Durante las dos primeras décadas del siglo XXI se han producido muchos acontecimientos dramáticos: la «guerra contra el terror» lanzada después de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en ciudades norteamericanas; la invasión y ocupación de Irak del 2003 dirigido por los Estados Unidos y el Reino Unido; la crisis económica y la Gran Recesión del 2008; las revueltas árabes del 2011, el movimiento «Occupy Wall Street» y las protestas antiausteridad europeas; el ataque de la OTAN a Libia y la intervención exterior a Siria; la crisis de la migración de 2015; la expansión global de movimientos y gobiernos populistas de extrema derecha; un nuevo ciclo de protestas en Francia, Argelia, Irán, Irak, Marruecos, el Líbano y los EE.UU. el 2018-2020; y la pandemia de la COVID-19 del 2020. No hay duda que el Partenariado Euromediterráneo ha sido incapaz de gestionar estos acontecimientos y sus resultados. Tampoco hay ninguna duda que las mujeres se han implicado en estos acontecimientos y se han visto afectadas de múltiples maneras, ya sea como agentes o como víctimas. En este artículo, examino la región mediterránea árabe para dilucidar la presencia de las mujeres en varios movimientos y movilizaciones y su participación en la gobernanza nacional y local. Efectivamente la profunda implicación de las mujeres tanto en política institucional como no institucional ―en gobernanza, sociedad civil y política contenciosa― ha sido un signo de identidad del liderazgo y el activismo del siglo XXI. La presencia de las mujeres, sin embargo, varía según los países. Hace tiempo que Argelia, Marruecos y Túnez contamos con organizaciones de derechos de las mujeres con voz y visibilidad capaces de influenciar las leyes, y la adopción de cuotas de género y sistemas electorales de representación proporcional ha permitido una presencia femenina relativamente grande en la gobernanza local y nacional.

Este artículo examina expresiones de política contenciosa feminista, la participación de las mujeres en movimientos de protesta de más alcance y las implicaciones para viejas y emergentes formas de gobernanza. Destaca reivindicaciones a favor de nuevos contratos sociales, un gobierno más receptivo y el cambio social. A pesar de los graves retos económicos y de ocupación de la región, así como la pandemia de la COVID-19, el activismo ininterrumpido de las mujeres tanto en la sociedad civil como en la sociedad política hace patente los profundos cambios sociales que se han sucedido a lo largo de las cuatro últimas décadas, con implicaciones para la democratización.

Las mujeres en la política no institucional y contenciosa

Las mujeres mediterráneas árabes cuentan con una larga historia de implicación en movimientos sociopolíticos de gran alcance, desde la revolución de 1919 en Egipto a los movimientos proindependencia de mediados de siglo en Argelia y en Marruecos pasando por la Intifada palestina de 1987. Las muestras mayores de implicación femenina en protestas de masas se han dado en el nuevo siglo, ejemplarizadas por la presencia de mujeres tunecinas y egipcias a las revueltas de enero-febrero de 2011. La presencia pública y política de las mujeres es consecuencia de avances en el nivel educativo a lo largo de los últimos 40 años, con elevadas matriculaciones a nivel terciario que permiten su acceso a un amplio abanico de profesiones. También es el resultado del crecimiento de numerosas organizaciones de derechos de las mujeres y otras organizaciones no gubernamentales y de la sociedad civil que representan sus preocupaciones y sus anhelos. Los años ochenta del siglo pasado vieron como crecía la preocupación por el alcance del fundamentalismo islámico y por lo tanto la aparición de redes y movimientos antifundamentalistas y nuevos grupos feministas; los noventa fueron testigos de una considerable organización y movilización por el cambio en consonancia con el proceso de Beijing y la agenda global por los derechos de la mujer; y el nuevo siglo presencia críticas cada vez más atrevidas contra el autoritarismo y el patriarcado, con consecuentes llamamientos a favor de la democracia y el empoderamiento de las mujeres.

