
Diari de les idees 45
05 julio 2021
Ideas de actualidad
Después de tres ediciones dedicadas monográficamente a los primeros 100 días de la presidencia de Joe Biden, a los fondos de recuperación europeos NextGeneration y al nuevo papel de China en las relaciones internacionales, reanudamos el curso habitual del Diari de les idees con los aspectos más relevantes de las últimas dos semanas. Destacamos de manera especial la situación en Oriente Medio, con el cambio de gobierno en Israel, las elecciones en la República islámica de Irán y la primera gira internacional del nuevo presidente de los Estados Unidos, con especial atención a las reuniones del G7, con la UE y con Vladímir Putin. Una nueva edición que, por descontado, también se hace eco de las repercusiones de los indultos y del clima de cierta distensión que se ha abierto entre los gobiernos catalán y español, a la espera todavía de desbloquear y abrir caminos para el diálogo y la negociación para solucionar el conflicto.
De entrada, subrayamos y valoramos que a pesar de la rotunda oposición de populares y socialistas, la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa ha adoptado por amplia mayoría -70 votos a favor, 28 en contra y 2 abstenciones- una resolución que reclama al Gobierno de Pedro Sánchez que abandone el proceso de extradición contra el expresidente Carles Puigdemont y el resto de políticos catalanes que viven en el extranjero y que son objeto de una orden europea de detención y entrega, y que reforme las disposiciones sobre el delito de sedición y rebelión.
En cuanto a la nueva etapa que abren los indultos, destacamos el artículo de Josep Maria Vallès que argumenta en El País que los indultos tendrían que dar el pistoletazo de salida de lo que será seguramente un largo camino hacia la distensión y que exige a los participantes reconocerse mutuamente, con su respectivo bagaje de creencias legales, políticas y culturales, diferentes entre sí y profundamente arraigadas. Con plena conciencia de que no comparten ni el ritmo, ni los pasos a seguir, ni el objetivo final. Vallès subraya que conviene tomar conciencia de algunos déficits en el punto de partida y de previsibles trampas que amenazarán el trayecto, y que quizás sería bueno contar con una sintética “rough guide” que nos advierta de la dureza del recorrido y nos prevenga contra ilusiones prematuras. En último término, después de los indultos, una nueva relación entre Cataluña y España tiene que avanzar sin prisa en la búsqueda de soluciones graduales y obtener la aprobación popular a través de las urnas. En la revista Contexto José Antonio Martín Pallín, comisionado de la comisión internacional de juristas, se escandaliza de que desde determinados sectores se considere los indultos como un ataque a los pilares de la separación de poderes. Por otra parte, también incide en que los tres partidos políticos -PP, Vox y Ciudadanos- que ya han anunciado una retahíla de recursos delante de la Sala Tercera del Tribunal Supremo quizás ignoren que el artículo 19 de la ley reguladora sólo contempla el ejercicio de la acción popular en los casos expresamente previstos por las leyes, circunstancia que no concurre en la ley del indulto.
A nivel internacional, la editorial del diario británico The Guardian señala que Pedro Sánchez ha asumido un riesgo político considerable al considerar que ha llegado el momento de empezar un proceso de reconciliación y que la sociedad española tiene que pasar de uno mal pasado a un futuro mejor, y que eso requerirá magnanimidad. El diario también considera que la respuesta excesiva y autoritaria de Madrid, encabezada por Mariano Rajoy y los jueces del Tribunal Supremo no hizo más que empeorar las cosas. En la misma línea, Tony Barber afirma en el Financial Times que los indultos son una apuesta y un acto de fe, y que a pesar del escepticismo respecto de la nueva etapa suponen un avance significativo. Considera que lo esencial es que el Gobierno español está enviando una poderosa señal a todos, ya sean independentistas catalanes o unionistas españoles, sobre su deseo de buscar un acuerdo con un espíritu de generosidad. Asimismo, el New York Times da voz a Jordi Cuixart en una entrevista anterior a los indultos donde queda patente que la situación de los políticos catalanes y de los demás represaliados plantea un dilema político serio para el Estado español. Finalmente, la editorial del diario portugués Público advierte que a la democracia española le falta el ingrediente fundamental de las democracias: el espacio de compromiso. Considera que el proceso independentista instigó la intolerancia, consumó la ruptura entre segmentos importantes de la sociedad, promovió la violación de las normas constitucionales, el encarcelamiento de los políticos como si fueran delincuentes comunes, y sumergió España en una crisis que parece no tener final. En este contexto, considera que la decisión de aprobar los indultos a los presos políticos catalanes se tiene que leer como un acto de coraje que debería servir para dejar atrás la vía penal y equivocada y construir puentes de diálogo, aunque los acuerdos hoy por hoy sean difíciles.
En relación al escenario geopolítico internacional destaca la reunión del G7 y Jeremy Cliffes señala en The New Statesman que la reciente cumbre se puede considerar modestamente exitosa pero evidencia la pérdida de peso de un Occidente que progresivamente se está quedando atrás ante el liderazgo chino. También repasa los principales temas que habrá que ir resolviendo a lo largo de los próximos meses como la recuperación económica tras la pandemia, el libre comercio entre los EE.UU. y la Unión Europea y la problemática del cambio climático, así como los valores democráticos compartidos. En este sentido, en la misma revista, James Crabtree argumenta que los EE.UU. llevan mucho tiempo intentando articular una alternativa viable a la Iniciativa de la Ruta de la Seda de Pekín. A raíz de la última reunión del G7 parece haber indicios que se llevará a cabo un nuevo intento bajo el nombre de Green Clean Initiative aunque de entrada el principal obstáculo parece que sea la falta de financiación. Es probable que el plan incluya un compromiso para crear un marco estratégico, pero eso sólo puede funcionar si se cuenta con voluntad política y recursos. Las infraestructuras son caras, y más todavía si se trata de proyectos transnacionales como las líneas ferroviarias o las redes eléctricas inteligentes. En el desarrollo de este proyecto está en juego la credibilidad de Occidente. Las economías emergentes observan con atención la seriedad con la que el G7 trata de competir con China. Y los planes que cuentan con pocos recursos siempre corren el riesgo de hacer más mal que bien. En la misma línea, Thomas Pepinsky y Jessica Chen Weiss consideran en Foreign Affairs que la pujanza de la nueva superpotencia se puede comprobar en sus relaciones con otros países del continente asiático como Filipinas y Myanmar, inaugurando una nueva época de cooperación entre países en la cual China se ha vuelto más ambiciosa en sus esfuerzos por hacer del orden internacional, un entorno más favorable a sus intereses. Ahora bien, los autores advierten que si China quiere defender el retorno a un sistema de convivencia mutua entre estados soberanos tendrá que reducir su política intrusiva en otras regiones (especialmente en Asia central y África).
El otro gran reto al que se enfrentan las democracias liberales es la Rusia de Vladímir Putin. Por este motivo, es interesante el análisis de Anna Nemtsova en The Atlantic de los equilibrios de poder que afectan a las políticas del Kremlin. El presidente ruso tiene que gestionar las dos grandes facciones que copan el poder: por una parte, los siloviki, u “hombres del poder”, un grupo autocrático apoyado por las agencias de seguridad, y por otra los tecnócratas, un grupo de gestores competentes y más liberales. Ambos grupos monopolizan casi todas las esferas de poder en Rusia, a la vez que las sanciones occidentales al régimen de Moscú no han hecho más que cohesionar a estas élites en torno a Vladímir Putin, en tanto que este nuevo tipo Guerra Fría ha reforzado la legitimidad del poder autoritario a los ojos de la población. Ahora mismo, la pugna se ha decantado en los últimos años hacia los siloviki endureciendo la represión contra cualquier grupo opositor y determinando las grandes decisiones de Putin que se ha alejado de las élites más liberales. <A[Por|Para]>Para la autora, lo mejor que Occidente puede hacer para debilitar el autoritarismo en Rusia, no es apoderar a los disidentes sino fortalecer las propias democracias liberales ante las amenazas extremistas. Por su parte Katrin Manson reseña en Financial Times la intensificación de las campañas de desinformación sobre la vacunación por parte de Rusia, a la vez que se relacionan también ciberataques de hackers con el objetivo de socavar las instituciones y los gobiernos democráticos liberales.
Otro escenario que habrá que seguir con mucha atención a lo largo de los próximos meses es Irán y las posibilidades de retorno al pacto nuclear con los Estados Unidos. Jay Mens analiza en Foreign Policy las guerras internas de influencias que se dirimen en el seno del poder en Teherán y que siempre han sido un problema endémico de la vida política iraní desde 1979. En este contexto, parece que Ebrahim Raisi, recientemente elegido presidente, más que competir con Jamenei, será el cómplice perfecto del plan de Jamenei para hacer que la República Islámica de Irán sea más “islámica” y menos “república”. Como ya sucedió en 2005, Jamenei está allanando el camino para que el presidente de turno deshaga ocho años de reformas. Los desastrosos resultados económicos de la presidencia de Rouhani -producidos en parte por la decisión de los Estados Unidos de 2018 de reimponer amplias sanciones- han facilitado el ataque de Jamenei a los reformistas.
En el ámbito europeo, Andrés Gil subraya en El Diario la importancia de la nueva etapa iniciada en la Casa Blanca con respecto a las relaciones con la UE y destaca que la vuelta del multilateralismo con la llegada de Biden a la presidencia ha quedado clara después de su gira europea. La recuperación del vínculo transatlántico es fundamental para establecer agendas de trabajo y compromisos que incidan de forma positiva en el planeta: propuesta de impuesto universal de al menos el 15% para las multinacionales; definición de estrategias comunes entre los EE.UU. y la UE con respecto a China y Rusia; final de la guerra comercial de 17 años entre la UE y EE.UU. por la competencia entre Airbus y Boeing; y retorno de los EE.UU. a la Organización Mundial de la Salud, al Acuerdo de París y al multilateralismo en general. Una especie de balón de oxígeno pues para una UE en crisis tal como argumenta Mas de Xaxàs en La Vanguardia raíz de una encuesta del European Council on Foreign Relations en que queda patente que la mala gestión de la pandemia, especialmente durante el arranque de la campaña de vacunación, ha reducido la confianza de los europeos en sus instituciones. Hasta el punto que una mayoría considera que la UE no ha sabido proteger la población del virus y de la consiguiente crisis económica. No obstante, la encuesta señala que, a pesar de esta nueva decepción, los líderes europeos todavía disponen de una oportunidad en tanto que la mayoría de ciudadanos cree que la UE todavía puede ser útil si consigue dar respuestas conjuntas y eficaces a los retos globales. Eso implica más cooperación interna y más proyección internacional a la vez que una mayor integración política y militar. Susi Dennison, directora del programa European Power del European Council on Foreign Relations y coautora de la encuesta, considera que la UE se encuentra ahora en una encrucijada y que las decisiones que tome determinarán su futuro a largo plazo. Un futuro que pasa por el multilateralismo, la defensa de los derechos humanos y de los valores democráticos, así como el fortalecimiento del estado de derecho.
