Ellen Ruth

Diari de les idees 74
22 diciembre 2022

Ideas de actualidad

En este último número del año del Diari de les idees destacan los retos que supone el reordenamiento de la nueva era multipolar, el impacto de las protestas en China y en Irán que suponen un desafío de nuevo cuño a dos regímenes autoritarios, el escándalo de corrupción conocido como Qatargate en el Parlamento Europeo que cuestiona la credibilidad de las instituciones y del proyecto europeo en un momento difícil, la paralización en el Senado de la renovación de los miembros del Tribunal Constitucional por parte del propio TC, que sitúa la democracia española fuera de los caminos institucionales por los que ha transitado hasta hoy, las noticias cada vez más alarmantes que provienen de los Balcanes Occidentales con el incremento de las tensiones en Kosovo, las diferentes interpretaciones respeto de un posible final de la globalización, el papel relevante de las mujeres en la lucha contra el cambio climático y las esperanzas de una posible fuente de energía limpia, barata e ilimitada proporcionada por la fusión nuclear.

En el ámbito de los asuntos globales, el canciller alemán Olaf Scholz publica en Foreign Affairs un extenso artículo donde afirma que estamos ante un nuevo Zeitenwende, un cambio de época, un cambio de paradigma mundial provocado por la guerra en Ucrania, en el que los agentes y focos de poder cambian continuamente y la Unión Europea se debe reforzar internamente. Desde su punto de vista, el nexo de unión de la UE debe ser Alemania, que tiene que asumir un papel crucial como garante de la seguridad en Europa e incrementar sus inversiones en el sector militar. En este sentido, Alemania también ha impulsado la European Sky Shield Initiative de cara a establecer una cooperación militar intergubernamental a la que se han sumado 14 países europeos. Scholz destaca que la invasión de Ucrania no sólo ha reforzado la unión de la UE y la OTAN, sino que también ha catalizado cambios en las políticas energéticas y económicas. Alemania ya importará gas natural licuado de otros mercados en los próximos meses, ha pospuesto la fecha de cierre de sus centrales nucleares, ha vuelto a poner temporalmente en funcionamiento la producción de carbón y ha potenciado la transición hacia las energías renovables. Con respecto a la integración europea, Scholz defiende que hace falta una cooperación todavía más cercana entre Alemania y Francia para solucionar problemas como la inmigración y las políticas fiscales. Es por eso que Alemania quiere cambiar el sistema de votaciones en sectores como las políticas exteriores y los impuestos para que las decisiones se tomen por mayoría cualificada y no por unanimidad. En último término, lo que requiere el actual Zeitenwende es una nueva manera de pensar que permita crear nuevas alianzas que eviten una nueva división del mundo en bloques.

Shannon Tiezzi afirma en The Diplomat que las protestas contra la política de COVID cero del gobierno chino se han convertido en reivindicaciones de alcance amplio sobre libertad, derechos humanos y democracia. En este sentido, quizás lo más preocupante para las autoridades es que las protestas, aunque espontáneas y sin organización estructurada, comparten un simbolismo común, con eslóganes como “Queremos comer, no hacer pruebas PCR. Queremos libertad, no confinamientos”. Hasta ahora muchos chinos, como otros ciudadanos de estados autoritarios, no querían asumir las consecuencias de una protesta contra las políticas oficiales y consideraban que cuando las autoridades reprimen, la culpa es de la víctima. Y es precisamente por eso que las protestas actuales son tan poderosas: nadie piensa que las víctimas de las políticas de COVID cero eran culpables de su muerte. Además, las protestas también han debilitado una de las excusas preferidas del régimen en el sentido que cualquier disidencia es promovida por “fuerzas extranjeras hostiles”, una línea ya utilizada para reprimir el movimiento pro-democracia de 1989, las protestas étnicas recurrentes en el Tíbet y Xinjiang y, más recientemente, las protestas de 2019 en Hong Kong. Es demasiado pronto para decir si las protestas actuales provocarán algún cambio, pero las políticas de COVID cero ya han tenido un gran impacto en la sociedad china al provocar un aumento masivo de la conciencia sobre las injusticias del régimen.

Continuando con el malestar contra regímenes autoritarios, Stéphane Dudoignon señala en Le Monde Diplomatique que ante las protestas que están teniendo lugar en Irán desde finales de septiembre, el régimen ha apostado por el método duro para recuperar el control de la situación (ejecuciones públicas incluidas), aunque una parte de la jerarquía religiosa lamenta la ausencia de mecanismos de conciliación entre el poder y los manifestantes. Estas grietas en el cuerpo clerical no son nuevas, en un país donde las instituciones mayoritarias chiíes y minoritarias suníes, a menudo apoyadas por poderosas fundaciones, disponen de una serie de recursos que les permiten un pluralismo interno relativo. La novedad es el miedo, expresado por una parte del estamento religioso, de ver fuera de control la conjunción de insurrecciones urbanas de las que Irán es el teatro. Por otra parte, la fragmentación del poder heredada de la era Jomeini, su dependencia de las milicias transnacionales y el rearme ideológico de los Guardianes de la Revolución alimentan la escalada y han reducido la historia contemporánea de Irán a una sucesión de crisis cada vez más marcadas por la hiperviolencia.

En la misma revista, Michaël Levystone destaca que aunque ninguno de los países de Asia Central la haya condenado oficialmente, la agresión rusa contra Ucrania ha provocado un gran malestar en toda la región y si hasta hace poco Moscú era considerado como el garante de la seguridad, ahora otros actores desafían su monopolio, como por ejemplo los Estados Unidos. Kazajistán, Kirguistán, Uzbekistán, Tayikistán y Turkmenistán mantienen estrechos vínculos con Moscú, pero también han establecido buenas relaciones con Ucrania, y durante las votaciones en las Naciones Unidas de las resoluciones de condena a la agresión rusa y la anexión de territorios ucranianos por parte de Rusia, estos países mostraron una actitud de prudente neutralidad: sus representantes se abstuvieron o no participaron en la votación. Tras esta unidad de fachada, sin embargo, existen muchos matices. Turkmenistán y Tayikistán, por miedo a enajenar Rusia, garante de su seguridad contra su vecino Afganistán, mantienen un prudente silencio. Kirguistán ha mostrado una posición más ambivalente: después de haber parecido legitimar la invasión rusa, el país acabó reconociendo el derecho de Ucrania como estado soberano. Las dos repúblicas de Asia Central que se han pronunciado más abiertamente a favor de Kiev son Uzbekistán y sobre todo Kazajistán, donde vive una importante minoría rusa en las provincias del norte. Otra reacción común a los países de Asia Central, observada desde la movilización parcial decretada por Putin en septiembre, es su rechazo a los intentos rusos de reclutar trabajadores temporeros de Asia Central para ir a luchar a Ucrania. Paralelamente, la imagen de una potencia rusa empantanada en Ucrania ha impulsado las repúblicas de Asia Central a diversificar sus alianzas para garantizar su propia seguridad, lo que ha beneficiado los tradicionales rivales de Moscú en la región. Así, desde el inicio de la guerra, China ha firmado acuerdos de cooperación militar con sus proveedores de petróleo (Kazajistán) y gas natural (Turkmenistán). Beijing también se ha consolidado gradualmente como vendedor de armas a los regímenes de Asia Central, como Turkmenistán, al que ha suministrado sistemas de defensa antiaérea. Por otra parte, desde la invasión de Ucrania, la estrategia de influencia desplegada por el presidente turco Erdoğan incluye una dimensión militar. Así, Ankara ha firmado un tratado de asociación estratégica global y un acuerdo marco para una cooperación militar reforzada con Uzbekistán, un acuerdo marco de cooperación militar con Tayikistán y sobre todo un tratado de colaboración estratégica con Kazajistán, que prevé el establecimiento de una línea de producción de drones. Finalmente, también los Estados Unidos han aprovechado la guerra para recuperar protagonismo en Asia Central. Su estrategia para recuperar la influencia regional se centra en la lucha contra el terrorismo con la mirada puesta en Afganistán.

En la revista Conflits, Bertrand Slaski, director del Foro Internacional de Dakar para la Paz y la Seguridad en África y de Iniciativa Global para la Paz y la Seguridad en África (IGPSA), destaca que los Estados Unidos vuelven a interesarse por el África y que la cumbre norteamericana-africana de este mes de diciembre ha definido las apuestas estratégicas de Washington para el continente. Se trata tanto de contrarrestar a los rusos como a los chinos, pero también de asentarse en un continente que han dejado de lado durante mucho tiempo. En un momento en el que se está produciendo un profundo movimiento de cambios en los equilibrios geopolíticos, el continente africano es ahora objeto de una renovada atención, tanto de las potencias tradicionales como de las emergentes. Ya no se trata sólo de asegurar el acceso a los recursos naturales y a los mercados impulsados por una demografía galopante, sino también de atraer a su campo el mayor número posible de estados africanos, con el objetivo de tener más influencia en la escena internacional y posiblemente imponer su propio modelo de gobernanza. Ante los avances rusos y sobre todo chinos de los últimos años, la diplomacia norteamericana se está movilizando con fuerza ya que necesita recuperar su presencia en un espacio geográfico que había tendido a relegar a un segundo plano. Con esta finalidad, la administración Biden presentó este verano el documento Estrategia norteamericana para el África subsahariana que tras los éxitos muy relativos de las políticas africanas de los dos presidentes anteriores, redefine el enfoque de los Estados Unidos en la región. Aun así, vistos los obstáculos a superar, es probable que la administración Biden no pueda cambiar las relaciones entre África y los Estados Unidos a corto plazo. En primer lugar, hasta las próximas elecciones presidenciales de 2024, no dispone del tiempo necesario ya que los EE.UU. tienen otras prioridades, tanto a nivel nacional como internacional. Mientras China se encuentra en el centro de la estrategia de política exterior norteamericana, los Estados Unidos también tienen que resolver el dosier nuclear iraní, a la vez que liderar la respuesta a la agresión rusa en Ucrania. A nivel interno, los retos también son importantes: contener inflación, hacer frente a los impactos del cambio climático y, sobre todo, frenar la crisis democrática.

Respecto a la guerra en Ucrania, Jean-Marie Guéhenno argumenta en Le Grand Continent que el conflicto es a la vez total y limitado, ya que más allá del territorio ucraniano donde el enfrentamiento es de máxima intensidad, ni rusos ni occidentales consiguen movilizar plenamente a sus sociedades. También señala que, en esta mezcla de gran fragilidad y violencia extrema, Europa se ve atrapada entre los dos bandos y por lo tanto plantea qué significa para Europa la guerra en Ucrania. A primera vista, está acelerando la conciencia geopolítica entre los europeos, que —incluida Alemania— están aumentando sus presupuestos militares y superando sus diferencias votando paquetes de sanciones a Rusia y adoptando medidas de ayuda a Ucrania, principalmente en el ámbito humanitario. El final de la guerra en Ucrania queda muy lejos, pero ya se detectan ciertas consecuencias estratégicas. La primera es la pérdida de centralidad de Europa. La guerra ha unido a los europeos, pero ha confirmado la distancia entre Europa y el resto del mundo. La segunda consecuencia es la aceleración de un debilitamiento duradero de Rusia. Militarmente, Rusia está mostrando los límites de sus fuerzas convencionales y desperdicio de su enorme arsenal nuclear. Económicamente, Rusia sigue siendo una economía de productos básicos, cuyo valor se verá disminuido por la transición energética, y que ha perdido el camino de la diversificación hacia la economía de datos. La huida de cerebros, el éxodo de empresas occidentales y las sanciones tecnológicas agravan este hándicap. Políticamente, un fracaso ruso en Ucrania quizás provocará el choque que finalmente permita en Rusia afrontar su pasado, completar su transformación postsoviética y poner las bases de una verdadera democracia federal. Pero la apuesta actual por el ultranacionalismo también comporta el riesgo de una ruptura ya que no todos los pueblos que integran la Federación se reconocen en el nacionalismo de Putin. La tercera consecuencia es el probable agravamiento de la dependencia europea respecto de los Estados Unidos. La guerra aumenta el interés de la mayoría de países europeos por la garantía de seguridad norteamericana. Eso tendrá un precio. Los Estados Unidos no esperan que los europeos contribuyan seriamente al equilibrio militar en Asia, pero requerirán que los europeos se alineen con ellos en sus relaciones económicas con China. Europa se ve, pues, atrapada entre una mayor dependencia respecto de los Estados Unidos para su seguridad y de China para su prosperidad. Finalmente, la cuarta consecuencia es la más incierta: el impacto de la guerra sobre China, y en el equilibrio con los Estados Unidos. A corto plazo, la guerra en Ucrania parece servir a los intereses chinos. Aumenta la dependencia de Rusia hacia Beijing y distrae los Estados Unidos de su prioridad de acción hacia China. Pero también está acelerando la toma de conciencia por parte de los países occidentales de la dimensión estratégica de las relaciones económicas internacionales y el fortalecimiento de los lazos entre Europa y los Estados Unidos, dos hechos que dificultan la implementación de la estrategia china de diluir los conflictos en la retórica de win-win. En última instancia, todo dependerá de cómo China evalúe el nuevo equilibrio de poder y como los Estados Unidos gestionan su propia relación con China.

Finalmente, Marlene Laruelle señala en Foreign Affairs que a pesar de que algunos observadores occidentales no sólo han especulado sobre la ruptura de Rusia, sino que la defienden, una desintegración del país no resolvería el problema que tiene Occidente con Rusia. A su entender, cualquier futuro positivo para Rusia y sus vecinos como Ucrania, así como para el resto del mundo, requerirá que el país reinvente su federalismo desde dentro, en lugar de desintegrarse. Claro está que la guerra en Ucrania podría aumentar las peticiones de más autonomía respecto de Moscú, ya que la movilización militar de septiembre ha generado una reacción violenta en zonas pobladas por minorías étnicas. Los cambios demográficos más profundos también podrían aumentar las peticiones de descentralización. De las 20 regiones rusas con crecimiento demográfico positivo, 19 tienen porcentajes relativamente altos de rusos no étnicos. Sin embargo, aunque sus agravios son reales, las minorías étnicas rusas no piden la secesión y las encuestas muestran un fuerte patriotismo de estado ruso en las repúblicas étnicas. También sería erróneo suponer que el empoderamiento de las minorías contribuiría automáticamente a crear una Rusia más en sintonía con las normas occidentales. Las minorías étnicas no son más propensas que la mayoría rusa a la democracia, los derechos humanos, el buen gobierno y el liberalismo pro-occidental. Por otra parte, la principal división cultural no es entre los rusos étnicos y las minorías, sino entre las grandes zonas urbanas y el resto del país: regiones industrialmente deprimidas, provincias rurales y repúblicas étnicas. En la última década, las grandes ciudades rusas han mostrado signos crecientes de compromiso hacia la sociedad civil y el pluralismo de base, aunque esta tendencia haya sido reprimida, especialmente desde el estallido de la guerra. Los habitantes de las zonas rurales y las minorías, en cambio, tienden a ser más conservadores en cuanto a costumbres culturales y más partidarios de un régimen autoritario. Así pues, abogar por el colapso de Rusia es una estrategia errónea, basada en el desconocimiento de lo que une a la sociedad rusa en su diversidad. Y lo que es más importante, esta estrategia tampoco tiene en cuenta que una ruptura de Rusia sería desastrosa para la seguridad internacional. Un colapso podría generar varias guerras civiles en las que los nuevos estados lucharían entre sí por las fronteras y los recursos económicos. En este caso, las élites de Moscú, que controlan un enorme arsenal nuclear, reaccionarían con violencia ante cualquier secesionismo, los servicios de seguridad y las fuerzas de la orden aplastarían cualquier intento de democratización si eso significara repetir la desmembración de la Unión Soviética. En definitiva, aunque la desintegración de Rusia sea improbable, tras la desastrosa guerra de Putin, el régimen se enfrentará a presiones crecientes para descentralizarse. El mejor resultado sería que el autogobierno local -inscrito en la Constitución rusa pero rechazado por Putin- se hiciera realidad, aunque esta refederalización de Rusia sólo será posible si va acompañada de una reflexión nacional sobre el legado del colonialismo ruso que permita a la Federación reformarse desde dentro.

En el escenario político español preocupa la paralización en el Senado de la renovación de los miembros del Tribunal Constitucional por parte del propio TC, lo que está provocando un enfrentamiento entre instituciones. Una decisión inédita en democracia, ya que el Tribunal Constitucional impide desbloquear la renovación de parte de sus integrantes que tienen el mandato caducado. Por consiguiente, el tribunal de garantías corta el procedimiento legislativo que se había iniciado en el Congreso y que ahora quedaba en manos del Senado, sin dejar que se produzca el debate y la votación sobre la norma. Recordamos que, en la práctica, la reforma modifica las mayorías necesarias en el Consejo del Poder Judicial para nombrar a dos magistrados del Constitucional. En este momento, el bloqueo ejercido por vocales del sector conservador hace imposible llegar a un acuerdo por mayoría de tres quintas partes del pleno. La reforma rebaja esta exigencia a la mayoría simple, lo cual permitiría esquivar este tipo de bloqueo. Esta decisión, tomada con una exigua mayoría de un solo voto, es un hecho gravísimo que sitúa la democracia española fuera de los caminos institucionales por los que ha transitado hasta hoy. Los daños de este gravísimo ataque a los fundamentos democráticos todavía se tienen que calcular.

En el ámbito de los asuntos europeos, la atención se centra en el escándalo conocido como Qatargate en el Parlamento Europeo. En efecto, el caso de corrupción de la vicepresidenta y de un antiguo eurodiputado, acusados de influir en las políticas de la Unión Europea en beneficio de Qatar, constituye el mayor escándalo que ha salpicado una institución que supuestamente tiene que encarnar la ejemplaridad en materia de moral política. Además, este escándalo se produce en el peor momento: las democracias europeas deben hacer frente a una agresión rusa a Ucrania que también tiene como objetivo atacar su modelo, la UE se enfrenta al auge de prácticas autoritarias entre sus miembros, el mundo se ve sacudido por el resurgimiento de las rivalidades geopolíticas y Europa lucha por tener un papel relevante como árbitro. Como apunta el editorial del diario Le Monde, el Qatargate revela la ligereza de las normas del Parlamento Europeo en materia de ética, de lucha contra la corrupción, de gestión de conflictos de intereses y lobbying. Que los eurodiputados puedan combinar su mandato con las funciones de abogado o consultor es incomprensible. Que un eurodiputado –o incluso un comisario europeo– pueda, después de dejar el cargo, ser contratado en el sector en el que trabajaba, es inaceptable. La negligencia del Parlamento Europeo con respecto a la ética, la ausencia de control independiente, hacen sospechar una porosidad sistémica para influir en la compra de votos y la impunidad, unas sospechas que perjudican la credibilidad política de la Unión.

