A lo largo de muchos años, las historias que han predominado sobre el continente africano se generaban en los medios de comunicación y en la cultura popular occidentales. El imaginario giraba en torno a hambrunas y conflictos, y demás temas trillados que reforzaban ciertos estereotipos. Buena parte de cuanto sabemos u oímos al respecto está relacionado con la llegada de los colonialistas, la vida bajo su dominación y la subsiguiente independencia. Suelen quedar excluidos del discurso general cómo se vivía antes de la llegada de los poderes extranjeros, la brutalidad de la vida bajo el dominio del colonialismo, y las matanzas, el terror y el valor que formaron parte de la lucha por la independencia. Este menoscabo no se limita al discurso general, sino que en algunos casos también se extiende a los sistemas educativos y a la memoria nacional de algunos países.

A lo largo de los años, se ha observado una proliferación de obras cinematográficas, narrativas, periodísticas y musicales producidas en el continente, que ponen en entredicho los discursos generalizados, y relatan historias desde unas perspectivas que, de otro modo, se han borrado u olvidado. Otro ejemplo de esta tendencia es el teatro y, en concreto, la obra keniata Too Early for Birds («Demasiado temprano para los pájaros»), que así lo pone de manifiesto.

Too Early for Birds: los inicios

En 2016, dos artistas kenianos, Ngartia Bryan y Abu Sense, se juntaron para pensar en cómo dedicarse a escribir y actuar a tiempo completo. En un primer momento, se les ocurrió la idea de crear un programa de televisión, conocido como City Siris, con abundante contenido histórico, buena parte del cual estaba basado en las obras narrativas y de investigación de kenianos como el escritor Morris Kiruga (también conocido como Owaahh), en cuyo blog narraba hechos poco conocidos de la historia de Kenia, o en las del dramaturgo y escritor de cuentos Ogutu Muraya, basada en el libro Living Memories de Al Kags, que relata la historia de varios individuos que vivieron los años que van del colonialismo al período posterior a la independencia.

Propusieron el programa a varios canales de televisión, pero ninguna estaba dispuesta a comprometerse. «Nos daban una y otra vez una misma respuesta, que nos parecía extraña: que la propuesta era brillante, pero quizá demasiado inteligente para el público keniano. Lo cual no tenía sentido, porque nosotros mismos éramos kenianos que narraban historias kenianas», cuenta Ngartia. Tras mucha deliberación y después de realizar una serie de sondeos en los medios de comunicación, decidieron llevar su idea al teatro. Las historias que Owaahh contaba en su blog sentarían la base de la obra Too Early for Birds.

A lo largo de los años, se ha observado una proliferación de obras artísticas producidas en el continente que relatan historias desde unas perspectivas que, de otro modo, se han borrado u olvidado

Al poco tiempo, se prestaron a colaborar en el proyecto algunos de los artistas, músicos, escritores, productores y editores más excepcionales del país, como Wanjiku Mwawuganga, Zosi Kadzitu, Miriam Kadzitu, Aleya Kassam, Anne Moraa, Laura Ekumbo, Tonny Muchui, Hellen Masido, Kimani Wandaka, Siteiya Njeri, William Mwangi, Gathoni Kimuyu y Njagi M’Mwenda. Pese a que el deseo de crear y actuar era parte del incentivo de los fundadores de Too Early for Birds, había motivaciones más importantes, como el deseo de conectar en profundidad con la tradición africana del relato oral, y el de suscitar interés por las historias de Kenia.

La historia perdida

En The Invention of Africa: Gnosis Philosophy, and the Order of Knowledge («La invención de Africa: gnosis, filosofía y el orden del conocimiento»), el filósofo, académico y escritor congoleño V. Y. Mudimbe escribió: «La estructura colonizadora ha hecho surgir un sistema dicotomizador y, con éste, bastantes polaridades paradigmáticas: tradición frente a modernidad; oralidad frente a escritura o impresión; o comunidades agrarias y tradicionales frente a economías muy productivas. En África existe la creencia generalizada de que, pasar de los paradigmas tradicionales a los modernos, es en sí una forma de progreso» [1]1 — Mudimbe, V. Y. (1988) The invention of Africa: gnosis, philosophy, and the order of knowledge, Bloomington: Indiana University Press. .

La observación de Mudimbe puede hacer pensar que la palabra escrita ocupa un lugar más respetado y superior frente a la oral ya que, de hecho, el paso de la oralidad a la escritura y a la impresión se entiende como un avance. Y es precisamente por este motivo que «nos propusimos conectar en profundidad con la tradición oral de contar historias, una costumbre africana por excelencia. A menudo, la literatura oral se considera una forma narrativa obsoleta, y menos importante que la escrita. Pero nos hacía sentir diferentes. Estaba viva. Así es como hemos seguido contando la mayoría de nuestras historias, y el hecho de hacerlo oralmente, y no por escrito, no le resta valor», dice Ngartia.