Una crisis a la que no son ajenas las otras democracias liberales como apunta Nuria Alabao en la revista Contexto donde manifiesta que el auge de la extrema derecha en las democracias liberales no se tendría que ver como una disrupción, sino como una consecuencia lógica de algunas políticas. Así, las privatizaciones masivas y el auge del individualismo, con la consiguiente destrucción de tejido social, han provocado que aparezcan grupos de extrema derecha que hacen apología del etnonacionalismo y que extienden el miedo respecto a los que son diferentes, ya sean migrantes, MENA, personas trans o colectivos minoritarios. En último término, estos neofascismos suponen una continuación de la peor cara del neoliberalismo, y se les tiene que combatir a través de la redistribución igualitaria de la riqueza y con radicalidad democrática. Un espíritu que enlaza con las utopías que analiza la filósofa Chantal Maillard en La Maleta de Porbou. En primer lugar, la apuesta para transformar el mundo en un lugar mejor supone trabajar a nivel global con los gobiernos con voluntad de acción conjunta, por lo que tendrían que estar formados por personas educadas políticamente, éticamente y sentimentalmente. Una segunda utopía más controvertida sería la de pensar que en una sociedad políticamente educada no serían necesarios los partidos excepto para debatir cuestiones de infraestructura, nunca de justicia pública, teniendo presente, que los partidos no siempre los lideran personas cualificadas. La tercera utopía plantea la necesidad de reevaluar la conciencia de nuestra superioridad por encima de otras especies. La cuarta utopía defiende que debemos sustituir el valor del cálculo y el valor del beneficio por el de la convivencia. Finalmente, la quinta considera que las ciencias han seguido hasta ahora la misma lógica del silogismo aristotélico, y que hay que hacer un cambio hacia el uso de la metáfora.
Otros peligros para los sistemas democráticos han sido revelados por la pandemia y Alain Garrigou manifiesta en Le Monde Diplomatique que desde sus inicios, la COVID-19 ha planteado muchas cuestiones políticas que, después de haber sido puestas en sordina debido a la emergencia sanitaria, ahora resurgirán y se amplificarán. Sin prejuzgar todo lo que queda por descubrir con respecto a la gestión de la pandemia, considera que lo que ya sabemos es muy inquietante y que hay que empezar a exigir respuestas asumiendo el riesgo de obtener explicaciones aproximadas. Así por ejemplo apunta a la escasez de máscaras, de tests y de vacunas que ha existido en todos los países en uno u otro momento. ¿Cómo han podido caer una y otra vez los gobiernos en los mismos errores? ¿La salud es una mercancía como cualquier otra que se puede dejar al libre albedrío de la economía de mercado? Vistas las cosas, parece que la respuesta es sí y este es sin duda el principal delito de un capitalismo financiero que acepta que el armamento sea una prerrogativa de los estados y que no se le apliquen las normas de la Organización Mundial del Comercio. Lo mismo pasa con la industria farmacéutica. En este contexto, la idea de convertir las vacunas contra la COVID en un bien público mundial es una necesidad perentoria. Al fin y al cabo, existen precedentes históricos. A finales del siglo XIX, el Instituto Pasteur envió a sus investigadores a China y en los países del Imperio Británico para frenar la peste y la vacuna, por su parte, se distribuyó de forma gratuita en la India como bien público. Hoy, en cambio, la industria farmacéutica defiende la lógica del beneficio cuando ha recibido subvenciones colosales por parte de todas las administraciones públicas.
Paralelamente, desde las páginas de The New Yorker Sue Alpern advierte de los peligros de no vacunar masivamente a los países que no pertenecen al club de los privilegiados. El verano pasado, más de un centenar de premios Nobel, ex jefes de estado, líderes religiosos y empresariales instaron a la Organización Mundial de la Salud a decretar las vacunas contra la COVID-19 como bien público. También pidieron a la OMS establecer un comité internacional encargado de controlar la investigación de las vacunas y garantizar un acceso igualitario para todos los países y todas las personas en un plazo concreto. Pero hay que admitir que a pesar de la puesta en marcha de COVAX, una iniciativa destinada a distribuir equitativamente las vacunas contra la COVID-19, el mecanismo no ha acabado de funcionar ya que de acuerdo con los datos de la plataforma Our World in Data mientras el 23,4% de la población mundial ha recibido al menos una dosis de vacuna y se han administrado más de 3.000 millones de dosis a nivel mundial, sólo el 0,9% de la población de los países con ingresos bajos ha recibido al menos una dosis.
Con respecto a la situación de la economía, Michael Hirsch destaca en Foreign Policy que uno de los hitos importantes, para no decir históricos de la última cumbre del G-7 ha sido la adopción de un impuesto mínimo sobre las sociedades. En efecto, hasta ahora las tasas efectivas que cobran paraísos fiscales como Irlanda están muy por debajo del mínimo acordado del 15%. La tasa nominal de Irlanda es del 12,5%, pero debido a todo tipo de excepciones y facilidades que se dan a las empresas, la tasa real es inferior al 1% para muchas corporaciones, especialmente las tecnológicas. Si bien es cierto que el presidente norteamericano buscaba un objetivo más ambicioso que oscilaba en torno al 21%, se trata de un importantísimo paso adelante para revertir la carga que tienen que soportar los trabajadores y obligar a las empresas a que contribuyan más. Mientras tanto, el diario The Economist se hace eco de un informe de la OCDE que apunta que si bien las perspectivas mundiales mejoran, los resultados son muy diferentes según los países y no se trata de una recuperación ordinaria. Es probable que siga siendo desigual y que dependa de la eficacia de los programas de vacunación y de las políticas de salud pública. Algunos países se están recuperando mucho más rápido que de otros y por ejemplo Corea y los Estados Unidos ya están recuperando los niveles de renta per cápita anteriores a la pandemia mientras que se prevé que gran parte de Europa tarde casi 3 años en recuperarse. A la vez, mientras las tasas de vacunación avanzan a buen ritmo en muchas economías avanzadas, los países más pobres y con mercados emergentes se están quedando atrás. En un mundo globalizado e interconectado, hay que dejar claro que, si no se protege a todo el mundo, no se protege a nadie. Finalmente, Peter Bofinger analiza la política fiscal europea en Social Europe y adviertede que esta necesita cambios después de que la pandemia provocara que la deuda pública se disparara a una media del 120% del PIB y quedara así muy lejos del 60% que se establecía al Tratado de Maastricht. En 2013, el Pacto Fiscal Europeo fijó una restricción de deuda a sus estados miembros e instauró el Banco Central Europeo como garante de la estabilidad de los precios, a través de la subida de las tasas de los tipos de interés, con el fin de evitar una situación de inflación. Ahora haría falta apostar por una cooperación entre los gobiernos europeos y el BCE mediante la cual se tratara de identificar las causas de la presión inflacionaria y ponerle remedio, complementando la subida de tipo de interés con soluciones concretas.
Con respecto a la crisis climática, The Economist analiza y cuestiona las estrategias de China según las cuales las emisiones chinas de CO2 alcanzarían su máximo en el 2030, y que en el 2060 el país conseguiría la neutralidad en materia de emisiones. Para conseguirlo, se han construido grandes parques eólicos y de placas solares, pero ahora mismo, el carbón sigue suministrando cerca del 60% de la energía del país, y su uso ha aumentado desde que China se adhirió al acuerdo Climático de París. A pesar de las peticiones de los EE.UU. y de la UE, los bancos de desarrollo chinos siguen prestando millones de dólares cada año para reconstruir plantas de combustión de carbón. El papel de lo agencia de planificación económica está por encima del ministerio chino de medio ambiente y las reglas que regulan el esquema de emisiones se han relajado, de manera que sólo unas pocas plantas se enfrentan a restricciones reales. El mismo The Economist alerta de que a medida que la economía mundial se reactiva, la escasez y las subidas de precios están produciendo un cuello de botella derivado de la escasez de metales y de las limitaciones de la tierra, que amenazan con frenar el auge de la energía verde. Así por ejemplo se calcula que el precio de los cinco minerales utilizados en los coches eléctricos y en las redes eléctricas se ha disparado un 139% durante el último año. Para mantener el rumbo hacia el objetivo de cero emisiones, en 2030 la producción anual de vehículos eléctricos tendría que ser diez veces superior a la del año pasado y el número de estaciones de recarga en carretera, 31 veces mayor. La base instalada de generación de energía renovable tiene que triplicarse. Por otra parte, la principal razón del déficit de inversión de las empresas es que se tarda demasiado en aprobar los proyectos y su riesgo y rentabilidad previstos siguen siendo demasiado opacos. En último término, sin embargo, una lectura positiva es que los cuellos de botella ecológicos son una señal de que la descarbonización está pasando por fin de ser una idea teórica a ser una realidad.
Paralelamente, desde las páginas de Le Grand Continent Pierre Charbonnier anticipa el futuro mundo pos-carbono y afirma que, más allá de la alternativa estéril entre el capitalismo bajo en carbono y el apocalipsis, Europa dispone de los medios y de los recursos para construir una propuesta política menos dependiente del espíritu de conquista que las de China y los Estados Unidos. En un contexto donde Europa es poco probable que obtenga los mayores beneficios de la transición verde tal como se concibe en Pekín o Washington, y donde tampoco tiene una necesidad urgente de crecimiento debido a los imperativos del desarrollo que conocen otras regiones, el escenario económico ilimitado pos-carbono es, más que para ninguna otra parte del mundo, una apuesta arriesgada. La descarbonización de la economía mundial será para Europa una prueba donde se configurará su actitud hacia el futuro. El autor alerta de que las próximas transformaciones de nuestro entorno económico y técnico pueden reproducir lo que la gran aceleración ya había provocado en los años cincuenta, es decir, una despolitización absorbida por el crecimiento del consumo y una aparente paz social.