Tales formas de implicación feminista, o de «política-desde-bajo» [1]1 — Charrad, Mounira M. and Amina Zarrugh. 2014. “Equal or complementary? Women in the new Tunisian Constitution after the Arab Spring.” The Journal of North African Studies 19 (2): 230–243.  , se diferencian de las variantes de «feminismo de Estado» que prevalecieron en Túnez durante los periodos de Bourguiba y Ben Ali o a Egipto bajo Nasser, Sadat y Mubarak. Sin embargo, cuando el presidente argelino Bouteflika nombró a cinco mujeres para su gabinete en el 2002 y en el 2005 presentó algunas enmiendas a la ley de la familia, este acto de feminismo de Estado fue en realidad una recompensa para el sufrimiento de las mujeres y el desafío feminista durante la «década negra» del terrorismo islamista y una respuesta (parcial) a las reivindicaciones feministas a favor de una ley de familia igualitaria. En Marruecos, el hito de la reforma del código de familia del 2004, aprobada por el Rey y adoptada por el Parlamento, fue el resultado de una campaña de sensibilización de una década por parte de feministas marroquíes de la Union d’action feminine (UAF) y el Association démocratique des femmes du Maroc (ADFM), emprendida con la campaña Un millón de Firmas del año 1993. Las mujeres egipcias tomaron parte en el movimiento Kefaya (Basta) del año 2005 que criticaba la elección presidencial cuestionada y después del 2011 formaron numerosos grupos nuevos centrados en el problema generalizado del acoso sexual y el abuso de las mujeres en espacios públicos. El 2011-2013, las feministas organizaron manifestaciones para desafiar los llamamientos islamistas a un retroceso en las leyes de los derechos de las mujeres [2]2 — Moghadam, Valentine M. 2013. Modernizing Women: Gender and Social Change in the Middle Easte. Boulder and London: Lynne Rienner Publishers. 3rd ed.   .

Les dones mediterrànies àrabs han expressat sovint la seva agència individual i col·lectiva, que en ocasions ha inclòs coalicions amb altres actors de la societat civil així com aliats en partits politics i que s’ha traduït en l’aprovació de noves lleis i polítiques per a la participació i drets de les dones

Las décadas de sensibilización feminista han dado frutos en forma de reformas legales y políticas. Los primeros años de este siglo, Marruecos se añadió a Túnez en el momento de permitir que las mujeres tuvieran iguales derechos para divorciarse cuando su ley de familia, la Mudawana, fuera reformada. Casi al mismo tiempo, la campaña de sensibilización periodística de Rana al-Husseini en Jordania centró la atención en el grave problema social de los «crímenes de honor». En otros lugares, las feministas resaltaron otras formas de violencia contra las mujeres, incluyendo la violencia doméstica, el acoso sexual en el puesto de trabajo o las humillaciones diarias que sufren las mujeres en los lugares públicos. En septiembre de 2013, el Estado egipcio criminalizó el acoso sexual como respuesta a la enorme presión por parte de grupos de mujeres como HarassMap, WenDo, Nazra for Feminist Studies y el Egyptian Center for Women’s Rights, que desde hacía tiempo habían buscado llamar la atención sobre el problema [3]3 — Abdelmonem, Angie and Susana Galán. 2017. “Action-Oriented Responses to sexual harassment in Egypt: The Cases of HarassMap and WenDo.” Journal of Middle East Women’s Studies 13 (1): 154-164  . (En noviembre de 2013, sin embargo, el gobierno egipcio prohibió la libertad de reunión y las manifestaciones públicas.) Las feministas también buscaron la derogación de leyes y prácticas que permiten al violador de una chica soltera salir adelante sin ningún castigo si se casa con su víctima. Egipto inició la tendencia regional que abolió las leyes «cásate con tu violador» el año 1999, seguido por Marruecos en el 2014, Túnez, Jordania y el Líbano en el 2017, y Palestina en el 2018. La ley anti violencia contra las mujeres (loi integral 58) de Túnez de julio de 2017 contiene apartados sobre «prevención», «protección y apoyo» y «enjuiciamiento» . Las nuevas leyes son vigiladas de cerca por las organizaciones feministas y ONGs dirigidas por mujeres de la región, muchas de las cuales están registradas en la página web de la Fundación de Mujeres Euromediterráneas [5]5 — Ved la web del Euro-Mediterranean Women’s Foundation. .

