Diari de les idees 64
30 junio 2022

Ideas de actualidad

Nos acercamos a las vacaciones de verano y la guerra en Ucrania y sus correlatos siguen centrando la atención. Después de largas semanas de estancamiento, parece que – con lentitud y un coste altísimo – las tropas rusas estén consiguiendo cambiar el momentum del conflicto. Paralelamente, el presidente Zelenski se ha apuntado una victoria moral y diplomática obteniendo el aval de la Comisión Europea y del Consejo de Europa para la candidatura de adhesión a la UE, lo que se ha interpretado negativamente por parte de los países de los Balcanes occidentales que hace años que están en la lista de espera. Estos hechos coinciden prácticamente en el tiempo con la cimera de la OTAN que se celebra en Madrid con la formulación de un nuevo concepto estratégico como uno de los puntos centrales de la agenda. Otros temas que queremos destacar son el resurgimiento y la intensificación de las tensiones y violencias interreligiosas en África, la extensión del poder chino en el continente africano y en el Mar de la China Meridional, las amenazas del gobierno británico con romper el Protocolo Norirlandés del Brexit, la reestructuración de las cadenas de suministros y los peligros medioambientales que comporta reducir la tecnología de emisiones de CO2 por una de ecológica con emisiones de carbono cero.

Cuatro meses después de la invasión de Ucrania por parte de las tropas rusas y cuando parece que el alargamiento del conflicto puede estar favoreciendo a Vladimir Putin, Neil Hauer afirma en The Atlantic que el presidente de la Federación Rusa está aplicando en las regiones orientales de Ucrania un plan muy parecido al que impuso al inicio de su mandato en otro territorio indisciplinado: Chechenia, donde a lo largo de un conflicto que duró años, Putin destrozó un estado soberano y sometió a su pueblo. Este plan consta de unas fases bien establecidas. La primera es la llamada “pacificación”, de forma rápida ahí donde se puede, y lentamente, por aniquilamiento, donde no se puede. En Chechenia, la pacificación rápida tuvo lugar principalmente en zonas periféricas. En el caso de Ucrania, el sudeste ha estado invadido con relativa facilidad; el terreno abierto y las defensas insuficientes ofrecieron poca resistencia al avance ruso que barrió ciudades como Melitopol y Jerson durante la primera fase de la ofensiva. En otras zonas, los defensores resisten en masa, principalmente cuando son capaces de utilizar la cobertura de las grandes áreas urbanas. Esto requiere la aplicación de otra táctica rusa: la destrucción sistemática. En la capital chechena, Grozni, el bombardeo al que fueron sometidos los defensores desde finales de 1999 hasta principios del 2000 fue tan intenso que destrozó casi todos los edificios de la ciudad, hasta el punto que las Naciones Unidas consideraron Grozni como la ciudad más destrozada del planeta. Esto es lo que está pasando ahora en Severodonetsk y antes en Mariupol. Una vez completada la conquista, el siguiente paso es encontrar un sátrapa que gobierne las poblaciones locales. En Chechenia, este rol ya hace años que lo ejerce Ramzan Kadyrov. En Ucrania, ya se han encontrado suficientes candidatos en las partes ocupadas de Donetsk y Lugansk, y en otras regiones recientemente conquistadas. Finalmente, la última fase del plan consiste en la consolidación del nuevo orden. Durante un período de transición las poblaciones locales aún son reprimidas por las fuerzas de ocupación, pero gradualmente se va construyendo un nuevo aparato autóctono de dominación que asume la responsabilidad de acabar con la resistencia de sus compatriotas. A los ciudadanos traumatizados por años de violencia se les pasa a enseñar una nueva versión de su propia historia, en que se explica que el vasallaje hacia Rusia es totalmente voluntario y les ha salvado de caer en manos de “radicales” y “terroristas”.

En este contexto, Ivan Krastev argumenta en el Financial Timesque lo que está pasando en Ucrania no es más que la certificación del final del último imperio europeo. El llamado russky mir, o “mundo ruso”, entendido como un elemento culturalmente mayor que la Federación Rusa, está siendo sacrificado por Putin en el altar de la autocracia y de la etnia rusa. Por otro lado, esta visión no apela para nada a los valores universales y carece de cualquier atractivo para los vecinos de Rusia. El intento desesperado de Putin de apoderarse de Ucrania es una demostración de fuerza que se hace a costa de la destrucción del soft power de Moscú en tanto que se han cortado los lazos de Rusia con Europa. Un reciente informe del European Council on Foreign Relations sugiere que la ruptura con Rusia es irreversible, al menos a corto y medio plazo. La mayoría de los europeos han perdido cualquier tipo de ilusión sobre la integración de Rusia al mundo occidental. Al mismo tiempo, si hoy por hoy las sanciones occidentales no han conseguido cambiar la política exterior rusa, sí que han obligado a los gobiernos europeos a abandonar la idea que Moscú pueda ser un socio fiable. Así pues, en materia de soft power la invasión de Ucrania ha provocado, por una parte, el fin de cualquier posibilidad de supervivencia de una identidad postsoviética en la región y, por otra, la perversión por parte de Moscú de la victoria soviética sobre Hitler como parte de su mitología nacional y de reputación internacional.

Desde las páginas de El Nacional, Manuel Manonelles argumenta que una vez aceptada la candidatura de adhesión de Ucrania a la UE ha llegado la hora de la gestión de la realidad y en especial de un futuro poco prometedor a corto y medio plazo para Ucrania. Y es que, según avanza la guerra, y especialmente sus efectos económicos y alimentarios a escala global, la posición de Ucrania se debilita y la de Rusia se consolida. Esto siempre y cuando Moscú pueda mantener el esfuerzo militar, económico y político que paga por la invasión, cosa que de momento – con el apoyo indirecto de China y otras potencias no occidentales – parece que es el caso. Por lo tanto, la presión progresivamente recaerá principalmente en Ucrania, y crecerá según pasen las semanas y meses. Esto no solo porque nos encontremos con una “tormenta perfecta” que suma distintas crisis simultáneas (reorganización del mercado mundial de hidrocarburos, efectos inflacionistas por todo el mundo, amenaza a la seguridad alimentaria global, aumento generalizado de los tipos de interés en el mundo y consecuentemente el encarecimiento de la deuda pública) sino también por los efectos del calendario, ya que pasado el verano vendrá el otoño, y con este, el incremento de la demanda de gas y electricidad que serán difíciles de cubrir por mucho que se aumente la importación de gas licuado proveniente de los Estados Unidos. Es aquí donde se planteará la gran duda, es decir, ¿qué precio se estará dispuesto a pagar, y quién, para la paz? Porque seguramente las perspectivas que se tendrán sobre esta cuestión serán muy diferentes dependiendo de si se miran con los prismas de Kiev, París, Roma, Varsovia, Helsinki, Washington, el BCE, o el FMI. Y, es más, ¿una paz en base a qué fronteras y condiciones? Todos sabemos que no serán las fronteras del 23 de febrero de 2022, el día antes de la invasión. Pero ¿serán las impuestas por la tormenta de furia y fuego desatada por la invasión del día después? Es decir, ¿Ucrania, o la comunidad internacional occidental, estará dispuesta a aceptar que Putin se anexione una parte substancial del territorio ucraniano? Porque lo que sí que sabemos es que la paz, aunque aún tarde en llegar, en ningún caso supondrá la derrota total de uno de los dos contenientes y, por definición, será injusta para una de las dos partes.

Paralelamente, Fareed Zakaria aporta un punto de vista complementario y argumenta en el Washington Post que la situación actual de alargamiento de la guerra con lentos pero constantes avances rusos obligan a Ucrania – y a sus aliados – a tratar de encontrar un desenlace coherente y consensuado para poder negociar y así ganar un máximo consenso frente a la comunidad internacional. Ucrania debe centrar sus esfuerzos en romper el bloqueo ruso de Odesa para poder salvar al máximo su economía, que se calcula que puede caer un 45% y asegurarse el control sobre un máximo de territorios. A corto plazo, Rusia ha conseguido superar – parcialmente – las sanciones y se calcula que su economía caerá (solo) un 11%. Debido a la falta de sanciones fuertes al sector energético, su economía aún registrará ganancias respecto al año pasado por lo que refiere a petróleo y gas. Es a largo plazo donde Occidente puede condicionar más la posición rusa en las negociaciones, de aquí la insistencia en que Ucrania defina una postura consensuada y fuerte con sus aliados para poder establecer unos objetivos claros en las futuras negociaciones de paz. Zakaria argumenta que las reclamaciones ucranianas deben ser realistas y centrarse en asegurar la existencia de un estado independiente y soberano, con el control de la mayoría de territorios previos a la invasión y con compromisos de seguridad por parte de Occidente. De no ser así, se irá alargando una guerra que no beneficia a nadie y que puede tener un impacto cada vez más negativo, no solo para ucranianos y rusos, sino para el mundo entero.

En materia de asuntos globales, destaca la victoria de Gustavo Petro en las elecciones presidenciales de Colombia, donde por primera vez ha ganado un candidato de izquierdas. Santiago Castro-Gómez argumenta en la revista Contexto que los cambios que se están produciendo en Chile y Colombia no significan el renacimiento de la izquierda revolucionaria del siglo XX, sino la emergencia de una izquierda que quiere armonizar la sociedad y la economía con el estado de derecho. En este sentido la victoria de Gustavo Petro es inédita porque representa voces de sectores que han sido tradicionalmente excluidos de las instancias de decisión, aunque en el pasado había habido mandatarios con una inclinación ideológica de izquierda, como Alfonso López Pumarejo. Pero el nuevo presidente es el primero que representa los sectores que tradicionalmente han mostrado oposición al establishment político y económico colombiano. También destaca que el candidato perdedor Rodolfo Hernández reconoció enseguida los resultados y ofreció su colaboración a Petro. Con estos gestos de madurez democrática, el país se ahorra la pesadilla de los escrutinios inacabables, las sospechas de fraude y el riesgo de protestas masivas en las calles. El triunfo indiscutible e indiscutido de Petro fortalece la democracia, porque deja sin recorrido la idea de sectores más radicales de que sigue la exclusión política que justificó durante años la violencia política y alimentó el imaginario de los colombianos que entraron a militar en la guerrilla (incluyendo al mismo Petro). En su discurso de la victoria, Petro definió las tres líneas principales de su gobierno: la paz, la justicia social y la justicia ambiental, con un gran énfasis en el tema del cambio climático, el paraguas bajo el cual quiere impulsar las transformaciones del modelo económico que prometió. También dejó claro que su ambición no se limitará a Colombia, sino que bajo el paraguas ambiental intentará proyectarse como un líder latinoamericano.

En el continente africano, preocupa el aumento de las tensiones religiosas que amenazan con desestabilizar dos países claves como Nigeria y Etiopía y abocarlos a catástrofes humanitarias como apuntan sendos artículos de Louis-Marie Bonneau en la revista Conflits y de Andrew DeCort en Foreign Policy. Nigeria está experimentando un repunte de los ataques étnicos y religiosos, especialmente en el norte del país. A lo largo de 2021 la ONG Open Doors contabilizó 4650 asesinatos de cristianos, mientras que la Sociedad Internacional para las Libertades Civiles y el Estado de Derecho (Intersociety) denunció 3000 ataques contra escuelas cristianas. Parece pues que la situación de los cristianos en Nigeria se ha deteriorado en los últimos años y que la violencia localizada inicialmente en el norte tiende a extenderse también hacia el sur. Nigeria cuenta con 212 millones de habitantes de los cuales un 49,3% son cristianos y un 48,8% musulmanes, y es un país marcado por conflictos violentos que, según la ONU, ya han causado la muerte de 27.000 civiles durante los últimos diez años. La explosión del crecimiento demográfico, que según las Naciones Unidas debería llegar a los 400 millones de habitantes en 2050, está rompiendo los antiguos equilibrios entre comunidades de agricultores y de pastores, agravando las tensiones existentes en un país marcado por una gran pobreza donde la mayoría vive con unos dos dólares al día. De hecho, el mapa étnico se solapa con el mapa religioso con un norte predominantemente musulmán y un sur cristiano. Así, se puede pensar que los nigerianos del norte ven en los cristianos una amenaza demográfica y económica. Al sur, los cristianos gozan de libertad de culto, mientras que, en el norte, donde se aplica la Sharia, sufren persecución y son considerados ciudadanos de segunda. La islamización del territorio nigeriano mediante la adopción de la Sharia en 12 estados del norte no ayuda a la situación y favorece este aumento de la violencia.

En el caso de Etiopía, un antiguo imperialismo cristiano está resurgiendo bajo el mandato del primer ministro Abiy Ahmed que tiene la visión de unificar Etiopía y restablecer su gloria divina. Su creencia principal es que Etiopía es una nación cristiana creada y destinada por Dios a la grandeza bajo el liderazgo cristiano. Hoy en día, esta concepción de la historia está alimentando los conflictos y silenciando las voces críticas que piden el fin de la guerra, un diálogo auténtico y una Etiopía inclusiva donde puedan convivir los ciudadanos de diferentes credos. En este sentido, entender la historia religiosa de Etiopía es crucial para comprender la complejidad de los conflictos y las perspectivas de paz actuales. Los análisis sobre Etiopía frecuentemente marginan o ignoran la religión, cuando de hecho el 98% de los etíopes afirman que la religión es “muy importante” en su vida. El último censo indica que el 43,5% de los etíopes se identifican como cristianos ortodoxos, el 33,9% como musulmanes y el 18,6% como protestantes. Así las cosas, ignorar el hecho religioso en Etiopía, impide entender una de las fuentes de motivación y manipulación más poderosas de la sociedad etíope. Conseguir la paz requerirá, por tanto, una gran valentía moral y exige la denuncia de todas las formas de dominación religiosa, la desvinculación de los privilegios y el poder de los gobernantes, y el rechazo a la lealtad hacia Abiy y otros gobernantes que construyen su poder sobre la arrogancia religiosa, los conflictos y la violencia.

Continuando con África, Selma Mihoubi advierte en la revista Conflits que la retirada gradual de las fuerzas francesas de Mali tiene como consecuencia una gran disminución de la influencia occidental en África. Este declive deja más espacio a rusos y chinos que llevan una década intentando establecerse en el continente. Esta influencia, al menos en el caso chino, no solo es económica y militar, sino también mediática. Se trata de un fenómeno no demasiado aparente, pero que explica, sin embargo, el crecimiento del sentimiento anti-francés en toda la región. Así, desde hace unos diez años, China ha incrementado la presencia de medios en África occidental mediante China Radio International, China Global Television Network y Xinhua, la agencia de noticias oficial, que emiten en francés. Desde el principio, China ha procurado institucionalizar su presencia mediática mediante la firma de acuerdos con distintos estados de la región, como Senegal y Níger. Estos pactos implican la organización de foros sobre medios de comunicación sinoafricanos para promover la visión china del periodismo en África occidental. Beijing también organiza jornadas de formación para periodistas de la región, con el objetivo de dar a conocer China y los medios chinos. Aparte el aspecto institucional, China también ha construido infraestructuras para sus medios, como por ejemplo repetidores FM en diversas ciudades de la región que permiten la emisión de señal de China Radio International. En 2015 se inauguró un edificio en Dakar para alojar la sede de los medios chinos en África occidental, mostrando así el interés de Beijing por esta región. Estos medios permiten a China comunicarse con las poblaciones de África occidental, transmitir su visión de las noticias internacionales e intentar competir con otros medios internacionales. Sin embargo, los medios de comunicación no son el único medio de esta estrategia: China tiene una concepción del soft power diferente de la europea, ya que incluye el poder económico. Así pues, para Pequín, la construcción de infraestructuras para ayudar al desarrollo de sus socios de África occidental también se entiende como soft power.

Una expansión china que también se extiende al Mar de China Meridional como señala Katie Stallard en The New Statesman. Las misiones militares de vigilancia navales y aéreas son un constante y los choques entre misiones de control de otros países – generalmente aliados de Estados Unidos – empiezan a ser recurrentes. El pasado 26 de mayo, una aeronave australiana en un vuelo de vigilancia rutinario sobre la zona fue interceptada por un caza chino. La disputa llegó cuando el jet chino se aproximó y antes de abandonar el espacio aéreo lanzó una ráfaga de humo especial frente el avión australiano. Los materiales que lanzó el caza chino contienen metales y aluminios que usan estas aeronaves como medidas defensivas para evitar radares y poder huir. Según el gobierno australiano, esto se consideró un acto de agresión, que puso en peligro la tripulación australiana, que tuvo que regresar a la base debido a que estos materiales penetran dentro los motores y pueden dañarlos. Por su lado, las autoridades chinas acusan Australia de violar la soberanía china al volar sobre las islas Paracel, cuya soberanía Beijing se disputa con Vietnam. El Mar de China Meridional tiene una gran importancia a nivel comercial y de reservas energéticas. El conflicto surge debido a las múltiples reivindicaciones y en especial, la de la China, que reclama la soberanía sobre un 90% de la zona. Durante estos últimos años, Beijing ha ido militarizando la región, ya sea en islas naturales como artificiales de nueva creación. Mientras tanto, los países aliados de los Estados Unidos apelan a la libertad de navegación tanto naval como aérea para llevar a cabo misiones de control para asegurar los derechos internacionales de paso en la región y dar una respuesta a las reivindicaciones de Beijing. En los últimos años, el ejército chino ha estado apostando por una modernización tecnológica y el tono que está adoptando en estos enfrentamientos dista de ser conciliador, lo que está empeorando la relación con los Estados Unidos y sus aliados. Los antecedentes advierten que, si se produjera un accidente de mayor magnitud, el conflicto podría conocer una escalada muy rápida. Especialmente, en un contexto donde el control de Taiwán por parte de China o de los Estados Unidos tendría un papel geopolítico fundamental en una hipotética guerra entre las dos potencias. En efecto, más allá de las reivindicaciones de unificación chinas, Taiwán tiene un valor militar importantísimo, ya que es la puerta de acceso al Indo-Pacífico, donde Japón, Filipinas y Corea del Sur son los principales aliados norteamericanos. El control de la isla por parte de China le permitiría controlar las operaciones militares de los Estados Unidos en el mar de las Filipinas y podría llegar a bloquear una vía de suministros vital entre Washington y sus aliados del este del Pacífico.