Michael Gordon analiza en The Conversation la sentencia del Tribunal Supremo del Reino Unido que ha dictaminado que el Parlamento escocés no tiene el poder de convocar unilateralmente un segundo referéndum sobre la independencia. En tanto que el gobierno y el Parlamento escocés obtuvieron sus poderes mediante la Ley de Escocia de 1998, para decidir las dos cuestiones legales principales planteadas, el Tribunal Supremo del Reino Unido ha tenido que determinar si los poderes concedidos al Parlamento escocés en virtud de esta ley incluían el de legislar para celebrar una votación de este tipo. En particular, el Tribunal Supremo tenía que decidir si legislar para este referéndum era una competencia legal del Parlamento escocés o un tema reservado al Parlamento del Reino Unido en Westminster. El Tribunal se ha pronunciado sobre dos cuestiones principales. En primer lugar, si el gobierno escocés había utilizado el proceso adecuado cuando remitió esta cuestión legal al Tribunal Supremo. El tribunal decidió que sí. Entonces, el tribunal pasó a la segunda cuestión más sustantiva: si el Parlamento escocés tiene el poder legal para convocar un referéndum sobre la independencia. La decisión del Tribunal Supremo del Reino Unido proporciona una claridad jurídica absoluta en el sentido de que el Parlamento escocés no puede celebrar un segundo referéndum de independencia. Igual que en el 2014, haría falta el acuerdo del Gobierno y del Parlamento del Reino Unido. La decisión, sin embargo, también revela una contradicción entre la ley constitucional del Reino Unido y el mandato democrático obtenido por el Partido Nacional Escocés para celebrar una nueva votación sobre la independencia de Escocia, contradicción que es una característica central de los acuerdos estatutarios de devolución del Reino Unido. Ahora que las opciones legales están claras, la manera de gestionar esta contradicción será el gran reto para la legitimidad del orden constitucional del Reino Unido.

Por su parte, Ruth Ferrero alerta desde el diario Público que además de la guerra en Ucrania, durante las últimas semanas noticias cada vez más alarmantes nos llegan de los Balcanes Occidentales. Y ya se sabe que cuando los Balcanes aparecen en las noticias pocas veces lo hacen para anunciar buenas nuevas, en esta ocasión se trata de la situación en Kosovo. Eso no es ninguna novedad ya que durante el último año la ya conocida como “guerra de las matrículas” ha ocupado espacio en los medios de comunicación. Ahora de nuevo, la tensión no resuelta entre los gobiernos de Pristina y Belgrado hace saltar chispas en la región del norte de Kosovo, de población mayoritariamente serbo-kosovar. Asimismo, desde el final de la guerra no han cesado de producirse disturbios, enfrentamientos y episodios de más o menos gravedad en relación con el gran punto de fricción, es decir quien tiene la soberanía sobre el territorio de Kosovo. Serbia sigue apelando a la Resolución 1244 de las Naciones Unidas aprobada en junio de 1999 por el Consejo de Seguridad que establecía un régimen jurídico temporal de carácter excepcional que sustituía el orden jurídico serbio con el objetivo de estabilizar la situación en Kosovo y, por lo tanto, no reconoce la independencia de este territorio proclamada en 2008. Por su parte, Kosovo apela a la opinión no vinculante adoptada por el Tribunal Internacional de Justicia en 2010 sobre si la secesión de Kosovo vulneraba o no el derecho internacional: la respuesta del tribunal fue que el derecho internacional general no prevé prohibiciones sobre las declaraciones de independencia y, por lo tanto, la declaración del 17 de febrero de 2008 no viola el derecho internacional general. Sobre la base de estas dos posiciones, el resto de estados se ha posicionado en relación con el reconocimiento o no de Kosovo. En la UE son cinco los estados que no lo reconocen: Eslovaquia, Rumania, Grecia, Chipre y España. Este es, pues, el punto de partida, el no reconocimiento de la independencia de Kosovo y la necesidad de buscar una solución negociada al conflicto. La UE ha liderado desde 2011, con más o menos intensidad, y con más sombras que luces, el proceso de mediación entre ambas partes, si bien eso no parece haber sido suficiente como lo demuestra el empeoramiento de las tensiones. Si bien es cierto que lo que pasa obedece a una lógica interna de intereses de los actores políticos locales, no es menos cierto que la actual coyuntura de la guerra en Ucrania puede ser aprovechada por los mismos para acelerar determinados procesos en la región. Así, la candidatura de Ucrania y Moldavia y, hace pocos días de Bosnia-Herzegovina, ha abierto una ventana de oportunidad para Kosovo que, por descontado, quiere aprovechar presentando una candidatura que cuenta sin embargo con pocas posibilidades de éxito. La tarea que Bruselas tiene en frente no es menor y no es otra que recuperar la confianza de estos países y ello implica acelerar el proceso de ampliación. Una cuestión complicada en el contexto actual. La UE es consciente de que cualquier escalada de tensión entre Serbia y Kosovo podría hacer descarrilar el proceso del resto de los Balcanes amenazando la estabilidad general de la región y, por lo tanto, desestabilizando todavía más la UE. Así pues, es imprescindible desencallar la situación de Kosovo, pero para ello será necesario invertir más capital político para convencer las partes en conflicto que el marco europeo es el que más beneficios les puede ofrecer a medio y largo plazo.

Con respecto al ámbito económico, Guillaume Vuillemey plantea en The Conversation si estamos asistiendo al final de la globalización, una cuestión sobre la que se oponen dos grandes interpretaciones. Para muchos economistas, el libre comercio es un estado natural del sistema económico global. Cualquier frenazo –COVID-19, guerra en Ucrania, resurgimiento del proteccionismo– sólo puede ser debido a interrupciones temporales que, tarde o temprano, se tienen que corregir: estallidos de irracionalidad, aumento momentáneo de fuerzas políticas que alteran equilibrios económicos armónicos, etc. Por descontado, los economistas que adhieren a esta visión de las cosas no niegan que a veces el libre comercio puede tener efectos perversos (contaminación, aumento de ciertas desigualdades). Pero, como es el caso del ganador del premio Nobel Paul Krugman, consideran que casi siempre es mejor preservar el libre comercio ex ante, aunque signifique utilizar la riqueza así creada para corregir los efectos perversos ex post. Si nos atenemos a esta perspectiva, el autor argumenta que la desglobalización aparece entonces como un espectro aterrador, que oscurecería dos siglos y media consecuciones en términos de teoría económica. ¿Ahora bien, el problema es que, si las consecuencias de la globalización han sido tan unánimemente positivas, cómo explicamos que suscite una oposición tan fuerte, recurrente y duradera? Para aclararlo, hace falta repensar en profundidad el libre comercio, y entender que tiene unos costes que los economistas han subestimado sistemáticamente. Esta visión alternativa ayuda a entender por qué, más allá de un cierto punto, el libre comercio puede tener costes muy superiores a sus beneficios y pueden justificarse nuevas formas de proteccionismo y una desglobalización razonada. El proteccionismo así rediseñado no pretende aislarse de otros países mediante una política reactiva, sino afirmar sus propios bienes comunes –entornos naturales o marinos que se deben proteger, know-how o intereses estratégicos a preservar–, en una acción positiva. En último término, tiene como objetivo crear vínculos entre las actividades económicas y su tratamiento legal, lo que incluye velar para que su conducta vuelva a estar subordinada a los valores comunes.

Durante los últimos cuarenta años los legisladores norteamericanos han promovido e impulsado una visión económica neoliberal y Rana Foroohar afirma en Foreign Affairs que finalmente los economistas se han dado cuenta de que la geografía juega un papel muy importante en aspectos como la calidad de la sanidad pública, la educación y el acceso al agua potable. Considera que la guerra de Ucrania ha demostrado que la globalización está en retroceso y que, en el mundo post neoliberal, la producción y el consumo estarán mucho más vinculados a los países y a las regiones, la mano de obra ganará más importancia respecto del capital y la política tendrá un impacto mayor en los resultados económicos. Tras la Segunda Guerra Mundial, el neoliberalismo adquirió preponderancia y se convirtió en el sistema económico mundial de facto: los intelectuales y líderes occidentales pensaron que conectar los mercados de capital y el comercio internacional con instituciones que estuvieran por encima de los estados-nación evitaría la anarquía. Y funcionó, porque durante mucho tiempo había la sensación de que el comercio internacional servía los intereses nacionales y no los de las multinacionales. Ahora bien, durante la presidencia de Clinton el paradigma cambió: los mercados de las democracias liberales comerciaban con Rusia, los estados petroleros del Oriente Medio y China. Todo el mundo tenía marcos morales y políticos bien diferentes. La globalización era total pero ahora está en retroceso, como mínimo con respecto al flujo de capitales y bienes: la crisis de 2008, la pandemia y la guerra de Ucrania han hecho que los estados quieran asegurar las fuentes de suministro de bienes claves y se hayan dado cuenta de que unas economías políticas diferentes necesitan sistemas financieros diferentes.

Con motivo de la celebración de la COP15 sobre biodiversidad, Paul Magnette denuncia en Le Grand Continent que medio siglo después de la primera Cumbre de la Tierra, la destrucción de la vida continúa a gran escala y las emisiones de gases de efecto invernadero siguen aumentando inexorablemente. Esta incapacidad para cambiar de rumbo se explica, en primer lugar, por la resistencia de los pilares de la economía del carbono, cuyas multinacionales de los combustibles fósiles son la vanguardia. Pero estos obstáculos objetivos no son suficientes para explicar nuestra inercia. Si avanzamos tan lentamente, también es porque no somos capaces de convencer la población que cambiar radicalmente nuestros métodos de producción y consumo no significa necesariamente renunciar, sino que, al contrario, puede ser sinónimo de progreso para la gran mayoría de los seres humanos. También argumenta que una crítica social, por poderosa que sea, no es suficiente para cambiar las relaciones de dominación. Las revoluciones democráticas y sociales de los últimos tres siglos no habrían podido derrumbar las instituciones de los antiguos regímenes si no hubieran movilizado una visión del mundo, un imaginario y símbolos que muestran el horizonte deseable. En cambio, las diversas formas de ecología política que se han afirmado durante el último medio siglo no han conseguido, hasta ahora, concebir una ética pública lo bastante potente para enfrentarse al ethos de la acumulación, el consumo y la distinción sobre el cual se basa el sistema capitalista. Tras un siglo de reformas destinadas a desmercantilizar las relaciones sociales, Magnette considera que podemos identificar las opciones políticas susceptibles de amplificar e intensificar la transición climática, y de transformar nuestros patrones de producción y consumo, nuestras relaciones sociales y nuestras preferencias. También afirma que hay que rehabilitar la norma, ya que no es suficiente aumentar los impuestos sobre las conductas nocivas para erradicarlas. Pero también porque los debates que suscita la norma revitalizan el espacio público democrático, como lo demuestra la historia de las normativas centradas en la salud, el tiempo y las condiciones de trabajo, la seguridad vial, la contaminación del agua y el aire. También aboga por incrementar los impuestos a los más ricos porque producen infinitamente más CO2 que otros grupos sociales. Pero también porque su forma de vida determina los estándares de consumo de la sociedad en general. Porque la concentración de la riqueza corrompe la democracia. Y porque no podemos pedir a la mayoría que reduzca su consumo si una oligarquía se escapa de la norma común y sigue disfrutando sin trabas. Finalmente, defiende que se tienen que desarrollar y mejorar los servicios públicos (educación, sanidad, vivienda, movilidad, alimentación, cultura, acceso a la naturaleza, etc.) porque ofrecen las respuestas más parsimoniosas en términos de recursos a las necesidades humanas básicas. Y porque crean puestos de trabajo más allá de la lógica del mercado y favorecen la cohesión social y la dedicación al bien común.

Paralelamente, Ebru Özdemir destaca en Euractiv el impacto positivo de las mujeres en el liderazgo en ámbitos como la cooperación para conseguir una paz sostenible, y para obtener mejores resultados en los proyectos y políticas relacionados con el clima. Un informe reciente de la Fundación para la Justicia Ambiental revela que la crisis climática aumenta las desigualdades y que si el cambio climático afecta las personas de diferentes maneras, agravando las desigualdades existentes, son las mujeres las que más se ven afectadas. En este sentido, el cambio climático es un multiplicador de amenazas. ONU Mujeres ha planteado que estos impactos de género son causados por numerosos factores, como que las mujeres dependen más de los recursos naturales, pero tienen menos acceso a ellos; que las mujeres son las principales responsables de conseguir alimentos, agua y combustible; que las niñas a menudo tienen que abandonar la escuela para ayudar a las mujeres en los trabajos agrícolas; que las mujeres tienen menos probabilidades de sobrevivir a los desastres naturales; que las mujeres tienen menos acceso a los cuidados y que el cambio climático afecta directamente la salud física de las embarazadas. Por lo tanto, es esencial colocar la perspectiva de género en el centro de las discusiones. En este sentido, un estudio de la BBC sobre la lista de participantes de la COP27 revela que las mujeres representan menos del 34% de los equipos negociadores, con algunos equipos formados por más de 90% de hombres. Özdemir concluye que es imprescindible incluir a las mujeres en el liderazgo, la elaboración de políticas, la financiación y la implementación de soluciones del cambio climático ya que una solución climática que no sea eficiente para las mujeres no sería justa ni equitativa.

Finalmente, y con respecto a las nuevas tecnologías, parece que las grandes empresas del Big Tech, la punta de lanza de la economía mundial durante los últimos 20 años, atraviesan un período complicado y Jeremy Gibert y Alex Williams analizan en Open Democracy los últimos acontecimientos. Apuntan a que una posible explicación podría ser que gran parte de estos problemas están relacionados con el poder desmesurado y la falta de competencia de los dirigentes de las grandes empresas tecnológicas. Facebook y Twitter, en particular, parecen ser los juguetes de sus propietarios en lugar de empresas bien gestionadas por consejos de administración profesionales. En el mundo de la tecnología, el acontecimiento más significativo de los dos últimos años ha sido el colapso del modelo de obtención de beneficios descrito por Shoshana Zuboff como capitalismo de la vigilancia. Este sistema, ideado por Google al principio de la década de 2000, ha proporcionado enormes beneficios a las plataformas capaces de controlar grandes cantidades de usuarios generadores de datos. Pero a medida que la economía mundial ha entrado en un periodo de estancamiento y de inflación, los presupuestos publicitarios se han recortado, mientras crece el escepticismo respecto de la supuesta eficacia del modelo de tecnología publicitaria dirigida. Por otra parte, los autores también destacan la naturaleza cada vez más políticamente controvertida de las propias plataformas. Si el objetivo ideal de una plataforma es desaparecer en un segundo plano, desde el 2016 la capa de invisibilidad de las plataformas se ha hecho trizas. Plataformas como Twitter se han revelado como actores que tienen un enorme poder económico, político y editorial. Los autores consideran que dejarlas a merced de sus propietarios o incluso de la dinámica del mercado, es insostenible a largo plazo. Los sistemas y estructuras construidos en los últimos 40 años permanecerán, por descontado. El poder estructural de las redes tecnológicas y financieras no está en duda, aunque el poder relativo de los propietarios disminuya. Pero la capacidad de la clase política neoliberal, y de las élites financieras y tecnológicas, para dominar el consentimiento y modelar la opinión pública se ha visto erosionada y hemos entrado en un periodo de grandes cambios, de crisis interrelacionadas que amenazan el dominio del neoliberalismo. Estas crisis van desde la crisis climática hasta la estanflación, desde el colapso del orden geopolítico hasta el declive de la autoridad de la clase política. Cada una de estas crisis contribuye a deshacer los mecanismos básicos que han mantenido la hegemonía neoliberal global durante las últimas décadas. Parece que el futuro que puede emerger de esta confusión, un acuerdo político y económico que ofrezca algún tipo de estabilidad relativa que asegure los intereses de al menos algunos grupos sociales clave, apunta hacia dos direcciones. Una sería un neosocialismo verde, un esfuerzo colectivo por hacer frente a los enormes retos sociales y medioambientales a los que nos tenemos que enfrentar. La otra, un populismo de cariz fascista, quizás mezclado con un retorno revanchista al neoliberalismo como una inestable tercera vía. El futuro que nos espera pues dependerá de lo que pase políticamente en la próxima década.

Por su parte, Anaëlle Martin advierte en The Conversation que aunque el derecho comunitario tiende a prohibir la discriminación contra individuos, o grupos de individuos, en función de una característica particular como el sexo, las prácticas de determinados sistemas de Inteligencia Artificial (IA) han puesto de manifiesto nuevas formas de desigualdad entre mujeres y hombres, más difíciles de detectar. En la medida en que la cuestión del sesgo de la IA renueva los términos en que se debe formular el principio de igualdad, es urgente que la UE se dote de nuevas herramientas para luchar contra estas nuevas formas de discriminación. Los grupos vulnerables incluyen, en particular, las mujeres y los grupos étnicos, aunque el sexo/género y la raza/origen étnico sean características protegidas por la legislación de la UE. De hecho, los algoritmos de aprendizaje automático, cada vez más utilizados en la toma de decisiones, se basan en datos a menudo incompletos o sesgados. Durante la recogida de datos o el proceso de desarrollo del modelo pueden surgir problemas que provoquen daños. En cuanto la mayoría de los sesgos generados por la IA no implican una intención discriminatoria, sino que son involuntarios o accidentales, se puede hablar de discriminación indirecta. Sin embargo, a pesar de su flexibilidad, esta última noción tiene límites con respecto a decisiones algorítmicas. Se puede establecer una presunción de discriminación mediante pruebas estadísticas. Aun así, con respecto a la IA, la principal dificultad radica en el hecho de que la discriminación es difícil de identificar en la medida en que los motivos de las decisiones desfavorables (por ejemplo, un préstamo rechazado a una mujer) no aparecen claramente. En ausencia de transparencia, la prueba estadística, por lo tanto, no es fácil de establecer. En su propuesta de reglamento sobre la IA, la Comisión propone un conjunto de requisitos para una IA fiable entre los que destacan la no discriminación y la igualdad entre mujeres. También recuerda que los sistemas de IA pueden perpetuar patrones históricos de discriminación contra las mujeres. En un contexto de IA, la igualdad implica, pues, que el funcionamiento del sistema no produzca resultados basados en sesgos injustos, lo cual requiere un respeto adecuado para los colectivos vulnerables, como las mujeres.

