat la transició energètica en un segon pla. La cerca de mercats d’hidrocarburs alternatius a Moscou i la tasca d’assegurar els subministraments han passat a un primer pla polític. Aquest canvi, però, ha obert la porta a un risc d’involució ambiental al vell continent. L’estratègia Task Force on Energy Security, una mena d’acord comercial signat pels EUA i Europa per intensificar els fluxos de gas natural liquat (GNL) que arriben des de l’Amèrica del Nord, és un exemple del canvi de paradigma. Els Estats Units enviaran un 68% més de gas a través de metaners per reduir la dependència d’Europa de l’energia russa, segons la Comissió Europea. No debades, el vell continent segueix important combustibles fòssils de Rússia i finançat així la guerra de Putin amb més de 41,8 milions d’euros des que va començar el conflicte, segons el recompte diari realitzat per BankTrack. Però els fluxos addicionals de GNL que arriben des dels EUA xoquen directament amb els principis europeus, ja que bona part del subministrament que arriba en vaixells metaners procedeix d’extracció per fracking, una pràctica polèmica pel seu elevat impacte ambiental –i el seu elevat cost econòmic– rebutjada a la UE i prohibida en alguns països com Espanya. També a Espanya s’han trencat alguns dels consensos que han portat l’Estat a convertir-se en la locomotora d’Europa en matèria de transició energètica. La baixa dependència del gas rus –només importa un 10% del combustible des de Rússia– ha col·locat el país en una posició aparentment privilegiada de cara a garantir el subministrament europeu. A més, la suposada posició estratègica d’Espanya i Portugal han reobert el debat al voltant de la construcció del MidCat, el gasoducte que connecti la península ibèrica amb França a través dels Pirineus. Amb aquest projecte, que va ser descartat el 2019 per Espanya i per l’Agència d’Energia de França, es busca intentar garantir el subministrament europeu. Tot i això, el debat no ha arribat a assentar-se ja que la mateixa vicepresidenta per a la Transició Ecològica d’Espanya, Teresa Ribera, va descartar recolzar-lo si no és Brussel·les o França qui el financien.
What 3,000 Financial Documents Say About Climate Change
L’última dècada la manera en què les companyies han tractat públicament el canvi climàtic s’ha modificat dramàticament. En l’actualitat l’estàndard per les empreses és pretendre preocupar-se greument per la situació ecològica sense demostrar cap mena de prova a favor del que prediquen. Un dels sumaris més importants que existeixen per adreçar aquesta tendència són els documents financers 10-K, actes que les empreses públiques han de presentar anualment a la Comissió de Seguretat i Intercanvi (SEC). Experts entenen que aquest canvi prové de la intenció de fer sentir als inversors part de projectes que mitiguen els riscos climàtics. La SEC no obliga les empreses a divulgar la seva aportació i exposició al canvi climàtic, però es treballa perquè així sigui. L’any 2010, la Comissió publica unes pautes a seguir per les companyies sobre com adreçar el canvi climàtic en els informes, recomanant com considerar els danys físics a l’entorn, la legislació climàtica i la regulació. El març de 2022, l’agència pública una llarga proposta sobre com formalitzar i estandarditzar les informacions sobre riscos climàtics així com donar pautes a les empreses sobre com planegen mitigar i solucionar aquests riscos. Analitzant els últims documents dels passats deu anys es troba que els termes generals relacionats amb el canvi climàtic entren a l’agenda de les empreses l’any 2012, demostrant que algunes companyies des de fa temps entenen el canvi climàtic com una amenaça a les seves operacions. Solament recentment termes generals relacionats amb els objectius i iniciatives en canvi climàtic s’han convertit en una part del pensament empresarial.
