«Hay una grieta en todo, así es como entra la luz»
Leonard Cohen
Turquía ha sido sometida al férreo gobierno del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP, en turco) durante casi dos décadas. En 2002, una retórica sobre la democratización catapultó al poder al AKP y su líder, Recep Tayyip Erdoğan, después de unas elecciones con una ciudadanía turca traumatizada por crisis económicas y democráticas de larga duración.
Sin embargo, el gobierno del AKP se caracterizaba por aferrarse al poder y por un gobierno autocrático in crescendo. En 2018, un sistema presidencialista diseñado para concentrar el poder político vació las instituciones democráticas. Aunque las elecciones todavía existen, ya no son libres ni justas, sino que tienen una función instrumental para crear una ilusión de democracia y para legitimar a los gobernantes [1]1 — Cuando la oposición ganó las elecciones a la alcaldía de Estambul en marzo del 2019, los comicios se anularon y se volvieron a celebrar en junio. La oposición ganó de nuevo las elecciones a la alcaldía de Estambul. Sin embargo, el hecho que el gobierno pudiera anular unas importantes elecciones a la alcaldía influyendo en el alto comité electoral, sin olvidar todas las trabas que se pusieron a la oposición antes de las elecciones locales, como limitar o bloquear el acceso a los medios de comunicación durante el periodo de campaña electoral, manifiesta la consolidación del gobierno en el autoritarismo particularmente en los últimos años. .
La merma del espacio público y político por parte del gobierno se aceleró después de las protestas del parque Gezi, en 2013. El espacio artístico y cultural también sufrió el giro autocrático populista del país.
Sed de poder
Insatisfecho con poseer sólo el poder político y económico, el AKP expandió a su retórica populista de derechas para obtener también la hegemonía cultural. En un discurso en el Centro de Congresos de Estambul, Erdoğan remarcó que «una cosa es estar en el poder y otra gobernar las esferas sociales y culturales. Aunque hemos sido al poder sin interrupciones, todavía no hemos conseguido gobernar Turquía social y culturalmente» [2]2 — Diario Hürriyet. «Tenemos dificultades para consolidar en nuestro poder social y cultural, dice el presidente Erdoğan». 28 de mayo de 2017. Artículo disponible en línea. .
Con el blanco puesto, según el AKP y sus líderes, en una comunidad artística «elitista y occidentalizada» y en las minorías de Turquía, se empezaron a implementar políticas culturales «nativas y nacionales». En palabras del profesor de comunicaciones Sevilay Çelenk, «en Turquía hay una gran manipulación populista del espacio cultural». Los miembros críticos de la comunidad artística y literaria, por desgracia, han sido atacados por los gobernantes, que los acusan de «vender su país usando un reduccionismo escandaloso que ignora sus valores nativos y nacionales» [3]3 — Sevilay Çelenk. «La imagen decolorada de la página de cultura del AKP: los artistas» T24, Diario independiente por Internet. 2 de mayo de 2019. Artículo disponible en línea. .
En Turquía, los miembros críticos de la comunidad artística y literaria han sido atacados por los gobernantes, que los acusan de vender a su país
Orhan Pamuk, uno de los novelistas más destacados de Turquía, ganador del Premio Nobel de Literatura del 2006, ha sido acusado de haber vendido su país simplemente por expresar su opinión y oposición política al responder a una pregunta formulada durante un viaje al extranjero. Las novelas de Pamuk examinan creativamente las tensiones entre Oriente y Occidente, además de las turbias rivalidades culturales y los celos endémicos de este país. Los intentos de allanar el camino a una cultura de estudios culturales críticos no son un buen augurio para el gobierno del AKP y se reprimen activamente.
La autocensura: un cáncer del poder de decisión humano
El clima politicoeconómico y antiintelectual adverso en Turquía provoca que muchos intelectuales y artistas se apliquen, consciente e inconscientemente, la autocensura.
Sostenemos que la autocensura es parecida a un cáncer del poder de decisión humano, ya que mina las libertades humanas y la capacidad de configurar el entorno de las personas en el espacio artístico y cultural. Pero a diferencia de la mayoría de cánceres que normalmente no se contagian de persona a persona, la autocensura es una práctica que se contagia social y políticamente, creando una cultura de miedo y represión.
Entre las intervenciones culturales ideológicamente hegemónicas del gobierno del AKP, hay un denominador común que define las comunidades artísticas atacadas: «no ser partidario de Erdoğan» específicamente, y del AKP más generalmente. Eso provoca que, de manera insidiosa y directa, se repriman culturalmente y se ataquen amplios segmentos que equivalen a casi «el otro 50%» de la sociedad que el populismo de la derecha del AKP no puede comprar.