Ya para acabar, las esperanzas depositadas en la fusión nuclear se han vuelto a disparar con la noticia anunciada por el Departamento de Energía de los Estados Unidos y que medios como The Financial Times ya habían adelantado. ¿Pero en qué consiste la fusión nuclear? La fusión es una reacción que permite la liberación de la energía acumulada en el núcleo de un átomo. A diferencia de la fisión –que es el proceso utilizado en las centrales nucleares que conocemos-, la liberación de energía se produce al agregar dos núcleos ligeros para crear uno mayor. En el experimento realizado con éxito en el Laboratorio Nacional Federal Lawrence Livermore de California, se han fusionado isótopos de hidrógeno mantenidos en estado de plasma sobrecalentado con helio, bombardeándolos con láseres. La reacción libera un neutrón y energía durante el proceso y no genera residuos radiactivos. Así pues, la fusión nuclear se considera el “Santo Grial” de la energía en tanto que imita el funcionamiento del Sol y otras estrellas. No obstante, hay un trecho entre la teoría y la práctica, ya que hace mucho tiempo que se anuncia como una fuente de energía limpia, barata e ilimitada, pero los investigadores nunca han conseguido resultados viables a gran escala. Una solución a la permanente crisis energética -y de rebote a la climática- siempre ha generado una mezcla de esperanza y escepticismo. En el supuesto de que se confirmen los resultados de esta investigación tampoco se podría considerar como una solución a la emergencia climática. En primer lugar, hay que tener en cuenta que sólo se trata de un resultado de laboratorio. Habrá que ver qué limitaciones hay al escalar esta tecnología y qué plazos se determinan para hacerlo. En este sentido, The Washington Post habla de, como mínimo, una década si la administración norteamericana continúa con inversiones masivas durante los próximos años. En segundo lugar, actualmente la fisión nuclear sólo representa el 10% de la generación de energía mundial, lo cual permite imaginar la magnitud que representa sustituir las actuales centrales nucleares. Finalmente, y sin tener en cuenta los elevados costes de inversión, el escenario de una hipotética descarbonización completa en 2050 solo permitiría acercarnos al incremento de 1,5 grados de la temperatura, no evitar algunas de las consecuencias ya irreversibles del cambio climático.


Ilustración: Ellen Ruth, “Never the Full Story, Chapters 1-14”, 2017.

En la elaboración de este número del Diari de les idees han participado Montserrat Vivó, Martí Serra y Eudald Martínez, estudiantes en prácticas en el CETC.

more/less text

Política internacional y globalización

Olaf Scholz The Global Zeitenwende. How to Avoid a New Cold War in a Multipolar Era

El canceller alemany Olaf Scholz publica a Foreign Affairs un extens article on afirma que som davant d’un nou Zeitenwende, un canvi d’època, un canvi de paradigma mundial provocat per la guerra a Ucraïna, en el que els agents i focus de poder canvien contínuament i la Unió Europea s’ha de reforçar internament. Des del seu punt de vista, l’element de cohesió de la Unió ha de ser Alemanya, que ha de tenir un paper crucial com a garant de la seguretat a Europa i ha d’incrementar les seves inversions en el sector militar. En aquest sentit, Alemanya ha impulsat l’European Sky Shield Initiative de cara a establir una cooperació militar intergovernamental a la qual s’han sumat 14 països europeus. Scholz destaca que la invasió d’Ucraïna no només ha unificat la UE i l’OTAN, sinó que també ha catalitzat canvis en les polítiques energètiques i econòmiques. Alemanya ja importarà gas natural liquat d’altres mercats en els propers mesos, ha posposat la data de tancament de les seves centrals nuclears, ha posat temporalment en funcionament la producció de carbó i ha potenciat la transició cap a les energies renovables. Pel que fa a la integració europea, Scholz defensa que cal una cooperació encara més estreta entre Alemanya i França per solucionar problemes com ara la immigració i les polítiques fiscals. És per això que Alemanya vol canviar el sistema de votacions en sectors com les polítiques exteriors i les taxes perquè les decisions es prenguin per majoria qualificada i no per unanimitat. En darrer terme, el que demana l’actual Zeitenwende és una nova manera de pensar que permeti crear noves aliances que evitin una nova divisió del món en blocs enfrontats.

Lili Bayer NATO’s looming fault line: China

L’autora afirma que s’ha produït una divisió clara respecte de les prospectives d’acció i l’informe de l’OTAN sobre la Xina. Mentre que alguns països prefereixen evitar la qüestió per por de reforçar la proximitat entre la Xina i Rússia, altres consideren fer-li front tot i mantenint els llaços econòmics. Josep Borrell, Alt Representant per a la Política Exterior i la Seguretat Comuna de la UE, argumenta que l’organització no ha sigut dissenyada per abordar temes al Pacífic sinó a la regió nord atlàntica, i nombrosos són els qui recolzen aquesta idea atès que ja hi ha prou problemes de seguretat sense necessitat d’ampliar la zona geogràfica. La consideració de la Xina com a desafiament en el nou concepte estratègic de l’OTAN no deixa de ser una etiqueta aparentment innòcua que va proporcionar una mostra sense precedents d’unitat occidental davant l’ascens de Beijing. Els impulsors de la iniciativa va ser els EUA qui argumentant que l’Aliança ha de frenar la influència de Beijing i reduir la dependència econòmica respecte de la potència asiàtica. Tot això significa que l’OTAN ha de tenir en compte diversos aspectes: augmentar la protecció al ciberespai, un àmbit que la Xina tracta de dominar; preparar-se per prevenir els atacs de les infraestructures bàsiques, una vulnerabilitat que Rússia ha deixat al descobert; garantir que les principals cadenes de subministrament no passin per la Xina i enfortir aliances regionals amb països com Austràlia o Japó.

Shannon Tiezzi The Real Importance of China’s ‘Zero COVID’ Protests

L’autora afirma que les protestes contra la política de COVID zero del govern xinès s’han convertit ràpidament en reivindicacions de caire més ampli sobre llibertat, drets humans i democràcia. En aquest sentit, potser el més preocupant per a les autoritats del Partit Comunista Xinès és que les protestes, tot i que espontànies i sense organització estructurada, comparteixen un simbolisme comú, amb eslògans com “Volem menjar, no fer proves PCR. Volem llibertat, no confinaments”. Fins ara molts xinesos, com altres ciutadans d’estats autoritaris, no volien assumir les conseqüències d’una protesta contra les polítiques oficials i consideraven que quan les autoritats reprimeixen la culpa és de la víctima. I és precisament per això que les protestes actuals són tan poderoses: ningú no pensa que les víctimes de les polítiques de COVID zero eren culpables de la seva mort. A més, les protestes també han debilitat una de les excuses preferides del règim que tota dissidència és promoguda per “forces estrangeres hostils”, una línia ja utilitzada per reprimir el moviment pro-democràcia de 1989, les protestes ètniques recurrents al Tibet i Xinjiang i, més recentment, les protestes de 2019 a Hong Kong. És massa aviat per dir si les protestes actuals provocaran algun canvi, però les polítiques de COVID zero ja han tingut un gran impacte en la societat xinesa en provocar un augment massiu de la consciència de les injustícies del règim.

Jiayang Fan How Dissent Grows in China

A parer de l’autor, les protestes actuals a la Xina són una prova de l’estat anímic en què es troba el poble xinès. Rere les protestes que han esclatat en diverses ciutats alhora —Pequin, Guangzhou, Shanghai, Wuhan— no hi ha la voluntat de desafiament, sinó més aviat una senyal de desesperació. De manera anàloga a les protestes de 1976, quan després de la mort del Primer ministre Zhou Enlai la gent li va retre homenatge amb corones de flors, cartells i pancartes, aquestes setmanes els manifestants han sortit als carrers per tal d’homenatjar les més de deu persones que van morir a l’incendi del bloc de pisos d’Ürümqi, capital del Xinjiang. Ara bé, els manifestants són conscients que la dissidència pública a la Xina és perillosa. Durant la darrera dècada, la Xina ha tornat als nivells de repressió de l’era maoista. Les conseqüències catastròfiques de la Revolució Cultural i el Gran Salt Endavant van culminar en les protestes de 1976, dotze anys abans de la fatídica massacre de Tiananmen. Avui ha passat el mateix i d’alguna manera la política “COVID zero” de Xi Jinping recorda als eslògans de Mao. Si és veritat que les mesures han estat efectives, no es pot forçar la gent a viure en un estat d’excepció permanent. Tanmateix, a diferència de les protestes dels anys setanta, ara la població és escèptica respecte que el règim pugui canviar fàcilment i hi ha la sensació que fins i tot una hipotètica caiguda Xi Jinping no canviaria res. D’altra banda, el sentiment general de molts joves xinesos és que val més no involucrar-se en política ja que no es pot saber mai què pensa l’altre, ni quines són les seves motivacions. Això reflecteix el resultat de l’adoctrinament revisionista xinès en vigor d’ençà del 1989. A més, l’auge de la tecnologia de vigilància a la Xina fa cada cop més difícil organitzar i coordinar la dissidència. Per exemple, en aquestes darreres protestes la policia ha dut a terme inspeccions dels telèfons mòbils per trobar-hi aplicacions prohibides.

Arvind Subramanian & Josh Felman Why India Can’t Replace China

L’Índia sembla ser el país més beneficiat pels dubtes que comencen a planejar sobre de l’estatus de la Xina com a superpotència com a conseqüència de l’alentiment del creixement econòmic per raons geopolítiques o pels efectes de la política de COVID zero. Molts experts vaticinen que el moment de l’Índia ha arribat i que constituirà en el futur una cinquena part de l’economia mundial. Sens dubte, el subcontinent pot tenir un creixement desconegut fins ara si aconsegueix atreure les inversions necessàries, també les provinents de la Xina. Tanmateix, els autors argumenten que no és tant clar que l’Índia pugui arribar a ocupar la posició de la Xina. Després de la crisi financera de 2008 el país ha crescut molt menys, i des de 2018 està completament estancat. No hi ha, per tant, una línia de causalitat clara entre la pèrdua de creixement xinès i un hipotètic sorpasso indi. L’èmfasi de la política nacionalista índia en l’autonomia i la falta d’efectivitat en els processos de polítiques públiques creen un marc d’inversions poc favorable que estaria dificultant aquest traspàs d’inversions. Des de fa uns anys, Índia s’ha presentat com la terra promesa per les inversions. En primer lloc, és un país amb avantatges estructurals com la seva mida, la seva extensa població, i una demografia jove i formada que parla anglès. A més, sense grans enemics i amb un govern favorable a les inversions. No obstant, Índia encara no ha recuperat els nivells de PIB anteriors a la COVID, i no hi ha indicis rellevants que la indústria estigui relocalitzant-se a l’Índia. Els riscos d’invertir al país asiàtic segueixen essent alts en comparació amb altres països de la regió atès la possibilitat de canvi de lleis i els privilegis que tenen alguns conglomerats nacionals. A més, el país té problemes macroeconòmics greus, amb un dèficit del 10%. En conclusió, l’Índia té tres grans problemes per substituir la Xina com a gran potència: uns riscos d’inversió elevats, la manca de seguretat jurídica, i indicadors macroeconòmics desequilibrats.

Margaret McCuaig-Johnston Canada Joins the Indo-Pacific Strategy Club

Margaret McCuaig-Johnston argumenta que l’estratègia de la Xina a l’Àsia-Pacífic no està obtenint els resultats que Xi Jinping s’esperava. El president xinès havia promès més cooperació a la regió, però el que s’està veient és la formació d’aliances defensives contra l’agressivitat del gegant xinès. En aquest context, l’últim actor a canviar la seva posició ha estat Canadà. El gir en la política exterior del país americà ha sorprès degut a la tradicional actitud de cooperació del Canadà amb la Xina i els nombrosos llaços econòmics entre ambdós països. A la vegada, es tracta d’una tendència general que ja s’havia detectat anteriorment. L’Índia i el Bhutan, per exemple, fa anys que van canviar la seva estratègia degut als conflictes fronterers; el Japó ha estat teixint aliances per contrarestar l’amenaça d’invasió de les illes Senkaku en disputa amb la Xina. A més, nombrosos països han alçat la veu contra suposades pràctiques econòmiques deslleials xineses i la seva manca de seguretat jurídica. Així al 2019 Canadà ja va conèixer una greu crisi diplomàtica amb la Xina arran de l’empresonament per part dels EUA del CEO de Huawei. Des de llavors, el Canadà ha elaborat una estratègia per a l’Indo-Pacífic amb l’objectiu de crear aliances amb països amb valors o interessos semblants, i ajudar a reduir la seva dependència d’empreses de la regió, com per exemple del Vietnam. Així doncs, Canadà comença a tenir veu pròpia a la regió. Recentment, la ministra d’exteriors Melanie Joly ha afirmat que Xina és una potència cada vegada més disruptiva i a la cimera de l’ASEAN del mes de novembre Canadà va anunciar la posada en marxa de nombroses iniciatives a la regió. Finalment, a finals de novembre Canadà va publicar la seva nova estratègia a l’Indo-Pacífic en la que s’indica que tot i que s’hi seguirà comerciant, Canadà identifica la Xina com un dels possibles disruptors de l’ordre mundial.

Stéphane A. Dudoignon En Iran, le pouvoir se fracture

L’autor assenyala que davant de les protestes incessants que estan tenint lloc des de finals de setembre, el règim iranià ha apostat pel mètode dur per recuperar el control de la situació (execucions públiques incloses), però una part de la jerarquia religiosa lamenta l’absència de mecanismes conciliadors entre el poder i els manifestants. L’autor destaca que aquestes esquerdes en el cos clerical no són noves, en un país on les institucions majoritàries xiïtes i minoritàries sunnites, sovint recolzades per poderoses fundacions, disposen d’una sèrie de recursos que els permeten un pluralisme relatiu. La novetat és la por, expressada per una part del clergat, de veure escapar de tot control la conjunció d’insurreccions urbanes de les quals l’Iran és el teatre. També assenyala que si les autoritats religioses han reaccionat amb la manca d’unitat habitual, cal preguntar-se què passa amb les forces armades i les forces de l’ordre -en particular els Guàrdies Revolucionaris, responsables del control social i polític de la població. El que sorprèn és una combinació de violència extrema i de laissez-faire. De fet, molts observadors s’han adonat de dues coses: d’una banda, que en alguns llocs la repressió s’està militaritzant mentre que de l’altra moltes manifestacions i ocupacions continuen sense que les forces de seguretat intervinguin. L’autor conclou que la fragmentació del poder heretada de l’era Khomeini, la seva dependència de les milícies transnacionals i el rearmament ideològic dels Guardians de la Revolució alimenten l’escalada. Han reduït la història contemporània de l’Iran a una successió de batzegades cada cop més marcades per la hiperviolència.

Le Monde En Iran, une répression toujours impuissante

L’editorial del diari Le Monde afirma que l’anunci molt ambigu de la supressió de la policia de la moral sembla revelar el desordre del règim davant d’una ira popular que no va saber anticipar i que no és estrany que un règim impopular, desestabilitzat per una revolta que és incapaç de silenciar, es resigni a una concessió que s’hauria considerat important a l’inici del seu esclat, però que ja no ho és després que s’hagi desfermat una repressió tan cega com impotent. Ara bé, la desaparició d’aquesta policia de la moral, encara que es pugui considerar una derrota indiscutible per als qui, començant pel president ultraconservador, Ebrahim Raisi, pretenen no només decidir sinó també controlar com han de vestir les dones iranianes, no ha estat ma una de les principals reivindicacions dels manifestants al llarg d’aquests tres mesos. L’eslògan amb el qual s’identifiquen els manifestants, “Dones, vida, llibertat”, reflecteix una reivindicació de canvis estructurals, considerats fins ara incompatibles amb els fonaments de la República Islàmica. La repressió despietada per part del règim, il·lustrada per centenars de morts i milers de detencions, no només ha estat incapaç de posar fi a una onada de fons sostinguda per l’extraordinari coratge de la població, sinó que ha ampliat una mica més la bretxa de desconfiança entre el poble i el règim.

Michael Singh The Middle East in a Multipolar Era

En aquest article, Michael Singh explora el possible nou rol de l’Orient Mitjà en un món multipolar, així com els canvis d’aliances dels tradicionals aliats dels EUA. Durant aquest any l’Administració Biden ha intentat per moltes vies baixar el preu dels combustibles. Tanmateix, la OPEC+ va decidir, en contra les demandes dels Estats Units, disminuir la seva producció. Biden va afirmar que els països membres estaven alineats amb Rússia, una afirmació molt dura si es té en compte que Aràbia Saudita, líder del càrtel, és un dels principals aliats dels EUA a la regió. Aquesta visió parteix d’una concepció que Biden ha imposat des de l’inici de la seva administració: una lluita entre democràcies i autocràcies en la qual o s’és aliat o enemic. Això no obstant, molts aliats dels EUA no comparteixen aquesta visió. Per als seus aliats, Pequín o Moscou son simples proveïdors, no aliats. És a dir, es mouen per interessos geopolítics i no consideren un apropament permanent a cap potència. Davant d’aquest fet, l’autor considera que els EUA necessiten una estratègia amb més matisos, basada en diferents sectors per a maximitzar la seva influència en un mon multipolar. En primer lloc, cal entendre quina és la situació de les potències mitjanes. Algunes, com Aràbia Saudita, depenen tant de Xina —pel que fa a l’economia— com dels Estats Units —el principal garant de seguretat a la regió. Així doncs, haver de triar entre les dos potències és un risc i per consegüent alguns països estan integrant organitzacions alternatives, com el Fòrum de Cooperació de Shanghai, o tenen interès en formar part dels BRICS. Alguns experts argumenten que s’està creant un ordre alternatiu al liberal tradicional on la OTAN i la ONU estaven al centre. Tot i així, aquests tercers països no es poden considerar com a no-alineats, sinó com a omni-alineats, ja que el seu interès està en no deslligar-se de cap dels blocs. D’aquesta manera maximitzen els beneficis de la competició entre superpotències. Una de les opcions dels EUA seria donar un ultimàtum a aquests països. Tanmateix, l’autor considera que aquesta estratègia no seria pràctica. De fet, la majoria de països, com els mateixos americans, son econòmicament interdependents amb la Xina. La idea clau ha de ser l’increment de la cooperació bilateral. La creació d’estructures com el QUAD, els Acords d’Abraham o l’I2U2 permeten la cooperació de tots els actors sense posar en un dilema les potències mitjanes. Aquestes estructures han de prevaldre per sobre de fòrums com el G20 o la Cimera per la Democràcia.