Para acabar, uno grupos de expertos analiza a Foreign Affairs las lecciones que tenemos que extraer de la pandemia de COVID-19 y considera que ya ha llegado la hora de aceptar que el nuevo coronavirus ha venido para quedarse. El deseo de inmunizar a la totalidad de la población humana se ha quedado en un deseo y no en una posibilidad por varios motivos, entre ellos la incapacidad que tienen muchos países de vacunar a toda la población o las múltiples variantes que escapan a la esfera de las defensas generadas por las vacunas. También insisten en que para erradicar la COVID-19 no se trata de dinero y recursos, sino de estrategias, como lo demuestra el hecho que en pandemias como el cólera y la viruela se disponía de pocos recursos y de poco dinero, y se decidió optar por varias estrategias, como eliminar el foco de contagio y vacunar a aquellas personas consideradas en riesgo de ser las próximas portadoras de la enfermedad, cortando así la cadena de transmisión. En ambas ocasiones se consiguió el propósito. En definitiva, la pandemia actual nos ha mostrado que hay una importante falta en la estrategia común de los países y que actualmente tenemos un sistema de respuesta de emergencias globales vulnerable, susceptible a interferencias políticas. Mientras tanto Gregory Koblenz y Filippa Lentzos advierten en The Guardian de las implicaciones del coronavirus con respecto a la bioseguridad. En efecto, la seguridad en los biolaboratorios chinos que acogen ciertas investigaciones peligrosas se han situado en el ojo del huracán debido al origen todavía incierto de la COVID-19. Ya hace tiempo que la seguridad de estos biolaboratorios chinos ha sido cuestionada por muchas organizaciones internacionales, como por ejemplo la American Biosafety Association, que alertan de que la seguridad no es la adecuada. Prueba de eso serían las exposiciones a contaminaciones biológicas a las que han sido sometidos varios investigadores chinos según la misma ABA. Estas asociaciones también denuncian que la mayoría de biolaboratorios del mundo están situados en zonas urbanas y ponen en duda si estos centros que tratan con patógenos altamente letales y transmisibles tienen que estar situados en zonas urbanas desde donde se pueden expandir con facilidad.
Con respecto a las nuevas tecnologías, varios expertos alertan en El Periodíco de la necesidad de conseguir una regulación global de la protección de datos, reducir la brecha digital y la acumulación de las plataformas así como promover una tecnología más sostenible con el planeta. Señalan que afrontamos el reto digital de transformar a nuestras sociedades sin que la omnipresente revolución tecnológica instrumentalice o subordine la ciudadanía. El llamado humanismo tecnológico, es decir situar el bienestar humano como principio que rija el futuro digital, es una de las claves de esta era. Pero implica muchos desafíos. La ya consolidada economía de plataformas no se entiende sin el extractivismo: los datos que generamos inconscientemente con nuestra actividad en Internet sirven para crear perfiles que después se venden a anunciantes, que posteriormente los utilizan para lanzarnos sus mensajes. La aplicación de sistemas de Inteligencia Artificial a este gran volumen de datos permitirá ir más allá y hacer cálculos para predecir e inducir nuestro comportamiento futuro. Este modelo ha creado polémica por su tensa relación con nuestra privacidad y la consiguiente vulneración de nuestra autonomía y libertad. Ante este escenario, uno de los grandes retos de nuestra era será la regulación de la protección de datos a escala global. Aquí, la Unión Europea está asumiendo el liderazgo ya que en el 2016 ya puso en marcha el Reglamento General de Protección de Datos y que en abril pasado también presentó la primera ley del mundo que regula el uso de la Inteligencia Artificial.
Finalmente, Melissa Heikkilä analiza en la revista Politico el nuevo modelo chino de Inteligencia Artificial Wu Dao 2.0, capaz de entender todo lo que dice la gente, incluida la gramática, escribir ensayos y poemas en chino tradicional y que también puede reconocer imágenes y generar imágenes realistas basadas en descripciones. El modelo ha sido desarrollado por la Academia de Inteligencia Artificial de Pekín con financiación del gobierno chino. Los modelos lingüísticos masivos, que producen textos que parecen escritos por humanos, son una de las tecnologías más potentes impulsadas por la IA, y empresas como Google las quieren incorporar a sus sistemas de búsqueda. Estos modelos son un indicador informal del avance de los países en IA, y por eso este nuevo modelo preocupa Europa y los Estados Unidos. En el mes de abril, asociaciones de la industria de IA de siete países europeos -Alemania, Austria, Suecia, Croacia, Eslovenia, los Países Bajos, Francia y Bulgaria- dirigieron una carta a la Comisión pidiendo financiación al comisario de mercado interior de la UE para desarrollar grandes modelos de IA. La propia Comisión Europea reconoce que son necesarios más programas de financiación ya que mientras los Estados Unidos y China cubren el 80% de las inversiones en IA y tecnologías blockchain, Europa invierte sólo el 7%.
Política internacional y globalización
The G7 showed the West endures, but is not rising to the scale of its challenges
La darrera cimera del G7 ha servit per escenificar un sentiment conjunt que no és altre que Occident s’està quedant enrere en molts aspectes tecnològics respecte d’altres superpotències com la Xina. No obstant això, alguns polítics de caire populista com Boris Johnson intenten rebutjar aquesta idea adduint que la cimera ha servit per escenificar el retorn del lideratge occidental. Ara bé, l´únic que és cert és que s’ha produït una certa dissidència en el bloc de països i que els mitjans britànics s’han volgut apoderar de la cimera atribuint l’agenda internacional als temes que els preocupen, com ara els propers passos per la recuperació econòmica de la pandèmia, el lliure comerç amb la Unió Europea i la problemàtica del canvi climàtic, així com els valors democràtics compartits. Per altra banda, els activistes esperaven que s’hi fixés una data concreta per complir amb el propòsit de reduir les emissions de carbó.
L’avenir du consensus internationaliste de Joe Biden
Segons els autors la gira europea de Joe Biden ha estat un èxit diplomàtic però per concretar la seva doctrina del Build back better i guanyar suport per a un nou consens internacionalista, el president americà ha de tenir en compte elements de política interior. Consideren que Si Biden vol assegurar-se que els Estats Units tornen de manera duradora, ha de reconstruir des del principi un ampli suport popular al multilateralisme. L’agenda de Biden per a la renovació nacional requereix una legislació ambiciosa i costosa. Per aconseguir-ho, Biden i els seus aliats al Congrés hauran de revisar les regles arcaiques del filibusterisme al Senat. Si Amèrica vol convertir-se en un far de la democràcia a l’estranger ha de redoblar el seu compromís amb la justícia social i els drets polítics a casa. El repte de Biden no és només tornar als Estats Units a l’escena mundial mitjançant una diplomàcia internacional exitosa, sinó també tornar a imaginar el que és políticament possible al seu propi país. Reformar i enfortint les institucions del país i fent que la seva política interior i exterior sigui més econòmicament inclusiva, Biden podrà reconstruir millor, com li agrada dir, d’una manera que sobreviurà a la seva presidència.
The Wreckage Donald Trump Left Behind
La cimera del G7 celebrada a Cornualla suposa el retorn de l’Aliança Atlàntica, malgrat la frustració d’Europa amb el proteccionisme americà en matèria de vacunes (que va començar amb Trump, però ha estat mantingut per Biden), les contínues disputes sobre el Brexit, el futur de l’OTAN, la preocupació per la ingerència russa i, en última instància, la Xina. Encara que es van pactar diversos acords tangibles, entre ells una taxa mínima de l’impost de societats i centenars de milions de dosis de vacunes que s’exportaran als països pobres, el tema central voltant del qual van girar els debats va ser la Xina. A diferència de 2018, quan els líders no van poder posar-se d’acord sobre com afrontar aquest espinós assumpte, el comunicat final sí que ha esmentat explícitament el país que està en la ment de tots. Un dels grans anuncis de la cimera va ser el pla occidental que hauria de servir de contrapès al multimilionari projecte d’infraestructures xinès Belt and Road, que els crítics consideren com un gegantesc pla per a estendre la influència de Pequín pertot el món.
The problem with the G7’s plan to rival China’s Belt and Road Initiative
Els rivals geopolítics de la Xina porten molt temps tractant de llançar una alternativa viable a la Iniciativa del Belt and Road de Pequín en matèria d’infraestructures. En el marc de l’última reunió del G7 sembla haver-hi indicis que es durà a terme un nou intent sota el nom de Green Clean Initiative. El president dels Estats Units, Joe Biden, sembla donar mostres d’un enfocament més seriós cap al tema que el seu antecessor i al seu país sembla cada vegada més còmode amb els seus plans de demanar préstecs lliurement per a invertir en infraestructures. Llavors, per què no fer el mateix a nivell internacional? Quin és el problema del pla del G7? Els diners, o més aviat la falta de finançament. Els detalls filtrats suggereixen que d’entrada la Green Clean Initiative no disposaria dels recursos suficients. És probable que el pla inclogui un compromís per a crear un marc estratègic, això és, el tipus de promesa vaga que no provocarà el pànic a Pequín. Una iniciativa d’aquest tipus només pot funcionar si es compta amb voluntat política i recursos. Les infraestructures són cares, i més encara si es tracta de projectes transnacionals com les línies ferroviàries o les xarxes elèctriques intel·ligents. També està en joc la credibilitat d’Occident. Les economies emergents observaran amb atenció la serietat amb la qual el G7 tracta de competir amb la Xina. Plans com el del G7, que prometen molt però aporten pocs recursos, corren el risc de fer més mal que bé.
Vaccins contre le Covid-19 : « soft power » et poudre aux yeux
L’editorial del diari Le Monde considera que la donació anunciada durant la cimera del G7 de mil milions de dosis per mitjans de 2022 no converteix la vacuna en un bé públic mundial ja que als països rics encara els falta una estratègia real, unitària i coherent per garantir un accés equitatiu a les vacunes contra la COVID. Tot i que els europeus, més sensibles des del principi a la qüestió de l’accés a les vacunes, es basaven en l’equació de tantes vacunes exportades com vacunes administrades a la UE, a finals d’abril els Estats Units han proposat lliurar 60 milions dosis d’AstraZeneca, una vacuna que no estava autoritzada en el seu territori. Posteriorment, al mes de maig, van proposar una renúncia temporal a les patents. Segons Le Monde, aquesta proposta, inaplicable immediatament perquè depèn de llargues negociacions al si de l’Organització Mundial del Comerç, era una cortina de fum, que prenia els europeus a contrapeu i ha obert el camí a una lamentable controvèrsia transatlàntica sobre els mèrits comparatius del repartiment de les vacunes, la transferència de tecnologia i l’alliberament de patents, quan de fet es tracta de mecanismes que són complementaris i haurien de ser objecte d’una estratègia coherent i unitària.
