Debate: Catalunya – España: ¿del conflicto al diálogo político?
Presentación del dosier especial de la revista IDEES
Pere Almeda, Jordi Amat, César Colino, Ignacio Molina, Jordi Muñoz, Gemma Ubasart-González
El Centre d’Estudis de Temes Contemporanis ha impulsado una nueva iniciativa para promover la reflexión y el análisis alrededor del conflicto entre Catalunya y España. En el marco de la Revista IDEES, esta semana se han publicado los primeros textos de los coordinadores de los diferentes ejes de trabajo alrededor de los que se estructura el dosier especial ‘Catalunya-España: ¿del conflicto al diálogo político?‘, una iniciativa que incluirá más de sesenta artículos de autoras y autores de perfiles muy diversos, y también un conjunto de actividades y debates que se alargarán hasta finales de año.
Con motivo del lanzamiento del dosier, se ha organizado una presentación en la que participaron los coordinadores del proyecto. El primer bloque, dedicado a profundizar en el debate dentro del movimiento independentista, está coordinado por el politólogo Jordi Muñoz; la coordinación del segundo apartado, que reflexionará sobre el debate en Catalunya, corre a cargo de la analista y politóloga Gemma Ubasart y del filólogo, editor y escritor Jordi Amat. Finalmente, los encargados de aportar la visión del debate en el conjunto del Estado son los investigadores César Colino y Ignacio Molina. La cuarta dimensión, que analizará el debate en el ámbito europeo e internacional, se incorporará más adelante.
Afrontar el diálogo
La conversación, que se pudo seguir en directo a través de YouTube, fue moderada por el director del CETC y de la revista IDEES, Pere Almeda. En su intervención inicial, Almeda presentó el proyecto y aseguró que “somos muy conscientes de la complejidad política en Catalunya y en España, pero creemos que es imprescindible profundizar en un debate que ha quedado interrumpido. Queremos contribuir desde miradas muy diversas a alimentar un diálogo político que debería retomarse de manera urgente “. En este sentido, subrayó que “el tiempo político ha quedado congelado por el interés de algunos en que nada se mueva”. Para Almeda, no afrontar el diálogo es “una grave irresponsabilidad, ya que la cronificación del conflicto provoca la degradación de la política y de las instituciones democráticas”. Así, subrayó que “ponemos en marcha este debate plural con la intención de explorar las opciones plausibles de futuro, clarificar y responder a las preguntas pendientes”.
El independentismo: un movimiento heterogéneo
Jordi Muñoz, el primero de los coordinadores en intervenir, presentó el bloque dedicado al debate dentro del independentismo. Aseguró que tiene por objetivo “encarar el debate y sacarlo de la cultura de la inmediatez para ver cuáles son los términos de acuerdo y desacuerdo dentro del movimiento, creando un espacio de debate más exigente”. Entre las personas que participarán hay “una combinación de académicos, políticos en activo y personas de los medios de comunicación”, con nombres como Francesc-Marc Álvaro, Xavier Antich, Laia Balcells, Jordi Graupera, Albert Noguera, Roger Palà, Marta Pascal, Marc Sanjaume o Mireia Vehí, entre otros.
Muñoz destacó la heterogeneidad del movimiento independentista, que desde el 2017 ha vivido desacuerdos estratégicos importantes. El politólogo afirmó que ha habido una “lectura divergente” de lo que pasó en otoño de 2017. “De aquellos acontecimientos surgieron conclusiones diferentes, que se han ido enquistando. Cada día que pasa es más difícil que el independentismo tenga un discurso común sobre los hechos del otoño de 2017 “, aseguró. Según él, “la idea del ‘tenemos prisa’ es de las que peor ha envejecido; este cambio de tiempos requiere una adaptación a los planteamientos estratégicos “. En este sentido, afirmó que “si se asume que el conflicto no tiene una resolución relámpago, se podrán plantear más cuestiones de fondo”.