Además de la represión de larga duración del arte y la cultura críticos, en Turquía también hay formas de censura directas y abiertamente violentas. Algunos ejemplos destacados incluyen artistas como el rapero Ezhel, filántropos que durante largo tiempo han proporcionado su apoyo a la democracia y a la sociedad civil en Turquía (como Osman Kavala, encarcelado injustamente desde 2017), escritores y periodistas (como Can Dündar y muchos otros) que se encuentran en el exilio por todo el mundo o en prisiones turcas. Tristemente, el miembro del grupo musical de protesta Yorum, İbrahim Gökçek, murió a resultas de una huelga de hambre que empezó él mismo para exigir a los gobernantes que levantaran la prohibición de sus conciertos y que liberaran a los miembros encarcelados de su grupo de música [4]4 — Sertaç Aktan. «İbrahim Gökçek, el miembro del grupo Yorum que se detuvo en sus 323 días de huelga de hambre, ha perdido la vida». Euronews. 7 de mayo de 2020. Artículo disponible en línea. . Otro ejemplo es la pintora kurda Zehra Doğan, que también estuvo en prisión [5]5 — Bethan McKrnan. «El arte como resistencia: la atrevida muestra de Estambul de la artista kurda exiliada Zehra Doğan, que pasó cerca de tres años en las prisiones turcas y que sacó clandestinamente sus obras entre la ropa sucia». The Guardian. 8 de noviembre de 2020. Artículo disponible en línea. .
La cultura del amiguismo
La represión del arte tiene otra dimensión igualmente siniestra, la de los artistas colegas y aduladores que ayudan al gobierno a crear un espejismo de la democracia, y a quienes los gobernantes premian a cambio. El arte y los artistas aduladores causan daños intergeneracionales reproduciendo una y otra vez la falsa narrativa y la historia oficial, manteniendo y extendiendo las asimetrías de poder a través del tiempo, el espacio y las generaciones de Turquía.
Los instrumentos de dominación
Los instrumentos con los que el régimen actual opera y domina el campo cultural en Turquía, específicamente el del arte, son múltiples y también dignos de mención.
El instrumento de opresión principal es el control férreo y casi total de las fuentes de financiación gubernamentales para la comunidad artística. No sorprende que la fidelidad al objetivo del AKP, no sólo de una manera sutil, sino también abierta, sea un requisito clave para conseguir financiación. Durante la pandemia de la COVID-19, por ejemplo, los teatros privados recibieron ayudas del gobierno, al contrario que aquellos con valores y contenidos que no eran lo bastante «nativos y nacionales». Los criterios para ser nativos, nacionales y conservadores a menudo son imprecisos y dependen de los caprichos y el estado de ánimo de los funcionarios del gobierno encargados de la financiación. Los mecanismos de control democráticos o las apelaciones a las decisiones de financiación no existen y emprenderlos sigue siendo un esfuerzo inútil. En consecuencia, según la comunidad teatral independiente, durante el periodo de la pandemia se han financiado representaciones teatrales (nativas y nacionales) con una factura y contenido artístico dudoso, representaciones afines a la cosmovisión conservadora del AKP y Erdoğan [6]6 — Şenay Tanrıvermiş. «Los que se beneficiaron (y los que resultaron perjudicados) por el apoyo del Ministerio de Cultura a los teatros privados (I)». Art Unlimited. 2020. Artículo disponible en línea. .
Queremos hacer notar que, aunque ser nativo y nacional no es necesariamente un punto negativo con respecto a la capacidad local de creación artística, este marco se convierte en una fuerza instrumental opresiva cuando se utiliza como pretexto para el chovinismo y para silenciar a la disidencia, las minorías y los derechos humanos.
En Turquía, el apoyo del gobierno al arte crítico o independiente también era limitado antes del gobierno del AKP. Pero la situación, que ya era mala, empeoró, y con el AKP el apoyo al arte crítico descendió hasta su nivel más bajo. En cambio, la financiación gubernamental de los proyectos de arte adulador se ha convertido en un pilar fundamental; eso también habla del clientelismo endémico del país, especialmente durante la última década.
