En Catalunya hay muchos debates pendientes. Probablemente los años de aceleración histórica que vivimos y hemos vivido han hecho más difícil la reflexión reposada, la perspectiva y el intercambio tranquilo de ideas. La actualidad gira muy rápido, y la sobreexposición mediática que padecemos, convenientemente amplificada por las redes sociales, a menudo nos hace estar más pendientes de la última batallita anecdótica que de los debates de fondo. Y, sin embargo, la concatenación de polémicas efímeras, declaraciones y contradeclaraciones puede ser perfectamente un camino que no vaya a ninguna parte. Podríamos estar dando vueltas a la noria sin saber cómo salir. Por eso es importante tratar de escapar de esta telaraña de la actualidad y del corto plazo. Hay que encontrar espacios para tomar aire, levantar la mirada y plantear de manera explícita los debates de fondo, sin miedo a la discrepancia.

Entre los debates de fondo que hay pendientes seguramente hay uno que tiene su importancia: es el debate estratégico interno al movimiento independentista. Es un debate parcial, que sólo tiene sentido en el contexto más general de los debates colectivos que deben generarse en la sociedad catalana entre todos los actores y sectores. Pero es un debate relevante, sin embargo. Y, no hace falta decirlo, con una gran influencia sobre la dinámica general de la política catalana.

Y este es un debate especialmente afectado por el ruido. De hecho, es un debate que queda a menudo enterrado bajo aspectos implícitos. Seguramente, porque dentro del movimiento independentista no hay sólo un debate estratégico, sino que hay también un debate ideológico –como es natural– y mucho, mucho partidismo. La diversidad ideológica del soberanismo es, evidentemente, un factor de división interna importante. Dentro del independentismo conviven visiones del mundo muy distantes entre sí, a menudo contrapuestas. Y esto tiene un reflejo en todos los debates, como es lógico. Pero dentro del soberanismo también hay, como ocurre siempre, una fuerte competición entre grupos y partidos por la hegemonía interna, electoral e institucional. La lucha por la hegemonía tiene lugar, como suele ocurrir, en las trincheras partidistas. Nadie debería escandalizarse por ello: forma parte intrínseca del pluralismo democrático.

La intensidad de la competición interpartidista a menudo tapa los debates estratégicos, y por eso resulta difícil saber exactamente qué piensa cada uno

Ahora bien, en el contexto actual la intensidad de la competición interpartidista a menudo tapa los debates estratégicos. Y por eso resulta difícil saber exactamente qué piensa cada uno, y qué proponen los diversos actores. Este es el primer objetivo de este dossier: tratar de desenterrar los debates, sacarlos a la superficie, hacerlos explícitos e inteligibles. Saber de qué estamos hablando. No con la pretensión naíf de solucionar nada, ni de construir un nuevo consenso. Que nadie vea un intento de construir un diagnóstico unitario: en este dossier sólo pretendemos poner a disposición de los lectores el debate de fondo dentro del independentismo en unos términos que todo el mundo pueda entender, ahorrándonos la contaminación acústica de la cotidianidad. Aspiramos a despojar los argumentos de los elementos coyunturales y tácticos, y a abandonar los elementos implícitos y sobreentendidos con que normalmente se discute hoy en Catalunya y también dentro del soberanismo.

El segundo objetivo del dossier, vinculado al primero, es tratar de aumentar el nivel de rigor y exigencia en el debate. Ir más allá de la ocurrencia, del efectismo retórico y la palabrería. Y esto requiere, entre otras cosas, un poco de tiempo y espacio, y eso es lo que este dossier quiere ofrecer a los autores y autoras, lectores y lectoras. Pero sobre todo se requiere una disposición analítica a construir argumentos rigurosos, libres de falacias, trampas argumentales, argumentos ad hominem y otros recursos que, desgraciadamente, son demasiado habituales en el debate público cotidiano. De alguna manera, se trata de huir del maniqueísmo de los traidores contra hiperventilados y de la sospecha permanente, porque es un esquema que empobrece el debate y lo encadena al prejuicio y al esquematismo binario.

Se trata de huir del maniqueísmo de los traidores contra hiperventilados y de la sospecha permanente

Con el fin de acercarnos a estos objetivos, hemos pedido colaboraciones a una lista larga y diversa de personas que creemos que tienen algo que aportar a este debate. Les hemos pedido artículos reposados y analíticos, y les hemos ofrecido el tiempo y el espacio para poderlo hacer. En la selección de colaboradores hay una voluntad explícita de buscar la máxima diversidad de voces. Aunque no se puede leer la lista en términos de cuotas ni de peso relativo de cada sector o espacio (no tendría sentido), sí hay un intento de cubrir, razonablemente, toda la diversidad interna del soberanismo. Diversidad también generacional y de género, por supuesto. Estas listas siempre podrían ser más largas, claro. En todo caso, en la que hemos confeccionado el criterio principal han sido las ganas y la capacidad de hacer este ejercicio más analítico, con un poco más de perspectiva y de rigor. Creemos que todas las personas que participan tienen esta disposición, piensen lo que piensen.

Concretamente, hemos pedido su participación a Francesc Marc Álvaro, Xavier Antich, Sara Bailac, Laia Balcells, Xavier Godàs, Jordi Graupera, Marina Llansana, Pere Martí, Albert Noguera, Roger Palà, Marta Pascal, Lluís Pérez, Marc Sanjaume, Mireia Vehí y Maria Vila.

Al hacerles el encargo les hemos planteado, también, una serie de preguntas que pueden ayudar a estructurar el debate. Aunque tienen libertad para ignorarlas total o parcialmente, hemos querido plantear las preguntas como una herramienta para disciplinar el debate y favorecer que las diferentes contribuciones dialogaran las unas con las otras. Más concretamente, les hemos pedido (1) porque Catalunya no alcanzó la independencia en 2017; (2) qué creen que le falta al independentismo para alcanzar su objetivo; (3) como creen que se debería articular la diversidad ideológica y organizativa interna del independentismo; y (4) cual creen que debería ser la prioridad estratégica del independentismo tras las próximas elecciones al Parlament. Hemos planteado, en definitiva, un diagnóstico de lo que ha pasado y de donde estamos, pero también planteamientos de presente y futuro inmediato.

Esperamos, en todo caso, que el dossier sea un acicate para el debate y que este ejercicio que hacemos aquí se pueda replicar, en los términos que convengan, en más espacios y momentos. Porque no deberíamos perder la capacidad de dialogar.

Jordi Muñoz

Jordi Muñoz

Jordi Muñoz es politólogo y analista. Actualmente, es investigador y profesor del Departamento de Ciencia Política en la Universidad de Barcelona (UB), donde imparte las asignaturas de comportamiento político y métodos cuantitativos. Durante su carrera se ha especializado en política comparada. Recientemente ha publicado el libro Principi de realitat: una proposta per a l’endemà del Procés (L'Avenç, 2020), un ensayo político donde reflexiona sobre qué ha pasado en Catalunya y por qué, y donde plantea hipótesis sobre posibles soluciones y caminos de futuro.