Es más, estaban cansados de oír que no hay historias kenianas que merezca la pena narrar, menos aún si tienen que ver con la historia del país. Y añade: «Teníamos presente que el propio sistema educativo nos había privado de nuestra propia historia. Grandes partes de esta se habían omitido, y el resto se había suavizado para que encajara en el discurso colonialista y el de los regímenes que se instauraron tras la independencia».

En Wretched of the Earth (publicado en español como «Los condenados de la Tierra» por Ed. Txalaparta), Frantz Fanon sostiene que los colonialistas no solo aspiran a explotar, oprimir y robar a los pueblos colonizados, «quizá no hemos demostrado suficientemente que el colonialismo no se contenta con someter a un pueblo y despojar la mente indígena de toda forma y contenido. Mediante una suerte de lógica retorcida, recurre al pasado del pueblo oprimido para distorsionarlo, desfigurarlo y destruirlo. Este proceso de desvalorización de la historia pre colonial hoy adquiere un significado dialéctico» [2]2 — Fanon, F. (1968) The Wretched of the Earth, New York: Grove Press. . Fanon nos recuerda la importancia de la historia, las maneras en que el colonialismo ha sido capaz de borrarla y alterarla y, en última instancia, eliminar la relación de esta con la identidad de un pueblo. Este fue otro factor fundamental que inspiró la creación de Too Early for Birds.

«A medida que desarrollábamos la obra, se fue transformando en un proyecto sobre la identidad. Empezamos a preguntarnos qué nos definía como individuos. ¿Son las historias que nos contamos? ¿Nuestro pasado personal? ¿Nuestra nacionalidad? ¿Qué significa identificarse con un país que se fundó hace apenas un siglo? ¿Hasta dónde se remonta nuestra identidad? ¿Quién y cómo era nuestro pueblo antes de que un grupo de tipos blancos se sentaran en torno a una mesa en Berlín y, movidos por la codicia, trazaran una serie de líneas sobre un mapa? ¿De qué modo esas historias y la manera de contarlas influye en cómo nos vemos y nos comportamos hoy en día?», dice Ngartia.

Incluso la decisión de qué aspectos de la historia de Kenia debíamos incluir, se tomó ahondando en los relatos que más curiosidad despertaban entre los miembros del equipo, y reflexionando sobre cómo se los habían transmitido en la escuela. En muchas ocasiones, se toparon con elementos que hacían preguntarse cómo era posible que aquello no fuera una obra de ficción, como al descubrir que algunos relatos y personajes habían sido excluidos, o directamente eliminados.

Los artistas kenianos Ngartia Bryan y Abu Sense estaban cansados de oír que no hay historias kenianas que merezca la pena narrar, menos aún si tienen que ver con la historia del país

«El incentivo ha sido siempre la curiosidad. Esa sensación de que hay más, mucho más, en ese discurso narrativo, que no se ha compartido. Preguntarnos qué ocurrió en realidad en las salas de tortura de la cárcel de Nyayo House, o por qué el gobierno se deterioró tanto, o cómo es posible que las mujeres acaben quedando excluidas del grueso de la historia, o hasta qué punto el crimen y la delincuencia de perfil específico forma parte de nuestra vida, o por qué el asesinato de Mboya, un político de 39 años sigue siendo una de las efemérides de nuestra historia», explica Ngartia.

El 17 de mayo de 2017, la obra se estrenó en el Kenya National Theatre con aforo completo; esto solo fue el principio.

Indagar en la història

En el capítulo titulado «Sobre la cultura nacional» [3]3 — Ibídem. , Fanon se ocupa de cómo definir una cultura nacional en un país que fue colonizado. Así, argumenta que «la circunstancia colonial pone fin a la cultura nacional en casi cualquier ámbito» . Sin embargo, en su opinión, «la cristalización de la conciencia nacional alterará estilos y temas literarios, y creará asimismo un público completamente nuevo». Según Fanon, gracias a esto, surge una «literatura de combate», en el sentido en que «moldea la conciencia nacional, dándole una nueva forma y contorno, abriéndola al mundo de forma casi inadvertida, y a horizontes nuevos e ilimitados» , y, aunque el contexto pueda ser distinto, puede decirse que Too Early for Birds ha logrado precisamente eso al «dar la vuelta al guion de la historia», como dice Ngartia. Todavía más:

«Estas producciones examinan historias generalmente asumidas como ciertas, para luego desacreditarlas. Así, por ejemplo, la lucha por la libertad suele presentarse como un esfuerzo de los pueblos Gikuyu, Embu y Meru, pero sin desmerecer su triunfo, se puede resaltar que los Gusii llevaban luchando para expulsar a los ingleses desde 1908. Por otra parte, hay que destacar el papel que las mujeres han desempeñado en la historia de Kenia. Mientras Muthoni Nyanjiru lideraba a miles de personas en 1922, Wangu wa Makeri oprimía al pueblo revirtiendo las expectativas sociales en cuanto a la función, la voluntad y los deseos de las mujeres. La capitana general Muthoni Nyanjiru combatió en los bosques durante una década, y fue una de los pocas militares Mau Mau de alto rango que llegó al final del conflicto sin ser capturada.»