The Clash of Systems? Washington Should Avoid Ideological Competition With Beijing
D’acord amb els autors, el temor cap a la nova superpotència i hegemonia xinesa és ja un fet, com ho demostra el fet que, fins i tot després que el Tribal de La Haia donés la raó a les Filipines respecte de les reclamacions de la Xina al mar de la Xina Meridional, el president de Filipines, Rodrigo Duterte hagi evitat enfrontar-se a Pequín i ha expressat el seu interès en cooperar en l’exploració del petroli. Així mateix, les iniciatives de la Xina a Myanmar continuen molt actives dins del marc de la Belt and Road Initiative, i Pekin ha demostrat ser un aliat molt valuós per a Aung San Suu Kyi quan el seu govern es va enfrontar a la condemna internacional en resposta al genocidi dels Rohingya. En definitiva, la Xina s’està tornant cada vegada més ambiciosa en els seus esforços per construir un ordre internacional més favorable als seus interessos.
America Is Not Ready for a War With China
Tot i que els Estats Units han tingut una despesa militar de 16 bilions més que la de la Xina des del final de la Guerra Freda, els experts consideren que ara els EUA estan perdent aquesta batalla contra el gegant asiàtic. Tot i així, els nord-americans tenen al seu abast una gran quantitat de recursos i una estratègia viables per a controlar la expansió militar de la Xina. Hi ha un consens entre els experts de defensa des de fa més d’una dècada en que la forma de procedir seria la instal·lació d’armament d’alta tecnologia, com llançadors de míssils, avions no tripulats armats i sensors a la costa de la Xina. En canvi, l’estratègia militar americana consisteix en un nombre limitat de grans vaixells de guerra i avions de combat de curt abast que operen des de bases exposades al foc enemic. El Pentàgon gasta cada vegada més per mantenir menys forces, més antiquades i cada vegada més obsoletes. La solució que podria aportar-hi el govern de Biden hauria de ser la de redistribuir el màxim nombre de forces aèries i navals a Àsia i, d’altra banda, transferir missions no militars a agències civils. La reforma és possible en teoria, però posar-la en pràctica requerirà un lideratge clar i sostingut de primer nivell.
The Taiwan Temptation
Des que la Xina i Taiwan es van separar al 1949 després de la victòria dels comunistes a la Guerra Civil xinesa, les tensions han estat un element constant en les seves relacions. En els últims mesos, el president Xi Jinping ha deixat clara la seva ambició de resoldre la qüestió de Taiwan, ha declarat que està més disposat que els seus predecessors a fer servir la força i ha augmentat l’activitat militar al voltant de l’illa. D’altra banda, el suport per a la unificació entre la població i l’establishment militar està creixent. Segons una enquesta del Global Times, el 70% de la població xinesa creu necessari utilitzar la força per a la unificació de Taiwan amb la Xina continental. Alhora, cada vegada menys taiwanesos es consideren a si mateixos com a xinesos. En aquest context Pequín es prepara per a quatre grans campanyes que els seus estrategues militars creuen que podrien ser necessàries per prendre el control de l’illa, entre les quals hi ha atacs aeris per a desarmar objectius taiwanesos, una operació de bloqueig per aïllar l’illa de la resta del món, atacs aeris contra forces nord-americanes desplegades a la zona i un assalt amfibi contra la illa -que segons el Departament de Defensa del EUA, seria inviable ja que provocaria la intervenció internacional. En cas que la Xina decidís envair el país, els militars taiwanesos no tindrien cap opció, i segons les prediccions del Pentàgon i la RAND Corporation un xoc militar entre la Xina i els EUA sobre Taiwan acabaria amb una derrota dels EUA.
What Joe Biden Can Offer Vladimir Putin
Des de l’inici de la seva presidència Biden ha parlat en repetides ocasions de com el món s’ha convertit en un escenari de confrontació entre dos bàndols -les democràcies liderades pels Estats Units i les autocràcies liderades per la Xina i Rússia- i ha argumentat que Washington ha de demostrar que la democràcia pot funcionar. En aquest marc, el president Putin ha de mantenir l’equilibri entre les dues grans faccions que cohabiten en el poder a Rússia: d’una banda els siloviki, o “homes del poder”, un grup autocràtic recolzat per les agències de seguretat, i de l’altra els tecnòcrates, un grup de gestors competents liberals que semblen dominar les qüestions econòmiques. Però sembla que això està canviant i que els siloviki han guanyar la partida atès que monopolitzen gairebé tots els aspectes del govern de Putin i estan imposant la seva voluntat a la societat russa. En aquest sentit, les sancions occidentals han reforçat el poder de Putin, atès que la nova Guerra Freda no fa més que reforçar la legitimitat del poder autoritari. En darrer terme cada vegada que el liberalisme occidental passa per dificultats, els conservadors russos es fan més poderosos.
Biden, Putin and the new era of information warfare
Segons el departament d’estat dels EUA, la pàgina web canadenca Global Research, que ha publicat diversos articles alertant sobre la suposada perillositat de les vacunes contra la COVID-19, és en realitat una font de desinformació de l’ecosistema de propaganda rus. A banda de la intensificació de les campanyes de desinformació sobre la vacunació per part de Rússia, també se li atribueixen ciberatacs i incidents de hackeig que els funcionaris americans consideren que tenen l’objectiu de soscavar les institucions i la democràcia. En aquest sentit, l’expert en propaganda Bret Schafer afirma que hi ha una campanya molt més dura contra l’administració Biden que la que hi havia en contra de Trump. Per a fer referència a aquestes estratègies és més adient utilitzar el terme “malinformació” en lloc de “desinformació”, ja que no es tracta, generalment, d’informació inventada, sinó de donar la informació en un context enganyós per tal de fomentar la divisió entre els receptors. Això és precisament el que ha passat amb el discurs complotista sobre les vacunes contra la COVID-19: han utilitzat narratives preexistents per a amplificar-les i generar desconfiança social.
The Perils of the Iranian Presidency
Les guerres d’influències que es dirimeixen al si del poder a Teheran han estat un problema endèmic de la vida política iraniana des de 1979. En aquest context, sembla que Ebrahim Raisi, recentment elegit president, més que competir amb Jamenei, serà el còmplice perfecte del pla de Jamenei per fer que la República Islàmica de l’Iran sigui més “islàmica” i menys “república”. Com ja va succeir l’any 2005, Jamenei està aplanant el camí perquè el president de torn desfaci vuit anys de reformes. Els desastrosos resultats econòmics de la presidència de Rouhani -produïts en part per la decisió dels Estats Units de 2018 de reimposar àmplies sancions- han facilitat l’atac de Jamenei als reformistes.
The Best Anyone Can Hope For With Iran Is Pretty Bad
En aquest article, Thomas L. Friedman analitzar el pacte nuclear entre Iran i els EUA i considera que és impossible tractar eficaçment amb el règim islàmic de l’Iran, a la vegada que el país és massa gran com per envair-lo i el seu règim massa consolidat com per ser enderrocat des de l’exterior. Amb tot, les seves estratègies per dominar els seus veïns àrabs sunnites o per destruir l’Estat jueu són massa perilloses com per ignorar-les. Paral·lelament, el conflicte amb els Estats Units i Israel serveix com a eina essencial per enrocar-se al poder, reforçar el control sobre la població i dominar també els xiïtes de l’Iraq, el Líban, Síria i Iemen. En el context actual, el president Biden, que vol centrar-se en la reconstrucció interior i en la lluita contra la Xina, vol donar pausa durant un temps al programa nuclear iranià i gestionar diferentment la problemàtica regional.
Did Israel Just Have a Constitutional Revolution?
Israel, que acaba de celebrar quatre eleccions legislatives en dos anys degut a la incapacitat per a formar govern, és un país cada vegada més polaritzat. No existeix una majoria natural de govern, i sembla que en els pròxims anys sempre seran necessàries complexes coalicions per a formar govern. El nou govern d’Israel s’ha pogut constituir finalment per una raó: posar fi als més de dotze anys en el poder del primer ministre de Benjamin Netanyahu. Aquest és el començament d’una era en la qual Israel ja no té realment un primer ministre. Nominalment, el nou primer ministre d’Israel és Naftali Bennett. Però com el seu petit partit de dretes, Yamina, només controla sis dels 120 escons de la Knesset, necessitava socis d’altres set partits de tot l’espectre ideològic, que estan d’acord en molt poques coses. Dins de dos anys, està previst que hagi de cedir el càrrec de primer ministre a Yair Lapid, el líder del partit Yesh Atid. En realitat, cap dels dos no pot fer res sense el consentiment de l’altre, a causa d’una llei que a la pràctica atorga a cadascun el poder de veto. En definitiva, el resultat se sembla bastant més a l’antic sistema romà dels dos cònsols que no pas al sistema tradicional israelià.
Catalunya, España, Europa
Después de los indultos
Josep Maria Vallès argumenta que els indults haurien de donar el tret de sortida del que serà amb seguretat una llarga marxa. Hauria d’estar oberta a tots desitgen trobar un nou i raonable modus vivendi per a les relacions Catalunya-Espanya i superar el bloqueig actual. Exigeix als participants reconèixer-se mútuament, amb el seu respectiu bagatge de creences legals, polítiques i culturals, diferents entre si i profundament arrelades. Amb consciència plena que no comparteixen del tot ni el ritme, ni els passos a seguir, ni l’objectiu final. És així perquè la confiança recíproca entre els actors és baixa després que la legitimitat institucional i el capital social s’hagin vist seriosament erosionats durant els últims vint anys. Tant a Catalunya com a Espanya. No obstant això, malgrat totes les limitacions, no sembla que hi hagi una altra solució realista al conflicte que no sigui emprendre aquesta llarga marxa i preparar-se perquè progressi. Perquè així sigui, convé tenir consciència d’alguns dèficits en el punt de partida i de previsibles paranys que amenaçaran el trajecte. Potser és bo, per tant, comptar amb una sintètica “rough guide” que ens adverteixi de la duresa del recorregut i ens previngui contra il·lusions prematures. En darrer terme, després dels indults, una nova relació entre Catalunya i Espanya ha d’avançar sense pressa en la recerca de solucions esglaonades i obtenir l’aprovació popular dels seus resultats a través de les urnes
El problema no es el indulto, es la sentencia
José Antonio Martín Pallín, comissionat de la comissió internacional de juristes, s’escandalitza que es consideri des de determinats sectors els indults com un atac als pilars de la separació de poders, molt especialment s’invoca els indults com un atac als pilars de la separació de poders, la qual cosa queda desmentida pel precedent dels 18 indults que ja han concedits a Espanya a fi d’aconseguir estabilitat política. D’altra banda, també incideix en que els tres partits polítics -PP, Vox i Ciutadans- que ja han anunciat un reguitzell de recursos davant la Sala Tercera del Tribunal Suprem potser ignoren que l’article 19 de la llei reguladora només contempla l’exercici de l’acció popular en els casos expressament previstos per les lleis, circumstància que no concorre en la llei de l’indult.