The Economist The Gulf looks to China

Aràbia Saudita, preocupada pels atacs als seus jaciments petrolífers i interessada a dotar-se de míssils balístics per dissuadir els seus rivals, ha pactat un acord secret amb la Xina. Tot i així, les relacions entre la Xina i els països del Golf no són noves. A diferència dels anys vuitanta, actualment Aràbia Saudita i els seus veïns del Golf mantenen forts llaços comercials amb la Xina, en un context on els saudites consideren la Xina com un complement als Estats Units, que consideren que s’han convertit en un soci poc fiable en l’última dècada. Per consegüent, Aràbia Saudita s’enfronta a un nou repte: equilibrar les seves dues visions sobre la Xina, incrementar el seu pes en la regió mitjançant inversions i importacions energètiques, i els perills que suposa allunyar-se dels Estats Units. Actualment, gairebé tots els acords entre la Xina i Aràbia Saudita estan relacionats amb el petroli, i s’han anat creixent durant l’última dècada, tot i que el que realment preocupa els Estats Units són els vincles creixents dels països del Golf amb la Xina en altres sectors estratègics: telecomunicacions, seguretat i, cada vegada més, defensa. Així per exemple, la Xina també ha venut drons armats als Emirats Àrabs Units, entre altres països, que els ha utilitzat en camps de batalla de tota la regió. Així doncs, a la cimera del mes de novembre del Diàleg de Manama, els funcionaris nord-americans van fer públic el seu malestar, advertint que la creixent cooperació amb la Xina suposaria un topall a les relacions amb els Estats Units i podria increment les tensions existents al voltant de l’Iran. A la vegada, animats per la pujada dels preus del petroli i el creixement de les seves economies, els governants del Golf se senten segurs: creuen que és el moment de sortir de l’ombra dels Estats Units. Per tant, l’autor conclou que els EUA hauran d’acceptar el nou paper de la Xina a la regió.

Bertrand Slaski Les États-Unis sont-ils de retour en Afrique?

Bertrand Slaski, director del Fòrum Internacional de Dakar per a la Pau i la Seguretat a l’Àfrica i d’Iniciativa Global per a la Pau i la Seguretat a l’Àfrica (IGPSA), destaca que els Estats Units tornen a interessar-se per l’Àfrica i que la cimera nord-americana-africana d’aquest mes de desembre ha de definit les apostes estratègiques de Washington per al continent. Es tracta tant de contrarestar tant els russos com els xinesos, però també d’assentar-se en un continent que han deixat de banda durant molt de temps. En un moment on s’està produint un profund moviment de canvis en els grans equilibris geopolítics, el continent africà és ara objecte d’una renovada atenció, tant de les potències tradicionals com de les emergents. Ja no es tracta només d’assegurar l’accés als recursos naturals i als mercats impulsats per una demografia galopant, sinó també d’atraure al seu camp el major nombre d’estats africans possibles, amb l’objectiu de tenir més influència en l’escena internacional i possiblement imposar el seu propi model de governança. Davant dels avenços russos i sobretot xinesos dels últims anys, la diplomàcia nord-americana s’està mobilitzant amb força ja que necessita recuperar la seva presència en un espai geogràfic havia tendit a relegar a un segon pla. Amb aquesta finalitat, l’administració Biden va presentar aquest estiu el document Estratègia nord-americana cap a l’Àfrica subsahariana que després dels èxits molt relatius de les polítiques africanes dels dos presidents anteriors, redefineix l’enfocament dels Estats Units a la regió. Tot i així, atesos els obstacles a superar, és probable que l’administració Biden no pugui canviar les relacions entre Àfrica i els Estats Units a curt termini. En primer lloc, fins a les properes eleccions presidencials del 2024, no disposa del temps necessari ja que els EUA tenen altres prioritats, tant a nivell nacional com internacional. Mentre la Xina es troba al centre de l’estratègia de política exterior nord-americana, els Estats Units també han de resoldre el dossier nuclear iranià, alhora que organitzen la resposta a l’agressió russa a Ucraïna. A nivell intern, els reptes també són importants: contenir inflació, fer front als impactes del canvi climàtic i, sobretot, frenar la crisi democràtica.

Juan Gabriel Tokatlian & Monica Hirst El regreso de Lula y la reinserción de Brasil en el escenario global

El nou govern de Lula da Silva començarà la seva gestió amb un repte que no serà fàcil encarar amb èxit: revertir l’aïllament i el desprestigi internacional i regional que han caracteritzat la política exterior brasilera durant els darrers quatre anys. La primera iniciativa haurà de ser la de complir una sèrie de pagaments associats a la seva pertinença al sistema multilateral mundial, especialment a l’ONU. Unes altres tasques que haurà d’escometre hauran de consistir en reprendre les posicions i els principis de la convivència internacional –com el compromís amb la pau, els drets humans i el desenvolupament–, eliminant els vestigis de les polítiques bolsonaristes que van fer del Brasil una caixa de ressonància de les visions de l’extrema dreta internacional. A més, les noves polítiques també hauran d’incloure les principals vindicacions del PT: el moviment feminista, la població negre i la indígena. Així doncs, Lula s’enfronta al repte de donar forma, identitat i substància al que en les relacions internacionals s’anomena una “gran estratègia” en un món volàtil, en crisis, multipolar i complex. El canvi polític al Brasil ha estat rebut amb bona predisposició per diferents actors de l’escenari internacional com Alemanya i Estats Units, i la tornada de Lula podria significar reobrir un ventall de possibilitats que poden incloure tant la represa de les negociacions de l’acord Mercosur-Unió Europea –per reforçar les qüestions sobre el canvi climàtic–, com generar espais d’avenços en l’àmbit de l’economia digital o, fins i tot, obrir noves agendes de comercialització d’equips militars. Un altre repte també serà trobar maneres de reduir la dependència del mercat xinès com també de recuperar competitivitat als mercats regionals. Finalment, una inclinació més girada cap al Sud significaria, en la política exterior del país, recuperar la rellevància de la regió i diversificar el teixit de vinculacions amb l’Àsia.

Catherine Putz Natasha Kuhrt on Russia’s Relationships in Asia

La invasió i guerra d’Ucraïna està tenint conseqüències econòmiques i polítiques de llarg abast: les relacions entre Rússia i la Xina i l’Índia s’han tensat; s’està qüestionant el paper de Rússia a l’Àsia Central, i l’intent rus de diversificar relacions amb països asiàtics no està tenint massa èxit. Si bé el discurs oficial és que les relacions entre Rússia i la Xina són immillorables, la realitat és que l’augment del comerç entre ambdós països es deu únicament a l’increment dels preus del petroli i del gas. Des de Rússia s’ha suggerit fer servir el yuan com a divisa de reserva, però això lligaria Moscou als canvis que hi podria fer Beijing. Per la seva banda, la Xina també subministra Rússia de semiconductors (un terç de la seva demanda), tot i que la seva qualitat no sigui l’òptima: un 40% dels semiconductors importats des del març de 2022 eren defectuosos. Pel que fa a l’Àsia Central, els estats de la regió dubten que Rússia pugui continuar garantint-ne la seguretat, tant pel poc rendiment militar a la guerra d’Ucraïna com pel menyspreu demostrat per la sobirania ucraïnesa. L’absència d’intervenció russa en el conflicte fronterer entre el Kirguizistan i el Tadjikistan no fa altra cosa que augmentar el recel. A la darrera cimera de l’Organització de Cooperació de Shanghai (SCO, en anglès) la Xina va signar acords per a projectes ferroviaris que passaran per l’Uzbekistan i el Kirguizistan. A més, el president de l’Uzbekistan va suggerir que valia més mantenir l’estatus neutral de l’SCO. L’Índia és un altre país asiàtic que cada cop s’allunya més de Rússia, tot i valorar Rússia pel seu rol de contenció de la Xina en el conflicte fronterer que oposa els dos països. Per tant, la participació de l’Índia al Quad (Diàleg de seguretat quadrilateral) no fa més que tensar una mica més la relació. L’Índia encara compra el petroli rus, però la guerra d’Ucraïna està posant a prova les polítiques exteriors del país, sobretot després de la cimera del G20, en què els països membres van condemnar explícitament la invasió russa. El darrer país asiàtic que té rellevància en les relacions internacionals de Rússia és Corea del Nord, que va reaccionar amb lentitud a la invasió russa, tot i justificant-la adduint l’hegemonia nord-americana. Si bé les sancions internacionals limiten el comerç entre Rússia i Corea del Nord, la majoria de les transaccions es realitzen amb la Xina com a intermediària. En general, les condicions actuals són beneficioses per a Corea del Nord gràcies a l’increment de les tensions entre els Estats Units, Rússia i la Xina. Finalment, tot i la voluntat russa d’ampliar les relacions amb països asiàtics com Vietnam o Indonèsia, el suport rus al govern xinès i l’increment de la cooperació militar entre ambdós països fan que trontollin les precàries relacions russes al continent asiàtic.

Michaël Levystone Prudentes émancipations en Asie centrale

L’autor destaca que tot i que cap dels països de l’Àsia Central no l’ha condemnada oficialment, l’agressió russa contra Ucraïna ha provocat un gran malestar a tota la regió i si fins fa poc Moscou era considerat com el garant de la seguretat, ara veu com altres actors desafien el seu monopoli, com per exemple els Estats Units, que tornen després de la seva desfeta afganesa. Kazakhstan, Kirguizistan, Uzbekistan, Tadjikistan i Turkmenistan tenen estrets vincles amb Moscou, però també han establert bones relacions amb Ucraïna, i durant les votacions a les Nacions Unides de les resolucions de condemna de l’agressió russa i l’annexió de territoris ucraïnesos per part de Rússia, aquests països van mostrar una actitud de prudent neutralitat: els seus representants es van abstenir o no van participar a la votació. Darrere d’aquesta unitat de façana, però, existeixen molts matisos. Turkmenistan i Tadjikistan, per por d’alienar Rússia, garant de la seva seguretat contra el seu veí Afganistan, mantenen un prudent silenci. Kirguizistan ha mostrat una posició més erràtica: després d’haver semblat legitimar la invasió russa, el país va acabar reconeixent el dret d’Ucraïna com a estat sobirà. Les dues repúbliques d’Àsia Central que s’han pronunciat més obertament a favor de Kíev són Uzbekistan i sobretot Kazakhstan, on viu una important minoria russa a les províncies del nord. Una altra reacció comuna als països d’Àsia Central, observada des de la mobilització parcial decretada per Putin al mes de setembre és el seu rebuig als intents russos de reclutar treballadors temporers d’Àsia Central per anar a lluitar a Ucraïna. Paral·lelament, la imatge d’una potència russa empantanada a Ucraïna ha impulsat les repúbliques d’Àsia Central a diversificar les seves aliances per garantir la seva pròpia seguretat, la qual cosa ha beneficiat els tradicionals rivals de Moscou a la regió. Així, des de l’inici de la guerra, la Xina ha signat acords de cooperació militar amb els seus proveïdors de petroli (Kazakhstan) i gas natural (Turkmenistan). Beijing també s’ha consolidat gradualment com a proveïdor d’armes als règims d’Àsia Central, com Turkmenistan, al qual ha lliurat sistemes de defensa antiaèria. Des de la invasió d’Ucraïna, l’estratègia d’influència desplegada pel president turc Erdoğan inclou una dimensió militar. Així, Ankara ha signat un tractat d’associació estratègica global acompanyat d’un acord marc per a una cooperació militar reforçada amb Uzbekistan, un acord marc de cooperació militar amb Tadjikistan i sobretot un tractat de col·laboració estratègica amb Kazakhstan, que preveu l’establiment d’una línia de producció de drons. Finalment, també els Estats Units han aprofitat la guerra per recuperar un lloc a Àsia Central. La seva estratègia per recuperar la influència regional se centra en la lluita contra el terrorisme amb la mirada posada a l’Afganistan.

Stephanie Liechtenstein Will Russia Kill the OSCE?

Stephanie Liechtenstein argumenta que Rússia està amenaçant greument la supervivència de l’Organització de Seguretat i Cooperació Europea (OSCE). Més enllà de les ofensives militars a Ucraïna, Putin també està duent a terme una ofensiva diplomàtica contra les organitzacions comunes entre Rússia i Europa. L’organització, establerta a Viena, va ser l’únic fòrum de cooperació i manteniment de la pau durant la Guerra Freda. Des de llavors ha tingut també un paper important en la resolució de conflictes com a Geòrgia o Ucraïna. La OSCE és l’única organització que integra en un mateix fòrum els països occidentals i els de l’antiga URSS, i el seu concepte de seguretat es considera inclusiu, atès que també contempla els drets humans, la promoció de la democràcia o els drets de les minories. Aquest any Rússia ha bloquejat el pressupost pels propers anys i ha imposat la fi de la missió de l’organització a Ucraïna. En tant que els estatuts de l’OSCE requereixen la unanimitat dels seus 57 membres, això facilita el bloqueig per part de Rússia. Moscou considera que la defensa de la llibertat de premsa o dels drets humans fa que la OSCE no sigui imparcial i estigui adoptant actituds esbiaixades a favor del bloc occidental. A més, ha acusat la missió de la OSCE a Ucraïna d’emetre comunicats políticament esbiaixats i de no tenir en compte les regions ucraïneses de llengua russa. Sense nou pressupost, l’OSCE no pot posar en marxa noves missions ni signar nous contractes. De facto, l’organització està funcionant per inèrcies i el bloqueig impossibilita qualsevol reacció davant de possibles noves crisis geopolítiques. A més, per reformar els estatuts de l’organització també es necessària la unanimitat. En definitiva, la guerra d’Ucraïna i el desacoblament total de Rússia del sistema de seguretat europeu ja està tenint les seves conseqüències institucionals. La OSCE, una organització molt útil en el seu moment, està completament paralitzada i és difícil preveure el seu futur. Segons com gestionin aquesta crisi els líders occidentals i russos, la OSCE pot estar patint simplement un mal moment o estar condemnada a una mort lenta. 

Andreas Mihm Auf der eisernen Seidenstraße an Russland vorbei

La guerra a Ucraïna està causant canvis importants en el transport de mercaderies, ja que actualment s’ha incrementat el volum de mercaderies que transiten per la ruta turca de la Seda de ferro, la línia ferroviària Bakú-Tbilisi-Kars. Tot indica que en el futur aquesta ruta adquirirà cada vegada més importància. D’altra banda, el transport per carretera també s’ha incrementat, ateses les limitacions de transport a través de Rússia. Aquesta ruta, també coneguda com a corredor mitjà, passa pel Mar Negre o Turquia per arribar a Geòrgia, després travessa el Mar Caspi i l’Azerbaidjan i finalment Kazakhstan o Turkmenistan per arribar a la destinació final: la Xina. Tot i que més cara, complexa i llarga que la ruta septentrional, aquesta línia ferroviària només triga de 12 a 18 dies a arribar fins a Europa, la qual cosa la fa més ràpida que la via marítima. Els trens de mercaderies xinesos van passar pel Bòsfor per primer cop ara fa tres anys, però avui l’estret encara és un coll d’ampolla, perquè els trens només hi poden passar de nit ja que de dia es produeixen moltes congestions degudes als trens de passatgers. Tot i que hi ha prevista una ampliació de les vies de l’estret del Bòsfor, que hauria de començar l’any 2023, el Bòsfor no és l’únic coll d’ampolla de la ruta de la Seda de ferro: les vies georgianes són molt petites i sovint s’han de redirigir cap a Rússia. A més, s’hi han d’afegir els problemes de corrupció de les duanes turques. Actualment el Banc Europeu per a la Reconstrucció i el Desenvolupament (BERD) està duent a terme un estudi per valorar la viabilitat de fer servir el corredor mitjà com a alternativa a la ruta russa i considera que caldria una millor electrificació i una digitalització de les duanes, que costaria al voltant dels 3,5 mil milions d’euros. A més, la diferència de trànsit és notable: dels 1,5 milions de contenidors transportats per Rússia l’any passat, al primer semestre de 2022 només han passat 20.000 pel corredor mitjà. Per tant, de moment la ruta dominant encara serà la ruta transsiberiana, sempre que les sancions ho permetin.