No podemos concluir este apartado de asuntos globales sin hacer referencia a la decisión del Tribunal Supremo de Estados Unidos de anular la histórica sentencia Roe vs Wade de 1973 que reconocía el derecho constitucional al abortar y lo legalizaba en todo el país. Con esta decisión, los jueces del Supremo abren la puerta a que cada estado decida si permite o prohíbe a las mujeres abortar, obviando el hecho de que los derechos constitucionales – inherentes a la Constitución, aunque no estén explícitos – no tienen sentido si no se aplican en todo el país. Ahora se espera que la mitad de los cincuenta estados que forman los Estados Unidos se planteen tomar algún tipo de restricción de forma inmediata. Así, Misuri, Kentucky, Luisiana y Dakota del Sur ya han prohibido de manera inmediata la interrupción voluntaria del embarazo mientras Idaho, Tennessee y Tejas también han aprobado la prohibición del aborto, aunque, en este caso, la prohibición no entrará en vigor hasta de aquí a treinta días. Pero tal y como advierte Nina Brooks en Foreign Affairs, el efecto de esta decisión no se notará solo en los Estados Unidos, sino que también tendrá un fuerte impacto en países terceros, especialmente ahí donde el financiamiento de la interrupción del embarazo se hace mediante ayuda americana. O como señala Diana Cariboni en Open Democracy, la asociación norteamericana contra el aborto Heartbeat International está aprovechando la guerra en Ucrania para recaudar fondos para centros de crisis de embarazo dirigidos a las refugiadas ucranianas utilizando sus centros en Ucrania, Polonia, Hungría y Rumanía para acceder a personas vulnerables y persuadirlas de continuar con embarazos no deseados.

Ya en clave europea, pero aún en relación con la guerra en sus fronteras orientales, el Consejo Europeo ha concedido el estatuto de países candidatos a Ucrania y a Moldavia. Ruth Ferrero destaca en El Periódico la celeridad con la cual se han otorgado estos estatus en contraposición al largo tiempo que llevan esperando los países de los Balcanes occidentales, todos ellos parte intrínseca de la política de ampliación de la Cumbre de Salónica de 1999. Parece evidente la distinta vara de medir con que se han adoptado las decisiones en el ámbito de la política de ampliación, y, especialmente, cuales son los objetivos reales de esta política, que ya hace demasiado tiempo que está estancada. La idea original de esta pata de la política exterior europea se sostenía sobre la base de que la creación de expectativas de adhesión de los países que formaran parte de este marco, acelerarían los procesos de europeización y, por lo tanto, de democratización. Los criterios de Copenhague de 1993 marcaron cuales serían las condiciones previas que debían cumplir los estados que quisieran formar parte de la UE. Éstas eran esencialmente tres: ser una democracia y respetar el Estado de derecho, ser una economía de mercado e incorporar el acervo comunitario en las legislaciones respectivas para converger con los demás socios. Aun así, si alguna cosa ha quedado demostrada tras estos años transcurridos desde las ampliaciones de 2004 y 2007 es que esta política no ha conseguido los objetivos que se proponía. Basta mirar la situación del Estado de derecho en Polonia y en Hungría, o el caos de corrupción en que está sumida Bulgaria. En el caso de los candidatos actuales, tampoco se ha viso un gran avance en el ámbito democratizador de estos países donde se han instalado, consentido por Bruselas, lo que se conoce como “estabilocracias”, regímenes políticos con sesgos autocráticos que dan estabilidad a la región. La aceptación por la vía de urgencia de la candidatura de Ucrania es un gesto político importante en que Kíev podría tener mucho a ganar en forma de impulso, moral y dinero, y la UE tiene mucho a perder si las expectativas ucranianas no coinciden con avances concretos. Esta credibilidad ya está muy tocada en los Balcanes occidentales, que ven en este gesto un agravante comparativo manifiesto. De esta derivada procede el segundo riesgo al que se enfrenta la UE, ya que debe encontrar una salida para estos países, que hace décadas que esperan una señal realmente creíble por parte de Bruselas, ya que en caso contrario podríamos estar frente a turbulencias también en la región. En última instancia, sin un estatus de candidato para Bosnia, sin la liberalización de visados a Kosovo, y sin la apertura de negociaciones de adhesión para Albania y Macedonia del Norte, la UE no tendrá suficiente legitimidad para ofrecer credibilidad en su gesto hacia Ucrania y Moldavia.

Por su lado, Luuk van Middelaar y Hans Kribbe cuestionan en The Economist que se pertinente incorporar Ucrania en la UE y argumentan que, en cambio, una nueva alianza de seguridad permitiría forjar vínculos más estrechos entre los países de Europa. Consideran que la adhesión a la UE no tiene sentido si antes no se consigue la incorporación en la OTAN, cosa que hasta el presidente Zelensky acepta que hoy en día es inasumible. La seguridad es lo más importante, y la UE no puede ofrecerla frente a Rusia. Los estados miembros de la UE tienen la obligación de ayudarse mutuamente en caso de agresión armada “con todos los medios a su alcance”, pero esta forma de solidaridad, diseñada teniendo en cuenta el terrorismo o la guerra cibernética, no está capacitada para disuadir una potencia nuclear. Es por eso que Polonia y otros antiguos miembros del Pacto de Varsovia entraron en la OTAN antes de unirse a la UE. Por la misma razón Finlandia y Suecia buscan ahora la protección del artículo 5 de la OTAN. Si Ucrania se uniera a la UE sin este elemento disuasivo de la OTAN, el riesgo de una futura guerra entre Rusia y la UE aumentaría de manera significativa. También hay otros elementos a tener en cuenta, como el hecho que la UE primero debería convertirse en una fuerza geopolítica, capaz de trabajar con los EE. UU para estabilizar la región. Pero la adhesión de Ucrania, así como de estados como Serbia, aliada de Rusia, conllevaría el riesgo de dividir aún más la UE. En este sentido, la propuesta de Macron de crear una comunidad política paneuropea es más realista de lo que sugieren algunos de sus críticos, siempre y cuando se conciba de la forma correcta. Especialmente, esta liga de estados europeos – llamada E40, en referencia a la autopista que une Calais con Ucrania – debería de existir fuera de las estructuras de la UE y ser realmente intergubernamental, un poco como el G20. Lo que Europa no necesita es otra sala de espera para los aspirantes a miembros de la UE, o una versión revisitada de la antigua Europa de dos velocidades. En cambio, la E40 debería ofrecer una garantía de seguridad a sus miembros; no con toda la fuerza de la membresía en la OTAN, sino con otra cosa que fuera más allá que las simples declaraciones. Podría identificar amenazas a los intereses y valores comunes y formular estrategias conjuntas como respuesta, por ejemplo, en el ámbito de la seguridad energética (interconexión de redes eléctricas), disputas fronterizas y ciberataques. Recogiendo una idea en boga en los círculos europeos desde 2018, la E40 podría crear un tipo de Consejo de Seguridad Europeo con miembros rotativos y permanentes (Francia, Alemania, Gran Bretaña, así como posiblemente Polonia, Italia o España).

La consejera de Acció Exterior i Govern Obert, Victòria Alsina señala en una tribuna publicada en La Vanguardia que la cumbre de la OTAN no será una cumbre convencional, ya que la locura y los delirios imperialistas de un autócrata han propiciado un conflicto bélico en territorio europeo que ya hace demasiado que dura. Afirma que la invasión ilegal que sufre Ucrania demuestra que la Alianza Atlántica es un actor insubstituible dentro del panorama de seguridad continental, especialmente vistas las limitaciones prácticas de la llamada autonomía estratégica europea. Los europeos que quieren la paz deben tener claro que, si Rusia no ha tenido la tentación de atacar Estonia o Letonia, con las que comparte frontera, es en gran medida porque estos países se encuentran bajo el paraguas de seguridad de la OTAN. Nos encontramos de lleno en lo que en políticas públicas se llama critical juncture. El paso que han dado Suecia y Finlandia puede tener un gran impacto en la fijación de posiciones, el diseño de políticas o el rumbo institucional de otros actores u organizaciones. Como consejera de Acció Exterior del Govern, Alsina está convencida que esta ventana de oportunidad que se abre se debe aprovechar, también, desde Catalunya. En nuestro país, por historia y por convencimiento, somos antimilitaristas. Catalunya es un referente en cultura de la paz, y contamos con una amplia constelación de organizaciones que hacen un trabajo ingente de sensibilización, defensa y promoción de los derechos humanos. Estamos orgullosos de esta tradición y trabajamos, desde las políticas de cooperación al desarrollo del Govern, para reforzarla. Pero no debe confundirse antimilitarismo con una concepción ingenua de las relaciones internacionales y de los equilibrios de poder que determina la geopolítica. Si los suecos y los finlandeses apuestan de manera abrumadora por incorporarse a la OTAN en pleno 2022; si la primera ministra de Escocia, Nicola Sturgeon, que gobierna con los Verdes, defiende que formar parte de la OTAN sería un pilar fundamental de las políticas de seguridad de una Escocia independiente, ¿por qué incomoda tanto a los catalanes, hablar de la Alianza Atlántica y de su papel primordial en el mantenimiento de la paz en Europa? Defender el derecho de Catalunya a constituirse como un Estado si así lo quieren los catalanes – y han dado bastantes muestras de ello en los últimos años – es un acto de realismo. Defender que la Alianza Atlántica es una organización útil también lo es. Y no solo esto, hacerlo proyecta Catalunya como un socio fiable y responsable, comprometido con la seguridad común de sus aliados. No hace falta ser un Estado para actuar con mentalidad de Estado.

Otro tema sensible en Europa es el de Irlanda del Norte después de la decisión del gobierno británico de presentar un proyecto de ley rompiendo con el Protocolo del Brexit. Desde las páginas de The Economist se considera una idea muy negativa porque los cambios que se necesitan requieren pragmatismo y no intransigencia. Que el Protocolo se debe adaptar es indiscutible ya que impone un exceso de burocracia a las importaciones del continente hacia Irlanda del Norte y eso no solo incrementa los costes para las empresas y los consumidores, sino que también ha avivado la oposición del principal partido unionista, el Partido Unionista Democrático (DUP), que se niega a incorporarse al executivo de la provincia hasta que no se elimine o cambie radicalmente. Aunque la mayoría de miembros de la Asamblea de la provincia quieren mantener el Protocolo, la infraestructura política de Irlanda del Norte requiere que los nacionalistas y unionistas colaboren. La decisión del gobierno británico de legislar para desmantelar partes de un tratado que Boris Johnson declaró como prácticamente perfecto es tóxica para la reputación de su gobierno, autodestructiva y conlleva el riesgo de causar aún más daños. El gobierno británico invoca “la doctrina de la necesidad” para justificar la supresión de varias secciones del Protocolo. Esta doctrina permite a los estados incumplir sus obligaciones internacionales en situaciones de “peligro grave e inminente” para proteger sus intereses fundamentales. Pero este no es el caso: la situación política de Irlanda del Norte es frágil y compleja, pero la provincia ha sobrevivido sin un gobierno descentralizado durante casi tres de los últimos cinco años. El gobierno podría haber invocado el artículo 16 para suspender el funcionamiento del Protocolo. En su lugar, planea una abrogación unilateral de un compromiso del Tratado a partir de bases legales frágiles. Johnson afirma que quiere renegociar el Protocolo, pero las negociaciones necesitan el visto bueno de todas las partes implicadas. En vez de ceder, la UE endurecerá su posición: ya tiene previsto iniciar las acciones legales contra Gran Bretaña por no cumplir partes del Protocolo. El proyecto de ley también chocará ante la oposición nacional de los diputados conservadores moderados y de la Cámara de los Lores, cosa que generará dudas sobre si realmente se puede aprobar. Finalmente, la UE también tiene su parte de culpa. Si ha sabido mostrarse flexible, por ejemplo, liberalizando las normas sobre medicamentos, lo podría volver a hacer relajando las normas aduaneras para las importaciones a Irlanda del Norte que no se destinan a la UE. Pero las posibilidades de una solución pragmática han caído en picado a raíz de la decisión unilateral del gobierno británico, y de esto, el gobierno de Londres tiene toda la responsabilidad.

En el ámbito económico, The Economist destaca que la pandemia de COVID-19 y la guerra en Ucrania han obligado a reformular el concepto de capitalismo global. Este nuevo sistema de cadenas de suministros globales no prioriza la eficiencia, sino la seguridad. Prioriza hacer negocios con países en que se pueda confiar. Todo esto podría conllevar el establecimiento de políticas proteccionistas y el empeoramiento de la inflación, o bien, una mejora de la resiliencia. Tras la caída del Muro de Berlín, la prioridad principal de la globalización fue la eficiencia. Las empresas situaron la producción allí donde los costes eran más bajos y los inversores inyectaron capital donde los rendimientos eran más elevados. Los gobiernos llegaban por igual a acuerdos con empresas que trataban correctamente –o no– a sus trabajadores y con democracias o autocracias. Esta decisión mantuvo los precios bajos y ayudó a sacar de la extrema pobreza a mil millones de personas, a la vez que el mundo emergente, incluido China, se industrializaba. Esta globalización muy eficiente también tuvo problemas, como los flujos de capital volátiles que desestabilizaron los mercados financieros o una extrema dependencia de las autocracias, que abusan de los derechos humanos y usan el comercio como un medio de coacción. Un ejemplo es el gas de Rusia y los esfuerzos de Occidente por acercar posturas con Catar. Mientras tanto, la China de Xi Jinping tiene un impacto comercial siete veces mayor que Rusia y el mundo depende de una gran variedad de sus productos. En el nuevo contexto creado por la crisis de la COVID-19 y la guerra en Ucrania, las empresas están tendiendo ahora a la resiliencia, es decir, a invertir en su propio país. Un ejemplo es que las 3.000 principales empresas del mundo han aumentado su peso en el PIB mundial del 6% al 9%. Además, el patrón de inversiones multinacionales se ha invertido: el 69% proviene de filiales locales que reinvierten localmente en vez de empresas matriz que envían capital al extranjero. No obstante, los gobiernos deben recordar que la resiliencia proviene de la diversificación y no de la concentración. No deben caer en el proteccionismo desenfrenado.

Por su lado, George Parker y Chris Giles señalan en el Financial Times que seis años después del referéndum del Brexit, el Reino Unido no está consiguiendo los resultados que esperaba al dejar la UE. La inestabilidad política y económica no se detiene y justamente hace poco Johnson ha tenido que hacer frente a una moción de confianza que ha superado por poco. Así pues, el principal tema de debate en el Reino Unido son las consecuencias económicas que están teniendo en los primeros años del Brexit, un tema tabú para los antiguos partidarios del Leave. Primero, las exportaciones británicas han caído hasta un tercio y el precio de las importaciones se ha incrementado. Segundo, la inversión empresarial no consigue remontar a los niveles pre-Brexit, mientras que en otros países europeos sí que lo hace. Tercero, la libra ha perdido valor y tampoco ha conseguido volver a su cotización anterior. Y, finalmente, la inflación causada por la subida de precios de las importaciones no se ha visto compensada por un aumento de salarios, lo cual tiene un impacto negativo en el nivel de vida de la población británica. Frente a estos malos resultados económicos, Johnson ha intentado aplicar medidas paliativas, pero no parecen tener el efecto deseado. Muchos expertos y políticos consideran que ha llegado el momento de renegociar los acuerdos con Bruselas, pero la relación no está ni mucho menos en su mejor momento, debido a las tensiones creadas por el propio Johnson con la frontera en Irlanda del Norte.

En materia de cambio climático y sostenibilidad, Jamal Benonar destaca en The New Statesman que a pesar de los esfuerzos para tener en cuenta la amenaza que implica el cambio climático, los países del Consejo Permanente de Seguridad se oponen a considerarla como tema prioritario, teniendo en cuenta que los cinco países miembros son los responsables de casi la mitad de emisiones anuales. Así las cosas, cabe destacar que en África los efectos de la sequía, la escasez de alimentos y la desertificación, sumado a gobierno débiles con poderes limitados, conjuntamente con la proliferación de armas en la región, constituye un escenario muy propenso para la aparición de conflictos, donde grupos extremistas violentos pueden conseguir sus objetivos de desestabilizar los estados de la zona. En este contexto, la ONU debería tomar medidas para encontrar una solución. Benonar considera que la única solución pasa por evitar la desertificación creciente en la región. Proyectos como el Great Green Wall pueden ser una solución, pero a la vez es necesaria una monitorización de la relación entre calentamiento global y las amenazas a la paz, para poder establecer una cierta estabilidad en las regiones más afectadas. Un conjunto de propuestas pues que deberían de estar sobre la mesa en las reuniones de la COP27 que tendrá lugar en Sharm el-Sheikh a finales de año.