Se han producido más avances, como la adopción por parte del gobierno marroquí, la primavera del 2019, de leyes para conceder derechos de propiedad de la tierra a mujeres del medio rural, una victoria en la lucha del ADFM. Por otra parte, la campaña feminista tunecina por derechos iguales de herencia se paralizó después de la muerte del presidente Essebsi. Mientras tanto, mujeres de varios orígenes tomaron parte en el renovado ciclo de protestas de los años 2018-2020 en el Líbano, en Marruecos, Argelia y Túnez en torno al paro, la incompetencia a la hora de gobernar y la privatización de los servicios públicos o el deterioro de sus condiciones. En Argelia, en medio de las protestas de febrero de 2019 contra un quinto mandato del presidente enfermo, un grupo de intelectuales feministas redactó una declaración de solidaridad y reclamó la igualdad social y de género [6]6 — El Watan, « Declaration: Femmes Algeriennes pour un changement vers l’egalité (21 March 2019), available at www.elwatan.com/.  . Es precisamente esta agencia colectiva, que en ocasiones ha incluido coaliciones con otros actores de la sociedad civil, así como aliados en partidos políticos, la que se ha traducido en la aprobación de nuevas leyes y políticas para la participación y derechos de las mujeres.

Las mujeres mediterráneas árabes en la política institucional

El estudio de la presencia de las mujeres mediterráneas árabes en el proceso político formal es relativamente nuevo. Las secuelas de la Primavera Árabe impulsaron esta nueva línea de estudio, en parte porque la adopción de cuotas de género ―una reivindicación clave de las organizaciones por los derechos de las mujeres, reforzada por la agenda global de los derechos de la mujer de l’ONU― llevó a notables aumentos de la presencia parlamentaria de las mujeres. Aunque el nombramiento de mujeres en el gabinete es anterior a la Primavera Árabe (por ej., las ministras del gabinete en Argelia, Jordania y Marruecos), la representación parlamentaria de las mujeres era muy baja. Mientras que las elecciones del 2007 en Argelia tuvieron un 7,7% de participación femenina, la cuota de género de 2012 la aumentó hasta el 31,6%, aunque en el 2019 se había reducido a un 26%. La participación femenina en Marruecos fue de un 10,5% en el 2010, un 17% en el 2012 y un 20,5% en el 2019. (Los partidos políticos marroquíes habían introducido cuotas de género informales en el 2002, sustituidas en el 2011 por la cuota formal.) Túnez, que había adoptado una cuota informal el año 2004, había empezado desde una base más alta ―un 27,6% de participación femenina el año 2009 que continuó estable hasta el gran salto del 36% a las elecciones parlamentarias del 2014. Otros países mediterráneos árabes van por detrás de los tres países del Magreb en el porcentaje de parlamentarias: Jordania y Egipto, 15%; Libia, 16%; Siria, 13%, y el Líbano con un 4,7%.

Conviene señalar que las cifras del Magreb superan las de Grecia y Chipre (18-19%), Turquía (17%) y Malta (12%). El 36% del porcentaje parlamentario femenino de Túnez está empatado con el de Italia y Portugal, y es más alto que el 29% de Israel. (Eso se compara con la media mundial de 25% de parlamentarias) [7]7 — Todas las dadas de la Interparliamentary Union están disponibles online.  . Lo que comparten Marruecos y Túnez, y en menos grado Argelia, son estrechos vínculos entre defensores de los derechos de las mujeres a la sociedad civil y otros en los partidos políticos y el gobierno; estas sinergias han contribuido a aumentar el estatus legal y las posiciones sociales de las mujeres y a garantizar importantes reformas legales y de políticas.