El neoliberalismo y la omnipresente cultura de mercantilización que ha empezado a transformar la comunidad artística son otra herramienta para dominar el arte. La mercantilización y el neoliberalismo pueden ser herramientas eficaces para la cooptación tanto de los agentes (artistas, músicos, escritores, etc.) como de la cultura del sector artístico, tal como se ha demostrado en todo el mundo, especialmente desde los años ochenta. Ahora, esta tendencia se acentúa todavía más con el auge de los gobiernos autoritarios populistas en Turquía y a nivel mundial, así como con la pandemia de COVID-19.
El neoliberalismo y la omnipresente cultura de mercantilización que transformaron la comunidad artística son otra herramienta para dominar el arte, todavía más acentuada con el auge de los gobiernos autoritarios populistas en Turquía y a nivel mundial y con la pandemia
Por descontado, no todo el mundo se somete a la cooptación de la doble maldad del neoliberalismo y del populismo de derechas en Turquía. No obstante, no está claro cuánto tiempo pueden aguantar los reductos restantes de resistencia artística y de libre pensamiento. En este sentido, el último golpe que se ha asestado a la creación cultural y artística es la fusión de los Ministerios de Cultura y Turismo en un ministerio único que tiene un objetivo neoliberal en Turquía, y que reclama, así, un precio para cualquier pieza de producción creativa, que también tiene que pasar a través de la industria turística.
De hecho, muchos regímenes neoliberales emprenden una fusión similar de sus ministerios u objetivos con una cultura de consumo desbocado basada en el mercado y el producto, incluso en el sector sanitario: el turismo sanitario, y la cirugía estética y el trasplante de pelo son otros ejemplos destacados de culturas de mercantilización que se abren paso a través del arte, el espacio público y la atención sanitaria en Turquía.
¿Qué pasa cuando el arte independiente depende en gran medida de la financiación privada?
Todavía hay un impacto sutil, a menudo olvidado y muy perjudicial a causa de la falta de financiación pública para el arte y la cultura con espíritu crítico en Turquía: la subordinación y la cooptación del arte por parte del sector privado y la «creación cultural» por parte de algunas familias y grandes empresas con dinero e influencia. Esta es una amenaza importante para la democratización del arte en Turquía.
De hecho, la mayoría de los acontecimientos artísticos a gran escala, galerías y museos están financiados por unas pocas familias burguesas y grandes empresas. A primera vista parece que crean oportunidades y un espacio libre de censura, un entorno artístico dominado por el sector privado donde los artistas sienten que pueden respirar. Pero, de hecho, lo que ahora no se tiene en cuenta es que este cambio en los flujos de financiación del arte tendrá efectos adversos a largo plazo.
La censura del sector privado podría parecer «suave» en comparación con la del régimen dominante en Turquía, pero el sector privado opera de manera siniestra y sutil, por ejemplo, dejando ciertos temas y las metarrelaciones críticas fuera del discurso del arte, cosa que plantea la pregunta siguiente:
¿Qué pasa con la sociedad civil, el arte, la democracia y el espacio público crítico si la cultura es producida por unas pocas familias y grandes empresas?
Cuestiones prácticas como la necesidad de pagar el alquiler y la comida por parte de artistas independientes en una situación vulnerable crean no sólo una cultura del miedo, sino también de la realpolitik y del instrumentalismo. Una tríada retórica basada en la eficiencia, la inmediatez y el día a día, en lugar de la independencia, el pensamiento a largo plazo y los estudios críticos de arte, que prevalece sobre los esfuerzos por consolidar la democracia y prevenir la creación de cultura por parte de unas pocas familias y empresas ricas y privilegiadas.
Una especie en peligro de extinción
Los estudios críticos de arte son una especie de investigación intelectual en peligro de extinción prácticamente en todo el mundo, incluido Turquía.
Irónicamente, la transferencia de la financiación del arte del espacio público al espacio privado se alimenta —discursivamente— de la retórica victimista del AKP y el actual régimen dominante. La vinculación entre arte y financiación privada por parte de las familias ricas ayuda a la retórica del AKP, según la cual el arte en Turquía se desvincula de lo público y no sirve a la gente pobre.
Curiosamente, parece que la política identitaria y otros temas similares han encontrado un espacio en el sector artístico con financiación privada de Turquía, pero los derechos de los trabajadores o cuestionar las mecánicas y las herramientas de producción de la cultura suelen estar «en zona prohibida», ya que estos amenazan el poder y el privilegio desenfrenados de las familias y empresas que las financian.
