
Diari de les idees 79
09 marzo 2023
Ideas de actualidad
Después del número monográfico dedicado al primer año de guerra en Ucrania, Diari de les idees reanuda su análisis de los temas más relevantes en el escenario internacional. En esta edición dedicamos una atención especial a los cambios estratégicos en la política de defensa de Japón y de Alemania como consecuencia, precisamente, de la invasión rusa; al posicionamiento de Rusia en el Sahel como uno de los elementos claves para presionar a Occidente; a la necesidad de que Europa diseñe una nueva estrategia en su eje Norte-Sur; al nuevo acuerdo entre el Reino Unido y la UE con vistas a resolver el problema causado por el Brexit en el Protocolo de Irlanda del Norte; a la eficacia y la conveniencia de la aplicación de sanciones económicas para mantener los equilibrios geopolíticos; a la utilización del hidrógeno como respuesta de futuro a la emergencia climática: y al impacto de la IA en entornos urbanos para predecir la demanda de algunos servicios, anticipar problemáticas y mejorar la toma de decisiones.
En la revista Slate, Frédéric Pennel señala que el aumento de los peligros geopolíticos está rompiendo el tabú sobre la guerra que ha existido durante casi ochenta años en las sociedades alemana y japonesa. Tras la Segunda Guerra Mundial, ambos países fueron desmilitarizados, se reconstruyeron y concentraron sus objetivos en la economía y el comercio. Y con éxito, ya que Alemania se convirtió en la locomotora de Europa y Japón sobresalió en rendimiento económico y en avance tecnológico, y sirvió de modelo para toda Asia. No obstante, como consecuencia de la Guerra Fría, los dos países desmilitarizados tuvieron que pensar en reconstituir fuerzas armadas. La guerra de Corea expuso Japón al avance comunista y en 1954 Washington animó Japón a crear unas llamadas fuerzas de autodefensa, y no un ejército, ya que eso habría sido inconstitucional e impopular. Alemania fue en la misma dirección, con una gran diferencia, sin embargo: el ejército del cual se dotó la RFA era un auténtico ejército. La Guerra Fría había colocado al país en una posición estratégica, y los EE.UU. fomentaron su rearme. Ahora, la invasión rusa de Ucrania ha despertado la Alemania del sueño pacifista y ha dado paso a lo que Olaf Scholz resumió en la palabra Zeitenwende, el cambio de época que implica un rearme masivo. La ruptura todavía ha sido más radical en Japón, aunque el pacifismo esté muy arraigado en la sociedad nipona. Así, en solidaridad con el campo occidental, los japoneses han enviado chalecos antibalas y material médico a Ucrania. La onda de choque de este conflicto también ha sensibilizado la población japonesa que vive cerca de zonas geopolíticas delicadas como Corea del Norte, el archipiélago Senkaku, donde Japón tiene que afrontar el expansionismo chino que reivindica la soberanía, y Taiwán.
Enric Juliana destaca en La Vanguardia que Rusia ha conseguido el voto favorable de Mali a la Asamblea General de las Naciones Unidas y alerta de que el régimen de Putin ha conquistado uno de los mayores países del Sahel. En efecto, Mali dobla la superficie de Ucrania y tiene 22 millones de habitantes, concentrados en la región sur, entre los ríos Níger y Senegal. Un país muy árido en el norte, con tesoros escondidos como por ejemplo minas de oro. Todo el mundo lo sabía desde que los mercenarios de la compañía Wagner ocuparon el lugar de los soldados franceses y lo acaba de certificar la votación en la ONU. La junta de Bamako ha pagado los servicios prestados, sin poder refugiarse en la abstención como lo hizo el año pasado. La pieza siguiente a caer será Burkina Faso, país situado al sur de Mali, más pequeño, pero proporcionalmente mucho más poblado, gobernado hoy por una junta militar que acaba de exigir la retirada de las fuerzas especiales francesas. Todo indica que Wagner no tardará en llegar. Mientras tanto, Francia se ha replegado en Níger, donde tiene intereses vitales como los yacimientos de uranio imprescindibles para sus centrales atómicas. El futuro de la potente planta nuclear francesa (56 reactores y 14 en construcción) depende de que en Níger no pase el mismo que en Mali, Burkina Faso y la República Centroafricana. El repliegue francés ha disparado la alarma de los que en la Unión Europea no piensan exclusivamente en la guerra de Ucrania y Emmanuel Macron acaba de presentar un plan de reorganización de la presencia francesa en el África. Así, el editorial de Le Monde afirma que Francia no debe abandonar África, en un momento en qué tanto las grandes potencias de la Guerra Fría (Rusia, Estados Unidos) como nuevos actores poderosos como China, la India, los Emiratos y Turquía aumentan su presencia en este continente crucial para el futuro del mundo. Eso en un contexto donde crece un sentimiento anti francés alimentado por la herencia colonial, las aberraciones políticas, la demagogia de ejércitos golpistas y la propaganda rusa. En definitiva, Rusia está intentando conectar dos frentes: el del Donbás y el del Sahel. Si Rusia puede amenazar Europa desde África, le será más fácil negociar el destino de Ucrania cuando la matanza y la destrucción empiecen a ser insoportables para todo el mundo. Lo puede hacer dosificando el control sobre los grupos yihadistas y facilitando caminos a las mafias que trafican con la inmigración. Desde el Sahel se puede desestabilizar todo el Magreb, donde el estado ya se ha hundido en Libia y se está transformando en dictadura en Túnez, donde Argelia se rearma y Marruecos se fortifica en el Sáhara con drones israelíes.
Con respecto a la guerra en Ucrania, Wolfgang Münchau afirma en The New Statesman que hasta ahora la ambigüedad ha mantenido unidos a los aliados de Kíev pero los dividirá a medida que se acerquen las etapas finales del conflicto. Recientemente, ha habido un cambio en las opiniones formuladas desde las capitales occidentales. La expectativa consensuada en Washington, Berlín y Londres ahora mismo es que la guerra seguirá durando años, ya que ninguno de los dos bandos tiene la superioridad en términos de soldados y equipamiento para infligir una derrota decisiva al adversario. La principal razón por la que las expectativas occidentales han cambiado ha sido el fracaso en acordar objetivos de guerra compartidos. Primero, hay un objetivo de máximos que es el cambio de régimen. Pero el realismo señala que no se conseguirá llevar a Putin ante el Tribunal de La Haya e incluso la creación de un tribunal especial sobre crímenes de guerra requeriría un golpe de estado a Moscú y un nuevo gobierno ruso dispuesto a extraditarlo. Segundo, un objetivo menor pero aún ambicioso, sería expulsar Rusia de todos los territorios ucranianos ocupados, incluida Crimea. Tercero, un objetivo más limitado sería el retorno a las fronteras del 23 de febrero de 2022. Finalmente, Occidente tiene líneas rojas, cuya principal es que no quiere entrar directamente en conflicto con Rusia. Los EE.UU., el Reino Unido y Alemania no quieren enviar aviones de caza por este motivo, ya que necesitan de personal de apoyo que tendría que operar desde bases aéreas ucranianas y en este caso, Occidente haría un paso más hacia el conflicto militar directo con Rusia. Así las cosas, Münchau afirma que la guerra de trincheras continuará y que la contraofensiva ucraniana tendrá éxito, pero sólo parcialmente. La unidad de un Occidente afectado por el déficit de atención se irá rompiendo por la fuerza de la política interna de cada estado (por ejemplo, en 2024 hay elecciones presidenciales en los EE.UU.). La presión aumentará para alcanzar un acuerdo de paz que garantice la independencia de Ucrania y la restitución de la mayoría de sus territorios, pero no de todos. Ucrania no se convertirá en miembro de la OTAN y la UE ayudará a reconstruir Ucrania y le ofrecerá una relación de asociación sin llegar sin embargo a ser miembro de pleno derecho. Putin continuará en el poder en Moscú. No habrá tribunal de crímenes de guerra. Las sanciones se levantarán, pero para entonces Rusia y China ya habrán formado una alianza económica y militar estratégica. Y finalmente Putin seguirá adelante con su siguiente proyecto, la anexión de Bielorrusia.
Un año después del inicio del conflicto queda claro que, si la coalición de aliados occidentales sigue siendo muy sólida, no ha conseguido convencer al resto de la necesidad de aislar Rusia y el mundo está más fragmentado. Numerosos países entienden la invasión de Rusia como un problema europeo y norteamericano y tratan de proteger sus propios intereses en medio de la convulsión económica y geopolítica causada por la guerra. El escenario recuerda los estados neutrales durante la Guerra Fría pero ahora el mundo está mucho más interconectado que entonces y el alcance y la complejidad de las comunicaciones globales, los lazos económicos y los vínculos de seguridad ofrecen muchas más oportunidades para que los rivales de Occidente tengan más fuerza. En un contexto donde China, Sudáfrica, la India y muchos países del Sur global siguen absteniéndose en las votaciones de las Naciones Unidas, Josh Holder analiza en The New York Times cómo Rusia aprovecha esta fragmentación que le permite eludir las sanciones, ya que una serie de países –con China y Turquía al frente– han llenado el vacío, aumentando las exportaciones en Rusia a un nivel muy superior al de antes de la guerra. Así pues, aunque la economía rusa ha sido dañada, todavía es lo bastante fuerte para mantener el esfuerzo de guerra. El Fondo Monetario Internacional previó hace pocas semanas que la economía rusa crecería un 0,3% este año, contrariamente a una estimación anterior que preveía una contracción del 2,3%. En segundo lugar, con respecto a la compra de armas y componentes, el esfuerzo por privar en Rusia de equipamiento militar ha tenido menos éxito de lo que se esperaba, ya que todo indica que Corea del Norte le ha suministrado un número significativo de obuses de artillería y que Irán le ha proporcionado drones “kamikaze” no tripulados que han permitido golpear las infraestructuras civiles de Ucrania. Paralelamente, otros países, incluida China, han seguido suministrando en Rusia bienes de doble uso como microchips que se pueden utilizar en equipamiento militar. Tercero, en África, América Latina, Asia y Oriente Medio, muchos gobiernos con fuertes vínculos con los Estados Unidos y Europa no ven la guerra como una amenaza global y en cambio han posicionado como espectadores o árbitros neutrales. Así, la reacción a la invasión fue mitigada en Asia, donde más de un tercio de los países se negó a condenar Rusia en la votación inicial de la ONU. Con respecto a los países del Golfo, Dubái, se ha convertido en un refugio dorado para los oligarcas y las élites pro-Kremlin donde las sanciones occidentales no les pueden afectar, mientras que Arabia Saudí considera que debe perseguir sus propios intereses, aunque eso provoque fricciones en su relación con los Estados Unidos. Casi la mitad de los países africanos se abstuvieron o estuvieron ausentes de la votación para condenar Rusia, lo cual sugiere una reticencia creciente a aceptar el relato norteamericano de una guerra entre el bien y el mal. En Sudáfrica, donde los vínculos con Rusia se remontan al apoyo soviético para acabar con el apartheid, sus líderes han visto la guerra como una oportunidad para llenar el vacío comercial dejado por Europa y los Estados Unidos. En América Latina, aunque la mayoría de los países ha votado la condena en Rusia, se han empezado a ver las primeras grietas. Colombia rechazó hace poco suministrar armas a Ucrania y el presidente brasileño Luis Ignacio Lula da Silva se ha negado a dar apoyo explícito en Ucrania. Por consiguiente, ahora que se entra en el segundo año de guerra, la estrategia de Rusia es clara: alargar el conflicto hasta que se rompa la unidad de Occidente. Putin apuesta a que los países europeos preocupados por el impacto de la guerra sobre sus economías, dejen de dar apoyo a las sanciones y a las entregas de armas. Y quizás incluso los Estados Unidos, con unas elecciones presidenciales el próximo año, se cansen de la guerra y presionen Ucrania para llegar a algún tipo de acuerdo negociado.
Por su parte, Fred Kaplan argumenta en Slate que aunque se habla de una inevitable victoria de Ucrania, ambos bandos se encuentran en uno situación de estancamiento, y es probable que la guerra se alargue bastante, ya que cada bando tiene motivos para creer que puede ganar, o al menos que el otro puede perder. Putin espera poder agotar Ucrania lanzando suficiente carne de cañón a su primera línea y bombardeando sus ciudades. Zelensky confía en que sus tropas y la población resistan el tiempo suficiente para que llegue la próxima ronda de armas de los Estados Unidos y de la OTAN: los tanques más potentes, los vehículos de combate, los misiles, los drones y los sistemas de defensa aérea que podrían permitir a Ucrania lanzar una contraofensiva que cambie el rumbo de la guerra. Kaplan se plantea como puede acabar la guerra y considera que lo más probable es que lo haga como han acabado la mayoría de guerras de la historia: mediante un acuerdo diplomático. Eso probablemente implicará de alguna manera el destino de Crimea y la región de Donbás, los territorios en disputa y anexionados por Rusia donde esta guerra empezó en 2014, con varios escenarios posibles: referéndums supervisados internacionalmente en las regiones afectadas; un gran acuerdo mediante el cual Rusia retenga Crimea y el Donbás pero Ucrania se integre a la OTAN y a la Unión Europea; o una mezcla de lo anterior, con Crimea y el Donbás como zonas desmilitarizadas controladas por fuerzas de paz internacionales. Pero ahora mismo todo eso no pasa de simple especulación porque no puede haber ninguna solución diplomática mientras ambos bandos consideren que tienen más a ganar continuando a luchar que negociando. Lo más probable pues es que, en febrero de 2024, se conmemore el segundo aniversario de esta guerra.
En cuanto a los asuntos europeos, André Gattolin y Thibault Muzergues afirman en Le Grand Continent que durante cuatro décadas Europa ha apostado por la estabilidad y la predictibilidad en su estrategia política pero ahora este marco se ha roto y hay que plantearse como dotarse de una matriz política ante la guerra híbrida de Rusia. Los autores consideran que la clave de esta crisis está en el Mediterráneo y eso Putin lo sabe. Con estas premisas, es urgente diseñar una nueva estrategia en el eje Norte-Sur europeo, pensando en un conjunto regional más que de vecindario. Alegar la llamada impredecibilidad e irracionalidad de Vladimir Putin, como todavía se hace demasiado a menudo para justificar nuestros reiterados errores de apreciación pasados, es más una escapatoria que un argumento. Uno de los mayores defectos de esta brújula estratégica es que en ningún momento cuestiona las implicaciones geoestratégicas de la política comercial, principal palanca de poder de la Unión respecto de terceros países. El mito de un conflicto localizado no explica la creciente implicación de Moscú en Oriente Medio y África: ¿cómo explicar sino los peones que Rusia ha ido situando en el Mediterráneo oriental, desde Siria hasta Libia pasando por Chipre? Porque el rasgo común a la diversidad de relatos que Rusia utiliza en Ucrania, Europa, Oriente Medio y África es la vindicación de una guerra contra Occidente, supuestamente la fuente de todos los problemas en estas regiones del mundo. Este conflicto con Occidente también permite rehabilitar el islam (incluido el islam político) entre los líderes rusos, hasta el punto de convertirse en un pilar de su cruzada contra Occidente. El reciente acercamiento con Irán para la entrega de armas es una buena ilustración de esta inversión. Para llevar a cabo su estrategia de acoso a Europa, Rusia pretende ahora reforzar su presencia militar y política por todo el Mediterráneo oriental, África y Oriente Medio, porque allí está es el nudo gordiano de los flujos estratégicos, ya sean alimentarios, migratorios o energéticos, que impactan sobre Europa. En este contexto, interpela la debilidad de Europa, vecina del Mediterráneo y geográficamente próxima tanto de Oriente Medio como de África. Los autores argumentan que el problema radica en el hecho de que la política de vecindad de la Unión Europea se ha articulado esencialmente en torno a un eje Oeste-Este, sin preocuparse por la profundidad estratégica de su eje interior Norte-Sur. Porque, si es cierto que la UE se tiene que enfrentar a una amenaza directa venida del Este, también lo es que hace frontera con un sur especialmente inestable del cual procederá la mayoría de sus materias primas en el futuro y donde sus posibles excedentes agrícolas podrían encontrar salida. En definitiva, la guerra de Ucrania muestra hasta qué punto Europa necesita una nueva política exterior: primero en una dirección Oeste-Este que no se reduzca a su vecindario inmediato, sino que abarque al conjunto eurasiático, Turquía, parte de Oriente Medio y hasta cierto punto Irán. Paralelamente, también debe desarrollar una nueva estrategia en su eje Norte-Sur, pensando la región Europa/Oriente Medio/África como un conjunto y no sólo como regiones separadas.
Con el acuerdo del 27 de febrero, Rishi Sunak pasa página en la caótica historia del Brexit y parece romper con la estrategia de Boris Johnson, cuyo proyecto político parecía reducirse a un enfrentamiento interminable con los veintisiete vecinos del Reino Unido. El contenido del acuerdo se centra en Irlanda del Norte y pretende resolver la disputa entre Londres y Bruselas derivada de la aplicación en esta provincia del Reino Unido del tratado del Brexit firmado a finales de 2019. Con el fin de evitar el retorno de una frontera entre las dos partes de Irlanda, el tratado mantuvo Irlanda del Norte en el mercado único europeo de mercancías. Como resultado, las mercancías que transitan por el mar de Irlanda están sujetas a controles aduaneros que obstaculizan el comercio e indignan a los unionistas de Irlanda del Norte que consideran cualquier interferencia de la UE como una amenaza para su pertenencia al Reino Unido. La editorial del diario Le Monde afirma que el nuevo acuerdo debe permitir facilitar la circulación de mercancías eximiendo del control las que tienen como destino final Irlanda del Norte, y no la República de Irlanda, miembro de la UE. El texto también prevé que la Asamblea Parlamentaria de Irlanda del Norte pueda oponerse a los cambios de las normas europeas que afecten a la provincia. Pero la cuestión el acuerdo va mucho más allá del marco irlandés. Representa para Rishi Sunak una apuesta atrevida: abandonar las disputas con la UE en un momento en que la mayoría de los británicos ha tomado conciencia de las consecuencias perjudiciales del Brexit y dice lamentar el resultado del referéndum de 2016. Además de tratar de mitigar los daños económicos, el primer ministro británico también busca sacar a su país de un cierto aislamiento. Este deseo recíproco de Londres y de los Veintisiete para normalizar sus relaciones tras un divorcio tempestuoso es un hecho positivo. La reaparición de la guerra en Europa y las amenazas geopolíticas y climáticas exigen que los británicos y la UE hablen y actúen con una sola voz, diplomáticamente, energéticamente y militarmente.
