¿Qué es la cooperación al desarrollo descentralizada?
La cooperación al desarrollo descentralizada (CDD) no tiene una definición estadística armonizada y a menudo se concreta en varios marco jurídico y estructuras de gobernanza que varían según los niveles de descentralización de cada país. Los intentos de crear una definición unificada de la CDD muchas veces no consiguen captar la diversidad de agentes implicados y su valor añadido para la cooperación al desarrollo y la financiación que ayuden a un desarrollo y una recuperación sostenibles e inclusivos.
La CDD puede incluir actividades que van más allá de las ayudas, o lo que se consideran flujos de ayuda oficial al desarrollo (AOD)[1]1 — Treinta miembros del Comité de Ayuda al Desarrollo (CAD), veinte proveedores que no pertenecen al CAD y más de cuarenta instituciones multilaterales informan anualmente sobre datos del AOD, entre otros. Cada año se presentan más de 250.000 transacciones detalladas al Sistema de Notificación de los Países Acreedores (CRS, del inglés Acreedor Reporting System). El aseguramiento de la calidad hace que el CAD sea la única fuente de datos fiables, comparables y completos sobre ayuda al desarrollo. . El año 2005, un informe de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) definió la CDD como “la ayuda prestada por el sector público diferente del gobierno central” [2]2 — Mientras que el número de países que presentan informes sobre CDD ha pasado de 9 a 13 miembros del CAD, poco menos de la mitad de los miembros del CAD informan sobre CDD en el CRS. Hasta hace poco, Alemania era el único miembro del CAD de la OCDE que informaba sobre la CDD que proporcionaba cada una de sus ciudades y regiones de manera individual, y alcanzó el 100% de cobertura de los 16 länder —las 3 ciudades estado y los 13 estados federales— en el 2014. El año 2018, España introdujo 17 nuevos códigos de agente para desagregar los informes de las comunidades autónomas. . Mientras que el AOD es la medida más completa de la CDD, comprende un conjunto más reducido de recursos concesionales oficiales (subvenciones o créditos blandos) que se dirigen específicamente a promover el desarrollo económico y el bienestar de los países en vías de desarrollo, y que pueden incluir algunos costes y actividades que tienen lugar en los países donantes (por ejemplo, sensibilización hacia el desarrollo, acogida de refugiados, becas de estudios, etc.). En cambio, muchos de los enfoques de la CDD se centran mayoritariamente en la reciprocidad, el beneficio mutuo y el intercambio de conocimiento, lo cual se aleja del paradigma Norte-Sur. Además, la CDD no sólo tiene lugar entre agentes subnacionales: la sociedad civil, las universidades, las organizaciones multilaterales y el sector privado, entre otros, también tienen un papel destacado a la hora de dar apoyo a proyectos en el ámbito subnacional. Finalmente, la financiación también se puede ofrecer del ámbito subnacional al nacional, como cuándo gobiernos regionales como Flandes proporcionan financiación directa a gobiernos nacionales de países en vías de desarrollo [3]3 — Véase: OCDE (2018) Reshaping Decentralised Development Co-operation: The Key Role of Cities and Regions for the 2030 Agenda. Paris: OECD Publishing [Disponible en linea]. OCDE (2019) Decentralised development co-operation. Unlocking the potential of cities and regions. Paris: OECD Publishing [Disponible en linea]. .
Muchos de los enfoques de la cooperación al desarrollo descentralizada se centran mayoritariamente en la reciprocidad, el beneficio mutuo y el intercambio de conocimiento, cosa que se aleja del paradigma Norte-Sur
Teniendo en cuenta este marco general, es importante reconocer las oportunidades y el potencial que ofrecen las modalidades de CDD a la hora de complementar los medios de cooperación al desarrollo tradicionales. La CDD ofrece competencias técnicas para la prestación de servicios públicos en ámbitos en que las ciudades y los gobiernos regionales tienen valor añadido, como en la prestación de servicios de salud, educación, agua y saneamiento, promoción de la igualdad de género, lucha contra el cambio climático, etc. Muchas alianzas también reflejan un compromiso de larga duración con la cooperación al desarrollo. Por ejemplo, el País Vasco dispone de su propia agencia de ayuda desde el 2007, con un presupuesto y una estrategia para promover la cooperación al desarrollo internacional. Cuando la cooperación internacional la llevan a cabo agentes locales, el impacto se siente más próximo a las vidas diarias de los ciudadanos. Estos agentes llevan a cabo tareas de educación y sensibilización sobre el desarrollo, a lo cual ayuda a comunicar y trasladar a la realidad local objetivos de ámbito global, como la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible.