Quizás os sorprenderá saber que el sector privado financia algunas obras de arte aparentemente críticas con las acciones de la industria extractiva en la naturaleza. El «séptimo continente» fue uno de los temas de la Bienal de Arte de Estambul del 2019, en referencia a las islas de basura y desperdicios del planeta, mientras que «el Antropoceno» era el enfoque teórico. Artistas de todos los rincones del mundo mostraron obras de crítica ecológica. De hecho, el tema de la bienal sí que tenía una postura crítica [7]7 — Nicolas Bourriaud. «Declaración del comisario». 2019. Disponible en línea. . Y, aun así, algunos de los patrocinadores del acontecimiento fueron las principales industrias de combustibles fósiles de Turquía.
No obstante, la aparente pseudoliberalización del arte sólo se produce en la periferia de las libertades básicas, y cumple un propósito instrumental para los gobernantes cuando están expuestos al contexto artístico internacional y necesitan legitimidad a ojos del mundo exterior. La pseudoliberalización en la periferia intenta persuadir a la comunidad artística internacional, aunque de manera poco convincente, de que la libertad artística existe en Turquía, pero sin comprometerse con las libertades básicas y al mismo tiempo imponiendo censura.
Históricamente, estas estrategias y engaños para contener a la oposición e impedir la crítica son bien conocidas en el mundo empresarial. La mejor manera de controlar al público es permitir algunas discrepancias para evitar una oposición a mayor escala. Eso transmite una sensación falsa, una ilusión de democracia, ya sea en el arte, la ciencia o el sistema sanitario turcos.
Si pensamos localmente a través de la óptica del arte en Turquía, ¿quiere decir eso que los patrocinadores privados turcos y la industria extractiva tienen aspiraciones nobles, aunque también provoquen daños ecológicos? Creemos que no.
La aparente pseudoliberalización del arte sólo se produce en la periferia de las libertades básicas, y cumple un propósito instrumental para los gobernantes cuando están expuestos al contexto artístico internacional
En un gobierno neoliberal, las instituciones privadas aprovechan la escala y los recursos de su amplia cartera de proyectos. Aparentemente, invertir en arte, de hecho, ayuda a transmitir una buena imagen de las empresas que después se utiliza para impedir que se critiquen otros proyectos, por ejemplo, aquellos que tienen un enfoque extractivo en la gran cartera de un ecosistema empresarial neoliberal. Es decir, alimentar el arte con una cucharilla y al mismo tiempo extraer recursos con un tractor en otro lugar.
En un ecosistema artístico ya frágil y desprovisto de financiación, eso, de una manera preocupante, puede abrir el camino a la cooptación y poner todavía más en riesgo los estudios críticos de arte. No obstante, estos fenómenos sobre la censura en el arte, presentes en Turquía localmente, pero también a escala mundial, se desatienden. Y, no obstante, están a punto de convertirse en importantes pilares del análisis de la economía política en la historia contemporánea del arte.
Recordando a Juan Goytisolo
Tal y como afirma el novelista y poeta Juan Goytisolo cuando se refiere a los daños que el régimen franquista impuso a los intelectuales en España, la censura interiorizada es la más dañina. La censura interiorizada es difícil de detectar y, sin duda, es la más difícil de eliminar, incluso mucho después de que el régimen autocrático haya desaparecido.
Goytisolo eludió las consecuencias del régimen franquista en la sociedad española, como la compulsión de leer entre líneas sintiendo la presencia constante de un censor, como un visitante del alma humana irrespetuoso y sin invitación que desafía y ciega la libertad de expresión y de narración y que transmite una sensación constante de autovigilancia, autocontrol y autocensura.
Goytisolo también señaló el trabajo durísimo que era necesario para liberarse de este secuestro del alma humana por parte de la censura [8]8 — Juan Goytisolo. «FF: B.’nin Anısına (1892 – 1975)» («In memoriam F.F.B. 1892-1975»), en: Yeryüzünde bir Sürgün (Un exilio en la Tierra). Estambul: Metis, 2006, p. 50. .
Analizando el caso concreto de Turquía, será esencial una cantidad de trabajo similar para limpiar la psique interior individual y colectiva de artistas e intelectuales en los próximos años. No obstante, mientras la censura en el arte y en todos los dominios de la vida pública continúe y se haga más profunda en este país, reimaginar visiones y futuros alternativos puede ayudar a construir resistencia y resiliencia contra la censura, ya sea autoinfligida o impuesta externamente por los gobernantes.