Esta indagación en la historia no solo pone en entredicho los relatos sobre Kenia que vemos y conocemos, sino que también permite comprender mejor las circunstancias actuales. Durante el mandato de Daniel Arap Moir, muchos de sus detractores y opositores eran trasladados a un edificio conocido como Nyayo House, donde una brigada especial, la Special Branch Division, los interrogaba y, en muchos casos, los torturaba.

Indagar en la historia no solo pone en entredicho los relatos sobre Kenia que vemos y conocemos; también permite comprender mejor las circunstancias actuales

Según Ngartia, «La Special Branch cambió su nombre y su imagen, y en la actualidad sigue siendo parte de la policía keniana que se instauró como un arma contra los kenianos negros». De ahí que los asesinatos en Kenia (cuyas víctimas suelen ser los menos favorecidos) no sean un fenómeno nuevo; forman parte de un patrón arraigado en el pasado.

Volver a contar la historia desde otra perspectiva

La primera obra se llamó «Unsung Heroes Edition», la segunda «Dissent Edition» y, a esta, siguieron «Badassery Edition», «Brazen Edition» y «Tom Mboya Edition». Aunque todos los espectáculos eran igual de estimulantes e informativos, Ngartia y muchos entusiastas de Too Early for Birds coinciden en que el Brazen Edition fue especialmente irónico, porque la investigación, el guión, la dirección y la interpretación estuvo a cargo de mujeres.

A cargo de la LAM Sisterhood, una asociación de mujeres formada por Laura Ekumbo, Aleya Kassam y Anne Moraa, esta serie de espectáculos contaba la historia de kenianas míticas, como Zarina Patel, Mekatilili wa Menza y Field Marshal Muthoni. Fue una actuación revolucionaria, como dijo Maureen Wambui en su crítica de la obra: «si hay algo que nos enseña el Brazen Edition de Too Early for Birds es que se ha eliminado o excluido a las mujeres de nuestra historia, nuestros relatos, y sus aportaciones se han barrido bajo la alfombra. Estas historias trataban sobre mujeres que tuvieron el valor de cambiar el statu quo, que fueron más allá de aquello que se esperaba de ellas como “sexo débil”, y lograron sus propósitos. Eran mujeres avanzadas a su época». El Brazen Edition fue aclamado por la crítica y subió aún más el listón. Sin embargo, lo que vino después superó las expectativas tanto de las creadoras como del público.

Existen muchos momentos cruciales en la historia de Kenia, caracterizados por individuos que lucharon por un cambio y lo lograron, que pusieron en entredicho el statu quo o que aportaron una nueva visión para el futuro del país. Uno de esos individuos fue Tom Mboya.

Mboya era un líder sindicalista, panafricanista y político, que desempeñó un papel clave en la lucha de Kenia por la independencia; fue Ministro de Justicia y Asuntos Constitucionales, primero, y luego ministro de Planificación y Desarrollo Económicos. Su carisma y su capacidad de liderazgo lo situaron entre los estadistas más respetados del continente africano.

Sin embargo, los sueños que tenía para su país se interrumpieron el 5 de julio de 1969, cuando fue asesinado a los 39 años en Nairobi. La vida y muerte de Mboya son un episodio importante en la historia de Kenia; está considerado un héroe y un revolucionario que existió hace muchos años en Kenia. Pero ¿qué más sabemos realmente de él?

Existen muchos momentos cruciales en la historia de Kenia, caracterizados por individuos que lucharon por un cambio y lo lograron, que pusieron en entredicho el statu quo o que aportaron una nueva visión para el futuro del país. Uno de esos individuos fue Tom Mboya

Too Early for Birds asumió la tarea de contar su historia, pero esta vez a una escala mucho más amplia que en las ediciones previas. «Era la primera vez que nos centrábamos en una historia particular. Es más, ahora teníamos equipos de investigación, escritura y técnica mucho más grandes, un amplio reparto y un director nuevo, Mugambi Nthiga. Más importante aún fue el cambio de lugar del espectáculo por el Visa Oshwal Community Center, que doblaba la capacidad del Kenya National Theatre», cuenta Ngartia.