Voler i votar
El passat 13 de juny, la presidenta Díaz Ayuso va qüestionar, durant una concentració en contra dels indults que va resultar ser un fracàs, la possibilitat que el rei signés els indults, acusant-lo de còmplice. A això cal sumar-hi els senyals de distensió que venen de l’independentisme. Tot això porta a pensar que la demanda social gira cap a buscar punts d’entesa i pacificació, i es va assumint el que és obvi: que la independència per la via de la ruptura és inviable, ara mateix. Ara que l’independentisme ja ha consolidat la seva majoria parlamentaria i ha aconseguit petites victòries judicials a nivell europeu, que posen en evidencia la politització de la justícia espanyola, s’han de trobar vies per arribar a acords. Perquè la via política sigui viable com a forma de retrobament calen, principalment, dues coses: voler i votar. D’una banda, que una àmplia majoria de les dues parts accepti que no hi ha altra via que aquesta, i de l’altra la figura del referèndum, que serà imprescindible per a legitimar les etapes que es vagin superant. En tot cas, en la consciencia dels límits hi ha la possibilitat de crear punts de trobada, però si es perd la noció dels límits i es creu que la defensa de la pàtria dóna dret a tot sempre s’acaba per la via autoritària.
Dues esquerdes paral·leles
Al parer de l’autor, la dificultat per formar govern a Catalunya, superada in extremis, va mostrar la fragilitat de l’independentisme institucional, que cada dia que passa té menys a veure amb el social. Però, que a l’altra banda de l’Ebre hi ha una esquerda paral·lela al si de l’unionisme como ho demostren la convocatòria fallida en contra dels indults a la Plaza de Colón o la derrota de Susana Díaz as les primàries del PSOE a Andalusia. Així doncs, tots dos fronts saben que no poden guanyar en termes absoluts, malgrat que les respectives faccions hiperventilades facin veure que sí. S’equivocarà molt el govern espanyol si vol edificar un projecte més o menys sòlid i durador a còpia de burxar en l’esquerda que ara hi ha al si de l’independentisme institucional. I a l’inrevés: si el govern català percep els darrers fets com una mera debilitat de l’adversari de la qual pot treure rèdit a curt termini, cometrà un error important. La composició d’ambdós governs fa que tot resulti precari i obliga a plantejar qualsevol qüestió rellevant sempre a curt termini. Pere Aragonès i Pedro Sánchez han assumit un risc sent conscients que a curt termini tindrà un preu per a l’estabilitat dels seus respectius governs. Fins aquí, res de nou. El que resulta més difícil de determinar és fins a quin punt seran capaços de superar el joc fàcil d’aprofitar-se de les esquerdes alienes i assajar un plantejament propositiu que sigui alhora nou i realista. El peix al cove no és nou, la lluna en un cove no és realista i el cove esquerdat no és ni una cosa ni l’altra.
On Catalonia’s jailed separatists: time for magnanimity
L’editorial del diari britànic The Guardian analitza els indults decretats pel govern espanyol i assenyala que Pedro Sánchez ha assumit un risc polític considerable en considerar que ha arribat el moment de començar un procés de reconciliació i que la societat espanyola ha de passar d’un mal passat a un futur millor, i això requerirà magnanimitat. Dins del moviment independentista català, també hi ha signes encoratjadors de que la postura maximalista dels darrers anys està donant pas a un nou realisme. Així, l’ex vicepresident Junqueras ha admès que els líders independentistes havien comès errors i que un enfocament unilateral per aconseguir la independència ja no era viable. En darrer terme, el rotatiu considera que la resposta excessiva i autoritària de Madrid, encapçalada per Mariano Rajoy i els jutges del Tribunal Suprem, no va fer més que empitjorar les coses. Quatre anys després, Sánchez té raó en veure els indults com un pas necessari per garantir que mai no es repeteixi aquesta seqüència d’esdeveniments.
A grandeza no risco de Pedro Sánchez
L’editorial del diari portuguès Público adverteix que a la democràcia espanyola li falta l’ingredient fonamental de les democràcies: l’espai de compromís. Considera que el procés independentista va instigar la intolerància, consumar la ruptura entre segments importants de la societat, promoure la violació de les normes constitucionals, comportar l’empresonament dels polítics catalans com si fossin delinqüents comuns, augmentar l’extremisme i submergir Espanya en una crisi que sembla no tenir final. En aquest context, la decisió del president del Govern de procedir a l’indult dels presos catalans es pot llegir com una capitulació, una renúncia als principis o una assumpció de la culpabilitat del règim. Hi ha, però, una altra manera de mirar-lo: com un acte de coratge que construeix ponts de diàleg i que pot aïllar el radicalisme de la dreta i dels independentistes més radicals. És cert que no hi ha cap garantia que aquest gest pugui fomentar la moderació. Però els indults suposen una oportunitat: si la intransigència i la intimidació han tingut un mal resultat, potser el diàleg i l’aposta per l’harmonia poden tenir un final millor. Imposar el dret penal en processos polítics sempre és més fàcil que no pas estendre la mà. La grandesa dels demòcrates també es mesura en aquest tipus de decisions.
¿Existe control de constitucionalidad en España?
Davant la pregunta de si existeix control de la constitucionalitat a Espanya, qualsevol persona mitjanament informada contestaria que sí, perquè el Títol IX de la Constitució crea un Tribunal Constitucional. No obstant això, al llarg de la pandèmia de COVID-19, l’autor assenyala que el TC ha acumulat molts casos sense resoldre ni admetre a tràmit i que, en comparació amb altres òrgans anàlegs del món, el tribunal espanyol ha brillat per la seva inactivitat durant la pandèmia. Un Tribunal Constitucional que no resol els assumptes que se li presenten a temps que les seves sentències —siguin les que siguin— incideixin en els assumptes controvertits és dubtós que sigui un veritable mecanisme de control de la constitucionalitat. Algú pot pensar que el seu retard en dictar sentència ja és una manera de resoldre el cas. No fa gaire, s’ha filtrat que el Constitucional dictarà la seva primera sentència sobre un punt especialment polèmic: si l’estat d’alarma és cobertura suficient per a decretar els confinaments domiciliaris. Una altra qüestió que s’està aplicant cada dia i que ha d’abordar amb rapidesa és si és constitucional la reforma legal que ordena que els tribunals superiors autoritzin les mesures adoptades per les autoritats sanitàries autonòmiques que impliquin restriccions generalitzades de drets fonamentals. Aquest és un mandat que no respecta la divisió de poders, propi d’un govern dels jutges, una critarquía que no és contemplat per la Constitució.
Is Europe Any Good at Soft Power?
Caroline de Gruyter s’interroga a Foreign Policy sobre la capacitat de la Unió Europea a desplegar una estratègia de soft power i destaca el potencial que tenen les beques i altres formes de diplomàcia cultural, molt per sobre de mesures com ara l’adopció de sancions (com les que s’han aplicat darrerament a la Xina, Rússia i Bielorússia). Recorda que un dels majors èxits de la integració europea ha estat el programa d’intercanvi Erasmus, que permet a estudiants i professionals estudiar i practicar el seu ofici en un altre país europeu durant sis mesos.
a UE y Biden firman 36 puntos de un acuerdo impensable hace un año
Andrés Gil subratlla la importància de la nova etapa iniciada a la Casa Blanca pel que fa a les relacions amb la UE i destaca que la tornada del multilateralisme amb l’arribada de Biden a la Casa Blanca ha quedat clara després de la gira europea del president. La recuperació del vincle transatlàntic és fonamental per tal d’establir agendes de treball i compromisos per a incidir de forma positiva en el planeta: proposta d’impost universal d’almenys el 15% per a les multinacionals; definició d’estratègies comunes entre els EUA i la UE pel que fa a la Xina i Rússia; final de la guerra comercial de 17 anys entre la UE i EUA per la competència entre Airbus i Boeing; i retorn dels EUA a la Organització Mundial de la Salut, a l’Acord de París i al multilateralisme en general.
We need a new university for eastern Europe
Open Democracy publica un manifest signat per nombrosos acadèmics que assenyalen que Europa ha de reaccionar davant la violència dels atacs de les autoritats russes i bielorusses i afirmen que els intents de boicot i les declaracions empàtiques de suport no són suficients. Consideren que és necessari un enfocament holístic que complementi la política tradicional implicant els ciutadans en lloc dels governs, creant noves oportunitats en lloc de limitar-se a les relacions establertes. La Unió Europea i els seus Estats membres haurien de revisar la seva política cap als seus veïns de l’Est i revitalitzar els seus organismes, com el Consell d’Europa. La clau de l’èxit és tractar directament amb les poblacions de Bielorússia, Rússia i altres veïns de l’Est. En la situació actual, insten les autoritats europees a tornar a canalitzar una part de l’ajuda congelada de la UE per a fer costat a la societat civil, l’educació i la mobilitat. Es necessiten polítiques i fons generosos per a visats, subvencions i beques, per a visites acadèmiques, terapèutiques i humanitàries. Cal crear oportunitats per als joves de Rússia, Bielorússia i altres països autoritaris donant-los suport mitjançant institucions transnacionals d’ensenyament superior com l’Institut Universitari Europeu, la Universitat Centreeuropea, la Universitat Europea Viadrina de Frankfurt, la Universitat Europea d’Humanitats, el Col·legi d’Europa i CIVICA (una aliança de vuit universitats europees de ciències socials).
La mayoría de europeos cree que la UE está rota
Mas de Xaxàs subratlla arrel d’una enquesta del Consell Europeu de Relacions Exteriors (CERE) que la mala gestió de la pandèmia, especialment durant l’arrencada de la campanya de vacunació, ha reduït la confiança dels europeus en les seves institucions. Fins al punt que una majoria considera que la UE està trencada perquè no ha pogut protegir-los de virus i de la consegüent crisi econòmica. No obstant això, l’enquesta assenyala que, malgrat aquesta nova decepció, els líders europeus encara disposen d’una oportunitat en tant que la majoria de ciutadans creu que la UE encara pot ser útil si aconsegueix donar respostes conjuntes i eficaces als reptes globals. Això implica més cooperació interna i més projecció internacional o, el que és més o menys el mateix, més integració política i militar. Susi Dennison, directora del programa Poder Europeu en el CERE i coautora de l’enquesta, considera que la UE es troba ara en una cruïlla i que les decisions que prengui determinaran el seu futur a llarg termini. Un futur que passa pel multilateralisme, la defensa dels drets humans i dels valors democràtics, així com en l’enfortiment de l’estat de dret.