Desde Foreign Policy, Hamza Karčić advierte que varios actores prorrusos amenazan con hacer descarrilar el futuro de Bosnia impidiendo su adhesión a la OTAN. A principios de febrero, el embajador de Rusia en Bosnia dirigió una amenaza velada en caso de que el país decidiera continuar con su proceso de adhesión a la Alianza Atlántica. Desde el final de la guerra en 1995, la adhesión a la UE y a la OTAN ha sido el principal objetivo estratégico de Bosnia. La historia reciente del país, marcada por la secesión interna y la interferencia externa de las vecinas Serbia y Croacia en los años noventa, es un recordatorio constante de la necesidad de disponer de un paraguas de seguridad. Al socavar el funcionamiento de Bosnia, las fuerzas anti-OTAN están trabajando para que el país siga siendo frágil y no cumpla los requisitos para ser miembro de pleno derecho de la Alianza. Karčić afirma que este sabotaje se ve facilitado por el sistema político del país, uno de los más complejos del mundo. En efecto, Bosnia -con una población de menos de 3 millones de habitantes- tiene múltiples niveles de gobierno: estatal, regional, cantonal y municipal. Como resultado del complejo acuerdo de reparto del poder, hay una serie de vetos institucionales integrados que dificultan una toma de decisiones eficiente. Para un país con una población que disminuye rápidamente, Bosnia tiene un número extraordinariamente alto de políticos: tres copresidentes, 14 parlamentos, más de 130 ministros y al menos 70 partidos políticos. Este sistema hace que se tarden meses a formar los gobiernos en los diferentes niveles y en torno a 10 grandes partidos políticos del país están simultáneamente en el poder y en la oposición en los diferentes niveles de gobierno. Eso, junto con la política y los vetos de base étnica, impide realizar cambios efectivos, con lo cual, desde la independencia, Bosnia se ha enfrentado al bloqueo institucional, al secesionismo, a la corrupción desenfrenada y a la intromisión de otros países en lo que ha resultado ser una década y media de inestabilidad prolongada. Ahora, con dos partidos políticos influyentes que defienden posiciones prorrusas en la nueva coalición de gobierno a nivel estatal, las alarmas se han disparado para los musulmanes bosnios. Según el último censo realizado en 2013, los bosnios musulmanes eran el 50,1% de la población. Si bien los bosnios serbios y croatas tienen sus estados afines en las vecinas Serbia y Croacia, este no es el caso de los bosnios. No tienen una patria alternativa. Para los bosnios musulmanes, la construcción de las instituciones del país y la adhesión a la OTAN son por consiguiente cruciales para garantizar su seguridad. Por otra parte, la inestabilidad fomentada por los actores prorrusos también tiene un alcance más allá de las fronteras del país, ya que una desestabilización de Bosnia podría extenderse fácilmente a Croacia y Montenegro, estados miembros de la OTAN. No obstante, la buena noticia es que las encuestas muestran que el apoyo a la entrada a la OTAN todavía es muy popular. Una encuesta realizada por el International Republican Institute el año pasado revela que el 69% de los bosnios musulmanes y el 77% de los bosnios croatas apoyan la adhesión a la OTAN.
En el ámbito económico, Marc Besson se plantea en The Conversation la eficacia de las sanciones que la llamada comunidad internacional (que de hecho suele ser poco más que los Estados Unidos y sus aliados) impone a terceros. Como señala Agathe Demarais en su libro Backfire. How Sanctions Reshape the World Against U.S. Interests (Columbia University Press, 2022) los responsables políticos norteamericanos están formateados para actuar unilateralmente en la defensa de sus intereses nacionales y advierte que, a pesar de recurrir de manera continuada a las sanciones, los resultados de las políticas norteamericanas a menudo han sido contraproducentes. En efecto, el uso unilateral y arbitrario de las sanciones no sólo ha minado la posición internacional de los EE.UU., sino que ha tenido consecuencias materiales desafortunadas. Las sanciones pretenden infligir dolor económico, financiero y social a un país para que cambie su comportamiento. En teoría, cuando se aplican con éxito, las sanciones pueden provocar la resolución no violenta de conflictos, detener las violaciones de los derechos humanos o cualquier acción que no complazca a los países sancionadores. En la práctica, los éxitos, como fue el caso de las sanciones ordenadas por la ONU contra la Libia de Muammar Gaddafi en la década de 1990, son más bien escasos. En la mayoría de los casos, las sanciones no funcionan y a veces incluso pueden ser contraproducentes y perjudicar los propios intereses de los EE.UU. Demarais examina el uso de las llamadas sanciones secundarias: la amenaza de denegar el acceso al sistema financiero norteamericano y al uso del dólar si países o empresas contravienen los intereses norteamericanos. Así, la compañía energética francesa Total abandonó grandes inversiones en Irán en lugar de correr el riesgo de ser sancionada por los EE.UU. Este episodio no sólo envenenó las relaciones de los EE.UU. con Francia y la Unión Europea, sino que de hecho reforzó la influencia de los sectores más duros en Irán. En el contexto actual en Europa, Rusia ha desarmado de manera efectiva la amenaza de sanciones norteamericanas, dejando Washington con poca influencia en las negociaciones con Moscú. Además, se debe tener en cuenta el reto que representa China, ya que la realidad es que la primacía económica norteamericana se ha ido erosionando, sobre todo precisamente debido al ascenso de China, que no sólo se está convirtiendo rápidamente en su principal competidor estratégico, sino que pronto podría superar a los EE.UU. como la mayor economía del mundo. Ante este hecho, la respuesta de los EE.UU. ha sido muy diferente a la del antiguo sistema de sanciones aplicadas a potencias menores. El “desacoplamiento” ha entrado al léxico de la economía política como síntesis de políticas diseñadas para restringir el acceso de China a la tecnología norteamericana. Aunque los centros de fabricación clave están en Taiwán y Corea del Sur, los Estados Unidos siguen siendo un actor muy importante en la producción global de microchips, proporcionando software y equipamiento cruciales para las empresas. En consecuencia, los controles de exportación que limitan el acceso a la tecnología innovadora son el elemento clave del conjunto de herramientas actualizado de los EE.UU.
Por otra parte, un artículo publicado en Time News revela cómo Xi Jinping prepara una revolución en el sistema de ayudas al extranjero para mantener y aumentar la influencia china mediante el sistema de préstamos. Desde 1999, los bancos chinos han financiado todo tipo de proyectos, desde el metro de La Meca (con un coste de 16.500 millones de dólares) hasta las obras de Bandar, un nuevo proyecto urbanístico en el estado de Johor en Malasia, con el objetivo de competir con Singapur. Cuando estalló la pandemia de COVID-19, el mundo debía a los ocho principales bancos estatales chinos al menos 1,6 billones de dólares, prácticamente el equivalente del 2% del PIB mundial. Los críticos acusaban a China de atraer con fines geopolíticos y mediante sus préstamos a los países pobres hacia la trampa del endeudamiento. Los tecnócratas se preocupaban por la manera de encajar China en las estructuras que el mundo rico utilizaba para aliviar la deuda de los países pobres. El gobierno chino, mientras tanto, temía cada vez más no obtener rentabilidad de un gran número de proyectos. Una vez superada la pandemia, los bancos chinos vuelven a ofrecer sus créditos, China está cambiando de orientación y el sistema que está surgiendo es más ágil y sofisticado, Los prestamistas chinos al extranjero, incluidos los dos principales, Exim y el Banco de Desarrollo de China, son de propiedad estatal, lo cual difumina las fronteras entre el préstamo con finalidad de lucro y la ayuda internacional. Mientras que los prestamistas occidentales entregan los créditos a los prestatarios o a organizaciones benéficas de los países receptores, casi todos los préstamos de China sirven para financiar infraestructuras construidas por empresas estatales chinas, lo que significa que de hecho el dinero no salga nunca del país. Las características de este nuevo giro se empiezan a perfilar. En 2020, las autoridades informaron a las empresas constructoras de que los futuros proyectos de la Belt & Road Initiative tenían que seguir planes meticulosos y no conceder más préstamos a países ya muy endeudados con China. Asimismo, los responsables políticos chinos están asumiendo también un mayor control sobre el desembolso. Antes de la pandemia, los fondos de capital propiedad de ministerios, entidades de crédito oficial y otros sectores oficiales constituían la fuente de financiación exterior de mayor crecimiento, según los datos de la Universidad de Boston. Estos fondos permiten a los agentes del gobierno dirigir el dinero hacia donde quieren, sin tener que pasar por las empresas constructoras estatales. Algunos fondos son asociaciones entre China y países del Golfo; otros actúan de manera similar a los fondos de capital privado. Hasta ahora han optado por invertir en tecnología financiera y ecológica. Con el tiempo, China incluso podría utilizar estos canales para hacer inversiones en países ricos poco deseosos de endeudarse. Muchos de los proyectos de la nueva generación se llevan a cabo en zonas donde abundan las materias primas que son cruciales para la transición ecológica. La industria manufacturera china solía requerir mucho petróleo y mineral de hierro. Ahora fabrica más vehículos eléctricos que cualquier otro en el mundo, y necesita enormes cantidades de cobalto, cobre y litio. Entre 2018 y 2021, incluso cuando los bancos estatales dejaron de prestar dinero a otros países, se enviaron miles de millones de dólares a asociaciones entre empresas estatales chinas y operaciones locales de minería metalífera en América Latina. En este nuevo sistema más ágil y centralizado, el dinero se destina a dos tipos de prestatarios: aquellos que tienen buenas posibilidades para devolverlos (porque es probable que los proyectos generen beneficios o porque los gobiernos son lo bastante ricos) o aquellos con quienes la pérdida de dinero constituye un precio que vale la pena pagar a cambio de obtener ventajas diplomáticas o militares.
Con respecto a la sostenibilidad, Clár Ní Chonghaile analiza en The New European si la utilización del hidrógeno es la respuesta de futuro a la emergencia climática. Históricamente, el hidrógeno como combustible ha tenido mala reputación a raíz del desastre del dirigible Hindenburg en 1937. La verdad está en algún punto intermedio: el hidrógeno es un elemento importante en el rompecabezas de la descarbonización, junto con las energías renovables y las técnicas de captura de carbono. Eso, si el hidrógeno utilizado es verde, si se consigue reducir los costes y si la regulación de su uso es transparente. El hidrógeno verde se produce cuando se utiliza energía renovable para dividir el agua en hidrógeno y oxígeno mediante electrólisis. No obstante, hasta ahora, la mayor parte del hidrógeno utilizado en procesos industriales –como la refinación del petróleo, la fabricación de acero o la fabricación de fertilizantes– es lo que se denomina hidrógeno gris, producido por la combustión de gas natural, que emite CO2 a la atmósfera. Según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), el gas natural representó en torno al 60% de la producción de hidrógeno en el 2021 mientras que el carbón representó en torno al 20%. El mismo año, la demanda de hidrógeno alcanzó los 94 millones de toneladas (Mt) mientras que el hidrógeno de bajas emisiones sólo representaba 1Mt. Por consiguiente, es imprescindible incrementar masivamente la producción de hidrógeno verde, ya que además de su utilidad en industrias pesadas es un complemento vital para las energías renovables, que pueden ser volátiles en función de las condiciones climáticas. Según Patrick Molloy, analista del think tank Rocky Mountain Institute dedicado a la investigación sobre sostenibilidad, el papel principal que debe tener el hidrógeno verde es el de sustituir los combustibles fósiles en sectores difíciles de electrificar o que presentan dificultades para reducir la emisiones de carbono. Así, si se descarbonizan los combustibles de la logística global, el acero y los productos químicos, se reduciría de manera drástica los volúmenes de emisiones. Los inversores ya han empezado a interesarse, como por ejemplo la empresa china Sinopec, que dispone de enormes instalaciones para la producción de hidrógeno a partir de fuentes renovables en la región noroeste de Xinjiang, y que tiene previsto producir unas 20.000 toneladas anuales de hidrógeno verde mediante placas solares. Asimismo, la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, ha anunciado la creación en otoño de este año del Banco Europeo de Hidrógeno, con 3.000 millones de euros para estimular la demanda con efectivo del plan UE Innovation. La UE se ha comprometido a producir 10 millones de toneladas anuales de hidrógeno renovable a partir de 2030 y también importar 10 millones de toneladas. Sin embargo, la autora señala que diferentes estudios publicados el año pasado advierten de los peligros de escapes de hidrógeno que aceleran el calentamiento global y que por lo tanto se tiene que rectificar con urgencia la falta de tecnología para controlar los escapes, antes de que las empresas emprendan nuevos proyectos. Por su parte, la Comisión Europea ha iniciado sus propios estudios sobre el efecto de los escapes y ha introducido un conjunto de políticas diseñadas para dar apoyo a la creación de infraestructuras y mercados eficientes.
Finalmente, con respecto a la innovación y a las nuevas tecnologías, Marta Galcerán-Vechter señala en la revista del CIDOB que la Inteligencia Artificial (IA) dejó de evocar un futuro de ciencia-ficción mucho antes de que los debates actuales sobre el potencial del sistema ChatGPT irrumpieran en nuestras vidas. De hecho, como fue el caso la electricidad o de Internet a su momento, la IA promete ser una de las fuerzas más transformadoras de nuestro tiempo, con potencial para revolucionar todas las industrias y sectores económicos. Sus aplicaciones son infinitas: toma de decisiones algorítmicas, tratamiento masivo de grandes volúmenes de datos, sistemas de procesamiento de lenguaje natural y de voz, predicción de situaciones de riesgo, o incluso el controvertido reconocimiento biométrico. Aplicaciones que, la mayoría, ya se utilizan de manera recurrente en sectores tan diversos como los de la justicia, la gestión de recursos humanos, los servicios financieros, la movilidad, la sanidad o la provisión de servicios públicos. No es casual que las inversiones en IA se hayan disparado en todo el mundo, ni que, cada vez más, encontremos este concepto en las estrategias de seguridad nacional de muchos gobiernos. Tampoco debería sorprender que se hayan acelerado las dinámicas competitivas para dominar el desarrollo de la IA en una especie de carrera global en la que participan explícitamente tanto las grandes potencias como las grandes plataformas tecnológicas. Quién domine la Inteligencia Artificial, dominará el mundo, advertía Vladimir Putin en 2017 y, desde entonces, esta carrera global no ha hecho más que acelerarse. La IA promete beneficios a todos los niveles, pero es en las ciudades donde se está experimentando más, combinada en la mayoría de los casos, con otras tecnologías como la Internet de las cosas, el 5G o el Big Data. También son los entornos urbanos donde su impacto es más tangible. Hoy, muchos gobiernos locales ya usan regularmente la IA para predecir la demanda de algunos servicios, anticipar problemáticas, comunicarse más rápidamente con los ciudadanos mediante chatbots, mejorar la toma de decisiones o avanzar hacia los objetivos de sostenibilidad, sobre todo en áreas como la calidad del aire o la movilidad. No obstante, esta creciente utilización de la IA en entornos urbanos no está exenta de retos, especialmente en cuanto a las habilidades que requieren las ciudades para aprovechar todo el potencial. Además, está el imperativo de asegurar que el uso de soluciones basadas en la IA cumpla los estándares de seguridad y responsabilidad, protegiendo los derechos digitales de la ciudadanía. Dar respuesta a estos retos requiere actuaciones que van mucho más allá de la capacidad de legislar de los gobiernos locales. No obstante, ante un contexto regulador global fragmentado y la existencia de vacíos legales notables, las ciudades están posicionando como actores normativos indispensables, ya sea individualmente mediante el desarrollo de estándares locales, ya sea colectivamente en el marco de alianzas y redes de ciudades. En el ámbito de la actuación colectiva de las ciudades, es referencia obligada el trabajo de la Coalición de Ciudades por<A[por|para]> los Derechos Digitales, una iniciativa lanzada en noviembre de 2018 por las ciudades de Barcelona, Ámsterdam y Nueva York, que cuenta con el apoyo de ONU-Hábitat y que tiene como misión la promoción y la defensa de los derechos digitales en entornos urbanos. Concebida como una alianza pragmática basada en principios, sus ciudades miembros (actualmente en torno a 50) comparten buenas prácticas y conocimiento experto para abordar desafíos comunes vinculados a la formulación de políticas basadas en derechos digitales. Es una coalición, además, que trabaja para elaborar marcos legales, éticos y operativos que ayuden a las ciudades a promover los derechos humanos en entornos digitales.
Ilustración: Roy Scott, Ikon Images.
En este número del Diari de les idees han participado Marc Espigares, Jiajin Angel Lin, María García y Analía Cortez, estudiantes en prácticas en el CETC.
Política internacional y globalización
Sliding Toward a New Cold War
La invasió russa d’Ucraïna s’ha convertint en un altre front obert en un escenari internacional on, des de fa anys, diversos analistes ja adverteixen sobre l’hipotètic acostament d’una nova guerra freda. Des de les pàgines de The New Yorker, Evan Osnos argumenta que el món mai no havia estat tan fragmentat i crítica l’oblit històric de l’amenaça nuclear que va estar a punt d’esclatar en el moment de la crisi dels míssils a Cuba. Al seu parer, un dels indicadors d’aquesta pèrdua de memòria històrica és la suspensió de la participació russa a la renovació del tractat de control de l’armament nuclear Start III. En el context de l’actual guerra, Osnos considera que Occident està patint una pèrdua d’influència, amb la divisió tradicional entre un Occident liderat pels Estats Units i els seus aliats europeus i un bàndol oriental amb Rússia i els seus aliats com la Xina. Pel que fa al bàndol occidental, destaca el canvi de direcció de la política exterior alemanya en relació amb Rússia i les conseqüències tant militars com estratègiques que se’n podrien derivar per les seves relacions futures. Així mateix, l’última reunió de l’OTAN ha estat marcada per la creixent preocupació per l’ambició de la Xina, fet que ha portat a l’organització a mostrar el seu compromís per expandir la seva presència a les Filipines. Una estratègia per a demostrar que l’OTAN està preparada per defensar Taiwan, a la vegada que reforça les relacions amb els països veïns com ara el Japó, l’Índia o fins i tot Austràlia. En contraposició al bloc occidental, sembla que Moscou s’ha recolzat en Beijing per la compra del seu petroli i la venda de drons comercials amb microxips. Tradicionalment, Beijing s’ha caracteritzat per la neutralitat, però l’anunci de la seva proposta de pla de pau podria suposar un canvi en la seva política exterior. Finalment, l’autor proposa que el que els Estats Units han de fer és aplicar una política de détente, com la que es va desenvolupar en els anys de la Guerra Freda, per tal d’aconseguir la dissuasió i un cert nivell de coexistència pacífica al si del sistema de governança global.
Démilitarisés depuis la Seconde Guerre mondiale, l'Allemagne et le Japon se réarment
Frédéric Pennel assenyala que l’augment dels perills geopolítics està trencant el tabú de la guerra que ha existit durant gairebé vuitanta anys a les societats alemanya i japonesa. Després de la Segona Guerra Mundial, els dos països van ser desmilitaritzats, es van reconstruir i van concentrar les seves ambicions en l’economia i el comerç. I amb èxit, ja que Alemanya es va convertir en la locomotora econòmica d’Europa i el Japó va excel·lir en rendiment econòmic i en avenç tecnològic, i va servir de model per a tota Àsia. Això no obstant, la Guerra Freda va trencar el mite d’un país sense exèrcit. A partir dels anys 50, els dos països desmilitaritzats van haver de pensar a reconstituir forces armades. La guerra de Corea va exposar el Japó a l’avenç comunista, que Washington va intentar frenar a tota costa. El protector nord-americà va animar així el Japó a crear unes anomenades forces d’autodefensa el 1954, i no un exèrcit, que hauria estat inconstitucional i impopular. Alemanya va anar en la mateixa direcció, amb una gran diferència: l’exèrcit del qual es dotar la RFA era un autèntic exèrcit. La Guerra Freda va col·locar el país en una falla estratègica, i els nord-americans van fomentar el seu rearmament i això va coincidir amb les intencions del canceller Adenauer de restaurar la sobirania del seu país. Angela Merkel va encarnar perfectament aquesta Alemanya desarmada però defensora del comerç total amb la Xina o Rússia, més enllà de les diferències ideològiques. Excepte que, mentrestant, aquests països havien endurit el seu autoritarisme i s’havien iniciat una política expansionista. Les invasions russes a Geòrgia (2008) i després al Donbàs (2014) no van ser suficients per fer canviar les coses. Ha estat la invasió russa d’Ucraïna la que ha despertat l’Alemanya pacifista i ha donat pas al que Olaf Scholz va resumir en la paraula zeitenwende, el canvi d’època que implica un rearmament massiu. La ruptura encara ha estat més radical al Japó on el pacifisme està molt arrelat. En solidaritat amb el camp occidental, els japonesos han enviat armilles antibales i material mèdic a Ucraïna. L’ona de xoc d’aquest conflicte sensibilitza la població japonesa que viu a prop de zones geopolítiques calentes com Corea del Nord, una potència nuclear que dispara míssils regularment. L’altra amenaça continua sent indirecta: el Japó està en el camí de l’expansionisme xinès i el seu arxipèlag Senkaku és reivindicat per la Xina. Taiwan també és a prop. Per consegüent, el Japó s’està apropant cada cop més als països que intenten contenir la Xina: l’Índia, Austràlia i, per descomptat, els seus protectors nord-americans.
