“Mientras el original hebreo del Cantar de los Cantares es una arroyada de voces que no indica los pronombres ‘él’ y ‘ella’, las traducciones se han entestado en hacer que este sea un amor a dos bandas, solamente. En Aquest amor que no és u (Este amor que no es uno) intento deshacer la exclusividad entre Salomón y Sulamita y poner en el centro la grieta que representa la inclusión de un tercer elemento: la discordancia, la pluralidad, la política”.
V
He entrado en la Causa de la yedra,
acuaria mía, centella mía,
desportillo la almendra y busco el ungüento,
bebo el vino rancio, engullo el pan seco,
digo viva a la gata y leo al maldito.
Tocad, compañeros, manchad,
empalagaos de amor y con amor embotaos.
Se me arrima el sueño, la sinestesia despierta:
la mano de mi amigo como una fiesta azafrana.
Ábreme, batalla mía, antigua mía,
airada mía, tú, la liberta,
que tengo los nombres derramados
y la tierra dispersa.
Huyen los puntos de la recta.
Las paralelas reculan.
El cuerpo geométrico no ha previsto ni selva ni carcoma
ni contrabando de rocíos.
El amigo es invención, meridianos, discontinuo.
Toca a la puerta y la quiero a ella también.
Me levanto y le abro
y tiene a punto a los perros y le hago entrar por detrás.
Animales violentos de una historia feliz
se revuelcan convulsos.
Quisiera aclararle la idiotez de la hoja,
que impera la empuñadura, que es la mano quien siega.
Quisiera mostrarle la estría y baratarle una mula
por la conciencia de un díctico,
pero escoge el camino más recto,
me desencueva y me desmayo.
Quería extrañarme del cuerpo de la letra,
de los cuerpos incorporándose en corro,
del lobo de la madre, del pulpo que dice «padre».
Quería escaparme y me he topado con los guardias del feudo
—ladronzuelos de lengua, vestales de vestales, carabineros.
Amigas del mundo, de la frontera,
si os encontráis con la gacela, devolvedle el desierto
y decidle que es ella
quien multiplica el retiro y la reyerta.
¿Y qué tiene tu antílope
de charca marinera, vuelta belicosa,
que tiene la raíz tan extensa,
que es mucho más que un amante,
que con tan poco significa?
Mi amigo hace triángulo con los dedos
y me atalmuda la noche sin rito ni ruego.
Si su cabeza regresa a la rosa, recupera a nadie.
En sus rizos, que debían remover
como insolente glicina o como cinco libros primeros,
yo no estaba —y nacía.
Sus ojos son ristra de insomnios
y, rozando la pérdida,
son cristal, son aliento.
Sus mejillas resisten la culpa
—la miran de cerca, a su suerte la sueltan.
Sus labios arrancan los nos de la cruz
y los alborotan por dentro y los desvainan.
Sus brazos tiemblan firmes
cuando hallan el pollo picantón que no encuentra su gallina clueca.
Que tiene bastante con permitir que lo persigan
es algo que ha concebido desde el vientre.
Sus piernas van haciendo:
quien corre es el vértigo.
Aparece si se va
y sólo vuelve en gerundio.
Solidaria con el origen incierto,
su boca desanida y desborda.
Porque nada será nunca nuestro,
dijo el amigo; y me dio nuestro amor,
me dio nuestro amor como un gólem
Traducción de Blanca Llum Vidal

Blanca Llum Vidal
Blanca Llum Vidal es escritora y filóloga. Nació en 1986 en La Barceloneta. Siempre que puede se refugia en Felanitx: un sitio de anarquía y rediles. Al cabo de un año de matricularse en Biología, lo dejó y empezó a estudiar Trabajo Social y Filología Catalana. Actualmente está acabando un Máster en Filosofía con una tesina sobre Thomas el Oscuro de Maurice Blanchot. Ha traducido, con Arnau Pons, El dolor de Marguerite Duras. También ha editado los cuentos de Víctor Català y se ha encargado de hacer una antología del ensayo feminista de Maria Aurèlia Capmany. Actualmente escribe de forma regular en el semanario de cultura y política El Temps. Ha publicado La cabra que hi havia, Nosaltres i tu, Homes i ocells, Visca!, Punyetera flor, Maripasoula (crònica d’un viatge a la Guaiana francesa), Aquest amor que no és u / Este amor que no es uno (traducció de Berta García Faet) y Amor a la brega.