Democracia, diversidad y cultura
Los posfascismos: ¿excepción o continuidad?
Nuria Alabao argumenta a la revista Contexto que l’auge de l’extrema dreta en les democràcies lliberals no s’haurien de veure com una disrupció, sinó com una conseqüència lògica d’algunes polítiques. Així, les privatitzacions massives i l’auge de l’individualisme, amb la conseqüent destrucció de teixit social, han provocat que apareguin grups d’extrema dreta que fan apologia de l’etnonacionalisme i que escampen la por respecte de tots aquelles que són diferents, ja siguin migrants, MENA, persones trans o col·lectius minoritaris. En darrer terme, aquests post feixismes suposen una continuació de la pitjor cara del neoliberalisme, i se’ls ha de combatre a través de la redistribució igualitària de la riquesa i amb radicalitat democràtica.
Souveraineté sanitaire
Alain Garrigou manifesta a Le Monde Diplomatique que des dels seus inicis, la COVID-19 ha plantejat moltes qüestions polítiques que, després d’haver estat posades en sordina degut a l’emergència sanitària, ara ressorgiran i s’amplificaran. Sense prejutjar tot el que queda per descobrir pel que fa a la gestió de la pandèmia, considera que el que ja sabem és molt inquietant i que cal començar a exigir respostes tot assumint el risc d’obtenir explicacions aproximades. Així per exemple apunta a l’escassetat de màscares, de tests, i de vacunes que han existit a tots els països en un o altre moment. Com han pogut caure una i altra vegada els governs en els mateixos errors? La salut és una mercaderia com qualsevol altra que es pot deixar al lliure albir de l’economia de mercat? Vistes les coses, sembla que la resposta és sí i aquest és sens dubte el principal delicte d’un capitalisme financer que accepta que l’armament sigui una prerrogativa dels estats i que no s’hi apliquin les normes de l’Organització Mundial del Comerç. El mateix passa amb la indústria farmacèutica. En aquest context, la idea de convertir les vacunes contra la COVID en un bé públic mundial és una necessitat peremptòria. Al cap i a la fi, existeixen precedents històrics. A finals del segle XIX, l’Institut Pasteur va enviar els seus investigadors a la Xina i als països de l’Imperi Britànic per frenar la pesta i la vacuna, per la seva banda, es va distribuir de forma gratuïta a l’Índia com a bé públic. Avui, en canvi, la indústria farmacèutica defensa la lògica del benefici quan ha rebut subvencions colossals per part de totes les administracions públiques.
Utopías
La filòsofa Chantal Maillard proposa a La Maleta de Porbou una sèrie de plantejaments de cara al futur que caracteritza d’utopies. En primer lloc, l’aposta per un món millor suposa treballar a nivell global i que els governs donin suport a les mesures necessàries, per la qual cosa haurien d’estar formats per persones educades políticament, ètica i sentimentalment. Una segona utopia es proposa pensar que en una societat políticament educada no hi hauria necessitat de partits excepte per a debatre qüestions d’infraestructura, mai de justícia pública, i que actualment, els partits no sempre els lideren persones qualificades. La tercera utopia planteja la necessitat de revaluar la consciencia de la nostra superioritat per sobre d’altres espècies. La quarta utopia defensa que hem de substituir el valor del càlcul i del valor del benefici pel de la convivència. Finalment, la cinquena considera que les ciències han seguit fins ara la mateixa lògica del sil·logisme aristotèlic, i que cal fer un canvi cap a l’ús de la metàfora.
Nous nous battons pour le futur, pas pour le passé
En aquesta entrevista a Le Grand Continent, Íñigo Errejón lliura el seu punt de vista sobre les eleccions a l’Assemblea de Madrid del maig passat, marcades per la victòria de la dreta i la pèrdua d’impuls del PSOE. Al llarg de l’entrevista es planteja si els bons resultats obtinguts pel nou partit d’esquerres, Más Madrid, suggereixen una reconfiguració duradora del panorama polític espanyol i si formen part d’una dinàmica europea més àmplia. També incideix en el tema del fons de recuperació europeu i alerta de que el PSOE creu que pot ser reformista sense tocar ni els privilegis del bloc oligàrquic. En aquesta sentit, considera que a Espanya, un dels problemes més grans que hi haurà amb els fons europeus serà la dificultat d’implementar-los. Les administracions públiques han estat durament afectades per les polítiques de retallades de la darrera dècada. És possible que Espanya no gasti tots els diners que Europa està disposada a donar perquè les administracions públiques no els poden gestionar correctament. Això podria empènyer el govern a donar bona part dels diners a les grans empreses, ja que disposen de més marge de maniobra i d’instruments les administracions públiques per desenvolupar projectes.
Cuando la identidad sepulta la igualdad
L’autora reflexiona en aquest article sobre el significat de la identitat. Si anem al diccionari podem trobar-ne múltiples definicions i quan ho preguntem al nostre entorn sempre trobem la mateixa resposta: conflicte. Najat El Hachmi planteja que passa quan s’ha nascut en un país estranger i hom ha hagut de desplaçar-te en un altre país de característiques físiques totalment diferents: en aquest cas la identitat de la persona desplaçada de per si ja representa un conflicte. La següent pregunta que ens obliga la societat a fer-nos és: Es pot garantir la llibertat de tots els ciutadans quan establim que les organitzacions grupals tenen tant o més pes que els individus? La identitat és un problema quan el que és li impedeix ser, en realitat, ser sense més, sense haver de donar explicacions ni justificar-se, sense que hagi de veure obligada a encaixar en els paràmetres que van establir altres. La identitat és conflictiva no des de la nostra percepció interna sinó des dels límits que s’han imposat des de fora. El que resulta molt més difícil és neutralitzar formes més sofisticades de rebuig com la que suposa empresonar “l’altre” en una suposada essència, en la seva identitat.
The marginalisation of Africa
En el seu article a Social Europe, Branko Milanović argumenta que Àfrica està marginada en l’economia i la política contemporànies, i que està sotmesa a tres tipus de marginació: objectiva, objectivada i subjectiva. La primera és causada per la pobresa. Àfrica no està a l’avantguarda dels nous problemes econòmics i socials que sorgeixen en les economies avançades. Tampoc no disposa de fons per a mantenir nombrosos intel·lectuals que creïn teories i un clima intel·lectual. Objectivament, tots dos problemes són causats per la pobresa. Pel que fa a la marginació objectivada, es refereix al fet que, si bé Àfrica no genera de manera autònoma temes d’estudi, sovint s’utilitza com a camp de recerca perquè s’examinin temes definits pel Nord. No obstant això, aquests temes poden o no tenir molt a veure amb els països africans i poden o no tenir un efecte real sobre el terreny a Àfrica. Finalment, els països africans han contribuït a la seva marginació en no haver desenvolupat contraparts acadèmiques i polítiques més fortes. Segons l’autor, aquesta marginació subjectiva és auto induïda. És en la marginació subjectiva on els governs podrien obtenir alguns primers èxits: es requereix gastar una major part del producte interior brut en recerca, crear universitats i grups de reflexió molt millors i atreure investigadors estrangers que, si visquessin més temps als països africans ja no veurien els temes africans com una bona manera de publicar un article, sinó que participarien plenament en la vida acadèmica.
The Peril of Not Vaccinating the World
Des de les pàgines de The New Yorker Sue Alpern adverteix dels perills de no vacunar massivament els països que no pertanyen al club dels privilegiats. L’estiu passat, més d’un centenar de premis Nobel, ex caps d’estat, líders religiosos i empresarials van instar l’Organització Mundial de la Salut a decretar les vacunes covid-19 com a bé públic. També van demanar a l’OMS d’establir un comitè internacional encarregat de controlar la investigació de les vacunes i garantir un accés igualitari a la per a tots els països i totes les persones en un termini concret. Però cal admetre que malgrat la posada en marxa de COVAX, una iniciativa destinada a distribuir equitativament les vacunes contra la COVID-19, el mecanisme no ha acabat de funcionar ja que d’acord amb les dades de la plataforma Our World in Data mentre el 23,4% de la població mundial ha rebut almenys una dosi de vacuna i s’han administrat més de 3.000 milions de dosis a nivell mundial, només el 0,9% de la població dels països amb ingressos baixos ha rebut almenys una dosi.
Economía, bienestar e igualdad
Mejorar el turismo
L’ex-conseller d’economia de la Generalitat Andreu Mas-Colell constata que la commoció de la pandèmia ha estat un experiment radical: ara sabem què passaria si eliminéssim de sobte el turisme de sobte. Seria un desastre econòmic. Per tant, a curt termini cal que els turistes tornin i es recuperi la situació d’abans de la pandèmia ja que la gran massa de treballadors del turisme no és reconvertible immediatament. Però la pandèmia també ha demostrat que si bé el turisme és un sector econòmic que ha de seguir tenint un paper important en una economia ben diversificada com la catalana, no hauria, en canvi, de convertir-se en primordial. Una línia de millora radica en la constatació que els turistes són visitants, però que hi ha moltes varietats de visitants que no són turistes i que ens convenen. Tenim oportunitats: Catalunya té condicions ideals per atraure estudiants, ja és potent en conferències i congressos, ho pot ser més en festivals, podria créixer molt en nòmades digitals (el marc fiscal hauria d’adaptar-se). El turisme genera beneficis i costos. Sovint, el debat públic es desplega com si es volguessin mantenir tots els beneficis sense costos. Si admetem que els turistes ens donen connexions amb el món, ocupació per a molta gent que ho necessita, viabilitat per a molts petits negocis etc, hem d’entendre que els veurem pel carrer i acceptar que voldran anar als llocs més atractius. El que cal fer és microgestionar. Tenim marge de millora. Podem treballar per crear noves destinacions a l’interior de Catalunya, on no hi haurà conflicte amb la població local. I on n’hi ha, potser podem posar franges horàries: matí per als turistes i la tarda per als locals. També podem regular la tipologia de botigues i utilitzar taxes turístiques per millorar la qualitat.
Is Biden’s Global Corporate Tax a Revolution—or a Retreat?