Muñoz también destacó tres niveles de debate dentro del independentismo que, a su juicio, se han intentado ocultar: en primer lugar, el que tiene atañe a los partidos políticos, que tienen intereses tácticos divergentes y buscan diferenciarse; en segundo lugar, el debate fruto de la diversidad ideológica dentro del movimiento, que condiciona las posturas de unos y otros. Finalmente, también existe el debate estratégico sobre las opciones de futuro para la resolución del conflicto político. “Creo que el independentismo debería establecer unas bases mínimamente compartidas sobre la diagnosis, que no estén demasiado influenciadas por los hechos de 2017, para no ser rehenes de aquellos acontecimientos”, aseguró Muñoz.
El debate en Catalunya
Por su parte, Jordi Amat y Gemma Ubasart explicaron cómo han planteado la sección que coordinan, dedicada al debate en el conjunto de Catalunya. Amat quiso hacer un apunte previo, destacando que “todos los coordinadores de este proyecto asumimos que existe un conflicto, y esto no es una obviedad; ha habido gente que durante mucho tiempo ha convenido que este conflicto no existía. Otra cosa es como lo definimos, pero está claro que hay un conflicto que se ha cronificado”, afirmó. Gemma Ubasart, por su parte, destacó que la conceptualización del apartado del dosier dedicado al debate en Catalunya “parte de la necesidad de que, para destensar la discusión y alcanzar una etapa de resolución, es necesario abrir un espacio de diálogo con miradas diferentes para a un buen diagnóstico. No sólo lo deben hacer los políticos, también hay que hacerlo en el ámbito del tejido social “. A los autores y autoras de esta sección, que incluirá nombres como Xavier Domènech, Tania Verge, Jordi Cuixart, Jordi Sànchez, Marina Subirats, Antoni Castells o Astrid Barrio, se les ha trasladado una serie de preguntas; por ejemplo, cuando consideran que se inició el conflicto o que han hecho bien y mal las partes en discordia.
En este sentido, preguntado sobre qué motivos pueden llevar al Estado a redistribuir el poder, Jordi Amat destacó que la cuestión importante es hasta qué punto a España le conviene un deterioro de la situación catalana. “El independentismo puede que no tenga fuerza suficiente para crear una ruptura, pero es capaz de crear inestabilidad y dificultar la gobernabilidad. Las dificultades de los últimos años han sido, sin duda, motivadas en gran parte por el caso de Catalunya. Esto significa que tanto catalanes como españoles están interesados en proponer una salida “. Para Amat, este interés en resolver el conflicto aún debería ser más relevante en el escenario post-pandemia. “La dimensión de la crisis económica y social de los próximos meses impactará en el conflicto, porque puede ser que los ciudadanos modifiquen sus intereses políticos. Tanto el Gobierno central como el de la Generalitat gobiernan con unas mayorías muy limitadas, lo que complica enormemente la toma de decisiones “.
¿Y qué carta le queda por jugar a Catalunya? Amat destacó que actualmente hay una alianza periférica posible, ya que existe un “problema de cohesión” del Estado. “Hace años no existía, pero ahora hay una cierta alternativa periférica de otras Comunidades Autónomas que no se sienten cómodas con el statu quo vigente”. Una idea en la que coincidió Gemma Ubasart, que hizo hincapié en la existencia de una “brecha” para afrontar el conflicto. “Los nacionalismos no estatales han sido un motor de cambio en España, al tiempo que las naciones periféricas sólo han avanzado cuando ha habido progreso en España; dos vectores que se vuelven a dar en la actualidad”, explicó Ubasart, que destacó la idea de la “triangulación” entre PSOE, Podemos y ERC como “espacio imprescindible e interdependiente que puede hacer avanzar la plurinacionalidad y el progreso”. Ante el fracaso del modelo autonómico, Ubasart propuso transitar hacia propuestas que planteen la asimetría, con la posibilidad de un “verdadero federalismo” con unidades territoriales que acuerdan o no convivir conjuntamente. “La brecha es estrecha, pero muy profunda, y la presión política está ahí. Todos los escenarios están abiertos: en la historia española desde la recuperación democrática, este es el momento en que las fuerzas plurinacionales tienen más incidencia”, afirmó.