Cosa que nos lleva al punto mencionado en el título de nuestro artículo: ¿pueden los artistas independientes, a pesar del clima opresivo que acabamos de describir, nadar río arriba, contra corriente, como un salmón? Al fin y al cabo, los salmones nadan a contra corriente, y lo hacen muy bien.
Creemos que la metáfora del salmón es una imagen adecuada, oportuna e inspiradora para ayudar a cultivar la democracia y afianzar los esfuerzos de la comunidad artística para que se mantenga independiente, crítica y libre. Eso parece más importante que nunca en una época de populismo global, neoliberalismo y la pandemia de COVID-19.
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Referencias
1 —Cuando la oposición ganó las elecciones a la alcaldía de Estambul en marzo del 2019, los comicios se anularon y se volvieron a celebrar en junio. La oposición ganó de nuevo las elecciones a la alcaldía de Estambul. Sin embargo, el hecho que el gobierno pudiera anular unas importantes elecciones a la alcaldía influyendo en el alto comité electoral, sin olvidar todas las trabas que se pusieron a la oposición antes de las elecciones locales, como limitar o bloquear el acceso a los medios de comunicación durante el periodo de campaña electoral, manifiesta la consolidación del gobierno en el autoritarismo particularmente en los últimos años.
2 —Diario Hürriyet. «Tenemos dificultades para consolidar en nuestro poder social y cultural, dice el presidente Erdoğan». 28 de mayo de 2017. Artículo disponible en línea.
3 —Sevilay Çelenk. «La imagen decolorada de la página de cultura del AKP: los artistas» T24, Diario independiente por Internet. 2 de mayo de 2019. Artículo disponible en línea.
4 —Sertaç Aktan. «İbrahim Gökçek, el miembro del grupo Yorum que se detuvo en sus 323 días de huelga de hambre, ha perdido la vida». Euronews. 7 de mayo de 2020. Artículo disponible en línea.
5 —Bethan McKrnan. «El arte como resistencia: la atrevida muestra de Estambul de la artista kurda exiliada Zehra Doğan, que pasó cerca de tres años en las prisiones turcas y que sacó clandestinamente sus obras entre la ropa sucia». The Guardian. 8 de noviembre de 2020. Artículo disponible en línea.
6 —Şenay Tanrıvermiş. «Los que se beneficiaron (y los que resultaron perjudicados) por el apoyo del Ministerio de Cultura a los teatros privados (I)». Art Unlimited. 2020. Artículo disponible en línea.
7 —Nicolas Bourriaud. «Declaración del comisario». 2019. Disponible en línea.
8 —Juan Goytisolo. «FF: B.’nin Anısına (1892 – 1975)» («In memoriam F.F.B. 1892-1975»), en: Yeryüzünde bir Sürgün (Un exilio en la Tierra). Estambul: Metis, 2006, p. 50.

Gürçim Yilmaz
Gürçim Yilmaz es escritora, editora, comisaria e investigadora en estudios culturales. Nacida en Hannover, Alemania, creció en Ankara y actualmente vive y escribe en Estambul. Cursó su licenciatura en Comunicaciones en la Universidad de Ankara y el máster en Estudios Culturales y Medios de Comunicación al METU en Ankara. En 2015 fue escritora residente en Barcelona, en el marco de la asociación Jiwar Creación y Sociedad, contribuyendo a proyectos artísticos con desarrollo de conceptos y escritura narrativa desde 2017. Yilmaz trabaja como periodista para periódicos nacionales, canales de televisión, empresas editoriales y también como experta en comunicaciones, editora, traductora y escritora. Sus artículos e historias de ficción se han publicado en varias revistas y periódicos.

Vural Özdemir
Vural Özdemir es investigador especialista en los ámbitos de la teoría crítica de la tecnología y los estudios feministas de la ciencia y la tecnología. Vive y escribe en Toronto, Canadá. Este año 2020 fue ponente invitado en la reunión del Foro Económico Mundial en Davos. Se formó como médico en Ankara y realizó una tesis doctoral y un trabajo postdoctoral en genómica y medicina personalizada en la Universidad de Toronto. En la sus investigaciones, examina la ética y la gobernanza crítica en todos los campos donde se produce conocimiento y escribe a partir de la idea de "división de dos culturas" para establecer puentes entre la medicina y las ciencias políticas. Sus artículos se han publicado en foros académicos y periodísticos como el British Medical Journal, Personalized Medicine, J. Clinical Psychopharmacology, Plos One, Project Syndicate, Agos Weekly, Duvar English, Gazete Duvar, Milling and Grain, Psychiatric Times y Hürriyet Daily News.