Timothy Laing advierte en The Conversation que reducir la tecnología de emisiones de CO2 por una de ecológica con emisiones de carbono cero conlleva también la destrucción del ecosistema medioambiental. Una característica importante de la tecnología ecológica de emisiones cero es que usa materiales mucho más variados que la tecnología que substituye. Los aerogeneradores, por ejemplo, necesitan hierro y zinc para el acero a prueba de corrosión y los motores adecuados. Los vehículos eléctricos requieren litio, cobalto, níquel y manganeso para sus baterías, además de neodimio y otros minerales raros para sus motores. Algunos de estos materiales provienen del reciclaje, pero el litio, por ejemplo, no, ya que no se consume tanto hoy en día como para reciclarlo. La construcción de la tecnología ecológica se traducirá en un aumento de la minería que inevitablemente dañará el ecosistema. La refinación del aluminio, fundamental para fabricar placas solares, provoca actualmente el 2% de todas las emisiones de efecto invernadero. Aun así, se espera que para 2050 estas emisiones sean equivalente al doble de las emisiones anuales de los aviones. Por este motivo, es necesario cambiar la fuente de energía con la que se refina el material, de combustible fósil a hidroelectricidad. Por otro lado, la obtención de litio en Argentina, Bolivia y Chile implica la perforación de grandes agujeros en las salinas para traer agua salada a la superficie. Finalmente, el cobalto, material básico para las baterías de los vehículos eléctricos, se extrae principalmente de las minas del Congo, donde trabajan niños en condiciones laborales inseguras y contratos de trabajo explotadores. Por este motivo, la solución para cuidar el medioambiente no pasa tan solo por descarbonizar la tecnología, sino por reducir nuestra demanda de energía a través del aumento de la eficiencia. Sin esto, será casi imposible hacer una transición ecológica sin dañar el medioambiente.

Finalmente, Oscar Williams analiza en The New Statesman las iniciativas europeas para regular y garantizar el desarrollo de una Inteligencia Artificial (IA) ética. En efecto, desde Europa se ve con preocupación que el mercado de la IA esté tan controlado por los Estados Unidos y es por eso que se está desarrollando una Ley de la IA para proteger los consumidores y a la sociedad de posibles IA malignas, incentivar la innovación y crear unos estándares comunes por la adopción de esta tecnología que cada vez está más presente en nuestro día a día y que se erige como un futuro esperanzador y necesario para múltiples funciones. Sin embargo, la legislación parece excluir a priori las IA con propósitos generales – donde las grandes compañías tecnológicas han invertido mucho dinero – y hay debate sobre si se deben regular. Lo que se quiere evitar con la legislación es que los modelos no estén sesgados en el momento de funcionar y que se pueda hacer responsable al primer proveedor para que pueda haber una rendición de cuentas entre empresas, responsabilidades y un proceso estandarizado que clarifique las funciones de cada contribuidor en el desarrollo de la IA. Finalmente, Francia ha sido quien ha propuesto más regulaciones y que en casos de IA de alto riesgo se tengan que poder reconfigurar o retirar del mercado si se muestran ineficaces. Así pues, la UE se prepara con estas legislaciones para un tema de gran importancia que cada vez gana más terreno y también para una batalla con los lobbies de las grandes corporaciones tecnológicas.

Ya para acabar, desde el diario Público David Bollero reseña que el CyberPeace Institute acaba de hacer públicos los resultados de una nueva investigación sobre la guerra digital que se está produciendo en paralelo a la invasión de Ucrania. Se trata de una combinación de ciberamenazas que convierten los datos en armas, ya sea para destruir, interrumpir actividades o desinformar. Desde el CyberPeace Institute advierten que, si bien es cierto que estos ataques cibernéticos contra objetivos militares y civiles no son nuevos, la cantidad registrada de ataques contra infraestructursd críticas sí que es motivo de alarma. Desde el inicio del conflicto ya se han registrado cerca de 226 ciberataques y operaciones en este ámbito, cosa que da una media de 9,8 ataques por semana. Incluso antes que estallara la guerra el 24 de febrero pasado, ya se registraron ciberataques en Ucrania que podrían tener una estrecha relación con la invasión. Es el caso de ataques de denegación de servicio (DDoS) a dos de los principales bancos los días 15 y 16 de febrero, que fueron seguidos por otros el 23 de febrero contra los ministerios de Asuntos Exteriores, Defensa y del Interior. Según se detalla en el informe, más allá de los ciberataques que consisten en difundir desinformación y propaganda, los ataques dirigidos contra servicios de comunicación y centrales eléctricas violan el Derecho Internacional Humanitario. Además, los sectores energético, minero y financiero también están siendo objetivo de los ataques, tanto en Ucrania como en Rusia, a medida que aumenta el número de sanciones impuestas, como por ejemplo el ataque con el llamado malware wiper (borrado de datos) AcidRain en la red satélite KA de Viasat en Ucrania el mismo día de la invasión rusa, que afectó a una importante compañía de energía alemana y que hizo perder el acceso de monitorización remota a más de 5.800 turbinas eólicas.  

Arnau Inés y Xavier Company, estudiantes en prácticas en el CETC, han participado en este número 64 del Diari de les idees.

more/less text

Política internacional y globalización

Maria Repnikova The Balance of Soft Power

Joseph Nye va definir el soft power a la dècada dels noranta com aquella eina que fa els altres voler allò que tu vols que vulguin. És un recurs intangible, però d’immens valor i contrari a certes opinions, segons Nye, no és complementari al hard power sinó indispensable. El soft power americà ha conduït a una predilecció de molts pels EUA que l’ha ajudat a gaudir d’una hegemonia duradora sustentada en uns ideals de Pax Americana. Tanmateix, en l’última dècada, la Xina ha abraçat la idea del soft power i ha començat a exercir-la a través d’un augment en la despesa diplomàtica centrada en l’expansió internacional dels mitjans audiovisuals públics, l’obertura de centres culturals i lingüístics i el finançament de nombroses beques de reclutament d’estrangers per a les universitats xineses. Així doncs, pot veure’s una clara diferència en com es copsa des de cada superpotència el soft power i també es pot apreciar on ha triomfat més cadascuna. Els EUA el tracten des d’un punt de vista més ideològic i ho postulen com una manera d’exportar el liberalisme i els valors democràtics, mentre que la Xina ho entén de manera més pragmàtica i ho relaciona com un factor més del seu expansionisme econòmic. Els EUA han triomfat sobretot als països Occidentals, mentre que la Xina ha aconseguit entrar en els països del Sud Global sent vista com a finançadora de projectes i creadora d’oportunitats per als ciutadans, gairebé com un inversor estranger. Els dos models tenen les seves contradiccions i limitacions, ja que mentre els EUA projecta una imatge de democràcia plena i respecte de drets, conviu amb contradiccions internes de discriminació vers col·lectius minoritaris i fortes desigualtats, fet que pot causar crítiques d’hipocresia. Per la seva banda, l’aproximament xinès es basa en oferir productes, el que pot reduir-se en un mer joc de transaccions, alhora corre el risc de que si el creixement econòmic segueix atenuant-se, pot no suportar aquesta despesa. No obstant això, malgrat que la Xina i els EUA ho visualitzin com una competició, els estats que noten l’impacte del soft power, reben la influència dels dos països com a positiva i es centren en què se’ls ofereix, tot beneficiant-se, per una banda, de l’impacte cultural i ideològic de drets dels EUA i per altra banda, del creixement i oportunitats econòmiques que ofereix la Xina. 

Selma Mihoubi Pékin et les médias africains : le soft power chinois en marche

Amb la retirada gradual de les forces franceses de Mali, la influència occidental a Àfrica continua disminuint. Aquesta davallada deixa més espai als russos i xinesos que porten una dècada intentant establir-se al continent. Aquesta influència, almenys en el cas xinès, no només és econòmica i militar, sinó també mediàtica. Es tracta d’un fenomen no gaire aparent, però que explica tanmateix el creixement del sentiment antifrancès a tota la regió. Així, des de fa uns deu anys, la Xina ha incrementat la presència de mitjans a l’Àfrica occidental a través de Ràdio Xina Internacional, China Global Television Network i Xinhua, l’agència de notícies oficial que emeten en francès. Inicialment, la Xina volia institucionalitzar la seva presència mediàtica, mitjançant la signatura d’acords amb diversos estats de la regió, com el Senegal i el Níger. Aquests acords impliquen l’organització de fòrums sobre mitjans de comunicació sinoafricans, destinats a promoure la visió xinesa del periodisme a l’Àfrica Occidental. Beijing també organitza jornades de formació en aquest context per a periodistes de la regió, amb l’objectiu de donar-los a conèixer la Xina i els mitjans xinesos. A més de l’aspecte institucional, la Xina ha construït infraestructures per als seus mitjans, com ara relés FM a diverses ciutats de la regió que permeten l’emissió del senyal de Ràdio Xina Internacional. L’any 2015 es va inaugurar un edifici a Dakar per allotjar la seu dels mitjans xinesos a l’Àfrica occidental, mostrant així l’interès de Pequín per aquesta regió. Aquests mitjans permeten a la Xina comunicar-se amb el públic d’Àfrica Occidental, transmetre la seva visió de les notícies internacionals i intentar competir amb altres mitjans internacionals. Tanmateix, els mitjans de comunicació no són l’únic mitjà d’aquesta estratègia: la Xina té una concepció del soft power diferent de l’europea, ja que inclou el poder econòmic. Per tant, per a Pequín, la construcció d’infraestructures per ajudar al desenvolupament dels seus socis de l’Àfrica Occidental també s’entén com a soft power.

Brendan Rittenhouse Green & Caitlin Talmadge The Consequences of Conquest. Why Indo-Pacific Power Hinges on Taiwan

El control de Taiwan per part de la Xina o dels Estats Units jugarà un paper geopolític fonamental en una possible guerra entre les dues potències. Taiwan té un valor militar importantíssim, ja que és la porta d’accés a l’Indo-Pacífic, on hi ha Japó, les Filipines i Corea del Sud, aliats nord-americans. El control de l’illa per part del gegant asiàtic permetria controlar les operacions militars dels Estats Units al mar de les Filipines i podria arribar a bloquejar una via de subministrament vital entre Washington i els seus aliats de l’est del Pacífic. La Xina podria nodrir-se del material armamentista i dels semiconductors taiwanesos per tal de millorar la seva intel·ligència militar i augmentar el seu poder davant d’un possible atac a les illes veïnes o, fins i tot, una guerra a gran escala contra els Estats Units. A més a més, el gegant asiàtic podria situar hidròfons – micròfons per a escoltar submarins o transport marítim camuflat – prop de les costes de Taiwan per saber en tot moment on es troben les tropes nord-americanes i dur a terme una ofensiva militar. Actualment, si la Xina llancés un míssil balístic als Estats Units, amb sort arribaria a les costes de l’est d’Alaska. No obstant això, amb Taiwan sota el seu poder, un llançament de míssil balístic nuclear podria xocar contra grans objectius nord-americans. El poder d’amenaça i de coacció de la Xina augmentaria dràsticament amb el control de l’illa. Els Estats Units s’enfronta a un risc molt gran prengui la decisió que prengui respecte a Taiwan. Si manté la seva política exterior d’aliatges amb el Japó, les Filipines i Corea del Sud, però no actua respecte a Taiwan, corre el risc que caigui en mans xineses. Si, en canvi, pretén controlar l’illa, Xina ho podria veure com a una amenaça cap als seus interessos i iniciar una guerra que afectaria primer als aliats estatunidencs. Sigui quin sigui el camí que prengui Washington, el valor militar de Taiwan representarà algun perill o altre. 

Katie Stallard Dangerous skies over the South China Sea

La presència xinesa al Mar de la Xina Meridional cada vegada va més en augment. Les missions militars de vigilància navals i aèries són un constant i les topades amb missions de control d’altres països – generalment aliats dels Estats Units – comencen a ser recurrents. El passat 26 de maig, una aeronau australiana en un vol de vigilància rutinari sobre la zona va ser interceptada per un caça xinès. La disputa va arribar quan el jet xinès va aproximar-se i abans d’abandonar l’espai aeri va deixar anar una ràfega de fum especial enfront de l’avió australià. Els materials que va deixar anar el caça xinès contenen metalls i aluminis que empren aquestes aeronaus com a mesures defensives per evitar radars i poder escapar-se. Segons el govern australià, això va ser un acte d’agressió, que va posar en perill la tripulació australiana, la qual va haver de retornar a la base degut a que aquests materials entren dins els motors i poden danyar-lo.Segons les autoritats xineses, no van fer res malament i acusen a Austràlia de violar la sobirania xinesa per volar sobre les illes Paracel, les quals Pequín reivindica. El Mar de la Xina Meridional té una importància cabdal a nivell comercial i de reserves energètiques. El conflicte sorgeix degut a les múltiples reivindicacions i en especial, la de la Xina, que en reclama la sobirania d’un 90%. Durant aquests anys ha anat militaritzant la regió, ja sigui en illes existents com d’artificials. Mentrestant, els països aliats dels EUA s’atenen a la llibertat de navegació tant naval com aèria per duu a terme missions de control per assegurar els drets internacionals de pas a la regió i donar una resposta a les reivindicacions de Pequín. Tanmateix, la topada amb els australians va ser la segona de la setmana ja que prèviament, pilots xinesos gairebé havien xocat amb una flota d’aeronaus canadenques al nord del Pacífic. En els darrers anys l’exèrcit xinès ha estat apostant per una modernització tecnològica i el to que està adoptant en aquests enfrontaments dista de ser conciliador, el que està empitjorant la relació amb els EUA i els seus aliats. Els antecedents adverteixen que si es produís un accident de més magnituds, la resolució podria costar que fos pacífica. 

Eric Brewer Iran on the Nuclear Brink

Les passes d’Iran per aconseguir armes nuclears semblen haver-se escurçat en el darrer mes, ja que el país compta amb suficient urani enriquit per a una bomba nuclear. Per a poder utilitzar l’urani en armes nuclears el material ha d’estar enriquit en un 90%, una fase que Iran podria aconseguir en qüestió de setmanes. L’avenç que Teheran ha fet en el programa nuclear és conseqüència de la retirada americana al 2019 de l’Acord Nuclear d’Iran del 2015, que va produir que Iran deixés enrere les restriccions i fes avenços en la qüestió nuclear. La intenció de Biden es tornar a l’acord, però a mesura que passen els dies, els beneficis per a tots dos països es redueixen i cal agafar nous camins per arribar a una solució a l’amenaça que constitueix un nou país amb capacitat nuclear. Brewer suggereix un escenari amb tres rellotges que condicionen la solució: el primer, compta el temps que tardarà Iran en aconseguir el material necessari per la bomba. El segon, el temps per a que inspectors detectin les activitats. I el tercer, la resposta de la comunitat internacional. La problemàtica gira entorn a que per primer cop, el primer rellotge va més de pressa. El que ha de calibrar els EUA i els seus aliats és allò que poden controlar: la detecció i la resposta, que pot virar des d’una intervenció militar i més presència a la regió a mantenir-se distant i arriscar-se a una proliferació nuclear no només d’Iran. Per tant, Brewer proposa que els passos a seguir han d’anar encaminats a que l’Agència Internacional de l’Energia Atòmica (AIEA) faci més visites a Iran, monitoritzi els seus passos i exigeixi els nivells de control que hi havia amb el pacte de 2015. Mentre que per altra banda, la resta de països recopilin informació sobre les actuacions de Teheran. Pel que fa a la resposta, habilitar els canals necessaris diplomàtics i militars – per si es donés la situació – per incrementar la velocitat de reacció. Alhora, obrir línies de conversa amb Iran, ja que al cap i a la fi, l’objectiu no és bombardejar Iran, sinó prevenir un Iran amb capacitat armamentista nuclear. 

Louis-Marie Bonneau Nigéria: les causes de la dégradation de la situation des chrétiens

Nigèria està experimentant un repunt dels atacs ètnics i religiosos, especialment al nord del país. Al llarg del 2021 l’ONG Open Doors va comptabilitzar 4.650 cristians assassinats a Nigèria durant l’any 2021, mentre que la Societat Internacional per a les Llibertats Civils i l’Estat de Dret (Intersociety) va comptabilitzar atacs contra 3.000 escoles cristianes. Sembla que la situació dels cristians a Nigèria s’ha deteriorat en els últims anys i que la violència localitzada inicialment al nord tendeix a estendre’s també al sud. Segons l’autora, motius etnoreligiosos i l’aparent manca de reacció de les autoritats locals poden explicar aquests esdeveniments alarmants. Nigèria té 212 milions d’habitants dels quals el 46% són cristians i és un país marcat per conflictes violents que, segons l’ONU, ja han causat la mort de 27.000 civils durant els darrers deu anys. Les raons etnoreligioses, en part a l’origen d’aquesta situació, estan vinculades a l’ocupació del territori. Dues zones amb climes molt diferents divideixen el territori nigerià. El nord té un clima tropical sec, amb només una estació de pluges i temperatures elevades. Aquest tipus de clima és propici per a la cria de bestiar. El sud té un clima equatorial, caracteritzat per fortes pluges i calor intens durant tot l’any. Això afavoreix la creació de boscos i manglars al delta del Níger i a les zones litorals. Aquestes diferències climàtiques indueixen lògiques demogràfiques diferents entre el sud i el nord. Els pastors constitueixen grups d’individus reduïts i nòmades quan, per contra, l’agricultura requereix més mà d’obra i indueix una demografia més gran i sedentària. Això va ajudar a crear dos conjunts tribals principals amb relacions sovint conflictives. L’explosió del creixement demogràfic a Nigèria, que segons les Nacions Unides hauria d’arribar als 400 milions d’habitants l’any 2050, està trencant els antics equilibris i agreujant les tensions existents en un país marcat per una gran pobresa on la majoria dels nigerians viu amb uns 2 dòlars al dia. Així doncs, les tensions religioses són una “superinfecció” d’una situació de tensió preexistent. De fet, el mapa tribal se solapa amb el mapa religiós amb un nord predominantment musulmà i un sud cristià. Així, es pot pensar que els nigerians del nord veuen en els cristians una amenaça demogràfica i econòmica. Al sud, els cristians gaudeixen de llibertat de culte, mentre que al nord, on s’aplica la Sharia, pateixen persecució i són considerats ciutadans de segona. La islamització del territori nigerià mitjançant l’adopció de la Sharia en 12 estats del nord no ajuda a la situació i afavoreix aquest augment de la violència. Davant d’aquesta violència creixent, l’autora afirma que el govern, i més en particular el seu president, Muhammadu Buhari, minimitza els actes de persecució. Per a ell, no es tracta d’una persecució de cristians a Nigèria, sinó més aviat de conflictes entre pastors i pagesos més que no pas d’un conflicte motivat per actes religiosos.