Michael Hirsch destaca a Foreign Policy que una de les fites importants, per no dir històriques de la darrera cimera del G-7 ha estat l’adopció d’un impost mínim sobre les societats. En efecte, fins ara les taxes efectives que cobren paradisos fiscals com Irlanda estan molt per sota del mínim acordat del 15%. La taxa nominal d’Irlanda és del 12,5%, però degut a tota mena d’excepcions i facilitats que es donen a les empreses, la taxa real és inferior a l’1% per a moltes corporacions, especialment les tecnològiques. Si bé es cert que el president nord-americà buscava un objectiu més ambiciós que oscil·lava al voltant del 21%, no ho ha aconseguit i s’ha hagut de conformar. Es tracta doncs de revertir la carga que han de suportar els treballadors i obligar les empreses que contribueixin més.
Winners and Losers of the Work-From-Home Revolution
A parer de l’autor, l’avaluació del teletreball que s’ha generalitzat duran la pandèmia és encara una mica confusa. El teletreball pot acabar amb la productivitat, però també pot provocar-ne l’increment. Obstaculitza el tipus de treball en equip que és essencial en les empreses de l’economia del coneixement però aquestes mateixes empreses diuen que el convertiran en una característica permanent. Sigui com sigui, la revolució del teletreball produirà guanyadors i perdedors. En l’últim any, el grup més està satisfet amb el teletreball és el dels homes de 30 i 40 anys amb ingressos alts, segons l’enquesta realitzada a 30.000 treballadors nord-americans, i les empreses més rendibles són més propenses a dir que estan planejant fer del teletreball una part central del seu negoci. Així doncs, els guanyadors immediats més probables de la revolució del teletreball són aquells que, des del punt de vista econòmic, ja estan guanyant. Un altre grup de guanyadors són els introvertits del treball i les persones que gaudeixen de l’ús d’eines de comunicació en línia. Per a aquest últim grup, el teletreball redueix l’ansietat de la jornada laboral. Finalment, també cal tenir en compte als propietaris i empreses del centres urbans, ja que les fórmules de treball híbrid impliquen menys desplaçaments, i menys desplaçaments significa menys consumidors als nuclis urbans.
It’s time to rewrite the macroeconomic rulebook for the euro area
Peter Bofinger analitza la política fiscal europea a Social Europe i adverteix que aquesta necessita canvis després que la pandèmia provoqués que el deute públic es disparés a una mitjana del 120% del PIB i quedés així molt lluny del 60% que s’establia al Tractat de Maastricht. El 2013, el Pacte Fiscal Europeu va fixar una restricció de deute als seus estats membres i va instaurar el Banc Central Europeu com a garant de la estabilitat dels preus, a través de la pujada de les taxes dels tipus d’interès, per tal d’evitar una situació d’inflació. Ara caldria apostar per una cooperació entre els governs europeus i el BCE mitjançant la qual es tractessin d’identificar les causes de la pressió inflacionària i posar-hi remei, complementant la pujada de tipus d’interès amb solucions concretes.
Covid’s unequal effect on companyies. The winners and losers, according to the OECD
El diari The Economist es fa ressò d’un informe de la OCDE que apunta que si bé les perspectives mundials milloren, els resultats són molt diferents segons els països i no es tracta d’una recuperació ordinària. És probable que continuï sent desigual i que depengui de l’eficàcia dels programes de vacunació i de les polítiques de salut pública. Alguns països s’estan recuperant molt més ràpid que d’altres i per exemple Corea i els Estats Units ja estan recuperant els nivells de renda per càpita anteriors a la pandèmia mentre que es preveu que gran part d’Europa trigui gairebé 3 anys a recuperar-se. A la vegada, mentre les taxes de vacunació avancen bon ritme en moltes economies avançades, els països més pobres i amb mercats emergents s’estan quedant enrere. En essència, en un món globalitzat i interconnectat, cal deixar clar que si no es protegeix tothom, no es protegeix ningú.
Sostenibilidad y cambio climático
China’s climate sincerity is being put to the test
The Economist analitza i qüestiona les estratègies de la Xina segons les quals les emissions xineses de CO2 assolirien el seu màxim al 2030, i que al 2060 el país aconseguiria la neutralitat en matèria d’emissions. Per aconseguir-ho, s’han construït grans parcs eòlics i de plaques solars, però ara mateix, el carbó subministra prop del 60% de l’energia del país, i el seu ús ha augmentat des que Xina es va adherir a l’acord Climàtic de París. Tot i les peticions dels EUA i de la UE, els bancs de desenvolupament xinesos continuen prestant milions de dòlars cada any per a reconstruir plantes de combustió de carbó. El paper de l’agencia de planificació econòmica està per sobre del ministeri de medi ambient i les regles que regulen l’esquema d’emissions s’han relaxat, de manera que només un grapat de plantes s’enfronten a restriccions reals.
No pot haver-hi creixement si no és sostenible: Foment i ecologistes, lluny del consens sobre l'aeroport
En aquest debat entre el secretari general adjunt de Foment del Treball, Salvador Guillermo, i el portaveu de la plataforma pel decreixement del port i l’aeroport Zeroport, Jaume Osete, s’ha discutit sobre la ampliació de l’aeroport del Prat. Des de Foment es considera que l’ampliació contribuiria a la recuperació econòmica del país a través de la creació d’un hub internacional, passant dels gairebé 53 milions de viatgers al 2019 als 70 milions, i considera que és compatible amb la preservació del medi ambient a través d’obrir possibilitats de tenir els millors vehicles des del punt de vista mediambiental. Osete, en canvi, considera que es tracta d’una proposta antiquada, que no encaixa amb els objectius climàtics i ecològics de la UE i la ONU. Guillermo parla de les compensacions de finques protegides com “la Ricarda”, a les que Osete respon amb incredulitat, fent referencia a les falses promeses de compensacions de l’última ampliació, i destaca que els especialistes ja han admès que la compensació és inevitable, perquè els ecosistemes no es poden traslladar, i que no és compatible tenir milions de turistes agafant avions amb la reducció d’emissions, perquè són estratègies irreconciliables. Proposa deixar de treballar per una economia basada en el turisme i que genera pobresa, i reorientar l’economia de forma ràpida cap a l’economia del benestar, evitant les pressions dels lobbies econòmics. Guillermo, en canvi, defensa que l’ampliació suposaria un benefici per a l’interès general, i que l’abandonament del turisme és inviable perquè és el que la gent desitja, mentre que el representant de Zeroport defensa que la única sortida és limitar el nombre de vols.
Ouvrir la brèche : politique du monde post-carbone
Des de les pàgines de Le Grand Continent Pierre Charbonnier anticipa el futur món postcarboni i afirma que, més enllà de l’alternativa estèril entre el capitalisme baix en carboni i l’apocalipsi, Europa té els mitjans i els recursos per bastir una proposta política menys dependent de l’esperit de conquesta que les de la Xina i els Estats Units. En un context on Europa és poc probable que obtingui els majors beneficis de la transició verda tal com es concep a Pequín o Washington, i on tampoc no té una necessitat urgent de creixement degut als imperatius del desenvolupament que coneixen altres regions, l’escenari econòmic il·limitat post-carboni és, més que per a cap altra part del món, una aposta arriscada. La descarbonització de l’economia mundial serà per a Europa una prova on es configurarà la seva actitud cap al futur. L’autor alerta que les properes transformacions del nostre entorn econòmic i tècnic poden reproduir allò que la gran acceleració havia provocat als anys cinquanta, és a dir, una despolitització absorbida pel creixement del consum i una aparent pau social.
Une pénurie de pétrole en Europe après 2030 pourrait être une aubaine pour le climat
La producció dels principals proveïdors de petroli de la Unió Europea corre el risc d’iniciar un declivi irreversible. Aquesta amenaça hauria d’incitar els estats a lluitar amb més decisió contra el canvi climàtic. En aquest context, presentar la reducció de les emissions de gasos d’efecte hivernacle com una restricció que pesa sobre la nostra economia probablement seria un error. Al contrari, és una oportunitat per dur a terme una política coherent: lluitant contra el canvi climàtic, reduïm la nostra dependència de les importacions que en el futur poden arribar a ser problemàtiques i amenaçar la nostra seguretat energètica. Sens dubte, és possible discutir la millor manera de reduir el nostre consum de petroli i altres combustibles fòssils, però no ens hem d’equivocar d’enemics. Al contrari del que semblen pensar molts ecologistes, el futur no es construirà contra les companyies petrolieres, sinó amb elles. Això és encara més cert, ja que, sigui com sigui, encara necessitarem combustibles fòssils durant molts anys: la transició energètica és un exercici arriscat que requerirà una perfecta coordinació entre tots els actors. Però aquesta coordinació no es produirà espontàniament, s’haurà d’organitzar. Els inversors i els industrials tenen un paper principal a jugar, però només ho faran si les regles del joc són clares, si saben on volen anar els estats i a quin ritme, si s’adapten els ajustaments necessaris al marc regulador, i els camps fiscals, intervenen en el moment adequat.
Bunged up: How the green boom could get stuck
El diari The Economist alerta que a mesura que l’economia mundial es reactiva, l’escassetat i les pujades de preus afecten estan produint un coll d’ampolla derivat de l’escassetat de metalls i de les limitacions de la terra, que amenacen amb frenar l’auge de l’energia verda. Així per exemple es calcula que el preu dels cinc minerals utilitzats en els cotxes elèctrics i a les xarxes elèctriques s’ha disparat un 139% durant l’últim any. Per a mantenir el rumb cap a l’objectiu de zero emissions, l’any 2030 la producció anual de vehicles elèctrics hauria de ser deu vegades superior a la de l’any passat i el nombre d’estacions de recàrrega en carretera, 31 vegades major. La base instal·lada de generació d’energia renovable ha de triplicar-se. D’altra banda, la principal raó del dèficit d’inversió de les empreses és que es triga massa a aprovar els projectes i el seu risc i rendibilitat previstos continuen sent massa opacs. En darrer terme, però, una lectura positiva és que els colls d’ampolla ecològics són un senyal que la descarbonització està passant per fi de ser una idea teòrica a ser una realitat.