El impacto de la COVID-19 se presenta de manera desigual a las ciudades y las regiones de los países desarrollados y de los países en vías de desarrollo
La pandemia de la COVID-19 plantea unos retos sin precedentes para financiar el desarrollo sostenible, además de representar un retroceso importante en la consecución de los objetivos de desarrollo sostenible (ODS), especialmente en los países más pobres. Con más de 100 países confinados, la pandemia de la COVID-19 representa el tercer gran colapso económico, financiero y social del siglo XXI, después del 11S y la crisis global financiera del 2008: provocó el paro de la producción en los países afectados, interrumpió las cadenas de suministro de todo el mundo, y causó un fuerte descenso del consumo y la caída de la confianza, además de una reducción drástica de los servicios, que refleja las consecuencias de los confinamientos y el distanciamiento físico, especialmente en las zonas urbanas.
Muchos países en vías de desarrollo que ya sufrían un déficit de financiación en sectores fundamentales para los ODS de 2,5 billones de dólares anuales, ahora se enfrentan a un aumento de la volatilidad de la inversión privada exterior y a un endeudamiento más elevado. El año 2020, la financiación privada exterior de países en vías de desarrollo se redujo un 20% respecto del 2019. Mientras que los países de la OCDE esperan recuperar el crecimiento a niveles anteriores a la crisis, muchos países en vías de desarrollo tardarán varios años en hacerlo. Los niveles de pobreza también han aumentado por primera vez desde la década de los años noventa, lo cual hace que nos alejamos todavía más de los objetivos a escala mundial.
La pandemia no conoce fronteras. La COVID-19 ha tenido un impacto territorial amplio y diverso que puede agravar las grandes desigualdades territoriales ya existentes tanto a los países como entre ellos. Los gobiernos regionales y nacionales se centran en responder a la pandemia y diseñar medidas de recuperación a medio y largo plazo. Las prioridades de los gobiernos han cambiado drásticamente, y los recursos humanos y financieros de que disponen se han destinado a resolver la crisis.
Muchos gobiernos locales y regionales de países en vías de desarrollo tienen un sistema de salud con capacidad insuficiente. Por ejemplo, Uganda sólo dispone de 0,1 camas de UCI por cada 100.000 habitantes, mientras que en los Estados Unidos la proporción es de 34,7 camas de UCI por cada 100.000 habitantes. Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), sólo los mercados emergentes podrían necesitar 2,5 billones de dólares adicionales para responder a la COVID-19, con lo cual doblarían su déficit de financiación con respecto a los ODS. Los países en vías de desarrollo se encuentran en peores condiciones que las que había después de la crisis financiera global: muchos han entrado en la crisis de la COVID-19 con niveles de deuda más elevados, costes del servicio de la deuda, y una proporción mayor de deuda privada.
Las ciudades y los asentamientos urbanos de los países en vías de desarrollo son los más afectados por la crisis sanitaria, y también los que probablemente sufrirán más la crisis económica. De hecho, en los países en vías de desarrollo, las áreas urbanas se enfrentan a riesgos relacionados con la COVID-19 más elevados. Por ejemplo, en la región d’Accra (Ghana) se han registrado 3.981 casos de los 5.127 casos totales (un 78%). Por término medio, un tercio del PIB (31%) de cada país africano proviene de su mayor ciudad .
La COVID-19 ha tenido un amplio y diverso impacto territorial que puede agravar las grandes desigualdades territoriales ya existentes tanto en los países como entre ellos
No obstante, el gasto per cápita de las autoridades locales africanas (26 dólares) es una de los más bajos del mundo. Por otra parte, aunque la respuesta global a la COVID-19 a menudo la coordinan los gobiernos centrales, los gobiernos subnacionales tienen un papel clave a la hora de llevar a cabo tareas de sensibilización y comunicación con la ciudadanía, garantizar la continuidad de la prestación de servicios públicos locales, dar apoyo a la recuperación empresarial, ayudar a los grupos vulnerables, pero también aplicar medidas de ámbito nacional relativas al distanciamiento físico y las pautas de trabajo.