Andrew DeCort Christian Nationalism Is Tearing Ethiopia Apart

L’article analitza com el renaixement religiós arrelat a la història del país ha coincidit amb la guerra civil i l’expansió de la retòrica genocida, posant en perill una nació diversa i multireligiosa. En efecte, un antic imperialisme cristià està ressorgint avui a Etiòpia sota el primer ministre Abiy Ahmed amb la visió d’unificar Etiòpia i restaurar la seva glòria divina. La seva creença principal és que Etiòpia és una nació cristiana creada i destinada per Déu a la grandesa sota el lideratge cristià. Avui aquesta concepció de la història està sobrealimentant l’enemistat i silenciant les veus crítiques que demanen la fi de la guerra, un diàleg autèntic i una Etiòpia inclusiva on persones de diferents credos puguin conviure. En aquest sentit, entendre la història religiosa d’Etiòpia és crucial per copsar la complexitat dels conflictes i les perspectives de pau actuals. Les anàlisis sobre Etiòpia sovint marginen o ignoren la religió, quan de fet el 98% dels etíops afirmen que la religió és “molt important” a la seva vida. L’últim cens indica que el 43,5% dels etíops s’identifiquen com a cristians ortodoxos, el 33,9% com a musulmans i el 18,6% com a protestants. Així doncs, ignorar el fet religiós a Etiòpia, no permet entendre una de les fonts de motivació i manipulació més poderoses de la societat etíop. Aconseguir la pau requereix un gran coratge moral i exigeix la denúncia de totes les formes de dominació religiosa, la desvinculació dels privilegis i el poder dels governants, i el rebuig a la lleialtat a Abiy i altres governants que construeixen el seu poder sobre l’arrogància religiosa, els conflictes i la violència.

Nazanín Armanian Los "otros" motivos de Erdogan para oponerse a la ampliación de la OTAN e invadir Siria

L’autora analitza l’estratègia d’Erdogan en els dos escenaris sobre els quals intenta influir de manera simultània: a Síria, declarant la guerra contra els seus ciutadans i el seu govern (i, per tant, Rússia i Iran) i a Europa on posa condicions a l’ampliació nòrdica de l’OTAN. Des que les enquestes el donen com a perdedor a les eleccions presidencials del 2023 no és que hagi embogit sinó que Armanian afirma que utilitza el recurs del Madman que es va fer famós quan Richard Nixon, amb la intenció d’espantar Ho Chi Minh, va començar a insinuar que si els vietnamites no signaven la pau, ell, un home imprevisible, descontrolat i perillós, premeria el botó nuclear sense importar-li les conseqüències. Per renovar un nou mandat, Erdogan necessita, desesperadament, una victòria militar a Síria (que no arriba) i una altra de policial contra els kurds a Europa (que sí que arriba) per continuar presentant-se com a “Erdogan, l’Imbatible”. Amb les seves noves operacions militars al nord de Síria, pretén desfer-se dels refugiats sirians; instal·lar els refugiats àrabs sirians al nord de Síria, que avui és de majoria kurda, per canviar-ne la composició ètnica; prendre el control sobre una regió rica en gas i en blat; mantenir el control sobre Síria, ara que els països àrabs tornen a admetre Bashar al-Assad a la família; destruir les Unitats de Defensa del Poble, branca siriana del Partit dels Treballadors del Kurdistan (PKK); estendre una cortina de fum de fervor nacionalista sobre la greu situació econòmica del país; i millorar les seves relacions amb Israel, amb el qual comparteix el mateix objectiu pel que fa a Síria. En darrer terme, Erdogan farà l’inimaginable per mantenir-se al poder i considera que esclafar els kurds dóna vots, ignorant que per a l’electorat turc actualment la principal preocupació és la situació econòmica, i no l’ampliació nòrdica de l’OTAN o la situació a Síria.

Santiago Castro-Gómez El momento de la izquierda colombiana

L’autor argumenta que els canvis que s’estan produint a Xile i Colòmbia no són el renaixement de l’esquerra revolucionària del segle XX, sinó l’emergència d’una esquerra republicana que busca posar la societat i l’economia en acord amb l’estat de dret. En aquest sentit la victòria de Gustava Petro és inèdita perquè representa veus de sectors que han estat tradicionalment exclosos de les instàncies de decisió. I tot i que en el passat hi havia hagut mandataris amb una inclinació ideològica d’esquerra, com Alfonso López Pumarejo, Petro és el primer que arriba representant els sectors que tradicionalment han fet oposició a l’establishment polític i econòmic colombià. També destaca que el candidat perdedor Rodolfo Hernández va reconèixer els resultats molt aviat i va oferir la seva col·laboració a Petro. Amb aquests gestos democràtics, el país s’estalvia el malson dels escrutinis inacabables i també el risc de protestes massives als carrers. El triomf indiscutible i indiscutit de Petro enforteix la democràcia, perquè deixa sense recorregut la idea de que segueix l’exclusió política que va justificar durant anys la violència política i va alimentar l’imaginari dels colombians que van entrar a militar a la guerrilla (incloent-hi el mateix Petro). En el seu discurs de la victòria, Petro va definir les tres línies principals del seu govern: la pau, la justícia social i la justícia ambiental, amb un gran èmfasi en el tema del canvi climàtic, el para-sol sota el qual acabarà impulsant les transformacions del model econòmic que va prometre. També va deixar clar que la seva ambició no es limitarà a Colòmbia, sinó que sota el paraigua ambiental intentarà projectar-se com un líder llatinoamericà.

Andrew Gray What does EU candidate status actually mean for Ukraine?

El passat 17 de juny, la Comissió Europea (CE) va donar el vistiplau perquè els països membres de la Unió Europea atorguin a Ucraïna i Moldàvia l’estatus de candidat a l’Eurogrup, el primer pas per ratificar la seva adhesió a la UE. Tanmateix, el fet d’obtenir l’estatus de candidat no garanteix una adhesió a curt-llarg termini a l’aliança. Els caps d’Estat dels 27 països membres de la Unió Europea han de donar el seu beneplàcit abans de fer ferma la sol·licitud d’adhesió. A més, en aquest cas, Ucraïna i Moldàvia han de complir amb una sèrie de normes democràtiques i emprendre reformes per fer complir amb aquestes lleis, regulacions i estàndards del grup en una gamma molt àmplia d’àmbits, com l’economia o l’estat de dret. Per posar alguns exemples, Turquia, Montenegro, Sèrbia i Macedònia del Nord van assolir l’estatus de candidats a la UE el 1999, el 2012, el 2014 i el 2005, respectivament. Tot i això, cap d’aquests països són membres encara del grup. La candidatura de Turquia s’ha anat a poc a poc estancant a mesura que el president Erdogan s’ha tornat més autocràtic i s’ha allunyat d’Occident. Montenegro i Sèrbia encara estan lluny d’adherir-se. Finalment, Macedònia del Nord encara no ha començat les negociacions amb la Unió Europea a causa de la disputa entre el país i Bulgària, estat membre des de 2007. El fet que els 27 caps d’Estat hagin d’acceptar o denegar l’adhesió d’un nou país al grup, endarrereix molt el procés de negociació i, a més, molts estats com Països Baixos, Dinamarca i França consideren que la Unió Europea no hauria d’incloure a més països fins que es revisin les negociacions amb els actuals membres i es mostren escèptics amb el compliment dels estàndards per part d’alguns països candidats a l’adhesió. Per altra banda, altres països com Alemanya, Itàlia i l’Europa Central argumenten que l’ampliació d’aliances és necessària i que és un incentiu molt gran per democratitzar Europa i disminuir la influència de potències rivals com la russa. L’Eurogrup mai ha concedit l’adhesió com a membre a un país en plena guerra i molts funcionaris opinen que primer s’hauria d’esperar que es restableixi la pau al país. No obstant això, Ucraïna fa anys que adopta els estàndards i lleis de la Unió Europea. Per altra banda, Moldàvia, té més feina a fer pel que fa a complir amb les normatives de l’aliança i a més ha de fer front a la regió de Transnístria, controlada per separatistes russos. Per ara, sembla impossible predir el temps que trigaran aquests estats a convertir-se en membres. 

Andrew E. Kramer Internal challenges like corruption pose challenges in Ukraine’s bid to join the EU

Bona part de la població ucraïnesa i dels governants porta anys reclamant l’adhesió a la UE, tot i això, Ucraïna s’ha encallat en les reformes necessàries per assolir les condicions que requereix Brussel·les. Malgrat que la simpatia entre ucraïnesos i UE sembli mútua, els requisits per entrar al club europeu no s’han reduït. El principal problema en el país és la corrupció i sobretot allunyar el rol dels oligarques de la política, que s’hi immisceixen per benefici propi i dificulten el funcionament democràtic de les institucions. La UE ha condicionat la candidatura d’Ucraïna a costa de 7 grans reformes del sistema ucraïnès de govern i justícia entre les quals figuren garantir la independència judicial, atacar la corrupció a gran escala, limitar la influència dels oligarques i protegir minories. La guerra ha tingut repercussions cap als dos costats pel que fa a les reformes. Per una banda, el rol dels oligarques s’ha vist reduït, ja que molts han abandonat el país i l’economia es sostindrà més amb inversió estrangera. I alhora, el país i tots els sectors s’han centrat en defensar l’estat i no interessos privats. Per altra banda, la guerra ha posat amenaces de control i censura de l’oposició i – no oblidar – la realitat d’una possible invasió russa amb el que comporta de destrucció de l’economia i vides. 

Luuk van Middelaar & Hans Kribbe Allowing Ukraine into the EU is not the right move for now

Els autors consideren que en aquests moments incorporar Ucraïna a la UE no és una bona idea i que en canvi, una nova aliança de seguretat permetria forjar vincles més estrets entre els països d’Europa. Consideren que no té sentit si abans no aconsegueix l’adhesió a l’OTAN, la cosa que fins i tot el president Zelensky accepta que avui dia és inassolible. La seguretat és el més important, i la UE no pot oferir-la contra Rússia. Els governs membres de la UE tenen l’obligació d’ajudar-se mútuament en cas d’agressió armada “amb tots els mitjans al seu abast”, però aquesta forma de solidaritat, dissenyada tenint en compte el terrorisme o la guerra cibernètica, no dissuadeix una potència nuclear. És per això que Polònia i altres antics membres del Pacte de Varsòvia van entrar a l’OTAN abans d’unir-se a la UE. També és per això que Finlàndia i Suècia cerquen ara protecció de l’article 5 de l’OTAN, la seva clàusula de defensa mútua. Si Ucraïna s’unís a la UE sense aquest element dissuasiu de l’OTAN, el risc d’una futura guerra entre Rússia i la UE en conjunt augmentaria de manera significativa. També hi ha altres elements a tenir en compte, com el fet que la UE primer s’hauria de convertir-se en una força geopolítica, capaç de treballar amb els EUA per estabilitzar la regió. Però l’adhesió d’Ucraïna, així com d’estats com la Sèrbia, amiga de Rússia, comportaria el risc de deixar la UE encara més dividida del que està avui. En aquest sentit, argumenten que l’experiència d’Hongria, que s’ha inclinat cap a l’autoritarisme durant l’última dècada i recentment ha diluït les sancions de la UE a Rússia, proporciona un exemple del que podria succeir. En aquest sentit, argumenten que la proposta de Macron de crerar una comunitat política paneuropea és més realista del que suggereixen alguns dels seus crítics, sempre que es concebi de la manera correcta. Sobretot, aquesta lliga d’estats europeus —anomenada E40, d’acord amb l’autopista que uneix Calais amb Ucraïna— hauria d’existir fora de les estructures de la UE i ser intergovernamental, una mica com el G20. El que Europa no necessita és una altra sala d’espera per als aspirants a membres de la UE, o una versió revisitada de l’antiga Europa de dues velocitats. Tampoc s’ha d’imaginar com un concert d’estats amb un cercle exterior que orbita al voltant d’un nucli de Brussel·les, tal com és probable que ho concebi la Comissió Europea. En canvi, l’E40 hauria d’oferir una garantia de seguretat als seus membres; no amb tota la força de la pertinença a l’OTAN, sinó amb alguna cosa que vagi més enllà de les simples declaracions. Podria identificar amenaces als interessos i valors comuns i formular estratègies conjuntes com a resposta, per exemple en l’àmbit de la seguretat energètica (interconnexió de xarxes elèctriques), disputes frontereres i ciberatacs. Recollint una idea que circula en els cercles europeus des del 2018, l’E40 podria crear una mena de Consell de Seguretat Europeu amb membres rotatius i permanents (França, Alemanya, Gran Bretanya, així com possiblement Polònia, Itàlia o Espanya). L’E40 no seria una panacea, però proporcionaria un camí més immediat i menys cínic per a Ucraïna que les incertes promeses d’adhesió. Sobretot, donaria als ucraïnesos el senyal polític que, com a ciutadans d’un estat independent i sobirà, pertanyen al món europeu, a la seva civilització, valors i aspiracions cíviques. Potser no és exactament el missatge que el president Zelensky vol sentir però té la virtut de ser honest i veraç.

Paul Maddrell Why Putin’s policy towards Ukraine has strong parallels to Stalin’s post WWII plan for Germany

Quatre mesos després de la invasió d’Ucraïna és força probable que la guerra s’allargui i que els estats occidentals hauran de proporcionar una assistència a una escala sense precedents, semblant al Pla Marshall després de la Segona Guerra Mundial. Putin segueix una política brutal per sotmetre Ucraïna amb l’objectiu de dominar el país i afeblir-lo des dels nous territoris conquerits a l’est i el sud. L’autor considera que existeix un paral·lel històric de la història soviètica que permet entendre aquesta política. Durant la Segona Guerra Mundial, Stalin va aconseguir l’acord de Roosevelt i Churchill per debilitar l’imperi alemany, el gran estat fundat per Bismarck el 1871 que s’estenia des d’Alsàcia-Lorena a Koenigsberg (ara Kaliningrad). Per a Stalin, Alemanya no només era una greu amenaça per a la Unió Soviètica com a màxima potència europea, sinó que també formava part de l’amenaça del món capitalista contra la URSS. Stalin inicialment esperava que tota Alemanya esdevingués comunista i quan es va adonar que això no passaria, va crear la República Democràtica Alemanya l’octubre de 1949, cinc mesos després de la fundació de la República Federal d’Alemanya. De la mateixa manera, quan va començar la invasió russa d’Ucraïna, Putin esperava que el seu exèrcit ocupçés el país ràpidament, que hi hauria poca resistència i que el govern fugiria a l’exili. Atès que aquestes expectatives no s’han realitzat, ara està intentant desmembrar Ucraïna, apoderant-se dels seus territoris orientals i expulsant les poblacions considerades com a no lleials a Rússia, com va passar a Crimea el 2014. Per al president rus, Ucraïna no només és important en si mateixa, també ho és com a actiu per al món occidental al qual vol unir-se, el que Putin anomena “el món euroatlàntic”. L’autor considera que Ucraïna és una part important de la lluita entre l’autoritarisme rus i el liberalisme occidental i que en tant que el seu exèrcit no pot conquerir tota Ucraïna, Putin vol apoderar-se de la major part del país possible i reduir el valor de la resta tant com sigui possible. Aquesta situació és en darrer terme similar a la política que Stalin va adoptar respecte d’Alemanya a finals dels anys quaranta. Hauria preferit establir el control comunista sobre tota Alemanya però els EUA, en reactivar l’economia alemanya occidental amb una nova moneda i amb l’ajuda del Pla Marshall, li van deixar clar que ho impedirien. En conseqüència, Stalin va reforçar el seu control de la part d’Alemanya que estava a les seves mans.

Neil Hauer Russia Has a Plan for Ukraine. It Looks Like Chechnya

L’autor afirma que Vladimir Putin està aplicant a les regions orientals d’Ucraïna un pla molt semblant al que va imposar a un altre antic vassall indisciplinat a l’inici del seu regnat: Txetxènia. En un conflicte que va durar anys, Putin va destruir un estat sobirà i va sotmetre el seu poble, creant al seu lloc una terra de ruïna, caos i por. Aquest pla consta d’unes fases ben establertes. La primera és la pacificació, ràpidament allà on es pot, i lentament, per obliteració, allà on no pot. A Txetxènia, la part ràpida va tenir lloc a la majoria de les zones perifèriques. En el cas d’Ucraïna, el sud ha estat envaït relativament fàcilment; el terreny obert i les defenses insuficients van oferir poca resistència a l’avanç rus que va escombrar ciutats com Melitopol i Kherson durant la primera fase de l’ofensiva. En altres zones, els defensors resisteixen en massa, sobretot quan són capaços d’utilitzar la cobertura de les grans àrees urbanes. Això requereix l’altra principal tàctica russa. A la capital txetxena, Grozni, el bombardeig al qual van estar sotmesos els defensors des de finals de 1999 fins a principis de 2000 va ser tan gran que va destruir gairebé tots els edificis del ciutat, fins al punt que les Nacions Unides va considerar Grozny com la ciutat més destruïda de la Terra. Un cop completada la conquesta russa, s’ha de trobar un sàtrapa que governi els nadius. A Txetxènia, primer va ser Akhmad Kadyrov, que va ser assassinat el 2004, i substituït pel seu fill Ramzan. A Ucraïna, ja s’han trobat prou candidats a les parts ja ocupades de Donetsk i Luhansk, i altres regions recentment capturades. Finalment, es pot procedir a l’establiment del nou ordre. Per necessitat durant un temps les poblacions locals són reprimides per les forces d’ocupació, però posteriorment es construeix un nou aparell autòcton de dominació que assumeix la responsabilitat d’esclafar la resistència dels seus compatriotes. Als ciutadans traumatitzats se’ls ensenyarà una nova versió de la seva pròpia història, en què s’explica que el vassallatge cap a Rússia és totalment voluntari i els ha salvat de “radicals” i “terroristes”. Finalment, la nova generació serà educada amb la idea de servir a la pàtria russa com una obligació sacrosanta.