Jean-Marie Guéhenno La longue guerre d'Ukraine

Jean-Marie Guéhenno argumenta a Le Grand Continent que el conflicte és a la vegada total i limitat, ja que més enllà del territori ucraïnès on l’enfrontament és de màxima intensitat, ni russos ni occidentals aconsegueixen mobilitzar plenament les seves societats. També assenyala que en aquesta barreja de gran fragilitat i violència extrema, Europa es veu atrapada entre els dos bàndols i per tant planteja què significa per a Europa la guerra a Ucraïna. A primera vista, està accelerant la consciència geopolítica entre els europeus, que —inclosa Alemanya— estan augmentant els seus pressupostos militars i superant les seves diferències votant paquets de sancions a Rússia i adoptant mesures d’ajuda a Ucraïna, principalment. en l’àmbit humanitari. El final de la guerra a Ucraïna queda molt lluny, però ja es detecten certes conseqüències estratègiques. La primera és la pèrdua de centralitat d’Europa. La guerra ha unit els europeus, però ha confirmat la distància entre Europa i la resta del món. La segona conseqüència és l’acceleració d’un debilitament durador de Rússia. Militarment, Rússia està mostrant els límits de les seves forces convencionals i el malbaratament del seu enorme arsenal nuclear. Econòmicament, Rússia segueix sent una economia de productes bàsics, el valor de la qual es veurà disminuït per la transició energètica, i que ha perdut el camí de la diversificació cap a l’economia de dades. La fugida de cervells, la marxa d’empreses occidentals i les sancions tecnològiques agreugen aquest handicap. Políticament, un fracàs rus a Ucraïna potser provocarà el xoc que finalment permetrà a Rússia afrontar el seu passat, completar la seva transformació post soviètica i posar les bases d’una veritable democràcia federal. Però el decantament actual cap a l’ultranacionalisme també comporta el risc d’una ruptura ja que no tots els pobles que integren la Federació es reconeixen en el nacionalisme de Putin. La tercera conseqüència és el probable agreujament de la dependència europea respecte dels Estats Units. La guerra augmenta l’interès de la majoria de països europeus per la garantia de seguretat nord-americana. Això tindrà un preu. Els Estats Units no esperen que els europeus contribueixin seriosament a l’equilibri militar a Àsia, però requeriran que els europeus s’arrenglerin amb ells en les seves relacions econòmiques amb la Xina. Europa es veu, doncs, atrapada entre una major dependència respecte dels Estats Units per a la seva seguretat i de la Xina per a la seva prosperitat. Finalment, la quarta conseqüència és la més incerta: l’impacte de la guerra sobre la Xina, i en l’equilibri amb els Estats Units. A curt termini, la guerra a Ucraïna sembla servir als interessos xinesos. Augmenta la dependència de Rússia de la Xina i distreu els Estats Units de la seva prioritat cap a la Xina. Però també està accelerant la presa de consciència per part dels països occidentals de la dimensió estratègica de les relacions econòmiques internacionals i l’enfortiment dels llaços entre Europa i els Estats Units, dos fets que dificulten la implementació de l’estratègia xinesa de diluir els conflictes en la retòrica de win-win. En última instància, tot dependrà de com la Xina avaluï el nou equilibri de poder i com els Estats Units gestionen la seva pròpia relació amb la Xina.

The Economist The war has worsened Ukraine’s demographic woes

Ningú sap quantes persones han mort des que va començar la invasió d’Ucraïna i en la mesura que molts refugiats han començat a tornar, tampoc ningú no sap quants romanen a l’estranger, ni quina és la població actual d’Ucraïna. Però una cosa és segura: el preu demogràfic imposat per la guerra de Rússia serà elevat. Tot i que les estadístiques demogràfiques ucraïneses ja eren fragmentàries i imprecises abans de la invasió, la veritat és que durant anys Ucraïna ha estat un dels països que més ràpid ha perdut població al món i la guerra, és clar, està accelerant aquest declivi. El 1991, any de la seva independència, el país comptava amb gairebé 52 milions d’habitants. El cens del 2001 va registrar una població de 48,5 milions. Des d’aleshores no s’ha fet cap més cens. Al febrer, segons l’última estimació oficial just abans de la invasió, hi havia 37,5 milions de persones vivint a les regions d’Ucraïna controlada pel govern. També el febrer d’aquest any, el servei estadístic d’Ucraïna va estimar que hi havia uns 3,5 milions de persones a les zones de les províncies de Donetsk i Luhansk controlades per Rússia; i el cens rus del 2021 afirmava que hi havia 2,4 milions a la Crimea annexionada. Si aquestes xifres són correctes, dins de les fronteres internacionalment reconegudes d’Ucraïna hi havia aproximadament 43,5 milions de persones abans de la invasió, fet que suposa un 16% menys que en el moment de la independència. D’altra banda, segons l’agència de l’ONU per als refugiats, l’última xifra de refugiats a l’estranger és de 7,8 milions, tot i això, al setembre una altra agència de l’ONU va informar que al voltant de 1,2 milions havien tornat. També cal destacar que fins i tot abans de la invasió, la població ucraïnesa envellia ràpidament, i els homes i les dones en edat de treballar i tenir fills eren els més propensos a emigrar. Des del 1991, cada any moren més ucraïnesos dels que neixen i la situació encara s’ha agreujat més com a conseqüència de la COVID-19, i l’esperança de vida és una de les més baixes d’Europa. Al 2020, l’esperança mitjana de vida d’un home ucraïnès era de 66 anys, onze anys i mig menys que la mitjana de la UE. Per la seva banda, un estudi realitzat per la Universitat de St Andrews (Escòcia) preveu que la població podria disminuir entre un 17% i un 33% a les regions d’Ucraïna controlades pel govern abans de la invasió. En el pitjor dels casos, la població total no superaria els 28 milions de persones, i el nombre d’adults en edat de treballar es reduiria un 36%. Finalment, també és preocupant la davallada de la natalitat, que ha passat de 2,8 fills per dona l’any 1950 a 1,16 al 2021, una de les taxes de fecunditat més baixes del planeta.

Marlene Laruelle Putin’s War and the Dangers of Russian Disintegration

L’autora afirma que tot i que alguns observadors occidentals no només han especulat sobre la ruptura de Rússia, sinó que la defensen, una ruptura del país no resoldria el problema que té Occident amb Rússia. Al seu entendre, qualsevol futur positiu per a Rússia i els seus veïns com Ucraïna, així com per a la resta del món, requerirà que el país reinventi el seu federalisme des de dins, en lloc de desintegrar-se. És clar que la guerra a Ucraïna podria augmentar les peticions de més autonomia respecte de Moscou, ja que la mobilització militar del setembre ha generat una reacció violenta en zones poblades per minories ètniques. Els canvis demogràfics més profunds també podrien augmentar les peticions de descentralització. De les 20 regions russes amb creixement demogràfic positiu, 19 tenen percentatges relativament alts de russos no ètnics. Tot i això, encara que els seus greuges són reals, les minories ètniques russes no demanen la secessió i les enquestes mostren un fort patriotisme d’estat rus a les repúbliques ètniques. També seria erroni suposar que l’empoderament de les minories contribuiria automàticament a crear una Rússia més en sintonia amb les normes occidentals. Les minories ètniques no són més propenses que la majoria ètnica russa a la democràcia, els drets humans, el bon govern i el liberalisme prooccidental. D’altra banda, la principal divisió cultural no és entre els russos ètnics i les minories, sinó entre les grans zones urbanes i la resta del país: regions industrialment deprimides, províncies rurals i repúbliques ètniques. A l’última dècada, les grans ciutats russes han mostrat signes creixents de compromís de la societat civil i pluralisme de base, encara que aquesta tendència hagi estat reprimida, especialment des de l’esclat de la guerra. Els habitants de les zones rurals i les minories, en canvi, tendeixen a ser més conservadors quant a costums culturals i més partidaris d’un règim autoritari. Així doncs, advocar pel col·lapse de Rússia és una estratègia errònia, basada en el desconeixement del que uneix la societat russa en la seva diversitat. I el que és més important, aquesta estratègia tampoc no té en compte que una ruptura de Rússia seria desastrosa per a la seguretat internacional. Un col·lapse podria generar diverses guerres civils en les que els nous estats lluitarien entre si per les fronteres i els recursos econòmics. En aquest cas, les elits de Moscou, que controlen un enorme arsenal nuclear, reaccionarien amb violència davant de qualsevol secessionisme, els serveis de seguretat i les forces de l’ordre esclafarien qualsevol intent de democratització si això signifiqués repetir el desmembrament de la Unió Soviètica. En definitiva, encara que la desintegració de Rússia sigui improbable, després de la desastrosa guerra de Putin, el règim s’enfrontarà a pressions creixents per descentralitzar-se. El millor resultat seria que l’autogovern local -inscrit a la Constitució russa però rebutjat per Putin- es fes realitat, tot i que aquesta refederalització de Rússia només serà possible si va acompanyada d’una reflexió nacional sobre el llegat del colonialisme rus que permeti a la Federació reformar-se des de dins.

Francesca Ebel Fierce claims to Crimea highlight slim chance of Russia-Ukraine peace deal

Francesca Ebel afirma que la clau de la guerra d’Ucraïna és a la península de Crimea que Rússia es va annexionar il·legalment el 2014, i que ha estat històricament una terra disputada entre diferents països. El president ucraïnès, Volodymyr Zelensky, insisteix que només recuperant Crimea acabarà la guerra. En canvi, per Vladimir Putin l’annexió de Crimea s’ha convertit en un pilar fonamental del seu llegat que s’ensorraria si perd la península, i ha subratllar diverses vegades que qualsevol intent d’Ucraïna per reprendre Crimea suposaria creuar una línia vermella que no toleraria. A l’inici del conflicte recuperar Crimea semblava impossible, però després de les victòries de Kíev al camp de batalla i els passos en fals de Moscou, sembla que de sobte sembli plausible. Durant vuit anys, la situació a Crimea es va veure eclipsada per la guerra larvada al Donbàs, tot i que Zelensky va començar a formular un pla de reintegració de Crimea molt abans de la invasió de Rússia al mes febrer. Per consegüent, un hipotètic acord sobre Crimea és considerat com a clau per posar fi a la guerra. En aquest sentit, durant les converses de pau inicials del mes març, Kíev va assenyalar que estaria oberta a negociacions separades sobre l’estatus de Crimea. En darrer terme, una guerra que va començar a Crimea l’any 2014 podria ara finalitzar a la mateixa península. 

Francisco Gan Pampols Rusia está obligada ahora a escalar su postura de fuerza

En aquesta entrevista l’autor reflexiona sobre alguns dels desenvolupaments actuals de la guerra a Ucraïna i destaca, per exemple, que els EUA han limitat l’abast dels míssils HIMAR (Hight Mobility Artillery Rocket System) i ATACAM, sobre bases mòbils, que han lliurat Ucraïna perquè no tinguin prou abast per atacar territori rus i evitar així l’escalada de la guerra. També assenyala que les tropes ucraïneses ho estan fent molt bé al camp de batalla i que Rússia ara està obligada a escalar la seva postura de força, perquè Putin no es pot permetre semblar feble davant els seus i davant la comunitat internacional. Paral·lelament, tot indica que algú al Kremlin treballa en un acord per no perdre massa a curt termini, per exemple creant una zona desmilitaritzada a tot el Donbass i Crimea, però sense perdre la base de Sebastopol, que és l’única base d’aigües càlides de la Federació Russa i és irrenunciable. I això perquè una retirada russa seria una derrota i els russos sempre han enderrocat els seus governants quan han perdut. Per consegüent, Rússia mai no es retirarà unilateralment si ho pot evitar. Pel que fa al final de la guerra alerta de que cal recordar com es va humiliar Alemanya després de la Primera Guerra Mundial, la cosa que va portar a la Segona, i com va ser de diferent el tractament rebut després de 1945. Respecte de les possibles indemnitzacions que Ucraïna vol exigir a Moscou, apunta que Lenin va cedir a Ucraïna el Donbass, i Stalin, la part nord-occidental, que havia estat polonesa. A Hèlsinki el 1975 es va acordar que ningú qüestionaria les fronteres sortides de la II Guerra Mundial; però això no es va complir ni als Balcans ni al Caucas… En termes estratègics, l’autor afirma que la guerra llampec prevista per Putin ha acabat en desastre de planificació i logística i encara pitjor en el pla operacional amb errors de coordinació que han portat l’exèrcit rus portar a haver-se de replegar. En canvi, l’exèrcit ucraïnès té el comandament orientat a la seva missió. A cada unitat, a tots els nivells, se li assigna una missió i autonomia per fer-la, mentre que l’exèrcit rus està massa jerarquitzat i centralitzat i davant de qualsevol incidència s’atura i demana ordres.

Democacia, diversidad y cultura

Alberto Alemanno The Qatar scandal shows how the EU has a corruption problem

L’escàndol del Qatargate ha fet palès que els diners també poden comprar influència a la Unió Europea. Dos parlamentaris han estat acusats per la policia belga de participar en activitats il·lícites de lobby en benefici de Qatar. Això ha demostrat que la baula més feble del sistema d’integritat de la Unió és el Parlament Europeu, degut a l’aplicació irregular d’unes normes laxes. En primer lloc, els parlamentaris estan autoritzats a tenir una altra feina (és el cas d’una quarta part dels 705 diputats de la cambra). En segon lloc, els parlamentaris no estan obligats a declarar totes les seves reunions. Aquesta indulgència ha creat una cultura de la impunitat que va en detriment dels interessos tant dels ciutadans com dels mateixos estats membres. És per això, afirma Alberto Alemanno, que el Parlament Europeu ha d’aprofitar aquesta escàndol per dur a terme un canvi real i proposa quatre reformes. Primer, que les institucions europees estableixin un organisme comú, independent i dotat dels recursos i de la capacitat de sanció i investigació suficients. Segon, que les normes actuals sobre la transparència es reforcin obligant els membres del Parlament Europeu a declarar totes les reunions, tot i que el Parlament s’hi ha oposat en nom de la llibertat del mandat electoral. Tercer, que hi hagi informes dels grups de pressió de països de fora de la Unió en el Registre de Transparència de l’UE, siguin ambaixades o altres. Finalment, que el Registre de Transparència de l’UE esdevingui obligatori a través d’un acte legislatiu, i que sigui posteriorment reforçat.

The Economist Europe faces an enduring crisis of energy and geopolitics

The Economist analitza l’estat geopolític i energètic actual d’Europa. Quan es pregunta arreu sobre l’estat dels països europeus es destaquen dues reaccions. En primer lloc, admiració per tot l’esforç que s’està duent a terme per defensar Ucraïna i no deixar-la caure sota influència russa. En segon lloc, no obstant, es detecta molta preocupació. Preocupació per la pèrdua de competitivitat global que viurà Europa per la manca de font energètiques, el proteccionisme econòmic dels EUA, i les divisions internes en la UE. En aquest context, els experts afirmen que la perdurabilitat de l’aliança transatlàntica està en risc. Tot i que l’estiu i les altes temperatures de la tardor han permès a Europa omplir els dipòsits de gas i disminuir els preus, la crisi energètica encara col·loca Europa en una situació complicada. El preu del gas ha augmentat sis vegades des d’abans de la guerra i es calcula que unes 100.000 persones grans podrien morir a Europa per l’augment dels preus i la consegüent falta de calefacció. Per l’altra banda, la guerra també ha creat problemes financers derivats de la inflació. El Banc Central Europeu es troba davant d’un dilema: controlar la inflació i provocar una crisi o mantenir la inflació i fer créixer l’economia. Al mateix temps, s’ha revelat la vulnerabilitat de la indústria europea: la dependència de l’exterior, ja sigui en termes energètics respecte de Rússia, o de mercat respecte de la Xina. Aquestes previsions negatives s’han vist agreujades pel recent Inflation Reduction Act emès pel president Joe Biden que estableix, de nou, el proteccionisme econòmic als EUA. La UE s’ha quedat aïllada defensant el rol de l’Organització Mundial del Comerç i la defensa de la globalització. També ha reaccionat mitjançant subsidis a les empreses europees. L’objectiu de Biden és neutralitzar el control xinès de la industria, no escanyar econòmicament a Europa. El seu decret hauria de tenir això en consideració i permetre els subsidis per les empreses europees. Europa, per la seva part, ha de defensar la seva economia i accelerar la transició energètica cap a les renovables per deixar de ser dependents.

Stefan Wolff Western leaders are divided over the future of relations with China

Charles Michel, president del Consell Europeu, ha estat l’últim líder occidental en visitar Xi Jinping l’1 de desembre passat. Xi ha consolidat el seu poder i cada cop l’exerceix de manera més autocràtica, seguint l’estela de Mao Zedong. Durant els Jocs Olímpics d’Hivern Xi ja havia rebut més de vint líders internacionals, la majoria dels quals no formaven part del bloc democràtic. Tanmateix, Michel sí que ho és i ha obert, segons l’autor, un debat a Occident sobre quines han de ser les relacions amb la Xina. En primer lloc, s’ha produït una divisió entre Europa i els EUA. Els Estats Units, veuen la Xina com el seu únic competidor en l’ordre internacional, i defensen posicions molt més dures i assertives que països europeus com Alemanya o França. En canvi, el líder de la diplomàcia europea i vice-president de la Comissió Josep Borrell va concebre la relació amb Xina en termes de cooperació durant el seu discurs al Parlament Europeu del 22 de novembre. Tot i que els EUA pressionen perquè es produeixi un distanciament, els països europeus segueixen insistint en la cooperació econòmica i no en la confrontació política. Tanmateix, tampoc no es pot afirmar que existeix una posició europea única. Lituània, un dels països més petits de la UE, ha inaugurat recentment una delegació comercial de Taiwan a Vílnius. Aquest fet, que atempta contra la política d’Una Sola Xina, ha posat la UE en dificultats. El recent viatge a Beijing del canceller alemany Olaf Scholtz també ha causat un certa malestar degut a la signatura d’acords bilaterals entre ambdós països. Així mateix, també existeixen divisions dins dels propis països entre partidaris d’una línia dura i partidaris d’una cooperació que els permeti seguit comerciant i invertint a la Xina. En definitiva, sembla improbable que el viatge de Michel suposi cap canvi en la posició de la UE envers la Xina: el mínim comú denominador segueix essent la cooperació econòmica.