Neither China Nor Iran Will Get What They Want From Their Relationship
L’article destaca que Iran vol més inversions per part de la Xina, però que Beijing demana en primer lloc que es facin progressos en el tema de la producció d’energia nuclear. Actualment, Iran està tenint greus problemes econòmics amb una inflació del 40%, sobretot arran de les sancions imposades per part dels EUA després de la retirada del Pla d’Acció Integral Conjunt (PAIC). Al 2021, Xina i Iran van signar un acord de cooperació de 25 anys, però l’any passat les empreses xineses van representar només el 3% de les inversions totals, uns 185 milions de dòlars. En aquest context, un retorn al PAIC podria ser un primer pas per incentivar un increment de la inversió xinesa. També cal notar el desequilibri econòmic en la relació sino-iraniana vista la dependència de la venda de petroli a la Xina i de les compres xineses, ja que des de la reimposició de les sancions, la capacitat d’exportació de l’Iran s’ha vist molt limitada. exportar s’ha tornat limitada. Cal recordar que el PAIC es va dissenyar per controlar el programa nuclear d’Iran i que, amb la retirada dels Estats Units, Iran va reprendre la seva producció de material nuclear i tot indica que ja podria disposar dels recursos suficients per fabricar una bomba nuclear.
China’s admission of failure
A parer de l’autor, la proposta de dotze punts de la Xina sobre el conflicte a Ucraïna conté clixés subjectes a interpretació sobre l’observança estricta del dret internacional i l’oposició a les armes nuclears. No obstant això, considera que revela la por del govern xinès al seu propi poble, al possible fracàs del seu model econòmic i de la seva política exterior. Destaca com a punt important la defensa del manteniment del sistema econòmic mundial i l’oposició xinesa a utilitzar l’economia mundial com a eina amb finalitats polítiques. En definitiva, Beijing defensa la supervivència de la globalització econòmica, perquè sense ella el model de desenvolupament xinès acabaria. Fa poc més d’un any, Xi Jinping juntament amb Vladimir Putin van emetre una declaració segons la qual consideraven que l’ordre mundial posterior al 1945 s’havia acabat. Mason afirma que proposar ara un pla de pau demanant el retorn a un statu quo ante bellum demostra que les coses no li han anat bé a la Xina. La sèrie de mesures i sancions contra Rússia i la posada en marxa del pla d’autosuficiència econòmica de Joe Biden amb inversions en energia neta, la desvinculació dels Estats Units de la tecnologia xinesa i el tancament de l’accés de Beijing a semiconductors constitueixen la resposta estratègica occidental. Mason argumenta que la qüestió per a Occident no és si pot mantenir l’anomenat món unipolar, l’hegemonia indiscutible dels Estats Units, sinó com mantenir un ordre global multilateral, basat en tractats legalment exigibles, d’una manera que permeti que Rússia decaigui, que sorgeixi la Xina com a veritable potència i que la Unió Europea assoleixi cert grau d’autonomia respecte als Estats Units.
Así es la nueva ola de contestación en China
L’article analitza les característiques de les protestes contra la política de COVID zero que a finals de novembre del 2022 es van estendre a la Xina, convertint-se en un desafiament polític per part de joves, estudiants, i també de classes mitjanes acomodades. Analistes i observadors, sobretot occidentals, pronosticaven el principi de la fi del règim, si bé la revolta no qüestionava els fonaments profunds del sistema, que des de la dècada de 1990 ha aconseguit conformar un espai legítim de contestació que té com a única línia vermella el qüestionament del poder i la dissidència. Alvarado argumenta que fa dècades que la societat del “miracle econòmic” es rebel·la per protegir els seus interessos, ja siguin obrers d’empreses públiques acomiadats per baixa rendibilitat, pagesos expulsats de les seves terres, propietaris d’apartaments desallotjats per immobiliàries sense escrúpols o víctimes de la contaminació de les fàbriques. En aquest context es planteja què legitima el règim xinès a ulls dels administrats. Primer, la dimensió força repressiva del règim que, com passa en altres sistemes autoritaris, augmenta considerablement el cost de participar en la contestació. Segon, la pista cultural és també important, ja que la civilització xinesa eminentment conservadora, i imposa a les noves generacions un model disciplinari en què cada individu està cridat a plegar-se a les necessitats de la nació. Finalment, l’auge de les classes mitjanes i el temor de veure dilapidar els seus èxits també és un altre factor que explica l’estabilitat del poder. Des de finals dels anys 1990, la societat xinesa ha mutat. El Partit Comunista Xinès implanta, a partir del 1989, normes i valors capitalistes que, encara que sui generis, alliberen les forces del mercat, encoratjant l’enriquiment, la propietat i l’èxit individual. La multiplicació de conflictes socials és un epifenomen del progrés social xinès. Les classes mitjanes no dubten a protestar i fins i tot organitzar la contestació per salaris baixos, pèssimes condicions laborals, baixa qualitat de les construccions, confiscació de propietats o fins i tot la defensa del medi ambient, i tot per preservar el seu flamant nou estàndard de vida. Perquè la necessitat de millorar es barreja amb l’angoixa del desclassament i d’aquí ve l’obsessió per la seguretat sobre la qual es basa la conservació del règim. El PC ha sabut llegir la situació i ha contribuït a l’emergència d’un espai legítim de contestació en què la protesta és tolerada si no traspassa certes línies vermelles, és a dir, si el conflicte es manté localitzat en qüestions ben determinades i no es dirigeix contra el sistema vigent. Així mateix, la contenció es fa més subtil, es reprimeix de forma limitada, identificant els caps, dividint per controlar millor, cooptant i negociant, graduant la seva reacció a les mesures del poder, contemporitzant si hi ha avenços i anant una mica més lluny si res no es mou. La pandèmia i la seva gestió han reduït els conflictes, però no els han fet desaparèixer completament, fins i tot han provocat l’oposició violenta d’alguns a les seves condicions de confinament, com va passar la primavera del 2022 a Xangai. El consum estava cridat a comportar el creixement en detriment de la inversió i les exportacions, però les autoritats no havien previst els problemes d’ocupació i d’endeutament de les classes mitjanes. A més, si abans l’educació, la sanitat, les pensions i l’allotjament eren sufragats per l’Estat, ara amb el capitalisme a la xinesa són a càrrec dels treballadors, ja sigui totalment o parcialment, amenaçant el tren de vida de les classes mitjanes. La societat xinesa no disposada a perdre els rèdits dels seus èxits cada vegada més fràgils i tampoc no sembla voler de moment promoure una moció a la totalitat del règim. Tot i això, el PC ara es veu obligat a privilegiar les negociacions amb la societat en un context molt menys confortable que el de fa alguns anys.
Kim Jong-un purges: why North Korea is such a dangerous place to be successful in polítics
Al mes de febrer Corea del Nord va celebrar el 75è aniversari de la fundació del seu Exèrcit Popular de Corea i analitzant la desfilada militar els experts van observar canvis significatius en la jerarquia militar i política del país. Així, Choe Ryong-hae, president del comitè permanent de l’Assemblea Popular Suprema, va ser l’únic membre del presidi del politburó que no hi va assistir i tot indica que el Partit dels Treballadors de Corea ha substituït gairebé la meitat dels funcionaris de la secretaria i dels membres del Politburó. D’altra banda, la promoció de dos oficials com a comandants de les noves unitats de dues classes de míssils balístics intercontinentals, confirma l’enfocament de Pyongyang en míssils de llarg abast. El context de les purgues ve donat per l’augment de la tensió a la península coreana, emfatitzat per una política de línia dura cap a Corea del Sud, amb possibilitat d’atacs nuclears preventius. Al mateix temps, el règim de Kim Jong-un s’enfronta a greus crisis internes, tant econòmica com alimentària. La consolidació del poder de Kim Jong-un ve donada pel sistema polític de Corea del Nord que dona poder absolut al líder. No obstant això, sempre ha lluitat per evitar l’aparició de centres de poder alternatius. Així, a finals de 2011, Kim Jong-un va substituir el 42% del politburó y un 13% del plenari del partit al 2013. Posterioment, purgues successives can comportar l’execució del viceministre de defensa, el cap d’estat major Ri Yong-ho o el seu oncle, Jang Song-thaek, que era la segona persona més poderosa de Corea del Nord i que s’havia convertit en amenaça real per a Kim per les estretes relacions amb el govern xinès o pels esforços de consolidació del control sobre l’economia. Aquestes purgues regulars de l’elit de Corea del Nord són en part per defensar el líder de presumptes trames de cop d’estat, però diferents estudis indiquen que també són un mecanisme clau per mantenir el control sobre la burocràcia.
El Donbás y el Sahel se tocan
En aquest article, Enric Juliana destaca que Rússia ha aconseguit el vot favorable de Mali a l’Assemblea General de les Nacions Unides i alerta que el règim de Putin ha conquistat un dels països més grans de la franja del Sahel. El doble que la superfície d’Ucraïna i 22 milions d’habitants, concentrats a la regió sud, entre els rius Níger i el Senegal. Un país molt àrid al nord, amb tresors amagats: mines d’or. Tothom ho sabia des que els mercenaris de la companyia Wagner van ocupar el lloc dels soldats francesos i ho acaba de certificar la votació a l’ONU. La junta de Bamako ha pagat els serveis prestats, sense poder refugiar-se en l’abstenció com ho va fer l’any passat. La peça següent a caure serà Burkina Faso, país situat al sud de Mali, més petit, però molt més poblat en termes proporcionals. El país està governat avui per una junta militar que acaba de demanar la retirada de les forces especials franceses. La companyia Wagner no trigarà a arribar-hi. També hi ha or a Burkina Faso. França s’ha replegat al Níger, on té interessos vitals: els jaciments d’urani imprescindibles per a les seves centrals atòmiques. La continuïtat històrica de la potent planta nuclear francesa (56 reactors i 14 en construcció) depèn que al Níger no passi el mateix que a Mali, Burkina Faso i la República Centreafricana. El dramàtic replegament francès ha disparat l’alarma a la part de la Unió Europea que no pensa exclusivament a la guerra d’Ucraïna. Emmanuel Macron acaba de presentar un pla de reorganització de la presència francesa a l’Àfrica, abans d’iniciar un viatge a Angola, la República Democràtica del Congo, la República del Congo i el Gabon, viatge que es pot considerar com una resposta a la recent gira africana del ministre d’afers estrangers rus Sergei Lavrov, que al gener va visitar Mali, Mauritània i Sudan. Rússia està intentant comunicar els dos fronts: el del Donbàs i el del Sahel. Si Rússia pot amenaçar Europa des d’Àfrica, serà més fàcil negociar el destí d’Ucraïna quan la matança i la destrucció comencin a ser insuportables per a tothom. Com pot amenaçar Rússia a Europa des de l’Àfrica? Dosificant el control sobre els grups gihadistes i facilitant camins a les màfies que trafiquen amb la immigració. Des del Sahel es pot desestabilitzar tot el Magrib, on l’estat ja s’ha enfonsat a Líbia i s’està transformant en dictadura a Tunísia. On Algèria es rearma i el Marroc es fortifica al Sàhara amb drons israelians. La història va més ràpid que la lenta maduració política i institucional de la Unió Europea. Si amb la guerra d’Ucraïna es corre el risc d’acabar formant dues Europes: l’imperi romà d’Orient amb capital a Varsòvia i l’imperi romà d’Occident amb capital a Brussel·les, al nord d’Àfrica i al Sahel tots els països europeus, inclosa Alemanya, actuen pel seu compte.
How Russia’s propaganda machine is reshaping the African narrative
Rússia s’ha obert camí a Àfrica a través de la construcció del seu propi relat alternatiu sobre la base d’una barreja de veritats, mitges veritats i teories de la conspiració. En aquest context han guanyat protagonisme les eines pròpies de les guerra híbrides incloent-hi la propaganda, l’engany i altres tàctiques no militars, desplegades per danyar els interessos d’Occident al continent Africà. El poder de Rússia a la zona del Sahel s’ha fet present amb el desplegament del Grup Wagner a petició de governs de la regió com el cas de Mali. L’increment progressiu de la presència russa a la regió ha estat facilitat pel record que conserven nombrosos països africans del suport militar i financer de la Unió Soviètica als moviments d’alliberació africans als anys seixanta. Els relats favorables a Rússia han emergit de forma orgànica, s’han difós mitjançant xarxes socials convencionals i han estat reforçats a través de les fàbriques de trolls. Aquests relats no segueixen la retòrica d’una potència imperial agressiva, sinó més aviat estan concebuts perquè els estats percebin Rússia com un país que lidera els interessos dels països desemparats contra l’hegemonia dels Estats Units. La visió divergent de Moscou i d’Occident sobre el continent (que té 54 vots a les Nacions Unides), les seves enormes reserves de matèries primeres, i amb una població amb el creixement més ràpid converteixen al continent africà en el nou escenari del pols per l’hegemonia mundial.
Netanyahu Faces His Own ‘Israeli Spring’
A punt de complir-se dotze anys de les revoltes que van sacsejar el món àrab, Israel sembla estar vivint el naixement d’un conjunt de protestes que podrien acabar convertint-se en una autèntica Primavera Israeliana. Aaron David Miller compara les protestes actuals a Israel amb les que es van produir durant el que es va anomenar les Primaveres Àrabs. Les protestes socials que es van iniciar a principis de 2010 pretenien manifestar el rebuig de la població cap a governs autoritaris, repressius i corruptes. L’objectiu era demanar un seguit de reformes polítiques per enderrocar els dictadors i obtenir més llibertat, democràcia i justícia social. No obstant això, el curs de les manifestacions va generar una resposta violenta per part dels i el fracàs dels moviments civils en la gran majoria de regions. D’altra banda, les manifestacions actuals a Israel pretenen lluitar contra el govern de Netanyahu, considerat extremista i fonamentalista. Molt especialment, la població s’oposa a la introducció d’un conjunt de reformes judicials que pretenen disminuir el poder del Tribunal Superior de Justícia, l’única garantia democràtica i de protecció dels drets humans amb la qual compta el país. A la vegada, mostren la seva insatisfacció amb unes autoritats públiques associades al racisme, el supremacisme i l’homofòbia. L’autor destaca la participació en les protestes de sectors que tradicionalment s’havien abstingut a participar-hi, com ara treballadors de la classe mitjana, reservistes de l’exèrcit o ex-funcionaris governamentals. Aquesta particularitat ha fet que siguin les manifestacions actuals siguin inèdites amb una gran mobilització del sector civil. Tenint en compte les dimensions de la revolta, Miller reflexiona sobre els reptes als quals el govern de Netanyahu s’ha d’enfrontar per assolir els seus objectius. En primer lloc, el sector financer està molt preocupar per l’impacte que les reformes socials poden tenir sobre la confiança dels inversors. En segon lloc, tot i que l’administració Biden no té gens d’interès a enfrontar-se a Netanyahu, està intentant exercir pressió per obtenir una relaxació de les reformes proposades. Tercer, també s’ha de considerar la situació a Palestina. Finalment, Netanyahu també ha de fer front a l’oposició parlamentària, que ha aconseguit una moratòria de seixanta dies abans d’aplicar les reformes.
Netanyahu Is Shattering Israeli Society
El govern d’Israel està vivint un temps de gran inestabilitat amb l’expansió dels assentaments de colons, la destrucció de pobles palestins, els atemptats de joves palestins com a represàlia, així com les protestes populars contra els atacs al poder judicial per part de Benjamin Netanyahu. Aquests fets alimenten un clima d’amenaces fins ara mai vist a Israel. Personalitats rellevants del règim com antics caps del Mossad han denunciat les polítiques de Netanyahu i han advertit que si segueix amb els seus plans de fer efectiva l’eliminació de la independència del Tribunal Suprem, algunes forces especials podrien començar a desobeir de forma legítima les ordes que provinguin del govern. Fins ara, cap govern israelià mai no s’havia hagut d’enfrontar simultàniament a una intifada palestina, una intifada de colons jueus, i una intifada social. Aquest clima d’alta inestabilitat ha provocat xocs i nombroses manifestacions a la capital de l’Estat en contra de les accions de Netanyahu de suprimir la independència del Tribunal Suprem d’Israel en nom d’una reforma judicial. Si la violència entre els colons sionistes i els palestins no és un fet nou, ara aquest fet ha coincidit amb el govern més ultranacionalista, ultra ortodox de la història d’Israel que ha fet pública la seva intenció d’annexionar-se tota Cisjordània i que controlen les carteres clau com la policia les finances i l’exèrcit.
Lula 3, premier acte: le populisme continue
El tercer mandat de Lula va començar fa menys de dos mesos. Tanmateix, fins i tot abans de la presa de possessió, moltes figures moderades d’esquerra i de centre que havien recolzat el candidat van començar a distanciar-se’n. L’autor afirma que Lula sembla haver escollit el que es pot denominar populisme econòmic com a eix de la política que durà a terme durant els propers anys, defensant i anunciant mesures que va tenir cura de no aplicar durant el seu primer mandat (2003-2006). L’any 2022, Lula va aconseguir fer campanya durant diversos mesos sense presentar el més mínim esquema d’un programa econòmic. Per tant, no està limitat per compromisos específics. Des del gener passat contradiu llargament en discursos i reunions els economistes liberals o moderats que li havien donat el seu suport abans de les eleccions. Sembla doncs que Lula vulgui tornar a les antigues receptes populars de l’esquerra. Per treure el Brasil d’un ritme de creixement mediocre, reduir les desigualtats i lluitar contra la pobresa, el cap de l’Estat defensa solucions simplistes i miraculoses, mostra una clara aversió a la responsabilitat pressupostària i a la bona gestió dels comptes públics. Vol reconnectar amb les pràctiques de Dilma Rousseff, presidenta de 2011 a 2016, que pensava reactivar l’economia augmentant la despesa pública, reforçant empreses nacionalitzades que s’havien convertit en la punta de llança d’una estratègia de reindustrialització, forçant el Banc Central ha adoptar una política monetària discrecional per afavorir la caiguda dels tipus d’interès. Aquesta política va provocar una crisi financera i una recessió històrica a partir del 2015 durant la qual l’atur i l’economia informal van créixer molt, a la vegada que no es donava cap solució estructural al problema de la pobresa. Carfantan afirma que al Brasil el llegat i la influència política de l’època de Getúlio Vargas és considerable: l’esquema d’un sistema de protecció social i legislació laboral; el sistema de corporacions sindicals sota la supervisió de l’Estat; un capitalisme que depèn de la bona voluntat dels polítics; el clientelisme i l’orientació de les polítiques públiques per interessos privats organitzats. Conclou afirmant que l’esquerra del segle XXI fins i tot sembla considerar que un getulisme actualitzat és l’única via possible perquè Lula es mantingui al poder.
