Este año se cumplen 100 años de la creación de Acció Catalana, una escisión de las juventudes de la Lliga Regionalista. Entre los impulsores de esta iniciativa, se encontraba Lluís Nicolau d’Olwer. Antes que político, fue un erudito y humanista que se dedicó a la política, por imperativo moral, como siempre lo justificaba. Con Acció Catalana, empezó una importante carrera política, que lo llevó a formar parte del Pacto de San Sebastián en 1930 y del Comité Revolucionario que surgió de aquella reunión. Desde que se instauró la Dictadura de Primo de Rivera en 1923, Nicolau d’Olwer se exilió voluntariamente, y además de participar en asuntos académicos muy importantes, y de realizar un viaje por el Mediterráneo, llevó la represión de la lengua y la cultura catalanas ante la Sociedad de Naciones. Con la proclamación de la Segunda República, fue nombrado Ministro de Economía durante el periodo constituyente y, representó España en la Conferencia Económica Mundial en Londres, en 1933; Su partido, Acció Catalana, formó parte de la candidatura unitaria del Frente Popular en las elecciones de 1936, y, en marzo de aquel mismo año, fue nombrado Gobernador del Banco de España, durante la Guerra Civil. Con la derrota de Barcelona y la Segunda República, tomó el largo camino del exilio, primero en Francia, donde sufriría persecuciones y prisión, y a partir de 1946 en México, donde entre 1947 y 1951 fue el Embajador de la Segunda República en el exilio. Murió en México el 24 de diciembre de 1961.
Aprovechando el exilio
Su primer exilio, a partir de 1923, Nicolau d’Olwer lo vivió a caballo entre París y Ginebra, donde estaba la sede de la Sociedad de Naciones. Siempre que podía, Nicolau d’Olwer daba a conocer la cultura catalana en el exterior, y tanto él como otros miembros del Instituto de Estudios Catalanes en estos años, contribuyeron a consolidar uno de los momentos más importantes de la lengua catalana. Como la Dictadura de Primo de Rivera quería hacer desaparecer el Institut d’Estudis Catalans, asfixiándolo económicamente, a través la disolución de la Mancomunitat, el líder de Acció Catalana colaboró estrechamente con muchas instituciones internacionales para poner en valor el hecho diferencial cultural y lingüístico catalán. En la sede de la Sociedad de Naciones, Nicolau d’Olwer y Manuel Massó actuaron como observadores a lo largo de los años que se quedaron en el exilio, entre 1924-1931 [1]1 — FABREGAT FRUNCIDO, R. (1952) Macià: su actuación al extranjero. Ediciones Catalanas de México, México, p. 37. .
No obstante, no había muchas esperanzas para las minorías que no habían sido reconocidas en el Tratado de Minorías surgido en 1919. Sin embargo, en 1922 durante la III Asamblea Anual de la Sociedad de Naciones se aprobó la proposición de Murray [2]2 — Gilbert Murray (1866-1957) humanista, profesor de griego en Oxford y político del Partido Liberal británico, Vicepresidente de la Liga de Estados Pro-Sociedad de Naciones (1916); Entre 1921-22 fue el delegado de la Liga por Sur-África. Fue uno de los grandes impulsores de la revisión de los Tratados de Minores. A pesar de su importante ascendencia durante los primeros años en la Sociedad de Naciones, Murray fue perdiendo su rol protagonista, y eso se traduciría en pérdida de fuerza de sus propuestas. Véase: Seixas Núñez, Xosé Manuel, El problema de las nacionalidades en la Europa de entreguerras. El congreso de las Nacionalidades Europeas (1925-1938), Tesis doctoral, 1992, pp, 159, 189 y 218. , según la cual se dejaba en manos de cada Estado miembro, la oportunidad de aplicar los mismos principios del Tratado de Minorías, a cada una de sus minorías. Así, tanto Nicolau de Olwer como Massó consideraron que aquel marco jurídico era adecuado para defender las pretensiones catalanistas [3]3 — NUÑEZ SEIXAS, X.M. (2010) Internacionalizando el nacionalismo: el catalanismo político y la cuestión de las minorías nacionales en Europa (1914-1936) [traducción de Montserrat Mas Villar] Afers, Catarroja, Valencia. . Durante el periodo de la dictadura, entre 1923 y 1930, se llevaron a cabo las actividades y acciones más importantes en favor de la lengua y la cultura catalanas en torno a la Sociedad de Naciones. Por su importancia y calado, destacan los trabajos de Joan Estelrich [4]4 — ESTELRICH, J. (1929) La qüestió de les minories nacionals. Barcelona: Llibreria Catalonia. y Maspons i Anglasell [5]5 — MASPONS I ANGLASELL, F. (1929) Tornant de Ginebra. Barcelona: Llibreria Catalonia. .