Innovación, ciencia y tecnología
The Forever Virus
Un grups d’experts analitza a Foreign Affairs les lliçons que hem d’extreure de la pandèmia de COVID-19 i considera que ja ha arribat l’hora d’acceptar que la COVID-19 ha vingut per quedar-se. El desig d’immunitzar a la totalitat de la població humana s’ha quedat en un desig i no en una possibilitat per diversos motius, entre ells la incapacitat que tenen molts països de vacunar a tota la població o les múltiples variants que escapen a l’esfera de les defenses generades per les vacunes. També insisteixen en que per eradicar la COVID-19 no es tracta de diners i recursos, sinó d’estratègies, com ho demostra el fet que en pandèmies con el còlera i la verola es disposaven de pocs recursos i pocs diners, i es va decidir optar per diverses estratègies, com eliminar el focus de contagi i vacunar aquelles persones considerades en risc de ser les pròximes portadores de la malaltia, tallant així la cadena de transmissió. En ambdues ocasions es va aconseguir el propòsit. En definitiva, la pandèmia actual ens ha mostrat que hi ha una important manca en l’estratègia comuna dels països i que actualment tenim un sistema de resposta a emergències globals vulnerable, susceptible a interferències polítiques.
The Lab Leak Theory Doesn’t Hold Up
Culpar els humans de les malalties és tan antic com el temps. Va passar amb el VIH, amb la malaltia de Lyme i també amb el SARS. El secretisme amb que es va comunicar l’aparició del coronavirus per part del govern xinès va obrir les portes a nombroses teories sobre l’origen de la COVID-19. A la creença inicial sobre els orígens naturals se li van sumar teories sobre les armes biològiques i també sobre una possible fuga d’un laboratori de Wuhan. Mentre que les armes biològiques es van descartar ràpidament, la idea de la fuita ha anat guanyant força. L’autor atribueix aquesta teoria al descobriment d’un nou coronavirus perillós per part de la Xina, que no n’hauria informat la comunitat internacional, ni l’hauria seqüenciat ni desenvolupat una vacuna, i després l’hauria deixat sortir sense contenir-lo. Això no obstant, científics de la OMS van declarar que la teoria de la fuita de laboratori, tot i no tenir informació suficient com per a descartar-la, era extremadament improbable. La millor teoria disponible és que el virus probablement es va originar en ratpenats, molt probablement a les mateixes coves on es va generar el SARS, i van saltar a través de dos altres animals abans d’arribar als humans. Malgrat que Pequin nega l’existència d’animals vius al mercat, hi ha proves fotogràfiques que revelen que hi havia ossos rentadors vius, un dels animals candidats a ser amfitrions del virus abans que passés als humans. En darrer terme, tot i que pot ser que mai no es descobreixi l’origen exacte de la COVID-19, cal deixar-ho a la ciència, i no permetre que els interessos polítics donin pas a la desinformació.
Whether Covid escaped from a lab or not, it’s time to talk about biosecurity
Gregory Koblenz i Filippa Lentzos adverteixen a The Guardian de les implicacions del coronavirus pel que fa a la bioseguretat. En efecte, la seguretat als biolaboratoris xinesos que alberguen certes investigacions perilloses han estat a l’ull de l’huracà degut a l’origen encara incert de la COVID-19. Però ja fa temps que la seguretat d’aquests biolaboratoris xinesos ha estat qüestionada per moltes organitzacions internacionals, com per exemple l’American Biosafety Association, que alerten de que la seguretat no és l’adequada. Prova d’això seria les 4 exposicions a investigadors dels mateixos centres. Aquestes associacions també denuncien que la majoria de biolaboratoris del món estan situats en zones urbanes i posen en dubte si aquests centres que tracten amb patògens altament letals i transmissibles han d’estar situats en zones urbanes des d’on es poden expandir amb facilitat.
US and Europe to forge tech alliance amid China’s rise
La UE i els EUA han anunciat una àmplia col·laboració en matèria de tecnologia i comerç en un intent de fer front a la Xina i promoure els valors democràtics en el marc de l’anomenat Consell de Comerç i Tecnologia UE-EUA (TTC). Ara s’espera que Washington i Brussel·les detallin com treballaran junts per a promoure normes conjuntes al voltant de les tecnologies emergents, i com es comprometran a vigilar millor el món digital, ara dominat per uns pocs gegants tecnològics de Silicon Valley. El TTC se centrarà en alinear els plantejaments europeus i nord-americans en matèria de comerç i tecnologia perquè siguin les democràcies, i no la Xina o altres autocràcies, les que dictin les regles del comerç i la tecnologia del segle XXI. Tindrà dos objectius bàsics: el primer -promogut principalment per Washington- se centrarà en fer front a la Xina mitjançant la cooperació transatlàntica entorn de les normes internacionals de comerç i tecnologia, així com en col·laborar en els problemes crítics de la cadena de subministrament que han sorgit durant la crisi de la COVID-19. Actualment, hi ha una escassetat mundial de microxips, i tant els Estats Units com la UE han anunciat plans per a oferir incentius financers a les empreses perquè reprenguin a les seves respectives jurisdiccions la fabricació de semiconductors que actualment es concentra en la conca del Pacífic. El segon àmbit de cooperació se centrarà en el foment dels valors democràtics en l’àmbit digital.
Emergencia digital: los retos de la sociedad que viene
Des de les pàgines de El Periódico diversos experts alerten de la necessitat d’aconseguir una regulació global de la protecció de dades, reduir la bretxa digital i l’acumulació de les plataformes així com promoure una tecnologia més sostenible amb el planeta. Assenyalen que afrontem el repte digital de transformar les nostres societats sense que l’omnipresent revolució tecnològica instrumentalitzi o subordini la ciutadania. L’anomenat humanisme tecnològic, és a dir situar el benestar humà com a principi que regeixi el futur digital, és una de les claus d’aquesta era. Però d’aquí resulten no pocs desafiaments. La ja consolidada economia de plataformes no s’entén sense l’extractivisme: les dades que generem inconscientment amb la nostra activitat a Internet serveixen per crear perfils que després es venen a anunciants, que posteriorment els fan servir per llançar-nos els seus missatges. L’aplicació de sistemes d’Intel·ligència Artificial a aquest gran volum de dades permetrà anar més enllà i fer càlculs per predir i induir el nostre comportament futur. Aquest model ha creat polèmica per la seva tensa relació amb la nostra privacitat i la conseqüent vulneració de la nostra autonomia i llibertat. Davant d’aquest escenari, un dels grans reptes de la nostra era serà la regulació de la protecció de dades a escala global. Aquí, la Unió Europea està assumint el lideratge ja que al 2016 ja va posar en marxa el Reglament General de Protecció de Dades. L’abril passat la UE també va presentar la primera llei del món que regula l’ús de la IA.
The EU has introduced a new ‘digital’ ID. Here’s what it means for you
“Cada vegada que una aplicació o un lloc web ens demana que creem una nova identitat digital o que iniciem una sessió mitjançant una gran plataforma, no tenim ni idea del que passa amb les nostres dades”. Amb aquestes paraules la presidenta de la Comissió Europea, Ursula von der Leyen, es va dirigir a Europa en un discurs que no ha passat desapercebut per ningú. Alguns països de la UE ja han desplegat les seves pròpies identitats digitals nacionals, però el cert és que segueixen existint opinions contradictòries. Segons la Comissió, 19 esquemes d’eID, que representa la identitat de la Unió Europea, són utilitzats per 14 països de la UE, unes dades que demostren que la seva adopció és baixa, el seu ús feixuc i, sobretot, els casos empresarials limitats. Thomas Lohninger, vicepresident del grup de drets digitals EDRi, manifestava fa pocs dies la seva preocupació perquè la Comissió no hagués tingut en compte les persones o empreses que no volen una nova identificació digital ja que, amb aquesta mesura, considera que les deixava en desavantatge, en favor de les que comencin a utilitzar la identitat europea. En darrer terme, de tot això se’n pot extreure que deus coses: primer que hi ha molta incertesa en com s’articularà i s’aplicarà aquesta eina i segon de quina manera la Comissió garantia els nivells de seguretat més alts que anuncia.
El lado más miserable de los algoritmos
Sophie Stipes és una nena amb paràlisi cerebral que l’any 2008 gairebé va perdre l’assegurança pública que costejava el seu tractament, per culpa del mal funcionament d’un algoritme. Aquest cas va fer que Virginia Eubanks comencés a investigar com afecten els algoritmes que fan servir les institucions públiques als EUA i l’estigmatització de les classes més vulnerables amb el suposat objectiu d’optimitzar els recursos destinats a una minoria. Per exemple, un algoritme utilitzat a Pennsilvania incorporava com a variable per detectar casos de suposat maltractament infantil la quantitat de vegades que una família s’adreçava als serveis públics, la qual cosa va acabant assenyalant falsament famílies modestes, que són les que més utilitzen aquests serveis. Aquests algoritmes també s’empren per a decidir qui pot accedir a una ajuda i qui no, fent que una qüestió política passés a ser un problema matemàtic. L’ús d’algoritmes també és freqüent arreu del món, especialment per a reclamar deutes antics, com el cas dels Països Baixos, on es va acusar falsament de frau famílies d’origen turc o magrebí, moltes de les quals es van arruïnar per tal de poder fer front a aquestes reclamacions. Per tal de solucionar aquest problema i per evitar acabar en un distòpia digital, Eubanks considera que aquestes eines no poden ser neutrals i que se’ls hi ha d’afegir una sèrie de valors per tal que siguin més justes. D’altra banda, Philip Alston, relator especial de l’ONU sobre pobresa extrema i drets humans, advoca en un informe que cal aplicar aquestes eines no en un sentit punitiu ni d’estalvi de costos, sinó per a afavorir i millorar les vides de les persones més desafavorides.
Meet Wu Dao 2.0, the Chinese AI model making the West sweat
Melissa Heikkilä analitza la revista Politico el nou model xinès d’Intel·ligència Artificial Wu Dao 2.0, capaç d’entendre tot el que diu la gent, inclosa la gramàtica, escriure assajos i poemes en xinès tradicional i que també pot reconèixer imatges i generar imatges realistes basades en descripcions. El model ha estat desenvolupat per l’Acadèmia d’Intel·ligència Artificial de Pequín amb finançament del govern xinès. Els models lingüístics massius, que produeixen textos que semblen escrits per humans, són una de les tecnologies més potents impulsades per la IA, i empreses com Google les volen incorporar als seus sistemes de recerca. Aquests models són un indicador informal de l’avenç en IA dels països, i per això aquest nou model preocupa Europa i els Estats Units. Al mes d’abril, associacions de la indústria d’IA de set països europeus -Alemanya, Àustria, Suècia, Croàcia, Eslovènia, els Països Baixos, França i Bulgària- van adreçar una carta a la Comissió demanant finançament al comissari de mercat interior de la UE per a desenvolupar grans models d’IA. La mateixa comissió Europea reconeix que són necessaris més programes de finançament ja que mentre els Estats Units i la Xina cobreixen el 80% de les inversions en IA i tecnologies blockchain, Europa hi inverteix només el 7%.