La paix entre la Russie et l'Ukraine peut-elle venir de Chine?
L’autor afirma que amb la presentació de la seva proposta de pla de pau Beijing ha adoptat una nova actitud. Des de fa un any, la Xina ha declarat oficialment la seva neutralitat en relació al conflicte a Ucraïna. El març del 2022, davant la insistència dels nord-americans, es va comprometre sobretot a no subministrar armament a Rússia. Però això no li impedeix vendre-li molts béns de consum i, sobretot, comprar-li grans quantitats de petroli i gas a preu reduït. Dit això, en les últimes setmanes, la Xina ha decidit avançar en tot tipus d’àmbits. Al gener, va aturar els confinaments i controls sanitaris imposats durant tres anys a la seva població. I ara ha publicat aquest document que proposa disposicions per restablir la pau a Ucraïna. Tradicionalment, la República Popular, i abans l’Imperi xinès, mai no s’han preocupat gaire d’intervenir en assumptes estrangers, excepte en casos molt puntuals i propers a les seves fronteres Segons l’autor, l’entorn de Xi Jinping ara ha considerat útil demostrar que la Xina, més que callar, és capaç de presentar un pla de pau moderat. Fins ara, només Turquia havia intenta un exercici comparable fa gairebé un any, val a dir sense èxit. En aquest context, és evident que és essencial que la Xina mantingui un contacte estret amb Rússia i el Kremlin ha afirmat que apreciava els esforços de la Xina per posar fi a les hostilitats a Ucraïna. Els líders ucraïnesos, en canvi, han lamentat oficialment no haver estat consultats abans de la publicació del pla de pau xinès quan, òbviament, les autoritats russes sí que havien estat informades dels detalls. Amb tot, el president Volodymyr Zelensky està sobretot disposat a no rebutjar d’entrada aquest pla de pau. Just abans de publicar-se, va afirmar que era molt positiu que la Xina comenci a parlar d’Ucraïna i emeti alguns senyals.
With Western support for Ukraine flagging, a protracted war is in Vladimir Putin’s interest
L’ambigüitat ha mantingut units els aliats de Kíiv fins ara, però segons Münchau els dividirà a mesura que s’apropin les etapes finals del conflicte. Recentment, hi ha hagut un canvi en les opinions formulades a les capitals occidentals. L’expectativa consensuada a Washington, Berlín i Londres ara mateix és que la guerra continuarà durant diversos anys. Cap dels dos bàndols no té la superioritat en termes de soldats i equipament per infligir una derrota decisiva a l’adversari. Al seu parer, la principal raó per la qual les expectatives occidentals han canviat és el fracàs per acordar objectius de guerra precisos i l’autor n’apunta almenys quatre. En primer lloc, l’objectiu de màxims és el canvi de règim. Però no s’aconseguirà portar Putin al Tribunal de La Haia i fins i tot la creació d’un tribunal especial sobre crims de guerra requeriria un putsch a Moscou i un nou govern rus disposat a extradir-lo. En segon lloc, un objectiu encara ambiciós, però menys dràstic, seria expulsar Rússia de tots els territoris ucraïnesos ocupats, inclosa Crimea, que Rússia es va annexionar el 2014. Un tercer objectiu, més limitat, seria el retorn a les fronteres el 23 de febrer de 2022, el dia abans que Putin comencés la seva invasió. Finalment, en lloc d’un objectiu unificat, Occident té línies vermelles, la principal de les quals és que no vol entrar directament amb Rússia. Els EUA, el Regne Unit i Alemanya no volen enviar avions de caça per aquest motiu. Els avions de caça vénen amb personal de suport que hauria d’operar des de bases aèries ucraïneses. En aquest cas, Occident faria un pas més cap al conflicte militar directe amb Rússia. Münchau assenyala que tot i que l’entusiasme pel suport continuat a Ucraïna és més gran als Estats Units, també està minvant. Una enquesta recent indica que el 48% dels nord-americans està a favor del lliurament d’armes i el 29% s’hi oposa. El maig del 2022, el nombre de nord-americans a favor era del 60%. Els demòcrates tendeixen a estar més a favor del suport militar i financer a Ucraïna, mentre que els republicans solen estar-hi més oposats. Tampoc no es pot donar per fet que el suport dels Estats Units a Ucraïna sobreviurà a la campanya presidencial de 2024. Vist tot això, Münchau presenta el seu propi escenari de com podria acabar aquesta guerra: la guerra de trinxeres continuarà i la contraofensiva ucraïnesa tindrà èxit, però només parcialment. La unitat d’un Occident afectat pel dèficit d’atenció finalment s’anirà trencant per la força de la política interna de cada estat. La pressió augmentarà per aconseguir un acord de pau que garanteixi la independència d’Ucraïna i el retorn de la majoria, però no de tots, dels seus territoris. Ucraïna no es convertirà en membre de l’OTAN. La UE ajudarà a reconstruir Ucraïna i li oferirà una relació d’associació sense arribar però a ser-ne membre de ple dret. Putin continuarà al poder a Moscou. No hi haurà tribunal de crims de guerra. Les sancions s’aixecaran, però aleshores Rússia i la Xina ja hauran format una aliança econòmica i militar estratègica. I finalment Putin seguirà endavant amb el seu següent projecte, l’annexió de Bielorússia.
In Ukraine War, Talking About Peace Is a Fight of Its Own
Paral·lelament al conflicte armat s’ha anat lliurant una altra batalla, una guerra de paraules entre Rússia i Occident sobre qui està més interessat a posar fi pacíficament a la guerra. De moment, però, les converses de pau serioses són extremadament difícils d’imaginar, ja que ambdues parts han establert condicions per a les negociacions que no es podran complir aviat, i han promès lluitar fins a la victòria. Al mateix temps, ambdues parts també tenen un gran interès a mostrar una obertura cap a les negociacions, com un element més de la seva estratègia. Països importants com l’Índia, Sud-àfrica i el Brasil no han pres partit clar en un conflicte que ha provocat l’augment dels preus de l’energia i ha agreujat la crisi alimentària mundial. Rússia depèn de les relacions econòmiques amb aquests països i en treu partit quan expressen impaciència amb Occident per la durada de la guerra, perquè un final ràpid del conflicte permetria a Rússia començar a negociar tot ocupant una part d’Ucraïna. D’altra banda, en afirmar que està més disposada que Occident a negociar, Rússia dóna als països un pretext per no prendre una posició en contra. Al mateix temps, els nord-americans, conscients del compromís de donar suport a Ucraïna durant “el temps que calgui”, afirmen que el seu objectiu és reforçar la posició de Kíiv en eventuals negociacions de pau, sense especificar quan aquestes podrien tenir lloc. D’altra banda, en diversos països creix el suport per a dur a terme iniciatives de pau més enèrgiques. En una enquesta del mes desembre del Chicago Council on Global Affairs, els nord-americans estaven pràcticament dividits a parts iguals sobre la qüestió de si els Estats Units haurien de donar suport a Ucraïna “el temps que calgui” o instar Kíiv a conformar-se amb la pau “tan aviat com sigui possible”. El 48% dels enquestats es va mostrar a favor de lluitar indefinidament, mentre un 47% preferint els esforços per la pau. A Alemanya, una enquesta recent d’ARD-DeutschlandTrend revela que el 58% dels enquestats creu que no s’han fet prou esforços diplomàtics per posar fi a la guerra. Fins i tot a Rússia, on criticar la guerra és un delicte que pot comportar penes de presó, una enquesta conjunta de finals de novembre del Centre Levada, una institució independent, i del Chicago Council on Global Affairs indica que el 53% dels russos vol que el seu govern iniciï converses de pau. En la mateixa línia, coincidint amb el primer aniversari de la guerra, el govern de la Xina va publicar un document que descriu els paràmetres per a un acord i demana reprendre el diàleg directe tan aviat com sigui possible.
The U.N. Has Turned Turtle on the Ukraine War
Tot i que Ucraïna celebra el suport aclaparador expressat fa pocs dies per l’Assemblea General de les Nacions Unides, una sessió polèmica del Consell de Seguretat de l’ONU ha revelat les línies de fractura dins del principal mecanisme de manteniment de la pau de l’organització. El mateix Consell de Seguretat que, fa un any, no es va poder reunir per condemnar la invasió russa a causa del veto rus, durant una sessió nocturna presidida per Rússia. Un any després, les coses no han millorat. Atesa la inevitabilitat d’un veto rus, el Consell de Seguretat no va considerar una resolució a la reunió de ministres del 24 de febrer. Rússia i la Xina ni tan sols van enviar els seus ministres d’Afers Exteriors. Si el Consell de Seguretat ha de ser en teoria el terreny comú de la diplomàcia, ara s’ha convertit en terra de ningú. Des del veto de Rússia a la condemna de la seva pròpia invasió, les discussions i accions són preses pels passadissos. L’Assemblea General de 193 membres va aprovar rotundament una resolució similar a la de l’any passat contra la guerra de Rússia a Ucraïna, amb 141 membres que van votar contra Rússia i només sis països hi van votar a favor: Bielorússia, Eritrea, Mali, Nicaragua, Corea del Nord i Síria. Però les resolucions de l’Assemblea General són com les enquestes d’opinió pública. No tenen el pes de les resolucions del Consell de Seguretat, que té el poder d’imposar sancions econòmiques, desplegar forces de manteniment de la pau o autoritzar l’acció militar de coalicions d’estats membres. Ja fa molts anys que es debat la reforma del Consell de Seguretat. La majoria de propostes suposen ampliar els nombre de membres. L’Índia, el Japó, el Brasil i Alemanya s’han citat sovint com a candidats potencials per a ser nous membres permanents. Un grup de nacions contràries a aquesta idea fa temps que fa circular una proposta alternativa coneguda com “Units pel consens“, que demana augmentar el nombre de membres electes, que no tenen dret a vetar resolucions, alhora que allargaria els seus mandats i permetria que es presentin a la reelecció. Altres propostes són la reforma del dret de veto, que ara mateix només poden exercir els cinc membres permanents.
De l’Ukraine à la Moldavie, la guerre et le prix de la démocratie
Si la guerra a Ucraïna és sobre la identitat, la identitat que cal defensar és potser lingüística i cultural, però sobretot política. En aquesta reflexió, el filòsof Marc Crépon exposa els motius que han d’impulsar les democràcies a continuar i a amplificar el seu suport als pobles amenaçats per Putin. Afirma que la trampa del poder moscovita ha estat, des de la conquesta de Crimea i la secessió del Donbàs, invocar la història, des d’un angle que sempre ha provocat la desgràcia dels pobles: el de les arrels i la pertinença. La independència d’Ucraïna no va ser motivada ni per raons culturals, ni per un nacionalisme agressiu. Ni tampoc va ser pilotava més des de fora ni va ser fruit d’una traïció des de dins. Va ser una decisió política conjunta que va prendre nota d’una impossibilitat: la de continuïtat de l’Estat soviètic. Si bé és cert que les institucions posades en marxa al final de l’URSS entre els estats independents nascuts de la fi de l’imperi pretenien ser pacífiques, hi va haver qui ben aviat va considerar insuportable el final de l’URSS i que la pau era només una treva de cara a una guerra futura. Des de la independència d’Ucraïna -però això també passa amb Geòrgia i Moldàvia-, els pobles separats per noves fronteres estatals han tingut destins polítics diferents on s’oposen dos models: el d’un estat de dret que, d’alguna manera, es doblega a les seves regles i el d’un règim dictatorial, els líders del qual basen el seu domini en la corrupció d’una clientela acuradament mantinguda. Això no obstant, la lenta sedimentació del que és inacceptable i, amb ella, la progressió inexorable d’una servitud voluntària, no han aconseguit, mentrestant, instal·lar-se permanentment en les ments. Aquest és el futur que els ucraïnesos rebutgen, que els moldaus temen. Perquè aquest és el problema dels drets i les llibertats: només percebem el seu preu quan els hem abandonat en mans d’aprenents de bruixot, és a dir, quan ens hem deixat desposseir. Per això aquesta disjuntiva també és nostra, sigui quin sigui el preu de la nostra solidaritat. Ser solidari amb els pobles d’Europa atacats (o en procés de ser atacats) a l’Europa de l’Est no vol dir assumir la defensa de cap identitat nacional, sinó reafirmar la nostra creença en l’estat de dret, com a suport a la pau. Perquè si ja hi ha una lliçó que hem de treure d’aquesta guerra, és que no podem esperar res d’uns dictadors que se n’han desprès des de fa molt de temps, ja que no respecten cap norma, ni cap acord, ni cap paraula donada ni cap promesa.
For years, Putin didn’t invade Ukraine. What made him finally snap in 2022?
L’article planteja perquè Putin va decidir envair Ucraïna fa un any i no abans, per exemple després de la revolució ucraïnesa de 2014, en lloc de limitar-se a annexionar Crimea i donar ajuda limitada i semi-encoberta als separatistes del Donbàs. De fet, els partidaris de línia dura van criticar durament Putin per no haver atacat quan l’exèrcit ucraïnès era molt feble, el president Víktor Ianukóvitx era pro-rus i incidents com l’assassinat de manifestants pro-russos a Odesa eren un bon pretext per passar a l’acció. Lieven afirma que la raó de la contenció de Putin rau en el que va ser una part fonamental de l’estratègia russa als anys 90: intentar incrementar les discrepàncies entre Europa i els Estats Units i, finalment, crear un nou ordre de seguretat a Europa amb Rússia com a soci de ple dret. Estava molt clar que una invasió a gran escala destruiria qualsevol esperança d’apropament de Rússia amb els europeus occidentals. Simultàniament, aquest moviment deixaria Rússia aïllada diplomàticament i perillosament dependent de la Xina. Ara, la visió de Mikhail Gorbatxov d’una “llar europea comuna” ha estat abandonada a favor del concepte de Rússia com una “civilització eurasiàtica” separada. Entre 1999, quan Putin va arribar al poder, i el 2020, quan Biden va ser elegit president dels EUA, aquesta estratègia russa va conèixer fracassos però també va rebre prou senyals encoratjadors des de París i Berlín per mantenir-la viva. L’intent rus més sistemàtic de negociar un nou tractat de seguretat europea va arribar amb la presidència interina de Dmitri Medvedev (2008-2012). Amb l’aprovació de Putin, va proposar un tractat de seguretat europeu que hauria congelat l’ampliació de l’OTAN, garantint efectivament la neutralitat d’Ucraïna i altres estats, i la consulta institucionalitzada en igualtat de condicions entre Rússia i els principals països occidentals. Però els estats occidentals no van prendre seriosament aquesta proposta. Ara Putin sembla estar totalment alineat amb els nacionalistes russos de línia dura i considerar que no es pot confiar en cap govern occidental i que Occident en el seu conjunt és irremeiablement hostil a Rússia. No obstant això, segueix sent vulnerable als atacs dels sectors més intransigents, tant per la incompetència amb què es va dur a terme la invasió, com per les acusacions d’haver estat massa ingenu respecte de les intencions d’Occident durant els seus primers anys de mandat. És des d’aquest bàndol, i no dels liberals russos, d’on ve la major amenaça per al seu govern, la qual cosa també dificulta buscar una pau que no pugui ser considerada com una victòria russa. Lieven conclou que tot i que Putin i la seva criminal invasió d’Ucraïna són els principals responsables del conflicte actual, també cal reconèixer que els dirigents d’Europa occidental i central van fer molt poc per intentar mantenir viu el somni de Gorbatxov d’una llar europea comuna.
The West Tried to Isolate Russia. It Didn’t Work
Un any després de l’inici del conflicte queda clar que si la coalició d’aliats occidentals segueix sent molt sòlida, no ha aconseguit convèncer la resta del món de la necessitat d’aïllar Rússia. Més encara, en lloc de dividir-se en dos, el món s’ha fragmentat. Un bloc central veu la invasió de Rússia com, principalment, un problema europeu i nord-americà. En lloc de veure-ho com una amenaça existencial, aquests països se centren en gran mesura a protegir els seus propis interessos enmig de la convulsió econòmica i geopolítica causada per la invasió. L’escenari recorda els estats neutrals durant la Guerra Freda. Però ara el món està encara més interconnectat. L’escala i la complexitat de les comunicacions globals, els llaços econòmics i els vincles de seguretat ofereixen moltes més oportunitats perquè els rivals d’Occident tinguin més força. En un context on la Xina, Sud-àfrica, l’Índia i molts països del sud global continuen abstenint-se a les votacions de les Nacions Unides, aquest article analitza amb gràfics interactius com Rússia aprofita aquesta fragmentació. En primer lloc, això li permet eludir les sancions, ja que un grapat de països –amb la Xina i Turquia al capdavant– han omplert el buit, augmentant les exportacions a Rússia a un nivell molt superior al d’abans de la guerra,. Així doncs, tot i que l’economia de Rússia ha estat malmesa, encara és prou forta per mantenir l’esforç de guerra. guerra. El Fons Monetari Internacional va preveure fa poques setmanes que l’economia russa creixeria un 0,3% aquest any, contràriament a una estimació anterior que preveia una contracció del 2,3%. En segon lloc, pel que fa a la compra d’armes i components, l’esforç per privar a Rússia d’equipament militar ha tingut menys èxit del que s’esperava, ja que tot indica que Corea del Nord li ha enviat un nombre significatiu d’obusos d’artilleria i que l’Iran li ha proporcionat drons “kamikaze” no tripulats que han permès colpejar les infraestructures civils d’Ucraïna. Paral·lelament, altres països, inclosa la Xina, han continuat subministrant a Rússia béns de doble ús com microxips que es poden utilitzar en equipament militar. Tercer, a Àfrica, Amèrica Llatina, Àsia i Orient Mitjà, molts governs amb forts vincles oficials amb els Estats Units i Europa no veuen la guerra com una amenaça global. En canvi, s’han posicionat com a espectadors o àrbitres neutrals, conservant la màxima flexibilitat possible en les seves relacions. La reacció a la invasió va ser mitigada a Àsia, on més d’un terç dels països es van negar a condemnar Rússia en la votació inicial de l’ONU. Pel que fa als països del Golf, Dubai, s’ha convertit en un refugi per als oligarques i les elits pro-Kremlin on les sancions occidentals no els poden afectar, mentre que Aràbia Saudita ha afirmat que ha de perseguir els seus propis interessos, encara que això provoqui friccions en la seva relació amb els Estats Units. D’altra banda, gairebé la meitat dels països africans es van abstenir o van estar absents de la votació per condemnar Rússia, la qual cosa suggereix una reticència creixent a acceptar el relat nord-americana sobre el bé i del mal. A Sud-àfrica, on els vincles amb Rússia es remunten al suport soviètic per acabar amb l’apartheid, els seus líders han vist la guerra com una oportunitat per omplir els buits comercials deixats per Europa i els Estats Units. A Amèrica Llatina, tot i que la majoria dels països ha votat la condemna a Rússia, s’han començat a veure les primeres esquerdes. Colòmbia va rebutjar fa poc subministrar armes a Ucraïna i el president brasiler Luis Ignacio Lula da Silva s’ha negat a donar suport explícit a Ucraïna. Fins i tot entre els països occidentals, la unitat no ha estat perfecta. Hongria ha sancionat tècnicament Rússia com a membre de la Unió Europea, però Viktor Orbán ha endarrerit diverses decisions que la UE que requereixen unanimitat. L’article conclou que ara que s’entra en el segon any de guerra, l’estratègia de Rússia és clara: allargar el conflicte fins que es trenqui la unitat d’Occident. Putin aposta a que els països europeus preocupats per l’impacte de la guerra sobre les seves economies i la seva política, deixaran de donar suport a les sancions i als lliuraments d’armes. I potser fins i tot els Estats Units, amb unes eleccions presidencials l’any vinent, es cansin de la guerra i pressionin Ucraïna per arribar a algun tipus d’acord negociat. En definitiva, de la capacitat d’unió d’Occident depèn el resultat del conflicte en un o altre sentit.