Ahora más que nunca, los enfoques innovadores como la CDD se tendrían que aprovechar para “reconstruir mejor” centrando la financiación en las personas y el planeta
La Agenda de Acción de Adís Abeba plantea la urgencia de abordar las necesidades crecientes de financiación y capacidad en todos los ámbitos gubernamentales en los países en vías de desarrollo (artículo 34). 15 ciudades de los principales países desarrollados tienen el 11% de la riqueza mundial (24 billones de dólares) (Desjardines, 2018). 30 de las 35 ciudades que están creciendo más rápidamente se encuentran en los países menos desarrollados. Las infraestructuras urbanas (agua, electricidad, vivienda, etc.) son costosas y es complejo establecerlas de manera eficaz. El AOD que proporcionan los gobiernos nacionales pertenecientes al Comité de Ayuda al Desarrollo (CAD) de la OCDE para ayudar ciudades y regiones de países en vías de desarrollo sólo representa un 1,3% del AOD bilateral total. A medida que las ciudades consiguen más financiación, hacen falta esfuerzos de redistribución por garantizar un crecimiento inclusivo tanto en las zonas urbanas como rurales. La cooperación al desarrollo puede dar apoyo a la capacidad del país para redistribuir la riqueza.
La CDD proporciona una oportunidad para aprovechar los escasos recursos de los AOD para dar apoyo a la recuperación postpandemia. Después de la crisis financiera del 2007-2009, entre los años 2012 y 2019 los volúmenes de CDD de los miembros del CAD crecieron de 1.500 a 2.500 millones de dólares, un 7% por término medio anual (desembolsos limpios netos en precios constantes en dólares). En 5 países miembros del CAD de la OCDE, la CDD representa un 5% o más del AOD bilateral total para varios miembros del CAD: Austria (23%), el Canadá (14%), España (16%), Bélgica (7%) y Alemania (6%). Estos datos reflejan las olas de redefiniciones territoriales generadas por la crisis financiera del 2008, que comportaron la consolidación fiscal e incidieron en los marcos jurídicos e institucionales de la CDD. Varios procesos iniciados por los gobiernos centrales con respecto a responsabilidades, recursos y autoridad pasan de niveles superiores a inferiores, con la finalidad de reducir costes, empoderar a los gobiernos subnacionales, y mejorar la prestación de servicios, la gobernanza y la confianza de la ciudadanía.
Esta tendencia de la ayuda muestra cómo es de importante el papel de las ciudades y las regiones para responder a la pandemia de manera global. Los agentes subnacionales ya fueron grandes partidarios de l’ODS número 3, Salud y bienestar, incluso antes de la crisis. Durante la última década, la ayuda ofrecida por los agentes subnacionales a los sectores relacionados con la salud fue, por término medio, de 113 millones de dólares anuales. El año 2018, la financiación del sector de la salud de la CDD representó el 5% de la CDD bilateral imputable, 103 millones de dólares [4]4 — OCDE (2019). op. cit. .
A medida que las ciudades consiguen más financiación, hacen falta esfuerzos de redistribución para garantizar un crecimiento inclusivo tanto en las zonas urbanas como rurales
La figura 1 muestra cómo la CDD hace una contribución importante a escala mundial al ODS 3, Salud y bienestar, y también a otras áreas destacadas, como el ODS 11, Ciudades y comunidades sostenibles; el ODS 2, Hambre cero; el ODS 4, Educación de calidad; l’ODS 5, Igualdad de género; el ODS 16, Paz, justicia e instituciones sólidas; y el ODS 6, Agua limpia y saneamiento. La alineación de la CDD con los ODS podría ayudar a garantizar el valor añadido de la experiencia de la CDD en varios sectores. La utilización del Sistema de Notificación de los Países Acreedores (CRS, del inglés Acreedor Reporting System) de la OCDE demuestra que las actividades de la CDD se centran especialmente en los sectores del clima y de la igualdad de género.
Figura 1. La CDD aporta apoyo financiero y experiencia en los diversos ámbitos de los ODS (Medias 2015-2016, desembolsos netos, no incluye los gastos internos de los países donantes).