Ivan Krastev Putin’s aggressive autocracy reduces Russian soft power to ashes

A principis de juny, el president rus es va comparar amb Pere el Gran i la invasió d’Ucraïna amb les guerres expansionistes del tsar de fa tres segles. En realitat, el que s’està desenvolupant és un final pervertit de l’últim imperi europeu. L’anomenat russky mir, o “món rus”, concebut com un element culturalment més gran que la Federació Russa, està sent sacrificat a l’altar de l’autocràcia i l’ètnia russa. Aquesta visió està exempta de qualsevol apel·lació als valors universals i de tot atractiu per als veïns de Rússia. L’intent desesperat de Putin d’apoderar-se d’Ucraïna és una demostració de força que es fa a costa de l’enfonsament del soft power Moscou. Amb la invasió d’Ucraïna, ha tallat els llaços de Rússia amb Europa. Un recent informe del Consell Europeu de Relacions Exteriors, basat en una enquesta d’opinió paneuropea, suggereix que la ruptura amb Rússia és irreversible, almenys a curt i mitjà termini. La majoria dels europeus han perdut qualsevol il·lusió sobre la integració de Rússia en el seu món. Molts donen suport a tallar els llaços econòmics, culturals i fins i tot diplomàtics amb Rússia. Les sancions occidentals no han aconseguit canviar la política exterior russa, però han obligat els governs europeus a abandonar la idea que Moscou pugui ser mai un soci fiable. Així doncs, en termes de soft power la invasió d’Ucraïna ha comportat dues coses: la fi de qualsevol identitat postsoviètica persistent i la degradació de l’ús per part de Moscou de la victòria soviètica sobre Hitler com a part de la seva mitologia nacional i reputació internacional. En construir la seva autocràcia, Putin ha destruït el “món rus” i on millor es veu millor en el camp de la cultura. Els imperis sovint neixen al camp de batalla, però moren a les biblioteques. Fa només una dècada, les seccions en llengua russa eren les més denses de moltes llibreries d’Ucraïna. Ara ja no. Després de la guerra, probablement no hi haurà cap secció en rus. A les ciutats europees on, fins aquest any, la majoria de la gent gairebé no podia distingir els russos dels ucraïnesos i els bielorussos, ara han après aquesta diferència. Per a molts ucraïnesos als carrers de Varsòvia o Berlín, parlar rus és una declaració política.  En darrer terme, canviar la naturalesa de la frontera, i no només el lloc de la frontera, entre Rússia i Occident és el principal objectiu de la guerra de Putin. I ho està aconseguint.

Fareed Zakaria It’s time to start thinking about the endgame in Ukraine

La Guerra d’Ucraïna es troba en una fase intermèdia de la guerra després de que l’atac rus no fos definitiu i no decantés el conflicte cap a cap bàndol. Segons Zakaria, la situació obliga a Ucraïnai als seus aliats – a pensar en buscar un desenllaç coherent consensuat per a poder negociar amb confiança i així guanyar el màxim d’adeptes de la comunitat internacional. Ucraïna ha de centrar els seus esforços en desfer el blocatge rus d’Odessa per a poder salvar el màxim la seva economia, que es calcula que pot caure un 45% i assegurar el màxim de territoris en possessió. A curt termini, Rússia ha aconseguit superarparcialment – les sancions i es calcula que l’economia caurà (només) un 11%. Degut a la manca de sancions fortes al sector energètic, registraran guanys respecte a l’any passat pel que fa a petroli i gas. El llarg termini és on l’Oest pot condicionar més la posició russa en les negociacions, d’aquí la insistència en que Ucraïna defineixi una postura consensuada i forta amb els seus aliats per a poder establir uns objectius clars en les futures negociacions de pau. Zakaria formula que les reclamacions ucraïneses han de ser realistes i centrar-se en un país independent i sobirà, amb el control de la majoria de territoris que es tenien previs a la invasió i amb compromisos de seguretat d’Occident. Altrament, la solució passa per a mantenir una guerra que no beneficia a ningú i que pot tenir externalitats negatives tant per als ucraïnesos com per a la resta del món. 

Yana Dlugy Getting Back to Peace Talks

Les negociacions entre Rússia i Ucraïna estan aturades des de mitjans de maig, malgrat alguns signes esperançadors de progrés que s’havien produït unes setmanes abans. Cada bàndol culpa a l’altre del col·lapse però l’atzucac ha estat causat per la insistència de Rússia en mantenir el control sobre grans extensions d’Ucraïna. Steven Erlanger considera que ara per ara no hi ha massa perspectives per tornar a la diplomàcia per posar fi al conflicte ja que habitualment, les parts en conflicte arriben a converses després que un dels bàndol guanyi, o arriben a un punt mort, o un tercer intervé i obliga  atrobar una solució. I ara mateix ningú no està preparat. Els russos no estan preparats ja que estan guanyant terreny, encara que molt lentament. Els ucraïnesos no estan preparats perquè negociarien en desavantatge i encara consideren que amb més armes occidentals poden capgirar el rumb i millorar la situació sobre el terreny. Agradi o no doncs, fins a cert punt la resolució del conflicte depèn més de les decisions preses a Washington i París o Polònia pel suport que aquests països estan donant en armes i diplomàcia. Part del problema del partit de la pau és que acostumen a ser els països més rics d’Europa, per tant, són els que pateixen molt les sancions econòmiques. I les sancions duraran molt de temps. Els preocupa que la guerra bloquegi les exportacions d’aliments d’Ucraïna a països d’Àfrica i els problemes que hi podrien causar. I, a la llarga, la seva preocupació és una nova onada migratòria des del nord d’Àfrica.

Manuel Manonelles La pau, a quin preu?

Analitzant la visita de Macron, Scholz i Draghi a Ucraïna, Manonelles la considera indicativa en el sentit del canvi de to al qual es va veure obligat a fer Macron, ja que poc abans d’arribar a Kíiv el president francès havia fet unes declaracions sobre la necessitat de començar a reflexionar sobre negociacions de pau amb Rússia. De fet, molts observadors consideren aquella visita, o “minicimera”, com un dels elements clau per a la subsegüent votació i acceptació, per part del Consell de la Unió, de l’estatut d’Ucraïna i Moldàvia com a països “candidats” a la UE. Ara bé, un cop escenificat el suport polític, pertoca la gestió de la realitat i en especial d’un futur poc prometedor a curt i mitjà termini per a Ucraïna.I és que, segons avança la guerra, i sobretot els seus efectes econòmics i alimentaris a escala global, la posició d’Ucraïna es debilita i la de Rússia es consolida. Això sempre que Moscou pugui mantenir l’esforç militar, econòmic i polític que paga per la invasió, cosa que de moment —amb el suport indirecte de la Xina i altres potències no occidentals— sembla que és el cas. Per tant, la pressió progressivament recaurà sobretot a Ucraïna, i creixerà segons passin les setmanes i mesos. I això no sols serà perquè ens trobem amb una “tempesta perfecta” que suma diverses crisis simultànies (reorganització del mercat mundial d’hidrocarburs, efectes inflacionistes arreu del món, amenaça a la seguretat alimentària global, increment generalitzat dels tipus d’interès al món i el conseqüent encariment del deute públic) sinó que també per efectes del calendari, ja que passat l’estiu, vindrà la tardor, i amb aquesta, el creixement en la demanda de gas i electricitat que seran difícils de cobrir per molt que s’incrementi la importació de gas liquat provinent dels Estats Units. I aquí es plantejarà el gran dubte, és a dir, quin preu s’estarà disposat a pagar, i qui, per la pau? Perquè segurament les perspectives que es tindran sobre aquesta qüestió seran profundament distants depenent de si es miren amb els prismes de Kíiv, els de París, Roma, Varsòvia, Hèlsinki, Washington, el Banc Central Europeu o el Fons Monetari Internacional. I és més, una pau en base a quines fronteres i condicions? Tots sabem que no seran les fronteres del 23 de febrer de 2022, el dia abans de la invasió. Però seran les imposades per la tempesta de fúria i foc desfermada per la invasió de l’endemà? És a dir, Ucraïna, o la comunitat internacional occidental, estarà disposada a acceptar que Putin s’annexioni una part substancial del territori ucraïnès? Perquè el que sí que sabem és que la pau, que encara trigarà a arribar, en cap cas ho serà en base a la derrota total d’una de les dues parts i, per definició, serà injusta per a una o ambdues parts.

Kirill Shakhnov Les sanctions occidentales ont rendu la monnaie russe plus forte qu'au début de la guerre

Poques setmanes després de la invasió d’Ucraïna i de l’aplicació dels primers paquets de sancions occidentals, el preu del ruble es va estavellar, passant de d’uns 78 a 138 rubles per dòlar. Ara les sancions s’han endurit i la guerra sembla estar molt lluny d’acabar-se però la moneda russa ha experimentat una trajectòria inesperat. Tot i que molts estudiosos pensaven que el ruble s’afebliria encara més, avui és més fort que a l’inici de la guerra. El dòlar ara val uns 57 rubles, un tipus de canvi que no s’havia vist des de fa quatre anys. Quan el ruble va caure a 138 per dòlar dels Estats Units els dies posteriors a la invasió, el Banc Central de la Federació Russa va anunciar diverses mesures per donar suport a la moneda. Per exemple, va prohibir les operacions de marge, és a dir, les operacions d’inversió realitzades amb diners prestats més que amb fons disponibles. El banc central també va utilitzar les seves reserves de divises per comprar rubles als mercats de divises i així mantenir el seu valor. No obstant això, el ruble va continuar baixant, cosa que suggereix que aquestes mesures no eren suficients. Aquesta caiguda s’explicava, en particular, per una sèrie de sancions occidentals, inclosa la congelació, el 27 de febrer, del 60% dels 643.000 milions de dòlars de les reserves internacionals de Rússia. De fet, les sancions han obstaculitzat molt el banc central rus en l’accés als seus actius a l’estranger i en la seva capacitat per suportar el ruble. Ara bé, una de les raons per les quals s’ha reforçat el ruble són precisament aquestes restriccions al comerç de marge i als inversors estrangers, que han reduït dràsticament els volums de negociació. No obstant això, altres factors més enllà del banc central rus han tingut un paper important. El preu del petroli s’ha mantingut alt. Després de caure des dels 130 dòlars EUA per barril de Brent a mitjans de març a uns 100 dòlars EUA unes setmanes més tard, el preu s’ha recuperat fins a gairebé 120 dòlars. Les importacions de Rússia s’han vist obstaculitzades per l’èxode d’empreses estrangeres i les sancions occidentals. Això ha empès el superàvit per compte corrent (la diferència entre entrades i sortides de diners) a un màxim històric, la qual cosa enforteix la moneda. Dit d’altra manera, les sancions occidentals han permès a Rússia tornar a una situació financera més normal. Si això sembla irònic, no es pot oblidar que d’altra banda les sancions dificulten molt que Rússia gasti aquests rubles, ja sigui en importacions o a l’estranger a causa de les restriccions de viatge.

David Sheppard EU fears of being held to ransom by Russia over gas become a reality

La setmana passada van fer-se realitat molts dels temors d’Occident sobre les sancions imposades a Rússia des de l’inici de la seva ofensiva contra Ucraïna: Vladímir Putin ha tallat el subministrament de gas a Europa. Moscou ha culpat la decisió de restringir els volums d’energia pel gasoducte a Alemanya, les sancions imposades des del 24 de febrer i la decisió del Canadà d’aturar equips de bombeig claus a una fàbrica de Mont-real. Faith Birol, cap de l’Agència Internacional de l’Energia, explica que les retallades de l’empresa Gazprom són una mena de mesura estratègica per incomodar a Europa. Georg Zachmann, membre sènior de Bruegel, acusa Putin de voler augmentar la seva influència sobre Europa abans de l’hivern i impedir un possible pacte amb Ucraïna. Rússia ha reduït la capacitat del seu gasoducte principal en un 60%, provocant així una disminució dels fluxos d’energia des de França fins a Eslovàquia. Edward Morse, analista de Citi, adverteix que la situació actual és dels pitjors escenaris i que probablement s’haurien d’augmentar els preus de l’energia aquest hivern si Rússia no rectifica. El preu del gas ja ha augmentat dràsticament en un 60%. No obstant això, Europa ja va deixar clar des d’un inici que tenia la intenció de deixar la seva addicció del gas rus al més aviat possible. El consum de gas europeu de Rússia s’ha reduït fins a un 20% del total. Tanmateix, Europa encara depèn de l’energia russa i no està preparada per a aquest hivern. Europa hauria d’intensificar la importació de gas natural líquid via marítima per fer front a aquesta necessitat, però aquesta opció s’ha posat en dubte en aquests quinze dies. La terminal de gas natural liquat a Texas, responsable del 20% del subministrament als Estats Units, ha patit un incendi que l’ha obligada a tancar les portes fins a finals d’any. Per altra banda, Europa s’ha beneficiat de la poca demanda de gas per part de la Xina, qui està fent front a la pandèmia de la Covid-19. Però no se sap quan tornaran a la normalitat. Alguns estats europeus han decidit llençar campanyes per estalviar energia durant aquest estiu per tenir un bon subministrament de cara a l’hivern. Alemanya i Itàlia en són alguns exemples. Una altra opció fer front a la necessitat de gas natural seria cremar carbó del jaciment de Groningen, als Països Baixos, que va ser el més gran d’Europa durant molts anys fins que van provocar una sèrie de terratrèmols que van afectar les edificacions. Però aquesta opció és infinitament més contaminant. Per altra banda, els especialistes recomanen a la Unió Europea passar a l’ofensiva i obligar les empreses elèctriques a cancel·lar els seus contractes a llarg termini amb Gazprom, per exercir pressió sobre l’economia russa. 

Jean-Luc Maurer Avec le conflit Russie-Ukraine, le renouveau des non-alignés?

Després de quatre mesos de conflicte i malgrat la unanimitat dels països del bloc occidental, membres de la UE o de l’OTAN, i dels tradicionals aliats dels Estats Units a l’Àsia o a Oceania en condemnar la invasió i els crims de guerra i contra la humanitat, la comunitat internacional continua molt dividida pel que fa a la posició a adoptar en aquest tema. De fet, moltes nacions membres de l’ONU, la majoria pertanyents a l’històric grup dels 77, creat l’any 1964 per promoure el desenvolupament dels anomenats països del sud, es mantenen escèptics, dubten a condemnar Rússia i prefereixen acampar en la neutralitat. L’autor considera que aquesta nova divisió Nord-Sud no pot ser obviada ja que els països que es neguen a condemnar amb fermesa Rússia representen, dos terços de la humanitat. Al seu entendre, diverses raons ajuden a explicar i entendre aquesta situació. En primer lloc, per a molts països del Sud, el conflicte entre Rússia i Ucraïna és confús i prové de les conseqüències de la implosió de l’URSS. No estan lluny de considerar que es tracta d’un afer intern de la “gran Rússia” en el qual no volen prendre partit en nom d’un principi de no ingerència, en aquest cas interpretat de manera molt qüestionable. En segon lloc, consideren amb suspicàcia els objectius d’Occident, els Estats Units i l’OTAN. Després d’haver començat a donar l’esquena a Europa des de la presidència d’Obama per centrar-se en la seva creixent rivalitat amb la Xina, ara sembla que els Estats Units han redescobert el seu antic enemic Rússia i volen lliurar-hi, mitjançant Ucraïna, una nova guerra en nom de la “lluita de la democràcia contra el totalitarisme”. No obstant això, molts països del Sud han patit el pes de la Guerra Freda i de les guerres que van portar al seu territori les dues potències dominants de l’època. I tot això sense comptar els innombrables cops militars organitzats amb el suport de la CIA i els seus aliats. A més, el comportament més recent d’Occident en l’escena internacional no el situa en una bona posició per condemnar països que violen la sobirania d’altres nacions i donar-los lliçons de moral. Precisament, la croada global destinada a imposar la democràcia al món per les armes engegada per George W. Bush i que va culminar amb la invasió de l’Iraq i l’Afganistan ha deslegitimat en bona part del món qualsevol pretensió occidental d’exemplaritat.  Els països del Sud que avui s’abstenen de condemnar Rússia ho tenen molt present i, per tant, és comprensible que molts d’ells es mostrin escèptics davant les crides dels Estats Units i Occident a unir-se de cara a la seva croada contra Moscou. També cal dir que molts d’ells són clients fidels de Moscou, que els ven armes i equipa o entrena les seves forces armades en condicions favorables. Finalment, no hem de passar per alt el fet que la majoria de les poblacions de molts països del Sud són contràries al liberalisme social propugnat per Occident, considerat decadent, antireligiós i massa favorable als drets de les dones i de les minories LGBT+, mentre que Rússia s’ha forjat la imatge del model contrari que defensa els “valors tradicionals”.

Catalunya, España, Europa

Albert Branchadell El català vist des de la Carta Europea de les Llengües

Al novembre de l’any passat, Victòria Alsina, consellera d’Acció Exterior i Govern Obert de la Generalitat de Catalunya, es va adreçar per escrit a Vesna Crnić-Grotić, aleshores presidenta del Comitè d’Experts que supervisa l’aplicació de la Carta Europea de les Llengües Regionals o Minoritàries. L’objectiu de la missiva era mostrar la seva preocupació per la sentència del Tribunal Superior de Justícia de Catalunya, confirmada pel Tribunal Suprem espanyol, segons la qual a les escoles catalanes el 25 % de les hores lectives s’han d’impartir en castellà. Al seu parer, aquesta decisió podria posar en perill la transmissió i la supervivència mateixa del català, i en qualsevol cas és una actuació contrària a la Carta, ratificada per Espanya ara fa 21 anys. L’autor aprofita la polèmica per analitzar de manera sintètica la situació per tal de a) il·lustrar el desconeixement de la Carta que es té en els mitjans polítics i judicials; b) copsar fins a quin punt les autoritats espanyoles compleixen la Carta, d’acord amb les avaluacions del Comitè d’Experts, i c) exposar quina és la valoració que fa el Comitè de la salut del català en general i de la posició del català a l’ensenyament en particular, a fi de donar una mica de perspectiva europea a aquestes dues qüestions.