En virtud de la nueva realidad jurídica surgida de los tratados de paz después de la Primera Guerra Mundial, se garantizaba a las minorías nacionales «la conservació de llurs característiques espirituals més destacades» [6]6 — PERUCHO I BAHÍA, A. (1930) Cataluña sota la dictadura: dades per a la història. Badalona: Proa. . En el caso de la lengua y la cultura catalanas, desde sectores catalanistas se quería hacer valer este principio para Cataluña. Con este objetivo, el Consejo de Acció Catalana se reunió en Perpiñán a inicios de 1924, para hablar sobre cómo abordar el abandono que la lengua y la cultura catalanas estaban sufriendo bajo la dictadura, con el fin de dirigirse a la Sociedad de Naciones. Así, el año 1924 fue de vital importancia para Cataluña en el ámbito internacional [7]7 — NUÑEZ SEIXAS, 2010, op. cit.: 113-206, donde el autor desarrolla la importancia que tuvo la internacionalización del caso catalán, como una herramienta de presión contra los regímenes dictatoriales «…que había suprimido todas las instituciones de autogobierno catalanas y prohibido el uso oficial del idioma catalán…». porquè, como dijo Artur Perucho «Es posà el problema català a la Societat de Nacions; […] i posà, així, la primera pedra de l’edifici…» [8]8 — PERUCHO, 1930, op. cit.: p. 237. .
Nicolau d’Olwer fue el encargado de redactar el documento surgido de la reunión del Consejo de Acció Catalana, y que se tendría que presentar ante el organismo internacional. Antes, era necesario presentar el escrito al resto de delegados catalanes, y posteriormente someterlo al visto bueno de todas las fuerzas catalanistas. A pesar de los esfuerzos invertidos, la documentación y las súplicas dirigidas a la Sociedad de Naciones, no tendrían ningún efecto. A partir de aquí, tanto Massó como Nicolau d’Olwer, empezaron varios contactos con figuras destacadas de la política internacional, especialmente de aquellos países que tenían una delegación en la Asamblea de la Sociedad de Naciones. Esta tarea se llevó a cabo en gran parte en Ginebra, pero también llevó a nuestro hombre a Londres, Bruselas y París.
Nicolau d’Olwer tuvo una gran amplitud de miras respecto de la Sociedad de Naciones; argumentaba que más allá de una organización surgida para garantizar y organizar la paz, tenía muchas otras finalidades y un campo de actuación de amplio espectro
El 28 de junio se celebró en Lyon la Asamblea general de la Unión Internacional de Asociaciones Pro Sociedad de Naciones, en la cual Nicolau de Olwer propuso una síntesis de las desideratas de las minorías no protegidas [9]9 — PERUCHO, 1930, p. 233. . En estos momentos, el líder de Acció Catalana fue a todos los congresos y asambleas de la Sociedad de Naciones, cogiendo notas que después enviaba a La Publicitat. A pesar del intento fallido, supo aprovechar la libertad de propaganda y, en Ginebra, estableció muchos contactos con personas interesadas sobre todo periodistas de rotativos destacados —en el asunto de las minorías nacionales, a las cuales entregó información en inglés y en francés sobre el pleito catalán— [10]10 — PERUCHO, 1930, p. 235. . Dos de estas personas interesadas fueron el redactor del Frankfürter Zeitung y Herr Ewald que fueron a ver a Nicolau d’Olwer y qué, fruto de aquel encuentro, surgió la idea de hacer un Congreso de Minorías Nacionales el año siguiente, 1925, y que sería el origen de los Congresos de las Nacionalidades Europeas, en los cuales Cataluña tendría un papel destacado [11]11 — Para saber más sobre este asunto, véase: PERUCHO, 1930, op. cit. .