Nota: los gastos internos de los países donantes se excluyen del desglose de la CDD destinada a los ODS para reflejar mejor los importes que se destinan a otros países en el ámbito subnacional, incluidos los gastos administrativos, los gastos imputados a estudiantes, la promoción de la sensibilización hacia el desarrollo, la investigación y los refugiados en los países donantes. Para más información sobre la metodología consultad el enlace en linea
La figura 2 muestra que tres entes de gobierno subnacionales aportan más de la mitad de la financiación total de la CDD en el sector de la salud: los ministerios regionales de Flandes (23%), el Centro Internacional de Investigación para el Desarrollo del Canadá (21%) y la comunidad autónoma de Cataluña (9%). No obstante, hay otros entes de gobierno subnacionales que también representan una parte importante del total de financiación, como los lados y los municipios suizos (8%), la ciudad estado de Hamburgo (6%) y los municipios españoles (5%).
Figura 2. La mayor parte del apoyo que la CDD presta a los países en vías de desarrollo en el sector de la salud la proporcionan unos pocos agentes subnacionales (Desembolsos netos en dólares, AOD bilateral imputable, 2018).

Nota: Francia no informa sobre las cifras de CDD desagregadas por autoridades territoriales en la base de datos del CRS de la OCDE.
Aprovechar la experiencia y el saber hacer en la CDD para reconstruir ciudades y regiones más verdes, justas e inteligentes
A medio-largo plazo, la CDD podría ser útil para reconstruir mejor. Más allá de la salud a escala global, la CDD es un mecanismo de apoyo duradero para otros bienes públicos mundiales que pueden promover la resiliencia a la pandemia, como la adaptación al cambio climático, y la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres [5]5 — Las principales áreas temáticas a que se dedica la CDD son el cambio climático (41 millones de dólares el 2014-2015) y la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres (163 millones de dólares el 2014-2015). OCDE (2018). Reshaping Decentralised Development Co-operation: The Key Role of Cities and Regions for the 2030 Agenda, Paris: OECD Publishing [Disponible en linea]. . Además de la ayuda financiera, las ciudades y las regiones de los países donantes y los países socios se pueden ayudar entre ellos mediante el intercambio de conocimientos y buenas prácticas para reconstruir una nueva normalidad más sostenible.
Ciudades y regiones más verdes. La CDD puede contribuir a reforzar la transición hacia una economía baja en carbono. Algunas de las acciones clave que tendrían que emprender las ciudades y las regiones son:
- Incluir prioridades de mitigación y adaptación al cambio climático en paquetes de incentivos y financiación para recuperarse de la crisis.
- Fomentar un uso más eficiente de los recursos, así como patrones de consumo y producción más sostenibles, especialmente mediante la promoción de la economía circular.
- Mejorar la planificación urbanística para promover el transporte mutimodal, como la movilidad urbana activa y limpia (por ejemplo, con respecto a proximidad y caminabilidad, o mediante la combinación de políticas de gestión del transporte tanto por la parte de la oferta como por la de la demanda).
Ciudades y regiones inclusivas. La CDD puede ayudar a los gobiernos subnacionales a implementar medidas para promover sociedades más inclusivas. Las ciudades y las regiones habrían de:
- Proporcionar servicios sociales y comunitarios eficientes para grupos desfavorecidos, como atención sanitaria y atención domiciliaria (por ejemplo, para personas mayores y personas sin hogar), mediante el diseño y la implementación de estrategias de innovación social ambiciosas y la reutilización de edificios vacíos.
- Garantizar la creación de programas de empleo y activación dirigidos especialmente a personas en exclusión (por ejemplo, migrantes o trabajadores con salarios bajos), que sean adaptables, relevantes y flexibles, y que respondan a las nuevas necesidades del mercado laboral local posterior a la crisis.
- Emprender medidas para adecuar la cantidad, la calidad y la asequibilidad de la vivienda a la diversidad de necesidades de vivienda, con un enfoque que promueva la cohesión social y la integración con modos de transporte sostenibles.
Ciudades y regiones más inteligentes. La CDD puede ser una herramienta clave para que las ciudades y las regiones aprovechen el potencial de la digitalización en un escenario postcovid, emprendiendo acciones como las siguientes:
- Aprovechar la digitalización para prestar servicios públicos locales más eficientes, sostenibles, asequibles e inclusivos, como datos en tiempo real, peajes electrónicos para regular las congestiones de tráfico, sensores para aplicaciones de la internet de las cosas, contratos relacionados con tecnologías inteligentes, etc.