En muchos aspectos Túnez es un caso único, dado que empezó con un alto nivel de representación política femenina incluso antes de la democratización, y adoptó una cláusula de paridad de género en la constitución del 2014: las mujeres estaban intensamente implicadas en el proceso constitucional

Un estudio sobre la implicación de las parlamentarias en comités legislativos [8]8 — Shalaby, Marwa and Laila Elimam. 2017. “Women in Legislative Committees in Arab Parliaments.” Carnegie Sada Middle East Analysis (April 26), Available online.   clasificaba a los comités como «poder», «asuntos económicos y exteriores», «cuestiones sociales» y «cuestiones de la mujer» y descubrió que mientras que la distribución del comité de parlamentarias tunecinas era más representativa de su representación global, las parlamentarias de Argelia y Marruecos estaban sobre-representadas en los comités de «cuestiones sociales». Llegaba a la conclusión que el mandato y la experiencia política, así como la duración del sistema de cuotas eran factores destacados a la hora de determinar la representación y la participación significativa de las mujeres en influyentes comités legislativos [9]9 — Conviene destacar que la concentración de mujeres en «cuestiones sociales» reproduce la concentración mundial de mujeres minstras del gabinete en las carteras de Asuntos Sociales; Familia/Infancia/Juventud/Gente mayor/Personas con discapacidad; Medio ambiente/Recursos naturales/Energía; Ocupación/Trabajo/Formación profesional. Ved UN Women, “Women in Politics 2019” (mapa), https://www.unwomen.org/en/digital-library/publications/2019/03/women-in-politics-2019-map   .

En muchos aspectos Túnez es un caso único, dado que empezó con un alto nivel de representación política femenina incluso antes de la democratización, y adoptó una cláusula de paridad de género en la constitución del 2014. Las mujeres estaban intensamente implicadas en el proceso constitucional, incluso como miembros de la Asamblea Constituyente y en su liderazgo (International IDEA, 2019). Túnez también fue testigo de notables aumentos en la presencia de las mujeres en las elecciones locales; efectivamente, el porcentaje actual de mujeres en los cargos de gobierno es el doble que la media global.

Governanza local

Tal como se puede ver en la Tabla 1, de los nueve países mediterráneos árabes examinados en este artículo, todos tienen cuotas tanto a nivel local como nacional excepto el Líbano y Siria. Túnez es el que mejor representación de mujeres tiene tanto en la gobernanza nacional como local.

Según un informe de la ONU sobre la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, en 103 países y zonas con datos relevantes, la representación de las mujeres en órganos deliberativos locales electos variaba de menos de un 1% a casi la paridad (50%), con una media de un 26%. La representación de mujeres en el gobierno local es de un 40% o más en sólo 15 países y zonas; Túnez figura en este grupo de élite, y el año 2018 el porcentaje de mujeres tunecinas en cargos en los ayuntamientos locales era de un 48,5%, comparado con la media de un 17,7% de la región MENA [11]11 — Ved esta web. . En cuanto al nivel nacional, Túnez incluso antes del 2011 iba ―tal como se ha señalado― por delante de otros países a nivel local, y las mujeres tenían un 27% de los cargos municipales. Como he argumentado en otro lugar [12]12 — Moghadam, 2018. “Explaining Divergent Outcomes of the Arab Spring: The Significance of Gender and Women’s Mobilizations.”  Politics, Groups, and Identities, 6 (4). First on-line 31 Jan. 2017, Available online.  , ), la presencia de mujeres tunecinas antes de las revueltas de la Primavera Árabe ayudó a proteger y ampliar su participación, derechos y liderazgo posteriores.

Els estudis mostren que quan s’adopten quotes de gènere legislades, s’elegeixen percentatges significament més alts de dones tant a nivell nacional com local

Los estudios muestran que cuando se adoptan cuotas de género legisladas, se eligen porcentajes significativamente más altos de mujeres tanto a nivel nacional como local[13]13 — UN 2019, p. 26 . Por lo que respecta al 2020, las cuotas de mujeres a nivel subnacional en los estados mediterráneos árabes son: 30-35% en Argelia; 30% en Marruecos y Jordania; 25% en Egipto; y 20% en Palestina. En Túnez, la ley 7 del 2017, que modifica la ley electoral del 2014, estipula la paridad de género a nivel subnacional/municipal. Hasta el año 2007 las mujeres argelinas constituían sólo un 8,2% de los representantes de consejos locales, pero esta cifra aumentó hasta el 17,6% el último año. (Ver Tabla 1.) En Marruecos en el 2003, sólo un 0,5% de los representantes municipales electos eran mujeres; hoy en día, después de implementar una cuota, las mujeres representan a un 21% de los consejeros locales.