Reflexiones sobre la Sociedad de Naciones
Nicolau d’Olwer tuvo una gran amplitud de miras respecto de la Sociedad de Naciones, a pesar del fracaso que había supuesto la gestión hecha en la sede de Ginebra; argumentaba que más allá de una organización surgida para garantizar y organizar la paz, la organización tenía muchas otras finalidades y un campo de actuación de amplio espectro. Dentro de la Sociedad de Naciones, latían tres, en opinión del líder de Acció Catalana: la primera en un ámbito muy concreto y limitado sería el círculo de «…la que formen les potències fundadores, ex aliades de la gran guerra, per tal de garantir-se mútuament l’execució dels tractats de pau…»; la segunda configurada en torno a un segundo círculo más abierto, formado por una especie «de confederació integrada per tots els signataris del pacte, amb el principi d’evitar conflictes entre ells i, si esclaten, de solucionar-los per mitjans pacífics…»; y finalmente la tercera, un círculo mucho más amplio e impreciso «que es manifesta per la col·laboració d’Estats no signataris del pacte, a diverses iniciatives de la Societat (conferència econòmica, desarmament, etc.)»[12]12 — BALCELLS I GONZÁLEZ, Albert. (2007) Democracia contra dictadura: escritos políticos, 1915-1960, Lluis Nicolau d’Olwer. Instituto de Estudios Catalanes, Barcelona. . Nicolau d’Olwer creía que este campo de actuación tan amplio complicaba demasiado la tarea de la organización, precisamente por la existencia de pueblos con particularidades nacionales fuera del contexto europeo, que de requerir una atención más precisa por parte de Europa, podría dar pie a una desatención del resto. Uno de los reproches internacionales más habituales dirigidos al organismo era que la Sociedad de Naciones, sólo pensaba en Europa, y por eso se había gestado en 1926 la liga panasiática. Porque, tal como reconoció el propio Nicolau d’Olwer, el problema de las minorías en Europa era muy diferente al del resto de continentes. Europa tenía en suspense las políticas relacionadas con las minorías y Nicolau d’Olwer advertía que se podían convertir en una amenaza contra la paz. A su parecer, era necesario algún tipo de mecanismo o garantía que imposibilitara la opresión de las nacionalidades o minorías nacionales dentro de los diferentes Estados europeos [13]13 — BALCELLS, 2007, op. cit. p. 168. .
Todavía en aquellos años de entreguerras, Nicolau d’Olwer confiaba en la tarea que se podía llevar a cabo en la Sociedad de Naciones; mantenía la fe en la institución a pesar de sus defectos, tal como reflexionaba en un artículo en La Publicitat del 21 de julio de 1928. Desde su creación, el organismo internacional, había interesado cada vez más a la opinión pública de todo el mundo. Para el líder de Acció Catalana, eso era sintomático por el peso que la Sociedad empezaba a tener para resolver asuntos entre Estados, para consternación de aquellos que la difamaban y que apelaban al repliegue dentro de las fronteras propias. Para bien o para mal, decía Nicolau d’Olwer, la Sociedad de Naciones era del todo necesaria, no obstante, también era crítico y consciente, pues para él probablemente habría que renovarla a nivel estructural y funcional. El líder de Acció Catalana siempre se distinguió por el razonamiento equilibrado, y en estas reflexiones se aprecia una voluntad de defensa de la institución, en que reconoce que no se la puede cuestionar por no haber hecho aquello que no podía hacer. Y es que la Sociedad de Naciones había nacido con carencias conscientes o inconscientes, y, por lo tanto, un organismo internacional, creado en el contexto en que se había creado —después de una guerra terrible— no podía ejercer ningún tipo de funciones, salvo aquellas estipuladas y establecidas en el acta fundacional. Nicolau d’Olwer decía que, aunque la Sociedad de Naciones probablemente no era perfecta, era «un progrés immens respecte el campi qui pugui d’estats de l’avantguerra» [14]14 — NICOLAU D’OLWER, L., La Publicitat, 21/VII/1928, p. 1, «L’opinió pública internacional». . Muchos años después, Nicolau d’Olwer afirmaría que «Macià, a Prats de Molló, havia fet més per Catalunya que tots els memorials adreçats a la Societat de Nacions» [15]15 — NICOLAU DE OLWER, LLUÍS. (1958) Caliu: records de mestres i amics. México: Fournier. p. 35. , decepcionado como quedó por los pocos resultados que alcanzó en sus intentos por internacionalizar el caso catalán.
En conclusión, en el contexto de la Dictadura de Primo de Rivera, a partir de 1923 y visto la proscripción de la lengua y cultura catalanas, los partidos catalanistas desde el exilio llevaron a cabo una serie de acciones en torno a la Sociedad de Naciones. Desde tener una presencia destacada en los diferentes organismos vinculados a la misma sociedad, bien haciendo una verdadera tarea paradiplomática, como también publicando escritos. El objetivo de toda esta acción estaba destinado a sensibilizar, sobre el caso catalán en concreto, en el ámbito de los Tratados de Minorías surgido unos años antes, así como singularizarse y mirarse al espejo con otras minorías europeas que luchaban por su reconocimiento nacional diferencial.