How the Ukraine War Is Likely to End
Des de la revista Slate Fred Kaplan argumenta que tot i que es parla d’una inevitable victòria d’Ucraïna i de la derrota russa, ambdós bàndols es troben en un situació d’estancament, i és probable que la guerra duri encara molt de temps. Cada bàndol té motius per creure que pot guanyar, o almenys que l’altre pot perdre. Putin espera poder esgotar Ucraïna llançant prou carn de canó humana a la seva primera línia i llançant prou míssils contra les seves ciutats. El president ucraïnès, Volodymyr Zelensky, espera que les seves tropes i la seva gent puguin resistir el temps suficient perquè arribi la propera ronda d’armes dels Estats Units i de l’OTAN: els tancs més potents, els vehicles de combat, els míssils, els drons i els sistemes de defensa aèria que podrien ajudar Ucraïna no només a disposar d’una defensa més sòlida, sinó també de llançar una contraofensiva que canviï el rumb de la guerra. Alguns han instat a Biden a enviar més armes de llarg abast, o fins i tot perquè les tropes o els pilots dels Estats Units i de l’OTAN intervinguin directament en la guerra. Biden i altres líders occidentals no ho fan per una raó: Rússia té armes nuclears, i Putin pot utilitzar-les si Occident creua aquesta línia vermella tan clara. Aquesta és la realitat de la dissuasió nuclear: dissuadeix no només els atacs nuclears, sinó també certs tipus d’atacs convencionals. La dissuasió funciona en els dos sentits. Putin, per exemple, s’ha abstingut d’atacar les línies de subministrament que portaven armes de l’OTAN des de Polònia. Kaplan es planteja doncs com pot acabar la guerra i considera que el més probable és que ho faci com han acabat la majoria de guerres de la història: mitjançant un acord diplomàtic. Això probablement implicarà d’alguna manera el destí de Crimea i la regió de Donbàs, els territoris en disputa i annexats a Rússia on aquesta guerra va començar el 2014. Es poden imaginar diversos escenaris possibles: referèndums supervisats internacionalment a les regions afectades; un gran acord on Rússia manté Crimea i Donbàs però Ucraïna s’uneix a l’OTAN i a la Unió Europea; alguna barreja de l’anterior, amb Crimea i Donbàs considerats com a zones desmilitaritzades patrullades per forces de pau internacionals. Però totes aquestes nocions semblen ara mateix simple especulació. No hi pot haver cap solució diplomàtica sempre que ambdós bàndols considerin que poden guanyar més continuant lluitant que no pas negociant. Kaplan conclou que encara que en les properes setmanes o mesos es pugui produir un esdeveniment inesperat com la mort o l’enderrocament de Putin i l’ascens d’un successor més conciliador, la mort de Zelensky i el posterior desànim del poble ucraïnès, o l’aparició de la Xina com a país mediador, el més probable és que, al febrer de 2024, es commemori el segon aniversari d’aquesta guerra.
América Latina ante la guerra de Ucrania, un año después
Francesc Badia argumenta que ateses les devastadores conseqüències del conflicte a Ucraïna, el primer aniversari exigeix repensar l’equidistància que manté Llatinoamèrica. En efecte, les posicions més o menys equidistants o contemporitzadores que han pres grans potències regionals com la Xina o l’Índia, o espais geopolítics com l’Àfrica o l’Amèrica Llatina davant la guerra d’agressió de Rússia, de vegades sorprenen a Europa i als Estats Units. I sorprenen sobretot en el cas llatinoamericà, que per la seva arrel llatina sempre s’ha considerat a si mateixa part d’Occident, encara que sigui al Sud Global. Els motius són múltiples, des de la distància geogràfica o els forts interessos econòmics, fins a un comprensible ressentiment antiimperialista i anticolonial, les crítiques a l’arrogància i al cinisme d’occident i, potser, el convenciment que la seva decadència és evident i inevitable. També pot resultar més rendible estar del costat dels emergents, encara que siguin règims autoritaris, fins i tot agressius, com és el cas de la Federació Russa. Així, la geopolítica té el seu pes, la forta penetració de la Xina de l’economia llatinoamericana, la propaganda de Russia Today i Sputnik, i la decadència relativa d’Occident i les seves múltiples contradiccions, obren l’espai per reubicar-se a l’escenari mundial i buscar un lloc en el nou món multipolar de la manera més avantatjosa possible per als interessos nacionals de cadascú. Però Badia adverteix que comprar el relat del Kremlin que l’agressió prové de l’OTAN i dels EUA i que Rússia només es defensa (la qual cosa s’escolta sovint a les capitals llatinoamericanes), és no voler veure la continuïtat històrica del que està passant a Ucraïna. Les conseqüències negatives potencials que un canvi de l’ordre internacional cap a l’hegemonia de les grans autocràcies xinesa i russa pot tenir per a l’estabilitat global, inclosa la llatinoamericana, obliguen a posicionar-se doncs amb claredat. Per consegüent, l’autor considera que el fet que la majoria de les societats llatinoamericanes, que es volen democràtiques i raonablement ben informades, comprin aquest relat i no facin l’esforç de comprendre és el que realment s’està jugant en aquesta guerra, és descoratjador. Que als seus principals líders, majoritàriament integrants d’una nova “marea rosa”, sovint els costi condemnar les dictadures de Cuba, Veneçuela i Nicaragua per ser, pretesament, antiimperialistes com ells, té raons històriques que enfonsen les arrels en els anys 60 del segle passat. Es fa necessari per tant un “reset” que els situï a la tercera dècada del segle XXI, on la defensa de la llibertat i de la democràcia, els enemics de la qual proliferen no són només entre les potències estrangeres sinó entre les mateixes elits criolles. En darrer terme, ara que comença el segon any de la guerra, cal treballar per una pau justa però sabent de quina banda de la història ens situem.
How the Ukraine war is resetting the EU’s institutional balance
Des que Rússia iniciar la invasió a gran escala d’Ucraïna, la Comissió Europea ha començat lentament a omplir el buit de lideratge polític que deixaven cada cop més els seus estats membres. Setmanes abans que el president rus, Vladimir Putin, donés l’ordre d’envair Ucraïna, els funcionaris de la Comissió Europea, en coordinació amb els EUA, el Regne Unit i el Canadà, van començar a treballar per elaborar sancions contra Moscou. L’executiu de la UE, prèvia consulta amb els estats membres, va elaborar posteriorment propostes ambicioses per als deu paquets de sancions imposades fins ara. A més, poc després que la UE decidís trencar el tabú sobre el finançament de la compra i el lliurament d’armes a Ucraïna, la Comissió va fer el pas sense precedents d’ajudar a coordinar i finançar els lliuraments d’armes dels estats membres. El més sorprenent, però, és que l’executiu va començar a jugar un paper central a l’hora d’impulsar la candidatura d’Ucraïna a l’adhesió a la UE en el benentès que Kíiv duria a terme una sèrie de mesures legislatives i polítiques, anomenades les set recomanacions. S’espera ara que l’executiu de la UE publiqui la seva avaluació dels progressos d’Ucraïna a finals d’any, amb una presentació oral de les set recomanacions de reforma de l’executiu de la UE prevista a la primavera i el paquet formal d’ampliació a la tardor. Més recentment, l’anomenat Grup de Suport a Ucraïna de la Comissió Europea s’ha convertit en una direcció general nova dedicada al país, centrada en la reconstrucció i el procés d’adhesió. La nova direcció se situaria al si de la DG NEAR (European Neighbourhood Policy and Enlargement Negotiations) que supervisa l’ampliació de la UE i les relacions amb el seu veïnat proper. Organitzada en tres àrees de responsabilitat, la direcció té l’encàrrec de coordinar la resposta de la UE a la futura reconstrucció d’Ucraïna, tenir cura de les polítiques econòmiques i sectorials i supervisar les reformes, el respecte de l’estat de dret i la lluita contra la corrupció. Amb tot, alguns a Brussel·les, creuen que la implicació de l’executiu de la UE no està exempt de riscos, ja que els màxims dirigents de la UE, i especialment von der Leyen, semblen haver lligat el seu llegat al procés d’adhesió d’Ucraïna, i que no queda clar que els estats membres estiguin disposats a ser liderats per una institució sense mandat democràtic com ho és la Comissió.
Catalunya, España, Europa
Un concept géo-régional pour l’Union : l’Europe vers le Sud
Durant quatre dècades, Europa ha apostat per l’estabilitat i la predictibilitat. Aquest marc ja s’ha trencat. Com dotar-se d’una matriu política davant la guerra híbrida de Rússia? La clau d’aquesta crisi està a la Mediterrània i això Putin ho sap. Amb aquestes premisses, els autors consideren urgent dissenyar una nova estratègia en l’eix Nord-Sud europeu, pensant en un conjunt regional més que de veïnatge. Al·legar l’anomenada impredictibilitat i irracionalitat de Vladimir Putin, com encara fem massa sovint avui dia per justificar els nostres reiterats errors d’apreciació passats, és més una escapatòria que no pas un argument. Un dels majors defectes d’aquesta brúixola estratègica és que en cap moment no qüestiona les implicacions geoestratègiques de la política comercial, principal palanca de poder de la Unió, respecte a tercers països. El mite d’un conflicte localitzat no explica la creixent implicació de Moscou a l’Orient Mitjà i Àfrica. Altrament, com explicar tots els peons que ha anat situant Rússia a la Mediterrània oriental, des de Síria fins a Líbia passant per Xipre? Perquè el que és habitual en la diversitat de relats desenvolupats per Rússia a Ucraïna, Europa, Orient Mitjà i Àfrica és l’enunciació d’una guerra contra Occident, suposadament la font de tots els mals en aquestes parts del món i més enllà. Aquest conflicte amb l’Occident col·lectiu també permet rehabilitar l’islam (inclòs l’islam polític) entre els líders russos, fins al punt d’esdevenir avui un pilar de la seva croada contra Occident. El recent apropament a l’Iran per al lliurament d’armes és una bona il·lustració d’aquesta inversió. Per dur a terme la seva estratègia d’ofec a Europa, Rússia pretén ara reforçar la seva presència militar i política arreu de la Mediterrània oriental, a l’Àfrica i a l’Orient Mitjà, perquè és el nus gordià dels fluxos estratègics, ja siguin alimentaris, migratoris o energètics, que afecten Europa. Per què doncs tanta debilitat, en particular d’Europa, veïna de la Mediterrània i geogràficament propera tant a l’Orient Mitjà com a Àfrica? Els autors argumentem que el problema es deu principalment al fet que la política de veïnatge de la Unió Europea s’ha articulat essencialment al voltant d’un eix Oest-Est, sense preocupar-se per la profunditat estratègica de l’interior. Tanmateix, si és cert que la Unió Europea s’ha d’enfrontar a una amenaça directa vinguda de l’Est, també ho és que flanquejada per una zona sud especialment inestable de la qual procedirà la majoria de les seves matèries primeres en el futur i on els possibles excedents agrícoles podrien trobar sortida. I si els extensos espais russos poden enfosquir (erròniament) la qüestió de la profunditat estratègica a l’Est, no és així al Sud, on la multiplicitat d’actors i la impossibilitat actual de controlar espais molt grans no permet una acció a gran escala. En definitiva, la guerra d’Ucraïna mostra fins a quin punt Europa necessita una nova política exterior: primer en direcció Oest-Est deixant de reduir-la al seu veïnat immediat oriental però aglutinant el conjunt eurasiàtic, Turquia, part de l’Orient Mitjà. i fins a cert punt l’Iran. Paral·lelament, també ha de desenvolupar una nova estratègia en el seu eix nord-sud, pensant en la regió Europa/Orient Mitjà/Àfrica com un conjunt i no només com a regions separades.
¿Puede Europa sobrevivir a este momento?
L’autor alerta de que s’estan acumulant senyals que un perill més gran que l’actual guerra a Ucraïna pot entreveure’s a l’horitzó. Al seu entendre, pel que fa a l’opinió pública i el discurs polític dominant, la presència d’aquest perill es manifesta en dos símptomes contraposats. D’una banda, les forces polítiques conservadores no només controlen les iniciatives ideològiques, sinó que també tenen una acollida privilegiada als mitjans de comunicació. En aquest corrent d’opinió conservadora es barregen cada cop més posicions de dreta i extrema dreta, i vol inculcar la idea de la necessitat d’eliminar l’enemic. L’eliminació per paraules condueix a una predisposició de l’opinió pública cap a l’eliminació pels fets. Si bé en una democràcia no hi ha enemics interns, només adversaris, la lògica de la guerra es transposa insidiosament per assumir la presència d’enemics interns, les veus dels quals han de ser silenciades. De Sousa però argumenta que aquest clima polític i ideològic es contraposa a un símptoma oposat. Els observadors o comentaristes més atents són conscients del fantasma que recorre Europa i sorprenentment han confluït expressant les seves preocupacions sobre el tema. El que tenen en comú és la distinció entre els temes de la guerra i la pau i els temes de la democràcia. Poden divergir en la primera cosa i convergir en la segona. Tots estem d’acord que només l’enfortiment de la democràcia a Europa pot conduir a la contenció del conflicte entre Rússia i Ucraïna i, idealment, conduir a la solució pacífica. Sense una democràcia vigorosa, Europa seguirà caminant somnàmbula cap a una nova guerra i cap a la seva pròpia destrucció. Europa és molt més gran del que es considera des de Brussel·les. A la seu de la Comissió Europea domina la lògica de la pau segons el Tractat de Versalles de 1919, i no l’establerta al Congrés de Viena de 1815. El primer va humiliar la potència vençuda (Alemanya) després de la Primera Guerra Mundial i la humiliació va conduir a una nova guerra 20 anys després; el segon va honrar la potència vençuda (la França napoleònica) i va garantir un segle de pau a Europa. La pau que es proposa avui és la del Tractat de Versalles i pressuposa la derrota total de Rússia. Fins i tot suposant que això passi al nivell d’una guerra convencional, és fàcil predir que si la potència perdedora té armes nuclears, no dubtarà a fer-les servir. L’autor conclou afirmant que sense Rússia, Europa és la meitat de si mateixa, econòmicament i culturalment. La il·lusió més gran inculcada en els europeus per la guerra de la informació durant l’últim any és que Europa, una vegada amputada de Rússia, podrà recuperar la seva integritat amb l’ajuda dels Estats Units, que cuiden molt bé els seus interessos. La història mostra que un imperi decadent sempre intenta arrossegar les zones d’influència per frenar el declivi. Tant de bo Europa sàpiga cuidar els seus propis interessos.
Can Britain ever rejoin the EU?
Després de gairebé tres anys d’ençà que el Regne Unit va abandonar la Unió Europea, creixen les opinions que defensen que el Brexit va ser un error tot i que això no implica que hi hagi cap intenció per retornar a la UE. El sorgiment d’aquestes veus té a veure amb la manca d’un model econòmic post-Brexit i Münchau reflexiona sobre la possibilitat que Londres faci un pas enrere i les implicacions que aquest canvi de direcció podria tenir en la seva relació amb Brussel·les. En primer lloc, l’autor adverteix als sectors que estan treballant en una campanya de retorn a la UE que tinguin en compte el que esperen de la UE, però també que tinguin en consideració com el Regne Unit pot contribuir al conjunt europeu. En aquest sentit, cal tenir en compte la possibilitat que Londres ja no sigui el centre financer d’Europa davant del ràpid desenvolupament econòmic d’altres regions, com seria el cas de Milà. En segon lloc, lrecorda que el Regne Unit mai no ha estat un membre com els altres ja que gaudia d’una mena d’exclusió voluntària pel que fa a la moneda i fins i tot a la Carta dels Drets Fonamentals, juntament amb l’àmbit de seguretat internacional i justícia. Aquesta particularitat va ser obtinguda a través de l’amenaça britànica de vetar les revisions dels tractats europeus. El que està clar és que, si el Regne Unit retornés com a membre, no gaudiria de les concessions anteriors i se li demanaria que s’adeqüés a les polítiques europees d’immigració i assumptes interiors. A més, no hi ha cap garantia que el conjunt d’estats membres acceptessin la seva reincorporació. En tercer lloc, l’actual debat polític està centrat en la regulació i en la proposta de la suspensió de l’ajuda estatal en resposta a les polítiques americanes de reducció de la inflació. Münchau explica que aquest fet podria afavorir el poder i les polítiques d’una Alemanya que, en certa manera, sembla donar veu a les nacions europees més petites i que formen part de la zona econòmica alemanya. Tenint en compte els canvis que s’estan produint en l’àmbit europeu, Münchau destaca un parell d’alternatives que podrien donar de nou cabuda al Regne Unit. La primera fa referència al suggeriment de l’antic membre del Parlament Europeu, Andrew Duff, que demana la reforma dels tractats europeus per aconseguir una pertinença associada única de tercers països amb els quals la UE té relació. Tot i que acceptar aquesta idea permetria una adhesió limitada i una reactivació de les relacions més realista amb el Regne Unit, no sembla haver-hi indicis d’un possible moviment en aquesta direcció. L’altra alternativa seria que Londres fos membre només del mercat únic, però això la tornaria a fer subjecte de la legislació europea i impossibilitaria la presa de decisions unilaterals pel govern britànic.
Nicola Sturgeon resignation: the unanswered questions for Scotland she leaves behind
La dimissió de la primera ministra escocesa Nicola Sturgeon ha estat una sorpresa per tota Escòcia i ha tingut un gran ressò internacional. Tot i la recent onada de controvèrsies i dificultats que afectaven el Scotland National Party (SNP) com per exemple el projecte de llei de reforma del reconeixement de sexe, la possibilitat d’un nou referèndum per la independència, la investigació financera en relació amb l’anomenat “ferry fiasco“, no hi havia indicis que Nicola Sturgeon anés a dimitir. En aquest context, la qüestió d’un segon referèndum sobre la Independència d’Escòcia s’ha convertit en un autèntic trencaclosques després que el Tribunal Suprem dictaminés que el govern escocès no té la competència de convocar-lo sense l’acord de Westminster. Aquesta negativa ha portat a la divisió del SNP sobre com assolir la independència. Nicola Sturgeon ha emfatitzat que no marxa per les pressions polítiques recents sinó que hi ha hagut diversos temes que han sacsejat les darreres setmanes del seu mandat, principalment el projecte de llei de reforma del reconeixement de gènere, l’aprovació del qual ha estat bloquejada pel govern de Londres. Cal destacar que és la primera vegada que el govern britànic intervé per impedir que una proposta aprovada per un òrgan descentralitzat es converteixi en llei. Després de vuit anys al poder, i amb un suport que transcendia a les divisions partidistes Nicola Sturgeon ha dimitit i l’escenari polític escocès i britànic s’ha complicat de forma sobtada.