- Garantizar que las nuevas tecnologías en el transporte público (por ejemplo, servicios de transporte basados en aplicaciones) sean inclusivas y sostenibles, incluso para las personas con movilidad reducida y las comunidades insuficientemente atendidas, así como las que tienen menos acceso a la tecnología, y salvaguardar la privacidad de las personas.
- Adoptar una normativa adecuada para la economía colaborativa y la economía de bolos para mejorar la seguridad laboral y proteger el interés público y las redes de seguridad sociales de los trabajadores, teniendo en cuenta las normas de distanciamiento físico que habrá que aplicar a largo plazo.
En este contexto, los ODS son más importantes que nunca, ya que proporcionan a los gobiernos un marco integral a largo plazo para replantear la nueva normalidad desde la perspectiva de la sostenibilidad. Los ODS proporcionan una hoja de ruta y una visión comunes para implicar las partes interesadas del ámbito local —incluidos el sector privado, la sociedad civil y la ciudadanía— en la creación conjunta de un futuro más sostenible. Los resultados de la última encuesta del Comité de las Regiones de la OCDE sobre los ODS como marco para la recuperación de la COVID-19 en las ciudades y las regiones (The SDGs as en Framework for COVID-19 Recovery in Cities and Regions) destaca la importancia de los ODS para establecer las estrategias que tienen que aplicar las ciudades y las regiones para recuperarse de la pandemia de la COVID-19:
Los ODS son más importantes que nunca, ya que proporcionan a los gobiernos un marco integral a largo plazo para replantear la nueva normalidad desde la perspectiva de la sostenibilidad: proporcionan una hoja de ruta y una visión común para implicar a las partes interesadas
- La mayoría de ciudades y regiones que respondieron la encuesta (60%) consideran que los ODS son un marco adecuado para establecer un enfoque integral de recuperación de la crisis de la COVID-19.
- El 40% de las ciudades y regiones ya aplicaban los ODS como herramienta para la creación de políticas antes de la pandemia, y los empezaron a utilizar para dar forma a sus estrategias de recuperación, mientras que un 44% no había hecho servicio los ODS antes, pero se planteaban hacerlo a partir de ahora.
- El 68% de las ciudades y regiones que utilizaban los ODS en la fase de recuperación están creando nuevos planes, políticas y estrategias basados en los ODS o están adaptando los existentes, mientras que un 63% utiliza los ODS para identificar prioridades específicas para el desarrollo sostenible.
Tres prioridades clave para los gobiernos nacionales a la hora de promover políticas y acciones de CDD más efectivas
La CDD es una herramienta que los miembros del CAD de la OCDE pueden utilizar para garantizar que la cooperación al desarrollo es adecuada para su finalidad y responde a las realidades locales de la Agenda 2030. Los donantes tienen un papel clave a la hora de dar apoyo a las alianzas de CDD en el ámbito subnacional, en concreto con respecto a: i) abordar el reto de los datos; ii) promover las alianzas y la coordinación multinivel, e iii) reforzar los mecanismos de agrupación y de creación de capacidad para satisfacer la creciente demanda local.
Abordar el reto de los datos y la transparencia en la CDD:
- Llevar a cabo campañas de datos de CDD para aumentar la conciencia entre los gobiernos subnacionales del papel y las modalidades del AOD. Aunque el número de miembros del CAD que presentan informes sobre CDD al CRS de la OCDE ha aumentado los últimos años, menos de la mitad proporcionan datos actualizados, y los datos existentes se podrían mejorar para aumentar la cobertura, la calidad y la granularidad (por ejemplo, Francia lleva a cabo una campaña virtual anual de apoyo a la CDD que ha hecho que 109 otras autoridades subnacionales presenten informes desde el 2017).
- Recoger datos para valorar y evaluar las contribuciones de la CDD a la Agenda 2030 más allá de los recursos financieros. La base de datos del CRS de la OCDE ahora permite informar sobre como la financiación se aplica a cada uno de los 17 ODS. La creación de capacidad puede ayudar a los agentes subnacionales a mejorar la manera en que informan sobre las contribuciones segundos los objetivos globales (por ejemplo, evaluando la transferencia de experiencia o utilizando herramientas digitales que faciliten la evaluación de las descripciones de los proyectos con respecto a los ODS).