Innovación, ciencia y tecnología
AI threatens to increase inequality
Per a la UE, la Intel·ligència Artificial podria fer d’Europa un líder mundial, però el públic es mostra insegur pel que fa a aquest tema. Quant a les regulacions legals de la IA, la que va proposar la comissió l’abril passat no protegeix ni a ciutadans ni a treballadors, no redueix la incertesa que produeix la IA i no aprofita el potencial de la GDPR (General Data Protection Regulation). Si la UE desitja convertir-se en líder global de la IA i mantenir els seus valors socials i democràtics, entre els quals es troba la protecció dels drets dels treballadors, ha de parar atenció a set aspectes: implementar del GDPR en el context laboral; desenvolupar el “dret a donar explicacions” per part de treballadors quan les decisions de la IA els afectin; els treballadors han de comprendre el propòsit del sistema de IA o de l’algorisme de l’aplicació; avaluació de risc de la tecnologia abans de l’ús per part dels representants dels treballadors; prohibir pràctiques de vigilància intrusiva; augmentar l’autonomia dels treballadors en les interaccions humà-màquina; alfabetitzar els treballadors en relació amb la IA per a comprendre de manera crítica el seu paper. En les negociacions sobre regulació de la IA s’han donat dos possibles suposats. En primer lloc, fer arranjaments al text, afegint-li esmenes “protectores” i, en segon lloc, adoptar normes complementàries sobre IA en el lloc de treball. Els algorismes, com demostra un recent cas als Països Baixos, poden tenir conseqüències negatives en les vides de famílies i treballadors i perquè hi hagi confiança es deu reorientar la llei de IA amb prioritat cap a ciutadans i treballadors i no amb l’únic objectiu de promoure la UE com a líder mundial en IA.
The Chinese Way of Innovation
Molts nord-americans van pensar que l’autoritarisme i planificació central xinesa impediria la innovació i la producció de noves idees. Els últims anys, la confiança i superioritat tecnològica dels EUA s’ha evaporat. L’explicació del plagi i de violar els drets de propietat intel·lectual és simplista, i cal entendre com l’ambiciosa burocràcia xinesa ha incentivat la innovació. Des de la perspectiva xinesa, la innovació és vista com a progrés socioeconòmic que pot ser guiat i accelerat amb recursos físics i voluntat burocràtica. El primer pas per assegurar la innovació a gran escala va ser la creació d’un gran mercat semi protegit entre els anys 2000-2010. El segon pas té a veure amb els llaços científics i comercials amb empreses i institucions occidentals, permetent importat coneixement i treballadors altament formats. El tercer pas va consistir en obrir la porta a una gran varietat de recursos dels que disposaven, com inversió, infraestructures o enginyers ben formats. Així es van iniciar molts projectes, que individualment semblaven no tenir sentit i ser un desaprofitament, però que en conjunt van servir per crear un sector intern molt fort i desenvolupat. La reacció nord-americana ha consistit en tallar tots els llaços xinesos amb l’ecosistema tecnològic dels EUA. Encara que algunes d’aquestes iniciatives han estat efectives, moltes només han servit per llastrar el propi ecosistema nord-americà. En comptes de voler aïllar el sector tecnològic xinès, els EUA haurien de fomentar la dependència xinesa respecte a l’exterior, especialment en el camp dels semiconductors. La lliçó que haurien d’aprendre els nord americans seria trobar noves formes d’incentivar el desenvolupament tecnològic.
Can China’s AI industry live up to the hype?
L’any 2015, 200 milions d’espectadors xinesos van poder veure com un programa d’intel·ligència artificial (AlphaGo) fàcilment derrotava a un popular joc tradicional xinès (Go) al guanyador de 18 títols mundials, Lee Sedol. Des d’aquest moment una onada d’expansió de les IA va sobrepassar la Xina, on quatre grans empreses digitals d’IA, titulades “els quatre dracs”, es van convertir en el centre d’atenció de la indústria xinesa. Però existeixen alguns punts dèbils que poden enfonsar aquestes empreses de gran projecció digital. En primer lloc, el desenvolupament d’intel·ligència artificial té uns costos desmesurats i l’I+D necessari per construir projectes pot devastar les finances de les empreses. Del 2019 al 2021, la companyia CloudWalk va perdre 2.32 milers de milions de iuans. La companyia Megvii, dissenyadora de programari de reconeixement per imatges, es troba en greu pressió per part de la Comissió de Seguretat Reguladora xinesa pel seu estat de comptes i la seva rendibilitat financera. L’empresa Yitu, que treballa per integrar tecnologia IA a mecanismes industrials, va aplicar per unir-se al mercat de borsa de Xangai, però poc després va retirar la seva demanda observant els resultats financers del seu cicle comptable. SenseTime, l’empresa més gran de les esmentades, encara ha de presentar algun tipus de benefici, el que sí que s’ha enregistrat són unes pèrdues de més de 24 milers de milions de iuans en tres anys i mig. Amb una gran necessitat de costos en I+D i una alta competència dintre del mercat xinès, pot ser que els quatre dragons no acabin volant tan alt com es projectava fa uns anys. Acabin o no jugant un paper clau dintre del teixit empresarial xinès, està clar que les indústries digitals xineses tindran un paper clau en les implicacions per la geopolítica de la Xina i la seva rivalitat amb els Estats Units.