Why the battle for the Union is far from over
Amb la recent renúncia de Nicola Sturgeon com a primera ministra d’Escòcia, el tema de la independència escocesa ha tornat a guanyar rellevància en el debat polític. Andrew Marr reflexiona sobre els èxits i els fracassos del govern de Sturgeon i la direcció que el futur del país pot prendre en funció de qui la substitueixi. L’autor defensa que durant els anys que Sturgeon va dirigir el país, es van donar oportunitats per aconseguir la desitjada independència. No obstant això, la seva obstinació per mantenir una inclinació liberal va fer que es perdés en el procés i s’oblidés de la tasca política que la podria haver ajudat a assolir una majoria independentista. En aquest sentit, Marr considera inviable la possibilitat d’una Escòcia a curt termini. Sturgeon no ha aconseguit convocar un altre referèndum com a resultat de la sentència del Tribunal Suprem que ha dictaminat que qualsevol convocatòria d’aquest tipus s’ha de fer amb l’acord del Parlament britànic. D’altra banda, Marr afirma que el problema principal ha estat no tenir una estratègia econòmica clara que pogués comportar una millora del benestar de la població escocesa. Amb la dimissió de Sturgeon, la qüestió de la unió torna a estar sobre la taula. Des de diversos àmbits es demana el trasllat dels principals departaments de l’Estat a Glasgow o Edimburg, la reconstrucció de l’exèrcit escocès per la seva posició geogràfica i estratègica i també la transformació del país en un centre de revolució de l’energia verda. El camí que Escòcia segueixi en els pròxims mesos dependrà de qui sigui escollit per liderar el país. Les diferents alternatives deixen entreveure una certa controvèrsia emmarcada en els drets de les persones. Així, mentre que els candidats Ash Rean i Kate Forbes es mostren contraris al matrimoni gai, l’avortament o la legislació trans, el ministre escocès de la salut Humza Yousaf és un clar defensor de la introducció de reformes per al reconeixement de gènere.
Sortir de l’aigreur du Brexit
Amb l’acord del 27 de febrer, Rishi Sunak passa pàgina en la caòtica història del Brexit i sembla trencar amb l’estratègia de Boris Johnson, el projecte polític del qual semblava reduir-se a un enfrontament interminable amb el vint-i-set veïns del Regne Unit. El contingut de l’acord se centra a Irlanda del Nord i pretén resoldre la disputa entre Londres i Brussel·les derivada de l’aplicació, en aquesta província del Regne Unit, del tractat del Brexit signat a finals de 2019. Per tal d’evitar el retorn d’una frontera entre les dues parts d’Irlanda, el tractat va mantenir Irlanda del Nord al mercat únic europeu de mercaderies. Com a resultat, les mercaderies que transiten pel mar d’Irlanda estan subjectes a controls duaners que obstaculitzen el comerç i indignen els unionistes d’Irlanda del Nord que consideren qualsevol interferència de la UE com una amenaça per a la seva pertinença al Regne Unit. L’editorial de Le Monde afirma que el nou acord ha de permetre facilitar la circulació de mercaderies eximint del control les que tenen com a destinació final Irlanda del Nord, i no la República d’Irlanda, membre de la UE. El text també preveu que l’Assemblea Parlamentària d’Irlanda del Nord pugui oposar-se als canvis de les normes europees que afectin la província. Però la qüestió l’acord va molt més enllà del marc irlandès. Representa per a Rishi Sunak una aposta agosarada: sortir de la baralla amb la UE en un moment en què la majoria dels britànics han pres consciència de les conseqüències perjudicials del Brexit i diuen lamentar el resultat del referèndum de 2016. A més de tractar de mitigar els danys econòmics, el primer ministre britànic també busca treure el seu país d’un cert aïllament. Aquest desig recíproc de Londres i els Vint-i-Set de normalitzar les seves relacions, després d’un divorci tempestuós, és un fet positiu. Finalment, Le Monde considera que el retorn de la guerra a Europa i les amenaces geopolítiques i climàtiques exigeixen que els britànics i la UE parlin i actuïn amb una sola veu, diplomàticament, energèticament i militarment.
Northern Ireland protocol: what are the issues and what could change?
Arran del nou acord signat entre el Regne Unit i la UE respecte del Protocol d’Irlanda del Nord, Rajeev Syal planteja una sèrie de punts claus per entendre el problema. Abans del Brexit, tant la República d’Irlanda com Irlanda del Nord eren membres de la Unió Europea i, per tant, estaven sotmeses a les normes comunes als 27. Arran del Brexit, Irlanda del Nord va deixar de formar part de la Unió Europea, però no del seu mercat únic, amb la qual cosa les seves activitats comercials amb els països de la UE travessàvem la frontera terrestre i marítima de la República d’Irlanda que continua formant par de la Unió. En la mateixa línia, l’arribada de productes del Regne Unit està subjecta als controls alimentaris que la Unió imposa a aquells béns i serveis procedents d’estats no membres. Aquest fet ha generat una gran inestabilitat política a Irlanda del Nord, ja que actors polítics com els unionistes han mostrat la seva insatisfacció amb aquestes mesures duaneres i han avisat de les conseqüències futures per la pau de la regió. Syal exposa els diferents aspectes de la reforma de l’acord inicial. El Protocol actual estableix que el control es faci quan els productes arribin a Irlanda del Nord i d’allà siguin transportats a la República d’Irlanda. La proposta del Regne Unit inclou la creació de dues línies: una verda només per aquells béns que tenen com a destí Irlanda del Nord i una vermella per aquells productes pels quals el destí final és la República d’Irlanda. Durant les negociacions han sorgit diferents punts de fricció, entre els quals destaquen la identificació d’empreses amb un estatus de confiança i com obtenir-lo, conjuntament amb les problemàtiques que això comporta pel comerç digital.
Italy’s Opposition Wonders if It’s Time to Get Radical Again
Les primàries del Partit Democràtic d’Itàlia s’han convertit en una dura disputa per dirimir el lideratge de l’oposició italiana i que podria servir de model als moviments post populistes a Itàlia i altres països. El Partit Democràti, juntament amb les altres formacions polítiques d’esquerra, va obtenir uns resultats desastrosos a les darreres eleccions on la coalició d’extrema dreta liderada per Giorgia Meloni va aconseguir fer-se amb el poder. Els dos canidats al lideratge del PD, Elly Schlein i Stefano Bonaccini, es presenten com a hereus de la tradició política de la Bolonya roja, tot i presentar algunes diferències. Elly Schlein és una progressista liberal a l’estil nord-americà amb preocupacions pel canvi climàtic, la justícia social i la desigualtat, i defensa la redistribució de la riquesa. Stefano Bonaccini, antic comunista d’herència obrera planteja polítiques concretes, fent èmfasi en la unitat i en la seva experiència. Sembla que la balança s’ha decantat en favor de Schlein i per a alguns analistes el resultat és descoratjador en el sentit que la seva victòria podria enviar una senyal que el PD ha triat un “ersatz d’esquerres” per intentar reconquerir el poder.
The truth about Germany’s Zeitenwende
Pocs dies després de la invasió d’Ucraïna, el canceller Olaf Scholz va afirmar davant del Parlament que s’estava vivint un autèntic Zeitenwende, un punt d’inflexió de la Història, que el món ja no seria el mateix i es va comprometre a destinar 100.000 milions d’euros en la modernització de l’exèrcit alemany per bé que fins ara, només hi ha una previsió de despesa de 30.000 milions per avions de caça amb capacitat nuclear, helicòpters de transport i altres equipaments. La resiliència d’Ucraïna a donat a Scholz més marge de temps per enfrontar el Zeitenwende i resoldre el debat sobre el subministrament de vehicles i tancs de combat, que en principi s’havia negat a enviar per por a una escalada. L’autor assenyala que la força principal que frena Scholz es el seu propi Partit Socialdemòcrata, que va guanyar les eleccions més per la debilitat dels oponents que no pas pel propi atractiu, i on té un pes rellevant el sector més anti-americà del líder del grup parlamentari al Bundestag, Rolf Mützenich. Això en un context on un estudi revela que només el 46% dels alemanys considera que els Estats Units es un aliat de confiança. Això també va quedar clar a l’últim cap de setmana de febrer a Berlín, quan van sortir als carrers del centre de Berlín milers de manifestants per protestar contra una guerra de la qual molts culpaven els Estats Units. L’autor afirma que Scholz, com l’excancellera Angela Merkel, és un polític que actua molt en funció de les enquestes d’opinió i quan van mostrar que els alemanys eren escèptics a l’hora d’enviar armes pesades a Ucraïna, es va retenir i només va cedir quan la pressió externa, especialment dels Estats Units, es va fer massa forta.
Ukraine war won’t give Poland a free pass on democracy
Durant la seva recent visita a Polònia, Joe Biden va tornar a qualificar la guerra a Ucraïna com una lluita entre democràcia i autocràcia. Per a molts observadors això no deixa de ser irònic, ja que Polònia fa temps que està sent acusada de retrocés democràtic, i el Partit de la Llei i la Justícia (PiS) al poder d’erosionar la independència judicial, d’atacar la comunitat LGBTQ+ i de violar els drets humans a la frontera amb Bielorússia quan es va produir una onada de migrants a finals de 2021. Tot i que la resposta de Polònia a la guerra ha estat contundent i que el viatge de Biden subratlla l’estreta alineació estratègica entre ambdós països, com a garant de la seguretat de Polònia, Washington està en molt bona posició per exigir una millora en la qualitat de la seva democràcia. la llibertat dels mitjans, la independència judicial i els drets de les minories. Paral·lelament, a finals de l’any passat, l’Agència dels Estats Units per al Desenvolupament Internacional (USAID) va presentar un nou programa d’iniciatives locals a Europa Central, inclosa Polònia, amb l’objectiu d’enfortir les institucions democràtiques, la societat civil i mitjans independents. A més, fa pocs mesos la Comissió Europea va portar Polònia davant del Tribunal de justícia de la Unió Europea per impugnar la primícia del dret de la Unió Europea sobre el dret nacional. I malgrat els elogis generalitzats pel suport de Polònia a Ucraïna, la Comissió no alliberarà l’aportació del fons de cohesió i recuperació fins el restabliment de la independència judicial al país. En aquest sentit, doncs, és important saber que ni els Estats Units ni la UE no donaran a Polònia un xec en blanc, independentment de la seva importància estratègica en la guerra a Ucraïna.
NATO Needs to Welcome Bosnia Before It’s Too Late
L’article adverteix que diversos actors prorussos amenacen de fer descarrilar el futur de Bòsnia impedint-ne l’adhesió a l’OTAN. A principis de febrer, l’ambaixador de Rússia a Bòsnia va fer una amenaça velada al país en cas que decidís continuar amb el seu procés l’adhesió a l’Aliança Atlàntica. Des del final de la guerra, unir-se a la UE i l’OTAN han estat els principals objectius estratègics de Bòsnia, tot i que vista la situació geogràfica i política l’OTAN és d’especial rellevància. La història recent del país, marcada per la secessió interna i la interferència externa de les veïnes Sèrbia i Croàcia als anys noranta, és un recordatori constant de la necessitat d’adquirir un paraigua de seguretat. L’autor assenyala que en soscavar el funcionament de Bòsnia, les forces anti-OTAN estan treballant perquè el país segueixi sent fràgil i no compleixi els requisits per ser membre de ple dret a l’Aliança. En aquesta missió de sabotatge afirma que els ajuda el sistema polític del país, un dels més complexos del món, per a una població de menys de 3 milions d’habitants. En efecte, Bòsnia té múltiples nivells de govern: l’estatal, les institucions regionals, els cantons i els municipis. Com a resultat del complex acord de repartiment del poder, hi ha una sèrie de vetos institucionals integrats que dificulten la presa de decisions eficient. Per a un país amb una població que disminueix ràpidament, Bòsnia té un nombre extraordinàriament alt de polítics: tres copresidents, 14 parlaments, més de 130 ministres i almenys 70 partits polítics. Aquest sistema fa que es triguin mesos a formar governs a diferents nivells arreu del país. Al voltant de 10 grans partits polítics del país estan al poder i a l’oposició simultàniament en diferents nivells de govern. Això, juntament amb la política i els vetos de base ètnica, impedeix realitzar canvis efectius. Així doncs, des de la independència Bòsnia s’ha enfrontat al bloqueig institucional, el secessionisme, la corrupció desenfrenada i la intromissió externa en el que ha resultat ser una dècada i mitja d’inestabilitat prolongada. Ara, amb dos partits polítics influents a la nova coalició de govern a nivell estatal que defensen posicions prorusses, les alarmes s’han encès per als musulmans bosnians. Segons l’últim cens realitzat el 2013, els bosnians musulmans eren el 50,1% de la població. Si bé els serbis i els croats d’ètnia sèrbia tenen els seus estats afins a les veïnes Sèrbia i Croàcia, aquest no és el cas dels bosnians. No tenen una pàtria alternativa. Per als bosnians musulmans, la construcció de les institucions del país i l’adhesió a l’OTAN són crucials per garantir la seva seguretat. D’altra banda, la inestabilitat fomentada pels actors prorussos també té un abast fora de les fronteres del país, ja que una desestabilització de Bòsnia podria estendre’s fàcilment a Croàcia i Montenegro, estats membres de l’OTAN. Això no obstant, l’autor destaca que la bona notícia és que, malgrat la política electoral canviant de Bòsnia, les enquestes mostren que el suport a l’entrada a l’OTAN encara és molt popular. Una enquesta realitzada per l’International Republican Institute l’any passat revela que el 69% dels bosnians i el 77% dels croats donen suport a l’adhesió a l’OTAN.
Democracia, diversidad y cultura
When radical zealotry meets the polarising populists
En aquests darrers anys les anomenades guerres culturals han adquirit molt protagonisme a Europa Occidental i als Estats Units, i han estat utilitzades per la dreta radical per legitimar mesures antidemocràtiques. Mitjançant referències i anàlisis reduccionistes, la dreta radical construeix reivindicacions atractives on presenten un Occident decadent, que ha perdut les referències del que anomenen valors tradicionals. La llibertat d’expressió en l’àmbit universitari ha estat sovint al centre d’aquestes controvèrsies, principalment per mitjà del que es coneix com a “cultura de la cancel·lació”. Es pot estar d’acord que, en una societat democràtica, a la universitat no hauria de tolerar-se cap discurs sexista, racista, homòfob o transfob. No obstant això, el significat d’aquests termes avui en dia és objecte de debat. Les reflexions que fa l’autora al text obren el debat de l’abast del pluralisme. Alhora estableix que certs punts de vista sobre la justícia social en determinats contextos s’han convertit per alguns acadèmics activistes en conviccions tan fermes que són comparables als dogmes religiosos. Algunes reivindicacions poden comparar-se amb el fanatisme com la creació de rituals i actes de fe; la legitimació de la violència contra els oponents; la sacralització de conceptes com la noció d’identitat de gènere, etc. Aquest enfocament religiós pot ser perjudicial per a la investigació acadèmica i el debat polític obert.
How Democracy Can Win
L’article assenyala que la democràcia americana és ara més fràgil que quan Joe Biden va deixar la vicepresidència el 2016. Com va afirmar Ronald Reagan al 1982, encara que la democràcia no és una flor fràgil, també necessita que se la cultivi mitjançant el suport a mitjans independents, l’estat del dret, els drets humans, la bona governança, la societat civil, els partits polítics i les eleccions lliures i justes. Un estudi encarregat per USAID revela que cada 10 milions de dòlars d’ajuda a la democràcia invertits entre 1992 i 2000 va contribuir a un salt de set punts en l’índex de democràcia global de 100 punts. Per descomptat, és necessària una adaptació del conjunt d’eines per fer front a nous reptes com la propagació de l’autoritarisme digital i insatisfacció econòmica generalitzada que les forces antidemocràtiques aprofiten per estendre la seva influència. A més de les desigualtats, l’augment de la desinformació o el bloqueig polític constitueixen una sèrie de factors interrelacionats que contribueixen a debilitar la democràcia. L’autora considera que moltes democràcies han privilegiat massa la llibertat individual política sense estar prou atents a la corrupció, la desigualtat i la manca d’oportunitats, la qual cosa ha generat la pèrdua de fe en la democràcia i l’ascens de líders populistes i governs autocràtics. Amb tot, l’enfortiment de la democràcia no pot ser només la tasca del govern, sinó que també necessita el compromís i el suport de les altres institucions, de les empreses i dels ciutadans. També cal tenir en compte el perill de les tecnologies digitals, que en mans de règims autoritaris, són utilitzades per controlar i reprimir els ciutadans. Part del problema rau en la manca de normes globals i legals que regulin aquest marc tecnològic, i això representa tot un repte per incorporar valors democràtics en el disseny i desenvolupament de les noves tecnologies.
Why statelessness is bad for countries and people
A mitjans de febrer, Nicaragua va revocar la ciutadania a més de 300 polítics i activistes de l’oposició. Uns dies més tard, els legisladors israelians van facultar el govern per desposseir de la ciutadania els àrabs israelians que han estat condemnats per terrorisme, han estat a la presó o han rebut diners de l’Autoritat Palestina. Fa pocs dies una ciutadana anglesa que l’any 2015 es va unir a l’Estat Islàmic quan tenia 15 anys, va perdre la seva apel·lació davant un tribunal britànic contra la retirada de la seva ciutadania. S’estima que el nombre d’apàtrides al món se situa al voltant dels 15 milions de persones i The Economist es pregunta perquè és tan perjudicial ser apàtrida. El dret internacional reconeix a tothom l’accés als drets bàsics, com ara la llibertat de religió i de moviment. Els estats són responsables de garantir que les persones puguin exercir aquests drets, dels quals normalment la ciutadania o la residència permanent són un requisit previ. En canvi, la condició d’apàtrida pot col·locar les persones en una situació precària, dificultant l’obtenció de coses bàsiques com l’assistència sanitària o el permís de conduir. És per això que el dret internacional garanteix a tothom el dret a la nacionalitat. I, tanmateix, això és una regla universal. La condició d’apàtrida es va convertir en un fenomen de masses als anys vint, quan els bolxevics van retirar la ciutadania a centenars de milers d’emigrants que havien fugit de la revolució russa. Els nazis van utilitzar la despossessió de la ciutadania com una forma de persecució dels jueus a partir de 1935. Al llarg del segle XX, la ruptura d’imperis ètnicament diversos va portar a la formació d’estats-nació que restringien qui podia obtenir la ciutadania, provocant un augment de la ciutadania apàtrida. La discriminació ètnica o religiosa en va ser el principal motor, ja que es calcula que tres quartes parts dels apàtrides són minories al seu país d’origen. El tractament dels apàtrides varia d’un lloc a un altre. A Estònia i Letònia, es va negar la ciutadania a centenars de milers de residents de parla russa després de la dissolució de la Unió Soviètica, tot i que poden fer la majoria de coses excepte votar. El 1982, Myanmar va revocar efectivament la ciutadania del poble rohingya, que són principalment musulmans, i després els va expulsar del país, matant-ne desenes de milers. El 2019, l’Índia va declarar estrangers 1,9 milions de musulmans de parla bengalí a l’estat d’Assam, com a part d’una campanya contra suposades intrusions des de Bangla Desh. Les persones que no poden demostrar la seva residència sovint poden convertir-se en apàtrides: un milió de mariners nòmades, coneguts com els Sama o Bajau, no tenen ciutadania en molts llocs del sud-est asiàtic. Una altra causa és la discriminació de gènere, ja que a 24 països les mares no transmeten automàticament la seva ciutadania als seus fills. Un nadó nascut, per exemple, d’una mare qatari i d’un pare qatarí mort o absent podria ser apàtrida. Avui la majoria d’apàtrides neixen sense ciutadania. Uns quants centenars l’han perdut perquè els països els consideren una amenaça per a la seguretat nacional, com en el cas abans esmentat de la Gran Bretanya, Israel i Nicaragua. Molts països només desposseeixen de la ciutadania les persones amb doble nacionalitat per evitar que siguin apàtrides. En darrer terme, la ciutadania fonamenta els drets i les proteccions de les persones i deixa clar quin estat és el responsable de fer-los efectius. I si cap estat no reconeix la ciutadania d’una persona, llavors aquesta queda completament desprotegida.