La agencia de las mujeres: factores que lo hacen posible y retos

Las cuotas, por lo tanto, importan como vías hacia la representación política de las mujeres mediterráneas árabes y el cambio social. De rebote, el nivel educativo cada vez más alto, la implicación de la sociedad civil y la experiencia laboral en trabajos y profesiones han ampliado el grupo de mujeres disponibles para ocupar cargos públicos. Antes del 2010, las mujeres argelinas constituían un 38%, y las mujeres tunecinas un 42%, del profesorado universitario. El ámbito del derecho ha sido testigo de una gran presencia de mujeres, con abogadas como figuras clave en la reforma legal en Argelia, Jordania, Marruecos y Túnez. Las periodistas, directoras de cine, autoras y blogueras han aumentado la visibilidad pública de las mujeres. Un indicador clave en las relaciones de género es la presencia de juezas, dado que las interpretaciones ortodoxas de la ley de la Sharía impiden a las mujeres ocupar este cargo y el testigo de dos mujeres es igual en el de un hombre. En Argelia en el 2010, el 37% de todos los jueces eran mujeres; en Marruecos, era de un 24% y a Túnez de un 28%. Casi la mitad del tribunal constitucional de Túnez lo formaban mujeres en el 2010 [14]14 — OECD and CAWTAR. 2012. Women in Public Life: Gender, Law, and Policy in the Middle East and North Africa. MENA OECD Governance Project in cooperation with CAWTAR, Tunis. Paris: OECD  , y en el 2012 una mujer presidió un tribunal administrativo. En Marruecos, la representación femenina en los altos tribunales aumentó en un 23% en el 2004 a un 26% en el 2010. Como resultado de las enmiendas constitucionales del 2011 de Marruecos y el artículo 111 que permitía a los jueces formar asociaciones independientes, un grupo de mujeres juristas crearon el Association marocaine des femmes juges; una de su prioridad es «promover una cultura de igualdad de género y de oportunidades». En el 2018, un 42% de los jueces en Argelia, un 23,5% en Marruecos, y un 43% en Túnez eran mujeres [15]15 — ESCWA. 2018. “Women in the Judiciary: A Stepping Stone towards Gender Justice.” Beirut: United Nations Economic and Social Commission for West Asia (ESCWA).   .

Sin embargo, sigue habiendo retos en términos tanto de actitudes y valores conservadores como de limitadas oportunidades laborales para diferentes clases de mujeres. Tanto el World Values Survey (olas 6 y 7) como el Arab Barometer ponen de manifiesto que una amplia mayoría de ciudadanos ―de la orden del 70%― están de acuerdo o muy de acuerdo que los hombres son mejores líderes políticos. Entre las mujeres el acuerdo es de alguna manera menor pero todavía alto (un 60%). La Ola 6 del WVS tuvo lugar entre 2010 y 2014, y la Ola 7 entre 2017 y 2020. Egipto y Jordania, incluidos en las dos olas, siguen siendo muy conservadores en cuanto a mujeres y hombres como líderes políticos. Por el contrario, el cambio en Túnez es espectacular, demostrando que la representación política de las mujeres cambia las cosas. Mientras que durante la Ola 6 un alto porcentaje entre hombres y mujeres ―un 72,5% y un 61%, respectivamente― opinaban que los hombres son mejores líderes políticos, la Ola 7 muestra cómo estas cifras caen hasta un 57,7% en la opinión entre los hombres y un 48.4% entre las mujeres . Las actitudes son menos conservadoras en Marruecos y en el Líbano. En la Ola 6, sólo un 51% de las libanesas encuestadas opinaba que los hombres son mejores líderes políticos; en Marruecos era sólo de un 45%. En la Ola 7, las cifras para el Líbano son todavía más sorprendentes: sólo un 46% de hombres y un 36% de mujeres opinaban que los hombres son mejores líderes políticos. (Marruecos no fue encuestado en la Ola 7.) Dado que el Líbano no ha adoptado una cuota de género y tiene una insignificante representación parlamentaria, ministerial y local femenina (ved Tabla 1), probablemente estos valores se deben a la alta insatisfacción con el sistema confesional dirigido por hombres, así como la presencia de una considerable población de ciudadanos cristianos y liberales.