Nicolau d’Olwer siempre se mostró proclive a utilizar la tribuna de la Sociedad de Naciones para denunciar la represión de la lengua y cultura catalanas
Nicolau d’Olwer siempre se mostró proclive a utilizar la tribuna de la Sociedad de Naciones para denunciar la represión de la lengua y cultura catalanas; puso mucha fe, pero al mismo tiempo fue consciente de las carencias del organismo. A pesar de los esfuerzos que se dedicaron, finalmente se vieron frustradas las intenciones de alcanzar el mencionado reconocimiento. Los partidos catalanistas tuvieron que esperar al fin de la Dictadura en 1931, y la llegada de la Segunda República, para qué el catalán y la cultura catalanas, tuvieran el reconocimiento por parte del Gobierno central. A partir de 1931, empezaría toda otra lucha.
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Referencias
1 —FABREGAT FRUNCIDO, R. (1952) Macià: su actuación al extranjero. Ediciones Catalanas de México, México, p. 37.
2 —Gilbert Murray (1866-1957) humanista, profesor de griego en Oxford y político del Partido Liberal británico, Vicepresidente de la Liga de Estados Pro-Sociedad de Naciones (1916); Entre 1921-22 fue el delegado de la Liga por Sur-África. Fue uno de los grandes impulsores de la revisión de los Tratados de Minores. A pesar de su importante ascendencia durante los primeros años en la Sociedad de Naciones, Murray fue perdiendo su rol protagonista, y eso se traduciría en pérdida de fuerza de sus propuestas. Véase: Seixas Núñez, Xosé Manuel, El problema de las nacionalidades en la Europa de entreguerras. El congreso de las Nacionalidades Europeas (1925-1938), Tesis doctoral, 1992, pp, 159, 189 y 218.
3 —NUÑEZ SEIXAS, X.M. (2010) Internacionalizando el nacionalismo: el catalanismo político y la cuestión de las minorías nacionales en Europa (1914-1936) [traducción de Montserrat Mas Villar] Afers, Catarroja, Valencia.
4 —ESTELRICH, J. (1929) La qüestió de les minories nacionals. Barcelona: Llibreria Catalonia.
5 —MASPONS I ANGLASELL, F. (1929) Tornant de Ginebra. Barcelona: Llibreria Catalonia.
6 —PERUCHO I BAHÍA, A. (1930) Cataluña sota la dictadura: dades per a la història. Badalona: Proa.
7 —NUÑEZ SEIXAS, 2010, op. cit.: 113-206, donde el autor desarrolla la importancia que tuvo la internacionalización del caso catalán, como una herramienta de presión contra los regímenes dictatoriales «…que había suprimido todas las instituciones de autogobierno catalanas y prohibido el uso oficial del idioma catalán…».
8 —PERUCHO, 1930, op. cit.: p. 237.
9 —PERUCHO, 1930, p. 233.
10 —PERUCHO, 1930, p. 235.
11 —Para saber más sobre este asunto, véase: PERUCHO, 1930, op. cit.
12 —BALCELLS I GONZÁLEZ, Albert. (2007) Democracia contra dictadura: escritos políticos, 1915-1960, Lluis Nicolau d’Olwer. Instituto de Estudios Catalanes, Barcelona.
13 —BALCELLS, 2007, op. cit. p. 168.
14 —NICOLAU D’OLWER, L., La Publicitat, 21/VII/1928, p. 1, «L’opinió pública internacional».
15 —NICOLAU DE OLWER, LLUÍS. (1958) Caliu: records de mestres i amics. México: Fournier. p. 35.

Rokayah Navarro García
Rokayah Navarro García es doctora en Historia Contemporánea por la Universidad de Barcelona con la tesis Lluís Nicolau d’Olwer. Biografia política i d’exili d’un intel·lectual català, 1917-1961. Cultura, republicanisme i democràcia, defendida en 2017. Es docente en las Aulas Universitarias para Gente Grande de la Universidad de Barcelona, y también es docente en diferentes centros cívicos de Barcelona. Ha participado en algunas conferencias e impulsa rutas guiadas y la gestión de clubs de lectura de novela histórica.