The Economist Britain’s bill to rip up the Northern Ireland protocol is a terrible idea

Des de les pàgines de The Economist es considera que el projecte de llei del Regne Unit per trencar el protocol d’Irlanda del Nord és una idea molt negativa perquè els canvis que es necessiten requereixen pragmatisme, i no intransigència. Que el protocol s’ha d’adaptar és indiscutible ja que imposa un excés de burocràcia a les importacions del continent cap a Irlanda del Nord i això no només incrementa els costos a les empreses i als consumidors sinó que el protocol també ha avivat l’oposició del principal partit prounionista, el Partit Unionista Democràtic (DUP), que es nega a incorporar-se a l’executiu descentralitzat fins que no sigui s’elimini o canviï radicalment. Tot i que la majoria de membres de l’Assemblea de la província volen mantenir el protocol, la infraestructura política d’Irlanda del Nord requereix que els nacionalistes i unionistes col·laborin. La decisió del govern britànic de legislar per desmantellar parts d’un tractat que Boris Johnson va declarar com a pràcticament perfecte és tòxica per la reputació del seu govern, autodestructiva i comporta el risc de causar encara més danys. El govern britànic invoca “la doctrina de la necessitat” per justificar la supressió de diferents seccions del Protocol. Aquesta doctrina permet als estats incomplir les seves obligacions internacionals en situacions de “perill greu i imminent” per protegir els seus interessos fonamentals. Però aquest no és el cas: la situació política d’Irlanda del Nord és fràgil i complexa, però la província ha sobreviscut sense un govern descentralitzat durant gairebé tres dels últims cinc anys. El govern podria haver invocat l’article 16 per suspendre el funcionament del Protocol. En lloc d’això, planeja una abrogació unilateral d’un compromís del Tractat a partir de bases legals fràgils. Johnson afirma que diu vol renegociar el Protocol, però les negociacions necessiten de la bona de totes les parts implicades. En lloc de cedir, la UE endurirà la seva posició: ja té previst iniciar les accions legals contra Gran Bretanya per no fer complir parts del Protocol. El projecte de llei també topraà amb l’oposició nacional, dels diputats conservadors moderats i de la Cambra dels Lords, cosa que generarà dubtes sobre si realment es pot aprovar. Finalment, la UE també té la seva part de culpa. Si ha sabut mostrar flexibilitat, per exemple, liberalitzant les normes sobre medicaments, ho podria tornar a fer relaxant les normes duaneres per a les importacions a Irlanda del Nord que no es destinen a la UE. Però les possibilitats d’una solució pragmàtica han caigut en picat arran de la decisió unilateral del govern britànic, i d’això el govern de Londres en té tota la culpa.

Tom McTague What Brexit Promised, and Boris Johnson Failed to Deliver

Gran Bretanya arrastra des de temps remots una creu: la divisió entre el sud – ric i pròsper – i el nord – empobrit i abandonat. Les darreres grans victòries conservadores a les generals de 2019 i al 2016 en el referèndum del Brexit, es sustenten en promeses de recuperar el control i poder ser benestants. El gran projecte de l’administració de Johnson és unir i anivellar el país als nivells del sud-est. No obstant això, després de 6 anys de govern, els resultats no arriben i gairebé ni s’han iniciat. Pel que fa als primers efectes del Brexit no són esperançadors: el país dividit amb fronteres internes (Irlanda del Nord), les empreses locals desavantatjades i l’economia pitjor del que estava. Mentrestant, el Nord segueix estan desatès, més empobrit i en decadència, sense institucions estatals o financeres ni infraestructures, sense veure un futur esperançador d’ençà la Revolució Industrial. Des de Downing Street cada Primer Ministre ha intentat adreçar aquest problema i cap ha donat amb la solució. Johnson no és menys i ho vol intentar de manera que no es basi en una política de treure al Sud per donar-li al Nord, diu que vol anivellar en positiu, però de moment no hi ha cap projecte ambiciós de renovació en cap sentit, tot es basa en petites concessions disperses per ciutats del Nord que competeixen per atraure aquestes petites inversions que no són suficients per a revertir el problema congènit. Tanmateix, sembla que ni des del govern ni des de l’oposició no sembla haver-hi un pla que ataqui la problemàtica de fons i per tant, el repte del govern – i dels futurs governs – és començar a exercir el poder i adreçar aquests grans reptes. 

Dani Garavelli It’s no wonder a new Scottish IndyRef is in the works: the status quo is unsustainable

Nicola Sturgeon, primera ministra d’Escòcia, ha anunciat un segon referèndum per a la independència del país aquest octubre de 2023. No obstant això, el panorama ha canviat dràsticament des de la primera votació el 2014 i hi ha arguments tant a favor com en contra. Després de quinze anys al poder, el Partit Nacionalista Escocès (SNP) es troba perdut i sense idees. La visió de la ciutadania és la d’un partit opac, amb tendències controladores i esquitxat per escàndols tals com l’educació, les morts per drogues o l’excés i retards dels pressupostos ferris. A més, el país s’enfronta a la imminent crisi dels preus de l’energia i els aliments. Un dels arguments principals dels independentistes és si els unionistes haguessin votat mantenir-se al Regne Unit el 2014 si haguessin sabut que pocs anys més tard Boris Johnson els expulsaria de la Unió Europea. El Brexit ha afectat enormement a Escòcia, tant a les seves exportacions com a la indústria hostalera, depenent dels treballadors estacionals de la Unió Europea. Per altra banda, el Brexit ha accentuat les dificultats de desvincular els països dels sindicats de llarga durada. Si Escòcia s’independitza i forma part de la Unió Europea, serà necessària una dura frontera entre el país i Anglaterra. La pandèmia de la Covid-19 és un argument que poden emprar tant unionistes com independentistes. Escòcia va beneficiar-se dels diners del Tresor del Regne Unit en permisos i el règim de suport per a autònoms. Tanmateix, Escòcia podria haver pres decisions més conseqüents i beneficioses cap al seu país amb més poders d’endeutament i llibertat. Sturgeon cada vegada més s’està allunyant de la concepció d’una Escòcia independitzada ideal i admet que hi haurà un període de convulsió econòmica a l’espera d’un futur millor a llarg termini. L’SNP també s’enfronta a la possibilitat que Boris Johnson es negui a concedir una Secció 30 al país, l’únic mecanisme legal per a esdevenir independents. Els escocesos tenen el referent de Catalunya i saben que no és bona idea dur a terme referèndums per la força. Finalment, l’SNP argumenta que ells tenen la intenció de construir un país millor, com ja ho han fet amb la introducció del pagament per a fills menors de setze anys en famílies pobres, però que la manca de llibertat per part del Regne Unit els impedeix fer més. 

Pierre Bréchon Séisme aux élections législatives: les leçons à tirer

Els resultats de les eleccions legislatives a França han estat molt negatius per a Emmanuel Macron. En conjunt, el seu partit i aliats ha obtingut 245 escons, lluny de la majoria absoluta de 289. La Nova Unió Popular Ecològica i Social (NUPES) ha obtingut 133 diputats, mentre que el Rassemblement Nacional de Marine Le Pen compta amb 89 diputats (en tenia 8 el 2017). Els republicans en tenen 60, menys de la meitat del grup parlamentari que van tenir fa cinc anys. Cal afegir que els dos blocs principals són compostos: en la majoria presidencial relativa, LREM només tindria 162 diputats, el MoDem 45 i Horizon, el nou partit de l’exprimer ministre Édouard Philippe, 27. Pel que fa a la NUPES, La France insoumise (LFI) té 79 escons, els Verds i el Partit Socialista 25 cadascun i el PCF 12. D’altra banda, és molt possible que aquesta coalició es fracturi ateses les importants diferències del programa, especialment pel que fa a  Europa i l’OTAN. En tot cas, per primera vegada des del 2002, quan el mandat presidencial es va reduir a cinc anys i es va invertir el calendari electoral, no s’ha amplificat la victòria presidencial a les eleccions legislatives. Al contrari, sembla que hi ha hagut un fort moviment de rebuig cap a la majoria. La situació per als propers cinc anys és, doncs, molt oberta, i obligarà el govern a trobar majories alternatives cas per cas. Aquests resultats també mostren que les recomposicions del sistema partidista francès no s’han acabat. Els republicans també podrien escindir-se, alguns acostant-se a Macron i altres a Marine Le Pen. L’autor també atribueix els mals resultats de macron a una estratègia poc convincent. El 2017, el nou president havia escollit un primer ministre molt ràpidament i el seu govern va adoptar mesures populars abans de la primera volta, sobretot pel que fa a la moralització de la vida política. Ara, en canvi, el cap de l’Estat va tardar a anunciar el seu govern, sense comprometre’s amb mesures concretes malgrat una crisi climàtica, econòmica i sanitària evidents. El programa presidencial per als propers cinc anys continua situat, doncs, en la vaguetat, sobretot pel que fa a la política econòmica, com si el president volgués mantenir una mica de marge en la política que durà a terme, o com si cregués que la seva presència a l’escena internacional seria suficient per atraure votants. Finalment, aquestes eleccions confirmen la importància de l’abstenció: un 53,8%. Les diferències són encara més grans segons les generacions i les categories socials: si entre els majors de 65 anys, dos de cada tres electors inscrits van a votar, només és el cas d’un menor de 35 anys. Molts treballadors i empleats també han optat per l’abstenció. Aquesta és una qüestió molt important que els poders públics haurien de plantejar a l’inici de la legislatura perquè possiblement es puguin implementar reformes de cara l’any 2027. En efecte, l’abstenció podria disminuir amb la implantació d’un sistema de votació proporcional, amb la possibilitat de votar per correu o per Internet, o amb una reforma de la inscripció a les llistes electorals. Molts són també els que proposen implementar una autèntica política d’enfortiment de la ciutadania entre els joves, desenvolupar programes d’incentiu al vot durant les campanyes electorals, o fins i tot organitzar grans debats entre els partits i que els programes arribin amb molta antelació als votants.

Mira Milosevich-Juaristi Los Balcanes y Open Balkan

A principis de juny es va celebrar a Macedònia del Nord la cimera Open Balkan, una iniciativa sorgida amb l’objectiu de millorar les relacions entre els països de la regió, però que encara produeix molta polèmica. La iniciativa es va formalitzar el 10 d’octubre del 2019 a través d’un acord que facilitava les relacions econòmiques i socials entre Albània, Macedònia del Nord i Sèrbia, una mena de mini zona Schengen que garantís la lliure circulació de béns agrícoles i persones. Al principi, Montenegro (membre de l’OTAN i candidat a l’adhesió a la UE), Bòsnia i Hercegovina i Kosovo (candidats potencials a l’entrada a la UE) es van oposar rotundament a aquesta iniciativa, per diverses raons: a) sostenien que una iniciativa d’aquesta mena que no compti amb el suport de la per la UE no podria tenir èxit; b) sospitaven que Sèrbia seria el principal beneficiari econòmic de la iniciativa, ja que és el major productor agrícola; i c) consideraven que la flexibilització dels viatges i el comerç dins dels estats balcànics ja estan coberts per l’Acord Centreeuropeu de Lliure Comerç (CEFTA). Aquest any, empesos per la crisi econòmica provocada per la guerra a Ucraïna i la insistència de Moldàvia, Geòrgia i Ucraïna d’aconseguir un estatus de candidat exprés a la UE, els governs de Montenegro i Bòsnia i Hercegovina hi han participat com a països observadors. Kosovo no ha volgut sumar-se a la cimera de cap manera. Els resultats palpables de la cimera Open Balkan són la signatura de diversos acords de cooperació en el camp de l’educació, un memoràndum d’enteniment i cooperació entre les administracions fiscals, i un altre d’enteniment en l’àmbit del turisme i la cultura. Els principals problemes de la Cimera es van reflectir en els discursos dels primers ministres d’Albània i Macedònia del Nord, que van criticar la influència de Rússia a Sèrbia i la no adopció de les sancions econòmiques de Belgrad a Moscou. Vučić, per part seva, ha eludit referir-se a Rússia i ha insistit en el paper constructiu de Sèrbia a la regió, oferint a tots els veïns ajuda de les reserves sèrbies d’aliments de primera necessitat (blat, sucre, oli i llet), com ho va fer durant la pandèmia. L’estratègia del govern de Belgrad és millorar la seva imatge després de les guerres dels anys 90 de l’antiga Iugoslàvia, i demostrar que una iniciativa com Open Balkan no és un instrument de l’expansionisme serbi sinó d’una iniciativa de països que intenten millorar les vides de les ciutadanies respectives, sense esperar la UE, i en aquest sentit ha de ser recolzada tant per Brussel·les com pels països de la regió, perquè l’estabilitat regional i mantenir bones relacions entre els països veïns són algunes de les claus del seu camí cap a la UE.

Erwan Fouéré The EU Mustn’t Betray its Promises to the Western Balkans

Tot i que la política d’ampliació de la Unió Europea ha estat a l’agenda del Consell Europeu d’aquest mes de juny, la guerra a Ucraïna ha centrar la major part dels debats mitjançant la demanda d’adhesió d’Ucraïna, juntament amb les de Moldàvia i Geòrgia. L’autor considera que seria un altre fracàs de lideratge si la UE no pren mesures urgents pel que fa als Balcans Occidentals, el llarg camí dels quals cap a l’adhesió a la UE va començar fa més de 20 anys. Mentrestant, la UE ha deixat la regió a la deriva entre l’esperança i la desesperació, amb moltes promeses incomplertes, les més urgents relacionades a Albània i Macedònia del Nord. Això està causant una profunda frustració als països de la regió, deixant-los més vulnerables davant d’actors externs com Rússia. Malauradament, els indicis són que el compromís adquirit per part de la Unió Europea el març de 2020 d’obrir les negociacions d’adhesió amb Albània i Macedònia del Nord es tornarà a incomplir. En aquest context, Bulgària segueix mantenint el seu veto a Macedònia del Nord per motius que no tenen res a veure amb els criteris establerts per a l’adhesió a la UE. Tot i que ambdós països van signar l’any 2017 un Tractat d’Amistat, Bon Veïnatge i Cooperació, que va establir una comissió mixta sobre temes històrics i educatius, aquest ha tingut poc impacte a l’hora de fomentar la confiança mútua. Bulgària, estat membre de la UE des del 2007, insisteix que Macedònia del Nord ha d’accepari la versió búlgara dels esdeveniments durant i després de la Segona Guerra Mundial, així com la seva afirmació que la llengua macedònia no existia abans de 1944. També exigeix que el govern de Macedònia del Nord modifiqui la seva constitució per reconèixer l’existència d’una minoria búlgara al país.

Alexandra Brzozowski & Alice Taylor Western Balkan hopefuls hope to ride on Ukraine’s train to membership

Tres dels quatre candidats dels Balcans Occidentals a l’adhesió a la UE han signat una declaració conjunta amb Ucraïna en suport de la seva candidatura a la UE durant una visita a Kíev el 15 de juny del primer ministre albanès Edi Rama i del seu homòleg montenegrí Dritan Abazović. La declaració de suport va arribar pocs dies abans que els líders de la UE es reunissin amb els seus homòlegs dels Balcans occidentals, abans d’una cimera crucial de la UE destinada a discutir l’estatus de candidat potencial d’Ucraïna al bloc. Albània i Macedònia del Nord, tot i ser candidates oficials, fa anys que estan a la sala d’espera, bloquejades per qüestions de corrupció i asil, així com, en el cas de Skopje, el veto de la veïna Bulgària, membre de la UE. Els diplomàtics de la UE creuen que no s’espera cap progrés important per a cap dels dos països, sobretot perquè el govern de Bulgària està a punt de col·lapsar. Així doncs, l’ampliació continuarà sent un tema controvertit perquè pràcticament no s’ha produït cap avenç en l’última dècada, malgrat les garanties donades per la Comissió Europea, tot i que després de l’atac de Rússia a Ucraïna, i a la llum de la influència de tercers a la regió dels Balcans Occidentals, que són les més vulnerables del continent europeu, l’ampliació s’ha convertit en una qüestió bàsica de seguretat. Per a Kosovo i Bòsnia i Hercegovina les perspectives són encara més fosques. Tots dos països estan intentant obtenir l’estatus de candidat. Bòsnia ja ha presentat la seva candidatura, però no ha complert una sèrie de recomanacions. El govern de Kosovo, que no està reconegut per cinc països de la UE (Espanya, Xipre, Romania, Eslovàquia i Grècia), va afirmar a principis de juny que sol·licitarà l’adhesió a la UE a finals d’aquest any. Finalment, Turquia és candidata a la UE des del 1987, però les converses han fracassat en els últims anys, amb la Comissió cada vegada més crítiva amb el govern autoritari del president Recep Tayyip Erdogan.