Los resultados de la Ola 5 del Arab Barometer pegan con los del WVS. Aunque la mayoría de ciudadanos árabes consideran aceptable tener una presidenta o una primer ministro, sólo Túnez, el Líbano y especialmente Marruecos muestran actitudes relativamente igualitarias sobre el liderazgo político de las mujeres. Efectivamente, sólo un 46% de los marroquíes y justo un 25% de las marroquíes opinan que los hombres son mejores líderes políticos. Los argelinos, sin embargo, están mucho más a favor de líderes políticos hombres ―seguramente un resultado sorprendente teniendo en cuenta la insatisfacción con le pouvoir dominado por hombres y las protestas de masas del 2019. Como en el caso del WVS, Arab Barometer encuentra opiniones conservadoras arraigadas entre los jordanos y especialmente los egipcios [17]17 — Anàlisi de l’autora dels informes de l’Arab Barometer. Vegeu també https://www.arabbarometer.org/2020/02/opinion-on-arab-women-and-political-power/ .

A pesar de que la mayoría de los ciudadanos árabes consideran aceptable tener una presidenta o una primer ministro, solo Túnez, el Líbano y especialmente Marruecos muestran actitudes relativamente igualitarias sobre el liderazgo político de las mujeres

Al mismo tiempo, sólo una minoría de mujeres mediterráneas árabes están interesadas en política, de la orden del 21-24%, con los porcentajes más bajos en Egipto y Argelia (12-13%). Un motivo puede tener que ver con el decepcionante historial de políticos por todos los países, especialmente en temas económicos y de empleo. (El interés masculino por la política es igualmente bajo, a pesar de ser más alto que el de las mujeres, según los resultados del 2018-19 Arab Barometer.) Otro puede ser que el notable aumento del acceso de las mujeres a puestos de trabajo profesionales se concentra en una pequeña parte de la población activa femenina, favoreciendo mujeres con alto nivel de estudios de familias más liberales. Es menos probable que las mujeres con menos estudios, menos ingresos y de familias más conservadoras busquen trabajo, teniendo en cuenta las inseguras condiciones laborales. En todo caso, las tasas de paro más elevadas las encontramos en mujeres con estudios universitarios, que buscan trabajo pero se encuentran ante oportunidades cada vez más exiguas tanto en el sector público como en el privado. La caída del turismo y también de la inversión extranjera directa no ha hecho sino agravar el largo problema del paro juvenil y femenino. Pero el bajo interés de las mujeres puede también estar relacionado con las responsabilidades familiares que tienen. El trabajo de las mujeres cuidando de la casa y de los hijos requiere considerable tiempo y energía, agravados por la falta de equipamientos preescolares o de cuidado de los niños asequibles y de calidad [18]18 — Karshenas, Massoud and Valentine M. Moghadam. 2021. “Female Labour Force Participation and Women’s Employment: Puzzles, Problems, and Research.” In Hassan Hakimian (ed.), The Routledge Handbook of Middle East Economics.  .

Finalmente, el conflicto y la inestabilidad en ciertas zonas de la región mediterránea árabe impiden las participaciones políticas de las mujeres al aumentar los peligros de su presencia pública; Libia es un caso claro (p. ej., los asesinatos de destacadas mujeres activistas después de 2011). El conflicto sirio y el desplazamiento interior forzado han retrasado cualquier avance que las mujeres habían hecho, creando al mismo tiempo un gran número de mujeres y chicas en situaciones vulnerables, precarias y peligrosas. Sin embargo, una señal positiva es que el año 2019, «el gobierno sirio y los grupos de la oposición acordaron establecer un Comité Constitucional para empezar a trabajar en la reforma constitucional. Las mujeres están representadas tanto en el Comité Constitucional como el Comité de redacción… debido, sobre todo, a la intervención internacional como aparte del proceso de paz mediato» [19]19 — International IDEA. 2019. Women Constitution-Makers: Comparative Experiences with Representation, Participation and Influence.  Stockholm: International IDEA.  .