Economía, bienestar e igualdad
How China shapes the world with loans
Un article publicat a Time News revela com Xi Jinping prepara una revolució en el sistema d’ajudes a l’estranger per mantenir i augmentar la seva influència que des del 1999 s’ha estès mitjançant préstecs a tot el món. Els bancs xinesos han finançat tota mena de projectes, des del metro de La Meca (amb un cost de 16.500 milions de dòlars) fins a les primeres obres de Bandar, un nou i brillant projecte urbanístic a l’estat Johor a Malàisia, un intent d’establir un rival per a Singapur. Quan va esclatar la pandèmia de COVID-19, el món devia als vuit bancs estatals xinesos més grans almenys 1,6 bilions de dòlars, un equivalent proper al 2% del PIB mundial. Els crítics acusaven la Xina d’atreure amb fins geopolítics i mitjançant els seus préstecs als països pobres cap a unes trampes d’endeutament. Els tecnòcrates es preocupaven per la manera d’encaixar la Xina en les estructures que el món ric feia servir per alleujar el deute dels països pobres. Els funcionaris xinesos, mentrestant, temien cada cop més no obtenir rendibilitat d’un gran nombre de projectes. Un cop superada la pandèmia, els bancs xinesos tornen a oferir els seus crèdits, la Xina està canviant d’orientació i el sistema que està sorgint és més àgil i sofisticat, Els prestadors xinesos a l’estranger, inclosos els dos majors, Exim i el Banc de Desenvolupament de La Xina són de propietat estatal, cosa que difumina les fronteres entre el préstec amb fins de lucre i l’ajuda. Mentre que els prestadors occidentals lliuren els crèdits als prestataris, oa organitzacions benèfiques dels països receptors, gairebé tots els préstecs de la Xina serveixen per finançar infraestructures construïdes per empreses estatals xineses, cosa que significa que de fet els diners no surtin mai del país. Les característiques d’aquest nou gir es comencen a perfilar. El 2020, les autoritats van dir a les empreses constructores que els futurs projectes de la Belt & Road Initiative havien de seguir plans meticulosos i no concedir més préstecs a països ja molt endeutats amb la Xina. Així mateix, els responsables polítics xinesos estan assumint també un control més gran sobre el desemborsament. Abans de la pandèmia, els fons de capital propietat de ministeris, entitats de crèdit oficial i altres segments oficialistes eren la font de finançament exterior de més creixement, segons les dades de la Universitat de Boston. Aquests fons permetin als agents del govern dirigir els diners cap a on volen, sense haver de passar per les empreses constructores estatals. Alguns fons són associacions entre Xina i països del Golf; altres actuen de manera similar als fons de capital privat. Els gestors dels fons prenen les grans decisions. Fins ara han optat per invertir en tecnologia financera i ecològica. Amb el temps, la Xina fins i tot podria utilitzar aquests canals per fer inversions en països rics poc desitjosos d’endeutar-se. Molts dels projectes de la nova generació es fan en llocs amb abundància de matèries primeres que són crucials per a la transició ecològica. La indústria manufacturera xinesa solia requerir molt de petroli i mineral de ferro. Ara fabrica més vehicles elèctrics que qualsevol altra part del món, i necessita enormes quantitats de cobalt, coure i liti. Entre el 2018 i el 2021, fins i tot quan els bancs estatals van deixar de prestar diners a altres països, es van enviar milers de milions de dòlars a associacions entre empreses estatals xineses i operacions locals de mineria metal·lífera a Amèrica Llatina. En aquest nou sistema més àgil i centralitzat, els diners es destinen a dos tipus de prestataris: aquells que tenen bones possibilitats per tornar-lo (perquè és probable que els projectes generin beneficis o perquè els governs són prou rics) o aquells amb qui qualsevol pèrdua de diners constitueixi un preu que val la pena pagar a canvi d’avantatges diplomàtics o militars. S’han acabat els préstecs a països amics amb utilitat geopolítica limitada, com ara Angola i Veneçuela. Tot i això, el Corredor Econòmic Xina-Pakistan (denominació d’uns megaprojectes per valor de 60.000 milions de dòlars en un país que ja deu més del 30% del seu deute extern a la Xina) sembla una excepció a la nova regla creditícia.
Covid reshaped the global labour market – these strikes are just the start
L’autor argumenta que l’impacte de la COVID-19 ha comportat l’inici d’un període on l’equilibri del poder en el mercat laboral oscil·la a favor dels treballadors, i afirma que entre l’envelliment de la població, el canvi d’actituds i els reptes al credo capitalista, els treballadors tenen un poder sense precedents. L’impacte de la ha estat molt important en les estructures formals de la globalització com ara el moviment de mercaderies, les interrupcions en la cadena de subministrament, les restriccions de viatge, etc. Així doncs, la pandèmia ha accelerat les tendències cap a la divergència econòmica i la desglobalització. En un sentit més ampli, estem presenciant el sorgiment del que John Bellamy Foster anomena “proletariat ambiental” arran de les cada vegada més freqüents catàstrofes ecològiques que també afecten altres sector com el subministraments de béns i serveis. En aquest context, una de les causes que pot explicar l’important suport a les vagues, per exemple als Estats Units, al Regne Unit i a França, és la fractura entre la ideologia del treball i l’experiència real. Amb la pandèmia, ha quedat patent que els salaris reals molts treballadors claus o essencials han disminuït ràpidament. L’autor també considera que la COVID-19 ha millorat el poder de negociació dels treballadors i un canvi en l’expectativa de la gent cap al treball, que condueix a un augment dels conflictes laborals. Els economistes Charles Goodhart i Manoj Pradhan argumenten que el canvi demogràfic derivat de l’envelliment i de la reducció de la població farà que la mà d’obra sigui més escassa i poderosa enfront del capital.
Sustainable competitiveness needs a social dimension
Les autores afirmen que la nova llei de regulació de la inflació adoptada per l’administració Biden posa en dubte la competitivitat de la Unió Europea. Tot i que gran part de l’atenció s’ha dirigit als subsidis ecològics, en canvi s’ha donat poca importància als efectes de la dimensió social de la llei. L’argument principal que defensen les autores és que aplicar una estratègia d’imitació al pla de recuperació verda nord-americà no funcionarà si no s’incorpora una dimensió social. No fer-ho implicaria que Europa quedaria per darrere d’uns Estats Units amb una economia reforçada. És per aquest motiu que reflexionen sobre els inconvenients de no invertir en el valor de les persones i els beneficis que se’n podrien extreure. En primer lloc, es critica el fet que els polítics europeus s’hagin deixat influenciar per les empreses que defensaven que invertir en les condicions socials dels treballadors acabaria per fer fugir els inversors. Fer per manera que els subsidis públics depenguin de l’actuació de les empreses respecte dels drets humans és una eina per incentivar les condicions laborals, però també per incrementar les inversions i evitar enriquir als directors executius. En segon lloc, les autores esmenten com des de diferents sectors ja s’està parlant de la possibilitat d’aplicar mesures d’austeritat. Barthès i Velicu critiquen la possible introducció de mesures d’austeritat o desregulacions perquè disminuiran la competitivitat del mercat europeu i no seran útils per motivar les inversions tan necessàries de cara a la transició ecològica. En tercer lloc, preocupa la possibilitat d’aplicar polítiques d’austeritat a l’empara de la proposta de la Comissió i del Consell de la UE d’imposar límits de despesa rígids als estats membres. En quart lloc, l’impacte de la crisi sobre les classes baixes i mitjanes a Europa ja ha comportat les primeres protestes organitzades per sindicats de treballadors que demanen una pujada dels salaris i uns impostos més justos per les grans empreses i sectors més rics de la societat. Les autores adverteixen que no fer cas a aquestes demandes podria conduir a una pèrdua de vots que donaria suport a l’extrema dreta, actualment en auge a diferents països.
Inflation in the Eurozone: is it persisting or falling?
Aquest darrer any, la taxa d’inflació anual ha arribat a un nivell rècord (8,4%) des de la creació de l’eurozona l’any 1999, a causa principalment de les pertorbacions en la cadena de subministrament mundial i la crisi energètica provocada pel conflicte a Ucraïna. L’article planteja doncs si enguany les taxes d’inflació seguiran pujant o no. Un descens en el preu de les matèries primeres podria suggerir que la inflació es ralentitzarà i suposant que no tornin les tensions als mercats volàtils, en els pròxims mesos la tendència hauria de ser favorable a una disminució de la inflació a nivell mundial. Això no obstant, cal tenir present que les polítiques monetàries triguen a afectar a l’economia, i que els seus efectes tendeixen a notar-se mesos després. Tanmateix, també hi ha arguments per considerar que els preus es mantindran alts encara durant un cert temps, degut al fet que les taxes d’inflació dels principals països de la zona euro -Alemanya, França i Itàlia- encara no han experimentat una desacceleració significativa. Una investigació realitzada pel BCE sobre la naturalesa persistent de la inflació ha demostrat que els preus s’actualitzen amb poca freqüència i de forma irregular. Aquest fet pot donar lloc a “efectes secundaris” i l’impacte inflacionista als preus de les matèries primeres podria tardar un temps a afectar a l’economia general. Malgrat que el consens general és que hi haurà una disminució de la inflació a l’eurozona, l’economia mundial continua sent vulnerable a altres pertorbacions geopolítiques imprevisibles que podrien portar-nos de nou a un repunt inflacionista similar al dels anys setanta.
Sanctions rarely work, but are they still the least worst option?
L’article planteja l’eficàcia de les sancions que l’anomenada “comunitat internacional” (que de fet sol ser poc més que els Estats Units i uns quants aliats de confiança) imposada a tercers. Com assenyala Agathe Demarais al seu llibre Backfire. How Sanctions Reshape the World Against U.S. Interests (Columbia University Press, 2022) els responsables polítics nord-americans estan formatats per actuar unilateralment per defensar els seus interessos nacionals i adverteix que malgrat recórrer de manera continuada a les sancions, els resultats de les polítiques nord-americanes sovint han estat contraproduents. En efecte, l’ús unilateral i arbitrari de les sancions no només ha minat la posició internacional dels EUA, sinó que ha tingut conseqüències materials desafortunades. Les sancions pretenen infligir dolor econòmic, financer i social a un país perquè canviï el seu comportament. En teoria, quan s’apliquen amb èxit, poden provocar la resolució no violenta de conflictes, aturar les violacions dels drets humans o qualsevol altra acció que no plagui als països sancionadors. A la pràctica, els èxits, com ara les sancions ordenades per l’ONU contra la Líbia de Muammar Gaddafi a la dècada de 1990, són escassos sobre el terreny. En realitat, Líbia va ser una excepció. En la majoria dels casos, les sancions no funcionen. En alguns casos, fins i tot poden ser contraproduents i perjudicar els interessos dels EUA. Demarais examina alguns dels intents més destacats com l’ús de les anomenades sancions secundàries: l’amenaça de denegar l’accés al sistema financer nord-americà i l’ús del dòlar si països o empreses contravenen els interessos nord-americans. Així, la companyia energètica francesa Total va abandonar grans inversions a l’Iran en lloc de córrer el risc de ser sancionada pels EUA. Aquest episodi no només va enverinar les relacions dels EUA amb França i la Unió Europea, sinó que de fet va reforçar la influència dels sectors més durs a l’Iran.
Sostenibilidad y cambio climático
Why 2023 might just be a turning point for climate action
Enguany cap dels països del G7 celebra eleccions generals o presidencials i l’autora considera que aquest període de relativa calma política podria contribuir al fet que 2023 sigui un punt d’inflexió en els esforços per abordar el canvi climàtic. Els indicis revelen que l’acció climàtica dels governs està prenent forma i avançant cap a les emissions netes zero. Ja han passat ja cinc anys de l’informe de l’ONU que evidenciava la necessitat de reduir les emissions de diòxid de carboni quasi a la meitat pel 2030, i arribar al voltant de zero al 2050, per aconseguir l’objectiu dels Acords de París de limitar l’escalfament global a 1,5 C. Aquesta es una tasca ingent si tenint present que gairebé el 90% de les emissions de CO₂ procedeixen de combustibles fòssils que subministren al voltant del 80% de l’energia mundial. Tanmateix, pràcticament no hi ha hagut normes que regulin l’erupció de compromisos que va desencadenar l’informe de l’ONU. Una empresa pot arribar a prometre que arribarà a ser neta en emissions l’any 2050 sense concretar com abordarà aquesta tasca. El resultat d’aquesta desordenada situació es va exposar al febrer en una avaluació sobre les estratègies climàtiques de 24 empreses mundials duta a terme per grups ecologistes. L’estudi revela que la majoria d’empreses tenen objectius d’emissions netes zero molt vagues i ambigus que no representen un autèntic compromís de descarbonització, al contrari del que han fet palès alguns governs. El canvi ja està en marxa i els Estats Units han aprovat la Llei de Reducció de la Inflació, la mesura climàtica més important de la història dels Estats Units, amb milions de dòlars en crèdits fiscals per energies netes i tecnologies amb baixes emissions de carboni. Aquesta mesura també ha estimulat l’acció a altres indrets i la Unió Europea ha presentat un pla industrial verd que inclou una llei d’indústria neta zero i altres mesures orientades a incentivar i accelerar projectes d’energies netes a tota la Unió. Finalment, les Nacions Unides també s’han orientat en aquesta direcció i el secretari general, António Guterres, ha declarat que qualsevol empresa que es comprometi a assolir un nivell d’emissions de CO₂ zero al 2050 ha de comptar pel mes de setembre amb un pla de transició que contingui objectius creïbles i ambiciosos per al període 2025-2030.
Is hydrogen the answer to the climate emergency?
Clár Ní Chonghaile planteja a The New European si la utilització de l’hidrogen és la resposta a l’emergència climàtica. Històricament, l’hidrogen com a combustible ha tingut mala reputació arran del desastre del dirigible Hindenburg el 1937. La veritat està en algun lloc intermedi: l’hidrogen és un element important en el trencaclosques de la descarbonització, juntament amb les energies renovables i les tècniques de captura de carboni. Això, si l’hidrogen utilitzat és verd, si s’aconsegueix reduir-ne els costos i si la regulació del seu ús és transparent. L’hidrogen verd es produeix quan s’utilitza energia renovable per dividir l’aigua en hidrogen i oxigen mitjançant electròlisi. No obstant això, fins ara, la major part de l’hidrogen utilitzat en processos industrials –com la refinació del petroli, la fabricació d’acer o la fabricació de fertilitzants– és el que s’anomena hidrogen gris, produït per la combustió de gas natural, que emet CO2 a l’atmosfera Segons l’Agència Internacional de l’Energia (AIE), el gas natural va representar al voltant del 60% de la producció d’hidrogen el 2021 mentre que el carbó va representar al voltant del 20%. El mateix any, la demanda d’hidrogen va assolir els 94 milions de tones (Mt) mentre que l’hidrogen de baixes emissions només representava 1Mt. Per consegüent, és imprescindible incrementar massivament la producció d’hidrogen verd, ja que a més de la seva utilitat en indústries pesants és un complement vital per a les energies renovables, que poden ser volàtils en funció de les condicions climàtiques. Segons Patrick Molloy, analista del think tank Rocky Mountain Institute dedicat a la investigació sobre sostenibilitat, el paper principal que ha de tenir l’hidrogen verd es substituir els combustibles fòssils en sectors difícils d’electrificar o que presenten dificultats per reduir la emissions de carboni. Així, si es descarbonitzen els combustibles de la logística global, l’acer i els productes químics, es reduiria de manera dràstica els volums d’emissions. Els inversors ja han començat a interessar-s’hi, com per exemple l’empresa xinesa Sinopec, que disposa d’enormes instal·lacions per a la producció d’hidrogen a partir de fonts renovables a la regió nord-oest de Xinjiang, i que té previst produir unes 20.000 tones anuals d’hidrogen verd mitjançant plaques solars. Així mateix, la presidenta de la Comissió, Ursula von der Leyen, ha anunciat la creació a la tardor d’enguany del Banc Europeu d’Hidrogen, amb 3.000 milions d’euros per estimular la demanda amb efectiu del pla UE Innovation. La UE s’ha compromès a produir 10 milions de tones anuals d’hidrogen renovable a partir de l’any 2030 i també importar-ne 10 milions de tones. Tanmateix, l’autora assenyala que diferents estudis publicats l’any passat adverteixen dels perills de fuites d’hidrogen que acceleren l’escalfament global i que per tant s’ha de rectificar amb urgència la manca de tecnologia per controlar les fuites, abans que les empreses s’embarquin en nous projectes. Per part seva, la Comissió Europea ha iniciat els seus propis estudis sobre l’efecte de les fuites i ha introduït un conjunt de polítiques dissenyades per donar suport a la creació d’infraestructures i mercats eficients.