La visión desde el Estado: legitimidad, eficacia y viabilidad política
En el ámbito del debate sobre el conflicto catalán en el conjunto del Estado español, el investigador y profesor de la UNED, César Colino, destacó que, en su rol de coordinadores del tercer bloque del dossier de la revista IDEES, han intentado “demostrar la importancia que tiene diagnosticar del problema”. “La forma en que se identifican las causas incide en las propuestas para resolverlo. No se trata de buscar culpables, sino de ver cuál es la mejor solución”. Ignacio Molina, investigador del Real Instituto Elcano, coincidió con esta visión, y subrayó especialmente el valor de la empatía y la importancia de “plantear una conversación para ordenar las ideas, lejos del ruido, y hacerlo con honestidad y pluralismo, sin apriorismos “.
Los investigadores plantean su análisis desde tres dimensiones: en primer lugar, la dimensión normativa sobre la legitimidad democrática y la justicia de las demandas y las propuestas; en segundo lugar, la eficacia integradora y los posibles procedimientos para la reforma y, en tercer lugar, la dimensión de la viabilidad política. En este sentido, Molina aseguró que para hacer el diagnóstico hay que añadir elementos de política comparada a la hora de acomodar institucionalmente las minorías nacionales. También es clave, según dijo, dejar atrás los relatos de culpabilización. “Es muy complicado, tanto en Catalunya como en España, gestionar su enorme pluralidad”, aseguró Molina, que también apeló a “mirar el futuro más que al pasado”. Para encarar el futuro, sin embargo, considera que los nacionalismos catalán y español deben aceptar la propia pluralidad. Asimismo, para plantear cambios constitucionales del modelo territorial, Molina destacó que hay que fijarse en “quién está en la oposición”. “Lo que surja no puede ser inaceptable para la oposición”, afirmo.
Las causas del bloqueo político
¿Cuáles son las causas que han llevado a la situación actual de bloqueo político? A la hora de identificarlas, hubo divergencias entre los ponentes. César Colino identificó tres razones de carácter más transitorio: en primer lugar, la falta de incentivos del gobierno español para moverse y terminar con el bloqueo, ya que no existen presiones internas y externas que lo propicien. En segundo lugar, los costes electorales, tanto en Catalunya como en España. Y, en tercer lugar, la propia naturaleza fragmentada del independentismo y sus demandas; una idea en la que también coincidió Jordi Amat cuando dijo que “el movimiento independentista ha encontrado una coartada para no afrontar este problema, diciendo que dicha fragmentación es una muestra de su transversalidad. Pero mientras haya fragmentación independentista, el bloqueo seguirá”. En el mismo sentido se expresó César Colino: “cuando cualquier gobierno tiene ante sí un movimiento independentista que le plantea demandas contradictorias o intratables, éste tiene incentivos para aplicar el divide et impera“.
Para Jordi Muñoz, en cambio, “el bloqueo del conflicto tiene unas raíces mucho más profundas que las mayorías parlamentarias actuales”. Prueba de ello, dijo, es el hecho de que, a pesar de llevar unos meses de gobierno de coalición en España, “no estamos en un contexto en que se haya mejorado demasiado”. Según Muñoz, el quid de la cuestión se encuentra en los elementos estructurales que condicionan la resolución de un conflicto que viene de lejos. Entre estos elementos, destacó el rol de la derecha española y también “todo lo que pasa fuera del poder legislativo, en los otros poderes del Estado”. Desde su punto de vista, concluyó que la resolución del conflicto será muy complicada: “la solución no parece está en el poder legislativo, ya lo vimos con el Estatuto”, afirmó.