Conclusiones y recomendaciones

Veinticinco años después del Proceso de Barcelona, la cooperación regional que podría atenuar los problemas económicos y de empleo que están devastando los países mediterráneos todavía no se ha cumplido, especialmente a raíz del crecimiento de partidos y gobiernos populistas de extrema derecha en Europa [20]20 — Woertz, Eckart and Eduard Soler i Lecha. 2020. “Populism and EuroMediterranean cooperation: The Barcelona Process 25 years after.” Mediterranean Politics, DOI: 10.1080/13629395.2020.1799165  . El apoyo a la democracia sigue siendo alto en los países mediterráneos árabes, especialmente en aquellos con partidos políticos islamistas en el gobierno, pero este apoyo no es necesariamente estable ante la inseguridad física y económica [21]21 — Cammett, Melani, Ishac Diwan, and Irina Vartanova. 2020. “Insecurity and political values in the Arab world.” Democratization, 27(5): 699-716. . Estas realidades tienen implicaciones para la agencia y el empoderamiento de las mujeres mediterráneas árabes. Las revueltas de la Primavera Árabe han comportado un avance limitado en la calidad y la legitimidad de las instituciones del Estado, los servicios públicos y el sector privado, lo cual sugiere la necesidad de nuevas formas de gobernanza que incluyan el conocimiento y la capacidad de las mujeres. Hacen falta también interacción, coordinación y colaboraciones entre organizaciones de derechos de las mujeres y los grupos parlamentarios de mujeres dentro de los países, más allá de las fronteras y entre los socios mediterráneos europeos y árabes. Las sinergias transfronterizas podrían servir el doble objetivo de reforzar la presencia política y el poder de las mujeres y mejorar la paz regional, la seguridad de las mujeres y el progreso para todas las ciudadanas y los ciudadanos.


Tabla 1. Sistemas políticos, cuotas electorales y representación de mujeres, países mediterráneos árabes (circa 2020)
PaísTipo de sistema políticoTipo de cuota electoral
(año de adopción)
Porcentaje de escaños parlamentarios de mujeres (año más reciente)Porcentaje de mujeres, gobernanza local (2018-2019)Mujeres en cargos ministeriales (proporción de mujeres)*
AlgeriaRepública (multipartidista)Cuotas variables legisladas 20%-50% tanto a nivel nacional como local (2012)26% (2017)17,6%13%
EgiptoRepública (militar autoritaria)No legislada a nivel nacional; 25% para consejos locales (2014)15% (2015)24%
JordaniaMonarquía (constitucional)Legislada 15 cargos reservados a nivel nacional; 30% a nivel local (2010, 2012)15% (2016)32%21%
LíbanoRepública (confesional) Ninguno4,7% (2019)4%3,4%
LibiaEstado fallido/divididoLista legislada cremallera a nivel nacional (2012, 2013); cargos reservados a nivel local «para revolucionarias con necesidades especiales y mujeres»16% (2014)
MarruecosMonarquía (constitucional, multipartidista)Legislada 60 cargos reservados a nivel nacional; 30% a nivel subnacional (consejos regionales)21% (2016)21%5,6%
Autoridad Palestina20% elecciones locales (2005)13% (2006)
Rep. Árabe SirianaRepúblicaNinguno / No aplicable13% (2016)7% 13%
TúnezRepública (democrática, multipartidista)Lista cremallera legislada tanto a nivel nacional como local; la constitución de 2014 estipula la paridad de género 25% (2019)48,5% 10%

Fuentes: Gender Quotas Database / International IDEA, https://www.idea.int/data-tools/data/gender-quotas/database. Govern local: https://unstats.un.org/sdgs/indicators/database/

* Forum Económico Mundial, Global Gender Gap Report 2020 (todas las fuentes consultadas el setiembre de 2020).


  • REFERENCIAS

    1 —

    Charrad, Mounira M. and Amina Zarrugh2014. “Equal or complementary? Women in the new Tunisian Constitution after the Arab Spring.” The Journal of North African Studies 19 (2): 230–243. 

    2 —

    Moghadam, Valentine M. 2013. Modernizing Women: Gender and Social Change in the Middle EasteBoulder and London: Lynne Rienner Publishers. 3rd ed.  