How Commerce Can Save the Climate
En el marc de l’actual crisi climàtica, es necessiten noves invencions per aconseguir adreçar els danys mediambientals que s’estan produint i aconseguir arribar a l’objectiu de reduir la temperatura global fins a 1,5 °C. No obstant això, el fracàs per obtenir un nou paquet de compromisos a l’última COP-27, semblaria indicar que els líders polítics necessiten adoptar una nova perspectiva a través de la qual motivar la transició verda. En aquest sentit, els catedràtics Gordon H. Hanson i Matthew J. Slaughter plantegen l’aplicació d’un acord de lliure comerç verd que permeti la producció i comercialització d’energia verda. Destaca la necessitat d’aplicar un nou preu del carbó tenint en compte les emissions de gasos d’efecte hivernacle que genera. Això ajudaria al fet que el cost de consumir combustibles fòssils fos més car i les empreses tinguessin un major incentiu per a la utilització de productes verds molt més barats i eficients. No obstant això, l’aplicació d’aquestes mesures han estat limitades pels interessos dels estats, entre els quals destaca els Estats Units. Per exemple, els EUA han restringit la importació de panells solars provinents de la Xina juntament amb la imposició d’aranzels per considerar que aquesta violava les regles de l’OMC. Durant l’administració Trump, aquestes restriccions no només es van estendre a Taiwan, sinó també a gairebé tots els països del món. Recentment, la nova Llei de Reducció de la Inflació dels Estats Units només s’ha compromès a atorgar incentius fiscals a les companyies i consumidors que comprin vehicles elèctrics i altres productes ambientals amb materials fabricats i peces muntades als EUA. Degut a les dificultats per implementar estratègies d’aquest tipus, Hanson i Slaughter consideren que el més adequat seria el desenvolupament d’un acord de lliure comerç per a la tecnologia verda mitjançant el qual es fomentaria la fabricació, la comercialització i l’ús de béns i serveis verds, alhora que es contribuiria a l’assoliment dels objectius climàtics. Es tractaria d’una xarxa de cooperació i col·laboració entre els països que permetria reduir els costos globals mitjançant la distribució del treball entre aquells que tenen majors recursos i habilitats i d’altres que compten amb una abundant mà d’obra qualificada. De la mateixa manera que un acord amb aquestes característiques ha estat possible en el camp tecnològic, els autors argumenten que també es podria aplicar a la producció de béns i servis sostenibles i, per tant, no només afavorir la liberalització del comerç entre les fronteres sinó també la lluita contra canvi climàtic.
The future of flight in a net-zero-carbon world: 9 scenarios, lots of sustainable aviation fuel
Candelaria Bergero i Steve Davis analitzen l’àmbit de les aerolínies per explicar els esforços que s’estan duent a terme per aconseguir les zero emissions netes de carboni i els beneficis i conseqüències que se’n poden derivar. En primer lloc, comencen recorden que ja existeixen companyies que han posat en pràctica l’ús de biocombustibles, produïts amb residus agrícoles, i combustibles sintètics derivats de la captura de carboni i hidrogen verd. Un exemple és la companyia United Airlines i el seu compromís per subministrar etanol als seus vols i millorar la seva sostenibilitat per al 2028. També ha creat un fons de 100 milions de dòlars per incentivar la inversió en empreses que s’encarreguin de produir combustible d’aviació sostenible. En segon lloc, ressalten el fet que l’aviació és un dels sectors on és més difícil obtenir energia neta perquè l’alliberament d’emissions de carboni i la crema de combustible creen un altre conjunt de substàncies altament contaminants. A causa d’aquesta complicació, és molt més probable que es comenci per produir avions elèctrics amb hidrogen verd que no pas avions més grans que requereixin una major quantitat d’energia per funcionar. En tercer lloc, proposen nous escenaris que permeten explorar com la indústria podria arribar a aconseguir l’objectiu de zero emissions netes el 2050. Els resultats indiquen que per assolir aquest propòsit, es necessitarien 19,8 joules de combustibles d’aviació. En els millors dels casos amb una reducció de la demanda de vols i de la intensitat energètica, només se’n podrien necessitar 3. Per fer-nos una idea de la quantitat d’energia que es necessita, els autors associen 3 joules a tota la producció de biocombustibles de l’any 2019. Actualment, el preu de produir combustibles de base biològica és el doble que el dels combustibles fòssils. D’aquesta manera, l’efectivitat de les compensacions també dependrà de fins a quin punt les companyies són capaces d’eliminar el diòxid de carboni amb un cost associat de gairebé bilions de dòlars. Particularment, és imperativa l’adopció de regulacions que facin que l’eliminació de carboni sigui permanent. Finalment, aconseguir aquests objectius dependrà no només de l’eliminació de carboni sinó també d’una disminució en la demanda de vols. Els autors argumenten que en un món cada vegada més interdependent, el més probable és que més persones vulguin viatjar i recorrin a l’aviació com a mitjà de transport principal. En conclusió, tot i les dificultats esmentades, Bergero i David es mostren optimistes pel que fa al futur de la combustió sostenible. Les zero emissions netes es poden veure com un objectiu llunyà, però amb un correcte sistema comptable que garanteixin les compensacions i regulacions sobre el carboni, el sector de l’aviació podria ser sostenible l’any 2050.
China’s Latin American Gold Rush Is All About Clean Energy
El liti ha posat Llatinoamèrica a l’ull de l’huracà, ja que la regió és rica en aquest mineral clau en la fabricació de bateries que impulsin la transició energètica. En efecte, al voltant del 60% de les reserves de liti es troben a l’anomenat Triangle del Liti format per Xile, Argentina i Bolívia. Llatinoamèrica no només té un paper preponderant en la producció de liti, sinó que Xile i el Perú són els dos països que produeixen més carbó, i paral·lelament Brasil concentra altes reserves de níquel. Això ha desencadenat una autèntica lluita mundial per l’explotació de la riquesa de la regió, on de moment les companyies xineses tenen avantatge. Durant dècades Beijing ha refermat els seus llaços econòmics incrementant la seva influència a la regió. Fruit d’això, un nombre creixent de projectes xinesos a Llatinoamèrica se centren en el sector de les energies netes. Com si es tractés d’un taulell d’escacs, la Xina ha traçat la seva estratègia col·locant de forma precisa les peces del joc, aconseguint licitacions per desenvolupar plantes de liti superant ofertes d’empreses nord-americanes o russes. A part del liti, la Xina ha assolit tancar acords per projectes solars, eòlics i hidroelèctrics a tota la regió invertint centenars de milions de dòlars a Argentina, Brasil, i Bolívia. Segons els experts, part de l’atractiu d’associar-se amb Beijing resideix en la mateixa naturalesa dels acords, amb un finançament amb menys contrapartides econòmiques i polítiques que els prestadors occidentals. No obstant els Estats Units a través de l’aposta de cooperació multisectorial de l’administració Biden amb l’Americas Partnership for Economic Prosperity i la Unió Europea amb l’actualització dels llaços comercials a la regió esperen restablir el pes i la posició que tenien a la regió.
Innovación, ciencia y tecnología
Inteligencia artificial y ciudades: la carrera global hacia la regulación de los algoritmos
Marta Galcerán-Vechter relata a la revista del CIDOB que la intel·ligència artificial (IA) va deixar d’evocar un futur de ciència ficció molt abans que els debats sobre el potencial del sistema ChatGPT irrompessin a les nostres vides a finals del 2022. De fet, com ho fos l’electricitat o la irrupció d’Internet a la seva moment, la IA promet ser una de les forces més transformadores del nostre temps, amb potencial per revolucionar totes les indústries i sectors econòmics. Les seves aplicacions són infinites: presa de decisions algorítmiques, tractament massiu de grans volums de dades, sistemes de processament de llenguatge natural i de veu, predicció de situacions de risc, o fins i tot el reconeixement biomètric controvertit. Aplicacions que, la majoria, ja es fan servir de manera recurrent en sectors tan diversos com els de la justícia, la gestió de recursos humans, els serveis financers, la mobilitat, la sanitat o la provisió de serveis públics. No és casual que les inversions a IA s’hagin disparat a tot el món, ni que, cada cop més, trobem aquest concepte en les estratègies de seguretat nacional de molts governs. Tampoc no hauria de sorprendre que s’hagin precipitat les dinàmiques competitives per dominar el desenvolupament de la IA en una mena de «carrera global cap a la IA», de la qual participen explícitament tant les grans potències com les grans plataformes tecnològiques. «Qui domini la intel·ligència artificial, dominarà el món», advertia Vladimir Putin el 2017 i, des de llavors, aquesta carrera global no ha fet més que accelerar-se. La IA promet beneficis a tots els nivells, però és a les ciutats on s’està experimentant més, en combinar-se la seva adopció, en la majoria dels casos, amb altres tecnologies com l’Internet de les coses, el 5G o el Big Data. També són els entorns urbans el lloc on el seu impacte és més tangible. Avui, molts governs locals ja usen regularment la IA per predir la demanda d’alguns serveis, anticipar problemàtiques, comunicar-se més ràpidament amb els ciutadans mitjançant chatbots, millorar la presa de decisions o avançar cap als objectius de sostenibilitat, sobretot en àrees com la qualitat de l’aire o mobilitat. No obstant això, aquesta creixent adopció de la IA en entorns urbans no està exempta de desafiaments, especialment pel que fa a les habilitats que requereixen les ciutats per aprofitar-ne tot el potencial. A més, hi ha l’imperatiu d’assegurar que l’ús de solucions basades en IA compleixi els estàndards de seguretat i responsabilitat, protegint els drets digitals de la ciutadania. Donar resposta a aquests reptes requereix actuacions que van molt més enllà de la capacitat de legislar dels governs locals. Això no obstant, davant d’un context regulatori global fragmentat i l’existència de buits legals notables, les ciutats s’estan posicionant com a actors normatius indispensables, ja sigui individualment mitjançant el desenvolupament d’estàndards locals, ja sigui col·lectivament en el marc d’aliances i xarxes de ciutats. En l’àmbit de l’actuació col·lectiva de les ciutats, és referència obligada el treball que desenvolupa la Coalició de Ciutats pels Drets Digitals (Cities Coalition for Digital Rights [CC4DR]). Aquesta és una iniciativa llançada el novembre de 2018 per les ciutats de Barcelona, Amsterdam i Nova York, que compta amb el suport d’ONU-Hàbitat i que té com a missió la promoció i la defensa dels drets digitals en entorns urbans. Concebuda com una aliança pragmàtica basada en principis, les seves ciutats membres (actualment al voltant de 50) comparteixen bones pràctiques i coneixement expert per abordar desafiaments comuns vinculats a la formulació de polítiques basades en drets digitals. És una coalició, a més, que treballa per elaborar marcs legals, ètics i operatius que ajudin les ciutats a promoure els drets humans en entorns digitals. Cal recalcar, però, que avui dia el treball normatiu de les ciutats en matèria de regulació de la IA és, essencialment, un fenomen del Nord Global. És significatiu, per exemple, que el 90% de les ciutats de la Coalició de Ciutats pels Drets Digitals siguin europees o dels Estats Units. En aquest sentit, potser és rellevant preguntar-se si l’esperit garantista i de protecció dels drets digitals a què responen la majoria d’aquestes regulacions també pot acabar inspirant iniciatives similars en altres contextos on la lògica imperant és la tecnoautoritària.
AI Search Is a Disaster
L’autor argumenta que diversos els analistes posen en dubte la capacitat dels sistemes informàtics per a pensar com una ment humana. Una de les innovacions més recents ha estat el desenvolupament d’un xat amb intel·ligència artificial, anomenat ChatGPT, capaç de mantenir una conversa convencional. Recentment, Microsoft i Google han anunciat la incorporació d’aquest tipus de programes en els seus respectius motors de recerca. Com tota revolució tecnològica, s’ha reobert el debat sobre l’eficàcia d’aquestes eines sobretot després de les inconsistències i inexactituds que ja s’han pogut identificar als sistemes d’Intel·ligència Artificial (IA) presentats per Google i Bing. Són precisament aquests errors els que porten l’autor a adoptar una actitud crítica pel que fa al futur de la IA. D’una banda, Wong destaca el problema de confiar en les màquines més enllà de la simple recerca d’informació. Afirma que no se li pot demanar les màquines que raonin i segueixin la lògica del cervell humà precisament perquè no són humanes. De l’altra, adverteix de la contínua pèrdua de les habilitats humanes en un context en el qual companyies com Microsoft o Google pretenen desenvolupar nous programes que permetin sintetitzar la informació. Aquest són anomenats “grans models lingüístics” i funcionen per escriure oracions senzilles mitjançant la repetició dels patrons del llenguatge. Bàsicament, el que fan és analitzar una àmplia gamma de textos per després preveure quines paraules acostumen a anar juntes i posteriorment crear frases. En aquest sentit, l’autor recorda que no són més que models que imiten el llenguatge humà, però que no estan capacitats per crear noves idees o expressions. A més, en molts casos, la informació original no és tractada correctament i això acaba generant irregularitats i la difusió de coneixements que no es troben a la font inicial. L’article també considera que no es pot esperar que la IA entengui paraules físiques o sigui capaç de fer operacions matemàtiques complexes. Per acabar, l’autor conclou l’article defensant la idea que tot i els nous avenços tecnològics, no hauríem de confiar tan cegament en la tecnologia. Aquesta pot ser una bona eina per ajudar en la recerca d’informació, però en cap cas, no ha de predominar sobre els raonaments de la ment humana.
Quel avenir pour ChatGPT?
L’autor analitza les potencials del ChatGPT que sovint es descriu com un futur competidor de Google, fins i tot com un “Google killer” perla seva part del motor de cerca: encara que l’eina de vegades produeix respostes estranyes, fins i tot francament falses, respon d’una manera directa i no només ofereix un ordre ordenat. llista de documents, com ara el motor de cerca de Google. Sens dubte, hi ha un perill potencial greu per a Google, que podria amenaçar la seva posició de monopoli virtual sobre els motors de cerca. En concret Microsoft (el principal inversor d’OpenAI, que també té accés privilegiat a la tecnologia desenvolupada) treballa per integrar ChatGPT al seu cercador Bing, amb l’esperança de recuperar l’avantatge sobre Google. Tanmateix, hi ha diverses incerteses al voltant d’aquesta perspectiva. Les consultes dels motors de cerca solen estar formades per unes poques paraules, o fins i tot una sola paraula, com ara un esdeveniment o un nom de personalitat. Actualment, ChatGPT està despertant la curiositat d’una població experta en tecnologia, però això és molt diferent de l’ús públic general i tradicional d’un motor de cerca. Per descomptat, el futur de ChatGPT no hauria de ser només cercar informació. Hi ha moltes altres situacions en què cal produir text: producció de cartes estàndard, resums, textos publicitaris… ChatGPT també és una bona eina d’ajuda a la redacció. Ja estem veient diferents usos: demanar a ChatGPT que comenci amb uns paràgrafs que puguin inspirar i evitar la por a la pàgina en blanc; veure quins punts planteja l’eina sobre una pregunta concreta (per comprovar si correspon al que hauríem dit nosaltres mateixos o no); demanar suggeriments de plans sobre un tema concret. ChatGPT no és una eina màgica i no pot saber què té en ment l’usuari, de manera que quan s’enfronta a la redacció d’un document complex, només pot ser una ajuda. Poibeau conclou que, com diu la dita popular, és difícil fer prediccions, sobretot quan es refereixen al futur. Hi ha moltes incògnites al voltant de les tecnologies similars a ChatGPT: les perspectives d’aquestes eines són força vertiginoses, probablement tinguin un impacte profund en la societat, però al mateix temps el seu potencial real i comercial haurà de superar la prova del món real. El que és segur és que els actuals canvis haurien d’afavorir el desenvolupament d’instituts (dins de les universitats, però també a través de fundacions o d’associacions capaces d’arribar al gran públic) que permetin una reflexió àmplia i oberta sobre aquestes tecnologies, implicant tots els actors de la societat, perquè és la societat en conjunt que ja està afectada, com ho demostra l’interès actual al voltant de ChatGPT.
Innovation Power. Why Technology Will Define the Future of Geopolitics
El poder d’innovació és la capacitat d’inventar, adoptar i adaptar noves tecnologies. Contribueix al poder tant tangible com intangible. Els sistemes d’armes d’alta tecnologia augmenten el poder militar, les noves plataformes i els estàndards que les regeixen proporcionen desenvolupament econòmic i la investigació i les tecnologies d’avantguarda milloren l’atractiu global. La capacitat d’innovar més ràpid i millor, sobre la qual es recolza el poder militar, econòmic i cultural, determinarà el resultat de la competició entre els Estats Units i la Xina. De moment, els Estats Units segueixen al capdavant. Però la Xina s’està posant al dia en moltes àrees i ja ha avançat en d’altres. Un fet important son els sistemes d’Intel·ligència Artificial actuals, que ja poden proporcionar avantatges clau en el domini militar, on són capaços d’analitzar milions d’entrades, identificar patrons i alertar els comandants de l’activitat enemiga. Per exemple, l’exèrcit ucraïnès ha utilitzat la IA per escanejar de manera eficient dades d’intel·ligència, vigilància i reconeixement de diverses fonts. Més que la riquesa dels recursos naturals o el domini d’una tecnologia determinada, la font del poder d’un país ara rau en la seva capacitat d’innovar contínuament. Aquest cicle virtuós serà cada cop més ràpid, ja que la innovació també modela el poder econòmic donant als estats poder sobre les cadenes de subministrament i la capacitat de fer les regles per als altres, i guanyar capacitat per projectar poder en l’àmbit internacional. Un avantatge en la innovació es basa en anys d’investigació com l’era de les telecomunicacions 4G, que va facilitar el desenvolupament d’aplicacions mòbils com Uber. Però la disponibilitat de nous avenços ha ajudat a competidors a posar-se al dia a una velocitat rècord. De moment, els Estats Units encara mantenen un avantatge en la informàtica quàntica. No obstant això, durant l’última dècada, la Xina ha invertit almenys 10.000 milions de dòlars en tecnologia quàntica, aproximadament deu vegades més que el govern dels Estats Units. A més, també preveuen grans inversions en IA, biologia sintètica i semiconductors. La competició entre els Estats Units i la Xina és tant una competició entre sistemes com entre estats. En el model xinès de fusió civil-militar, el govern promou la competència nacional i finança els guanyadors com a campions nacionals. Aquestes empreses tenen un doble paper, maximitzant l’èxit comercial i avançant en els interessos de seguretat nacional xinesa. El model nord-americà, en canvi, es basa en un conjunt més divers d’actors privats. El govern federal proporciona finançament a la ciència bàsica, però en gran part deixa la innovació i la comercialització al mercat.
Pandemic preparedness: new vaccines are not enough
La COVID-19 ha estat desplaçada dels titulars dels mitjans de comunicació per altres temàtiques com la guerra a Ucraïna o els desastres naturals. Tot i això, els viròlegs estan preocupats per la ràpida propagació de la grip aviària o els innombrables virus que poden infectar i propagar-se entre mamífers, incloent-hi els humans. Això és en part fruit del deteriorament ecològic i del canvi climàtic que augmenten el risc que es produeixin brots de malalties zoonòtiques. La necessitat de preparar-se per una possible futura pandèmia està àmpliament acceptada, i s’ha d’aprofitar l’experiència adquirida amb el SRAS-CoV-2. El desenvolupament, assaig i producció de les vacunes en temps rècord va ser crucial per controlar la pandèmia de la COVID-19. Cal anar amb compte, però, perquè l’èxit de les vacunes ha permès ignorar qüestions socials i políticament complexes com l’accés desigual a les vacunes, la responsabilitat en el cas de les possibles lesions relacionades, i el rebuig i dubtes suscitats entre determinats sectors de la població. Els autors argument que es corre el risc que la preparació de cara a futures epidèmies torni a estar dominada per un enfocament basat únicament en les solucions tecnològiques. La farmacovigilància, és a dir, la detecció, anàlisi, i prevenció posterior a la comercialització dels efectes adversos d’una vacuna o un medicament és un element essencial per la preparació davant de les epidèmies. Les respostes a la pandèmia de la COVID-19 han evidenciat el valor d’un sistema de farmacovigilància que funcioni correctament, però que encara està lluny de ser un espai democràtic, transparent i accessible a la societat civil i on es pugui establir un sistema clar de drets i deures. Millorar els sistemes de farmacovigilància i donar suport a la participació de la societat civil hauria doncs de ser un element clau de cara a la preparació davant de futures epidèmies.