- Compartir las mejores prácticas en la recogida de datos. Las evaluaciones de expertos y las evaluaciones de expertos estadísticas del CAD ofrecen a los miembros la oportunidad de compartir lo que se ha aprendido sobre los incentivos destinados a acciones exteriores de los gobiernos subnacionales. Estos mecanismos existentes pueden reforzar los mecanismos de recogida e información de datos para mejorar la transparencia y el seguimiento de los impactos de la CDD.
Aprovechar las alianzas entre múltiples partes interesadas y la coordinación multinivel:
- Hacer un seguimiento de la efectividad del AOD y otros intercambios que tengan lugar entre niveles de gobierno para garantizar la coherencia de las políticas de acción exterior. La Alianza Global para la Cooperación Eficaz al Desarrollo (GPEDC, por la sigla en inglés) reúne toda a una serie de agentes en un ejercicio de seguimiento de la eficacia del desarrollo. Las tareas que se emprendan en el futuro tendrían que aprovechar esta plataforma y este seguimiento para promover recomendaciones en la línea de los principios de eficacia del desarrollo.
- Integrar los gobiernos locales en los informes de los ODS, incluidos los informes nacionales voluntarios a escala subnacional y los informes voluntarios locales.
- Aumentar el compromiso de múltiples partes interesadas con el mundo académico, la sociedad civil, las organizaciones multilaterales y el sector privado. El área de acción 2.6 del GPEDC se centra en reforzar la eficacia del desarrollo a escala subnacional. El objetivo es mejorar la calidad de los datos y la información a escala municipal y regional para mejorar la eficacia.
Reforzar la descentralización fiscal y los mecanismos de agrupación para satisfacer la demanda creciente de financiación a escala subnacional en los países en vías de desarrollo:
- Reforzar las plataformas (nacionales, regionales e internacionales) que se ajusten a la oferta y la demanda de los diversos gobiernos subnacionales. Por ejemplo, Plataforma ofrece formación destinada a reforzar políticas públicas de cooperación descentralizada locales y regionales.
- Promover el aprendizaje entre iguales y el intercambio de mejores prácticas, la asistencia técnica y la creación de capacidad entre los gobiernos locales y regionales en beneficio mutuo y en términos comerciales. La OCDE ofrece una plataforma donde los miembros del CAD pueden compartir conocimiento y que ayuda a facilitar un diálogo canalizado entre donantes basándose en los datos y la evidencia, con el fin de mejorar la creación de políticas.
- Promover el acceso a la financiación subnacional mediante instrumentos de financiación compartida que incluyan préstamos “duros” o inversiones con reducción de riesgos, como las garantías para buenos municipales. Las tareas llevadas a cabo por la OCDE y Ciudades y Gobiernos Locales Unidos (UCLG, por la sigla en inglés) han puesto de manifiesto a qué retos se enfrentan los gobiernos subnacionales para acceder a la financiación, incluso en condiciones favorables. El Observatorio Mundial sobre Finanzas e Inversión de los Gobiernos Subnacionales trabaja para mejorar la disponibilidad de datos comparables sobre la financiación y las inversiones subnacionales, y tiene el objetivo de reforzar la descentralización fiscal en los países en vías de desarrollo.
El camino a seguir: los 10 principios de alto nivel del G20 sobre las alianzas entre ciudades para localizar los ODS y el apoyode la OCDE a los países miembros en la CDD
La OCDE, en colaboración con ONU-Hábitat, dio apoyo al Grupo de Trabajo sobre Desarrollo de la presidencia italiana del G20 para crear los 10 principios de alto nivel del G20 de Roma en las alianzas entre ciudades para localizar los ODS [6]6 — Els principis del G20 s’inspiren en la tasca i els informes del Comitè de Polítiques de Desenvolupament Regional (RDPC, per la sigla en anglès) sobre la reorganització de la CDD i l’enfocament territorial envers els ODS. , en estrecha consulta con países miembros, gobiernos locales y regionales, organizaciones internacionales, expertos y grupos de compromiso del G20 (cuadro 1). Estos principios integran recomendaciones previas de la OCDE sobre los enfoques de los donantes hacia la CDD, y representan un marco fundamental por guiar las acciones de CDD de las ciudades, las regiones y los gobiernos nacionales, incluido el CAD y más allá de este, para garantizar su sostenibilidad y su contribución a la consecución de los ODS.