Jacopo Barigazzi The EU is privatizing its migrant rescue work — by default

Actualment, la Unió Europea externalitza bona part de la seva política migratòria en ONG que no estan controlades per cap govern. De fet, aquestes organitzacions s’han convertit en el cap de turc de les discussions sobre política migratòria entre els diferents països. Itàlia és al capdavant de la coalició d’alguns països europeus meridionals que consideren que les ONG promouen l’arribada de refugiats. Alemanya s’ho mira amb preocupació, i la Unió Europea diu que no té capacitat legal per crear legislació al respecte. Aquest debat de les ONG existeix d’ençà del 2016, i ara s’ha revifat perquè el govern italià de Giorgia Meloni ha impedit que un vaixell atraqués en ports italians. L’embarcació va haver d’anar fins a França, on l’ONG que duia a terme l’operació està registrada. França i la Comissió Europea van acusar Itàlia de no complir les lleis internacionals, i les relacions entre ambdós països se n’han ressentit. Aquest any ja han arribat 90.000 refugiats de països com Líbia o Tunísia, un 50% més que l’any passat. Itàlia, Grècia, Xipre i Malta acusen les ONG de promoure el tràfic humà i fins i tot de col·laborar amb les màfies de traficants. A més, exigeixen que els països on estan registrats els vaixells de les ONG es responsabilitzin dels migrants rescatats. Les ONG han negat aquestes acusacions, i Susanne Jacoby, portaveu de l’ONG alemanya United4Rescue addueix que els migrants tracten de travessar la Mediterrània sense que els importi saber si hi ha vaixells de rescat o no. L’agència fronterera de la Unió, Frontex, també ha expressat la seva preocupació, però sense acusar les ONG com ho fan els països del sud d’Europa. El divendres 25 de novembre la Comissió Europea va presentar el seu pla d’acció que proposa augmentar els contactes amb Líbia i Tunísia, accelerar el sistema voluntari de reubicació dels refugiats i adoptar unes línies generals per a les operacions de cerca i rescat al mar. Això no obstant, les ONG qüestionen els beneficis d’aquestes noves línies generals.

Mary McCaughey Citizens need clarity on Europe’s challenges

L’autora afirma que Europa s’està enfrontant a un moment de gran inseguretat atès que la crisi econòmica ha incrementat la desconfiança dels ciutadans respecte de les institucions polítiques a tota la UE. A més, un altre factor que ha portat a la crisi de desconfiança és la difusió de la desinformació entre les xarxes socials que va créixer molt durant els confinaments provocats per la pandèmia. D’altra banda, els reptes econòmics als quals han de fer front els europeus poden ser un catalitzador que intensifiqui l’impacte de les fake news. No obstant, aquestes problemàtiques no s’aturen a les fronteres de la UE, sinó que en molts casos es veuen intensificades. La fundació Eurofound ha dut a terme un estudi que reflecteix els sentiments generalitzats d’exclusió social entre els enquestats més joves, tant a la UE (28%) com als països veïns (41%). Els resultats destaquen la necessitat de millorar les actuacions polítiques cap als treballadors, especialment de serveis essencials, que s’han vist greument afectats per les condicions generades per la pandèmia, pels salaris baixos i la sensació d’inseguretat i d’exposició al risc. L’autora aposta per fer més accessibles les dades públiques per entendre millor com els treballadors i els ciutadans estan vivint les crisis. Això permetrà als responsables polítics fer un balanç de les qüestions emergents i utilitzar l’anàlisi basada en informació veraç per informar les decisions que promoguin una societat justa i inclusiva. 

Eleonora Vasques Young people ‘de facto’ at margin of EU polítics

En aquest article, Eleonora Vasques analitza les dades de l’informe Voice to the youth: Political participation in the EU and beyond que revela que els joves estan estadísticament infrarepresentats tant en els parlaments nacionals com a les institucions de la UE. Això, en combinació amb l’envelliment de la població dels països europeus, deixa de facto els joves al marge de la política. Per tant, és important que els responsables polítics comencin a mirar cap a les eleccions de la UE de 2024 i mirin d’augmentar la participació dels joves en els processos de presa de decisions tant a nivell nacional com regional. Un altre element que afecta tant les campanyes electorals com les prioritats polítiques és l’envelliment de la població de la UE en tant que la demografia té un impacte tangible en les prioritats polítiques europees. No obstant, més enllà de les eleccions, la UE està fomentant formes alternatives de participació política, com ara la democràcia deliberativa: donar visibilitat al debat per part dels ciutadans com a centre de l’elaboració de polítiques. Per aquesta mateixa raó, l’any 2022 la UE va posar en marxa la seva primera iniciativa de democràcia deliberativa, la Conferència sobre el futur d’Europa (CoFoE). Durant tot el procés, es van seleccionar ciutadans de la UE escollits aleatòriament perquè participessin en debats polítics que anaven des de l’economia fins als valors i les prioritats culturals.

Michael Gordon UK supreme court rules Scotland cannot call a second independence referendum – the decision explained

Michael Gordon analitza la sentència del Tribunal Suprem del Regne Unit que ha dictaminat que el Parlament escocès no té el poder de convocar unilateralment un segon referèndum sobre la independència. En tant que el govern i el Parlament escocès van obtenir els seus poders mitjançant la Llei d’Escòcia de 1998, per decidir les dues qüestions legals principals plantejades, el Tribunal Suprem del Regne Unit ha hagut de determinar si els poders concedits al Parlament escocès en virtut d’aquesta llei incloïen el de legislar per celebrar una votació d’aquest tipus. No es plantejava cap qüestió més àmplia relacionada amb la celebració d’un possible referèndum d’independència. En particular, el Tribunal Suprem havia de decidir si legislar per a aquest referèndum era una competència legal del Parlament escocès o un tema reservat al Parlament del Regne Unit a Westminster. El Tribunal s’ha pronunciat sobre dues qüestions principals. En primer lloc, si el govern escocès havia utilitzat el procés adequat quan va remetre aquesta qüestió legal al Tribunal Suprem. El tribunal va decidir que sí. Aleshores, el tribunal va passar a la segona qüestió més substantiva: si el Parlament escocès té el poder legal per convocar un referèndum sobre la independència. La decisió del Tribunal Suprem del Regne Unit proporciona una claredat jurídica absoluta en el sentit que el Parlament escocès no pot celebrar un segon referèndum d’independència. Igual que al 2014, caldria l’acord del Govern i del Parlament del Regne Unit. La decisió, però, també revela una contradicció entre la llei constitucional del Regne Unit i el mandat democràtic obtingut pel Partit Nacional Escocès per celebrar una nova votació sobre la independència d’Escòcia, contradicció que és una característica central dels acords estatutaris de devolució del Regne Unit. Ara que les opcions legals estan clares, la manera de gestionar aquesta contradicció serà un gran repte per a la legitimitat de l’ordre constitucional del Regne Unit.

Hugues LePaige Double langage au gouvernement italien

L’autor analitza el doble llenguatge utilitat per la Primera ministra italiana Giorgia Meloni Giorgia Meloni: si d’una banda, pretén respectar escrupolosament els tractats europeus, complir amb el dogma del rigor pressupostari i donar suport a Ucraïna, de portes endins defensa posicions properes a un ultraconservadorisme autoritari en temes de societat. Des de la composició del seu govern fins al seu discurs d’investidura i el seu viatge a Brussel·les, els primers passos de Meloni confirmen aquest doble eix estratègic. A nivell socioeconòmic i diplomàtic, tot indica que serà decididament liberal i atlantista. La presidenta del Consell sembla seguir els passos del seu predecessor, Draghi, amb qui ha multiplicat els contactes, tant durant la campanya com després de la seva victòria, per tal de tranquil·litzar Brussel·les i assegurar el pla de recuperació europeu de 200.000 milions d’euros. Però aquesta alineació amb la Comissió Europea i la seva doctrina del rigor no estarà exempta de problemes per a bona part del seu electorat. Pel que fa als drets de les dones, immigrants, lesbianes, gais, bisexuals i trans (LGBT), però també en matèria de justícia, educació i seguretat, la història és diferent. Sobre aquests temes, Meloni pretén aplicar el seu tríptic “Déu, família, pàtria”. Així, ha assignat ministeris a figures emblemàtiques de l’extrema dreta, com Galeazzo Bignami, secretari d’Estat d’Infraestructures. També ha canviat el nom de llocs simbòlics: el ministeri d’instrucció pública ara també es diu de “mèrit” i la paraula “natalitat” s’ha afegit al ministeri de família i igualtat d’oportunitats I, Meloni va rebutjar nomenar Salvini al ministeri de l’Interior va ser només per confiar-lo a Matteo Piantedosi, el seu antic cap de gabinet, tan ferotgement hostil a la immigració com el líder de la Lega. LePaige considera que res no il·lustra millor les temptacions autoritàries del govern Meloni que la seva primera iniciativa legislativa. Al·legant la necessitat de posar fi a les festes rave, va presentar un decret pel qual s’estableix un nou delicte, castigat amb una pena de fins a sis anys de presó (que autoritza les escoltes telefòniques i les detencions provisionals): “la invasió de terrenys o edificis (privat o públics) per a concentracions perilloses per a l’ordre, la seguretat o la salut públics”. Una definició que es pot aplicar a qualsevol ocupació de fàbrica, escola o universitat. Davant les protestes, Meloni va fer marxa enrere, però va justificar el fons de la la iniciativa i per tant res no assegura que no ho torni a provar.

Valentino Grbavac Much Ado about Nothing in Bosnia

A Bòsnia la situació és cada vegada més tensa des que l’Alt Representant per a Bòsnia i Hercegovina, Christian Schmidt, ha proposat una sèrie d’esmenes a la llei electoral i la a constitució de la Federació de Bòsnia i Hercegovina. Els bosnians nacionalistes s’hi han manifestat immediatament en contra. El problema és que les esmenes proposades per Schmidt no solucionen res. La Cambra dels Pobles de la Federació de Bòsnia i Hercegovina té 58 representants dividits en quatre grups: fins ara 17 bosnians, 17 croats, 17 serbis i 7 d’altres nacionalitats. La proposta de Schmidt augmenta la representació de cada grup en 6 representants (4 en el cas de les altres nacionalitats), elegits en cadascun dels deu cantons, cada cantó tenint un nombre fix de representants bosnians, croats, serbis i “altres”. Segons la sentència del Tribunal Constitucional de Bòsnia de 2016, la Cambra dels Pobles no representa els cantons, sinó els pobles constituents. És a dir, que si el 15% de la població bosniana viu en un cantó determinat, aquest cantó ha de delegar el 15% dels representants bosnians de tota la Cambra. En teoria, aquest sistema assegura la igualtat dels pobles constituents. Però a la pràctica no és així, perquè hi ha una altra sentència per la qual cada cantó elegeix com a mínim 1 representant de cadascun dels 3 pobles constituents si com a mínim hi ha 1 membre d’aquella nació elegit a l’assemblea cantonal. Això fa que hi hagi situacions com la del cantó Gorazde i el cantó Posavina; en el primer hi viuen 24 croats i en el darrer, 33.600, però tots dos cantons contribueixen amb 1 representant croat a la Cambra dels Pobles. A més, hi ha encara un altre problema en l’elecció dels representants, perquè per entrar a l’assemblea cantonal, i poder contribuir a la representació a la Cambra dels Pobles, cal superar el 3% de vots de l’assemblea cantonal. L’única solució que Grbavac veu per solucionar el tema és instaurar un sistema d’eleccions directes com a Croàcia, on les minories nacionals tradicionals tenen reservats un nombre fix de elegits directament per les minories. L’altra opció, proposada per Ivan Pepic i el mateix autor, seria abolir totes les posicions polítiques atribuïdes segons quotes ètniques o nacionals, la cosa també reduiria l’administració d’un 75% i s’acostaria més als sistemes territorials federals vigents a la Unió Europea.

Ruth Ferrero-Turrión Apuntes sobre Kosovo: buscar respuestas para evitar un desastre

Ruth Ferrero alerta que a més de la guerra a Ucraïna, durant les darreres setmanes notícies cada vegada més alarmants ens venen dels Balcans Occidentals. I ja se sap que cada vegada que els Balcans fan la seva aparició a les notícies poques vegades ho fan per anunciar bones noves, en aquesta ocasió a Kosovo. Això no és cap novetat ja que durant l’últim any la ja coneguda com a “guerra de les matrícules” ha ocupat espai als mitjans de comunicació. Ara de nou, la tensió no resolta entre els governs de Pristina i Belgrad fa saltar espurnes a la regió del nord de Kosovo de població majoritàriament serbo-kosovar. I tot això malgrat que mai des del final de la guerra no han deixat de produir-se disturbis, enfrontaments i episodis de més o menys gravetat en relació amb el punt de fricció, és a dir qui té la sobirania sobre el territori de Kosovo. Sèrbia segueix apel·lant a la Resolució 1244 de les Nacions Unides aprovada el juny de 1999 pel Consell de Seguretat que establia un règim jurídic temporal de caràcter excepcional que substituís l’ordre jurídic serbi amb l’objectiu d’estabilitzar la situació a Kosovo i, per tant, no reconeix la independència d’aquest territori proclamada el 2008. Per part seva, Kosovo apel·la a l’opinió no vinculant adoptada pel Tribunal Internacional de Justícia el 2010 sobre si la secessió de Kosovo vulnerava o no el dret internacional; la resposta del tribunal va ser que el dret internacional general no preveu prohibicions sobre les declaracions d’independència i, per tant, la declaració del 17 de febrer del 2008 no viola el dret internacional general. Sobre la base d’aquestes dues posicions, la resta d’estats s’han posicionat en relació amb el reconeixement o no de l’Estat de Kosovo. A la UE són cinc els estats que no el reconeixen: Eslovàquia, Romania, Grècia, Xipre i Espanya. Aquest és, doncs, el punt de partida, el no reconeixement de la independència de Kosovo i la necessitat de buscar una solució negociada al conflicte. La UE ha liderat des de l’any 2011, amb més o menys intensitat, i amb més ombres que llums, el procés de mediació entre ambdues parts, si bé això no sembla haver estat suficient com ho demostra l’empitjorament de les tensions. Si bé és cert que el que passa obeeix a una lògica interna d’interessos dels actors polítics locals, no és menys cert que l’actual conjuntura de la guerra a Ucraïna pot ser aprofitada pels mateixos actors per accelerar processos al si de la regió. Així, l’oferiment de la candidatura europea a Ucraïna i Moldàvia i, fa pocs dies a Bòsnia i Hercegovina, ha obert una finestra d’oportunitat per a Kosovo que, per descomptat, vol aprofitar presentant una candidatura amb poques possibilitats d’èxit. La tasca que Brussel·les té al davant no és menor i aquesta és la de recuperar la confiança d’aquests països i com fer-ho si no és accelerant el procés d’ampliació? Una qüestió complicada en el context actual. La UE és conscient que qualsevol escalada de tensió, entre Sèrbia i Kosovo, podria fer descarrilar el procés de la resta dels Balcans amenaçant l’estabilitat general de la regió i, per tant, desestabilitzant encara més la UE. Així doncs, és imprescindible desencallar la situació de Kosovo, però per això serà necessari posar una major quantitat de capital polític a la balança per poder convèncer les parts en conflicte que el marc europeu és el que més beneficis els pot oferir a mitjà i llarg termini.

Economía, bienestar e igualdad

Yuval Noah Harari The End of the New Peace

L’historiador Yuval Noah Harari, descriu les possibles conseqüències de la invasió russa d’Ucraïna i argumenta que tot i que el segle XXI havia estat fins ara el més pacífic de tots, no es podia descartar que un acte deplorable vingués a trastocar l’ordre internacional. Reconeix que no ha pogut preveure la invasió pensant en les conseqüències negatives que tindria pel país agressor. Afirma que aquesta nova guerra podria fins i tot fer perillar la supervivència de l’espècie humana. La segona part del segle XX ha demostrat que la guerra no és inevitable. Harari argumenta que els humans ens hem dotat d’eines per a poder gestionar els conflictes de manera pacífica. Si avui ens horroritzen les guerres és perquè la normalitat és la pau, un fet molt poc freqüent a la història. En el passat, la guerra constituïa les esperances –o la seva absència— de les persones i les seves preferències. A la segona meitat del segle XX l’era de la Nova Pau va ser producte de tres forces: els canvis tecnològics —amb el desenvolupament d’armes nuclears que asseguraven la destrucció mútua en cas de guerra—, el desenvolupament econòmic —i l’existència de l’economia del coneixement— que va reduir els beneficis de la guerra i, finalment, l’existència d’una cultura contra la guerra que s’expressa tant en l’art com en la literatura. Aquest esquema s’ha basat en un ordre internacional liberal, on les normes marquen el respecte per les llibertats bàsiques. Tot i que aquest ordre no està exempt d’errors i problemes, ha millorat substancialment la vida de milions de persones. Malauradament, per mantenir la Nova Pau es necessiten accions i, per tant, amb accions també es pot desfer. Alguns dels culpables del seu desmembrament son països com l’Iran o líders aïllats com Putin. No obstant, segons Harari el que ha acabat afectant més l’ordre liberal han estat els països fundadors i els països en vies de desenvolupament que li han donat l’esquena per abraçar el populisme. Per reconstruir un ordre multipolar no podrem tornar a l’ordre del passat. S’ha de construir, assegura Harari, un ordre liberal que doni més pes a les potències mitjanes en desenvolupament. 

Robert Misik Today’s far right and the echoes from history

Robert Misik argumenta que l’extrema dreta internacional està apropant-se cada vegada més al feixisme històric i allunyant-se del populisme clàssic i que els partits populistes d’extrema dreta cada vegada més s’acosten al poder a Europa. Des dels Fratelli d’Italia de Giorgia Meloni fins als Demòcrates Suecs o el FPO a Àustria. Tot i que cada vegada, tenen més trets en comú amb el feixisme històric s’intenta evitar la desqualificació “feixista”. Els partits d’ultra-dreta no utilitzen el terme i es defensen dient que promouen la llei i l’ordre, no l’eliminació de l’estat de dret. Els seus adversaris polítics tampoc no utilitzen el terme “feixista” per por a normalitzar-lo o per evitar que aquests moviments es puguin justificar al·ludint als “atacs del sistema” dels quals serien víctimes. Es pot preveure que en el futur aquesta extrema dreta tindrà més èxits ja que està marcant l’agenda mediàtica a molts països, utilitzant tot tipus de mitjans, des dels tradicionals a les xarxes socials. Es podria culpar als liberals o a l’esquerra d’aquest fracàs, però probablement tingui més a veure amb causes estructurals com el neoliberalisme o els efectes de la globalització. Actualment cal afegir-hi nous elements, com son la inestabilitat global i el pessimisme, ingredients clau per fer triomfar encara més l’extrema dreta. Davant de la incertesa, el feixisme proposa una defensa del món tradicional i segur que interpel·la molts votants. Mentre el feixisme històric s’oposava a la democràcia i al liberalisme, i proposava una figura autoritària que representava l’ànima del poble, el feixisme actual s’autoerigeix com el defensor d’una massa oprimida per una petita elit. Genera unes oposicions “nosaltres-ells” molt útils a l’hora d’incitar a l’odi i la desobediència. En aquest sentit, Internet ha estat un gran mitjà per propagar aquestes imatges: un mon de fantasia on l’electorat d’extrema dreta és la víctima del sistema.