Tal fue el éxito de la edición de Tom Mboya que se lanzó una campaña online para una nueva edición del espectáculo. Aunque los brillantes diálogos, las extraordinarias interpretaciones y el impecable equipo detrás de la escena permitieron que la edición de Mboya tuviera tanto éxito, hubo un factor mucho más importante en juego: «La obra humanizó a este personaje mítico de la historia de Kenia. Se puso de manifiesto que nuestros libros se habían quedado en la superficie, y Too Early for Birds estaba allí para cambiar las tornas», explica Maureen Wambui, desde su perspectiva de espectadora.

El futuro de la historia

Too Early for Birds demuestra que el teatro y la narración en un escenario pueden cambiar los discursos históricos en África a distintos niveles. En opinión de Dery Aduda, otra asistente a la obra, esta clase de obras tienen la libertad de contar historias sin la censura que suele existir en los medios de comunicación generales o en el sistema educativo. «No es que espere que un canal de comunicación keniano diga que el antiguo presidente Daniel Arap Moi era un asesino. Tampoco espero que el profesorado contradiga el programa que les dan para impartir. Pero precisamente por esto es importante proporcionar un relato oral de la historia desde un escenario.»

En opinión de una de las guionistas, Meera Damji, mientras que la historia, tal como se cuenta en las escuelas, hace que los alumnos se preocupen por aprender tanto como puedan para sacar buenas notas, en el teatro «el elemento humano te conecta a la historia que se está narrando» y, de este modo, permite despertar la conciencia del espectador sobre las realidades del pasado.

Y esto no se consiguió solo a través de las historias narradas, sino también a través de la forma en que se narraron. El equipo decidió, a conciencia, contar la historia «a la manera keniana»; el público al que iba dirigida no era occidental, la obra no estaba pensada para complacer a la mirada blanca: era una producción para kenianos, lo cual significaba usar varias lenguas, música, referencias de la cultura popular y distintos grados de humor.

El aumento de editores, escritores, cineastas y músicos africanos ha producido muchas nuevas historias, y el teatro participa, sin duda, de este florecimiento. Como escritor e intérprete, Ngartia Bryan cree que el teatro desempeña un papel muy importante en la narración, la revisión y la popularización de la historia de África, si bien el sector se halla frente a ciertos desafíos tanto en Kenia como en otras partes del continente.

«Existen múltiples desafíos económicos, sobre todo, la necesidad de inversores en el sector. El auditorio más grande del Kenya National Theatre da cabida a unas 300 personas, y el gobierno todavía no ha cumplido la promesa que hizo, hace ya unos años, de construir uno más grande. Por otra parte, los auditorios privados son de tamaño similar y, en algunos casos, inasequibles.»

Idil Ahmed, miembro del equipo de investigadores de Too Early for Birds, está de acuerdo en que «las limitaciones financieras, la falta de suficientes teatros dedicados al arte, el apoyo insuficiente del gobierno, así como el poco interés que hay en desarrollar el talento artístico en el sistema educativo, son una serie de obstáculos para que el sector del teatro pueda florecer en Kenia.»

Pese a estas dificultades, cabe pensar que, si los espectáculos cuelgan el cartel de «aforo completo», abunda el talento y el público aumenta, el futuro parece prometedor para Too Early for Birds, así como para la escena dramatúrgica keniana. Lo más importante es que este tipo de espectáculos tienen la capacidad para despertar nuevas maneras de pensar en los individuos y en la sociedad, ya que deconstruye el pasado para crear un futuro diferente. «Antes de asistir al espectáculo Too Early for Birds, no sabía hasta qué punto se había lavado la historia de Kenia. Esto no es lo que nos contaron en la escuela; la verdad es mucho peor. Esta forma de educación nos permite pensar de manera más crítica sobre la situación actual del país y nos ayuda a ver con claridad lo que sucede cuando la historia se repite una y otra vez. Conocer la verdad nos concede la posibilidad de imaginar futuros mejores», dice Michelle C tras asistir al espectáculo.

  • Referencias

    1 —

    Mudimbe, V. Y. (1988) The invention of Africa: gnosis, philosophy, and the order of knowledge, Bloomington: Indiana University Press.

    2 —

    Fanon, F. (1968) The Wretched of the Earth, New York: Grove Press.

    3 —

    Ibídem.

Samira Sawlani

Samira Sawlani es periodista, escritora, columnista y analista especializada en temas relacionados con África Oriental. Tiene un máster en Estudios Internacionales y Diplomacia por la School of Oriental and African Studies (SOAS) y también ha trabajado en el sector de la ayuda humanitaria. Sus artículos se han publicado en varias cabeceras como Al Jazeera, The Guardian, Mail and Guardian y African Arguments.