Cuadro 1. Los 10 principios de alto nivel del G20 de Roma en las alianzas entre ciudades para localizar los ODS
1. Enfoque territorial | Promover las alianzas entre ciudades como medio para mejorar la implementación de un enfoque territorial a la hora de responder y recuperarse de la pandemia de la COVID-19, y reducir la vulnerabilidad respecto del cambio climático | |
2. Gobernanza multinivel | Reforzar la gobernanza integrada multinivel y la coordinación para una mejor eficacia de las alianzas entre ciudades y para unas iniciativas más basadas en la demanda, teniendo en cuenta los contextos locales y regionales y respondiendo a las necesidades concretas de las diversas áreas geográficas y sistemas de gobernanza, según corresponda | |
3. Conectividad entre entornos rurales y urbanos | Mejorar la conectividad y la cooperación entre entornos rurales y urbanos, y entre ciudades principales y medias, incluso mediante los trabajos en infraestructuras realizados anteriormente por el G20 [7]7 — Inclosos els principis de qualitat de les inversions en infraestructures, les directrius del G20 sobre infraestructures de qualitat per a la connectivitat regional, i els principis d’alt nivell del G20 sobre hàbitat sostenible mitjançant la planificació regional. | |
4. Datos e indicadores | Animar a los gobiernos locales y regionales a intercambiar enfoques y prácticas a la hora de incluir los indicadores de los ODS en los documentos de planificación y las políticas en todos los niveles de gobierno, y crear datos desagregados para mejorar el análisis y la evaluación de las desigualdades territoriales de manera específica según el contexto, en colaboración con los gobiernos nacionales, lo cual también podría ayudar a los países a elaborar sus informes voluntarios nacionales | |
5. Seguimiento y evaluación | Teniendo en cuenta los diversos contextos nacionales y locales, crear indicadores de seguimiento y evaluación para obtener un marco de resultados para las alianzas entre ciudades basadas en la evidencia, documentar el impacto y ofrecer recomendaciones para optimizar estas alianzas | |
6. Aprendizaje entre iguales | Centrarse en el beneficio mutuo, el aprendizaje entre iguales, el apoyo y la revisión en las alianzas entre ciudades, incluido el intercambio de conocimientos sobre planificación urbanística sostenible y planificación de las inversiones de capital | |
7. Desarrollo de capacidades | Dar apoyo al desarrollo de capacidades y crear capital y habilidades de gestión local para implementar alianzas entre ciudades efectivas, eficaces e inclusivas | |
8. Compromiso de las partes interesadas | Conseguir el compromiso de todas las partes interesadas relevantes para implementar modalidades de redes territoriales de alianzas entre ciudades para alcanzar los ODS, incluida la creación de alianzas con el sector privado | |
9. Financiación | Instar a los gobiernos locales y regionales a desarrollar estrategias e instrumentos de financiación y movilización de recursos eficientes, en colaboración con los gobiernos nacionales, según corresponda, aplicando los mecanismos existentes de apoyo para implementar la Agenda 2030 mediante las alianzas entre ciudades, incluida la integración de los ODS en los procesos presupuestarios | |
10. Digitalización | Desarrollar estrategias para crear capacidades humanas, tecnológicas y de infraestructuras de los gobiernos locales y regionales para utilizar e incorporar las mejores prácticas de digitalización en las alianzas entre ciudades |
Recientemente, la OCDE ha lanzado nuevos proyectos de CDD, incluido un estudio por país con Alemania para reforzar datos, políticas y la implementación multinivel de la CDD, además de un proyecto temático sobre las alianzas entre ciudades con la Comisión Europea. La OCDE hace de plataforma donde convergen gobiernos nacionales, locales y regionales, organizaciones de la sociedad civil, organizaciones multilaterales, el sector privado, etc. para emprender diálogos políticos. Gracias a sus datos, análisis y recomendaciones a largo plazo, la OCDE ofrece tanto a gobiernos como otros agentes un enfoque basado en la evidencia para tomar decisiones informadas a la hora de crear políticas y facilita el intercambio entre iguales. En concreto, el proyecto “Reorganización de la CDD en las ciudades y las regiones. Lecciones aprendidas de Alemania para la creación de un conjunto de herramientas de políticas global” ayudará los municipios, los estados federales y el Gobierno central alemanes a reforzar el impacto, la efectividad y el seguimiento de sus políticas y programas de CDD. Por otra parte, el proyecto “Alianzas para ciudades sostenibles. Un marco de evaluación consensuado para localizar los ODS”, en colaboración con la Comisión Europea, ofrecerá un análisis y una evaluación sobre como las alianzas entre ciudades están localizando los ODS.