Peter Sturm Der Sport war schon immer politisch

L’autor afirma que els esports han estat i són política. A la Gran Bretanya, la classe social acostuma a condicionar quin esport es practica: criquet, tenis o rugbi per a les classes altes, el futbol per a les baixes. És per això que el futbol ha estat dels primers grans esports a professionalitzar-se. Els esports han reflectit durant dècades la divisió binària de la societat en “senyors” i “proletariat”. I, tot i que els temps han canviat, encara es manté la il·lusió “Per la glòria de l’esport” del jurament dels atletes abans dels Jocs Olímpics. Fins al 1964 aquest jurament s’anteposava al de “Per l’honor de la pàtria”, però ara ha estat substituït per “Per la glòria de l’equip”. Però atès que els equips s’enfronten sota les banderes nacionals, les grans competicions d’esports són en última instància “camps de batalla”, encara que sempre es demana sempre que no es polititzin les competicions esportives, quan precisament qui ho demana és qui les polititza. A més, fets històrics com l’exclusió d’atletes sud-africans per l’apartheid als Jocs de Montreal de 1976 o el boicot dels jocs de 1980 a Moscou són clarament polítics. D’altra banda, els diners han estat sempre un tema central en els esports. Als anys 60 a la República Federal Alemanya els jugadors rebien diners abans dels partits i tothom feia els ulls grossos. L’esquiador professional Karl Schranz no va poder participar als Jocs de Sapporo per haver dut una samarreta patrocinada en un partit de futbol sense ànim de lucre. A més, l’organització d’esdeveniments esportius sovint se cita com a catalitzador del desenvolupament d’un país, com va passar a Corea del Sud al 1988 després de la dictadura. Tanmateix, no sempre està demostrat que ser la seu dels Jocs Olímpics tingui efectes positius, com ho demostren els Jocs Olímpics d’estiu de Pequin el 2008 i els d’hivern del 2022.

Berta Güell Contra el gènere: l’amenaça d’un moviment transnacional en auge

Berta Güell posa el punt de mira en el moviment antigènere com a una amenaça per la democràcia, les dones, i les minories sexuals. El moviment arriba a qüestionar marcs legals internacionals com la Convenció d’Istanbul del 2011 per a l’erradicació de la violència contra les dones i la violència domèstica, i està sent ampliat per l’heterogeneïtat d’actors i diverses manifestacions en el terreny de les idees i les pràctiques a nivell transnacional. Güell apunta els mecanismes que el moviment anti gènere utilitza –com per exemple els discursos d’odi– que legitimen estructures de poder. Qüestions com l’avortament, el matrimoni homosexual, l’educació sexual o la identitat de gènere es veuen afectades i desencadenen reaccions polítiques i estratègies de mobilització dins i fora del marc institucional. Algunes de les institucions que instrumentalitzen i promouen aquests valors religiosos son l’església (catòlica, ortodoxa o evangelista), partits de dreta i extrema dreta, think tanks conservadors i grups civils organitzats. Tot i que aquests valors estan més relacionats amb l’extrema dreta, alguns actors de l’esquerra també poden adoptar posicions antigènere –per exemple, reaccionant contra l’autodeterminació de gènere– Un exemple d’aquesta tendència és la sentència del Tribunal Suprem als EUA que deixa en mans dels estats la potestat de legislar sobre l’avortament, anul·lant el precedent del cas Roe vs Wade. Però sense haver d’anar tan lluny, aquestes idees també són vigents a Espanya amb VOX o amb organitzacions com “Hazte Oir” coneguda per la famosa campanya del bus que atemptava contra els drets de les persones trans. Finalment, Güell considera molt preocupant que aquests moviments neguin l’existència de la violència de gènere, i que encara més perillós és conceptualitzar el gènere com una amenaça per a la societat.

Economia, benestar i igualtat

Guillaume Vuillemey Le temps de la mondialisation est-il fini?

Guillaume Vuillemey planteja si estem assistint al final de la globalització, una qüestió sobre la qual s’oposen dues grans interpretacions. Per a molts economistes, el lliure comerç és un estat natural del sistema econòmic global. Qualsevol frenada –COVID-19, guerra a Ucraïna, represa del proteccionisme– només pot ser deguda a interrupcions temporals que, tard o d’hora, s’han de corregir: esclats d’irracionalitat, augment momentani de forces polítiques que alteren equilibris econòmics harmònics, etc. Per descomptat, els economistes que adhereixen a aquesta visió de les coses no neguen que de vegades el lliure comerç pot tenir efectes perversos (contaminació, augment de certes desigualtats). Però, com el guanyador del premi Nobel Paul Krugman, consideren que gairebé sempre és millor preservar el lliure comerç ex ante, encara que signifiqui utilitzar la riquesa així creada per corregir els efectes perversos ex post. Si ens atenem a aquesta perspectiva, l’autor argumenta que la desglobalització apareix llavors com un espectre aterridor, que enfosquiria dos segles i mig d’assoliments en termes de teoria econòmica. Ara bé, el problema és que si les conseqüències de la globalització han estat tan unànimement positives, com podem explicar que susciti una oposició tan forta, recurrent i duradora? Per aclarir-ho, cal repensar en profunditat el lliure comerç, i entendre que té uns costos que els economistes han subestimat sistemàticament. És aquest canvi de paradigma el que Vuillemey planteja a Le temps de la démondialisation (Seuil, 2022). Aquesta visió alternativa ajuda a entendre per què, més enllà d’un cert punt, el lliure comerç pot tenir costos molt superiors als seus beneficis i perquè es poden justificar noves formes de proteccionisme i una desglobalització raonada. El proteccionisme així redissenyat no pretén aïllar-se d’altres països mitjançant una política reactiva, sinó afirmar els seus propis béns comuns –entorns naturals o marins a protegir, know-how o interessos estratègics a preservar–, en una acció positiva. En darrer terme, té com a objectiu crear vincles entre les activitats econòmiques i el seu tractament legal, incloent-hi vetllar perquè la seva conducta torni a estar subordinada als valors comuns.

Rana Foroohar After Neoliberalism. All Economics Is Local

Durant els darrers quaranta anys els legisladors nord-americans han promogut i impulsat una visió econòmica neoliberal i Rana Foroohar afirma que finalment els economistes s’han adonat que el lloc geogràfic juga un paper molt important en aspectes com la qualitat de la sanitat pública, l’educació i l’accés a l’aigua potable. Considera que la guerra d’Ucraïna ha demostrat que la globalització està en retrocés i que en el món post neoliberal, la producció i el consum estaran molt més lligats als països i a les regions, la mà d’obra guanyarà més importància respecte del capital i la política tindrà un major impacte sobre els resultats econòmics. Després de la Segona Guerra Mundial, el neoliberalisme va adquirir preponderància i es va convertir en el sistema econòmic mundial de facto: els intel·lectuals i líders occidentals van pensar que connectar els mercats de capital i el comerç internacional amb institucions que estiguessin per sobre dels estats-nació evitaria l’anarquia. I va funcionar, perquè durant molt de temps hi havia la sensació que el comerç internacional servia els interessos nacionals i no pas els de les multinacionals. Ara bé, durant la presidència de Clinton el paradigma va canviar: els mercats de les democràcies liberals comerciaven amb Rússia, els estats petrolers de l’Orient Mitjà i la Xina. Tothom tenia marcs morals i polítics ben diferents. La globalització era total però ara mateix està en retrocés, com a mínim pel que fa al flux de capital i béns: la crisi del 2008, la pandèmia i la guerra d’Ucraïna han fet que els estats vulguin assegurar les fonts d’abastament de béns claus i s’hagin adonat que unes economies polítiques diferents necessiten sistemes financers diferents.

Le Monde Europe: la transparence financière fragilisée

La decisió del Tribunal de Justícia de la UE d’invalidar una disposició de la directiva de 2018 contra el blanqueig de capitals corre el risc de submergir Europa en l’opacitat financera, al·legant que és contrària al respecte a la vida privada i a la protecció de les dades personals, drets fonamentals garantits per la Carta de la UE. Els jutges també han considerat que la possibilitat de consultar els registres és desproporcionada amb l’objectiu de lluitar contra el blanqueig de capitals, en considerar que no requereix la participació de la ciutadania. Aquesta interpretació de la llei corre el risc de tenir la conseqüència de tornar a enfonsar Europa en una opacitat preocupant. Luxemburg i els Països Baixos, paradisos fiscals per a multinacionals, han suspès immediatament l’accés als seus registres. És cert que aquestes continuaran sent accessibles a les autoritats encarregades de la lluita contra el blanqueig de capitals derivats de l’evasió fiscal, la corrupció o el crim organitzat, així com a determinats professionals com els banquers o els notaris. Però la història recent ha demostrat que el control exercit pels ciutadans, que s’autodefineixen com a denunciants, pels periodistes, que investiguen qüestions d’interès públic, i per les organitzacions no governamentals (ONG), que denuncien conductes delictives, ha contribuït a destapar molts escàndols al cor de la UE. L’editorial de Le Monde destaca que aquest retrocés en termes de transparència financera arriba en un moment en què les institucions europees estan negociant la sisena directiva contra el blanqueig de capitals i quan acaba d’esclatar l’escàndol del Qatargate al Parlament Europeu. Afirma que cal aprofitar aquesta oportunitat per intentar reescriure la llei i fer-la més compatible amb els drets fonamentals. Això podria implicar una millor regulació de la transparència aclarint les condicions d’accés als registres per afirmar l’interès legítim de la ciutadania, els mitjans de comunicació i les ONG a continuar accedint als registres de beneficiaris. Renunciar definitivament a aquesta possibilitat seria una excel·lent notícia per als delinqüents fiscals i la circulació de diners bruts i una molt mala notícia per a la democràcia.

Richard Gardiner & Flora Rencz The EU must not let the finance sector off the hook on sustainability

A la darrera COP27, una de les principals conclusions va ser la manca de col·laboració per part del sector financer. Fa pocs dies el Parlament Europeu ha votat una resolució que obliga les entitats financeres a tenir una perspectiva de drets humans i sostenibilitat de les cadenes de valor en totes les seves inversions. Això ha generat una gran oposició per part de grans entitats financeres, però també el govern francès s’hi ha oposat. Recentment, Paris ha superat Londres en termes de volum del mercat financer, un fet inaudit fins ara i amb moltes connotacions polítiques. Això obre una finestra d’oportunitat perquè França demostri que no caurà en els errors del passat i que està disposada a fer la transició cap un sector financer més sostenible. En primer lloc, les entitats financeres no compten amb objectius de finançament d’inversions amb zero emissions i, en segon, ni tan sols tenen una llista pública amb les emissions que generen les seves inversions. Els experts asseguren que una regulació efectiva és clau en el compliment dels Acords de París de 2015. Tot i que algunes corporacions estan complint amb les expectatives, d’altres no les tenen en compte, provocant així un clima d’incertesa i de desconfiança en el sector. En conclusió, el nou mercat de valors liderat per París hauria de ser molt més estricte dura per a enviar un missatge d’esperança a la resta de la societat. El sector financer no pot ser una excepció en la lluita contra el canvi climàtic. 

Nick Meynen Injustice is fuelling Europe’s energy crisis

Europa necessita fer la transició cap a una justícia energètica deixant de banda l’extractivisme, les autocràcies i l’energia fòssil. La pobresa energètica s’ha disparat a Europa i la limitació de preus i els subsidis energètics no són suficient per mitigar els efectes de la crisi. La inflació s’ha convertit en el problema principal, i encara que el FMI apunta que la principal causa és el sector energètic, existeixen alguns precedents que no s’acaben d’explicar. Als Estats Units, un estudi de l’Economic Policy Institute ha demostrat que la meitat de la inflació dels anys 2021 i 2022 ha estat generada per les empreses que van establir marges de benefici més alts. Per tant, el motor de l’augment de preus són els beneficis empresarial, juntament amb l’especulació financera en els mercats de matèries primeres. Com a resposta a aquest fenomen, la Comissió Europea s’està plantejant establir un l’impost sobre l’excés de beneficis per a les empreses energètiques, amb l’objectiu de millorar la distribució de riqueses. No obstant, cal adonar-se de les desigualtats sistèmiques per poder abordar el problema des de l’arrel. Els principals actors energètics, en producció i distribució, estan darrere de dona part de desnonaments al nivell més alt de la cadena de valor. L’extractivisme significa que les empreses energètiques extreuen recursos d’unes comunitats que no arriben a veure ni un cèntim dels beneficis així generats. Per tant, Meynen proposa la descentralització de l’energia renovable a les comunitats i focalitzar-se en els problemes intrínsecs del sistema capitalista que alimenten la concentració del capital i la crisi energètica. 

Sostenibilidad y cambio climático

Paul Magnette Pour une écologie épicurienne

Amb motiu de la celebració de la COP15 sobre biodiversitat, Paul Magnette denuncia que mig segle després de la primera Cimera de la Terra, la destrucció de la vida continua a gran escala i les emissions de gasos d’efecte hivernacle segueixen augmentant inexorablement. Aquesta incapacitat per canviar de rumb s’explica, en primer lloc, per la resistència dels pilars de l’economia del carboni, dels quals les multinacionals dels combustibles fòssils són l’avantguarda. Però aquests obstacles objectius no són suficients per explicar la nostra inèrcia. Si anem tan lentament, també és perquè no som capaços de convèncer la població que canviar radicalment els nostres mètodes de producció i consum no significa necessàriament renunciar, sinó que, al contrari, pot ser sinònim de progrés per a la gran majoria dels éssers humans. També argumenta que una crítica social, per poderosa que sigui, no és suficient per canviar les relacions de dominació. Les revolucions democràtiques i socials dels darrers tres segles no haurien pogut fer caure les institucions dels antics règims si no haguessin mobilitzat una visió del món, un imaginari i símbols que indiquen l’horitzó desitjable. En canvi, les diverses formes d’ecologia política que s’han afirmat durant l’últim mig segle no han aconseguit, en aquesta etapa, concebre una ètica pública prou potent per enfrontar-se a l’ethos de l’acumulació, el consum i la distinció sobre el qual descansa el sistema capitalista. Després d’un segle de reformes destinades a desmercantilitzar les relacions socials, Magnette considera que podem identificar les opcions polítiques susceptibles d’amplificar i intensificar la transició climàtica, i de transformar els nostres patrons de producció i consum, les nostres relacions socials i les nostres preferències. També afirma que cal rehabilitar la norma, ja que no és suficient gravar les conductes nocives per eradicar-les. Però també perquè els debats que suscita la norma revitalitzen l’espai públic democràtic, com ho demostra la història de les normatives centrades en la salut, el temps i les condicions de treball, la seguretat viària, la contaminació de l’aigua i l’aire. També advoca per incrementar els impostos als més rics perquè produeixen infinitament més CO2 que altres grups socials. Però també perquè la seva forma de vida determina els estàndards de consum de la societat en general. Perquè la concentració de la riquesa corromp la democràcia. I perquè no podem demanar a la majoria que redueixi el seu consum si una oligarquia s’escapa de la norma comuna i continua gaudint sense traves. Finalment, defensa que s’han de desenvolupar i millorar els serveis públics (educació, sanitat, habitatge, mobilitat, alimentació, cultura, accés a la natura, etc.) perquè ofereixen les respostes més parsimonioses en termes de recursos a les necessitats humanes bàsiques. I perquè creen llocs de treball més enllà de la lògica del mercat i afavoreixen la cohesió social i l’afecció al bé comú.

Adrienne Bernhard How Protests and Crackdowns Can Exacerbate Climate Change

Les respostes dels governs a moltes de les manifestacions més actuals —Iran, Hong Kong, la Xina i Rússia entre d’altres– consisteixen en l’ús de canons d’aigua, tancs, i gas lacrimogen, mesures que segons l’autora no només van en contra els drets humans sinó també en contra el moviment verd. Molts pocs estudis se centren en l’ús d’aquestes mesures sobre el medi ambient, i això és el que ha portat al punt de mira la seva transparència. L’emmagatzematge de gasos lacrimògens obsolets i abocadors de municions antigues poden ser causa de contaminació a les aigües subterrànies, i la llarga vida mitjana d’aquests productes químics fa que siguin difícils d’erradicar. De fet, la Convenció de Ginebra va prohibir l’ús d’aquestes armes en context de guerra, però queda un buit legal respecte de l’ús en contextos domèstics. Els governs es neguen a assumir responsabilitats, com per exemple va ser el cas durant les protestes del Parc Gezi a Istanbul l’any 2013, on van morir gats, ocells i gossos, presumiblement degut a la utilització de gasos lacrimògens. Fins i tot, algunes vegades les mesures han anat molt més enllà, amb la utilització d’armes com el foc – aquest va ser el cas de Etiòpia quan els manifestants es van refugiar en el bosc – que no només fa desaparèixer una zona verda sinó que a més a més genera emissions tòxiques. Però el foc no és una arma exclusiva de la policia, ja que sovint els manifestants també l’utilitzen: cremar mobiliari públic, sobretot si conté material de goma, pot provocar la infiltració de petroli a les aigües subterrànies i contaminants a l’aire molt de temps després que les protestes hagin acabat. Com a solució, Bernhard proposa als governs reconèixer la necessitat de canviar algunes de les seves mesures de resposta a les protestes. Conclou que és important trobar alternatives verdes per ambdós bàndols a l’hora de prevenir l’empitjorament del canvi climàtic i complir amb la Declaració Universal de Drets Humans.