Ruth Ferrero-Turrión Ampliación, la credibilidad europea en juego

Fa pocs dies el Consell Europeu ha concedit l’estatut de països candidats a Ucraïna i a Moldàvia. Ferrero destaca la celeritat amb què s’ha atorgat aquest estatus en contraposició al llarg temps que porten esperant els països dels Balcans occidentals, tots ells part intrínseca de la política d’ampliació des de la Cimera de Tessalònica de 1999. Sembla força evident la diferent vara de mesurar amb què s’han adoptat les decisions en l’àmbit de la política d’ampliació, i, sobretot, quins són els objectius reals d’aquesta política, que ja fa massa temps que està estancada. La idea original d’aquesta pota de la política exterior europea se sostenia sobre la base que la creació d’expectatives d’adhesió dels països que formessin part d’aquest marc n’acceleraria els processos d’europeïtzació i, per tant, de democratització. Els criteris de Copenhaguen de 1993 van marcar quines serien les condicions prèvies que havien de complir els estats que volguessin formar part de la UE. Aquestes eren essencialment tres: ser una democràcia i respectar l’Estat de dret, ser una economia de mercat i incorporar el cabal comunitari en les legislacions respectives per convergir amb la resta de socis. Tot i això, si alguna cosa han demostrat els anys transcorreguts des de les ampliacions del 2004 i 2007 és que aquesta política no ha aconseguit els objectius que perseguia, només cal mirar la situació de l’Estat de dret a Polònia i a Hongria, o el caos de corrupció en què està sumida Bulgària. En el cas dels candidats actuals, tampoc s’ha vist un gran avenç en l’àmbit democratitzador d’aquests països on s’han instal·lat, consentides per Brussel·les, el que es coneix com a ‘estabilocràcies’, règims polítics que donen estabilitat a la regió amb biaixos autocràtics . L’acceptació urgent de la candidatura d’Ucraïna és gest polític important en què Kíiv podria tenir molt a guanyar en forma d’impuls, moral i diners, i amb què la UE té molt a perdre si les expectatives ucraïneses no coincideixen amb els avenços. Aquesta credibilitat ja està molt tocada als Balcans occidentals, que veuen en aquest gest un greuge comparatiu manifest. D’aquesta derivada procedeix el segon risc al qual s’enfronta la UE, ja que ha de trobar una sortida per a aquests països, que fa dècades que esperen un senyal realment creïble per part de Brussel·les, ja que en cas contrari podríem estar davant turbulències també a la regió. En darrer terme, sense un estatus de candidat per a Bòsnia, sense la liberalització de visats a Kosovo, i sense l’obertura de negociacions d’adhesió per a Albània i Macedònia del Nord, la UE no tindrà prou legitimitat per oferir credibilitat al seu gest a Ucraïna i Moldàvia.

Democracia, diversidad y cultura

Tom Nichols Two Battles for Democracy

Tom Nichols, escriptor i exprofessor del Col·legi Naval dels Estats Units, manifesta encara la necessitat de tot Occident d’ajudar als ucraïnesos en la seva lluita contra Vladímir Putin i Rússia. Les tropes russes van ser derrotades a la capital ucraïnesa, Kíev, però ara estan lluitant en una guerra de desgast al front Oriental del país. L’objectiu inicial de Putin de capturar Ucraïna s’ha esvaït i sembla que ara és primordial capturar territori al Donbas, metre per metre, esclafant a qualsevol soldat ucraïnès. Per això és tan important l’ofensiva de Moscou a Severodonetsk, una ciutat enclavada entre dues grans àrees dominades per Rússia. Si Putin es fa amb aquesta ciutat, solucionaria molts dels seus problemes. Després, malgrat que molts pensem que la guerra ha acabat amb la captura d’aquest territori, la realitat és que permetrà a les tropes russes llançar una gran ofensiva a finals de juny. Orient està fent les coses bé i el passat 15 de juny, l’administració de Biden va prometre uns altres mil milions de dòlars d’ajuda a les tropes de Zelensky. El secretari de Defensa nord-americà, Lloyd Austin, va encapçalar un grup de contacte amb 50 nacions a Brussel·les per obtenir encara més ajuda armamentista per a Ucraïna. En un principi, Nichols va posar en dubte el nomenament d’un excomandant militar com a secretari de Defensa. Prefereix personalitats dels drets civils i no militars que obeeixen al president. Tanmateix, ara ha entès que la personalitat d’Austin com a secretari de Defensa és la millor opció per fer front a Putin i al seu anhel de capturar Ucraïna. No hi ha ningú que entengui millor les operacions militars sobre el terreny i els tipus de sistemes d’armes que estan en joc. Austin és l’home adequat per això. La guerra rus-ucraïnesa no acabarà aviat i Occident ha de mantenir-se ferm en el seu suport. 

Ed Burmila Is the Neoliberal Era Over Yet?

El neoliberalisme va guanyar adeptes durant la dècada dels 70 i des d’ençà que s’ha erigit com la ideologia dominant al món. Tanmateix, arran de la crisi financera de 2008 i la darrera crisi del Covid-19, s’ha manifestat com a un sistema ineficaç per a arreglar tots els problemes que els més eufòrics vaticinaven que resoldria. Ans al contrari: desigualtat, expansió de la pobresa i constants fallides dels mercats és el resultat d’anys de neoliberalisme. Les ideologies, si es consagren durant un període de temps es fan dominants tant del poder polític com del econòmic i són capaces d’influir a tota la societat i ho impregnen tot, així ha sigut el cas del neoliberalisme, que s’ha escampat i ha aconseguit establir-se inclús en l’imaginari dels partits de centre i centreesquerra arreu del planeta. Tanmateix, al no haver complert amb allò que es proposava, i la gent perd la fe amb el model, donant possible entrada a opcions extremes i sucumbir a un canvi d’era. En aquest context, els partits encara no han formulat una alternativa del tot convincent, però el que està clar es que es veuen mostres de que això pugui estar succeint: des de l’espectre de la dreta les noves alt-rights recelen del multiculturalisme i la globalització i per contra presenten propostes d’etnoestats i un fervor nacionalista excloent. Mentre que l’esquerra sembla més aturada, però també hi ha veus que clamen per un món més inclusiu, la participació dels ciutadans en política i una repartició de la riquesa equitativa. Sigui com sigui, és hora de pensar amb idees seductors democràtiques que puguin construir una alternativa al neoliberalisme, perquè sinó l’aposta que s’imposi pot ser molt destructiva. 

Jan-Werner Müller Out with the old: is neoliberalism really dying?

El sistema polític neoliberal es troba – o es trobarà – en runes arreu del món per culpa de les crisis econòmiques, el populisme i la pandèmia de la Covid-19. El terme de neoliberalisme va ser emprat als anys trenta del segle passat per assenyalar la ruptura del nou sistema polític amb les tradicions liberals del s. XIX, no pas amb el liberalisme contemporani. L’historiador nord-americà Gary Gerstle utilitza aquest terme per designar un ordre polític nord-americà particular. Les ideologies, polítiques i l’electorat  que configuren la política nord-americana perduren més enllà dels cicles electorals, siguin republicans o demòcrates. Un exemple és la política del New Deal, llençada a principis dels anys trenta pel president nord-americà demòcrata Franklin D. Roosevelt. No obstant això, fou dues dècades més tard Dwight Eisenhower, president nord-americà republicà, que va consolidar-la. El mateix va succeir a la dècada dels vuitanta, quan Reagan, republicà, va demostrar ser l’ideòleg del neoliberalisme, però fou Clinton, demòcrata, qui va exercir un paper clau. Per altra banda, l’exprimera ministra britànica Margaret Thatcher, no defensava un individualisme egoista, sinó que demanava que les persones fossin responsables d’elles mateixes amb l’ajuda de famílies fortes i la societat civil. La doctrina de Thatcher, compartida per Reagan, no es pot reduir a la cobdícia. El neoliberalisme, tal com expressa Gerstle, era una forma de “cosmopolitisme” més semblant al llibertarisme: una creença suposadament profundament igualitària i pluralista en les fronteres obertes i la diversitat lliure de persones. La nova esquerra hauria de ser vista com a part de l’ascendència neoliberal. Els moviments d’esquerra sovint, de manera inadvertida, s’han dedicat a reforçar el sistema polític neoliberal arreu del món. Els liberals no van entendre les condicions socioeconòmiques de la llibertat. Precisament perquè prioritzaven abans la llibertat a la igualtat. Si el neoliberalisme es tractava menys de la llibertat que de la disciplina, les actuacions de Bill Clinton i Tony Blair, exprimer ministre britànic, són encara més dubtoses. Clinton va presidir programes d’empresonament massiu i d’assistència laboral i Blair va engegar un sistema de vigilància cada cop més gran de la societat britànica i innovacions polítiques com l’intent d’introduir targetes d’identificació. És complicat, doncs, veure que les posicions dels dos equivalguessin a cosmopolitisme en un sentit significatiu. La crisi financera del 2008 és el moment evident amb el qual comença la història de la decadència de l’ordre neoliberal. Els fracassos de Bush pare i fill a principis del s. XXI també van soscavar la confiança en la llibertat com a desregulació. Les dues proves més significatives que el neoliberalisme està morint són les carreres polítiques de Donald Trump i de Bernie Sanders, populistes de dretes i d’esquerres, respectivament. Tot i això, sembla que encara haurem de viure sota les runes del neoliberalisme força temps abans que es reconstrueixi un nou ordre polític. 

The Economist How democracies decay. Latin America’s vicious circle is a warning to the West

The Economist considera que l’estancament econòmic, la frustració popular i la polarització política s’estan reforçant mútuament al continent i que això no només afecta Amèrica Llatina, sinó al món sencer en tant que la regió segueix sent en gran part democràtica i hauria de ser un aliat natural d’Occident. També pot tenir un paper vital per ajudar a resoldre altres problemes globals, des del canvi climàtic fins a la seguretat alimentària. És la llar no només de la selva amazònica en ràpida disminució i bona part de l’aigua dolça del món, sinó també d’una gran quantitat de productes bàsics necessaris per a l’energia verda, com el liti i el coure. És un gran exportador d’aliments i podria aportar més. Fins no fa gaire, Amèrica Llatina estava en fase ascendent. Un auge de les matèries primeres va portar un creixement econòmic saludable i va proporcionar als polítics els diners per experimentar amb polítiques socials innovadores, com ara programes de transferència condicional d’efectiu. Això, al seu torn, va contribuir a provocar una gran reducció de la pobresa, reduint l’extrema desigualtat d’ingressos associada durant molt de temps a la regió. Les classes mitjanes van créixer. Això va ajudar a apuntalar l’estabilitat política. En general, els governs democràtics respectaven els drets humans, encara que l’estat de dret fos feble. L’article considera que ara aquest cercle virtuós ha estat substituït per un de viciós. Les economies d’Amèrica Llatina han patit una dècada d’estancament o creixement lent. La seva població, especialment els joves, s’han frustrat per la seva manca d’oportunitats i han dirigit aquesta ira contra els polítics, àmpliament considerats corruptes. Els polítics, per la seva banda, no han pogut posar-se d’acord sobre les reformes necessàries per fer més eficients les economies d’Amèrica Llatina. La bretxa de productivitat de la regió amb els països desenvolupats s’ha ampliat des de la dècada de 1980. Amb massa monopolis i poca innovació, Amèrica Llatina es queda curta en l’economia del segle XXI. Això comporta el risc no és només que les democràcies esdevinguin dictadures, sinó que Amèrica Llatina s’allunyi de l’òrbita d’Occident. A bona part de la regió, la Xina és ara el principal soci comercial i està invertint en infraestructures. Alguns dels governs d’esquerra de la regió semblen disposats a tornar a la no- alineació de l’època de la Guerra Freda. Cinc dels presidents de la regió, inclòs López Obrador, van optar per boicotejar la Cimera de les Amèriques d’aquest mes a Los Angeles. Els Estats Units —i Europa— podrien fer més per implicar Amèrica Llatina, mitjançant el comerç, la inversió i la tecnologia. Però Amèrica Llatina, al seu torn, ha de reconèixer que té molt a guanyar amb la reconstrucció de vincles més estrets i que el seu paper en un món dominat per la Xina seria el d’una neocolònia.

Nina Brooks et al. A Post-Roe World?

La controvèrsia de tirar enrere la llei de Roe vs Wade del 1973 dels EUA és una greu amenaça per al dret a l’avortament dins els EUA. Tanmateix, l’efecte no es notaria en l’estat americà, sinó que també té un seguit d’implicacions en països tercers, sobretot en aquells que el finançament d’aquestes pràctiques és a través de l’ajuda americana. No obstant això, val a dir que des de que la URSS legalitzés l’avortament al 1920, molts països van anar poc a poc donant espai a l’avortament en la seva política domèstica, sobretot a partir de la dècada dels 60. Aquesta liberalització va venir acompanyada d’altres drets per les dones i va suposar un gran pas endavant. Tanmateix, malgrat els avenços, l’ONU en les declaracions que publica per a defensar els drets de les dones, sempre ha evitat situar el terme avortament degut a les pressions de grups antiavortistes formats per aliances religioses catòliques i musulmanes. En la Conferència Internacional sobre Població i Desenvolupament de Mèxic del 84, el president Reagan va enviar una delegació per a establir que sota la seva administració s’aturaria tot el finançament estatunidenc a totes aquelles organitzacions que fessin avortaments i donessin assistència reproductiva arreu del món. Aquesta política s’ha anat aplicant fins avui en dia durant governs republicans. Malgrat el retrocés ideològic i la proliferació de moviments antiavortament dins els EUA, la realitat és que els passos cap a la consagració d’un avortament segur internacional van endavant, ja que la OMS advoca per una liberalització i pràctica segura, tot i que ho fa des d’un punt de vista mèdic. 

Economía, bienestar e igualdad

Edward Alden Why This Global Economic Crisis Is Different

Les grans crisis a les que el món contemporani s’ha enfrontat s’han resolt sempre amb grans consensos dels països, els quals arribant a acords han decidit remar plegats cap a la mateixa direcció. Malauradament, a la crisi que ens enfrontem actualment, sembla que no hi ha el quòrum que hi va en les situacions passades. En aquells contextos van aparèixer instruments de cooperació informals com el G-7 que més endavant seria el G-20 com a òrgans de negociació entre estats per a arribar a acords i evitar conseqüències pitjors. No obstant això, actualment està costant molt més deixar de banda els interessos individuals i cadascú vol cobrar les seves condicions a un preu més elevat, que sembla que la resta no estan disposats a pagar. Les solucions que s’estan oferint (sobretot pactes regionals) malgrat ser optimistes i creatives, estan lluny d’erigir-se com a definitives i no estan a l’alçada de les circumstàncies. Així doncs, el planeta s’està endinsant en un llarg període de manca d’acord i de consensos, mentre afronta unes crisis d’alimentació, bèl·liques, climàtiques i econòmiques gairebé sense precedents i quan més es requereixen respostes, aquestes estan lluny d’arribar. 

The Economist The tricky restructuring of global supply chains

A la dècada de 2010, el ritme d’integració econòmica va estancar-se per les lluites de les grans empreses contra la crisi financera del 2008, la revolta populista contra les fronteres obertes i la guerra comercial de l’expresident Donald Trump. El flux de béns i capitals es van estancar i es va decidir no invertir en l’estranger. La pandèmia de la Covid-19 i la guerra rus-ucraïnesa han obligat a reformular el concepte de capitalisme global. Aquest nou sistema de les cadenes de subministrament globals no prioritzen l’eficiència, sinó la seguretat. Prioritza fer negocis amb països amb qui pots confiar. Tot això podria esdevenir en proteccionisme i empitjorament de la inflació, o bé en una millora de la resiliència. Després de la caiguda del Mur de Berlín, l’any 1989, la prioritat principal de la globalització va ser l’eficiència. Les empreses van situar la producció o els costos on eren més baixos i els inversors van desplegar el capital allà on els rendiments eren més elevats. Els governs arribaven a acords amb empreses que cuidaven o no als seus treballadors i amb democràcies o autocràcies per igual. Aquesta decisió va mantenir els preus baixos i va ajudar a treure de l’extrema pobresa a mil milions de persones, alhora que el món emergent, inclosa la Xina, s’industrialitzava. Aquesta globalització molt eficient també va tenir problemes, com els fluxos de capital volàtils que van desestabilitzar els mercats financers o l’extrema dependència de les autocràcies, que abusen dels drets humans i utilitzen el comerç com un mitjà de coacció. Un exemple és el gas de Rússia i els esforços d’Occident per acostar postures amb Qatar. Mentrestant, la Xina autocràtica de Xi Jinping té una petjada comercial set vegades més gran que la russa i el món depèn d’una gran varietat de productes seus. Les empreses estan tendint ara a la resiliència, és a dir, a invertir en el seu propi país. Un exemple és que les 3.000 empreses més grans del món han augmentat el seu pes en el PIB mundial del 6% al 9%. A més, el patró d’inversions multinacionals s’ha invertit: el 69% prové de filials locals que reinverteixen localment en lloc d’empreses matrius que envien capital a l’estranger. No obstant això, els governs han de recordar que la resiliència prové de la diversificació i no de la concentració a casa. No han de caure en el proteccionisme desenfrenat o els plans d’ocupació. 

The New York Times Editorial Board The World Has a Choice: Work Together or Fall Apart

L’editorial del New York Times considera que és un impuls humà natural, i també polític, tancar-se al món exterior quan hom es veu amenaçat per una crisi que sembla fora del nostre control. I ara el món s’enfronta a diverses forces d’aquest tipus alhora: l’escassetat d’aliments, la inflació, la persistència de la COVID-19 i els efectes de l’escalfament global. En conjunt, amenacen l’estabilitat i la prosperitat de les nacions d’arreu del món. Aquesta amenaça podria accelerar el distanciament que molts països ja tenen respecte de la globalització i la cooperació internacional. Però aquesta actitud és equivocada en tant la COVID, el canvi climàtic i ara l’espectre d’una crisi alimentària global mostren clarament que els problemes del món estan íntimament lligats, com també ho són les solucions. El poder de la cooperació s’ha mostrat en la resposta coordinada a l’agressió de Rússia. Es requereix més cooperació, no menys, per solucionar les altres crisis. En el cas de la crisi alimentària, com passa sovint, són els països més pobres els que pateixen el cop més fort, i la història demostra que la fam pot esdevenir ràpidament letal. Nigèria, Somàlia, Etiòpia, Egipte i Iemen ja noten l’escassetat d’aliments, i l’augment dels preus ha provocat protestes a l’Argentina, Indonèsia, Tunísia i Sri Lanka, entre altres països. En darrer terme, tot i que la confiança i la cooperació internacionals són objecte de moltes reticències, són l’única sortida a qualsevol d’aquestes crisis entrellaçades. L’administració Biden hauria de veure aquest moment com un moment crític per al lideratge dels Estats Units al món i donar-li un pas per assolir-lo.