    3 —

    Abdelmonem, Angie and Susana Galán. 2017. “Action-Oriented Responses to sexual harassment in Egypt: The Cases of HarassMap and WenDo.” Journal of Middle East Women’s Studies 13 (1): 154-164 

    4 —

    El Watan, « Declaration: Femmes Algeriennes pour un changement vers l’egalité (21 March 2019), Available online

    6 —

    El Watan, « Declaration: Femmes Algeriennes pour un changement vers l’egalité (21 March 2019), available at www.elwatan.com/. 

    7 —

    Todas las dadas de la Interparliamentary Union están disponibles online

    8 —

    Shalaby, Marwa and Laila Elimam2017. “Women in Legislative Committees in Arab Parliaments.” Carnegie Sada Middle East Analysis (April 26), Available online.  

    9 —

    Conviene destacar que la concentración de mujeres en «cuestiones sociales» reproduce la concentración mundial de mujeres minstras del gabinete en las carteras de Asuntos Sociales; Familia/Infancia/Juventud/Gente mayor/Personas con discapacidad; Medio ambiente/Recursos naturales/Energía; Ocupación/Trabajo/Formación profesional. Ved UN Women, “Women in Politics 2019” (mapa), https://www.unwomen.org/en/digital-library/publications/2019/03/women-in-politics-2019-map  

    10 —

    International IDEA. 2019. Women Constitution-Makers: Comparative Experiences with Representation, Participation and Influence.  Stockholm: International IDEA. 

    11 —

    Ved esta web.

    12 —

    Moghadam, 2018. “Explaining Divergent Outcomes of the Arab Spring: The Significance of Gender and Women’s Mobilizations.”  Politics, Groups, and Identities, 6 (4). First on-line 31 Jan. 2017, Available online

    13 —

    UN 2019, p. 26

    14 —

    OECD and CAWTAR. 2012. Women in Public Life: Gender, Law, and Policy in the Middle East and North Africa. MENA OECD Governance Project in cooperation with CAWTAR, Tunis. Paris: OECD 

    15 —

    ESCWA. 2018. “Women in the Judiciary: A Stepping Stone towards Gender Justice.” Beirut: United Nations Economic and Social Commission for West Asia (ESCWA).  

    16 —

    Anàlisi de l’autora dels resultats del WVS per a les preguntes V51 (Onada 6) i Q29 (Onada 7).

    17 —

    Anàlisi de l’autora dels informes de l’Arab Barometer. Vegeu també https://www.arabbarometer.org/2020/02/opinion-on-arab-women-and-political-power/

    18 —

    Karshenas, Massoud and Valentine M. Moghadam. 2021. “Female Labour Force Participation and Women’s Employment: Puzzles, Problems, and Research. In Hassan Hakimian (ed.), The Routledge Handbook of Middle East Economics. 

    19 —

    International IDEA. 2019. Women Constitution-Makers: Comparative Experiences with Representation, Participation and Influence.  Stockholm: International IDEA. 

    20 —

    Woertz, Eckart and Eduard Soler i Lecha2020. Populism and EuroMediterranean cooperation: The Barcelona Process 25 years after.” Mediterranean Politics, DOI: 10.1080/13629395.2020.1799165 

    21 —

    CammettMelaniIshac Diwan, and Irina Vartanova. 2020. “Insecurity and political values in the Arab world.” Democratization, 27(5): 699-716.

Valentine Moghadam

Valentine Moghadam

Valentine M. Moghadam es profesora de sociología y asuntos internacionales en la Universidad Northeastern de Boston. Nacida en Teherán (Irán), Moghadam cursó su educación superior en Canadá y en Estados Unidos. Además de su carrera académica, ha sido coordinadora del programa de investigación sobre las mujeres y el desarrollo en el Instituto WIDER de la UNU (Helsinki, 1990-1995) y jefa de sección sobre igualdad de género y desarrollo del Sector de Ciencias sociales y Humanas de la UNESCO (París, 2004-2006). Entre sus numerosas publicaciones, es autora del premiado libro Globalizing Women: Transnational Feminist Networks (2005) y de Globalization and Social Movements: The Populist Challenge and Democratic Alternatives (2020).