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Referencias
1 —Treinta miembros del Comité de Ayuda al Desarrollo (CAD), veinte proveedores que no pertenecen al CAD y más de cuarenta instituciones multilaterales informan anualmente sobre datos del AOD, entre otros. Cada año se presentan más de 250.000 transacciones detalladas al Sistema de Notificación de los Países Acreedores (CRS, del inglés Acreedor Reporting System). El aseguramiento de la calidad hace que el CAD sea la única fuente de datos fiables, comparables y completos sobre ayuda al desarrollo.
2 —Mientras que el número de países que presentan informes sobre CDD ha pasado de 9 a 13 miembros del CAD, poco menos de la mitad de los miembros del CAD informan sobre CDD en el CRS. Hasta hace poco, Alemania era el único miembro del CAD de la OCDE que informaba sobre la CDD que proporcionaba cada una de sus ciudades y regiones de manera individual, y alcanzó el 100% de cobertura de los 16 länder —las 3 ciudades estado y los 13 estados federales— en el 2014. El año 2018, España introdujo 17 nuevos códigos de agente para desagregar los informes de las comunidades autónomas.
3 —Véase:
- OCDE (2018) Reshaping Decentralised Development Co-operation: The Key Role of Cities and Regions for the 2030 Agenda. Paris: OECD Publishing [Disponible en linea].
- OCDE (2019) Decentralised development co-operation. Unlocking the potential of cities and regions. Paris: OECD Publishing [Disponible en linea].
4 —OCDE (2019). op. cit.
5 —Las principales áreas temáticas a que se dedica la CDD son el cambio climático (41 millones de dólares el 2014-2015) y la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres (163 millones de dólares el 2014-2015). OCDE (2018). Reshaping Decentralised Development Co-operation: The Key Role of Cities and Regions for the 2030 Agenda, Paris: OECD Publishing [Disponible en linea].
6 —Els principis del G20 s’inspiren en la tasca i els informes del Comitè de Polítiques de Desenvolupament Regional (RDPC, per la sigla en anglès) sobre la reorganització de la CDD i l’enfocament territorial envers els ODS.
7 —Inclosos els principis de qualitat de les inversions en infraestructures, les directrius del G20 sobre infraestructures de qualitat per a la connectivitat regional, i els principis d’alt nivell del G20 sobre hàbitat sostenible mitjançant la planificació regional.

Stefano Marta
Stefano Marta trabaja para la División de Ciudades, Políticas Urbanas y Desarrollo Sostenible del Centro de Emprendimiento, pymes, regiones y ciudades en la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE). Stefano también coordinó el proyecto de la OCDE "Reforma de la Cooperación Descentralizada para el Desarrollo". Anteriormente lideró la iniciativa "Adoptar un Enfoque Territorial de la Política de Seguridad Alimentaria y Nutrición", desarrollado conjuntamente por Food and Agriculture Organization de Naciones Unidas (FAO), la OCDE y el Fondo de Desarrollo del Capital de Naciones Unidas (UNCDF). También se dedicó a otros proyectos, incluyendo los vínculos entre los entornos urbano-rurales en Marruecos y en indicadores territoriales en Túnez.

Rachel Morris
Rachel Morris, comprometida en avanzar en las estrategias de financiación del desarrollo sostenible, es analista de políticas en la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE). Realizó un máster en Relaciones Internacionales en la universidad francesa Sciences Po i està graduada en Economía por la Universidad de Londres. Trabajó como asistente de investigación en el laboratorio Wilson International Center en los Estados Unidos y de consultora auxiliar en la asesoría francesa CEIS. Desde hace más de cinco años se dedica al análisis de políticas en la OCDE.