George Parker & Chris Giles The deafening silence over Brexit’s economic fallout

Justament 6 anys després del Referèndum del Brexit, el Regne Unit no està aconseguint els resultats que esperava al deixar la UE. La inestabilitat política i econòmica no s’atura i justament el darrer mes Johnson s’ha hagut d’enfrontar a una moció de confiança que ha superat pels pèls, i perdent suport de membres del seu partit. Així doncs, del que es parla actualment al Regne Unit és de les conseqüències econòmiques que estan tenint els primers anys del Brexit, i que és un tema tabú pels defensors del Leave: En primer lloc, les exportacions britàniques han caigut fins a un terç i el preu de les importacions ha pujat. En segon lloc, la inversió empresarial no aconsegueix remuntar als nivells pre-Brexit mentre en els altres països creix. En tercer lloc, la lliura ha perdut valor i tampoc ha aconseguit remuntar a les xifres anteriors. I finalment, la inflació causada per la pujada de preus de les importacions no s’ha vist compensada en un augment dels salaris, el que té un impacte negatiu en el nivell de vida de la població britànica. Degut a aquests mals resultats econòmics, l’Administració de Johnson ha intentat aplicar mesures per a pal·liar els problemes, però no semblen tenir l’efecte desitjat. Moltes veus clamen a renegociar els acords amb Brussel·les, però la relació no està en el millor moment, degut als malentesos amb els acords fronterers a Irlanda del Nord. Sigui com sigui, el Regne Unit haurà de trobar solucions per a redirigir l’economia del país, ja que altrament pot esclatar una greu crisi amb fatals conseqüències per a la població britànica. 

Ruchir Sharma Why China is not rising as a financial superpower

Durant els últims anys, les notícies de l’ascens de l’economia xinesa han sigut les més repetides. No obstant això, la Xina com a aspirant a superpotència financera mundial és ara per ara pràcticament impossible. Quan la Xina va obrir-se al comerç mundial l’any 2000, semblava encaminada a la supremacia econòmica i financera. El 2010, Pequín tenia l’ambició financera de situar el renminbi (moneda de la Xina) com a moneda global. És cert que el PIB de la Xina des de principis de segle s’ha pràcticament quintuplicat i que la seva quota en el comerç mundial s’ha quadruplicat, essent l’economia que ha crescut més de pressa. Tanmateix, el seu mercat de valors és un dels més febles del món. El renminbi representa tan sols el 3% de la quota de les reserves mundials del Banc Central, una xifra similar a la de el Canadà o Austràlia. El problema és la confiança, tant per part dels accionistes estrangers com dels mateixos xinesos. La Xina s’ha tornat financerament cap a endins i, mentre que els inversors xinesos tenen restriccions per invertir a l’estranger, els estrangers s’espanten pels intents erràtics de Xi Jinping per controlar el mercat. Això explica per què les accions a la Xina no augmenten ni disminueixen amb el creixement econòmic. Avui dia, més de la meitat dels països del món utilitzen el dòlar com a moneda internacional, mentre que només el 5% empra la moneda xinesa. De moment, Pequín no té la confiança per aixecar els controls de capital i fer que el renminbi sigui totalment convertible. 

Sostenibilidad y cambio climático

Jamal Benomar Why the UN Security Council can’t keep ignoring climate-driven conflict

L’emergència climàtica és un dels motius principals de l’aparició de conflictes en les àrees que més pateixen els seus efectes i el Consell de Seguretat de l’ONU no ho està tenint en compte. Així doncs, la regió més afectada per aquests conflictes és l’Àfrica, que coincideix amb el continent que menys gasos emet, concretament un 3%. Malgrat els esforços per a tenir en compte l’amenaça que implica el canvi climàtic, països del Consell Permanent de Seguretat s’oposen a considerar-ho, tenint en compte que els 5 països membres són responsables de gairebé la meitat de les emissions anuals. Així doncs, cal destacar que els efectes de la sequera, l’escassetat de menjar i la desertificació, sumat a governs dèbils amb poders limitats, conjuntament amb la proliferació d’armes en la regió, constitueix un escenari molt propens a l’aparició de conflictes i a que grups extremistes violents puguin reeixir en els seus objectius de desestabilitzar els estats de la zona. En aquest context, l’ONU hauria de veure’s en l’obligació de prendre mesures per a posar remei i no hi ha una altra manera que no passi per evitar la desertització creixent en la regió. Projectes com la Great Green Wall poden ser una solució, però alhora cal una monitorització de la relació entre escalfament global i amenaça a la pau, per així poder establir certa seguretat en les regions més afectades. Totes aquestes propostes són necessàries per a la Cop27 que tindrà lloc a Egipte aquest any. 

David Wallace-Wells What if We Had Spent the Money on Climate?

L’autor revela una conversa que va mantenir l’estiu de 2020 amb Christiana Figueres, l’antiga cap de la Convenció Marc de les Nacions Unides sobre el Canvi Climàtic i un dels arquitectes de l’Acord climàtic de París en la qual va afirmar que l’escala i la profunditat de la descarbonització dependran en gran mesura de les característiques dels paquets de recuperació post-COVID més que de qualsevol altra cosa, a causa de la seva escala. Degut a l’escala del finançament, això determinarà la lògica, les estructures i, sens dubte, la intensitat de carboni de l’economia global almenys durant una dècada, si no més. Uns mesos més tard, un equip liderat per Marina Andrijevic i Joeri Rogelj va estimar que si el món pogués gastar en la lluita contra el canvi climàtic durant els propers cinc anys només el 10 per cent dels diners que havia gastat fins aleshores en l’alleujament de la COVID, n’hi hauria prou per aconseguir una transició verda integral, complir els objectius de l’acord de París i mantenir el planeta molt per sota dels dos graus centígrads d’escalfament. Això no obstant, les inversions verdes d’avui són proporcionalment menors que les que van seguir les recessions anteriors, Després de la crisi financera mundial del 2007-09, per exemple, el 16% de la despesa global d’estímul es va dirigir a retallades d’emissions (uns 520.000 milions de dòlars de 3,25 bilions de dòlars en total). Si avui s’hagués compromès una quota similar, el total seria de 2,2 bilions de dòlars, més del doble del que s’ha promès per reduir les emissions. Figueres elogia les ambicions d’Europa i diu que és optimista que hi pugui haver un canvi com a resultat de les eleccions australianes, que van substituir el primer ministre climatoescèptic, Scott Morrison, per Anthony Albanese, després d’una campanya electoral inusualment centrada en el canvi climàtic. Amb tot, amb l’excepció d’Europa, Figueres no veu que altres països apostin realment per les tecnologies renovables i netes, sinó bàsicament amb una mentalitat de substitució, en contraposició a la mentalitat de descarbonització.

Timothy Laing Eco-friendly tech comes with its own environmental costs: that’s why it’s vital to cut energy demand now

Reduir la tecnologia d’emissions de CO₂ per a una d’ecològica amb emissions de carboni zero comporta també la destrucció de l’ecosistema mediambiental. Una característica important de la tecnologia ecològica d’emissions zero és que empren materials molt més variats que la tecnologia que substitueixen. Els aerogeneradors, per exemple, necessiten ferro i zinc per a l’acer a prova de corrosió i els motors adequats. Els vehicles elèctrics necessiten liti, cobalt, níquel i manganès per a les seves bateries, a més de neodimi i altres minerals rars per als seus motors. Alguns d’aquests materials provenen del reciclatge, però el liti, per exemple, no se’n consumeix tan avui en dia per a reciclar-lo. La construcció de la tecnologia ecològica es traduirà en un augment de la mineria que inevitablement danyarà l’ecosistema. La refinació de l’alumini, fonamental per a fabricar plaques solars, comporta actualment el 2% de totes les emissions de gasos d’efecte hivernacle. Tanmateix, s’espera que el 2050 aquestes emissions siguin equivalents al doble de les emissions anuals dels avions. Per aquest motiu, és necessari canviar la font d’energia amb la qual es refina el material, de combustible fòssil a hidroelectricitat. Per altra banda, l’obtenció de liti a l’Argentina, Bolívia i Xile implica la perforació de grans forats a les salines per portar l’aigua salada a la superfície. Finalment, el cobalt, material vital en les bateries dels vehicles elèctrics, s’extreu principalment de les mines del Congo, on treballen nens amb condicions laborals insegures i contractes de treball explotadors. Per aquest motiu, la solució per cuidar el medi ambient no passa tan sols per descarbonitzar la tecnologia, sinó per reduir la nostra demanda d’energia a través de l’augment de l’eficiència. Sense això, serà quasi inevitable fer una transició ecològica sense malmetre el medi ambient. 

Jeff Sparrow The climate crisis is hitting the planet’s working classes the hardest and they know it

Durant aquestes setmanes, arran dels resultats de les eleccions generals australianes, s’ha estès entre grans personalitats polítiques el discurs que el canvi climàtic és quelcom que afecta els rics i només preocupa a les elits de la ciutadania. No obstant això, a l’Índia, on des de fa prop de vint-i-un dies han arribat a temperatures de 42 °C a causa del canvi climàtic, són les classes obreres les més perjudicades, les que estan obligades a treballar sota el sol dia rere dia. Als Estats Units, davant l’onada de calor, les autoritats van recomanar a centenars de milers de ciutadans a no sortir dels seus domicilis. Tanmateix, és justament la classe treballadora, la que ha de treballar sota el sol i sense aire condicionat. És per això que el discurs que el canvi climàtic és una de les preocupacions de les classes més riques és mentida i que és una estratègia més dels partits polítics tradicionals per desprestigiar els partits polítics d’esquerra i verds que volen fer front a aquesta problemàtica tan evident. 

Innovación, ciencia y tecnología

Oscar Williams Inside Europe’s fight for ethical AI

Una allau de crítiques està caient sobre els gegants tecnològics per tractar amb una manca de transparència en el desenvolupament de les tecnologies d’intel·ligència artificial (IA). Des d’Europa es veu amb temor que el mercat de la IA estigui tan controlat pels Estats Units i és per això que s’està desenvolupant una Llei de la IA per a protegir els consumidors i a la societat de possibles IA malignes, incentivar la innovació i crear uns estàndards comuns per l’adopció d’aquesta tecnologia que cada vegada és més present en el dia a dia i que s’erigeix com a futur esperançador i necessari per a múltiples funcions. Tanmateix, la legislació sembla excloure a priori les IA amb propòsits generals – on les grans companyies tecnològiques han dipositat molts diners – i hi ha debat sobre si s’han de regular. El que es vol evitar amb la legislació és que els models que es proveeixin no estiguin esbiaixats a l’hora de funcionar i que es pugui fer responsable al primer proveïdor per a que hi pugui haver un rendiment de comptes entre empreses, responsabilitats i un procés estandarditzat que clarifiqui les funcions de cada contribuïdor en el desenvolupament de la IA.Finalment, França ha sigut el que ha proposat més regulacions i que en casos de IA d’alt-risc s’hagin de poder reentrenar o treure del mercat si es mostren ineficaces. Així doncs, la Unió Europea es prepara amb aquestes legislacions per a un tema cabdal que cada vegada guanya més terreny en el dia a dia i també per una batalla amb els lobbies de les puixants grans corporacions tecnològiques. 

Vincent Manancourt What’s wrong with the GDPR?

El Reglament General de Protecció de Dades (GDPR, per les seves sigles en anglès) de la Unió Europea s’ha convertit en el projecte insígnia del bloc europeu. Tanmateix, des que va entrar en vigor l’any 2018, el reglament ha rebut crítiques constants per part d’activistes de la privadesa i autoritats de protecció de dades d’Europa per la laxa normativa aplicada a les empreses de dades massives per a alguns països. La Comissió Irlandesa de Protecció de Dades, qui té un paper important a l’estar situades la majoria de grans corporacions de la Unió Europea a Dublín, afirmen que l’aplicació del reglament ha estat lenta i fluixa. Fins ara, els funcionaris de la UE han defensat l’aplicació del reglament i han ignorat les crítiques de la comissió irlandesa. No obstant això, l’actual supervisor europeu de protecció de dades Wojciech Wiewiórowski afirma que el GDPR ha de ser revisat i actualitzat. Wiewiórowski reunirà els responsables de la protecció de dades a Brussel·les per obrir un debat sobre els errors del reglament i establir una revaloració de la llei de cara al 2024, quan la nova comissió prengui el poder. Fins ara, el GDPR ha imposat multes en el sector tecnològic de fins al 4% de la facturació anual d’algunes empreses. També són conegudes les multes rècord de 746 milions d’euros a Amazon i 225 milions a WhatsApp, mentre que les xarxes socials de TikTok i Instagram també han sigut sancionades. És important saber que les empreses en matèria de dades estan regulades per l’organització nacional de supervisió del país on tenen la seu central europea. Per tant, la primera paraula sobre la imposició de multes i sancions i la gestió dels primers tràmits administratius són per part dels estats i no de la Unió Europea. La principal queixa de la Comissió de Protecció de Dades d’Irlanda és cap al mateix govern irlandès, que l’acusen de ser massa feble i lax en aquesta matèria. Tot això ha portat a molts legisladors europeus plantejar-se si les regles de privadesa haurien de ser aplicades a escala europea i no estatal, sobretot si es tracta de grans multinacionals com Meta, Google o Apple. 

Christine Emba If Google’s AI is truly alive — now what?

Recentment, un enginyer de Google va afirmar que una IA en forma de xatbot de l’empresa havia desenvolupat sentiments i que per tant, era conscient. Malgrat que hi ha cert escepticisme sobre aquesta afirmació, el que també ha causat ha sigut un seguit de qüestions sobre què passaria si apareixen IA amb capacitat de sentir: s’hauria de tenir en compte el seu consentiment a l’hora d’experimentar? Què ens faria si pogués? Totes aquestes preguntes no tenen encara una resposta definida, però el que està clar és que constitueix un repte de notables magnituds adreçar-les. Així doncs, posar-se mans a l’obra per adreçar aquest seguit de desafiaments és una feina necessària i que seria adequat fer el més ràpid possible, ja que sinó ens veurem superats – altra vegada – per una tecnologia que avança més ràpidament que la nostra adaptació a ella. 

David Bollero La ciberguerra que no se cuenta

El CyberPeace Institute acaba de fer públics els resultats d’una nova investigació sobre la guerra digital que s’està produint en paral·lel a la invasió física a Ucraïna. Es tracta d’una combinació de ciberamenaces que converteixen les dades en armes, ja sigui per destruir, interrompre activitats o desinformar. Des del CyberPeace Institute adverteixen que, si bé és cert que aquests atacs cibernètics contra objectius militars i civils no són nous, la quantitat registrada contra infraestructura crítica sí que és motiu d’alarma. Des de l’inici del conflicte ja s’han registrat prop de 226 ciberatacs i operacions en aquest àmbit, cosa que dóna una mitjana de 9,8 atacs per setmana. Abans fins i tot que esclatés la guerra el 24 de febrer passat, ja es van registrar ciberatacs a Ucraïna que podrien tenir una estreta relació amb la invasió. És el cas d’atacs de denegació de servei (DDoS) a dos dels principals bancs nacionals els dies 15 i 16 de febrer, els quals van seguir uns altres el 23 de febrer als ministeris ucraïnesos d’Afers Exteriors, Defensa o d’Interior.Segons es detalla a l’informe, més enllà dels ciberatacs per difondre desinformació i propaganda, els atacs dirigits contra serveis de comunicació i centrals elèctriques violen el Dret Internacional Humanitari. A més, els sectors energètic, miner i financer també estan sent objectiu dels atacs, tant a Ucraïna com a Rússia, a mesura que augmenta el nombre de sancions imposades, com per exemple l’atac amb l’anomenat malware wiper (esborrat de dades) AcidRain a la xarxa satelital KA de Viasat a Ucraïna el mateix dia de la invasió russa, que va afectar una important companyia d’energia alemanya que va fer perdre l’accés de monitorització remota a més de 5.800 turbines eòliques.

Stephen Marche Artificial Consciousness Is Boring

PaLM, el sistema de llenguatge d’intel·ligència artificial de Google, no està creant consciències artificials, com molta gent creu. En lloc d’això, tracta d’imitar altres consciències a través del seu enorme sistema d’aprenentatge i d’eines. El que més ha sorprès els mateixos enginyers i creadors de PaLM és el fet que aquest sigui capaç de raonar i emprar la lògica per a resoldre qüestions del dia a dia. Tal com afirmen els programadors de la IA, això és degut a l’aprenentatge: en lloc de dir-li a PaLM que dos i tres fan cinc, li ensenyen – o el programenperquè entengui com s’ha dut a terme aquesta operació. D’aquesta manera el mateix sistema d’intel·ligència artificial ha après pel seu compte a fer servir un raonament lògic i solucionar certes qüestions per a les quals no havia estat programat. No obstant això, PaLM encara està lluny de comportar-se com un ésser humà i adoptar la seva consciència, somni de tots els aficionats a la ciència-ficció. Els avenços en tecnologia referent a la intel·ligència artificial, tal com afirma un enginyer que hi porta treballant més de trenta anys, es troben ara en el seu punt més àlgid, en un moment en què el mateix programari és capaç de sorprendre els seus creadors. 

... Y también recomendamos

Ivo H. Daalder & James M. Lindsay Last Best Hope. The West’s Final Chance to Build a Better World Order

Michael Hirsh We Are Now in a Global Cold War

Volodymyr Yermolenko From Pushkin to Putin: Russian Literature’s Imperial Ideology

Stephen Hall Ukraine and Moldova gain EU candidate status but face a long road to full membership

Guy Hedgecoe The elephant in the room for Spain’s conservatives? The far right

Cecilia Milesi El antifeminismo moviliza a la extrema derecha en Occidente

Branko Milanovic China to the rescue?

Dough Palmer & Sarah Anne Aarup WTO breaks negotiating slump with package of deals

Elisabeth Cremona Clean power by 2035

James Bloodworth Cryptocurrency is a symptom of the death of the American dream

back to top