Régulation du Web: l’Europe en pointe
Amb la Llei de serveis digitals aprovada el 23 d’abril, la Unió Europea podrà exigir que les principals plataformes digitals (Facebook, Amazon) eliminin millor els continguts il·legals en línia. L’objectiu és crear una Internet més segura obligant els serveis en línia, com les xarxes socials i els llocs de comerç electrònic, a ser més transparents i responsables sobre el contingut i els productes que distribueixen. La premissa és que tot allò que estigui prohibit a la vida real també s’ha de prohibir a Internet, ja sigui la incitació a l’odi, l’assetjament, l’enaltiment del terrorisme, la pornografia infantil, els atacs a menors, la difusió de notícies falses o la venda de productes falsificats, defectuosos o perillosos. L’interès d’aquesta legislació rau en la seva dimensió europea. Cap estat de manera aïllada avui no té el poder dels Vint-i-Set per canviar el comportament de les plataformes. Mitjançant aquest acord, la UE demostra la seva utilitat per defensar els interessos dels seus ciutadans davant els grans reptes del segle XXI. Perquè, darrere dels reptes econòmics, també és a nivell social el poder dels gegants digitals és amenaçador. En afavorir els continguts que divideixen per provocar tantes reaccions com sigui possible, els seus algorismes acaben alimentant el ressentiment i la desconfiança, pertorbant el joc democràtic i accentuant la polarització de la societat. A la vegada, la compra de Twitter per part d’Elon Musk, que defensa una concepció radical de la llibertat d’expressió, ens recorda com és d’urgent acotar el funcionament de les xarxes socials. El patró de Tesla creu que no hi ha límits legals al que es pot dir a l’espai públic. Però l’amplitud algorítmica que les xarxes socials donen a les notícies falses i a l’odi fa d’aquest enfocament llibertari un poderós ferment de caos.
Artificial intelligence: filling the gaps
Encara que el debat sobre IA s’ha centrat principalment en el seu efecte potencial sobre l’ocupació, no podem oblidar l’impacte que té sobre la igualtat. El capital humà entès com el valor econòmic de les nostres capacitats cognitives i no cognitives és decisiu per al benestar, el creixement, la mobilitat social i la distribució de la renda. L’estudi, a través del coeficient de Gini, del vincle entre creixement i desigualtat és rellevant perquè mostra que aquest vincle és evident. Fa diverses dècades s’afirmava que la desigualtat beneficiava al creixement, però amb grups d’estudi més reduïts es va concloure que com majors són les quotes d’ingressos d’estrats inferiors, major és la taxa de creixement. No obstant això, es continua promovent públicament que la igualtat té un cost en termes de creixement. S’ha demostrat que l’alta desigualtat està relacionada amb una mobilitat ascendent baixa. L’afirmació tradicional és que les persones amb alts ingressos tenien una major taxa d’estalvi, i que aquest elevat estalvi es traduïa en inversió de capital invertit en empreses i, per tant, en acumulació. Aquest argument està obsolet per dues raons: l’augment de la importància del capital humà sobre el capital físic i la falta de garantia que el capital estalviat es quedi en un país i contribueixi al creixement nacional. La igualtat tendeix a promoure major inversió en el capital humà, que, a més és menys invasiu per a l’entorn físic. En aquest context, el desenvolupament de la intel·ligència artificial representa una amenaça per a la igualtat, perquè transforma el capital humà en capital màquina, afeblint la relació potencialment benigna entre el predomini del capital humà i la igualtat social. Això sí, depèn de com s’usi la IA, ja que el sector públic té molt a dir sobre aquest tema. L’elecció és senzilla: d’una banda, hi ha un camí cap a major desigualtat d’ingressos, acumulació de capital físic predominant i probablement una taxa baixa d’ocupació; per l’altre, una senda centrada en un capital humà millor repartit, un major creixement, més ocupació i una menor alteració del medi ambient.