Cristina Monge Un matrimonio de conveniencia: transición ecológica y revolución digital

Les dues grans tendències del nostre temps són la transició ecològica i la revolució digital. En un món ideal les dues es retroalimentarien i es beneficiarien mútuament, però no hi ha res que ens garanteixi que la realitat serà així. De fet, si no és així, els resultats podrien ser catastròfics, afirma Cristina Monge. Normalment, la digitalització es considera sempre una aliada de la sostenibilitat en més d’un sentit, perquè ajuda a descarbonitzar l’economia fent que la logística, la mobilitat i el funcionament de les ciutats siguin més eficients. Ara bé, els problemes comencen quan es considera la despesa energètica que suposa la digitalització. Actualment ja consumeix un 3% de l’energia primària global, un 7% de l’electricitat i produeix el doble d’emissions que el transport aeri. A més, segons uns informes realitzats pel Real Instituto Elcano i el G20, en els darrers 50 anys la despesa energètica associada a les TIC no ha deixat de créixer. A tot això s’hi han de sumar els materials necessaris per als dispositius digitals, molts són minerals rars de difícil extracció que es troben en països pobres, cosa que hi causa conflictes armats. Segons l’Agència Internacional de l’Energia, el 2040 el 70% de la futura demanda d’energia provindrà precisament d’aquests països pobres en desenvolupament que no formen part de l’OCDE. El sud global no ha de quedar enrere en la incorporació digital, i els criteris de transició ecològica s’han d’adaptar a la seva realitat socioeconòmica: la transició ecològica també ha de ser justa. La relació entre la revolució digital (ràpida i imparable) i la transició ecològica (lenta i feixuga) s’està estudiant en diferents instituts i també es comencen a oferir propostes per a la twin transition (‘transició bessona’) d’aquests dos vectors. La Green Digital Conference proposa mesures com ara la incorporació de criteris d’ecodisseny en el desenvolupament i la implementació de sistemes digitals basats en la ciència de les dades i la Intel·ligència Artificial per millorar l’eficiència energètica. També hi ha propostes sobre l’educació, atès que la gent jove normalment ja està molt conscienciada en aquests temes. Per tant, les principals recomanacions apel·len a la necessitat de governar la revolució digital. Cal mesurar i gestionar de manera rigorosa les emissions associades a la digitalització, evitar la tecnologia banal i promoure la reutilització de materials i dispositius electrònics en una economia digital circular. Així mateix, és imprescindible protegir els individus, les poblacions, les espècies i els ecosistemes que puguin ser afectats negativament per l’extracció de matèries primeres necessàries en la digitalització.

Marina Kaneti China and the Long Game on Climate

Marina Kaneti reflexiona sobre l’estratègia de la Xina respecte del canvi climàtic. Recentment, s’ha generat un optimisme cautelós sobre les polítiques del gegant asiàtic: l’anunci de la neutralitat climàtica cap al 2060; la reducció d’emissions de gas metà; l’eliminació de les inversions en plantes de generació d’energia a través del carbó; i, finalment, l’enfocament ecològic de la Iniciativa de la nova Ruta de la Seda. Tots aquests fets mostren la voluntat de Beijing d’avançar cap als compromisos climàtics i el lideratge internacional. Vist de d’aquesta perspectiva, algunes crítiques a l’estratègia climàtica de Beijing poden semblar desproporcionades. Al cap i a la fi, la Xina ha adoptat tant l’Acord de Paris de 2015 com el Protocol de Kyoto de 1997, on es va acordar la necessitat de disminuir les emissions globals. Durant els darrers anys hi hagut un canvi de tendència dins del Partit Comunista per poder avançar en la lluita contra el canvi climàtic. El canvi ideològic ha estat important, ja que si fa 20 anys es buscava el creixement a qualsevol preu, actualment es posa èmfasi en la convivència amb la naturalesa i la importància de la seva preservació. Per a dur a terme aquestes transicions, el govern xinès ha subvencionat nombrosos empreses, la qual cosa ha suposat una baixada del 80% del preu de les plaques solars. A més, la Xina controla gran part de la cadena de subministrament d’aquestes plaques. Les implicacions geopolítiques d’aquesta dependència de la resta del mon són enormes. Mentre els EUA intenten competir amb la Xina, les empreses americanes signen acords multimilionaris per a poder obtenir materials. En aquest sentit, la Xina està liderant els països en vies de desenvolupament que demanen, al mateix temps, la lluita contra el canvi climàtic i la excepcionalitat que els permeti créixer, i aquesta ambivalència domina la seva política. 

Ebru Özdemir Women leaders are the key to sustainable climate solutions

Ebru Özdemir destaca l’impacte positiu de les dones en el lideratge en àmbits com la cooperació per aconseguir una pau sostenible, i per obtenir millors resultats en els projectes i polítiques relacionades amb el clima. Un informe recent de la Fundació per la Justícia Ambiental revela que la crisi climàtica augmenta les desigualtats i que si el canvi climàtic afecta les persones de diferents maneres, agreujant les desigualtats existents, són les dones les qui més es veuen afectades. En aquest sentit, el canvi climàtic és un multiplicador d’amenaces. ONU Dones ha plantejat que aquests impactes de gènere són causats per nombrosos factors, com ara que les dones depenen més dels recursos naturals, però hi tenen menys accés; que les dones són les principals responsables d’aconseguir aliments, aigua i combustible; que les nenes sovint han d’abandonar l’escola per donar suport a les dones en els treballs agrícoles; que les dones tenen menys probabilitats de sobreviure als desastres naturals; que les dones tenen menys accés a les cures i que el canvi climàtic afecta directament la salut física de les embarassades. Per tant, és essencial posicionar la perspectiva de gènere en el centre de les discussions. En efecte, un estudi de la BBC sobre la llista de participants de la COP27 revela que les dones representen menys del 34% dels equips negociadors, amb alguns equips formats per més de 90% d’homes. Özdemir conclou que és indispensable incloure les dones en el lideratge, l’elaboració de polítiques, el finançament i la implementació de solucions del canvi climàtic ja que una solució climàtica que no sigui eficient per a les dones no seria justa ni equitativa.

Innovación, ciencia y tecnología

Tom Wilson Fusion energy breakthrough by US scientists boosts clean power hopes

Les esperances dipositades en la fusió nuclear s’han tornat a disparar amb la notícia anunciada pel Departament d’Energia dels Estats Units i que mitjans com The Financial Times ja havien avançat. Però en què consisteix la fusió nuclear? La fusió és una reacció que permet l’alliberament de l’energia acumulada en un nucli d’un àtom. A diferència de la fissió –que és el procés utilitzat a les centrals nuclears que coneixem-, l’alliberament d’energia es produeix en agregar dos nuclis lleugers per crear-ne un de més gran. En l’experiment realitzat amb èxit al Laboratori Nacional Federal Lawrence Livermore de Califòrnia, s’han fusionat isòtops d’hidrogen mantinguts en estat de plasma sobreescalfat amb heli, bombardejant-los amb làsers. La reacció allibera un neutró i energia durant el procés i no genera residus radioactius. Així doncs la fusió nuclear es considera el “Sant Grial” de l’energia en tant que imita el funcionament del Sol i altres estrelles. Això no obstant, hi ha una gran distància de la teoria a la pràctica, ja que fa molt de temps que s’anuncia com una font d’energia neta, barata i il·limitada, però els investigadors mai no han aconseguit resultats viables a gran escala. Una solució a la permanent crisi energètica -i de retruc a la climàtica- sempre ha generat una barreja d’esperança i escepticisme. En el supòsit que es confirmin els resultats d’aquesta investigació encara no es pot considerar que sigui una solució a l’emergència climàtica. En primer lloc, cal tenir en compte que només es tracta d’un resultat de laboratori. Caldrà veure quines limitacions hi ha en escalar aquesta tecnologia i quins terminis es determinen per fer-ho. En aquest sentit, The Washington Post parla de, com a mínim, una dècada si l’administració nord-americana continua amb inversions massives els propers anys. En segon lloc, actualment la fissió nuclear només representa el 10% de la generació d’energia mundial, la qual cosa permet imaginar la magnitud que representa substituir les actuals centrals nuclears. Finalment, i sense tenir en compte els elevats costos d’inversió, l’escenari d’una hipotètica descarbonització completa al 2050 tot just permetria acostar-nos a l’increment d’1,5 graus de la temperatura, no pas evitar algunes de les conseqüències ja irreversibles del canvi climàtic.

Jeremy Gilbert & Alex Williams Big Tech is failing. The future of democracy depends on what happens next

Sembla que les grans empreses del Big Tech, la punta de llança de l’economia mundial durant els darrers 20 anys, estiguin cada cop més en dificultat i Jeremy Gibert i Alex Williams analitzen a Open Democracy els darrers esdeveniments. Apunten que una possible explicació podria ser que gran part d’aquests problemes estan relacionats amb el poder desmesurat i la manca de competència dels dirigents de les grans empreses tecnològiques. Facebook i Twitter, en particular, semblen ser les joguines dels seus propietaris en lloc d’empreses ben gestionades per consells d’administració professionals. Dins del món de la tecnologia, l’esdeveniment més significatiu dels dos darrers anys ha estat el col·lapse del model d’obtenció de beneficis descrit per Shoshana Zuboff com a capitalisme de la vigilància. Aquest sistema, ideat per Google a principis de la dècada de 2000, ha proporcionat enormes beneficis a les plataformes capaces de controlar grans quantitats d’usuaris generadors de dades. Però a mesura que l’economia mundial ha entrat en un període d’estancament i d’inflació, els pressupostos publicitaris s’han retallat, mentre creix l’escepticisme respecte de la suposada eficàcia del model de tecnologia publicitària dirigida. D’altra banda, els autors també destaquen la naturalesa cada cop més políticament controvertida de les pròpies plataformes. Si l’objectiu ideal d’una plataforma és desaparèixer en un segon pla, des del 2016 la capa d’invisibilitat de les plataformes s’ha fet miques. Plataformes com Twitter s’han revelat com a actors que tenen un enorme poder econòmic, polític i editorial. Els autors consideren que deixar-les a mercè dels seus propietaris o fins i tot de la dinàmica del mercat, és insostenible a llarg termini. Els sistemes i estructures construïts en els darrers 40 anys romandran, per descomptat. El poder estructural de les xarxes tecnològiques i financeres no està en dubte, encara que el poder relatiu dels propietaris disminueixi. Però la capacitat de la classe política neoliberal, i de les elits financeres i tecnològiques, per dominar el consentiment i modelar l’opinió pública s’ha vist erosionada i hem entrat en un període de grans canvis, de crisis interrelacionades que amenacen el domini del neoliberalisme. Aquestes crisis van des de la crisi climàtica fins a l’estagflació, des del col·lapse de l’ordre geopolític fins al declivi de l’autoritat de la classe política. Cadascuna d’aquestes crisis contribueix a desfer els mecanismes bàsics que han mantingut l’hegemonia neoliberal global durant les darreres dècades. Sembla que el futur que pot emergir d’aquesta confusió, un acord polític i econòmic que ofereixi algun tipus d’estabilitat relativa que asseguri els interessos d’almenys alguns grups socials clau, apunta cap a dues direccions principals. Una seria un neosocialisme verd, un esforç col·lectiu per fer front als enormes reptes socials i mediambientals als quals ens hem d’enfrontar. L’altra, un populisme de caire feixista, potser barrejat amb un retorn revengista al neoliberalisme com una inestable tercera via. El futur que ens espera doncs dependrà del que passi políticament en la propera dècada.

Anaëlle, Martin L’IA génère de nouvelles formes d’inégalités entre les femmes et les hommes

L’autora adverteix que tot i que el dret comunitari tendeix a prohibir la discriminació contra individus, o grups d’individus, en funció d’una característica particular com el sexe, les pràctiques de determinats sistemes d’Intel·ligència Artificial (IA) han posat de manifest noves formes de desigualtat entre dones i homes, més difícils de detectar. En la mesura que la qüestió del biaix de la IA renova els termes en què s’ha de formular el principi d’igualtat, és urgent que la UE es doti de noves eines per lluitar contra aquestes noves formes de discriminació. Els grups vulnerables inclouen, en particular, les dones i els grups ètnics, tot i que el sexe/gènere i la raça/origen ètnic són característiques protegides per la legislació de la UE. De fet, els algorismes d’aprenentatge automàtic, cada cop més utilitzats en la presa de decisions, es basen en dades sovint incompletes o esbiaixades. Durant la recollida de dades o el procés de desenvolupament del model poden sorgir problemes que poden provocar danys. Com que la majoria dels biaixos generats per la IA no impliquen una intenció discriminatòria sinó que són involuntàries o accidentals, es pot parlar de discriminació indirecta. Tanmateix, malgrat la seva flexibilitat, aquesta última noció té límits pel que fa a decisions algorítmiques. Es pot establir una presumpció de discriminació mitjançant proves estadístiques. Tot i així, pel que fa a la IA, la principal dificultat rau en el fet que la discriminació és difícil d’identificar en la mesura que els motius de les decisions desfavorables (per exemple, un préstec rebutjat a una dona) no apareixen clarament. En absència de transparència, la prova estadística, per tant, no és fàcil d’establir. En la seva proposta de reglament sobre la IA, la Comissió proporciona un conjunt de requisits per a una IA fiable entre els quals destaquen la no discriminació i la igualtat entre dones. També recorda que els sistemes d’IA poden perpetuar patrons històrics de discriminació contra les dones. En un context d’IA, la igualtat implica, doncs, que el funcionament del sistema no produeixi resultats basats en biaixos injustos, la qual cosa requereix un respecte adequat per als col·lectius vulnerables, com les dones.

Il Post Perché andarci cauti sul nuovo farmaco contro l’Alzheimer

El lecanemab, el nou medicament experimental contra l’Alzheimer, ha obtingut uns resultats encoratjadors per tractar la malaltia segons els resultats de l’assaig clínic d’Eisai i Bogen, les dues empreses que l’han desenvolupat. El fàrmac sembla haver alentit l’evolució dels problemes cognitius de pacients en els primers estadis de la malaltia, si bé també ha provocat efectes adversos com l’acumulació de fluid intracerebral i hemorràgies cerebrals. Els experts, per tant, recomanen relativitzar l’èxit de l’assaig i recorden que s’haurà de comprovar ulteriorment l’eficàcia i la seguretat del lecanemab. Els medicaments dels quals disposem actualment no són gaire eficaços contra la malaltia, especialment en les fases avançades. De fet, la majoria de recerca es concentra en les proteïnes betamiloides que s’acumulen en forma de plaques a les neurones i que les fan menys reactives i funcionals, per bé que són molt difícils de tenir sota control i encara hi ha dubtes sobre el seu rol en la malaltia. En l’informe de l’assaig clínic s’afirma que dels 1800 pacients amb símptomes lleus d’Alzheimer, els que havien rebut el medicament presentaven un deteriorament de les capacitats cognitives un 27% més lent que els pacients amb el placebo. És el primer cop que es constata un alentiment d’aquest deteriorament, però la diferència amb el placebo no és gaire marcada i hi ha dubtes de si serà apreciable en els pacients i la família. A més, el tractament pot costar desenes de milers d’euros. Pel que fa als efectes adversos, de les 898 persones a a qui es va subministrar el medicament només en van morir 6, contra 7 de les que van rebre el placebo. Per tant, la FDA nord-americana haurà de decidir si permet que continuïn els assaigs del lecanemab. Cada any, les principals indústries farmacèutiques inverteixen centenars de milions d’euros per desenvolupar i provar noves molècules, però en 20 anys de recerca encara no s’ha arribat a cap punt d’inflexió per tractar la malaltia d’Alzheimer.

Bruno Maçães Inside the Twittering Machine

L’autor apunta que Elon Musk semblava ser diferent a Bezos o Zuckerberg. Mentre els primers eren programadors obsessionats amb la creació d’un metavers i un mercat digital gegant, Musk era un enginyer centrat en el se sector. Nuo obstant, amb l’adquisició de Twitter les coses han canviat. Twitter és, de fet, una mena de metavers on tothom interactua amb tothom. Musk es va veure atret per l’aparent contradicció dins la xarxa social: per una banda, és l’espai públic més rellevant en termes culturals i polítics i, per l’altra, els seus beneficis son mínims. Actualment, argumenta l’autor, la ciutat, l’espai, més important del món és Internet, i concretament, Twitter. Aquest espai és el lloc on succeeixen la majoria de fets polítics, i on es poden tenir infinitat de debats. Musk, per tant, volia ser l’amo d’aquest espai, i ho va fer de manera quasi militar. Twitter és millor que altres plataformes com Meta i Amazon per dues raons. En primer lloc, és extremadament addictiu i, en segon, sembla un joc. Un cop s’entén aquesta naturalesa —l’objectiu és obtenir atenció a través de moviments més o menys arriscats— es pot comprendre millor el funcionament de la xarxa, assegura Maçães. Twitter és un món que es mou constantment en diferents direccions. Les normes implícites de Twitter són perilloses, erràtiques i moltes vegades inútils. Estar una hora a la xarxa és com estar en una gran festa on es pot sentir milers d’opinions de desconeguts. Així doncs, Musk no va poder resistir-se a comprar aquest metavers improvisat. Maçães assegura que un possible pla per aconseguir fer el pas següent seria: primer, aconseguir monetitzar l’espai, ja sigui a través de col·leccionables o una moneda pròpia. En segon lloc, els algorismes poden col·locar algú al centre o a la perifèria de l’estructura. També aquesta visibilitat es pot monetitzar. No obstant, sembla que existeix una contradicció en la creació d’un món només per un actor. Per crear un univers es necessita autonomia i la perseverança de nombrosos actors. Twitter també es trobarà amb aquest problema. De fet, Musk ja comença a tenir problemes per superar la primera fase del pla. En darrer terme, Maçães afirma que podríem estar presenciant la caiguda de totes aquelles empreses que van prometre el metavers. 

... Y también recomendamos

Victor Cha How to Stop Chinese Coercion

Rawi Agrawal Is India Losing Its Claim to Being a Democracy?

Robin Kaiser-Schatzlein The Folly of Sanctions

Nicoletta Pirozzi EU-Africa relations need a new strategy

Liana Fix & Thorsten Benner Germany’s Unlearned Lessons

Le Grand Continent La lecture intelligente, une conversation avec Pierre Nora

Alana Semuels 2023 Will Be a Year of Worker Strikes

David Carpintero Biofuels and sustainability: Time for the EU to get its story straight

Charlie Warzel Crypto Was Always Smoke and Mirrors

Stephen Witt The World-Changing Race to Develop the Quantum Computer

back to top